INVASIONES DE EUROPA.

En el año 376, los godos cruzaron los limes del este del Imperio romano y se refugiaron en sus territorios orientales. Venían empujados por unos guerreros aún más fieros que ellos: los jinetes de las estepas asiáticas, los nómadas de las yurgas y el arco compuesto, los hunos y tambien los otros, algunos pueblos turcomanos del Asia central. Apenas dos años después, el 9 de agosto, los godos derrotaron a las legiones del emperador Valente, que los querían expulsar de la Tracia, territorio que abarcaba aproximadamente la Bulgaria de hoy. En Adrianópolis murieron unos 20 mil de los 30 mil infantes romanos, incluyendo a Valente. Fue la mayor derrota de Roma desde hacia 369 años. Y los godos se asentaron definitivamente en esos territorios.

LAS LEGIONES, ACOSADAS EN ADRIANÓPOLIS…

Apenas 98 años después, enel 476, el ejército romano de Rómulo Augústulo fue aplastado por los ostrogodos. Que establecieron su reino en Italia, el sur de la Galia y aproximadamente Yugoeslavia. El bárbaro le perdonó la vida a Rómulo Augústulo, tanta era la incapacidad que transmitía. Lo de Augústulo era el peyorativo “pequeño augusto”. Esto trajo la caída inexorable del imperio romano y la expansión de las tribus godas por sus tierras occidentales, hacia Hispania, la Galia e Italia.

Hoy, otro ejército de fieras empuja hacia nuestras tierras, desde el Oriente Medio, a unas tribus árabes de “refugiados”. Al ser perseguidos y acosados por las guerras civiles en los países donde viven, nuestras leyes le dan ese generoso “status político”. Que fue pensado en su origen para proteger y acoger a individuos y grupos selectos de los países del mundo con dictaduras, que llamasen a nuestras puertas. Pero ocurre que estos emigrantes no están tan amenazados, ni desesperados como para buscar acogimiento y protección en los países musulmanes limítrofes con los suyos: Arabia Saudí, Irán, los países del Golfo Pérsico.


En 2015, Europa recibió generosamente a un millón doscientas cincuenta mil refugiados, según los datos aportados por ACNUR y otras fuentes generalmente bien informados. Los últimos países europeos que han tenido que establecer unas mínimas condiciones de entrada para canalizar y represar este flujo anegante de personas anónimas, deseosas de entrar en íntimo contacto con nosotros, han sido Suecia y Dinamarca. El protocolo de Dublín, que determina que un refugiado debe ser registrado administrativamente en el país de la Unión Europea donde primero entre y solicite este “status”, está siendo de nuevo respetado en parte, para asegurar y preservar el espacio Schengen intraeuropeo. Una de los derechos fundamentales de esa Unión.


Esta recepción masiva, desbordante y recrecida de “refugiados políticos”, fue vendida a los europeos con el sentimentalismo, con un sin fin de imágenes de cadáveres desperdigados por algunas playas, de nuestras costas mediterráneos. Y no es que nuestros políticos pensaran más que nosotros en la solidaridad humana. Sino en la salvaguardia de las normas supranacionales de asilo, que ellos habían aprobado. Y que en la primera prueba que sufrían, saltaban por inaplicables por los aires. Ya hacia el siglo V de nuestra era, se hablaba de los cristópteros. Aquellos pícaros de la Alta Edad Media que vivían abusando de la cáritas, que caracteriza al cristianismo en su acción social.

En este año de la Misericordia para los católicos, algunos clérigos europeos han pedido la recepción generosa y casi indiscriminada de los emigrantes del Este. Pero el mensaje evangélico debe ser tomado y asumido en su totalidad. Y no como hacen los yihadistas salafistas con el Corán, esgrimiendo, solamente y con gran vehemencia, las aleyas o versículos que les son favorables. Así, también fue dicho: “No déis vuestras perlas a los cerdos, no sea que, pisoteándolas, se revuelvan contra vosotros y os destrocen”. Por mucho estilo literario oriental y vetusto empleado, la frase de Mateo 7, 6, parece un versículo apropiado para citarlo ahora. Y, en cuanto a los clérigos mudos, que no han leído un libro desde su ordenación: “el insensato (o necio) busca en vano la sabiduría” Proverbios, 14, 7.

Veamos lo que acaba de decir un comentarista indio a fines de 2015: “Tenemos (en la India) unos 13 millones de musulmanes. Han llegado a la India hace diez siglos. Desde entonces, ninguno se ha convertido al hinduismo”. La mayoría de los musulmanes indios viven ahora en Pakistán y Bangladesh (ex-Pakistán del Este). Hay que recordar que el panteón hindú es politeísta. Pero lo dicho es una aseveración y una evidencia de terceros, de que los musulmanes son, en general, refractarios a las conversiones a otras religiones. Y esta apostasía está castigada con la muerte en el Islam.

Curiosamente, Abu Baker al-Bagdadi nos amenazó hace unos meses, diciendo: “Europa será invadida por una ola de emigrantes…” No quiso aclarar más. Formaba parte de su puesta en escena histriónica e indefinida. ¿Hablaba de los emigrantes políticos, empujados por sus muyahidines, que buscan refugio aquí? ¿Era de los yihadistas europeos alucinados por el Estado Islámico, que retornaban a sus países? Para actuar como «escuadras de juramentados» sobre los casi infinitos que ofrecen las sociedades modernas y libres al capricho vesánico de unas fieras irrecuperables: centros comerciales, escuelas, institutos, universidades, iglesias infieles, tiendas, parques públicos, etc.

Estos «refugiados comunes», como siglos antes hicieron los godos, buscan la comodidad, la feracidad y el solaz de nuestras tierras. Y ellos buscan implícitamente enseñorearse de ellas, en un tiempo. Porque su civilización es diferente radicalmente a la nuestra. Y porque anhelan nuestras tierras, mercados y graneros. Y no desean en modo alguno asumir nuestras creencias y nuestros valores permanentes. Que son los que conforman nuestra civilización occidental cristiana.

THE SALAFISM JIHADISM.

IDEOLOGY, HISTORY, METHODS, FAILURES

Origins of the Islam and his Expansion.

The concept of the minor Yihad, blood effort in «Allah’s way» does not exist in the Noble Koran. Nevertheless, there exist in it near 50 aleyas that encourage the Muslims to the defense of the community, to the fight against the unfaithful people and to the armed spread of the Islam. Established the main lines, rapidly the political chiefs of the Umma, including the Prophet, threw hand of the instrument that so clearly was offering them and that they needed to life or death. At the beginning of the Islam, when was reigning the jahiliyya (the barbarism previous to it) in the Arabs, in the times of Mohammed, the Yihad was indispensable and inevitable for the defense of the new religion. That was arising in the middle of a stormy sea of tribes and pagan and idolatrous clans more o less nomads, that were populating Arabia. And the Muslims groups could easily be eliminated by his enemies.

But the March (the Hegira) of him with a handful of followers, from Mecca to Medina in the 622 A.D., inaugurated a new age of transformation in the world and of expansion of the Arabic Islamic theocracy. In that epoch, the power in the whole Middle East or, better, the Asia of the Southwest was distributing between the Persian Empire of the Sassanids and the Empire of Byzantium. A few years later, the Arabs had got hold of the Sassanids Empire (644). And they had restricted the lands of Byzantium in Asia, to the center and west of Minor Asia (the Anatolia). Parallelly, they were controlling the north of Africa: in 641 occupied Egypt and they were rapidly spreading up to Tripoli and the Atlantic coasts of the Maghrib and Ifrikia (in 697). Finally, in 711 they invade the visigoth kingdom of Roman Spain and in 732 penetrate in the kingdom of the Francs.

As in any religious primitive community, the Umma was the center of the mandates and Allah’s benedictions. There being collectivly and keenly lived the fulfillment of a monotheistic and simple doctrine. By the side of the mundane interests, the extension of the Arabic conquests, in his uncontrollable advance during more than one century, brought the control over the goods and wealths of the new and numerous subjects and the political and military power over them. The Moslem domain was established by the presence of a governor with his military garrison, in every city or conquered region. The relation of the new subjects with the Islamic regime was establishing and regulating by the payment to the governor of the periodic taxes for the imposed vassalage and the practising, for the moment, of a different religion. The third reason for this dizzy expansion of the Islam, was attainable to the nobles, chiefs and more out-standing Muslims. And it was the distribution of the power quotas that were generating by the domain, the defense and the governance of the new territories of al-Islam, the lands where the Islam was applying and governing.

The sunnism, which follow near of the 90% of the Muslims, also agrees as divine revelation the Tradition or Sunna of the Prophet. The facts and Mohammed’s comments form the tradition. The major or minor rigor in the selection for the purity of his origin and in the acceptance of this tradition, which was gathered and transmitted by his more immediate followers, characterize the four ideologic sunnis schools, founded astride between the VIIIth and IXth century. The most opened and flexible school, the Chafii founded by the Palestinian al-Chafii, died in Cairo on 820 at the age of 53 years, opened an encouraging door for the pacific evolution of the Islam. She also accepts the «sages of the community consensus» and the analogical reasoning or qiijas, as correct routes for the adjustment of the Islam to all the times and places. Departing from his «rural, illiterate, poor and medieval origin and surrounded of hostiles and barbarism».

After the death of the Prophet in 632 arised times in which the authority of a new chief and the rivalries between Mecca and Medina were threatening the unity and the development of the Islam. The first caliph or successor Abu Baker al-Siddique (632-634) affirmed his authority in the community or Umma and consolidated the caliphate as the «religious politician successors of the Prophet». And for it used the Yihad, in the war of the riddas, establishing a regular army, without wages. Omar, called the Lord of the Believers, was the second caliph (634-644). He organizes the administration and the theocratic system, where the military chief of the conquered land is the delegate of the caliph for the civil matters, the head of the Islam and the secular judge. Otman, the third caliph (644-656), of the family of the Omeyas, continued the armed expansion, but was murdered for leaving out the military caste. Ali was the fourth caliph (656-661), cousin, son-in-law and distinguished companion of the Prophet. But, Muhawiya revolted to avenge his cousin Otman and Ali turned out to be murdered. Muhawiya (661-680) was then proclaimed Caliph, initiated the Omeya dynasty and moved the capital of the caliphate to Damascus. His son Yazid (680-683) conquered the supporters of Hussein (son of Ali) in Kerbala’s combat (72 falls), on October 10 of 680. The first 4 caliphs are called by the sunnis the Rashidun, the «rightly guided (by God)». In this historical original stage, the Muslims realized their first conquests, departing from his initial core The Meca-Medina, towards the north, east and west of it.

  HUSSEIN, SON OF FATIMA AND ALI AND GRAND SON OF THE PROPHET.

And then arose the political religious schism in the Islam. The transmission of the caliphate would enter soon in irreconcilable conflict with the shiies. The shiism, in demographic minority always, assumes historically a fatalistic, passive attitude, even of physical suffering for it. They wait for the return of the XIIth Iman (caliph) missing in 874, that will come as al-Mahdi (guided by Allah) at any time of the History, to make triumph the orthodox Umma (the Shiites). And it will have a time of peace in the earth, dominating the shiies in it, as prize to their efforts, before happens the Reappearance or final Resurrection and the Judgment of the men by Allah.

The Salafi Ideology.

Salafismo of «salaf», predecessor or ancestor. As salaf, the Muslims call Mohammed and his disciples: the first four caliphs and the next two generations. The expansion of the Islam in the 7th century assumes to the purity of his faith. Since then, whenever the Moslem societies are sufering an economic, political or social crisis, prominent figures will arise that will praise a return to the Islam of the Salaf. Ibn Hanbal, in the 9th century, gives a literal interpretation of the Islam, based in recovering the ancestors and in the condemnation to the theological innovations. Ibn Taymiyya resorted equally to her in the 14th century, when the Middle East was suffering the Mongolians invasions.

   IBN HANBAL

  TAYMIYYA            

The modern salafists begin with the preaching of the Arabic ulema Mohamed Ibn Abdul Wahhab (1703-1792) who thought that the decline of the Moslem countries opposite to the West, ensues from the oblivion of the original message of the Islam. Ibn Abdul Wahhab preaches the literal and puritanical reading of the Islam, registering in the Hanbalist and in Ibn Taymiyya traditions. Searching «the correct way of acting in the educations of pious predecessors». His sermons were not well received and was expelled from his natal locality, in the Nejd region. He changed to Diriyah’s city and there formed an alliance with the sheikh Mohamed ibn Saud, initiator of Saud’s House. Ibn Saud promulgated the idea of the Islam «wahhabí» as the way of practising the Islam in official form in the country. For his part, al-Wahhab gave the religious legitimacy to Ibn Saud in his conquest of Arabia.

  Mohamed Ibn Abdul Wahhab

Finally, in 1902, the emir Abdul Aziz ibn Saud reconquered Riyadh, in 1924 occupied Mecca and Medina and in 1932, all the Saudi Arabia. This was giving them the control on the Hajj, the annual peregrinaje to the sacred places and the opportunity to preach the wahhabism between the pilgrims. But, the wahhabism was a minor current of the Islam until 1938, when the oil reserves were discovered in the zone. The immense incomes from this new wealth gave a great impetus to his ideological expansion.

The salafi currents are renaissance movements of the Islam, through the return to the original faith, that of the «pious predecessors». They reject everything that identify as «human interpretations after the revelation of the Prophet». They are reformists movements which condemn the practices of the popular Islam (accused of being superstitions) and great part of the ideological Moslem thought, considered as carrier of «innovations». That is to say, «creations of the human reason», that move away from the divine message. The salafists reject in turn the influence of the western civilization, particularly the democracy, the relativism and the laity, that «corrupt the Moslem faith». The salafists become emancipated of the tradition founded by the 4 sunnis schools and they invent another Islam, which they affirm is founded on the Coran and the Sunna. Also they seek to imitate Mohammed in all the acts of the daily life, included the way of eating or dressing.

The imans next the Saudi regime, reject the jihadist way, that tries to impose a Moslem regime by means of the violent and revolutionary action, on having considered it to be condemned to the failure. One of his great figures, from the 60s up to his death in 1999, the sheikh Mohamed Nasiruddin al-Alabani, was declaring that «it forms nowadays part of the good politic, to leave the politic». For al-Albani it was necessary to follow a purification of the education strategy: on one hand, to regenerate the faith, purifying it of ideological «innovations» that remove it from his origins; and to educate the Muslims in this regenerated faith, in order that they leave his religious «corrupt» practices.

The «Jihadist Salafi» or Qutbism.

This current does the Jihad a center of his activity. The jihadism seek to accelerate the liberation of the Moslem countries of any foreign occupation. It is based on SayYid Qutb’s ideas, a theoretic and revolutionary born in the Moslem Brothers. He was sure that the Western Society was sick with individualism and ungodliness. And the Moslem countries would suffer the same thing, if they were influenced by West. And was affirming that the Moslem general regimes were apostates, on having applied lay laws, instead of the Sharia. Qutb’s thought was one of the principal influences in the sects Muslims’ Society or Excommunnication (takfir) and Hegira (migration), arisen in 1969 in the bosom of the Moslem Brothers in Egypt, and al-Qaeda, and his leaders, Ayman al-Zawahiri and Osama Ben Laden. The leader of the Moslem Brothers, Sayid Qutb, was detained, judged and executed at August 29, 1966, for planning the murder of the president Nasser. After his death, the Brothers evolved towards forms of organization and fight inside the existing political system. The actual salafi jihadism is born in the 80s, during the war of Afghanistan against the Soviet occupation. The salafists came from Saudi Arabia met the Moslem Brothers. It drove them to adopt the political speech of the Moslem Brothers and to restoring in him the salafi preaching of SayYib Qutb.

   SAYYID QUTB IN PRISION…

The Moslem Brothers:

The organization of the Moslem Brothers, one of the sources of the modern islamist, has suffered throughout the 85 years lived from his foundation by Hasan al-Banna, all kinds of vicissitudes, displeasures and pursuit. He and his followers tried to create an Islamic network, which was using as counterweight nothing less than to the Egyptian state. In 1948, counting the Brothers with near 3 million members and active sympathizers, began a State pursuit against them. Al-Banna died in a street attempt at the beginning of 1949, transforming he in the «Martyr Iman». The path of the confraternity has hidden itself of the alien sights during long and intermittent periods. One of the politicians tics or mantras of the Brothers says: «Nasser killed us, Sadat pardoned us, Mubarak silenced us». And now they can add «Abdul Fatah al-Sisi disillusioned us».

  HASAN AL-BANNA AND THE MOSLEM BROTHER’S COAT OF ARMS

The ideology, the organization and his action cohesionan the sunni community in a «unit of general action» motivated, effective and resistant. That is of very difficult repetition or reply for the laymen, the not communist atheists, the democrats and other potential enemies.

The islamist not recognize neither the states, nor the nations. Nor, certainly, they do not even accept the liberal western democracy. Only Allah is Legislator of the men. The phrase used by the western chanceries «Democratic legitimization of the elect president Mursi» is a blasphemy for them. Theocracy and democracy are essentially excluded and are actively rejected in the fundamentalist Islamic ideas. The Islam does not admit a political modernity, far from it a religious one. Everything is already legislated and given to the men, through Mohammed, for his personal and in the Believers Community «submissive fulfillment». The Egyptian party Liberty and Justice is a political «appearance», as food for the international gallery, created by the Moslem Brothers.

(TO BE CONTINUED)

EL YIHADISMO SALAFISTA

IDEOLOGÍA, HISTORIA, MÉTODOS, FRACASOS

Orígenes del Islam y su Expansión.

El concepto de la Yihad menor, como esfuerzo de sangre en el “camino de Allah” no existe en el Noble Corán. Sin embargo, sí existen cerca de 50 aleyas en las que se anima a los musulmanes a la defensa de la comunidad, a la lucha contra los infieles y a la propagación armada del Islam. Establecidas las líneas maestras, rápidamente los jefes políticos de la Umma, incluyendo al Profeta, echaron mano del instrumento que tan claramente se les ofrecía y que necesitaban a vida o muerte. En el principio del Islam, cuando reinaba la jahiliyya (la barbarie anterior a éste) en los árabes, en los tiempos de Mahoma, la Yihad fue imprescindible e inevitable para la defensa de la nueva religión. Que surgía en medio de un mar proceloso de tribus y clanes paganos e idólatras y más o menos nómadas, que poblaban Arabia. Y los grupos de musulmanes podían ser fácilmente eliminados por sus enemigos.

Pero la Marcha (la Hégira) de aquél con un puñado de seguidores, de La Meca a Medina en el año 622, inauguró una nueva era de transformación en el mundo y de expansión de la teocracia árabe islámica. En esa época, el poder en todo el Medio Oriente o, mejor, el Asia del Suroeste se repartía entre el Imperio persa de los Sasánidas y el Imperio de Bizancio. Unos pocos años más tarde, los árabes se habían apoderado del Imperio de los Sasánidas (año 644). Y habían constreñido las tierras de Bizancio en Asia, al centro y oeste de Asia Menor (la Anatolia). Paralelamente, van controlando el norte de África: en el 641 ocupan Egipto y se extendían rápidamente hasta Trípoli y las costas atlánticas del Magreb y de Ifrikia (en el 697). Por último, en el 711 invaden el reino visigodo de Hispania y en el 732 penetran en el reino de los francos.

Como en toda comunidad religiosa primitiva, la Umma fue el centro de los mandatos y las bendiciones de Allah. Viviéndose colectivamente y con entusiasmo el cumplimiento de una doctrina monoteísta y sencilla. Por el lado de los intereses mundanos, la extensión de las conquistas árabes, en su avance incontenible durante más de un siglo, trajo el control sobre los bienes y haciendas de los nuevos y numerosos súbditos y el poder político y militar sobre ellos. El dominio musulmán se establecía por la presencia de un gobernador con su guarnición militar, en cada ciudad o región conquistada. La relación de los nuevos súbditos con el régimen islámico se establecía y regulaba por el pago al gobernador de los tributos periódicos por el vasallaje impuesto y por profesar, de momento, una religión diferente. La tercera razón para esta expansión vertiginosa del Islam, era asequible a los nobles, jefes y más destacados musulmanes. Y fue el reparto de las cuotas de poder que engendraban el dominio, la defensa y la gobernanza de los nuevos territorios de dar-el-Islam, las tierras donde el Islam regía y gobernaba.

El sunnismo, que siguen cerca del 90% de los musulmanes, acepta también como revelación divina la Tradición o Sunna del Profeta. La tradición la forman los hechos y los comentarios de Mahoma. El mayor o menor rigor en la selección por la pureza de su origen y en la aceptación de esta tradición, que fue recogida y transmitida por sus seguidores más inmediatos, caracterizan a las cuatro “escuelas ideológicas” sunníes, fundadas a caballo entre los siglos VIII y IX. La escuela más abierta y flexible, la chafií, fundada por el palestino al-Chafii, muerto en El Cairo en el 820 a la edad de 53 años, abrió una puerta esperanzadora a la evolución pacífica del Islam. Ella acepta también el “consenso de los sabios” de la comunidad o Umma y el razonamiento analógico o qiijas, como vías correctas para la adaptación del Islam a todos los tiempos y lugares. Partiendo de su “origen rural, analfabeto, pobre, medieval y rodeado de hostiles y barbarie”.

Tras la muerte del Profeta en el 632 surgen tiempos en que la autoridad de un jefe nuevo y las rivalidades entre La Meca y Medina amenazaban la unidad y el desarrollo del Islam. El primer califa o sucesor Abu Baker al-Siddique (632-634) afirmó su autoridad en la comunidad y consolidó el califato como los “sucesores político religiosos del Profeta”. Y para ello utilizó la Yihad, en la guerra llamada de las riddas, estableciendo un ejército permanente, sin paga. Omar, llamado el Señor de los Creyentes, fue el segundo califa (634-644). Organiza la administración y el sistema teocrático, donde el jefe militar de la tierra conquistada es el delegado del califa para los asuntos civiles, la cabeza del Islam y el juez secular. Otmán, el tercer califa (644-656), de la familia de los Omeyas, prosiguió la expansión armada, pero fue asesinado por preterir a la casta militar. Alí fue el cuarto califa (656-661), primo, yerno y compañero eximio del Profeta. Pero, Muhawiya se sublevó para vengar a su primo Otmán y Alí resultó asesinado. Muhawiya (661-680) fue entonces proclamado califa, inició la dinastía Omeya y trasladó la capital del califato a Damasco. Su hijo Yazid (680-683) venció a los partidarios de Hussein (hijo de Alí) en el combate de Kerbala (72 bajas), el 10 de octubre de 680. Y surgió entonces el cisma político religioso en el Islam.

  HUSSEIN, NIETO DE MAHOMA E HIJO DE ALÍ Y DE FÁTIMA

Los 4 primeros califas son llamados por los sunníes los Rashidun, los “rectamente guiados (por Dios)”. En esta etapa histórica primigenia, los musulmanes realizan sus primeras conquistas, partiendo de su núcleo inicial La Meca-Medina, hacia el norte, el este y el oeste del mismo. La transmisión del califato entraría pronto en conflicto irreconciliable con los chiíes.

El chiismo, en minoría demográfica siempre, asume históricamente una actitud fatalista, pasiva, incluso de sufrimiento físico por ello. Están a la espera del retorno del (califa) XII imán desaparecido (en el 874), que vendrá como al-Mahdi (el guiado por Alá) en un momento dado de la Historia, para hacer triunfar a la Umma ortodoxa (los chiitas). Y habrá un tiempo de paz en la tierra, dominando los chiíes en él, como premio a sus desvelos, antes de que ocurra el Resurgimiento o resurrección final y el Juicio de los hombres por Allah.

La Ideología salafista.

Salafismo de «salaf», predecesor o ancestro. Como salaf, los musulmanes llaman a Mahoma y a sus discípulos: los cuatro primeros califas y a las dos generaciones que les siguen. La expansión del islam en el siglo VII se atribuye a la pureza de su fe. Desde entonces, cada vez que las sociedades musulmanas se encuentran frente a una crisis económica, política o social, surgirán personajes que preconizarán un retorno al Islam de los Salaf. Ibn Hanbal, en el siglo IX, da una interpretación literal del islam, basada en recuperar a los ancestros y en la condenación a las innovaciones teológicas. Ibn Taymiyya recurrió igualmente a ella en el siglo XIV, cuando el Próximo Oriente sufría las invasiones mongolas.

  IBN HANBAL

  TAYMIYYA

Los salafistas modernos comienzan con la predicación del ulema árabe Mohamed Ibn Abdul Wahhab (1703-1792) para el que el declive de los países musulmanes frente a Occidente, resulta del olvido del mensaje original del Islam. Ibn Abdul Wahhab predica la lectura literal y puritana del Islam, inscribiéndose en la tradición hanbalista y en Ibn Taymiyya. Buscando «la forma correcta de actuar en las enseñanzas de píos predecesores». Sus prédicas no fueron bien recibidas y lo expulsaron de su localidad natal, en la región del Nejd. Se mudó a la ciudad de Diriyah y formó una alianza con el jeque Mohamed ibn Saud, iniciador de la Casa de Saud. Ibn Saud promulgó la idea del Islam «wahhabí» como la manera de practicar el Islam de forma oficial en el país. Por su parte, al-Wahhab le dio a Ibn Saud la legitimidad religiosa en su conquista de Arabia.

  MOHAMED IBN ABDUL WAHHAB.

Por fin, en 1902, el emir Abdul Aziz ibn Saud reconquistó Riad, en 1924 ocupó La Meca y Medina y en 1932, la Arabia Saudí. Esto les daba el control sobre el Hajj, el peregrinaje anual a los lugares sagrados y la oportunidad de predicar el wahhabismo entre los peregrinos. Pero, el wahhabismo fue una corriente menor del Islam hasta 1938, cuando se descubrieron los yacimientos de petróleo en la zona. Los inmensos ingresos provenientes de esta nueva riqueza dieron un gran ímpetu a su expansión ideológica.

Las corrientes salafistas son movimientos de renacimiento del islam, a través del retorno a la fe original, la de los «piadosos predecesores». Rechazan todo lo que identifican como “interpretaciones humanas posteriores a la revelación del Profeta”. Son movimientos reformistas que condenan las prácticas del Islam popular (acusadas de ser supersticiones) y gran parte del pensamiento ideológico musulmán, considerado como portador de «innovaciones», es decir, “creaciones de la razón humana”, que se alejan del mensaje divino. Los salafistas rechazan a su vez la influencia de la civilización occidental, particularmente la democracia, el relativismo y el laicismo, que «corrompen la fe musulmana». Los salafistas se emancipan de la tradición fundada por las 4 escuelas sunnies e inventan otro Islam, que afirman se funda en el Coran y la Sunna. También buscan imitar a Mahoma en todos los actos de la vida cotidiana, incluidos la forma de comer o de vestirse.

Los imanes próximos al régimen saudí, rechazan la vía yihadista, que pretende imponer un régimen musulmán mediante la acción violenta y revolucionaria, al considerarla condenada al fracaso. Una de sus grandes figuras, desde los años 60 hasta su muerte en 1999, el jeque Mohamed Nasiruddin al-Alabani, declaraba que «forma actualmente parte de la política buena, el abandonar la política». Para al-Albani era necesario seguir una estrategia de purificación de la educación: por un lado, regenerar la fe, depurándola de «innovaciones» ideológicas que la alejan de sus orígenes; y educar a los musulmanes en esta fe regenerada, para que abandonen sus prácticas religiosas “corruptas”.

El «salafismo yihadista» o Qutbismo.

Esta corriente hace de la Yihad un centro de su actividad. El yihadismo buscan acelerar la liberación de los países musulmanes de toda ocupación extranjera. Se basa en las ideas de Sayyid Qutb, un teórico y revolucionario nacido de los Hermanos Musulmanes. Estaba convencido de que la sociedad occidental estaba enferma de individualismo e impiedad. Y los países musulmanes sufrirían lo mismo, si eran influenciados por Occidente. Y afirmaba que los regímenes musulmanes actuales eran apóstatas, al aplicar leyes laicas, en vez de la sharia.

  SAYYID QUTB, EN PRISIÓN…

El pensamiento de Qutb fue una de las principales influencias de las sectas Sociedad de Musulmanes o Excomunion (takfir) y Hégira (Emigración), surgida en 1969 en el seno de los Hermanos Musulmanes en Egipto, y al-Qaeda, y de sus líderes, Aymán al-Zawahiri y Osama Ben Laden. El líder de los Hermanos Musulmanes, Sayid Qutb, fue detenido, juzgado y ejecutado por el 29 de agosto de 1966, por planear el asesinato del presidente Nasser. Tras su muerte, los Hermanos evolucionaron hacia formas de organización y de lucha dentro del sistema político imperante. El salafismo yihadista actual nace en los años 80, durante la guerra de Afganistán contra la ocupación soviética. Los salafistas llegados de Arabia Saudita se encontraron con los Hermanos Musulmanes. Ello los condujo a adoptar el discurso político de los Hermanos Musulmanes y a reintegrar en él la predicación salafista de Sayyid Qutb.

Los Hermanos Musulmanes:

La organización de los Hermanos Musulmanes, una de las fuentes de los islamistas modernos, ha sufrido a lo largo de los 85 años vividos desde su fundación por Hassan al-Banna, toda clase de avatares, sinsabores y persecuciones. Él y sus seguidores pretendieron crear una red islámica, que sirviera de contrapeso nada menos que al estado egipcio. En 1948, contando los Hermanos con cerca de 3 millones de miembros y simpatizantes activos, comenzó una persecución estatal contra ellos. Al-Banna murió en un atentado callejero a primeros de 1949, transformándose en el “Imán Mártir”. La trayectoria de la cofradía se ha ocultado de las vistas ajenas durante largos e intermitentes períodos. Uno de los tics o mantras políticos de los Hermanos dice: “Nasser nos mató, Sadat nos amnistió, Mubarak nos silenció”. Y ahora pueden añadir “Abdul Fatah al-Sisi nos desilusionó”.

  HASSAN AL-BANNA Y EL ESCUDO DE LOS HERMANOS MUSULMANES.

La ideología, la organización y su actuación cohesionan a la comunidad sunní en una “unidad de acción general” motivada, eficaz y resistente. Que es de muy difícil repetición o réplica por los laicos, los ateos no comunistas, los demócratas y otros enemigos potenciales.

Los islamistas no reconocen a los estados, ni a las naciones. Ni, por supuesto, aceptan la democracia liberal occidental. Sólo Allah es Legislador de los hombres. La esgrimida por las cancillerías occidentales “legitimación democrática del presidente elegido Mursi” es una blasfemia para ellos. Teocracia y democracia se excluyen esencialmente y se rechazan activamente en las ideas fundamentalistas islámicas. El Islam no admite una modernidad política, ni mucho menos religiosa. Todo está ya legislado y entregado a los hombres, a través de Mahoma, para su “cumplimiento sumiso” personal y en la Comunidad de los Creyentes. El partido Libertad y Justicia egipcio es una “apariencia” política, para alimento de la galería internacional, creada por los Hermanos Musulmanes.

(CONTINUARÁ)