España en Afganistán

¿Hacemos Actividades Socio Políticas Protegidas y de Policía o Guerra     Contrainsurgencia Activa?

Variadas son las tareas y misiones de las fuerzas aliadas de la ISAF en Afganistán. Así, existen 2 grandes grupos de misiones sobre el terreno. Uno es el sostenimiento de la lucha, a través de obras civiles y sociales, de reconstrucción, formación y acercamiento a los afganos. La otra es la lucha contra las bandas armadas. Para aniquilarlas (destruir su voluntad de lucha y/o su capacidad de combate) e ir ganando el respeto y el acercamiento nativos. Ambas están lastradas por el hecho de que los encargados de esas misiones son extranjeros, de civilización y etnia diferentes a los afganos. Y, además, con tiempos de servicio muy cortos y con plazos de retirada, no sólo definidos, sino inminentes.
¿Qué más Podemos Hacer? ¿Podremos Ganar?

Una opinión de un Aliado importante.

El buenismo de las alianzas entre culturas divergentes, sean o no antagónicas, apuesta por la ausencia de guerras, de terroristas alucinados y de tiranos aprovechados en el Mundo. Esto es muy idílico, muy deseable y muy improbable. Y nos recuerdan viejas posturas seudo pacifistas, recurrentes en los períodos de entreguerras europeos. Y por ejemplo, analizando la historia del Imperio Otomano, nunca fue más grande y más poderoso, ya mucho antes de 1453, que cuando combatió a los distintos países europeos de turno. Y su decadencia siempre surgió cuando se apartó de esta línea de acción exterior “imperial y religiosa”.
Sabemos que Washington y otros aliados activos menores no estarán siempre ahí para costearnos social y económicamente la defensa de una civilización común. Robert Gates, en una de sus últimas intervenciones como Secretario de Defensa, ante la reunión de ministros de Defensa de la OTAN del 8 de junio, se ha quejado en este sentido. “¿Le compensa a los EEUU lo que pone en la NATO?” “Las restricciones nacionales han atado las manos de los comandantes de campo de manera irritante” Gates, secretario del ramo con Bush Jr. y con Obama, se manifestó muy preocupado por una Alianza militar dividida en su compromiso real, entre dos clases de aliados. Con miembros que se especializan en misiones humanitarias y labores de desarrollo social y económico y de policía. Donde los medios militares a disposición están dispersos, dilapidados e infrautilizados. Y los miembros que realizan las misiones de combate y de lucha contra la insurgencia reales.

La Actuación Española en Perspectiva y Posibilidades.
La antigua base “General Urrutia”, junto a la capital de Bagdhis, se usó hasta hace bastantes meses como centro de formación de los policías afganos. Ahora ha sido entregada a los afganos. Y ha sido sustituida desde el verano pasado por una gran base militar, situada junto al aeropuerto de Qala-i-Naw. El nuevo acuartelamiento tiene un perímetro de unos 6 kilómetros protegidos y unas 70 hectáreas de superficie, con una capacidad para aproximadamente 1.300 personas. Su estructura está dividida en 5 zonas: mando, logística, servicios, viviendas y campos de tiro. La zona de servicios es a la carta: disfrutando de comedor, cocina, barras, gimnasio, locutorios telefónicos y de Internet, biblioteca, capilla, tienda de efectos y campos de deporte. Cuenta con una central eléctrica propia y una planta depuradora para el agua. Durante su construcción se ocuparon a unos 200 trabajadores locales de media al día. La base costó unos 44 millones de euros, entre la compra de terrenos, el levantamiento de los edificios y las comunicaciones internas. Los terrenos ocupados son colinas terrosas ocres. Los amplios desniveles de la zona, las necesidades defensivas y el clima de la región, húmedo en invierno, formando fangales, obligaron a remover medio millón de metros cúbicos de tierra en la obra civil. Y hubo que conectar los distintos pabellones con vías especiales.
El Equipo de Reconstrucción Provincial (PRT) de Badghis tiene su cuartel y equipamientos en esta base. A mediados de 2010 había en Afganistán entre 1.600 y 2.000 soldados y militares españoles. Esto suponía entre cuatro y cinco veces más militares que en la primavera de 2004. La gran base “Ruy González de Clavijo” es un ejemplo de instalación militar para la protección, la comodidad relativa y el aislamiento de las fuerzas de la ISAF. Que da tranquilidad a los políticos y a los mandos, por la seguridad relativa que brinda a sus hombres, en una zona poco disputada por los insurrectos.
En torno a nuestras grandes posiciones fijas en Qala-i-Naw, hemos establecido también reductos reforzados, siguiendo la llamada ruta Lithium y la gran Carretera Circular afgana. Ambas unen las dos principales localidades de Badghis: Qala i Naw y Bala Murghab. La primera discurriendo a la izquierda y la otra, a la derecha. Bala Murghab es un centro operativo recidivo de la insurgencia de la provincia. Desde hace tiempo, la ISAF intenta asegurar el paso de convoyes por esa vía, provocando  enfrentamientos con los irregulares. La ruta Lithium está protegida por dos destacamentos españoles fijos, situados en Sangh Atesh y Ludina. En Ludina hay una compañía de la Legión y en el otro, una sección. El último fue establecido esta primavera. Como avanzadas de combate o posiciones de observación se han establecido en las alturas del seco valle varias posiciones semifijas, como la Echo o la Golf. No sirven de gran cosa, porque el enemigo las identifica pronto. Y es un enemigo que no deja una huella táctica apreciable a la observación fija y rutinaria. Una sinuosidad del terreno de menos de un metro, ya le oculta de las vistas. Incluso, sin formación de zapador, puede acercarse a las posiciones militares. Usando para ello la ocultación que le prestan las crestas de alturas. Sólo la observación casi desde encima de éstas puede impedir el acercamiento enemigo a pocos metros, a menos de tiro de granada. La función de los observatorios es avisar a las unidades que los despliegan, de los movimientos sospechosos y evitar las sorpresas a los destacamentos principales. Se complementan con las patrullas motorizadas a lo largo del valle y con los vuelos de los “drones”.
La otra carretera es la sección provincial de la carretera más importante de Afganistán. Su trazado recorre el país, dando una gran vuelta. Aunque hasta hace poco no se completaron totalmente su cierre y su firme definitivo, que no es gran cosa. Ella es algo así como una M-30 a nivel nacional. La llaman, sin demasiada ocurrencia, la Ring Road. La Carretera Circular une Herat con Bala Murghab, pasando por Qala-i-Naw. Desde aquí, para dar seguridad a las obras de ingeniería civil hacia Bara Murghab, hemos establecido también dos posiciones fijas en Muqur y Darra i Bum, fuerte en una compañía. Hacia Herat, capital de la otra provincia donde estamos, tenemos una posición fija en el paso de Sabzack.
Las bandas más organizadas se mueven en grupos pequeños de paisanos, que convergen sobre su objetivo de madrugada. No tienen vehículos ni piezas de artillería. Sus armas “pesadas” son el lanzacohetes monotubo, el mortero desmontable, los lanzagranadas tipo RPG y RL y las ametralladoras ligeras RPD o PK Para atacar una posición débilmente defendida o sin ánimos de lucha, bombardean brevemente con el fuego de los lanzacohetes. Luego se acercan para emplear los morteros. Y, finalmente, el asalto lo realizan varias escuadras independientes. Que convergen desplegadas en línea quebrada, avanzando y disparando ráfagas de su armamento personal, con sus armas “pesadas” al final. Probablemente para realizar estas acciones más audaces, tengan que venir bandas pashtunes, más fogueadas y duras, desde el sur o el este del país.
En la contrainsurgencia activa y eficaz, ávida de localizar al enemigo y de batirlo, las grandes bases militares se incrustan en el territorio enemigo. Son los centros de las redes operativas contrainsurgentes. Formadas sobre las patrullas activas de combate o de exploración, que operan en el territorio hostil. Y que tienen como “nudos” o soportes inmediatos a los reductos fortificados o reforzados. Éstos pocas veces necesitan más de una sección de fuerzas contraguerrilleras. Incuso, sólo con 4 o 5 hombres decididos y motivados, un puesto puede ser defendido por un tiempo. Mientras, los otros, formando 1 o 2 patrullas, pueden salir a hostigar a los guerrilleros, a vigilar las líneas de comunicaciones o a apoyar a otros puestos. La red de patrullas y de pequeños puestos militares, actuando en las zonas en disputa con los talibanes, tiene como fines operativos: negar la iniciativa y la movilidad a las guerrillas; cortar sus comunicaciones con sus bases, con su red de colaboradores y entre ellas. Y levantarlas, como a la caza, de sus “bases” protectoras de carácter civil y de sus reductos aislados. Una cualidad necesaria de sus mandos es la de poseer la fiereza y la garra inherente al choque armado. Satisfaciendo la “necesidad educada” de rematar la faena hasta su mismísimo fin. En este tipo de guerra irregular es necesario actuar sin tibiezas, dudas o condicionamientos ajenos y con celo del triunfo. Porque la moral es el principal activo de las guerrillas y de los militares. Y se desplaza, formando un flujo vital, entre ambos contendientes de esa guerra, según éstos logren éxitos militares y civiles. El conocimiento de los insurrectos de su zona y de su vecindario es en esta guerra un activo mayor.
Y es en las áreas más leales o neutrales donde se pueden ensayar las técnicas y los métodos de acercamiento sincero y efectivo a la población afgana. Las fuerzas nativas de autodefensa, apoyadas por patrullas militares móviles, a cargo de una zona manejable, deben soportar aquí el peso de mantener su propia seguridad. En esta zona pueden localizarse las reservas helitransportadas y mecanizadas suficientes, para ser enviadas en operaciones de apoyo o de ataque a las otras  clases de zonas operativas. También las brigadas de apoyo económico y de rearme cívico, pueden tener aquí sus almacenes y barracones centrales.

(CONTINUARÁ)

A THEORY OF THE CONTEMPORARY WARS

The appearance of the atomic weapon at the end of the World War II supposed a milestone in the exposition, development and manifestation of the wars. The industrial modern powers, not necessarily advanced (neither China nor India were it), could develop, on having ended the World War and in a ripeness period of around 30 years, first the nuclear weapon of fission and then that of fusion. The military revolution that supposes the atomic weapon resides in the frightening concentration of fire, in time and place, of which it is capable. For example, an atomic bomb of 20 kilotons of TNT is equivalent to the simultaneous and concentrated destruction power in a few km2 of 4 million 75 mm. rounds for the Schneider rapid shooting cannon.

The Atomic Weapon as the Center of the Fires Plan.

All that overcomes qualitatively the mobile and fixed barrages and the punctual and concentrated blows of fires used by the heavy artillery. Nevertheless, that keep their usefulness in the forms of fight without atomic weapons and as tactical complement of these: inside positions, in the fighting near the outside limit of these and in urbanized zones, in the mobile war and in the guerrilla and counter guerrilla warfares. With it, also, the atomic tactical weapon is raised as the king of the fires. And to the plan atomic fires, if existed, must adapt the fires plan and the aviation support, both in the preparation and development of the battles.

In difference with other known or existing weapon, the atomic weapon does not have a proportionality or direct, sufficient and habitual correlation between the means used for it (its different vectors are a rocket, a plane, a heavy artillery round) and the destructive instantaneous effect that it develops. And let’s not believe that at the end of the World War II the fires plan of a battle was paltry or a snot of turkey. But with the atomic weapon it is necessary to mobilize neither big air fleets nor artillery divisions in support, to achieve a destructive given effect.

Let’s see a case of tactical employment of the overabundance of conventional fire means. Not looking for the neutralization of the objective, but his difficult destruction. In July, 1944 the Americans were trying the break of the German front at the west of Normandy. To operationally penetrate with the Third Army of Patton in the strategic rear of this great German rejection front. The Lehr Panzer Elite Division was spreading out in static campaign fortifications, including her scanty tanks as centers of support points of the defense, at the west of Saint Ló. She was occupying a sector of 6 km abreast and 4 km in deep. On July 24, 400 American bombardiers attacked the defense positions without causing serious hurts. The following day, approximately 1600 Flying Fortress attacked systematically them. The units that were supporting the German lines were eliminated almost at complete. The ways and roads of the zone remained impracticable. Towards the midday, the area was resembling a lunar landscape. The effect on toughen, formed and motivated men was indescribable, maddening some ones.

An effect of the atomic fires is the general decrease of the efficiency of the active and passive protections. The effect of the atomic air explosion is spherical. And on a ground surface is circular. This way, the forces must spread out in subunits, looking for the circumference that borders the area, and to realize the marches in smaller or deployed groups. Avoiding this way to offer useful goals to the atomic tactical enemy fires. The armored vehicles, for their speed, maneuverability, cross-country movement and crews protection, are useful in the atomic environment fighting. The burials, in the form of trenches or reinforced pits, and the concealments, the rear slope positions, the forests and the urban and industrial (urbanized) zones, continue having an important value in the tactical defense.

The Strategic Projection of the Nuclear Weapon.

The fission weapon has a potential limited by the characteristics of her critical mass. This is the necessary mass of explosive in order that all the neutrons issued in the fission of the atoms of uranium 235 or plutonium 239, produce in turn an atomic fission and a tremendous emission of energy at an almost instantaneous speed. From a certain size, around a dozen of kilos, the own “exogenous and centrifugal” reaction drives the garbage of the reaction and the chunks of fuel still not fissioned, towards the atmosphere and the land, as part of the radioactive cloud. The fusion weapon, by her part, needs a tremendous activation energy at a temperature of million degrees. For it, she only was achieved to have when the fission weapon was at disposal. This is used as “percussion cap” for the fusion of the «explosive».

In this case, her «size» or explosive capacity only is limited by the general considerations of conception, design and assembly. It is a beyond, fundamentally technological step, which leads the atomic weapon to the areas of the national strategy and of the human morality. This way, weapons can be created with the destruction power of millions Tm. of TNT or Megatons. So, a real barbarity. To what there adds the general, extensive and indiscriminate character of the destruction on persons, equipments, goods and households in many Km around the explosion point. It is an abominable vileness, adapted for a unfavorable and implacable Final Judgment.

The Soviets, in their zeal for the more «visible big», to compensate their real lacks, managed to design the «Tsar» bomb in the 50s. It had a destructive capacity of 100 megatons. Finally, they made exploit a minor variation with almost 60 megatons of power, to avoid failures in the operation. Premier Khrushchev cynically complained that his scientists went away the hand and the device was working out slightly more powerful that the foreseen. The device detonated on October 30, 1961, in the Novaya Zemlya archipelago, around 90000 Km2, in Europa’s extreme North-East, in the Arctic Ocean. Immediately after the event, ABC Daily published a front page, where they were turning out to be superposed on our Spain, the impacts of 5 of these insanity devices. We returned to the Middle Age, without capital means or productive infrastructures.

The Trends for the Wars of the XXth and XXIst centuries.

Till now, the wars were making between big and small «nations». They were the only capable of generating a «will of defense». This .made concrete in the Armed Forces and in the economy, the diplomacy and the people support of their societies. Looking for the defense of their strategic and national interests and their survival. A procedure or protocol existed for the war declaration and for the signature of the peace agreement. The one that was not respecting the honor procedure was considered to be infamous. And if he was turning out to be defeated, could wait for a severe punishment. President Roosevelt, on Monday, the 8th of December, 1941, at 12:30 pm. hour of Washington, in his speech before the American Congress assembled in Joint Session, and transmitted by radio to the nation, was declaring: «Yesterday was a day marked by the infamy…I request you declare the existence of a State of War between the United States of America and Germany, Italy, the Japanese Empire and all their Allies». And ultimately were Hiroshima and Nagasaki.

The contemporary wars lasted a few years. After which, exhausted the industrial capacity and the will of defense of the defeated nations, not necessarily invaded or occupied, these were accepting their defeat and the peace was signed. When the armistice or the peace conditions were too leonine and humiliating, they were originating new vital defense «impulses or take-offs» in the defeated people. Seeking to overcome and avenge the received damages and offenses. Those were the sure germ of a future war within a generation, measured in around 25 years. Just remember the treaty of Versailles or «Diktat» against Germany, signed on June 29, 1919, promoted by Georges Clemenceau, called the Tiger. Whose last payments referred to interests of the already liquidated principal debt, the reunified Germany has just done at the end of September, 2010, approximately 90 years after accepted.

The threat of the use of the atomic weapon in the war between the industrial powers, removed indefinitely the historical and recurrent danger of a war of interests of any class between them. The civil and military leaders of all of them, have exhibited throughout more than 65 years an exquisite tact, supported by the nationals diplomacy and economy, in the international relations and in the resolution of the raised conflicts. No «minor» relative question was deserving to assume the risk of an uncertain, costly nuclear warfare and without clear «victors». In any case, the big hegemonic powers or the principal ones in a strategic zone, were solving regionally his ideological and of interests fighting. And they were doing it by means of regionally limited sectoral wars. Where were fighting their partners and like-minded, local, not atomic and subsidiary nations, even out of their strategic natural zone. There we have the case of Angola, Cuba and South Africa, after the decolonization of the first one. Also the fight in the Horn of Africa between Mengistu Haile Mariam’s Ethiopia, Cuba and Siad Barre’s Somalia. The latter’s overthrow, after his defeat in the war for getting the Ogaden Desert in 1991, precipitated Somalia in the chaos in which still is. And we have the Israel and the Arabic bordering countries case, which threaten her from time to time with her elimination and with throwing to the sea the surviving Jews.

The International Politics alters the initial Status Quo.

But the unstoppable proliferation of the atomic weapon between nations of cultures and idiosyncrasies very different from those of the big industrial original nations, can present a new, serious and complex problem. The nuclear threat is so radical and dangerous, that already now the «confidence» does not turn out to be sufficient in the rationality, the goodness and the good perform of all the world leaders, for its exposition and launch. The weapon systems to use will determine if the wars will be or not total. And it is necessary to apply real and practical limitations to those, which guarantee the rights of the Humanity in her survival and peace.

Let’s remember, in addition, that nobody grants the personal and collective human rights. It neither gains them nor obtains any group, supposedly anticipated and activist. They are inherent in the human nature and in all those who take part of her. What can do the political and religious collectivities is to recognize them or not and to defend them or not.

The mentioned systems include the defense systems against the military conventional vectors of the nuclear weapons: ballistic and selfguided rockets and aircraft and several types of ships. But a suicidal group can be also the vector of an atomic weapon of several hundreds of kilotons. That introduces it in an enemy urban center (city, barrack, industrial center). Any rascal power, even as part of a delirious strategy, can facilitate this type of devices to radical anti Western groups, which do not lack economic resources. This would connect intimately the types of contemporary wars.

Nowadays, the Islamic radicals are those who use with profusion and diffusion the suicides. Candidates to use this type of “arm of use and throw», do not lack to any group. And even a certain market exists between the radical Islamic groups, to punctually be facilitated «voluntaries». In the last years, the followers of the Sunna are who are using the suicide in the Islamic Yihad. It is used by al-Qaida, the Afghanistan’s Taliban of the mulhas Omar and Haqqani and the Tehkrit-e-Taliban Pakistan, the members of Hamas and the Pakistani separatists in the Indian Kashmir, accused of the assault to Bombay. The shiies of the Lebanese Hezbollah and Iran do not habitually use it. Though in the assault against the barracks of the western forces in Beirut in October, 1983, which was the presentation in society of Hezbollah, the drivers of the trucks, full of explosives, thrown against those, were suicidal. Also, the Iranians used their basijs militias in frontal massive assaults against the fixed reinforced positions, supported by mine fields, of the Iraqis, during the war from 1981 to 1989. The basijs were «popular militias» of the Islamic Republic of Iran. Without organization, method, discipline, resources or too much military instruction. But they were full of religious and patriotic anxieties. They were the last to come to the Khomeini revolution. And they had to demonstrate their fervor and militancy for her. In the Iranian cities they had turned into a rebellious problem for the clerical shii authorities. That canalized his redeeming impulse towards the lay enemy front. The militias were authentic, dispensable «cannon fodders».

(continuará)

TEORÍA DE LAS GUERRAS CONTEMPORÁNEAS

La aparición del arma atómica al final de la II guerra mundial supuso un hito en el planteamiento, desarrollo y manifestación de las guerras. Las potencias industriales modernas, no necesariamente avanzadas (ni China ni India lo eran), pudieron desarrollar al acabar la guerra mundial y en un período de maduración de unos 30 años, el arma nuclear de fisión y luego el de fusión. La revolución militar que supone el arma atómica reside en la pavorosa concentración de fuego, en tiempo y lugar, de que es capaz. Por ejemplo, una bomba atómica de 20 kilotones de TNT equivale a la potencia destructora simultánea y concentrada en unos pocos km.2 de 4 millones de proyectiles de 75 mm. para el cañón francés Schneider de tiro rápido.

El Arma Atómica como Centro del Plan de Fuegos. Su Proyección Estratégica.

Todo esto supera cualitativamente a las barreras móviles y fijas y a los golpes puntuales y concentrados de fuegos empleados por la artillería pesada. Que, sin embargo, mantienen su interés en la formas de lucha sin armas atómicas y como complemento táctico de éstas: en el interior de posiciones, en la lucha cerca del límite de éstas y en zonas urbanizadas, en la guerra móvil y en las guerras de guerrillas y contraguerrillas. Con ello, también, el arma atómica táctica se erige en el rey de los fuegos. Y al plan de fuegos atómicos, si existiera, debe adaptarse el plan de fuegos artillero y de aviación, en la preparación y desarrollo de las batallas.

A diferencia con las otras armas conocidas o existentes, el arma atómica no tiene una proporcionalidad o correlación directa, suficiente y habitual entre los medios empleados para su uso (sus distintos vectores son un cohete, un avión, un proyectil de artillería pesada) y el efecto destructor instantáneo que desarrolla. Y no creamos que a fines de la II guerra mundial el plan de fuegos de una batalla era baladí o moco de pavo. Pero con las armas atómicas no hay que movilizar grandes flotas aéreas ni divisiones de artillería de apoyo para lograr un efecto destructor dado. Veamos un caso de empleo táctico de la sobreabundancia de medios convencionales, buscando no la neutralización del objetivo, sino su difícil destrucción.

En julio de 1944 los estadounidenses intentaban la ruptura del frente alemán al oeste de Normandía. Para penetrar operativamente con el Tercer Ejército de Patton en la retaguardia estratégica de ese gran frente de rechazo alemán. La división panzer Lehr de élite se desplegaba en fortificaciones de campaña estáticas, incluidos sus escasos tanques como centros de puntos de apoyo de la defensa, al oeste de Saint Ló. Ocupaba un sector de 6 Km. de frente y 4 Km. de fondo. El 24 de julio 400 bombarderos estadounidenses atacaron las posiciones de defensa sin ocasionarles graves daños. Al día siguiente, unas 1600 fortalezas volantes las atacaron sistemáticamente. Las unidades que sostenían las líneas alemanas fueron eliminadas como tales casi al completo. Los caminos y las carreteras de la zona quedaron impracticables. Hacia el mediodía, el área semejaba un paisaje lunar. El efecto sobre hombres curtidos, formados y motivados fue indescriptible, enloqueciendo algunos.

Un efecto de los fuegos atómicos es la disminución general de la eficacia de las protecciones activas y pasivas. El efecto de la explosión atómica aérea es esférico. Y sobre una superficie terrestre es circular. Así, las fuerzas deben desplegarse en subunidades por la circunferencia que la limita, y realizar las marchas en agrupaciones más pequeñas o desdobladas, evitando ofrecer blancos útiles a los fuegos atómicos enemigos. Los vehículos blindados, por su velocidad, maniobrabilidad, movimiento campo a través y protección de las tripulaciones, se prestan a la lucha en el medio atómico. Los enterramientos, en forma de trincheras o pozos reforzados, y los ocultamientos, las posiciones en la pendiente posterior, los bosques y las zonas urbanas y fabriles, siguen teniendo un valor importante en la defensa.

El arma de fisión tiene un potencial limitado por las características de su masa crítica. Ésta es la masa de explosivo necesaria para que todos los neutrones emitidos en la fisión de los átomos de uranio 235 o plutonio 239, produzcan a su vez una fisión atómica y una emisión tremenda de energía a una velocidad casi instantánea. A partir de un determinado tamaño, del orden de la decena de kilos, la propia reacción exógena y centrífuga impele los restos o basura de la reacción y los trozos de combustible aún no fisionados hacia la atmósfera y la tierra, como parte de la nube radioactiva. El arma de fusión, por su parte, necesita una tremenda energía de activación, a una temperatura de millones de grados. Por ello, sólo se logró tenerla cuando se dispuso del arma de fisión. Éste sirve de fulminante para la fusión del “explosivo”. Pero su “tamaño” o capacidad explosiva sólo está limitada por las consideraciones generales de concepción, diseño y montaje. Es un paso más allá, fundamentalmente tecnológico, que lleva al arma atómica a los terrenos de la estrategia nacional y de la moral humana. Así, se pueden crear armas con la potencia destructora de millones de Tms. de TNT o megatones. Una verdadera barbaridad. A lo que se suma el carácter general, extenso e indiscriminado de la destrucción sobre personas, equipos, bienes y haciendas en muchos Km. alrededor del punto de explosión. Es una villanía abominable, apropiada para un Juicio Final.

Las Guerras de los Siglos XX y XXI.

Hasta ahora las guerras se libraban entre “naciones” grandes y pequeñas. Ellas eran las únicas capaces de generar una “voluntad de defensa”, concretada en unas fuerzas armadas y en el apoyo de la economía y la diplomacia de sus sociedades, para la defensa de sus intereses estratégicos y nacionales y su supervivencia. Existía un procedimiento o protocolo para su declaración y para la firma de los tratados de paz. El que no respetaba las normas de honor era considerado infame y si resultaba derrotado, podía esperar un severo castigo. El presidente Roosevelt, el lunes 8 de diciembre de 1941 a las 12:30 p.m. hora de Washington, en su discurso ante el Congreso reunido en sesión conjunta, y transmitido por radio a la nación, declaraba: “Ayer fue un día marcado por la infamia… Ruego a Uds. declaren la existencia de un estado de guerra entre los Estados Unidos de América y Alemania, Italia, el Imperio japonés y todos sus aliados”. Y al final fueron Hiroshima y Nagasaki. Las guerras contemporáneas duraban unos pocos años. Tras los cuales, agotada la capacidad industrial y la voluntad de defensa de los vencidos, no necesariamente invadidos u ocupados, éstos aceptaban su derrota y se firmaba la paz. Cuando las condiciones del armisticio y de la paz eran demasiado leoninas y humillantes, originaban nuevos “impulsos o arranques” vitales de defensa en el pueblo derrotado. Buscando superar y vengar los agravios recibidos. Ellos eran el germen seguro de una futura guerra en el término de una generación, medida en unos 25 años. Recuérdese el tratado de Versalles o Diktat contra Alemania, firmado el 29 de junio de 1919, promovido por Georges Clemenceau, llamado el Tigre. Cuyos últimos pagos, referidos a intereses del principal ya liquidado, los acaba de hacer a finales de septiembre de 2010 la Alemania reunificada, unos 90 años después de aceptados.

La amenaza del uso del arma atómica en la guerra entre las potencias industriales, alejó indefinidamente el peligro histórico y recurrente de una guerra de intereses de cualquier clase entre ellas. Los mandos civiles y militares o dirigentes de todas ellas, han exhibido a lo largo de más de 65 años un tacto exquisito, apoyados por la diplomacia y la economía nacionales, en las relaciones internacionales y en la resolución de los conflictos planteados. Ninguna cuestión “menor” relativa merecía asumir el riesgo de una guerra nuclear incierta, costosa y sin claros “vencedores”. En todo caso, las grandes potencias hegemónicas o las principales de una zona estratégica, dirimían regionalmente su lucha ideológica y de intereses. Y lo hacían mediante guerras limitadas y compartimentadas entre sus naciones “socias” y “correligionarias” locales subsidiarias no atómicas, incluso fuera de su zona estratégica natural. Ahí tenemos el caso de Angola, Cuba y Suráfrica, tras la descolonización de la primera. También la lucha en el cuerno de África de la Etiopía de Mengistu Haile Mariam, Cuba y la Somalía de Siad Barre. Cuya derrocación, tras la derrota por arrebatarle el desierto de Ogadén en 1991, precipitó a Somalía en el caos en el que aún se encuentra. Y tenemos el caso de Israel y los países árabes limítrofes, que le amenazan periódicamente con su eliminación y con echar al mar a los judíos supervivientes.

La Política Internacional altera el Status Quo inicial.

Pero la proliferación imparable de las armas atómicas entre naciones de culturas e idiosincrasias muy diferentes a las de las grandes naciones industriales originales, puede presentar un problema nuevo, grave y complejo. La amenaza nuclear es tan radical y peligrosa como para que ya ahora no resulte suficiente la “confianza” en la racionalidad, la bonomía y el buen hacer de todos los dirigentes mundiales, en su planteamiento y lanzamiento. Son los sistemas de armas a usar los que determinarán si las guerras serán o no totales. Y es necesario aplicar limitaciones reales y prácticas a aquéllos, que garanticen los derechos de la humanidad en su supervivencia y paz. Recordemos, además, que los derechos humanos personales y colectivos no los otorga nadie. Ni los gana ni consigue ningún colectivo supuestamente adelantado y activista. Son inherentes a la naturaleza humana y a todos los que de ella participan. Lo que pueden hacer las colectividades políticas y religiosas es reconocerlos o no y defenderlos o no.

(continuará)