RUSIA, DE AYER A HOY…

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, declaró el jueves 12 de diciembre de 2013, en su discurso anual sobre el estado de la nación, la aspiración de convertir a Rusia en “líder mundial con valores conservadores tradicionales”. “Aspiramos a ser líderes”, proclamó Putin en la sala de San Jorge del Kremlin ante 1.100 personas, incluidos los miembros de las dos Cámaras del Parlamento estatal. Añadiendo que, en los últimos años la “regresión, la barbarie y la sangre” han sido el resultado de los intentos de “imponer a otros Estados unos modelos supuestamente progresistas”. Los acontecimientos que se dieron en África del Norte, en alusión a Libia, se han evitado por el momento en Siria, dijo Putin. Que consideró un “éxito común” internacional, la forma en que se ha tratado la crisis siria, donde “se consiguió evitar la injerencia militar y la difusión del conflicto”.

El Discurso Presidencial de 2013.

Putin mostró su preocupación ante los programas estadounidenses de fabricación de cohetes de crucero de largo alcance. Y declaró que la paridad estratégica puede descompensarse debido al “aumento del potencial de los sistemas estratégicos de alta tecnología no nucleares”, combinado con el incremento de las posibilidades de los sistemas antimisiles. “Nadie debe abrigar ilusiones sobre la posibilidad de lograr una superioridad militar sobre Rusia. Esto no lo permitiremos jamás”, dijo. El presidente afirmó que Rusia destina un total de 23 billones de rublos (más de 522 mil millones de euros) para el rearme del Ejército y la Armada y la modernización de la industria armamentista, y calificó estos recursos de “sin precedentes”. Esta cifra era algo superior al presupuesto del Pentágono, que, a diferencia del ruso está sufriendo recortes, que son especialmente importantes en el desarrollo de las modernas tecnologías. Un ejemplo son los cohetes de hipervelocidad (del orden de los 10 Match), que los chinos han lanzado con éxito desde un cohete, que actuaba de fase inicial de lanzamiento y que los estadounidenses, tras varios fallos empleando menores velocidades, han abandonado por ahora.

La novedad del discurso de este año fue la declaración de la “ideología del conservadurismo”, que Putin ha comenzado a propagar de forma cada vez más explícita y coincidente con el conservadurismo de la Iglesia Ortodoxa rusa. El presidente no mencionó a ninguna confesión en especial. Pero, al abordar los asuntos internacionales desde el punto de vista de la competencia internacional militar, política, económica y técnica, destacó la afirmación de los valores “para un país como Rusia”, con “experiencia de muchos siglos”. Opinó Putin que “en muchos países se reexaminan las normas de la moral, se difuminan las tradiciones nacionales y las diferencias entre naciones y culturas”. “De la sociedad ahora exigen … el reconocimiento obligatorio del valor equiparable del bien y del mal, conceptos de sentido opuesto, aunque parezca extraño”. La política de destrucción de los valores tiene “consecuencias negativas para la sociedad” y es “radicalmente antidemocrática. Ya que se pone en práctica a partir de ideas “abstractas” y “en contra de la voluntad de la mayoría popular, que no acepta los cambios que están sucediendo y la revisión propuesta”, dijo Putin. El líder ruso considera que en el mundo “hay cada vez más gente que apoya nuestra posición de defensa de los valores tradicionales, que durante milenios fueron la base espiritual y moral de la civilización de cada pueblo, valores de la familia tradicional, de la vida humana verdadera”. El dirigente ruso subrayó que se refería a los aspectos materiales, morales y religiosos. Y, admitió, “claro que esto es una posición conservadora”.

Estas ideas así expresadas coinciden con el contenido ideológico de nuestro reciente artículo “La Defensa flexible y móvil de las Posiciones Ideológicas”, publicado en WAR HEAT, que pueden y deben ser defendidas como lo son las posiciones físicas, geográficas, militares. Sólo que por otros medios personales y sociales, que defienden a los individuos y sus grupos sociales.

Los Orígenes de la Rusia.

Hace más de 1200 años, los vikingos de Suecia, una “combinación ad hoc e interconvertible”, según las conveniencias, de comerciantes, ventajistas y rapiñadores, comenzaron a descender desde el Báltico hacia Constantinopla, siguiendo los grandes ríos rusos. En el siglo IX, su caudillo Rurik estableció un principado en Novgorov y su linaje dinástico creó el reino de Kiev, que sería la semilla y el origen de la Rus. Uno de sus reyes, Vladimiro el Santo, que consolidó la unión de todas las regiones “ucranianas”, se casó con la princesa Ana, hermana del emperador bizantino Basilio II. Y, para contraer esas nupcias, Vladimiro se tuvo que bautizar en la fe católica. Así, Kiev comienza a convertirse poco a poco en un centro religioso autónomo de Constantinopla. Que es impulsado por la nueva y pujante civilización creada por la mezcla irradiante de escandinavos, eslavos y bizantinos y asentada en las tierras de Ucrania. Entre Vladimiro y su sucesor en el trono, Yaroslav el Sabio, eliminaron la influencia de los varegos, los hombres del Norte, en el reino. Y, los restos escandinavos existentes fueron sometidos. Surge así el primer estado ruso (eslavo) unitario de Kiev. Pero la efervescencia de los intereses y egoísmos de los nobles y jefes de armas eslavos no estaba apagada, ni canalizada. Y, tras la muerte de Yaroslav en el año 1054, el incipiente reino se desmembró en numerosos principados autónomos y recelosos entre sí.

Pero, en apenas algo más de siglo y medio, Rusia se vería también enfrentada externamente a una grave amenaza a su supervivencia, que provenía del Asia profunda e ignota. En efecto, en febrero de 1221 un cuerpo de ejército de 20 mil jinetes mongoles, iniciaron un reconocimiento en fuerza de dos años por las estepas occidentales rusas, buscando rutas de avance para sus ejércitos hacia Europa. Por fin, en el invierno de 1237, los mongoles cruzaron el helado Volga y penetraron en Rusia. El ejército invasor alcanzaba los 120 mil jinetes ligeros y pesados e impedimentas, medios de asedio y auxiliares. Durante los 3 años siguientes, los mongoles asolaron sistemáticamente los principados rusos del oeste. Los ríos helados les servían como anchas y largas vías sin obstáculos, para penetrar profundamente en aquéllos y para dislocar posicionalmente a las fuerzas defensoras enemigas. Con la toma de Kiev en diciembre de 1240, la resistencia rusa desapareció. Y los mongoles alcanzaban en fuerza los montes Cárpatos, el obstáculo natural que protegía a Hungría. Pero, a fines de 1241, Ogadai Kan moría en la ciudad de Karakorum. Los príncipes electores debían regresar a Mongolia para hacer valer sus derechos de sucesión y la invasión de Europa se suspendió “sine die”. El príncipe Batu regresó a su campo base de partida, en Sarai, cerca del Volga y a escasos 100 Km. al norte de Astrakán. Y allí estableció un imperio mongol subsidiario, una gran “marca fronteriza protectora” creada en las tierras del oeste de Rusia, el kanato conocido como la Horda de Oro. En su torno y dentro de Rusia, existieron también otros kanatos menores.

Sobrevino para Rusia una época difícil y oscura, dominados los rusos cristianos por una civilización incapaz de construir y avanzar por los caminos de la paz y el progreso. “Una civilización sin virtudes”, parafraseando el discurso de Putin. Y que estaba basada en el terror, el avasallamiento y la rapiña de los súbditos sojuzgados. Rusia quedó así separada de Europa por un largo tiempo. Pero, esto pudo ser hasta ventajoso para el futuro a largas vistas, para el futuro histórico de la Gran Rusia. Porque, por el Oriente europeo, sus competidoras eslavas, Polonia y, sobre todo, la entonces pujante y extensa Lituania, se hubieran repartido a Rusia. Y, como eran unas civilizaciones mucho más perdurables y similares, hubieran incorporado y asimilado a muchos principados rusos, aún inconexos como nación. Saltando al siglo XIV, la hegemonía rusa pasó a Moscú, en el reinado de Iván I Kalita y comenzó entonces un largo proceso de unificación de la nación, que culminaría con el zar Iván III el Grande, ya en el siglo XV.

De la Gran Guerra por la Patria y sus Consecuencias.

Cuando los alemanes invadieron la URSS el domingo 22 de junio de 1941, lo hicieron en uno de las etapas estratégicas más favorables para ellos. Tras la purga realizada por Stalin en 1937 de los altos mandos del Ejército Rojo de Obreros y Campesinos (RKKA, del ruso Рабоче-Крестьянская Красная Армия, Raboche-Krestianskaya Krasnaya Armia), éste estaba en plena reorganización moral, doctrinal y estructural. El miedo, la decepción y la desconfianza hacia sus iguales se habían extendido por los mandos de las FFAA soviéticas. De sus 75 a 80 mil oficiales, al menos 30 mil fueron ejecutados o detenidos y otros 10 mil fueron degradados y despedidos del servicio. Pero, esto fue demoledor para los altos mandos y jefes. Así, fueron purgados: 3 de los 5 mariscales; todos los 11 comisarios en funciones de Defensa; todos los jefes de los distritos militares del país; los jefes y sus jefes de EEMM de la Flota de la Aviación; 14 de los 16 jefes de ejército; 60 de los 67 jefes de cuerpo de ejército; 136 de los 139 jefes de división; 221 de los 397 brigadieres y la mitad de los jefes de regimientos. Según los historiadores, el criterio esencial para la eliminación de los jefes y mandos superiores fue que los depurados no debían sus puestos a Stalin y que podrían llegar a ser un desafío a su “autoridad”…

Además, las grandes unidades rusas estaban desplegadas a lo largo de sus fronteras del Oeste, formando un enorme e inerte muro protector. Pero esta aparente fortaleza seguía una doctrina anquilosada, recuperada malhadada y rápidamente tras la Purga. Y que era eficaz solamente para contrarrestar los movimientos a pie de grandes masas de enemigos por la zona táctica. Esas grandes unidades no tenían una capacidad suficiente para actuar en la profundidad operativa alemana (circa entre 20 y 80 Km. en esa época), ni contaban con unidades blindadas equipadas y entrenadas y con la doctrina para su conducción autónoma, que les permitiese enfrentar y batir las puntas de avance panzer. Éstas cortaban por las junturas libres del despliegue soviético, sin chocar y mellarse en hueso, y lo desarticulaban operativamente. El ataque de flanco y de revés terminaba en el cerco de los ejércitos y grupos de ejércitos soviéticos, que, aislados operativamente, sin órdenes claras y directas y desmoralizados, perdían su capacidad de combate eficaz, se volvían irrelevantes y se rendían por millones de hombres a los ejércitos de infantería e hipomóviles alemanes, que los rodeaban finalmente. Pero, la diversión operativa alemana de invadir los Balcanes en esa primavera, olvidando el objetivo principal que tenían enfrente, les hizo perder meses preciosos de buen tiempo para el movimiento de sus divisiones de carros y de granaderos blindados por las inmensas llanuras de Bielorrusia y Ucrania. Y este error lo pagarían muy caro después…

Los altos jerarcas del Partido y del Estado soviéticos quedaron conmocionados y anonadados por el golpe militar alemán. Que, no por “supuesto e inevitable”, no era percibido o no quería ser percibido como tal. Viajeslav Mijailovich Molotov, ministro de Asuntos Exteriores de la URSS, apenas balbuceo en un mensaje a von Ribbentrob, su colega y aliado nazi, “no nos merecíamos esto…” En efecto, los jefes soviéticos hicieron lo posible por evitar en esos momentos difíciles la guerra con Alemania y dieron órdenes de no responder a sus provocaciones fronterizas. Que desde abril de 1941 se multiplicaban en: reconocimientos en fuerza, tiroteos esporádicos y vuelos de reconocimiento hasta la zona operativa.

La URSS tuvo que realizar entonces la reestructuración de sus FFAA; la creación y la aplicación de una doctrina moderna y propia de la estrategia operativa y de la conducción de las tropas blindadas, recogiendo para ello las ideas de la maniobra profunda del mariscal Mijail Tujachevski, uno de los principales purgados en 1937, y otros; la recuperación de los jefes y mandos supervivientes de la Gran Purga, rehabilitando a muchos de ellos; la movilización, el equipamiento y el entrenamiento de millones de nuevos reclutas movilizados. Y, mientras tanto, enfrentarse con lo que tenían al empuje arrollador de los alemanes en las vastas regiones de sus repúblicas europeas. En esta primera fase de la guerra, la URSS planteó una defensa rígida de las posiciones de rechazo ocupadas, pero utilizó también la cesión de terreno al enemigo en su profundidad, para agotarlo y alargar sus líneas de abastecimiento y de sustitución de unidades y hombres.

Para el verano del 42, esto comenzó a dar sus brotes verdes y un año después, en la batalla de Kursk, la URSS ganó la iniciativa estratégica y ya no la perdió en los casi dos años siguientes. Los altos jefes soviéticos sabían que, de igual a igual, sus hombres eran mucho peores soldados que los alemanes, especialmente en las operaciones ofensivas. Por tanto, tenían que ganar al menos, todas las batallas que resultasen trascendentales en su esfuerzo de guerra, primero para sobrevivir y, luego, para vencer a Alemania y extender su “orden político social” por la Europa del Este. El secreto residía en la explotación de la zona operativa enemiga. Que estaba mal defendida por una primera línea sin profundidad operativa suficiente, crónicamente escasa de armas anticarros y de reservas panzer y móviles, y, sobre todo, aherrojada a un rechazo rígido sin cesión de espacio por las miopes y desconfiadas directrices superiores nazis. Y el arma diseñada, a partir de la doctrina de la penetración profunda, fue el uso a tope de los selectos y escasos ejércitos de carros. Que en teoría podrían penetrar razonablemente varios cientos de Km. en la retaguardia enemiga.

En el resto de los grandes sectores del frente, los soviéticos, bien se mantenían a la defensiva y fueron maestros en el establecimiento y funcionamiento de áreas, zonas e incluso “regiones” fortificadas casi impenetrables. O bien sus divisiones de infantería, con el apoyo de sus carros orgánicos o asignados en subordinación táctica y reforzadas o no con alguna brigada de Katiuskas y algún regimiento de artillería pesada, realizaban ataques secundarios con objetivos limitados. Si la operación era más prometedora, el Stavka les podía asignar algún cuerpo mecanizado, la unidad móvil más importante, siempre controlada centralizadamente, o, al menos, un cuerpo de carros. Para 1944 existían hasta 26 cuerpos de carros y 11 cuerpos mecanizados en el ejército soviético, pero hasta enero de ese año no fue activado el 6º ejército de carros. A veces un ejército de carros tenía 2 cuerpos mecanizados, pero esto era muy raro, porque éstas eran las grandes unidades más necesarias y escasas de la estrategia operativa soviética. Por otra parte, para la lucha en los terrenos de mala o difícil transitabilidad (con más riqueza conceptual que el “bad ongoing” anglosajón), bosques, montañas y zonas nevadas o pantanosas, los soviéticos empleaban una combinación de un cuerpo mecanizado con otro de caballería. De estos ejércitos móviles hipo-mecanizados nunca hubo activados más de 2 o 3. Tanto éstos como los ejércitos de carros podían equivaler en potencia y capacidad de movimiento operativo a los cuerpos de ejército panzer alemanes. Pero éstos fueron siempre más numerosos; incluso en el año 1944, los alemanes contaban con entre 10 y 18 cuerpos panzer, cierto que de muy variable capacidad, según los medios disponibles.

(CONTINUARÁ)

LA ESTRATEGIA NACIONAL CHINA Y SUS INTERESES INTERNACIONALES III.

(CONTINUACIÓN)

Las relaciones de China con sus vecinos del Este de Asia.

Los contenciosos que mantiene China con los países del Este asiático demuestran lo incómoda, despótica y avasalladora que puede ser su presencia a las distancias cortas. Cuando China cree que están en juego sus intereses nacionales o su orgullo nacional. Cuya pérdida a manos de las “potencias extranjeras” hasta casi mediados del pasado siglo, es uno de los tics neuróticos de la política exterior de Pekín.

El ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, y el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, mantuvieron una conversación telefónica a mediados de mayo de 2014, en la que mostraron un total desacuerdo en el contencioso entre China y Vietnam por la exploración petrolífera que éste último realiza junto a las islas Paracel. Wang le pidió a Kerry que los EEUU «dejen de animar las acciones provocativas de otros países». Refirndose a Vietnam, el cual envió buques a la zona marítima próxima a las Paracel a principios de mayo, para impedir la instalación de una plataforma petrolífera china. Kerry aseguró que fue China la que provocó a Vietnam, al trasladar esa plataforma a las aguas en disputa en las Paracel. La cual iba escoltada por buques chinos, que ahuyentaron con cañones de agua a los barcos vietnamitas. El secretario norteamericano urgió a China y a Vietnam a «relajar las tensiones, garantizar una conducta segura de sus buques en el mar y resolver la disputa a través de medios pacíficos, de acuerdo con la ley internacional». Wang pidió a los EEUU que «trate el conflicto con objetividad y justicia, cumpla sus compromisos y mida sus palabras o acciones». La plataforma, de la petrolera china CNOOC, estaba situada al sur de Hong Kong y fue trasladada a las proximidades de las Paracel (que los chinos llaman Xisha) el 2 de mayo, lo que fue considerado una acción «ilegal» por Hanoi. El 3 de mayo, la Administración de Seguridad Marítima de China anunció la prohibición de navegar a menos de una milla náutica (1,8 kilómetros) de su polémica plataforma. Distancia que aumentó a 3 millas náuticas (5,5 kilómetros) el 5 de mayo.

Por su parte, el primer ministro japonés aprovechó su presencia en una ceremonia militar a fines de 2013, para advertir a China que no permitirá ningún cambio del statu quo en el contencioso territorial de las islas Senkaku, a las que China llama Diaoyu. Abe no descartó cambiar la constitución para reforzar el poder del Ejército: “La situación de seguridad del Japon se ha agravado”. “Las fuerzas armadas deben olvidarse de la idea de que se puede cubrir todo con maniobras militares y de que su mera existencia sirve como elemento de disuasión”, declaro rotundo. Japón teme que China recurra a la fuerza para hacerse con el control de las islas en disputa, en cuyas aguas se cree que hay reservas de petroleo. Shinzo Abe ha autorizado el derribo de “aviones espías no tripulados” que sobrevuelen la zona en disputa. Un portavoz del ministerio chino de Defensa advirtió de que si eso ocurre, China lo considerará como un acto de guerra y, seguramente, emprenderá “acciones decisivas para devolver el golpe”.

El contencioso sobre estos islotes, cuya soberanía reclama también Taiwán, ha deteriorado notablemente las relaciones entre China y Japón, las dos grandes economías de Asia. La disputa territorial surgió en 1970. Japón afirma que ocupa las islas, que antes no pertenecían a nadie, desde 1895. Pero China insiste que el archipiélago fue incluido en el Imperio Chino hace 600 años, y, efectivamente, en mapas japoneses de 1783 y 1785 aparecen como territorio chino. Tras la II Guerra Mundial, el archipiélago estuvo un tiempo bajo control de los EEUU y fue, por fin, entregado al Japón en 1972, junto con la isla Okinawa. Pero, Taiwán y la República Popular de China consideran que ese traspaso fue ilegal. La posición de Tokio es que el archipiélago formó parte siempre de la prefectura de Okinawa. Y explica que las “nuevas reclamaciones de otros Estados” sobre él, se deben a la riqueza en recursos minerales de la zona.

Las tensiones se agudizaron a partir del 11 de septiembre de 2012, cuando el Gobierno de Tokio compró a un propietario privado nipón, tres de las cinco íslas Senkaku o Diaoyu. Japón reclama también la soberanía sobre unos 500 cayos, algo alejados de ellas, pero que adquieren importancia a la hora de demarcar las aguas territoriales del archipiélago. De ellos, unos 158 no tenían ni nombre hasta el día de hoy. A raíz de la escalada de tensiones con China, Japón decidió darles nombres oficiales, para demostrar su soberanía sobre ellos. La lista publicada el viernes 1 de agosto, contiene también los nuevos nombres geográficos japoneses: así, dos de las islas Senkaku, separadas por un istmo, son llamadas Nantokodzima o pequeña isla del sureste y las otras tres se denominan Nanseikodzima o pequeña isla del suroeste, Higasikodzima o pequeña isla del este y Seikhokuseikodzima o pequeña isla del noroeste.

Por su parte, el presidente Barack Obama respaldó a mediados de abril al Japón en esa disputa territorial con China y manifestó públicamente, en un gesto sin precedentes, que Washington apoyará a Tokio en caso en un conflicto militar por las Senkaku. Obama manifestó sin ambages que las islas reclamadas por ambas naciones, pero administradas por Tokio, están protegidas y comprendidas en el artículo 5 del Pacto entre los EEUU y el Japón sobre Cooperación Mutua y Seguridad. Según Nezavisimaya Gazeta, Obama se vio obligado a expresarse tan determinantemente, para recuperar a confianza de Tokio, donde estaban poniendo en duda la capacidad de Washington de defenderlos, tras la diplomática reacción de los EEUU a la adhesión de Crimea a Rusia.

En fin, el 30 de junio de 2014 los ministros de Asuntos Exteriores de los países de la Asociación Nacional del Sudeste Asiático (ASEAN) iniciaron una serie de reuniones en Brunei, con el objetivo de establecer un “código de conducta internacional” que evite un posible conflicto armado en el Mar del Sur de la China. La ASEAN la integran Myanmar, Brunei, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Singapur, Tailandia y Vietnam, que tienen una población total de unos 620 millones de habitantes. China disputa bilateralmente con Vietnam, Filipinas, Brunei, Malasia y Taiwán, la soberanía de una parte o la totalidad de los cientos de islas e islotes del Mar de China Meridional. Que es considerado por Pekín como un «Segundo Golfo Pérsico» propio, por los yacimientos de gas y petróleo que se estima que contiene su subsuelo. El canciller filipino, Albert del Rosario, denunció el incremento de militares chino en las islas cuya soberanía se disputan varios países de la región. E indicó que la presencia del Ejército chino en las cercanías de los atolones de Scarborough y Second Thomas, supone «una amenaza a los esfuerzos por mantener la paz y la estabilidad de la región». En efecto, tanto Filipinas como China reclaman la soberanía sobre los atolones.

Un nuevo escenario estratégico creado por la diplomacia y la economía.

China acogió el lunes 10 de noviembre el inicio de la cumbre de jefes de Estado del Foro de Cooperación Económica de Asia y Pacífico (APEC). Los 21 países miembros, donde destacan Estados Unidos, Rusia, China, Japón, Corea del Sur, Indonesia y Australia, suman más de la mitad del PIB mundial, el 44 por ciento del comercio internacional y el 40 por ciento de la población de la Tierra. El objetivo de un foro así es avanzar hacia el libre comercio en la región geopolítica. China quiere impulsar el Área de Libre Comercio de Asia y Pacífico (FTAAP), que fue anunciada por el Foro en 2006 y que ahora se ha convertido en un caballo de batalla de Pekín. La semana anterior, el director ejecutivo del Foro, Alan Bollard, anunció un “estudio estratégico” sobre la propuesta, aclarando que no era “el inicio de las negociaciones”, para no herir susceptibilidades de otros miembros. Por este objetivo, como no, también rivalizan EE.UU. y China en su pugna por la hegemonía en el Pacífico.

En efecto, los EEUU abanderan su propio proyecto de asociación internacional, la Alianza Transpacífica (TPP), que incluye a otros 11 países de APEC, como Japón y Australia, pero no a China. El gran fallo del mismo es que China es el primer exportador del mundo y el mayor socio comercial de casi toda la región. Y Pekín teme que los EEUU estén intentando contener su auge en el Pacífico, una vez que Obama la definió como el “eje” de su política exterior. Además, aprovechando que la Alianza Transpacífica está paralizada por las diferencias entre los EEUU y el Japón, Pekín está ganando adeptos para su propia Área de Libre Comercio, argumentando que no va en contra de los tratados bilaterales existentes. “La Alianza Transpacífica es muy importante para EE.UU. para reforzar sus lazos con Japón, pero es preferible el Área de Libre Comercio propugnada por el Foro, porque es la única que incluye a ambos países y a China”, señaló el director del Instituto de Asuntos Internacionales de la Universidad Popular de Pekín, en un encuentro con corresponsales. También dijo que “China quiere inaugurar con los EEUU un nuevo tipo de relaciones entre grandes potencias”

Apuntándose un éxito estratégico, Xi Jinping firmó entonces un acuerdo de libre comercio con Park Geun-hye, su homóloga de Corea del Sur, un aliado tradicional de los EE.UU. en la zona. El tratado incluye una veintena de sectores y elimina los aranceles para el 90 por ciento de sus mercancías, dejando fuera el arroz y los coches. Por su parte, los 10 miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) también lanzaron una Alianza Regional Económica (RCEP), que incluye a los 6 países de APEC con los que tienen acuerdos de libre comercio, China, Japón y la India. Y, además de preparar el comunicado final de la reunión, que concluyó el 16, los ministros del Foro firmaron un acuerdo contra la corrupción promovido por China, para perseguir en sus países a los funcionarios que huyen al extranjero con grandes fortunas.

(CONTINUARÁ)