EL ATAQUE NORCOREANO A YEONPYEONG.

O La Paranoia de un Régimen Comunista, Dinástico y Cerrado en sí mismo

Los Hechos.

El martes 24 de noviembre a las 14:34 horas, los norcoreanos comenzaron a batir con fuego pesado la base militar de la isla surcoreana de Yeonpyeong, de unos 7 Km2. Pyongyang acusaba al Ejército surcoreano de iniciar el intercambio de disparos durante las maniobras militares que realiza al oeste de Inchón. Corea del Sur admitió que su Ejército realizaba fuego pesado real desde dicha isla. Pero aseguró que disparaban hacia el oeste, en lo profundo del mar Amarillo y no hacia el norte, la zona de la cercana frontera marítima entre ambas Coreas. Los surcoreanos respondieron al ataque y el intercambio de disparos se prolongó más de 2 horas. El centenar largo de proyectiles norcoreanos recibidos, produjeron la muerte de 2 marines y 2 civiles surcoreanos y heridas a otros 16 marines y a 4 civiles.

Presionado por la opinión pública y los congresistas, que reclamaban una mayor contundencia y rapidez de la respuesta militar a los norcoreanos, el jueves 26 dimitió el ministro de Defensa Kim Tae-young. Este pobre ya ofreció su dimisión en mayo, tras las críticas de debilidad por el hundimiento en marzo de 2010 del buque Cheonan, del que también se culpó a Pyongyang. Los estadounidenses participan en esas maniobras a partir del 28. Y han trasladado desde Yokosuka, junto a Tokio, al mar Amarillo, al “grupo de combate” del portaaviones de propulsión nuclear George Washington, de 99 mil Tm. de desplazamiento, con 6000 tripulantes y 90 aeronaves diversas, escoltado por 2 cruceros ligeros (más de 9500 Tm.) y 2 destructores pesados (unas 9000 Tm. de desplazamiento), todos “lanzacohetes” tipos SS, SA y antisubmarinos. A sugerencia de China, el año pasado, estas habituales maniobras se realizaron en el mar del Japón y no en el mar Amarillo, para no soliviantar a Pyongyang. China advierte ahora nuevamente que «no se deben realizar maniobras sin su permiso, en su zona de influencia económica». Pero, ¿iba China a arriesgar su prosperidad económica sin precedentes, actuando como la «fábrica» del mundo, por culpa de una «apariencia» percibida por los norcoreanos? ¿No le sería mejor y más fácil «controlar» al aventado Kim?

Las Interpretaciones.

El incidente carece de profundidad estratégica y surge del pensamiento político norcoreano de ganar y mantener la iniciativa. Y de presentar una estructura homogénea, centralizada y monolítica, sin fisuras (sin “flancos expuestos”), ante el enemigo “percibido”. Por ello, la orden de abrir fuego tuvo que partir del Consejo de Defensa y del Supremísimo. Y ello enlaza con el origen sicológico del incidente, que está en la naturaleza del régimen norcoreano. Éste dirige un sistema social cerrado en sí mismo, que percibe el exterior como una amenaza. Y sin tener la suficiente “empatía social” que le permita balancear las ideas deformadas y deformantes de la realidad, y desecharlas antes de que aniden. Así, los gobernantes norcoreanos perciben fácilmente una amenaza cierta, donde sólo hay una acción ajena normal, pero diferente a las suyas.

Estas ideas erróneas obsesivas son activas y se retroalimentan. Así se va desarrollando todo un sistema mental complicado de ideas delirantes primarias y derivadas, que atormentan, condicionan y guían a los afectados. Sus raíces anímicas, profundas e impulsoras están en los instintos universales del temor, las pérdidas y la supervivencia.

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