Las Rebeliones Árabes

¿Van Hacia la Democracia, el Islamismo o el Bonapartismo?

Los militares egipcios, por cuestión de espíritu de cuerpo y de necesidad de supervivencia ante el enemigo hostil externo, son primero oficiales militares, luego patriotas egipcios y después, muy cerca también, musulmanes. Sus preferencias vitales van así. Esa idiosincrasia, esa necesidad esencial y su compromiso con la nación, se expresan y concretan en el entramado de empresas, corporaciones y puestos políticos medios que ocupan y controlan los militares egipcios. Que les garantizan su independencia de los poderes públicos “electos o impuestos”, siempre “pasajeros”, y a la inestabilidad social latente con un 30% de pobreza. Y que les brindan unos sueldos y sinecuras atractivos para los altos mandos y jefes militares. Parafraseando un adagio de la Edad Antigua, diríamos que, frente a Israel, “Egipto es un don de sus Fuerzas Armadas”.

El Desarrollo de la Situación.

En la segunda decena de agosto del 2012 el flamante presidente Mohamed Mursi destituyó del cargo de ministro de Defensa, al mariscal Husein Tantaui, jefe del Ejército egipcio y lo reemplazó por el general Abdul Fatah al-Sisi. Tras el ataque fundamentalista a un puesto de control militar cerca de la frontera con Gaza, en la península del Sinaí, que dejó 16 soldados muertos, Mohamed Mursi aprovechó esa crisis para deshacerse de la “camisa de fuerza” militar heredada de la dictadura laica. Y también abolió las enmiendas constitucionales que otorgaban al Ejército amplios poderes. Se habló entonces de que existía ya una generación de “jóvenes oficiales”, impregnados de islamismo. Contando con este “fenómeno” social, el partido “Libertad y Justicia” gubernamental (rama política de los Hermanos Musulmanes) podría apartar fácilmente a la cúpula dirigente militar de sus puestos de dominio excluyente sobre Egipto. Pero, esa teoría no se ajustó a la realidad…

Las Fuerzas Armadas egipcias cuentan con unos 450 mil hombres, de los cuales hay 300 mil en el Ejército. Las Policías tienen unos 350 mil efectivos y la Guardia Presidencial cuenta con 22 mil hombres. Las cifras varían según la fuente fidedigna que las aporta. Es el ejército mayor de África y el más experimentado. Esas Fuerzas Armadas son las segundas del Oriente Próximo y Medio, sólo por detrás de las de Irán. Aunque su “eficacia” frente a Israel haya sido baja. En 1956, Egipto fue invadido por una extraña coalición de israelíes, franceses e ingleses, tras la nacionalización del canal de Suez por Nasser. En 1967, los israelíes los echaron de la península del Sinaí en 6 días. En 1973 los egipcios penetraron por sorpresa, tras años de preparativos guiados por instructores soviéticos, la línea discontinua de fortines de Bar Lev, que protegía el Sinaí. Pero fueron frenados por el contraataque israelí y pasaron a la defensa rígida. Y Ariel Sharon se las arregló para cruzar Suez con una ugdah (brigada) combinada a retales, empleando las unidades que pudo, y aprovechando dos accesos ocultos al canal, cerca de la llamada “granja china”. Y los israelíes sembraron el terror, la confusión y la descomposición en la retaguardia militar egipcia. Llegando a aislar y cercar operativamente a su Tercer Ejército, al sur del frente del canal de Suez. El asentamiento de un régimen islamista en Egipto es uno de los demonios más temidos de su clase militar. Y no lo es tanto por sus características dictatoriales o religiosas radicales. Egipto ha sido el puntal principal de la paz global en Oriente Próximo en los últimos casi 40 años. Y los militares son los que más disfrutan de la paz. Porque ellos van delante de todos, poniendo sus muertos por el camino bélico decidido por los políticos, refugiados y a salvo en la retaguardia profunda nacional. Y un “gobierno musulmán radical intransigente” podría abocarse a una guerra con Israel, por aquello de la Yihad, de la defensa de Dar al-Islam y del enemigo sionista “ad portam”. Que son los tres tics de estos fanáticos iluminados obstruccionistas religiosos.

El gran problema de Mursi y de Erdogan (del partido de la Justicia y el Desarrollo turco) como máximos representantes de la actualidad política moderna del Islam en el Próximo Oriente y el Mediterráneo del Este, es la prisa por conseguir “resultados” y recibir el reconocimiento por ello. Es la maldita prisa por el triunfo rápido. Y, ahondando en la personalidad de los actores de primera, segunda…filas, su prisa la genera el “ego”. Sin “realizaciones evidentes y reconocidas por muchos”, el ego se frustra. Y por ello, estos gobernantes aceleran hasta la “velocidad de descarrilamiento social” los procesos de cambio e innovación de sus sociedades. Procesos sociales que son siempre de por sí lentos y poderosos. Este “ego comprometedor, exigente y siempre insaciable” es algo que se asienta en el “gobernante”, cuando éste no es un “estadista leal” a la nación. Capaz de emprender las reformas e innovaciones necesarias, aún sabiendo que los frutos de sus trabajos los recogerán los que gobiernen en otras legislaturas o períodos políticos. Y los islamistas electos, acuciados por sus prisas egocéntricas han estado “empujando” a sus rivales políticos y gobernando para sus propios movimientos nacionales e intereses inmediatos.

La organización de los Hermanos Musulmanes, una de las fuentes vivas y cristalinas de los islamistas modernos, ha sufrido a lo largo de los 85 años vividos desde su fundación por al-Morshed (el “Guía”) Hasan al-Banna, toda clase de avatares, sinsabores y persecuciones. Él y sus seguidores pretendieron crear una red islámica, que sirviera de contrapeso nada menos que al estado egipcio. En 1948, contando los Hermanos con cerca de 3 millones de miembros y simpatizantes activos, comenzó una persecución estatal contra ellos. Al-Banna murió de las heridas sufridas en un atentado callejero a primeros de 1949, transformándose entonces en el “Imán Mártir”. A los Césares romanos los transmutaban en Dios a su muerte. Como el Guadiana, la trayectoria de la cofradía se ha ocultado de las vistas ajenas durante largos e intermitentes períodos. Uno de los tics de los Hermanos dice: “Nasser nos mató, Sadat nos amnistió (aunque fundamentalistas lo mataron durante un desfile militar), Mubarak nos silenció”. Es fácil que ahora puedan añadir “Abdul Fatah al-Sisi nos desilusionó”. Pero su ideología permanece y sus “redes sociales”, superpuestas a la organización tribal, funcionan. La ideología les da una determinación para la acción, que es propia de los “grupos adoctrinados activos”. Los Hermanos son una cofradía paralegal del Islam. Y con el Zakat recibido (la limosna canónica del Islam) mantienen servicios de atención social de todas clases (escuelas elementales y madrasas, dispensarios, hospitales, ayudas a personas y familias). La ideología, la organización y su actuación cohesionan a la comunidad sunní en una “unidad de acción general” motivada, eficaz y resistente. Que es de muy difícil repetición o réplica por los laicos, los ateos no comunistas, los demócratas y otros enemigos potenciales. Los Hermanos Musulmanes de otros países del Próximo Oriente ayudan financieramente a los grupos afines sunníes.

Mursi es un “primus inter pares” en la cofradía de los Hermanos Musulmanes islamistas. Los islamistas no reconocen a los estados, ni a las naciones. Ni, por supuesto, aceptan la democracia liberal occidental. Sólo Allah es Legislador de los hombres. La esgrimida por las cancillerías occidentales “legitimación democrática del presidente elegido Mursi” es una blasfemia para ellos. Teocracia y democracia se excluyen esencialmente y se rechazan activamente en las ideas fundamentalistas islámicas. El Islam no admite una modernidad política, ni mucho menos religiosa. Todo está ya legislado y entregado a los hombres, a través de Mahoma, para su “cumplimiento sumiso” personal y en la Comunidad de los Creyentes o Umma. El partido Libertad y Justicia egipcio es una “apariencia” creada por los Hermanos Musulmanes. Destinada a complacer y entretener a sus adversarios laicos y a las naciones occidentales. En el largo año de mandato que ha tenido de gobierno, el partido y su cabeza visible se han ocupado de gobernar unilateralmente, favoreciendo los intereses político sociales y los plazos decididos por la cofradía. En puridad y en realidad, esto equivale a un “golpe de estado institucional” y a una “involución política” del estrenado sistema democrático egipcio, deseada y buscada por los Hermanos Musulmanes con fruición, disimulo y alevosía. Y, además, la mitad del país ha expresado en las urnas su rechazo y su abominación de esos fines socio religiosos y de sus prácticas políticas coactivas y excluyentes. Para facilitar “el acatamiento y la sumisión de los egipcios”, privados deliberadamente de “expectativas de progreso y desarrollo razonables”, es deseable que el país se desarme y se empobrezca relativamente. La “salvación de la crisis” ofrecida por los Hermanos Musulmanes es aceptar a la cofradía y a sus ideas, a la sharia y a toda su “organización social dedicada a ayudar, educar y promover la sanidad y el bienestar social”. Esto podría ser el inicio, un brote, el germen vivo y potencial, una entidad latente poderosa del añorado califato sunní. Parece que a los islamistas les va mucho el “vivir en la Edad Media”. Aunque estamos seguros de que a Allah, el Clemente y el Misericordioso, estas acciones perniciosas y esas ideas torcidas esgrimidas le desagradan y le entristecen. Un hadis o “comentario recogido y escrito” de Mahoma, dice: “En muchos casos, la tinta de los sabios es más útil para la Comunidad, que la sangre de los mártires”.

La Represión de las Revueltas Alentadas Armadas.

En medios occidentales se acusa a los militares egipcios de reprimir con violencia a los manifestantes islamistas desobedientes, exaltados y amotinados contra las autoridades. Para neutralizarlos y dispersarlos por “medios proporcionales y reglas ingenuas de enfrentamiento” tendrían que actuar en las distintas emboscadas, algaradas y acampadas casi tantos militares y policías como amotinados. Recuerden cuantos policías, apoyados por vehículos, empleamos nosotros para reducir y detener a un “presunto”. E invitar insistentemente a cada energúmeno recalcitrante (¿cuántas veces?) a dispersarse. ¿Es esto posible, digno, práctico y racional?

Veamos a nivel de fuerzas, puntos de aplicación y efectividad operativa, qué ocurre en las confrontaciones con la autoridad. La resultante de la “fuerza equivalente” de un “gran grupo” de rebeldes engreídos, muchos con armas blancas, bengalas y cascotes, apoyado por un número variable de tiradores y granaderos, es igual o superior a la de una “gran unidad” antidisturbios de las fuerzas de seguridad. La actuación de la fuerza profesional sobre aquélla es móvil, oportuna y concentrada en varios “puntos críticos vulnerables”. El uso de la “atrición armada” es mínima. Si la acción militar se basara en ella, los muertos serían, al menos, diez veces más de los declarados, para un igual efecto: espantar a la masa, que desaparezca su voluntad de resistencia y que se disperse en pequeños grupos inoperantes.

En las “masas oprimidas”, la “fuerza” está difuminada entre todos los componentes. Es muy pequeña personalmente, pero es enorme en su conjunto. Pero, no está cohesionada, concentrada en sectores decisivos por escalones, ni dirigida y controlada por los mandos en su conjunto. La masa se expresa en grupúsculos internos semi cohesionados. De ahí que sus resultados operativos sean bajos. Obtienen objetivos pequeños y actúan por la atrición, la rapiña, la confusión, el número y el desgaste. Dañando, perturbando, amedrentando y destruyendo en su “entorno” inmediato o cercano sin trascendencias militar. La peligrosidad de la masa amorfa y desbocada está en el contacto que realice contra blancos pequeños, sobre todo si son pacíficos y cívicos. Por eso, los grupúsculos hostiles de la masa, dirigidos por jefecillos de tres al cuarto y muy móviles, son especialmente ruinosos. Porque pueden concentrarse eficazmente en un “blanco de oportunidad” y saquearlo e incendiarlo rápidamente, dispersándose sin estorbos.

Desde el inicio de las algaradas contra el régimen de Mursi, en junio de 2013, se llevan identificados cincuenta casos de iglesias coptas cristianas destruidas por estos grupos de “indignados demócratas perseguidos” por todo Egipto. Que se autoaniman, se crecen y se entrenan con la destrucción de sus enemigos de religión. Y en otros países del Próximo Oriente ha ocurrido igual en toda una década. Cuando los países sufren sus cataclismos sociales por guerras, invasiones o revoluciones, los islamistas atacan de paso a los maronitas, a los coptos, a las comunidades cristianas sirias, a los feligreses del patriarcado de Babilonia de los caldeos. La emigración forzosa, las coacciones sistemáticas, los muertos y heridos y los daños a los bienes personales y familiares sufridos por los cristianos en esta zona geoestratégica alcanzan “niveles étnico religiosos” de “persecución y eliminación”. La actuación de los poderes occidentales los ignora ignominiosamente. Y se limita a exigir el respeto a “los resultados electorales y a la legitimidad institucional”.

(CONTINUARÁ)

LA ARROGANCIA DEL MANDO EN COMBATE

El 17 de enero de 1781, el brigadier estadounidense Daniel Morgan, de 45 años, se enfrentó en Cowpens, en una pequeña batalla sin trascendencia operativa, con las fuerzas regulares británicas del teniente coronel Banastre Tarleton, de 27 años. Ambos contaban con unos contingentes similares. Pero la mitad del millar largo de hombres de Morgan pertenecían a las milicias territoriales. El choque con los regulares británicos las desharía, ya que las bayonetas caladas en formación cerrada aterrorizaban a los milicianos. Éstos, sin embargo, eran buenos tiradores y estaban acostumbrados a la caza, manteniendo una gran iniciativa personal. Sólo los 200 milicianos de Virginia habían recibido entrenamiento de regulares. Y junto a los Continentales de Delaware, Maryland y Virginia, podrían formar parte de una línea de infantería, para resistir el asalto de los más de 1000 regulares británicos. Morgan no llegó a una deducción muy reflexiva, ni planificó demasiado. Se gu simplemente por su instinto y experiencia y utilizó a sus hombres sucesivamente, según sus cualidades. Y tuvo en cuenta el comportamiento de Tarleton con los rebeldes en otras ocasiones, pensando en ir desgastando a los británicos. En Cowpens act un enemigo capaz, impulsivo y soberbio. Que era un ejemplo de la arrogancia del mando. Éste es uno de los mejores caracteres para enfrentársele en una diialéctica de voluntades. Mostrándole convincentemente un cebo y una debilidad, estos “mandos invenciblesse crecen y se empeñan a fondo, mental y tácticamente, hasta el sumidero.

Antecedentes de la Batalla de Cowpens.

La misión dada a Daniel Morgan por el general Nathanael Greene, comandante del Departamento Sur del Ejército Continental, era tan simple como amplia y vaga. Y tenía un alto grado de interpretación, de adaptación y de posibilidades de uso de sus escasos y dispares recursos. “Su fuerza y todas las que se le puedan unir, operarán al oeste del río Catawba, tanto defensiva como ofensivamente, según su prudencia y discreción, actuando con todo cuidado y precaución para evitar sorpresas y tropiezos con el enemigo. Su objetivo es proteger esa zona del país, elevar el espíritu de sus habitantes y molestar (hostigar) en ella al enemigo”. Morgan, que ya había luchado en las guerras indias y francesas de los últimos tiempos de las Colonias, fue puesto por George Washington en 1777 al mando de una fuerza escogida ligera de 500 infantes con rifles, que fueron conocidos como los “Tiradores de Morgan”. Esta unidad jugó un papel principal en la victoria estadounidense de Saratoga, que fue un punto de inflexión de la Guerra de Independencia. El cargo del brigadier general Morgan era el de Comandante del Departamento del Suroeste. Aunque sus fuerzas iniciales fueran sólo unos 300 infantes regulares de Maryland, Delaware y Virginia, bajo el mando del teniente coronel John Howard, unos 200 milicianos de Virginia, comandados por el major (comandante) Frank Triplett y unos 80 dragones al mando del teniente coronel William Washington (primo segundo de George Washington).

Por su parte, el comandante británico del territorio, Lord Cornwallis, planeaba regresar a Carolina del Norte y conducir la invasión pospuesta tras su derrota en King’s Mountain. Y la fuerza al mando de Morgan era una amenaza imprecisa sobre su flanco izquierdo. Para derrotarla y proteger el fuerte británico en Ninety Six, que su inteligencia le indicó erróneamente que Morgan iba a atacar, Corwallis llamó al teniente coronel Banastre Tarleton al oeste del Catawba. Las tropas de Tarleton eran la “fuerza de tareas” llamada la Legión Británica, una unidad combinada de infantería y caballería, formada por algunas de las mejores tropas británicas en las Carolinas. La Legión había ganado importantes victorias en Monck’s Corner y en Fishing Creek. Pero Tarleton había adquirido una fama odiosa e irrevocable de cruel y despiadado entre los “patriotas” tras la batalla de Waxhaws, cuando permitió a sus hombres masacrar a los soldados rebeldes que se les habían rendido. Tarleton le pidió a Cornwallis más regulares y se lanzó tras Morgan con una fuerza reforzada, buscando acorralarle en el río Broad.

Los Preparativos de la Batalla.

En la fría y húmeda mañana del viernes 16 de enero de 1781, los regulares de Morgan salieron de su campamento nocturno en Burrs Mill hacia el río Broad. Los rebeldes se encontraban en Carolina del Sur, cerca de su frontera con Carolina del Norte. En ambas Carolinas los estadounidenses habían sufrido varios reveses el año anterior: en el sitio de Charleston tuvieron que rendir un “ejército” y perdieron otro en la battalla de Camden. Y gran parte de Carolina del Sur estaba en manos británicas, al mando de Lord Cornwallis. La columna avanzaba siguiendo caminos y cañadas, enmarcados por matas bajas aún deshojadas, al oeste del río Catawba. Daniel Morgan se sabía seguido por las fuerzas británicas de Tarleton, situadas detrás a tan sólo 4 horas de marcha. Los sucesivos informes de sus exploradores de caballería, que mantenían el contacto visual con los exploradores y la vanguardia enemiga, confirmaban que esa “distancia en tiempo” no cambiaba. Pero el brigadier Morgan pensaba que podría reducirse mucho esa noche, si Tarleton, como era su costumbre, decidía continuar la persecución durante parte de ella, para caer al alba sobre los “rebeldes”. El peligro principal era ser alcanzados por los 300 dragones de Tarleton durante el cruce del Broad, que fluía entonces muy crecido y dificultaba aún más su paso. A media tarde, los estadounidenses estaban a unos 16 Km. del río y sólo quedaban unas 4 horas de la luz lánguida del invierno. Ya no podrían realizar el cruce ese día. Morgan supo de la existencia de un terreno abierto de pastos, salpicado de árboles, a medio camino del río. Era el Pastizal (Cowpens) de Hannah, donde los granjeros locales soltaban libremente a su ganado. Morgan decidió dirigirse a él y tomar su decisión, después de realizar una exploración visual y saber el parecer de sus jefes. Esa noche, además, recibiría el apoyo solicitado al coronel Andrew Pickens, jefe de las milicias de Carolina y Georgia, que estaban también al sur del Broad y que se dirigían a su encuentro.

Al final de la tarde, las fuerzas regulares rebeldes alcanzaron por su lado suroeste el pastizal, situado a unos 8 Km. al sur del río. Se trataba de un terreno suavemente ondulado o llano, provisto de pequeñas manchas dispersas de nogales, pinos o encinas. Al carecer de matorrales bajos, la alta hierba natural proveía de buenos pastos a los ganados. Morgan y sus jefes pudieron apreciar así el terreno de defensa desde las vistas que tendrían los británicos. El terreno frente a ellos ascendía hasta una larga cresta que lo cerraba, situada a unos 375 ms. de distancia y a no más de 20 ms de desnivel con esa base. Más allá de aquélla, parcialmente tapados por la pendiente posterior, se destacaban a la derecha 2 cerros cercanos. Era un terreno favorable para la caballería, donde Tarleton podría mover a su gusto a sus dragones, para maniobrar, amagar, atacar o rematar la faena de su infantería regular. Por ello, era de esperar que los británicos no rehuirían un combate presentado en él. Morgan decidió enfrentarse allí a los británicos. Estableciendo en ese gran trozo de pradera una posición de defensa en profundidad, con la reserva de sus dragones para rechazar ataques a sus flancos expuestos y utilizando a sus hombres según sus cualidades y posibilidades reales.

Uno de los medios del mando para vencer la “pereza de combate” de los hombres, es utilizar siempre a las fuerzas según sus capacidades reales. Y dejando que las fases del “ciclo de acción y de recuperación” se cumplan siempre. Por ejemplo, unas “milicias nacionales” no podían ser nunca la punta de lanza de una ruptura, ni operar permanente y agresivamente lejos de sus bases de apoyo. Pero sí podían defender posiciones establecidas, “reductos”, contra unidades profesionales e incluso llegar a contrachocarlas localmente con éxito, si estaban bien dirigidas. Sus objetivos debían ser simples, fáciles e, incluso, escalonados. De tal manera que no fuesen barridas por una capacidad de combate enemiga superior y pudieran cumplirlos. Y que las gratificaciones por las sucesivas etapas conseguidas, les mantuviesen y les reforzasen su moral y su confianza en ellas mismas.

Esa noche se le unieron unos 600 milicianos estatales y locales del Coronel Pickens. Morgan establece con los milicianos una primera línea de tiradores expertos dispersos para el hostigamiento, situada en el inicio de la suave pendiente. Y otra segunda línea, en formación cerrada, a unos 135 ms. más atrás, para recibir a los primeros. A los hombres de ambas líneas sólo les pide que realicen dos disparos deliberados cada uno. Permitiéndoles entonces la retirada a retaguardia, junto a los dos cerros cercanos, deslizándose por su flanco izquierdo, sin esperar al temido choque con los británicos. Morgan les aleja de las bayonetas y aprovecha su capacidad de atrición por el fuego a muchas decenas de yardas sobre blancos, incluso pequeños. Tampoco se olvida de estimular su instinto de supervivencia. Les recuerda que si la carga de la infantería enemiga triunfa, la persecución y su aniquilamiento son casi inevitables: tienen a su espalda el río Broad y los británicos cuentan con una mayoría de caballería regular de 3 a 1. La tercera línea de Morgan, su única línea de regulares, es desplegada un poco abajo de la cresta militar. Su lado derecho lo forman los milicianos virginianos de Triplett y el centro y el lado izquierdo de ella, los forman la infantería Continental, con Howard al mando de toda la línea. Los estadounidenses descansaron esa noche aproximadamente en sus puestos. Y sus mandos directos y el propio Daniel Morgan se acercaron a ellos con interés, para animarlos y despejar sus dudas. Al amanecer, tomaron allí el desayuno.

(CONTINUARÁ)

ARMAS MODERNAS: EL DRONE Y EL MUJAIDIN SUICIDA III.

(FINAL) 

El taliban explosivo: de la Yihad al Jardín de las Huríes, sin escalas.

El mujaidin suicida es un arma personalmente avanzada (a ver quién tiene hoy en día el coraje moral de quitarse del medio por unos ideales y un “premio” del Otro Lado), abundantísima, cercana y barata. Posee una elevadísima “capacidad específica de combate”, (según los parámetros establecidos por el coronel Trevor Dupuy, que se refieren a valores reales de los distintos ejércitos, calculados en conflictos y guerras): ya que bastantes militares, policías y autoridades civiles del enemigo son bajas definitivas por cada baja propia. Y, hablando en términos del principio universal de la buena administración de los recursos escasos disponibles, sus acciones (como “inversiones”) tienen también un alto ROMI; o rentabilidad (militar) sobre (over) esa “inversión marginal o añadida” (marginal investment). El yihadista suicida optimiza así su asimetría con las armas y el enorme número disponible de sus enemigos. Este combatiente islamista, de “paso decidido y silencioso”, es también un arma específica de infantería ligera, Que está plenamente adaptada a las capacidades, necesidades y medios de los “ejércitos” pobres, pelagatos, inopes o tronados, que han sido y son los enemigos usuales de los EEUU desde las últimas décadas. El combatiente de un “solo uso” conoce, aprovecha su oportunidad, decide y actúa. Porque puede ser un fanático alucinado, pero no suele ser tonto. Por su carácter personal e ideológico, su acción eficaz eleva la moral, la convicción y la decisión de sus conmilitones, colaboradores y simpatizantes. El islamista suicida “aprecia” también a su modo a sus enemigos, porque son su llave infalible para “salir bajo palio de este Valle de Lágrimas”.

El combatiente explosivo es un arma común de los talibanes y, en general, de los mujaidines de la Sunna. Si la carga explosiva, sus características y el vector son los adecuados: los sofisticados sensores enemigos y los chalecos protectores sirven de poco contra ella. Y tampoco los vehículos blindados y los edificios sirven para protegerse de ella. El agente desencadenante portador puede ser hombre o mujer y adulto o niño. Puede cooperar en su ataque suicida, un matorral, un puesto de mercancías, un burro, una bicicleta o un vehículo a motor. Un “luchador suicida de un solo uso”, no es un tirador selecto: no hay que formarlo militarmente (conocimientos básicos, técnicos y tácticos). Sus otras armas complementarias, temibles y casi imbatibles son la sorpresa, la libertad de acción y la iniciativa. A veces, y creo que equivocadamente, se les ha llamado “lobos solitarios” en los medios divulgativos. Pero ese calificativo corresponde a personas más o menos aisladas, obsesionadas y perturbadas, que luchan solos en su entorno. Los suicidas de la Yihad forman parte de una red más o menos nacional o regional, integrados en una organización terrorista, y tienen sus tácticas y técnicas de funcionamiento y operatividad especiales y adaptadas.

Los objetivos preferidos por los “juramentados explosivos” son las fuerzas de seguridad enemigas, tanto “infieles” como “traidoras” y los musulmanes pertenecientes a la rama heterodoxa del Islam (los chiitas y alauitas). A las fuerzas de seguridad enemigas se acercan disfrazados de reclutas en formación, candidatos al alistamiento, personal de abastecimientos (outsourced services), compañeros, “colaboradores” de las ISAF y personajes civiles inocentes. Su blanco es humano siempre, porque al enemigo regular le duelen menos los daños materiales. Y se localizan en las aglomeraciones de las policías o los ejércitos enemigos, en los cuarteles, centros de reclutamiento y puntos de paso obligado y frecuente y con motivo motivo de paradas, despedidas, alardes y exhibiciones, de aquéllos. A los chiitas se acercan aprovechando sus inevitables concentraciones: las peregrinaciones anuales internacionales a sus lugares santos, sus lugares de paradas en las distintas etapas o los rezos de los viernes al mediodía, especialmente comunitarios, en sus mezquitas. Aunque estos últimos ataques tienen lugar más bien en los países limítrofes, Irak (mayoría chiita) y Pakistán (mayoría sunní).

El gran problema es que es muy difícil luchar (contrarrestar, detener o neutralizar) con unos enemigos más o menos aislados, determinados a morir y de otra etnia e idiosincrasia. Y con los suicidas se agudiza hasta hacerlo casi imposible de realizar “a priori”. Porque se les combate con fuerzas modernas tecnificadas y entrenadas, preparadas generalmente para las guerras de tercera generación. Y que se enfrentarían teóricamente a fuerzas similares o de segunda generación. Y sus jefes tienen casi como una premisa insoslayable, el preservar de daños físicos (lo principal), mentales y morales a los hombres que mandan. El combatiente suicida debe pasar desapercibido en el lugar elegido para el ataque: por su edad, género, aspecto, movimientos y actitud. Para poder acercarse a su objetivo y hacer explotar la carga, produciendo el mayor número posible de enemigos muertos y mutilados. Y, en general, el “jihadista explosivo” suele optimizar muy bien su “coste físico” con los daños humanos, materiales, sicológicos y políticos que infringe al enemigo traidor o infiel.

Los daños añadidos humanos y físicos a musulmanes, que se ocasionan en torno al punto de explosión, son sus “daños no buscados” o colaterales. Los yihadistas sunníes buscaron una “solución” alambicada, pero suficiente en la práctica, para soslayar el precepto coránico de “no matarás musulmanes”. Al carecer de un clero y una doctrina única, las interpretaciones del Islam y, sobre todo, sus aplicaciones para la vida cotidiana, pueden ser múltiples. En efecto, para calmar las repugnancias en producirlos, un “ideólogo” de Al-Qaida, Abu Yahya al-Libi, desarrolló una teoría “religiosa” sobre el “daño no buscado”. Según ella, se permite matar musulmanes a los militantes yihadistas, cuando es inevitable. E, incluso, cuando sea útil. Y los mujaidines expresan su deseo de que los muertos no buscados, sean también considerados por Allah como mártires de su “guerra santa”. Y creer esto, les viene muy bien a los fanáticos que dirigen y a los fanáticos vesánicos que les siguen o apoyan.

Las motivaciones de los “juramentados explosivos” son sencillas. El no poder cubrir crónicamente sus necesidades básicas naturales de sustento, familia, seguridad, refugio y cobijo, expectativas y progreso razonable es el acicate eficaz y casi suficiente para su alistamiento en general. Los premios económicos que los talibanes dan a las familias de los “mártires” están en esta línea. La motivación religiosa es el medio de persuasión y convicción. Los suicidas de la Yihad son catequizados metódica e intensamente. Y viven en un “ambiente” envolvente, donde les aclaran sus dudas y les alientan a alcanzar el Paraíso. Todo es igual al funcionamiento de una secta tóxica: que destruye la personalidad de los miembros más bajos. El carácter universal de la comunidad de musulmanes, facilita el flujo y la inserción de “voluntarios internacionalistas” combatientes suicidas de otros países.

La clave operativa de los talibanes son sus innumerables jefes locales, con sus pequeñas bandas de irregulares radicales. Ellos son los responsables de intimidar, aleccionar o catequizar, asustar, atacar y ocupar más o menos temporalmente algunos de los numerosos poblados y caseríos, a ambos lados de la frontera. El movimiento taliban sigue un ciclo continuo elemental de “enseñar, formar, apoyar y delegar” entre el pequeño “sheikh” y sus lugartenientes. De manera que consiguen una cierta rotación en el mando y en su ejercicio. Estos “maliks” locales son prácticamente inmunes al ataque de los “drones” de la ISAF, que exploran, atacan al enemigo irregular y ejecutan a sus conspicuos, se supone, mandos destacados.

Los drones no pueden abarcar tantos blancos minúsculos y elusivos, de una red enemiga que les resulta profusa, difusa y confusa. Es decir, no pueden sustituir, como se pretende por extrapolación desde unos éxitos primeros, a las patrullas terrestres activas y agresivas de exploración o combate. Que, junto a las unidades mayores y a los equipos de acción cívica, están destinadas a disputar y ganar al enemigo sus bases refugios y, después, el apoyo popular mayoritario. Como no pudieron los “bombardeos de saturación” estadounidenses cortar la Ruta Ho Chi Minh de abastecimiento al Vietcong y a las fuerzas regulares norvietnamitas en la “zona desmilitarizada” y al sur de ésta, desde Vietnam del Norte a través de Laos. Y todo fue porque a su “ordnance” aéreo, no le acompañaba una “acción terrestre” contra esa Ruta. Que fuese complementaria, sistemática y continua, no necesariamente exhaustiva, de la acción aérea de pura atrición.

Y el esperar en paz la muerte desde el cielo, no asusta, ni preocupa suficientemente a la gente mentalmente normal. Esto sólo le ocurría al imaginario jefe de la aldea gala de Asterix. Y es algo así como lo que decía Ramón Gómez de la Serna a sus conocidos y amigos menos íntimos en Buenos Aires: “Aquí estoy, esperando el cáncer”. La amenaza intimidatoria, que pueda cambiar la conducta de algún jefe enemigo, debe ser algo real (que se tiende a magnificar), suficiente, sentida e inmediata o próxima. Como las sirenas instaladas en los Stukas. Para que su preciso picado de bombardeo escalofriara en tierra a todos sus posibles blancos humanos, que no fuesen aún curtidos veteranos. O como los mujaidines explosivos, cuyo comportamiento es para su enemigo como el de un “gas”, sin volumen ni forma propios y que puede alcanzar a todos los sitios disponibles, echándole su aliento en la nuca…

PREFERENCIAS ESTRATÉGICAS DE LOS YIHADISTAS II.

(CONTINUACIÓN)

8) Las comunicaciones estratégicas de las guerrillas son precarias o ausentes, insuficientes, descuidadas y vulnerables en los grupos yihadistas. Y todo se debe a su constitución en red, desparramada, confusa y difusa que les caracteriza. Y no se trata de los mensajes, recados o alertas, que siempre pueden ser remitidos y recibidos, que sólo tienen trascendencia táctica. Y no es consecuencia de la alternancia de los despliegues y concentraciones en las acciones militares. Dichas comunicaciones son: Con las bases, para su descanso, refugio, reorganización, adoctrinamiento, información, apoyo logístico y su protección imprescindible contra el agostador “vagabundeo” estéril. Con las bandas afines o asociadas, para el apoyo en general, la información y su concentración operativa para las distintas tareas. Con el pueblo, para su descanso, refugio temporal, soporte y medios varios, información y la acción ideológica religiosa, para facilitar la necesaria extensión territorial y humana posterior.

9) Uno de sus objetivos estratégicos es golpear a cualquier gobierno, de cualquier origen y sociedad, con tal de que los “objetivos posibles” les sean asequibles. Puesto que el califato radical y agresivo del Dar el–Islam de los inicios del Califato sunní, no existe hoy en día y no se pueden integrar en él para su “defensa”.

10) Tienen un afán arraigado, aguzado y consistente de hacer publicidad de sus acciones con éxito. Con el que Occidente colabora insensible y gustoso de extender y defender la libre información. Logrando con todo ello la magnificación y la exaltación de unos resultados dolorosos e inconexos. Que les brindan un protagonismo social y religioso muy superior a la trascendencia operativa de ellos. Esto no es más que la extensión del terror y de sus consecuencias políticas e ideológicas, mediante las “ondas de conmoción” que transmiten sin filtrar nuestras modernas comunicaciones a todos los pueblos, especialmente a nosotros, los europeos. Pero, todas las posiciones y actitudes sicológicas e ideológicas son también objetivos a defender y a conquistar por Occidente, en esta guerra de baja intensidad por la extensión de un dominio radical, anticuado, excluyente e impuesto.

Los “lobos solitarios” y la libertad de expresión ilimitable en Occidente.

Los lobos solitarios terroristas suicidas surgen por la conjunción de varias deficiencias, desdichas e ideología humanas. Casi todos son jóvenes llenos de idealismo (sacrificio por su grupo familiar y social y búsqueda de un futuro prometedor) y de intereses vitales, que están en plena ebullición de realizaciones. Su situación social y cultural suele ser deficiente e imprecisa. Sufren una marginación real y/o magnificada por la imaginación. Casi todos nosotros, puestos a ello, podemos esgrimir un montón de insuficiencias o carencias personales y colectivas, sicológicas y materiales, no resueltas. Y, como no nos las resuelven los demás, decir que estamos excluidos de la sociedad, es una acogedora huida de la realidad y un íntimo y verdadero dudar de nuestras propias capacidades (esto, jamás lo aceptarán), para culpar a los demás de nuestras desventuras. Además, la búsqueda de las carencias nos llevaría siempre a empantanarnos en añorar y conseguir los “deseos” omnipresentes e inextinguibles. Y esta “búsqueda negativa” nos puede impedir volcarnos en salir adelante, teniendo metas asequibles y progresivas, desarrollarnos como personas interior y exteriormente y estimar al prójimo con lealtad y confianza. Con lo que superaremos aquellas “carencias”, por la orientación, la intención y el esfuerzo que damos a nuestras ideas y realizaciones.

En aquel terreno abonado y germinal se pueden sembrar fácilmente las ideas sesgadas de una interpretación religiosa asequible, vindicativa, que brinda un propósito y una misión en la vida y que premia a sus “muhaydines” caídos en combate, especialmente a los mártires o testigos, con un premio sensible, claro, seguro, vistoso (esta cualidad de pura vanidad es muy atractiva), y cómodo (no es necesario dedicar a ello una vida de esfuerzo, entrega y renunciación). Las organizaciones yihadistas suelen también facilitar jugosos premios a las familias de sus “mártires”, con lo que éstos tienen también asegurado el bienestar relativo de su familia más directa por bastante tiempo. El resultado es que a los “perdedores”, “extraviados”, “desarraigados”, “agraviados”, “sin empatía hacia el prójimo”, no les cuesta demasiado tomar la decisión de convertirse en un mártir de la Yihad. Y el caso es que la propagación, la explicación y la impregnación, que diría Lorenz, de aquellas ideas venenosas y adictivas, se realizan con la mayor facilidad en nuestras sociedades modernas. Todos lo sabemos. Y éste es el centro de gravedad de la lucha contra los lobos solitarios. Cazarlos preventiva y aisladamente es muy difícil, porque no dejan apenas rastros. Hay que luchar contra los inductores necesarios de sus ideas (desde personas, compañeros, medios de comunicación, viajes a sus centros extranjeros). Para ello es necesario adecuar las legislaciones, como se ha hecho contra los maltratadores o los delitos financieros alambicados, apoyados por la comunicación inmediata y en línea. Sin perjudicar con ello la detección y el seguimiento debidos de maestros, discípulos, comunicaciones de todo tipo y sus antros. Y de esto, como de casi todo, tenemos experiencia sobrada. En julio de 1884, el entonces gobierno liberal de Sagasta, implantó la primera ley española contra los atentados con explosivos, protagonizados generalmente por los anarquistas. En ella se castigaba acertadamente, no sólo a los autores materiales de las tropelías, sino también a sus inductores.

La adaptación ideológica de la Yihad a los tiempos actuales.

El Islam tiene que asumir que la Yihad, como esfuerzo de sangre en el camino de Allah, fue necesaria para la instauración y la defensa de la primitiva comunidad de creyentes. Estableciendo el Profeta el estado islámico a partir de la destrucción violenta de la jahiliyya. Esta era la “barbarie existente anterior al Islam árabe”. Y que aún pudo ser útil la Yihad para su rápida extensión por el mundo, debido al estado existente de cultura y desarrollo de las civilizaciones medievales. Pero que su oportunidad histórica no existe actualmente. Y entonces debe ser reemplazado por “otro tipo de esfuerzo en el camino de Allah”. Es el esfuerzo de desarrollo personal interior (ascético), buscando la purificación y la superación de los creyentes. Este concepto existe en la Sunna y podría ser impulsado por los ulemas y los muftíes piadosos.

Desde el surgimiento de las principales escuelas teológicas sunnies, cobró también fuerza el principio del esfuerzo de reflexión personal, el ichtihad, en el Islam. El ichtihad va a permitir el desarrollo de la cultura árabe, tanto en lo tocante a los aspectos civiles (ciencias, comercio, literatura, arte) como al enriquecimiento de su “teología”; es la base de jurisconsultos como al-Chafii. El ichtihad es fuente de lucidez, creatividad, enriquecimiento, progreso y paz en “el camino del esfuerzo personal y colectivo hacia Allah” (que es realmente el núcleo religioso y la razón del Islam), cuando ya la Umma se ha extendido y multiplicado enormemente por el mundo. Hacia el siglo XI (siglo V de la hégira o marcha a Medina), los doctores de la Ley cierran la puerta al ichtihad. El Islam carece de teólogos propiamente dichos, porque Allah es inasequible e inmarcesible para el Hombre. El enfoque metodológico islámico se altera. Y a partir de entonces, se imita, se repite, se abusa de los compendios.

Las necesidades de renovación, compromiso y acción del Islam.

Ante ese terrorismo propio, el mundo islámico se paraliza y no sabe qué decir o hacer. El Terrorismo se lleva a cabo mediante acciones de guerra contra objetivos generales, inocentes e indiscriminados. Y su finalidad es coaccionar a los colectivos humanos, propios o enemigos, buscando resultados políticos y sociales. Es decir, sus “actos electorales” son los ataques violentos. Y los votos contabilizados son el miedo y la parálisis social, que extienden como la pólvora entre los hombres. Afirman los portavoces e intelectuales musulmanes que el Islam es paz y tolerancia. Pero esto no es totalmente cierto, como vemos por los hechos y las omisiones en su condena y ostracismo. La inmensa mayoría de los musulmanes se distancian de los atentados por “oportunismo” pasivo, no como actuación proactiva. Para proteger al Islam, preocupados por el creciente rechazo que sufre en Occidente.

Y no se trata de que reaccionen los intelectuales laicos musulmanes. Éstos no son operativos de la manera que conocemos en Occidente, como nuestros “políticos profesionales”. Ya que para un buen musulmán la política, la sociedad y la religión forman una trinidad única, excluyente e inseparable, establecida por Allah. Además, el fracaso social y político de los intelectuales laicos árabes quedó refrendado con el de las élites nacionalistas, izquierdistas y europeizadas, que impulsaron la independencia de las distintas naciones árabes tras la II Guerra Mundial. Y que crearon regímenes laicos, “socialistas”, apoyados en el clientelismo y la represión interna y separados por su ideología e intereses de sus respectivas sociedades musulmanas.

Pero, ¿cuándo intervienen en el debate de este tema los ulemas o los muftíes, con mayor ascendencia y el respeto de todos? Casi nunca. No se ha dado en el Islam una reflexión profunda sobre la oportunidad política y religiosa de la violencia. ¿Alguien conoce a pacifistas islámicos activos? Algunas actuaciones de los jefes espirituales del Islam son asequibles y serían apreciadas por todos. Los ulemas podrían declarar que los intereses del Islam y de la Umma tienen a España y al resto de Europa como buenos amigos, como parte de Dar el-Ahd. Que son los países donde la Umma no domina políticamente, pero que está en paz con sus habitantes y puede realizar sus actuaciones y ritos. Los ulemas podrían utilizar la institución del takfir contra los más recalcitrantes, peligrosos y criminales terroristas. Los que actúen desviados perversamente (con malicia o tras ser reconvenidos por aquéllos sin resultados) en nombre del Islam. Y no lo han hecho históricamente por el miedo paralizante a caer en una espiral destructiva y disolvente de reconvenciones mutuas y múltiples dentro de la Umma. Recordemos que la unidad monolítica religiosa no existe en el Islam, en el que el pueblo, además, tiene acceso libre a su “sumisión a Allah”, con sólo recitar la Profesión de Fe. Que equivaldría, en cierta forma y medida, al bautismo cristiano.

PREFERENCIAS ESTRATÉGICAS DE LOS YIHADISTAS.

Los insurgentes radicales fundamentalistas islámicos o yihadistas se dedicaron entre los años 60 y 80 a atacar a los que calificaban de “gobiernos musulmanes” corruptos y falsos o socialistas u occidentalizados y liberales. La fortuna fue poca para todo su esfuerzo empeñado. Por un lado, la retirada de los soviéticos de Afganistán. Pero, contando con el soporte logístico occidental y la imprescindible actuación militar de grupos pashtunes y de otras etnias afganos, dirigidos por los “señores de la guerra”. Es decir, los maliks destacados y carismáticos de los clanes y tribus regionales. Entre ellos el más célebre fue Ahmad Sah Masud, el León del valle del Panjshir. Y, por otro, consiguieron la toma del poder en Sudán, inspirados por al-Turabi, un “capitán araña”, al conseguir hacerse fuertes en su Ejército. Esto es aún un caso único en el mundo sunní. La propaganda no figuraba entre sus prioridades y la huella informativa que dejaron en el mundo occidental fue mísera. Pocos se enteraron de que existían y de ésos son menos los que recuerdan sus andanzas de entonces. A partir de los 90, el objetivo yihadista se vuelve contra el Occidente infiel. Considerando al Gran Satán, personificado en los Estados Unidos de Norteamérica y a sus correligionarios democráticos occidentales, como los primeros perturbadores y corruptores de los pueblos islámicos.

La Yihad permitió la rápida propagación del Islam.

Tres fueron las causas que estimularon a unas tribus árabes a emprender el camino de la conquista de amplios y lejanos pueblos y tierras, extraños a la Península Arábiga. La primera fue la razón religiosa. Como en toda comunidad religiosa primitiva, la Umma fue el centro de los mandatos y las bendiciones de Allah. Viviéndose colectivamente y con entusiasmo, el cumplimiento de una doctrina monoteísta y sencilla. Esta religión exigía, además, un proselitismo militante y coactivo, continuo y expansivo, dirigido hacia los infieles y los hostiles fronterizos. La obligación de la Yihad era similar a los otros cinco preceptos básicos del Islam. El Corán, entregado a Mahoma en el nacimiento del Islam, tiene numerosos versículos o aleyas que demandan de los fieles la lucha armada.

Por el lado de los intereses mundanos, la extensión de las conquistas árabes, en su avance incontenible durante más de un siglo, trajo el control sobre los bienes y haciendas de los nuevos y numerosos súbditos y el poder político y militar sobre ellos. El dominio musulmán se establecía por la presencia de un gobernador con su guarnición militar, en cada ciudad importante o región conquistada. La relación de los nuevos súbditos con el régimen islámico se establecía y regulaba por el pago al gobernador de los tributos periódicos. Debidos al vasallaje impuesto y por profesar, de momento, una religión diferente. Este flujo de dinero importante y constante comenzó a llegar a los conquistadores, que establecieron diversos mecanismos bastante inteligentes para su reparto. La tercera razón, asequible a los nobles, jefes y más destacados musulmanes, fue el reparto de las cuotas de poder que engendraban el dominio, la defensa y la gobernanza de los nuevos territorios de dar-el-Islam. Que son las tierras del dominio del Islam, las tierras dadas por Allah a sus fieles, las tierras que deben mantener o recuperar, si les son arrebatadas temporalmente. Así, fueron proliferando los emires, sheikhs y caides, ocupando y conformando la estructura política árabe de los territorios islamizados.

Las tribus árabes originales del Islam recibían una parte de los tributos y de los saqueos de la conquista, aunque no participasen en algunas expediciones militares. Otra parte era entregada a los participantes de la Yihad contra algún pueblo o región limítrofe del califato. Una parte importante era entregada a las autoridades de la Umma, centradas en el califato de Damasco o de Bagdad, y representadas regionalmente por sus emires o caides, para sufragar los gastos de la gobernabilidad y el mantenimiento del estado teocrático. De ésta, se derivaba una parte destinada a sufragar, equipar y formar las nuevas Yihads hacia los territorios fronterizos a dar-el-Islam, que iban apareciendo. Por último estaba el Zakat o la limosna canónica, entregada a los ulemas y muftíes. Que tenía como finalidad resolver y compensar a los musulmanes por las penalidades y los azares de la vida, con la aportación de su comunidad. Y que se repartía a los pobres, los impedidos y los enfermos, los huérfanos y las viudas de la Umma. Esto cerraba el proceso de reparto de la riqueza y el poder. Que soldaba y aseguraba mundanamente las aspiraciones religiosas de los creyentes de la nueva fe.

Contradicciones estratégicas de los yihadistas en la guerra irregular.

Las principales características de la guerra irregular son su prolongación en el tiempo, consecuencia de su baja intensidad militar, y que es civil y política. Lo que implican un gran desgarro social y actos inevitables de gran crueldad. Por el “ascenso a los extremos” de la guerra, que decía Clausewitz, sin las salvaguardias de las leyes y costumbres aceptadas que se pierden en ese “caos nacido de sí mismo”. Para alcanzar el poder o sus objetivos estratégicos, la guerrilla tiene tres objetivos en su estrategia total: la aniquilación militar del enemigo, que puede ser simplemente aflorar su incapacidad para resolver el problema de las bandas en un tiempo aceptable para la retaguardia popular enemiga; la destrucción de la infraestructura militar y económica que lo soporta y la captación del pueblo o de su base religiosa, étnica y/o social a sus ideas. En esta dialéctica de voluntades, ideologías y esfuerzos los aspectos estratégicos de las bandas irregulares de cualquier ideología son tres: las bases guerrilleras, su correlación de fuerzas con el enemigo regular y las comunicaciones en general.

Las deficiencias y miserias de los yihadistas, en relación con la estrategia y la estrategia operativa son:

1) Los yihadistas han fracasado en incorporarse activa y firmemente a un grupo social amplio, que dé cobertura e impulso permanente a su “movimiento socio religioso imperialista”. Los activistas más alienados se van aislando poco a poco (al menos, emocional e ideológicamente) de la sociedad en la que “viven”. Y lo hacen en aras de sus métodos violentos, a los que sacrifican todo por conseguir la eficacia en la acción. Siguen para prepararse un proceso de segregación, purificación (en sus improvisados ritos no ortodoxos ayunan, emplean agua de lugares sagrados y banderolas verdes o negras con inscripciones de las aleyas que les favorecen), consagración y radicalización. Esta “catequesis de la violencia” les permite llegar anímicamente a la muerte gloriosa y en paz, e, incluso al suicidio, en la realización de sus acciones puntuales.

2) Los grupos yihadistas actúan con una brutalidad innecesaria e indiscriminada, que los descalifica ante su religión y los aparta incuestionablemente de los musulmanes de ley y, aún, de los normales. Veamos algunas aleyas o versículos de al-Corán:

Sura (capítulo), 4 aleya 33 “…Oh, creyentes… no os matéis a vosotros mismos (no os matéis entre vosotros, es otra descripción)…”.

2, 10 “Cuando se les dice: No cometáis desórdenes (voz con la que se definen los crímenes) en la tierra, ellos responden: “Lejos de eso, introducimos en ella el buen orden (el bien)”.

2, 11 “¡Ay!, cometen desórdenes, pero no lo comprenden”.

28, 77 “Al igual que Allah hace el Bien, haced también vosotros el bien y no fomentéis la corrupción (el Mal)” (asesinato de inocentes y de las gentes que os acoge –las tierras de Dar al-Ahd-, borracheras, drogas, daños innecesarios de las cosas).

Y estas aleyas morales, simplemente las desprecian y desacatan, sin que Allah las hubiese cambiado para ellos nunca. 2, 100 “Nosotros no abrogamos ningún versículo de este Libro, ni haremos borrar uno solo de tu memoria, sin reemplazarlo por otro igual o mejor”.

3) Hay una ausencia absoluta de ulemas y muftíes venerables y piadosos a su lado.

4) Los terroristas islámicos están en muchos lugares profundamente divididos ideológica, institucional y estratégicamente. Aunque las bandas rivales puedan ocasionalmente brindarse apoyo, refugio, información o suministros. Las razones son que los jefes de bandas principales suelen querer ser siempre “emires o jeques e intérpretes del Islam.” La franja de Gaza es dominada desde hace años por Hamas, grupo radical fundamentalista palestino de orientación sunní, en rivalidad directa y violenta con el gobierno palestino de al-Fatah en la Cisjordania. En Gaza, dos organizaciones sucursales de al-Qaida, Ansar al-Sunna y Ansar al-Islam, unos grupúsculos irrisorios, se enfrentan también violentamente a Hamas por aumentar su influencia sobre los habitantes. Los talibanes pakistaníes, principalmente el grupo Tehkrit e-Taliban y los independentistas cachemires, realizan periódicamente atentados contra la minoría chií del país. En Irak, al-Qaida se dedica a atacar a los chiíes que acuden en peregrinación desde país y de Irán a los actos anuales de esta religión en sus lugares sagrados de Samarra, Nayaf y Kerbala. También lo hacían los radicales sunníes iraquíes (antiguos funcionarios del Baas y ex miembros de las fuerzas armadas, generalmente depurados sin procesos ni juicios, y grupos regionales tribales). Que estaban en rebeldía contra los gobiernos de mayoría chií antes del llamado “despertar sunní”, promovido por el general David Petraeus, que los transformó en “milicias nacionales de autodefensa del territorio”. La falta de “soldadas” estadounidenses para comprar y mantener sus lealtades, tras la “marcha retrógrada de Iraq de las fuerzas militares de los EEUU hacia la victoria final” y las discrepancias y, aún, los agravios entre ambas ramas del Islam, han hecho reverdecer los conflictos violentos en Iraq. Donde, ya en 1919, Arnold Wilson, el administrador civil británico en Bagdad, declaraba que “la unión de las citadas ex-provincias turcas (Bagdad, Basora y Mosúl) para formar una nación, era una receta para el desastre, porque implicaba que se obligaría a tres grupos étnico-religiosos muy distintos a trabajar juntos, siendo bien sabido que se odiaban mutuamente”.

5) Y el Delirium Tremens de su Acción Ideológica. Algunos de los más alocados guerrilleros islámicos fueron los argelinos de los años 90. Sin ser ni siquiera estudiosos del Islam y con intereses muy terrenales, se excomulgaban (de la Umma) unos grupos a otros en su desatino vesánico. El takfir o anatema se deriva de kfur o impiedad. Que se relaciona directamente con el “caos religioso” o jahiliyya anterior al Islam. Por el takfir se declara impío a alguien que es o pretende ser musulmán y se le destierra, al menos moralmente, de la Umma.

6) Por todo lo citado, las bandas guerrilleras islamistas carecen de bases permanentes o semipermanentes. Cualquier base localizada constituye un objetivo convencional para los militares. Que pueden hacer caer sobre ellas toda su capacidad de combate regular. Pero también es cierto que las bandas que no son aniquiladas pueden emigrar y radicarse en otra zona más o menos aislada e inaccesible. Aunque tienen por delante toda la labor inmensa de empezar a crear otras bases. Las bases las forman los territorios controlados por la guerrilla y, a veces, por ejemplo en poblaciones ocupadas, esto no es evidente, porque las bandas están veladas. Son también las áreas donde las guerrillas practican y ponen en práctica sus ideas religiosas y fines políticos. En ellas, las bandas organizarían a sus potenciales seguidores musulmanes, que así se convertirían (más o menos voluntariamente) en el soporte popular indispensable de las guerrillas.

7) Tienen una gran descentralización operativa. Esto lo consiguen en parte por la universalidad de la Umma. Que trasciende y supera la idea de nación o raza y les da la “assabiya” o pertenencia grupal e identidad personal, a través de una religión totalizadora. Pero que les impide también conseguir objetivos estratégicos consistentes. Aunque sus acciones puntuales sean importantes, odiosas, dolorosas, temibles. Y son así por la brutalidad, el desamparo, la mutilación y la efusión de sangre que sufren sus víctimas; y que asumen y temen todas las personas que se sienten amenazadas (el impacto es subjetivo); y no por la escasísima probabilidad que existe de sufrirlas. Su actuación irregular eficaz y trascendente podría empezar con acciones móviles de hostigamiento general en la retaguardia enemiga, a cargo de las bandas suficientemente asentadas en un territorio. Buscando el desgaste y la desmoralización de las fuerzas enemigas, su dispersión por el territorio amenazado y paralizarlas en la defensa más o menos estática.

(CONTINUARÁ)

ARMAS MODERNAS: EL DRONE Y EL MUJAIDIN SUICIDA II.

(CONTINUACIÓN)

Esta doctrina se extiende y afecta, a través de la OTAN, los objetivos estratégicos de sus aliados y los medios asignados y específicos para alcanzarlos. El entrenamiento con programas informáticos es un ejemplo de las nuevas prácticas de entrenamiento militar. En vez de mover soldados por los Boot Camps o los vehículos por los polígonos de maniobras de las unidades mecanizadas o motorizadas, la OTAN está desarrollando nuevas artificios online para instruir al personal. Y, aunque no pueda ser la norma de formación o de entrenamiento, el proyecto es ilustrativo de que la Alianza se adapta a los nuevos tiempos de “restricciones financieras globales” para los Ejércitos. En ese escenario de recursos decrecientes y amenazas aún poco apreciadas, los ministros de Defensa de la OTAN, reunidos a fines de febrero de 2013 en Bruselas, decidieron adoptar algunos remedios voluntaristas. “Se trata de ver si nuestras naciones renuncian a sus responsabilidades por causa de las restricciones presupuestarias o si demostramos creatividad e innovación y desarrollamos las capacidades necesarias para afrontar las amenazas de forma conjunta”, dijo Leon Panetta, secretario de Defensa estadounidense. La OTAN creará una “fuerza sui generis” de reacción rápida (hace 30 años le llamaban de “rapid deployment”), que formarán 13000 soldados de caballería e infantería mecanizada reforzados con artillería e ingenieros. Estará destinada a desplegarse en zonas de conflicto sensible para sus intereses. Olvídense del Congo, del Yemen, de Somalía o de Siria, que no lo son. Esa “gran unidad” la formarán los Ejércitos de los países aliados, que incorporarán a ella sus fuerzas tipo brigada o regimiento de forma rotatoria y por un periodo mínimo de seis meses. Los expertos de la Organización diseñarán un plan de entrenamiento para ellas, que durará hasta 2020. “Mi llamamiento a los Gobiernos aliados es que paren los recortes (en Defensa), que empleen mejor sus recursos (asignados) y, una vez se recupere la economía, que comiencen a invertir otra vez. Si los recortes continúan, tendrán un impacto negativo en nuestra capacidad para proveer defensa y protección a nuestra población”, advirtió el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, al inicio del encuentro. La reducción más drástica en temas de Defensa corresponde a Grecia, que disminuyó en 2011 un 25% su gasto militar después de haberlo rebajado en un 20% en 2010. O sea, en 2012 su presupuesto de Defensa fue el 60% del de 2009. Hay otros cuatro países menores, que también han hecho sustanciales recortes en sistemas, hombres y reequipamientos para la Defensa: Eslovenia, Bulgaria, República Checa y Eslovaquia. Por debajo de ellos, aunque también con reducciones de dos dígitos, está España, cuyo gasto militar cayó un 11% en 2011, tras dos años de reducciones muy significativas. En general, casi todos los países ahorran en sus Ejércitos, incluido Estados Unidos, que realiza el mayor gasto militar atribuido del mundo (un 4,8% de su PIB). Las partidas chinas, procedentes de una economía dirigida centralizadamente no son homogéneas o comparables, porque muchos capítulos pueden incluirse en otros ministerios y servicios. Pero las caídas totales al nivel de la Alianza se amortiguan bastante gracias a excepciones como la alemana, que ha incrementado los gastos de Defensa en los años de la crisis.

Así, el Pentágono tiene que centrarse operativamente en las tácticas y técnicas antiterroristas. Y busca reforzar su propia rama de espionaje, la Agencia de Inteligencia de la Defensa (DIA, por sus siglas en inglés). La razón es simple y clara: como la CIA ha sido efectiva dando caza a terroristas en el extranjero, el US Army quiere ser más como ella, y menos como un ejército al uso, para adaptarse a los nuevos objetivos y estrategias nacionales. En noviembre de 2012, Panetta le pidió a Obama que le permita reclutar a 1600 nuevos espías. Eso doblaría el tamaño de la DIA. A fines de ese mes, el entonces secretario de Defensa, Leon Panetta, declaró que: “La campaña contra al-Qaida tendrá lugar fuera de zonas declaradas de combate. Y empleando tácticas que dejen poco rastro, con operaciones de precisión”. Charles “Chuck” Hagel, de 66 años de edad y condecorado como sargento de un pelotón (squad) del Ejército en Vietnam, fue nombrado el 27 de febrero nuevo secretario de Defensa. Y asumirá tanto las cuantiosas reducciones presupuestarias como la nueva “doctrina”.

Los principales Unmanned Aerial Vehicles son el Predator y el Reaper. Y cuestan más de $13 millones de dólares por unidad. El Pentágono cuenta con unos 19000 para las tareas de espionaje y combate. La CIA dispone de su propia flota, con los datos reservados. Los drones los fabrica la General Atomics. Su arma más devastadora son los misiles AGM-114 Hellfire II (algo así como el “Fuego del Infierno” potenciado, concentrado y mejorado), de la Lockheed Martin. En octubre de 2012, los EEUU encargaron 24000 misiles para su uso y el de países aliados autorizados. Existen las variantes de carga hueca anticarro (HEAT), antipersonal o HE (con diversos tipos de explosión y fragmentación, reforzada o no) y de autoguiado (“fire and forget”). Cada uno pesa unos 47 Kgs., con el 20% de carga útil (warhead), es guiado por láser con diversas técnicas y tiene un alcance de 8 Kms. El efecto de una salva de varios de ellos sobre una manzana de casas de adobe o de mampostería es demoledor. Pero les garantiza la eliminación del blanco humano seleccionado.

El equipo de la base es muy simple y altamente elaborado: el mando o timón de los drones, varias pantallas y un pedal, frente a las sillas ergonómicas de sus pilotos. Los drones tienen cámaras que transmiten sus vistas en directo a sus pilotos en tierra. Una deliberada observación precede a un ataque. El piloto del drone y el controlador de la cámara, que forman un “killer team”, observan a su “objetivo designado” durante todo el día, revisando sus actividades. El ataque se realizaría cuando, por ejemplo, su familia ha ido de compras. De hecho, todos los “equipos” hablan de una “intimidad establecida” con las familias afganas observadas durante hasta semanas. Cosa que desconocerían, por ejemplo, los soldados extranjeros de la ISAF sobre el terreno de conflicto. Tampoco parece, según los estudios médicos estadísticos realizados, que a los pilotos y observadores les afectase de forma importante los muertos causados. También rechazan que su trabajo sea como un videojuego. Aunque algunos argumentan para ello que no conocen ningún videojuego que exija observar el objetivo durante horas.

La US Air Force del Pentágono cuenta con más de 1300 pilotos de drones, trabajando en 13 bases de los EEUU. Y necesitaría de inmediato unos 300 más, al menos. La mayoría de las misiones de los militares son en Afganistán. El Pentágono calcula que para 2015, la Fuerza Aérea deberá contar con 2000. Ya entrena más pilotos para drones que para los vuelos convencionales: 350 en 2011. Y desde 2012 la formación es específica para ellos: los pilotos sólo pasan 40 horas a bordo de un Cessna, sin volar en cazas, para pasar a aprender a dirigir un drone. El jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea, general Norton A. Schwartz, reconoció que los pilotos de drones podrían superar a los clásicos en los próximos años. Se cambia la aureola y la profesión de piloto de combate por las de funcionario televidente de sillón. Y cada vez más bases en los EEUU dejan de ocuparse de los vuelos tradicionales para “dirigir” Unmanned Aerial Vehicles.

En noviembre de 2011, tras un ataque con drones en la frontera con Afganistán, donde murieron al menos 24 militares paquistaníes de un fortín de control, Pakistán cerró el paso de los convoyes logísticos de la OTAN por las rutas de Khyber y Chaman, desde la ciudad de Peshawar. Son dos rutas cruciales para que los soldados de la ISAF, que las han empleado durante los últimos 10 años de combates asimétricos, reciban combustibles, equipos, víveres y material bélico. El Ministro de Defensa paquistaní, Ahmad Mukhtar, indicó a fines de 2011 que podrían reabrirlas a la ISAF, si pagaban por ello. Y, según fuentes del Pentágono, Pakistán les obligó a desmontar también una plataforma de drones instalada en una base en el suroeste del país, operada principalmente por la CIA. Washington perdió temporalmente una de sus armas más poderosas: el permiso para poder lanzar misiles desde los aviones no tripulados contra los insurgentes en las provincias del noroeste de Pakistán, táctica que generalizaron allí desde 2008. A su vez, Panetta, señaló entonces que los EEUU están «llegando al límite de su paciencia» con Pakistán, “por su incapacidad para actuar en contra de los grupos armados en las zonas tribales”. A primeros del 2013 los drones pulverizaron al llamado mulah Nazir en la provincia paquistaní de Waziristán del Sur (en las zonas tribales). La salva de cohetes lanzados para alcanzarle, mató también a dos de sus colaboradores más cercanos, Rafey Khan y Atta Ullah, que le acompañaban en el vehículo. Ya los EEUU habían realizado anteriormente varios ataques para acabar con su vida. Este elemento pertenecía a los talibanes “neutrales” para Pakistán. Y, al menos, prestaba cobijo, ayudas y soporte logístico a los miembros de al-Qaida y a los talibanes afganos, que operaban al otro lado de la frontera. Y probablemente fue colaborador de sus “autoridades” en algunos largos períodos. Esto lo confirma el hecho de que en noviembre de 2012 Nazir fue objeto de un ataque suicida fallido en el mercado de Wana, la capital provincial.

En un informe desclasificado del Comando Central del Pentágono, publicado en diciembre de 2011, se asegura que “el catalizador del ataque fue la apertura de fuego por parte de PAKMIL (el Ejército pakistaní), pero se añade que “la cooperación y colaboración en la frontera se vio imposibilitada por un clima de desconfianza mutua”; que las órdenes dadas por la OTAN “carecían de claridad y precisión”, y que el objeto mismo de la misión era “inadecuado”. El resultado final fue que el general de los Marines James Mattis, al mando del Comando Central, ordenó una serie de cambios en los protocolos de las operaciones fronterizas. Y, ¿no sería que por rutina y falta de compromiso con las misiones, no se cumplieron bien los que había? Al final, la burocracia y sus males matarán la iniciativa y la inventiva de los soldados burocratizados. Y que, como al lebrel negro de los Han, cuando, esten bien sujetos, se les pedirá que atrapen “liebres inalcanzables”…

La desconfianza mutua existe en todos los ámbitos de cooperación entre EE UU y Pakistán. Desde que ambos países sellaran una alianza tras el 11-S para combatir a al-Qaida, el Congreso de los EEUU ha enviado $20.000 millones de “ayuda económica” a Islamabad. Los resultados reales y prácticos de esta “alianza” son magros y escasos y la lealtad de Afganistán a los intereses de los EEUU, por la que se paga esa “colaboración”, es cuestionable. Porque Pakistán mantiene su lealtad firme a los objetivos de su gran estrategia o estrategia nacional. Diversos miembros del Congreso de EE UU pidieron un cambio de enfoque en sus relaciones en esa región geoestratégica. El representante a la Cámara, Duncan Hunter, declaró que “Afganistán necesita estabilidad económica y política, para garantizar que la victoria de EEUU sea duradera. Y la relación entre EEUU y Afganistán debe ser también un punto de interés, no sólo para el futuro de Afganistán sino para el de toda la región”. Y Frank Wolf señaló: “Está claro que para lograr triunfar en Afganistán, debemos resolver primero una serie de problemas en Pakistán. Conseguir una victoria militar en Afganistán es una cosa, pero nuestro éxito general depende de más factores”.

Las autoridades de Pakistán y Yemen, aliadas de Estados Unidos contra al-Qaida, han protestado varias veces, tanto por la violación de sus soberanías con acciones de guerra, como por la muerte de gente que no tenía nada que ver con el conflicto. Y advierten que esta guerra llevada ocultamente. les desestabiliza y da argumentos a los yihadistas.

Por otro lado, el uso de los aviones no tripulados en misiones de exploración del enemigo plantea en sí mismo un problema de difícil solución para las agencias de Inteligencia estadounidenses. Se estima que sólo la CIA puede estar recibiendo más de 1800 fotografías y de 1800 horas de grabaciones de vídeo diarias de sus drones espías. Y toda esta farfolla informativa, esta plétora indebida de imágenes, sólo pueden conducir al atasco de los canales de transmisión, procesamiento y valoración de la información. Y al hastío y la desorientación de los mandos intermedios. Así, el resultado sólo puede conducir a unos análisis rutinarios y someros en enjundia y a una profusión de informes. Que se tardarían años en convertir en verdadera inteligencia o información contrastada y valorada para los diferentes mandos operativos y estratégicos. Ya no se trata de “obtener información relevante y suficiente”, sino que la información que se obtiene es indigerible e intoxica y desorienta a todos.

(CONTINUARÁ)

EL CHORREO INFORMATIVO DE SNOWDEN O EL SNOWDENLEAKS II.

(FINAL)

Espían también a sus Aliados.. y vice al contrario…

El fiscal general estadounidense, Eric Holder, aseguró a la vicepresidenta de la Comisión Europea, Viviane Reding, que los registros se limitaron a casos concretos y con orden judicial. Y añadió que “los programas de vigilancia sólo se autorizan cuando hay sospechas claras, vinculadas a amenazas terroristas”. Reding declaro: “El concepto de seguridad nacional no significa que todo vale. Los Estados no tienen un derecho ilimitado de vigilancia libre y secreta”. La seguridad no puede defenderse “a expensas de los europeos”, recalcó. La reunión de ambos en la segunda decena de junio y programada desde hacía tiempo, vino precedida por la tensión generada en las instituciones europeas, al saber que el programa de seguimiento de datos Prisma iba dirigido principalmente a ciudadanos no estadounidenses. “Un acuerdo significativo debe asegurar un tratamiento idéntico a los ciudadanos europeos y estadounidenses”, insistió. La también comisaria de Justicia se queja desde hace años de que un estadounidense que considere violado su derecho a la privacidad, puede reclamar ante instancias europeas. Y un europeo en las mismas circunstancias, no puede hacer lo mismo en los Estados Unidos. Y ese estorbo tiene detenido desde 2011 un “acuerdo de intercambio de datos” entre las dos partes. Al igual que hizo en la carta que envió al fiscal general estadounidense previa a su encuentro, Reding terminó su discurso diciendo: “la capacidad para cerrar ese acuerdo será esencial para negociar el acuerdo comercial”, que ambos bloques buscan también.

La Agencia de Seguridad Nacional instaló también micrófonos ocultos y se infiltró en las redes informáticas de la delegación que la UE mantiene en Washington. Así se desprende, según publicó el sábado 29 el semanario Der Spiegel, de documentos de Snowden. Éste posee informes, marcados con el sello de “alto secreto” y fechados en septiembre de 2010, en los que los espías norteamericanos describen los ataques a la sede diplomática de los 27 en Washington. No consta que se hayan retirado los micrófonos de la delegación europea, ni que se hayan cerrado los “accesosa sus redes informáticas. Esta penetración a los ordenadores permite leer los correos y acceder a los documentos almacenados en los discos duros. Los informes recogen ataques similares a la representación europea ante la ONU, en Nueva York. Los europeos y la Unión Europea aparecen señalados explícitamente como objetivo de los espías. La revelación apunta a un grado de premeditación aún mayor del conocido a través de las filtraciones previas del programa Prisma, de la NSA, y de su homólogo británico Tempora, del GCHQ (servicio secreto británico). Estos programas pueden espiar comunicaciones digitales y telefónicas alrededor del mundo. Ben Rhodes, viceconsejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, se negó a comentar estas nuevas noticias sobre el espionaje a los aliados europeos. Preguntado sobre el asunto por un grupo de periodistas durante el viaje del presidente Obama a Sudáfrica, Rhodes habló de “informaciones no autorizadas”. Autorizadas o no, suponen, de ser ciertas, una violación del derecho internacional, propio de los tiempos de la guerra fría y realizado siempre entre enemigos irreconciliables ideológicos. Acorralado y alterado suficientemente, junto con sus asesores, que no le aconsejaron prudencia, determinación, contención y buen hacer, el domingo 1 de julio Obama aclaró que: “todos los servicios secretos desean conocer lo que sucede en otros países y ciudades del mundo. Y, para ello, recogen información continuamente”.

El semanario Der Spiegel habla de un asalto informático a gran escala contra las redes de telefonía de la sede del Consejo de la Unión Europea, en Bruselas. Hace cinco años, los encargados de seguridad electrónica detectaron allí una serie de intentos de conexión a una unidad de mantenimiento a distancia del Edificio Justus Lipsius, sede de dicho órgano legislativo. Los 27 países de la UE tienen allí oficinas propias, utilizadas muchas veces por ministros y otros altos cargos electos o administrativos. Las autoridades rastrearon el origen de aquellas llamadas y se toparon nada menos que con el cuartel general de la OTAN en la propia Bruselas. Un análisis más detallado reveló que salieron de una sección especial de los cuarteles de la OTAN en el suburbio bruselense de Evere, reservada para los agentes de la NSA que trabajan con la Alianza. Tras percatarse de esto comprobaron que no había sido la primera vez y que, en ocasiones anteriores, las llamadas tuvieron éxito.

Nuevas revelaciones del diario The Guardian sobre el espionaje de Estados Unidos, indican que al menos 38 embajadas y misiones extranjeras en ese país fueron sometidas a espionaje. Se basan en documentos de 2007 y 2010 de Edward Snowden. Entre las embajadas “controladas” están las de “aliados proverbiales y consuetudinarios”, como Alemania, Francia, Italia, Grecia, Méjico, Japón, India, Corea del Sur y Turquía. Esto confirma las informaciones de Der Spiegel, que provocaron un monumental enfado en Berlín y París y en Bruselas. El diario detalla la manera en que los servicios secretos estadounidenses realizaron las tareas de control sobre las oficinas europeas en Washington y en Nueva York. Uno de los sistemas, conocido con el nombre de Dropmire, implantó un artificio en la máquina de faxes cifrados de los locales de la UE en Washington. El diario londinense subraya que no está claro si las actividades de espionaje han sido realizadas exclusivamente por la NSA o algunas han sido ejecutadas por la CIA o por el FBI o por acciones conjuntas de las agencias. Un documento de la NSA del 2010 precisa que ese fax se utiliza para enviar cables a los ministerios de Asuntos Exteriores en las diferentes capitales europeas. E indica que el objetivo perseguido al interceptar esas comunicaciones sensibles, es tener información sobre los desacuerdos de todo tipo entre los socios de la Unión Europea.

En esos días han ido saliendo al público informaciones más o menos “extensas, reales, precisas y deliberadas” sobre los espionajes nacionales y sus alcances de Francia, Gran Bretaña, Australia, Nueva Zelanda y Cánada. El lector interesado más en el tema encontrará en los medios de todo tipo la información suficiente y continua sobre este “serial” de funcionarios y mercenarios del espionaje.

¿Por qué se desbocó el caballo…? ¿Sirvió para algo?

La finalidad de una empresa privada es ganar dinero. Y sus resultados están en proporción a la información detectada, procesada y guardada o entregada a su contratista y que cumpla los parámetros solicitados por éste. Por otro lado, basta ejecutar una tarea sin prejuicios y con aceptación (sin resabios o mal gusto por ella), para que resulte progresivamente interesante e importante para su autor. A las corporaciones y a los empleados les gusta y se les remunera por el hecho de espiar. También están afectados los funcionarios espías y sus Agencias, que son remunerados, felicitados, premiados y promocionados por sus servicios en este campo de la Defensa. Y la tendencia natural libre del proceso es extenderlo sin mesura, creando información sobrada, recrecida, generosa, desbordada, abundante e innecesaria. Y aquélla queda firmemente instalada en el sistema de espionaje como su “modus operandi” cuantitativo. Esto no hubiese sido posible sin los medios telemáticos y electromagnéticos de todo tipo existentes y en desarrollo y perfeccionamiento.

Por otro lado, la administración y la gestión de unas tareas tienden a ocupar y a utilizar todo el tiempo y los medios disponibles, sin que por ello resulten más eficaces, útiles o preventivas. Son los cumplimientos de las leyes universales de los costes crecientes y los rendimientos menguantes de las actividades y de sus recursos asignados. Contra aquéllas se puede luchar, para amortiguarlas y dilatar en el tiempo sus efectos disolventes y perniciosos. Para esto es necesario utilizar un personal cualificado, firme, vocacional y propio, encuadrado en una estructura eficaz, flexible, ligera y motivada, que controle y regule el flujo útil necesario y continuo de la información a detectar, captar y recoger, según las prioridades que reciban. Y esto es muy difícil de montar, sin romper las costuras, cuando tantos y tantos eran ocupados en las diversas tareas del espionaje.

Ha existido también una falta de control permanente y suficiente de los empleados y métodos del contratista. Empleando las armas del presupuesto aprobado y disponible, de los procedimientos standares de calidad, de listas de restricciones y límites y de las líneas aprobadas de investigación y seguimiento, según los objetivos políticos y estratégicos del momento. Y, además, el control no era supervisado por los poderes públicos, sino por funcionarios intermediarios, sin autoridad legal y democrática. Y este control propio, usado como un feedback o retroalimentación del proceso, hubiese exigido más personal propio de confianza y más medios e instalaciones. Disparando los gastos y rompiendo presupuestos..

Y, ahora, quizás otro desengaño mayúsculo, la información, ya lo sugerimos en la entradilla con la alegoría de la paja y la cáscara de ésta, no vale nada si no se convierte en inteligencia. Ésta es el conocimiento razonablemente fiable, suficiente y continuo del enemigo, de sus intenciones y posibilidades y del terreno, en sus posibilidades de lucha y transitabilidad (ongoing le llaman, recortando la riqueza de la palabra española). Una vez creada la inteligencia, es integrada por el mando superior existente de la misma, el G-2 o la DIA. Que, mediante otros órganos, se encargará de transmitirla a las unidades y mandos interesados. Dicha transmisión debe ser protegida por todos los medios existentes, garantizando el secreto y su llegada a los destinatarios, mediante dobles estafetas, cifrados, etc. La inteligencia transmitida debe reunir las características adecuadas en cuanto al momento, la fiabilidad, la continuidad, la seguridad de transmisión, la riqueza de contenido y su suficiencia. En cuanto al tiempo debe ser oportuna y continua. Su seguridad afecta a los planes y a las decisiones que a partir de ella se elaboren. Debe ser suficiente, rica y fiable para permitir a los correspondientes mandos, dedicándole sólo un tiempo razonable, hacerse una idea lo más completa posible de una situación y planear sus posibles evoluciones y los factores que a ellas concurrirán. La suficiencia limita drásticamente los excesos de información no necesaria. Éstos desorientan y/o cansan al mando abrumado por ellos. Aquí el exceso embota y oculta la realidad y su percepción. Y esta selección necesaria es, más que una ciencia, un arte del G-2, la NSA. la DIA, la CIA o el FBI. ¿Sirvió para algo todo el esfuerzo?…

EL CHORREO INFORMATIVO DE SNOWDEN O EL SNOWDENLEAKS

Lo que se ha puesto al descubierto y se critica en el escándalo de Edward Snowden no son los llamados ciberataques o la guerra electrónica entre estados. Ésta se realiza por unidades específicas y propias de las Agencias de inteligencia correspondientes en los teatros del Éter. Lo importante del caso Snowdenleaks no ha sido confirmar con datos sobrados que todos espiaban, espían y espiarán a todos: aliados, neutrales y enemigos. Esto por lo de que la información es poder. Aunque éste lo da realmente la inteligencia, tras quitar toda la paja y la cáscara de la información y elaborarla. No. Lo que ha conmocionado e indignado a la “opinión pública sensible mundial” fue en gran medida la prepotencia, el cinismo, la displicencia, la pobreza de argumentación con los que las autoridades de varios países democráticos justificaron sus espionajes nacionales. Y, también su incapacidad manifiesta para abordar y controlar lo inesperado. Que es como ver aparecer al enemigo en fuerza y en tiempo inoportuno para nuestra situación y nuestros planes por nuestro sector más desprotegido u olvidado. Aquél es la piedra de toque del “mando conductor” (ésta es la traducción de “leader”) sensible, formado, con sentido correcto, previsor y decidido.

Se inicia la plétora indebida de detección y registro de información general.

Cuando Bush aprobó en secreto en octubre de 2001 el programa de la NSA para escuchar llamadas telefónicas internacionales y copiar correos electrónicos de ciudadanos estadounidenses sin la aprobación de un tribunal, fue necesario iniciar enormes operaciones de búsqueda y procesamiento de datos a gran escala. Desde entonces,.la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) ha levantado un complejo de 93.000 ms2. en Utah, destinado a almacenar informaciones y datos personales. Ella ha instalado también “estaciones de detección” por todo su país y ha contribuido a crear uno de los ordenadores más potentes y rápidos del mundo, para descifrar los códigos que protegen las informaciones por la Red. La NSA es, cómo no, una agencia de espionaje muy opaca. Ni siquiera se sabe cuántos agentes propios y contratados emplea en total. Este misterio le ha valido en EE UU el sobrenombre de “No Such Agency” (No hay Semejante Agencia).

La capacidad del Ente para buscar y procesar los datos digitales sobre quién llama o envía correos electrónicos, ha hecho que las clásicas escuchas telefónicas sean menos importantes. Pero el acceso a esos datos suscita inquietudes sobre la privacidad y las libertades personales. Las leyes o “normas colectivas ciudadanas”, por el hecho de que sean aprobadas por Cámaras legislativas elegidas, no son justas “per se”. Son, de entrada, solamente legales. Lo contrario sería atribuir al legislador la infalibilidad en sus decisiones. En efecto, las leyes estadounidenses limitan las escuchas telefónicas de voz, pero dan poca protección a los datos digitales emitidos cuando se realiza una llamada o se envían correos electrónicos. El 7 de junio Obama confirmó esa “legalidad”: “A pesar de todo el revuelo de los últimos días, nadie ha escuchado los contenidos de las llamadas por teléfono”. Por su parte, la Unión Americana por las Libertades Civiles presentó el 11 de junio último una demanda ante un juez de Nueva York contra el Gobierno de Obama. En ella pedía que se pusiese fin a la recopilación de datos nacionales y se que eliminasen los registros existentes. “Las leyes y la política de EE UU garantizan que el contenido de las comunicaciones es lo más privado y lo más valioso. Pero eso se considera retrógrado hoy en día”, afirma Marc Rotenberg, director ejecutivo del Centro de Información Privada Electrónica. Se trata de saber y definir cuáles son los límites del Estado y qué pueden hacer las personas no criminales para protegerse.

A través de los móviles, ordenadores y tabletas y usando los correos electrónicos, redes sociales y otras comunicaciones digitales, el mundo creaba 2,5 trillones de bytes de nuevos datos al día. E IBM calcula que el 90% de los datos digitales que existen vivos en el mundo se generaron en los dos últimos años. Este proceso sigue un crecimiento exponencial, que es uniformemente acelerado. “Servicios como Google y Facebook son enormes depósitos centrales de información”, declara Dan Auerbach, analista de la Electronic FRontier Foundation. Y añade, “Esto ha creado un target (objetivo) increíblemente atractivo para los organismos policiales y de espionaje”. “Es el Gran Hermano extremo”, remata Alex Fielding, experto en Centros de Datos. Los “servicios secretos nacionales” son los clientes más exigentes interesados en los adelantos en informática y en la búsqueda y el procesamiento de datos. Y, es un poco ingenuo pensar que el Gobierno pueda apropiarse de tanta información, sin vulnerar los intereses de los ciudadanos protegidos por la Cuarta Enmienda”.

La tecnología de software ha dado a los espías estadounidenses la capacidad de seguir y controlar las actividades y los movimientos de mucha gente en casi cualquier parte del mundo sin verla o sin escuchar realmente sus conversaciones. Solo cuatro puntos de información sobre la localización y la hora de una llamada desde un teléfono móvil, permiten identificar a su titular en el 95% de los casos. La Agencia de Seguridad Nacional ha obtenido en secreto los registros telefónicos de millones de estadounidenses y ha accedido a correos electrónicos, vídeos y otros datos de extranjeros de nueve empresas de Internet estadounidenses. Todo esto ha permitido detectar y confirmar el creciente poder de las agencias de espionaje de los países. También aquí han tenido su papel las empresas de Internet, que tratan de limpiar su imagen con declaraciones. Facebook declaró que en 2012 tuvo 10 mil peticiones para acceder a cuentas de los clientes. Microsoft informó de haber recibido entre 6.000 y 7.000 reclamaciones similares. Las peticiones iban firmadas por el correspondiente juez de FISA. Pero ésas y otras empresas de Internet, que hicieron públicas reclamaciones a la Administración de más transparencia, se deben también a sus clientes, con los que se habían comprometido a no desvelar sus datos privados.

Aparece una oveja negra parlanchina en el colectivo del espionaje masivo.

Edward Snowden, un analista de una empresa privada contratada por la NSA, entregó a “The Guardian” y luego a “The Washington Post” dos documentos que recogían dos programas secretos de espionaje del Gobierno de EE UU. Uno registra los teléfonos y la duración de las llamadas de la compañía Verizon en EE UU. Y otro, conocido como Prisma, permite el acceso a correos electrónicos, conversaciones en línea, fotos y materiales intercambiables en la Red entre ciudadanos extranjeros en los EEUU y fuera de su territorio. Y no afecta, por lo que se sabe, a los ciudadanos estadounidenses. Según las autoridades norteamericanas, los programas son muy valiosos, permitieron antes abortar decenas de intentos de ataques terroristas y su revelación constituye un gran perjuicio para EE UU. El presidente Obama defendió su empleo, diciendo que, en el mundo actual, “no se puede tener (simultáneamente, se entiende) el 100% de privacidad y el 100% de seguridad”. “Esos programas representan una mínima molestia que los norteamericanos pueden permitirse en aras de dormir más tranquilos”.

Todos podemos entender que los gobernantes tengan que actuar en secreto en muchas ocasiones. Nunca se pretendió que la CIA presentase al Congreso un memoradum actualizado sobre su avance en la localización de Bin Laden. Pero el secretismo no se justifica siempre, ni con tanta frecuencia como las autoridades pretenden. Y no se justifica en los papeles de Snowden. No se aprecia de una primera lectura, qué dicen esos registros que los terroristas no dieran por sabidos. ¿Alguien cree que al-Qaida se comunicaba por correos electrónicos, sin temer en lo absoluto que podrían ser leídos por los servicios de espionaje? El secreto gubernamental protege la actuación legítima de un agente de la autoridad, pero también oculta el abuso de un funcionario prepotente, codicioso y sin escrúpulos.

El secreto deja a los ciudadanos inermes ante la Administración, que queda como la única autoridad para decidir qué hacer en cada situación. El secreto es una condición necesaria del autoritarismo y del abuso de poder, porque protege su impunidad, su posición de dominio, su arbitrariedad y el corporativismo de los agentes. El problema central aflorado por los papeles de Snowden es que no existe un suficiente control democrático de la intromisión de la Administración en las vidas privadas de los ciudadanos. El Congreso era informado en secreto. Un juez firmaba la autorización legal para ese espionaje. Pero era el juez de un tribunal secreto -creado en 1978 y conocido por las siglas FISA-, que en último año aprobó todas las solicitudes de intervención que le presentaron los responsables de seguridad. Y éstas son unas garantías incompletas y primitivas para una recolección tan masiva de datos. Un corolario o derivada es la extensión hipertrofiada e innecesaria de ese espionaje “protector”. Unos 6 millones de personas descubren y tratan la información delicada en los EE UU. Cerca de la tercera parte de la información, se calcula en un 28%, es recogida y grabada por empresas privadas del sector, que trabajan para las Agencias oficiales. De aquéllas, unos 1’1 millones conocen y utilizan la información de alto valor o “top secret” de los EE UU, de los cuales unos 450 mil son empleados privados.

(CONTINUARÁ)

LOS MONGOLES INVADEN EUROPA ORIENTAL (1238-1241) II.

(CONTINUACIÓN)

El Ejército Mongol Ataca a Hungría.

Subodai concentró su ejército en 3 agrupaciones de marcha. Cada una entraría en Hungría por una ruta diferente, a través de los pasos y valles de los Cárpatos. Este despliegue aportaba a los mongoles una resistencia a las sorpresas enemigas y les daba un desdoblamiento inicial para las maniobras de sus 3 cuerpos móviles, facilitándoles enfrentarse con el enemigo. Los húngaros, por su parte, no se atrevieron a atacar a ninguno de ellos, por miedo a un avance de los otros cuerpos sobre su retaguardia o para ocupar alguna de sus ciudades. La columna central, que marchaba al mando del príncipe Batu, cruzó el paso de Ruske el 12 de marzo y continuó su avance por el valle del río Tisza. Su vanguardia con capacidad de combate llegó al Danubio el día 15 y 2 días después lo hizo el cuerpo principal. La vanguardia había realizado una marcha de 290 Km. en 3 días, cruzando terreno hostil y cubierto aún por nieve alta.

El 3 de abril, Subodai formó sus 3 columnas frente a Pest, en la ribera este del Danubio. En Pest tenía el rey Bela reunido su ejército de 100 mil hombres. Al otro lado del río, unidas las ciudades por puentes, estaba Buda. Subodai se sabía superado en número por los húngaros. Habiendo destacado también un tumán en Transilvania la columna de marcha izquierda, para asegurarse que de Rumanía no recibían refuerzos los cristianos, los mongoles eran ahora unos 70 mil. También les resultaba muy peligroso forzar un cruce del Danubio a los ojos del ejército húngaro desplegado. Por otra parte, cuanto más tiempo se tomase Subodai en sus cálculos, decisiones y preparativos, más tiempo daba a otros gobernantes europeos para decidirse y venir a apoyar al rey Bela. El general mongol aplicó entonces a escala estratégica una de sus estratagemas: su ejército se retiró al este. Los jefes húngaros supusieron que los mongoles no se atrevían a luchar contra su ejército. Y, espoleados por su inactividad ante el avance no estorbado de las 3 columnas mongolas, pidieron iniciar su persecución. Los húngaros no valoraron que Subodai les estaba atrayendo fuera de la protección del Danubio y del apoyo entre destacamentos y cuerpos del ejército.

El rey Bela, al mando de la gran mayoría del ejército, dirigió la persecución. La retirada mongola fue calculadamente lenta. Tardaron 6 días en alcanzar el río Sajo, a unos 160 Km. al noreste de Buda y Pest. Y, al oeste del río, cerca de su desembocadura en el Tiszna y en el llano frente a Mohi, la ciudad principal de la zona, Batu y Subodai decidieron enfrentarse a sus “perseguidores”. El 9 de abril los mongoles atravesaron una ancha garganta, avanzaron por un brezal, cruzaron un puente de piedra y continuaron unos 16 Km. hasta los matorrales situados al oeste de las colinas y viñedos de Tokay. En ellos tenían numerosos lugares donde camuflarse o esconderse. En efecto, cuando un destacamento húngaro los siguió esa tarde y llegó hasta el oeste de Tokay, no encontró absolutamente nada. El ejército húngaro, que realizaba una persecución frontal, acampó en el brezal, disponiendo sus carros, unidos por cadenas y maromas, cerrando un círculo, donde instalaron sus tiendas y cabalgaduras. A la derecha del campamento estaban los pantanos de la ribera del Tisza, a su frente se extendía el brezal del Sajo y su izquierda la cubrían bosques y lomas.

Al alba del miércoles 10 de abril de 1241, Batu y unos 40 mil hombres se lanzaron hacia el puente de piedra por su lado este. Los húngaros lo defendieron con toda energía, hasta que tuvieron que retirarse por las bombas de fuego que les lanzaron las catapultas mongolas, al encontrarse en un sector de frente muy estrecho. Los mongoles pasaron al lado oeste, pero durante más de 2 horas, fueron terriblemente presionados por las cargas de los húngaros y sólo el tiro de los arqueros restablecía brevemente su línea de defensa. Poco a poco, el ejército húngaro se fue desplegando para liquidar la cabeza de puente mongola. De pronto, el general Subodai, que había cruzado también al lado oeste por un puente de circunstancias tendido aguas abajo del Sajo, mientras los húngaros se distraían en la amenaza de la cabeza de puente, apareció con unos 30 mil mongoles sobre la retaguardia húngara. Golpeados y aturdidos, pero con redaños y experiencia para no caer en el pánico, los húngaros se retiraron en buen orden a su campamento. Pero los mongoles se lanzaron sobre él, rodeándolo casi totalmente, y cubriéndolo de bombas y flechas incendiarias, que quemaban los vagones de carga y las tiendas y espantaban a las bestias, sembrando el caos entre sus enemigos y deshaciendo ya la autoconfianza de los húngaros.

Los mongoles se dispusieron a lanzar una carga sobre los grupos descohesionados del ejército húngaro. Y seguían sin terminar o cubrir con algún destacamento, el cerco al campamento por la garganta de acceso al brezal. Los caballeros húngaros con suficiente coraje moral aún formaron en una cuña, para resistir la carga; era la última resistencia firme del ejército húngaro. Pero la mayoría de ellos se retiraron por la “brecha” existente en el cerco, huyendo en pequeños grupos hacia lo que creían que sería su salvación y cayendo realmente en una trampa mortal, que se extendía por todo el recorrido de su huida hacia Pest. La caballería ligera mongola, sin arriesgarse nada, ablandó a distancia con sus flechas el despliegue desesperado de los caballeros y, a continuación, tomando su oportunidad, la caballería pesada cargó para aplastarlos. Numerosos destacamentos ligeros mongoles salieron en persecución de los huidos. Una parte los presionaba por su retaguardia, para aumentar su conmoción, el caos y su miedo. Mientras, otros destacamentos realizaban la persecución desbordante, alcanzándolos desde los lados y alanceándolos o tirándoles sus flechas con sus pequeños y potentísimos arcos compuestos, que disparaban desde las monturas. A lo largo de 50 Km. se extendieron, por el camino de vuelta a Pest, los restos de los húngaros, de sus cabalgaduras y de sus equipos. Más de 70 mil caballeros y auxiliares húngaros perecieron en el campo de batalla, en el campamento y en la fuga hacia el suroeste. Tras la batalla del Sajo, la resistencia húngara colapsó.

Los mongoles atacaron seguidamente Pest y la quemaron. Pero no se atrevieron a cruzar al lado oeste del Danubio en la explotación del éxito, a pesar de las supremacías moral y numérica que gozaban en esos momentos. Batu y Subodai dieron descanso a su ejército y consolidaron sus posiciones al este del gran río. Y así pasó más de medio año, donde el acontecimiento principal relacionado fue una declaración poco animosa de cruzada contra ellos del Papa, de la que se obtuvo poco en la práctica. En diciembre de 1241 el Danubio se congeló en esta gran región. Los mongoles aprovecharon para saquear Buda, realizaron un reconocimiento en fuerza en Austria y enviaron un destacamento al sur, hacia Zagreb, en persecución del rey Bela. Y el día 25 asaltaron Gran, la capital húngara y sede de su arzobispado, llevándose consigo todo lo que de valor y antigüedad pudieron.

Un Final portentoso para Europa.

Europa central y occidental estaban maduras para una invasión mongola. Los europeos no tenían un ejército capaz de enfrentarse a esa amenaza, que ya estaba echándoles el aliento en sus nucas. El plan estratégico explicado por Subodai al Khan y a sus generales parecía cumplirse fielmente hasta sus últimas partes. Pero, esto era ya sólo una ilusión, un imposible. Una “apariencia”, que diría Sun Tzu. El 11 de diciembre de 1241 habían recibido en el cuartel general de Batu y Subodai a un mensajero escoltado proveniente de Karakorum, la capital mongola. Traía las noticias que Ogadai, el Gran Khan, había muerto y que su viuda estaba actuando como regente, hasta que un nuevo emperador mongol fuera elegido y ascendiese al trono. Los príncipes mongoles presentes estuvieron deseosos de hacer valer sus derechos para la sucesión y decidieron regresar a su capital, llevando consigo a los tumanes imperiales. Batu sabía que sin esas tropas escogidas, no podía mantener en su poder a Hungría, pero creyó que con los reclutas turcomanos, que ya tenían experiencia y habían participado en combates, podría mantener la mayor parte de sus territorios. Así, los mongoles evacuaron Hungría, sin ser estorbados, acosados o perseguidos por sus enemigos. Aunque detrás dejaron la tierra que fue suya arrasada. Esto fue un símbolo de su idiosincrasia y carácter expoliador hasta el agostamiento, bandido de tierra y depredador absoluto. Y sin la menor capacidad para crear, mantener, desarrollar, extender y legar a sus sucesores, una civilización que mereciera este nombre. Y no dejarles sólo los resultados acumulados de sus tropelías, fianzas, tributos, saqueos y botines y las enseñanzas militares para obtenerlos.

Batu regresó a su campo base de partida, en Sarai, cerca del Volga y a escasos 100 Km. al norte de Astrakán. Y allí estableció un imperio mongol subsidiario, que fue conocido como la Horda de Oro. Los mongoles no tendrían otra oportunidad igual para invadir Europa. Tras esta aberrante pesadilla sufrida por los europeos, éstos inventaron toda clase de relatos y mitos, en los que contaban cómo habían derrotado a los invasores “tártaros” (así conocían en general a los mongoles) y les habían obligado a volver a sus tierras.

Este resultado impensable, súbito y ocurrido en los últimos momentos posibles portentoso, ¿fue cosa del Sino y del Karma de Europa y su Civilización privilegiada?, ¿o era el resultado de una Intervención Divina por intercesión de la Virgen María? Desde luego, fue humanamente una excesiva e increíble casualidad. Pero la fe tampoco puede aportar nunca unas “evidencias”, porque dejaría de serlo y se convertiría en la realidad comprobable. La Intervención Divina eficaz, en favor de Europa y su civilización, que sin el Cristianismo actuando desde su médula, nunca se parecería a lo que fue y a lo que es, es probable, porque Aquélla nunca es tronante o avasalladora. Dios no visitó a Elías en la tormenta de rayos o en el viento huracanado, sino en una tenue y suave brisa. Y, para los esotéricos y los sincretistas, la explicación podría ser “una actuación cósmica de las fuerzas astrales y akásicas, en favor de la Luz, la Paz y la Civilización humana hacia los niveles superiores de la Conciencia Universal”.

También existe una explicación “racional” y común de lo ocurrido, pero que no puede concretar el momento para iniciarse esa retirada oportuna. Los mongoles y las tribus centroasiáticas asociadas estaban creando un imperio euroasiático en la primera mitad del siglo XIII. Pero sus capacidades materiales y sus recursos ideológicos y religiosos no se correspondían con un objetivo tan importante. Como ya vimos, a los pueblos de los países ocupados, no tenían nada satisfactorio y duradero que ofrecerles. Los mongoles se mantenían en esas tierras ajenas por la amenaza del terror conocido. Como ocurriría con otros tiranos, que pretendieron hacerse “mundiales”, sus colaboradores necesarios eran étnica o ideológicamente similares. Pero la etnia mongola y sus afines eran demográficamente insignificantes, para poder vigilar y defender solos un imperio tan vasto. Todo ello, en las décadas de la invasión de Europa oriental, había tensado hasta el punto de ruptura sus capacidades militares. Así, más temprano que tarde, los mongoles hubieran tenido que realizar aquella marcha retrógrada general, para asegurar y consolidar sus tierras del Este de Eurasia. Alejándose del contacto con civilizaciones dinámicas, ideológicas y expansivas, como la europea, con la que las relaciones de vecindad y de primeros intercambios de comerciantes, exploradores y aventureros se hubieran resuelto con el enfrentamiento militar.

(FINAL)

ARMAS MODERNAS: EL DRONE Y EL MUJAIDIN SUICIDA.

Si Plutarco viviera hoy en día, seguramente escribiría una de sus “Vidas Paralelas” (una de las dos colecciones de sus obras), dedicada a tratar y comparar los aviones no tripulados (“death from above”) y los yihadistas suicidas (“Allahu Akbar”). En efecto, ambas son armas cargantes y asiméricas (ACA), dirigidas contra el personal y los factores mentales y volitivos del enemigo. Que no son tácticamente decisivas. Y cuyos efectos militares son limitados, pero acumulativos, si la “solución de continuidad” de su empleo operativo es corta.

Los aviones no tripulados de exploración y reconocimiento y de bombardeo.

Son armas tecnológicamente avanzadas, que comenzaron a desarrollarse hace varias décadas, destinadas a eliminar a un mínimo escogido de “enemigos designados”, tanto reales como “ideológicos o potenciales”. Y a minimizar las bajas propias. Lo cual hace irrelevante su coste económico para sus ricos poseedores. Tienen un elevadísimo alcance eficaz y son de la categoría de “inteligentes”, aunque aún no se les autoriza a decidir el momento de lanzar sus misiles, una vez adquirido el objetivo. Su uso operativo estratégico podría denominarse la “Guerra de los Drones”.

Las tareas específicas que distinguían a la CIA y al Pentágono, se fueron entremezclando durante la primera década del siglo XXI. Esto se deb al fracaso operativo y estratégico de los EEUU en las largas guerras asimétricas de IV generación (léase de guerrillas y, añádase o no, según sean los hostiles, de liberación nacional) en Iraq y Afganistán. Actuaciones que sostuvieron tras sus brevísimos “conflictos armados” después del 11/09/2001 contra las ejércitos de masas (de segunda generación) de sus regímenes tiránicos y retrógrado (Afganistán). Y utilizando en ellos sus fuerzas entrenadas y muy equipadas tecnológicamente (de III generación). Cerrado en falso el frente iraquí e iniciada la retirada en Afganistán, la Casa Blanca está dotando a la CIA de más medios militares para dar caza a los terroristas salafistas. Para ello ha aumentado su flota de drones o Unmanned Aerial Vehicles (aviones sin tripulación). Y está considerando autorizar un incremento de la red de espías de que dispone el Pentágono, para ejercer un mayor control sobre los refugios de alQaida en la península Arábiga y el este y el norte de África.

Estos cambios en los objetivos estratégicos y operativos de la CIA y el Pentágono y la dotación de medios adecuada, culminaron durante el primer mandato de Barack Obama. La CIA ha tomado parte más activa en la erradicación del yihadismo internacional, y ha expandido notablemente su programa de ataques con misiles lanzados por drones. En el verano de 2011, Obama nombró al exdirector de la CIA Leon Panetta, jefe del Pentágono. Y el comandante de las misiones en Irak y Afganistán y jefe del Comando Central militar, David Petraeus, fue nombrado director de la CIA. Petraeus, antes de dimitir el 9/11/2012, por aquello de la erótica (su biógrafa) del Poder, le pidió a Obama un refuerzo de la flota de Unmanned Aerial Vehicles de la Agencia. Para poder efectuar ataques más allá de los objetivos habituales en Somalia, Yemen y Pakistán. La Agencia y el Pentágono tienen sus miras puestas en Malí y Libia, dado el incremento de la actividad en la zona de la franquiciaal-Qaida en el Magreb Islámico”, el grupo Ansar Dine y los paniaguados de la República Islámica de Anzawad, asentados al norte de Tombuctú. Los tuaregs han cambiado a su patrono Gadafi por los terroristas salafistas, a los que Gadafi acusaba de ser su oposición armada. Y que están destruyendo el patrimonio universal de Tombuctú, con el pretexto de que sus representaciones monumentales rivalizan con Allah. Y luego dicen que casi nunca se puede estar peor. Fuentes de la inteligencia norteamericana dicen que la flota de drones de la CIA no supera los 35 a fines de 2012 y Petraeus solicitó una decena más.

La CIA tiene un listado de “amenazas” a los EEUU de las que tiene autorización para matar. En septiembre de 2011 tuvo un sonado éxito al matar en Yemen al imán Anuar al-Aulaki, un estadounidense que fue un personaje notorio de alQaida. El US Army también tiene su “lista de objetivos autorizados”. Que son revisados cada semana por unos 100 analistas de seguridad de la Administración. Su función es recomendar al presidente los cambios de nombres de la lista. El procedimiento se llama oficiosamente en la Casa Blanca el “martes del terror”. La CIA y Mando Conjunto de Operaciones Especiales del Pentágono cooperan en muchos de esos ataques. El objetivo de los ataques son supuestos dirigentes y hasta simples militantes de alQaida y de grupos yihadistas asociados. Y la táctica es exterminarlos antes de que actúen. Esto es un paso más en los fundamentos de la doctrina militar de los EEUU. Condicionados desde hace décadas por el parámetro contradictorio de “no sufrir bajas en ninguna guerra o conflicto”. Aunque los miles de muertos anuales por el uso indebido de las armas de todo tipo en el país, parece que son para ello sus “daños colaterales” por garantizar su “libertad”.

La “guerra de los drones” de Obama tiene mucho de carácter “preventivo”—antes de que se haya cometido delito—y las ejecuciones son sumarias, sin fallo judicial. Y supone, por ello, atribuirse el derecho a realizar ejecuciones extrajudiciales en cualquier parte del mundo. Así, a la mano derecha de Obama en este tema, John Brennan, un veterano de la CIA con 25 años de servicio en esa Agencia gubernamental, le llaman el “Zar de los Asesinos”. Ahora, a primeros de 2013 se le nombra director de la CIA, en sustitución del malhadado Petraeus. En el anterior intento de Obama para que fuese aceptado por el Senado estadounidense, Brennan fue rechazado de plano. La razón capital oficial fue su justificación de la tortura para obtener información relevante y/o urgente de los detenidos calificados de “terroristas”. Ahora, lavada en parte su imagen ante los grupos progresistas por su oposición radical a la “prisión preventiva indefinida” en Guantánamo, “ni un preso más en Guantánamo”, ha declarado repetidamente, se le acepta para el importante cargo. Pero en la tumultuosa sesión del Senado del jueves 7 de febrero para confirmar su nombramiento, Brennan volvió a legitimar el uso de los drones para matar a miembros de al-Qaida y a estadounidenses expatriados “in fraganti” de atentar de inmediato contra los EEUU. Y confirmó que no era necesario ampliar la legislación actual, porque “estos ataques se realizan en completo cumplimiento de nuestras leyes”. Realmente, esto es discutible tanto legal como emocionalmente. En el subconsciente de la generalidad de los estadounidenses están enraizadas las ideas del “fair play” y de dar una igualdad de oportunidades al rival armado. Aunque esto sea en la práctica más un ramalazo romántico, para acallar las conciencias, que una realidad táctica. De hecho, como son unos enamorados de la tecnología, procuran aniquilar al enemigo con su fuego pesado aéreo y artillero, antes llegar a verle el ”blanco de sus ojos”. Y, por todo ello, éste es un tema que será recurrente en los foros políticos y militares estadounidenses en los próximos meses.

El programa “Muerte del Cielo” (Death from Above) se legitima solamente “por la persona del presidente”. Las ejecuciones son legales, porque el presidente así lo decide y ordena. Obama ha obtenido con los drones un arma para presentarse “duro y eficaz” en la lucha contra alQaida, sin resultar impopular con los votantes. A éstos los juguetitos mortíferos tecnológicos, singularmente los que vuelan, por aquello de los “héroes americanos individuales”, les gustan mucho. Pero, según Christopher Griffin, en un reportaje publicado por “Rolling Stone”, “la guerra secreta de Obama supone la mayor ofensiva aérea no tripulada por seres humanos, jamás realizada en la historia militar”. Y parafraseando a Churchill, añade nunca tan pocos habían matado a tantos, por control remoto”.

La Administración no admite explícitamente la existencia del programa de drones, por motivos de seguridad. Aunque la Casa Blanca declara en sus filtraciones calculadas, que las víctimas no buscadas son casi inexistentes. No todos los analistas aceptan esa precisión quirúrgica sin datos fehacientes, atribuida a estos ataques desde allende el horizonte. Un problema importante es que los drones aterrorizan a áreas enteras, con algunos de ellos planeando mucho tiempo sobre los poblados. Por otro lado, como es el caso de Pakistán, la “información básica” para la creación de inteligencia para la misión, la facilita la gente local pagada. Y que ofrece también información falsa. Más importante y discutida es la cuestión de las eufemísticamente llamadas “bajas colaterales”, como si tuviesen menos importancia al ser causadas por las imprecisiones y los errores operativos. Algunos ataques con drones han causado decenas de muertes de civiles, incluidos mujeres y niños, como el que abatió en Yemen en diciembre de 2009 a Saleh Mohammed al-Anbouri. Y sólo en Pakistán, según The Guardian, los drones habrían matado a unas 3000 personas, de las cuales un tercio eran claramente civiles, entre 2008 y 2011.

Los ataques contra los objetivos humanos se realizan con misiles lanzados desde drones. Desde 2002, EE UU ha realizado casi 450 misiones de este tipo en Pakistán, Somalia y el Yemen. El presidente Obama autoriza los ataques en Somalia y el Yemen, pero se le consulta sólo alrededor de un tercio de las misiones en Pakistán, donde los “operativos” deciden en base a órdenes generales recibidas. El Pentágono emplea también los drones en sus operaciones de exploración y de ataque en Afganistán. La CIA tiene su papel principal en Pakistán. Donde existe internamente una ambigüedad calculada de las FFAA, los servicios de inteligencia (el ISI es el más importante, con mucho) y el Gobierno en las relaciones y preferencias hacia: su aliado, los EEUU, los talibanes afganos y los talibanes paquistaníes y las tribus pashtunes de las zonas fronterizas, junto a la línea Durand, y los baluchis del sur (el Baluchistán). Un objetivo estratégico nacional para Pakistán es mantener una influencia importante, preferiblemente decisiva, en los asuntos internos afganos. Y un objetivo estratégico militar al este del país es tener vigilados, controlados y neutralizados a sus talibanes y otros grupos hostiles menores, al este del meridiano de Peshawar, y sin que actúen al este del Indo..

La doctrina estratégica nacional de George Bush estableció, pero sin ser explicada debidamente, ni aceptada tácitamente por los dos partidos, que lasasymmetrical wars(irregulares y con bajo nivel de equipamiento militar) se sostenían y eran necesarias, para alejar de los territorios estadounidense y los de sus aliados, las amenazas del terrorismo foráneo fundamentalista de cualquier origen, religión o ideología. Eso justificó las malhadadas ocupaciones post guerra de Irak y Afganistán. Pero, con unos deficits fiscal y exterior desbocados y con una Administración demócrata, es necesario para los EEUU ahorrar en recursos militares. Para dedicarlosa construir una nación aquí, en casa. Así, los EEUU bajan cualitativamente el listón del terror exterior, poniendo a al-Qaida como casi el único enemigo violento no nacional. Esared” terrorista salafista internacionalista, sin territorio propio, con sus jefes operativos conocidos, huidos y no deseados como huéspedes en ningún país normal, es un objetivo más asequible, adaptable y manejable para sus fuerzas y medios deincursión rápida puntual”.

Esto justifica el incremento del uso de los drones, satélites espías, agentes propios o locales en el terreno hostil, ataques de unidades de operaciones de élite y pequeñas fuerzas expedicionarias y de asalto anfibio de los Marines, transportadas en “buques de mando y de transporte” de proyección estratégica con su escolta naval. Los despliegues de decenas de miles de militares y su impedimenta y aparamenta durante varios años en un teatro de operaciones, son descartados indefinidamente por la nueva “doctrina” de la “defensa menguante”.

(CONTINUARÁ)

LOS MONGOLES INVADEN EUROPA ORIENTAL (1238-1241)

Tras la muerte de Gengis Khan en 1227 su segundo hijo sobreviviente, Ogadai, le sucedió en el trono mongol. La expansión mongola hacia el Este estaba limitada por el océano Pacífico y apenas quedaban enclaves libres en China y Persia. Pero, hacia el Oeste, las grandes estepas de Rusia ofrecían a los mongoles una enorme oportunidad de conquistas, empleando esos extensos terrenos, que eran favorables al avance y el sostenimiento de sus rápidos ejércitos hipomóviles. Estas estepas habían sido adjudicadas al nieto de Gengis, Batu. El gran general mongol Subodai apremió su conquista, para proteger estratégicamente el flanco oeste del Imperio y como posible base de operaciones para la invasión de las verdes llanuras de Hungría. Estas praderas naturales podrían servir en su momento para el avance en dirección norte y oeste de los tumanes (“divisiones”) mongoles, hacia la conquista del corazón mismo de la Europa cristiana.

Los Prolegómenos de la Invasión de Europa.

Esta visión “estratégico panorámica” de Subodai entusiasmó en la corte y a los jefes mongoles. Y, así, Ogadai le proporcionó al general unos 50 mil hombres veteranos, bajo el mando nominal de Batu, para conquistar las estepas del oeste ruso. En el invierno de 1237, los mongoles cruzaron el helado Volga y penetraron en Rusia. El ejército mongol alcanzaba los 120 mil jinetes ligeros y pesados e impedimentas y auxiliares, incluyendo sus catapultas para el fuego pesado y los medios de asedio y para construir éstos. Y se había incrementado con las reclutas de turcomanos realizadas en la ruta de avance y autorizadas por Ogadai. La calidad de este refuerzo del ejército de Batu y Subodai era deficiente y variable, en comparación con los tumanes imperiales. Durante los siguientes 3 años, los mongoles asolaron sistemáticamente los reinos feudales rusos del oeste. Utilizando los ríos helados como anchas y largas vías sin obstáculos para penetrar profundamente en ellos y para dislocar posicionalmente a las fuerzas defensoras enemigas. Con la toma de Kiev en diciembre de 1240, el resto de la resistencia organizada rusa desapareció. Y los mongoles alcanzaban en fuerza los montes Cárpatos, el obstáculo natural que protegía a Hungría.

Aunque en esta época, apenas en el inicio de la Baja Edad Media, los gobernantes europeos no conocían prácticamente nada sobre los mongoles, tanto el general Subodai como el príncipe Batu eran regularmente informados de la difícil situación política europea. En efecto, en febrero de 1221 Subodai y Jebe, al mando de un cuerpo de ejército de 20 mil mongoles iniciaron un reconocimiento en fuerza de dos años por las estepas occidentales rusas, buscando rutas de avance para los ejércitos mongoles hacia Europa. Allí reclutaron toda una red permanente y bien pagada de espías de diferentes naciones. Y realizaron una alianza secreta con Venecia, por la que, a cambio de información relevante sobre la geografía y la política siempre cambiante de los estados europeos, Venecia recibiría un monopolio para comerciar en los territorios mongoles conquistados.

En enero de 1241, Subodai concentró el ejército en torno a Lvov y a Przemysl, junto al río San, afluente del Vístula. Esta “base de partida” estaba al norte de los Cárpatos y a una distancia por tierra de unos 300 Km. del Danubio húngaro. Para realizar la invasión, el ejército sólo contaba entonces con unos 100 mil hombres. La razón era que tenía que mantener destacamentos de ocupación en el oeste ruso y que proteger sus comunicaciones hacia su base. El centro de gravedad de éstas eran los pasos de los Cárpatos hacia el sur, hacia Hungría. Que eran definidos por el Tisza y su red de afluentes, que formaban los valles de los Cárpatos. Pero el avance de los mongoles hacia la entonces capital Gran, a unos 40 Km. al noroeste de Buda y de Pest, todas sobre el Danubio, dejaría al ejército invasor expuesto a un contraataque operativo de los alemanes, los austríacos, los bohemios o los polacos, que podrían caer sobre su flanco derecho y sus comunicaciones hacia el este. Amenazándolos así con graves pérdidas o con aislarlos de su base, pudiendo llegar a cercar algunos destacamentos grandes.

La preocupación mongola hacia el enemigo era generalmente estratégica, pensando en sus flancos expuestos al nivel de los países ocupados. Esa inquietud estaba originada en su siempre exiguo número de jinetes para los objetivos encomendados o buscados. Y también en la no invencibilidad táctica de sus fuerzas, si daban con un enemigo organizado, hábil, que utilizara oportuna y eficazmente sus caballerías pesada y ligera, y sereno para resistir sus añagazas y fintas. Los europeos sólo contaban con la caballería pesada, donde luchaban sus nobles y jefes y en torno a la cual, como arma principal, se articulaban sus mesnadas y ejércitos. Así, Gengis Khan, en 1221, tras la conquista del imperio musulmán de Samarcanda, situado aproximadamente entre el Sir Daria y el Amur Daria, saqueó sistemáticamente Afganistán. Y su hijo Tului mató a la mayor parte de los habitantes del norte de Persia (Khorasan). Con ello protegían el flanco sur del flamante imperio.

Los Inicios de la Invasión de 1241.

Para defender ese flanco de los citados ataques, Subodai dividió su ejército en 2 “cuerpos de ejército” muy asimétricos. El cuerpo principal llevaría a cabo la invasión de Hungría y el cuerpo auxiliar, pequeño, cumpliría la misión de despejar las amenazas europeas a su avance sobre aquellas ciudades húngaras y sus comunicaciones con los Cárpatos. El ejército auxiliar, a las órdenes de los príncipes Baidar y Kadan y formado por 2 tumanes, avanzó primero, en marzo de 1241 y, cruzando el Vístula por Sandomir, sorprendió a los polacos. Pero, para alejarlos de Hungría, tenían que “permitir” su movilización y posterior concentración. Así, dividiendo sus parcas fuerzas, Kadan avanzó por Polonia en dirección noroeste. Buscando extender la alarma y la consternación por todo su interior y “amenazar” a los estados alemanes situados al oeste del Oder.

Por su parte, Baidar marchó en dirección suroeste, directamente hacia Cracovia, la capital, quemando y saqueando todo lo que podía a su paso, para atraer sobre su destacamento la atención enemiga. Y, de pronto, junto a Cracovia, los mongoles se detuvieron e iniciaron al poco su retirada, siguiendo el sentido opuesto al de su avance previo. Simulaban así ser una fuerza de incursión pequeña, posiblemente exploradora, retirándose ya a su base. Las fuerzas de caballería polacas, concentradas para la defensa de Cracovia, no reconocieron la rápida marcha retrógrada enemiga como una añagaza táctica. Y, llenas de un ardor guerrero que les inflamaba los sentidos, se lanzaron tras lo que creyeron que era una gran victoria ya en sus manos. Así, abandonaron sus posiciones bajo la protección de la infantería y las murallas de Cracovia, para realizar una persecución frontal caliente, sin antes haber batido realmente a su enemigo y dejando en manos del viento todas las precauciones debidas. Al verlos, los mongoles aceleraron su marcha y hasta abandonaron a sus prisioneros, con lo que los polacos vieron asegurada la “realidad” de sus conjeturas. Pero en Chmielnik, a unos 18 Km. de la capital, les aguardaba una sorpresa muy ingrata. Toda la caballería ligera mongola, oculta a las vistas lejanas y desplegada formando una media luna con sus destacamentos ajedrezados, comenzó a lanzarles nubes de flechas con punzones perforantes, que penetraban fácilmente en las armaduras y protecciones de monturas y jinetes polacos. La mayoría de éstos murieron simplemente. Los habitantes de Cracovia, al llegar la noticia, huyeron en masa despavoridos, y los mongoles, alcanzando la capital polaca, la incendiaron.

Baidar continuó hasta Breslau, la capital de Silesia, donde se encontró que su población había prendido fuego a la ciudad y se había refugiado en la ciudadela. Allí supo que en Liegnitz, a 65 Km. al oeste, Enrique, el rey de Silesia, había formado un ejército muy heterogéneo de 25 mil hombres para atacarlos. También supo que el rey Wenceslao de Bohemia marchaba con su ejército de unos 50 mil hombres para reunirse con Enrique. Baidar decidió dirigirse rápidamente a Liegnitz e impedir la reunión de ambos ejércitos enemigos. Por el camino, Kadan y su destacamento móvil, que ya habían completado su misión de acongojamiento general de polacos y alemanes del este, se unieron a él. Ambos tumanes alcanzaron Liegnitz el 8 de abril de 1241. El 9, el rey Enrique se dirigió en seguida a enfrentárseles. No sabía que Wenceslao y su ejército se hallaban a sólo un día de marcha. En tiempos de comunicaciones difíciles y precarias, la ignorancia, que es temeraria por su simplificación, suplía las carencias de información con elaboraciones propias, basadas en la codicia y el temor. Su ejército se desplegó junto a la ciudad en un llano.

Al aparecer la vanguardia mongola en el horizonte, Enrique envió un pequeño destacamento para rechazarla. Pero una lluvia de flechas lo hicieron retroceder a sus filas. El rey contraatacó con toda su caballería. La vanguardia mongola, cuando se vio amenazada, evitó el contacto inmediato y retrocedió, en lo que a los caballeros pareció una fuga, tras haber mantenido el tipo frente a fuerzas menores. La carga de la caballería silesia se transformó en una carrera a galope tendido, desorganizada y dispersa, buscando su presa. Los arqueros mongoles les esperaban en calma, provistos de sus flechas perfora corazas. Cuando los jinetes silesios estuvieron dentro de su alcance eficaz, los arqueros mongoles los cubrieron de flechas, derribando a muchos y deteniendo en seco su desgarbado ataque. Ya batidos los caballeros, la caballería pesada mongola cargó contra ellos y los deshizo. A su vez, la caballería ligera, oculta por bombas de humo en su sector de avance, se lanzó contra los infantes silesios, que aguardaban al fondo del despliegue. Detrás cargaron los jinetes pesados, atropellando todo a su paso y matando al propio Enrique de Silesia.

Cuando Wenceslao se enteró del desastre de los silesios, detuvo su marcha y se retiró para proteger Bohemia, recibiendo para ello refuerzos de los reinos de Sajonia y Turingia. El ejército aliado formó en Klodzko, junto a los desfiladeros del Glatz, a unos 100 Km. al sureste de Liegnitz. Pero, los destacamentos de exploración mongoles advirtieron a sus príncipes de los peligros de aquéllos. Además, el cuerpo de ejército mongol había sufrido bastantes bajas en sus correrías y batallas anteriores. En esos momentos, en menos de un mes de operaciones, 20 mil mongoles habían recorrido unos 650 Km. en territorio enemigo y ganado 2 batallas decisivas. Polonia se encontraba batida y conmocionada y los alemanes al oeste del Oder retrocedían y se disponían a defender sus reinos. Los bohemios, aún intactos, estaban a unos 400 Km. de las posiciones defensivas húngaras en el Danubio, por lo que su ejército era operativamente ineficaz para lograr la decisión en el ataque mongol a Hungría. Para asegurarse de la “intención” de Wenceslao, los mongoles realizaron una demostración hacia el oeste, dentro de Alemania. Wenceslao los persiguió. En unos momentos dados, los tumanes se desdoblaron en pequeños y escurridizos destacamentos. Y, formando una nube casi invisible para el enemigo, se deslizaron por ambos lados del ejército bohemio y se alejaron de éste.

En su retirada para unirse con Subodai, los mongoles cruzaron por Moravia, asolando sus poblados, almacenes y campos. Así, crearon un amplio páramo desierto, que protegería aún más el flanco derecho del cuerpo principal mongol, al dejar esas tierras incapaces de sostener por un tiempo a un ejército de paso. En esta campaña secundaria célere Baidar y Kadan consiguieron eliminar cualquier posibilidad de que los checos, los alemanes, los polacos y los austriacos enviaran sus tropas en auxilio de los húngaros. Y lo hicieron tomando y manteniendo la iniciativa frente a un enemigo muy numeroso, que actuaba descoordinado, cuya arma principal era la caballería pesada, que actuaba sólo en el choque. Y operando con una capacidad de movimiento operativo superior, protegida por el sigilo y el ocultamiento, apoyada por una información suficiente y continua. Y empleando en los combates buscados por ellos todo el repertorio de las tácticas y técnicas de su caballería, que eran casi incomprensibles para los europeos. Y pudieron llegar a tiempo de reincorporarse al cuerpo de Subodai para el final de la campaña húngara.

(CONTINUARÁ)

Las Amenazas Norcoreanas a la Paz II.

(CONTINUACIÓN)

Un “pronóstico científico” para el alcance del aventurerismo militar de los norcoreanos.

Entendemos que el arma nuclear no es más que una apuesta norcoreana por cubrir todas las “fisuras” ante una hipotética amenaza imperialista contra su régimen. Varias son las razones que les desaconsejen su uso preventivo o inicial. En la práctica está primero la cercanía de China, su principal apoyo y mentor, que abraza toda la frontera norte del país. Y recordemos que, a pesar de la proliferación de las armas atómicas y termonucleares durante los 40 años de la guerra fría, ningún país de los llamados socialistas o democracias populares las usó. Una razón sicológica de fondo puede ser que los marxistas leninistas buscan el paraíso en esta tierra. Que sólo les traerá una sociedad sin clases y sin estado opresor, al final de los tiempos, al cabo de muchas, muchas, muchas generaciones del “hombre nuevo”. “Largo me lo fiáis, Sancho”. Y si pierden esa oportunidad por una guerra devastadora, pues quedan listos.

A ninguna religión normal o delirante, incluso primitiva, se le ha ocurrido nunca ofrecer el paraíso aquí. Hay dos casos en los que el arma nuclear puede ser empleada sin obstáculos ideológicos. Los yihadistas islamistas ofrecen el paraíso a los mártires de la Yihad. Con lo cual les dan a sus creyentes la seguridad en el futuro y les resuelven sus problemas en este “valle de lágrimas”. Los israelitas se consideran el pueblo elegido por Yavé. Y esto no se les ha cambiado abierta y directamente por Él. Para ellos, el cristianismo es una desviación blasfema. Tienen la seguridad de las promesas de Yavé a Abraham, a Jacob y a Moisés. En esa exclusividad de los favores de Dios, se basa su nulo interés proselitista. Así, no les importa enfrentarse a un holocausto nuclear, si la existencia de su nación, siempre amenazada por sus inquietos y no democráticos vecinos, se ve “irreversiblemente amenazada”. Por ejemplo, perdiendo una guerra convencional contra ellos.

Las fuerzas armadas norcoreanas basarían sus acciones ofensivas de apertura en golpes militares flexibles, escalonados y limitados. Los probables objetivos, simultáneos o no, estarían en Corea del Sur, el Japón y las bases estadounidenses. El ataque contra los dos últimos sería mediante un número variable de cohetes de medio o largo alcance, dirigidos contra instalaciones militares, complejos industriales y energéticos, nudos de comunicaciones y aeropuertos, en una primera salva de fuegos. No enviarían comandos para esos ataques, ya que serían de un solo uso. Y tienen que dejar abierta en el alma humana la posibilidad de escape y vuelta.

La acción contra la primera, mucho más variada, estaría basada en un doble ataque con cohetería balística e incursiones terrestres. Éstas irían a cargo de comandos tipo pelotón reforzado, que realizarían ataques con objetivo limitado principalmente hasta los 75 o 100 Km. en el interior de Corea del Sur. Sus objetivos serían aeropuertos civiles y militares, edificios gubernamentales, instalaciones de policía, nudos de comunicaciones terrestres, instalaciones energéticas, depósitos logísticos y centros de comunicaciones inalámbricas. Y no necesitan para insertarse de esas lanchas a chorro, con las que se realizan sus exhibiciones vanidosas. A una velocidad de 4 o 5 Km. por hora de avance por un río, puede una patrulla silenciosa recorrer varios cientos de Km. en 4 días. Cumplidas sus misiones, los comandos infiltrados se dispersarían en unidades elementales de escuadra e intentarían regresar. Salvo algunas unidades que puedan insertarse para atacar la retaguardia operativa de las fuerzas surcoreanas y aliadas en el futuro inmediato. Tras esta ofensiva estratégica y para no exponer a sus fuerzas al fuego pesado masivo enemigo en acciones convencionales, los norcoreanos pasarían a la defensa estratégica, operativamente escalonada en profundidad, de su territorio. Ellos tienen la experiencia de la Gran Picadora de Carne estadounidense de la guerra de Corea a primeros de los 50. Los intentos militares de invasión y de ocupación de Corea del Sur no pueden ser percibidos como factibles, permanentes y ventajosos por las autoridades norcoreanas.

Los deseos universales de paz; la cercanía de China; los esfuerzos diplomáticos de numerosos países, desde Vietnam a Venezuela, pasando por Irán, Sudán, Rusia y Bolivia; las fuertes perturbaciones de los mercados y del comercio mundiales, como factor añadido a la perezosa y vacilante recuperación de las grandes economías occidentales, limitarían mucho el tiempo disponible y el alcance de las represalias de los aliados. La iniciativa, a su nivel y perspectiva, seguiría en manos del Líder Máximo de la Revolución de los Obreros y Campesinos Unidos.

Una guerra total con cruzamiento de salvas nucleares con el enemigo sería hiperasimétrica contra las élites de Corea del Norte. Que perderían todo lo que poseen y desean: la vida, el ejercicio del poder casi omnímodo y un nivel de vida superior al de sus compatriotas. De vida futura, nada. Iría contra las pulsiones naturales existentes en todos los hombres el emprenderla en esas lamentables condiciones y con esas apocalípticas perspectivas.

FIN.

Las Amenazas Norcoreanas a la Paz

En un súbito arrebato del “Queridísimo Gordito” (Lovely Fatty, en los ambientes) y su Consejo Nacional de Defensa, los norcoreanos acaban de declarar la guerra a Corea del Sur y a los EEUU. La declaración de guerra es un trámite protocolario que no veíamos desde hace más de medio siglo. Y que suponía acceder jurídicamente a todas las garantías y obligaciones de un existente estado de guerra entre beligerantes armados. El estallido de una guerra sin ese trámite de juego limpio entre “caballeros”, era infamante, peligroso y aún desgraciado para el beligerante que lo emplease. Y que no podía esperar compasión de su contrincante, en cuanto al empleo contra él de la “guerra total” (sin límites “racionales”, de Clausewitz).

En el período de “posguerra” que vivimos, el buenismo y los maricomplejines de las autoridades sin cuajo ni enjundia han sustituido aquélla por el “reconocimiento” de conflictos armados (guerra sin declaración). Esta definición no es más que una hipócrita declaración reservada de guerra. Y que no ha permitido, por su alejamiento de la “realidad con los pies en la tierra”, limitar en el espacio y el tiempo dichos conflictos armados. Que han proliferado abusadora y escandalosamente por varios continentes.

¿Qué pasaría si lo inesperado sucediera y una guerra estallase en el noreste de Asia?

Temiendo un colapso inminente de sus anquilosadas, ineficaces y obsoletas estructuras económicas, sociales y políticas, las autoridades del Partido de los Trabajadores de Corea (o Choson Rodongdang) y de sus Fuerzas Armadas (o Inmun Gun), pueden percibir como única salida a sus males y para lograr su supervivencia, el emprender una “guerra revolucionaria de unificación nacional”. ¿Qué posibilidades hay de que esto suceda? Examinamos seguidamente los parámetros del “problema norcoreano” y sus “vías de elaboración” de sus conflictos.

La orografía norcoreana y sus obstáculos a las maniobras de los modernos “grupos de tareas”.

Corea es una península montañosa. Una cadena central la recorre de norte a sur, con alturas máximas superando los 2000 ms., configurando, especialmente en el norte, numerosos y estrechos valles. Éstos se orientan principalmente de norte o noreste a suroeste. Las llanuras se extienden al oeste de la península, hasta las costas del Mar Amarillo. Los ríos Yalú, al oeste, y Tumen, al este, delimitan al norte del país sus fronteras con China. Los ríos Han, Hokanko, Kuiko y Rakutoco corresponden a los desagües occidental y meridional de la cordillera central. La vertiente oriental de las aguas no posee cursos de agua notables. El clima de Corea del Norte es duro y extremado. Es muy similar al de Manchuria, con la que limita al norte. El sur de la península está sometido al influjo benéfico de los monzones y es más suave y húmedo.

Corea del Norte no presenta muchos terrenos favorables para las maniobras de fuerzas mecanizadas. Éstas se ven fácilmente canalizadas por terrenos quebrados y de corto o medio dominio por la vista. Los obstáculos naturales pueden ser reforzados por abatis, cortaduras verticales, numerosos y pequeños campos de minas, etc. Son terrenos naturales para el empleo del rechazo antitanque, basados en los cohetes de carga hueca con variadas distancias eficaces de tiro, aderezado con una defensa móvil a cargo de unidades de infantería ligera y de destacamentos blindados. En apoyo, una artillería bien protegida y camuflada, con las avenidas de aproximación enemigas y los puntos importantes o singulares del terreno registrados previamente. Los flancos de las posiciones de defensa pueden apoyarse en los compartimentos del terreno que crean las líneas de alturas.

La Ideología y la Sicología Sociales de Corea del Norte.

Para prever el comportamiento aparentemente caprichoso y errático de las élites norcoreanas, es necesario conocer los parámetro ideológicos y sicológicos de una sociedad tan cerrada, catequizada y jerarquizada. El único precedente que se le acerca en el delirio de persecución, el estado totalitario férreo y la necesidad de la pureza ideológica es la Albania del camarada Enver Hoxha. Y esos parámetros se derivan de los postulados marxistas leninistas, según interpretación y aplicaciones realizadas durante el régimen estalinista en la URSS.

Al que le parezca forzado e inalcanzable, por extraño, inhumano o paradójico, el entender a nuestro amiguito Kim Jong-un, el “Sol del Siglo XXI”, el “Supremísimo”, le sugerimos que haga la prueba de entender realmente a los suicidas yihadistas islamistas. Que también están ahí, aunque más cerca de nosotros. Por último, la ideología comunista más rancia, puesta en escena por los norcoreanos, lleva al uso de expresiones y giros lingüísticos, inusuales e inexplicables en nuestras formas de expresión y pensamiento occidentales.

La dirección norcoreana aspira a la unidad absoluta de sus estrategias, su doctrina, su organización y sus planes. En la terminología norcoreana, el “monolitismo” representa una estructura político social como el granito, con absolutas homogeneidad interna y unidad de acción externa. “Estructura” carente de fisuras, a través de las cuales pueda penetrar el enemigo y dañarla. No existe una distinción significativa o radical entre la paz y la guerra en la estrategia nacional norcoreana. Ambas son “fases” de la política nacional, con diferentes participaciones del Inmun Gun. Así, las estrategias política, económica y militar son formas de la estrategia total norcoreana. Consideran, derivándolo de la estrategia soviética estalinista, que la estrategia norcoreana posee una orientación y un estilo de planteamiento y elaboración para sus planes y decisiones. Su fundamento es el “supuestamente sensato y científico” cálculo de la “correlación de fuerzas” entre los norcoreanos y sus enemigos. Esa relación de fuerzas es un deliberado y calculado cotejo de las capacidades potenciales relativas entre ambos rivales, para las distintas situaciones de conflicto. Las estrategias surcoreana o japonesa o estadounidense se describen como directamente opuestas a las virtudes norcoreanas. Recordemos que las virtudes son hitos de bondad y ejemplo permanentes, del pensamiento, de la cultura, del referente buen hacer, de una sociedad. Y valores son las cualidades apreciadas temporales o pasajeras de aquélla. Así, las determinaciones surcoreanas o estadounidenses son divagadoras y responden a espasmos aventureristas imperialistas y/o militaristas “no científicos”.

Los norcoreanos prefieren obtener sus objetivos por medios pacíficos. Pero el determinismo del materialismo dialéctico les lleva a considerar que las guerras son inevitables, mientras existan las clases sociales y las opresiones entre ellas. O, como en los últimos 60 años, estén ellos rodeado de estados capitalistas, sujetos a las fases sucesivas de crecimiento y decadencia. Las élites norcoreanas, con su sicología especial y distintiva como sustrato anímico vital y con su ideología y toda la parafernalia rimbombante donde se expresa, no se preguntan si tendrán o no un conflicto externo. Sino, ¿qué forma de conflicto es más ventajosa para nosotros para destruir al enemigo? Y, además, ¿quién puede triunfar sobre quién en cada caso? Y consideran que, de acuerdo con las premisas y el desarrollo del materialismo dialéctico, que los sucesivos enfrentamientos de los “opuestos sociales antagónicos”, que van surgiendo progresiva y sucesivamente, tal como describe el materialismo histórico, finalmente les darán la razón. Y obtendrán la victoria final sobre los estúpidos y decadentes imperialismos yanquis y japonés. Para facilitar las cosas y como aproximación somera y pálida, podemos decir que el materialismo histórico es así como una descripción marxista de los acontecimientos o historia y que el dialéctico es así como una teoría científica de la creación, desarrollo y solución de los conflictos sociales (o sea, todos).

Los norcoreanos consideran que Marx había declarado a menudo que el ataque era la mejor forma de defensa. Y de esto arguyen que el Inmun Gun debe ser conducido por un principio operativo o estratégico ofensivo. Las razones, desde el punto de vista estalinista, para esta preferencia por la ofensiva, son la iniciativa y la actividad que caracterizan al ataque. Y cuando es necesario asumir la defensiva, por aquello de la “relación de fuerzas” local o nacional o de oportunidad dialéctica, se exige la misma importancia a la actividad y a la determinación de los jefes y hombres involucrados. En todo esto subyace, a su vez, el carácter disciplinado y decidido, militante activo y comprometido, que suelen poseer y exhibir, como una “orden militar atea”, con votos a la causa del proletariado y al partido, los miembros de los Pe Ces.

Al apoderarse de la iniciativa y en su empleo vigoroso, los norcoreanos buscan controlar la actuación enemiga y aprovechar las numerosas ocasiones que surgen para imponer su voluntad al enemigo. Esto es claramente agresivo, pero, en parte, es también una reacción defensiva, ante la posibilidad de ser controlados desde fuera. Este temor a quedar dependientes y controlados es un factor muy importante en las conductas política y militar norcoreanas. Así, ese “juego dialéctico” lo están empleando en sus interminables negociaciones con los EEUU, en las rondas periódicas con los Seis, en sus esperpénticos tiras y aflojas con sus posibles enemigos y en sus cuidadosas demostraciones del poder. En el que siempre intentan adelantarse, sorprender y superar al “enemigo”. Para controlar una situación y mantenerse sin desviaciones, por ocurrencias del azar o del enemigo, es necesario pensar y formular un plan. Y éste, en aras del monolitismo citado, debe también anular las desviaciones (o iniciativas) de sus mandos inferiores. Y se considera al azar menos peligroso, que caer en una posición de pérdida de la iniciativa, de dependencia o de mera reacción a los “movimientos” iniciados por el enemigo irreconciliable. La solución para resolver un antagonismo planteado, un dilema entre opuestos, es elaborar y realizar un plan “científico”, basado en los pronósticos teóricos y en la correlación de fuerzas probables. Las acciones sucesivas a realizar, deben ser impulsadas por un ímpetu especial, derivado del convencimiento de las superioridades moral y doctrinaria del marxismo leninismo. Parece tener un significado especial en su doctrina, la expresión hasta el fin o hasta el mismísimo fin. Así, debido a la manera de pensar norcoreana acerca de ganar al enemigo o ser derrotado por el, hay una fuerte tendencia a exagerar la necesidad de su “total aniquilación”. Es decir, de rematar la “faena” hasta el final, sin permitir la recuperación de su opuesto antagónico en ese conflicto.

(CONTINUARÁ)

La Defensa de Occidente y la Gran Estrategia de sus naciones

Desde hace más de dos décadas, los EEUU han ido reduciendo sistemáticamente sus presupuestos de Defensa. Libres de la amenaza de una confrontación global con la URSS y sus aliados del Pacto de Varsovia, los EEUU han dedicado grandes cantidades del dinero de los contribuyentes a engrosar sus escuálidos “gastos públicos sociales”. Pero, los EEUU son algo más que un “continente en sí mismos”, sólo sujetos a la globalización mercantil. Son el principal puntal de la Defensa de Occidente. Y son uno de sus dos polos o nodos vitales, activos, ideológicos y complementarios. Y el otro son las Europas occidental y oriental, unidas ahora por sus ansias de libertad y unos sistemas sociales y económicos imperfectos, pero asumidos y en desarrollo.

Desarrollo de la situación de debilidad.

En los años de la aplicación del Plan Marshall (conocido allí como el European Recovery Program, cuyo nombre se toma del general de cinco estrellas George Marshall, jefe del Estado Mayor del US Army durante la II guerra mundial y Secretario de Estado en 1947), para la reconstrucción y el desarrollo de Europa occidental, ésta se nutrió de las ayudas e inversiones estadounidenses. Y ante su voraz enemigo “ad portam”, que podría teóricamente cruzar las llanuras alemanas en unas horas y alcanzar Hamburgo y el Benelux, los europeos occidentales no tuvieron que realizar gastos relevantes para su Defensa. Europa la confiaba a los sistemas de armas y a los soldados de los EEUU. Los cuales, cubrían y amenazaban todo el bajo vientre del Imperio de los zares rojos. Formando estacionados un cordón protector aislante, desplegado desde el Atlántico norte hasta el Pacífico y creando alianzas estratégicas desde la OTAN a la SEATO (u Organización del Tratado del SurEste Asiático). Si queremos apreciar cuánto dinero y esfuerzo se ahorraron los europeos al poder prescindir de esos gastos inevitables de pura supervivencia, podemos ver un ejemplo. El peso abrumador de los gastos militares que soportó la URSS en sus dos últimos lustros, fue la causa necesaria, aunque no suficiente, de su asfixia socio económica. Y que la llevó al inevitable derrumbe en 1989. Un jerarca soviético de segundo rango llegó a aceptar más tarde que, “no teníamos ni para comer”.

Pero Europa también aportaba un contrapunto ideológico, un equilibrio psicológico y un magma socio cultural a ese “mutuo intercambio” transversal en Occidente. Que le daban a los EEUU continuidad, sentido y pertenencia a una tradición y una idiosincracia activa, emprendedora, expansiva, cristiana y milenaria. Que estaban enraizadas en los griegos, los romanos, la Revelación cristiana y las identidades y bagajes de los pueblos occidentalizados sucesivamente.

Esto contribuye a crear y adaptar continuamente la identidad colectiva de los EEUU y su razón de ser como “primus inter pares” de esa civilización actual. Y esta “doble ósmosis” de pensamientos, vivencias e identidades crea la moderna sociedad occidental, tal como la conocemos. Que, con todos sus fallos, errores y defectos sigue siendo la “identidad social” más adelantada social, política y económicamente. Y la que más derechos individuales y colectivos reconoce a sus ciudadanos y habitantes.

Ahora a los EEUU les pesa la púrpura y el mando en Occidente. Y, en la fase de repliegue de uno de sus ciclos vitales, han olvidado en parte su pertenencia a la civilización occidental “dependiente del comercio internacional”. Pero este mundo multipolar no es más seguro que aquél de los dos bloques antagónicos irreconciliables socio liberal y comunista, que desapareció hace casi tres lustros. Veamos varios ejemplos de “nodos” destacados en la actual “red multipolar” de naciones y sus asociaciones y alianzas. Una China expansionista, gobernada por un Partido único, que busca alianzas regionales, de momento solamente con intereses comerciales hacia los materiales escasos y estratégicos, con los países emergentes de todos los continentes. E intenta crear su “esfera de influencia y coprosperidad” de gran metrópoli en el Pacífico occidental. Una Rusia llena de contradicciones, una gran potencia que siempre ha reaccionado y se ha crecido ante los peligros y las dificultades vitales, con un protagonismo y una ambición crecientes. Los continentes suramericano y africano, en los que casi sólo la falta de unas élites dirigentes y eficaces, que son el antídoto contra la corrupción y la falta de inversiones estables, estorban y detienen una exuberante y sostenida expansión económica y social durante décadas. Un Oriente Próximo y un norte de África en plena ebullición social, que están guiados por una religión expansiva, global y excluyente en sus interpretaciones más vindicativas, más que por unos “brotes verdes” democráticos, que no tienen tradición en sus idiosincracias sociales.

Una Europa estacionada y burocratizada, muy adelantada tecnológicamente y desarrollada. Pero que está desganada ideológicamente y sin “ilusiones razonables”. Que la motiven e impulsen a la fase de motivación y expansión sociales de un nuevo ciclo. Y sin haber acometido a su tiempo, aún, la dificilísima integración de sus instituciones supranacionales. A la que se oponen pasivamente todas las burocracias nacionales y europeas, por su propio peso inerte existencial, y en razón a las complicaciones estructurales presentes y futuras y a las zonas de poder en juego. Porque sólo cuando la pertenencia a un ente social superior produzca beneficios sociales, políticos y económicos tangibles, será cuando los pueblos, las regiones y muchos de sus gobernantes aprecien, se interesen y prefieran la Europa Unida a una unión mercantilizada y amorfa de naciones europeas.

(CONTINUARÁ)

La Guerra Civil de Siria III.

(CONTINUACIÓN)

Los Participantes y los Países involucrados en la Guerra Civil de Siria.

Los Países vecinos de Siria y las Potencias extranjeras interesados en la Guerra Civil de Siria.

El Estado de Israel.

Israel no ve hasta el medio plazo la expresión de un nuevo peligro para su seguridad y no necesariamente mayor, con la floración de las semillas islamistas y de una seudo independencia democrática en Siria. Porque Siria ha participado activa y fructíferamente en todas las guerras contra Israel desde 1948. La dialéctica bélica con los Assad se prolongaba por más de 4 décadas. Y está enconada gravemente con la ocupación por Israel en la guerra de 1967 de los Altos sirios del Golán. Buscando estratégicamente, mediante un enorme obstáculo natural reforzado, proteger las llanuras de Galilea e impedir el desparrame (teórico) de las unidades motorizadas sirias por ellas, camino de Jerusalén. Y viceversa, los altos del Golán son territorios sirios, no hablemos ya de los límites de la Gran Siria de la dinastía Epifanes, heredera en el reparto del Imperio de Alejandro. Y abren la puerta de su país a las fuerzas de defensa mecanizadas israelíes, atacando en una penetración profunda a Kuneitra y a Damasco, sobre un terreno favorable para el empleo de los medios acorazados.

El único parámetro nuevo sería la posible presencia en esas fronteras de Israel de comandos “suicidas” o “desesperados armados sin retorno” de al-Qaida. Pero Israel ya ha demostrado que la infiltración de pequeñas unidades por sus fronteras, incluso con entrenamiento de ingenieros, es una posibilidad que tiene controlada con sus medios desplegados humanos, eléctricos, visuales, destructores y electromagnéticos. Y al-Qaida, aunque actúa espasmódica y dolorosamente, lo hace buscando una trascendencia estratégica en sus acciones sucesivas. Por ejemplo, aumentando la confusión, el desorden y el odio entre comunidades opuestas en un país o región, como Irak o Siria. Es decir, quiere también optimizar el gasto de sus magros recursos destructivos.

La República de Turquía, herencia ideológica de Mustafá Kemal.

Los turcos están intentando aumentar su protagonismo y su influencia en el Próximo Oriente. Buscando convertirse en una gran potencia regional. A ello les llevan los sucesivos inconvenientes planteados durante lustros a su incorporación de derecho a Europa. Y, les empuja definitivamente el gobierno de Erdogan. Que juega sus bazas a largo plazo, por aproximaciones sucesivas, en envites cortos, intentando islamizar la república de Ataturk, sin que los militares, garantes constitucionales de ella, se le encabriten y lo derriben. Sus renovadas preferencias estratégicas les llevan a mirar por bastante tiempo al Este. Turquía, con casi 80 millones de habitantes, puede intentar hacer un papel moderador sunní hacia la República de Irán. El gran problema operativo para Turquía es que fue la potencia dominante de la zona hasta hace menos de un siglo. El Imperio otomano extendido duró desde el siglo XV al inicio del XX. Y los turcos no son étnicamente árabes y su cultura es diferente.

El ministro de relaciones exteriores turco, Ahmet Davutglu, declaró categóricamente que “intervenir en el norte de Siria es un derecho natural de Turquía”. Y Erdogan remachó que “los que ataquen a Turquía, sentirán en su nuca su aliento”. Aquélla no permitirá que grupos terroristas como al-Qaida o el PKK se establezcan allí. Pero Turquía sabe que el Kurdistán es largo en Kms. Y que sus rebeldes kurdos actúan desde el Kurdistán iraquí, con bases seguras en los montes Candil. Donde tienen cobertura en su contrapendiente sur y abastecimientos de sus habitantes iraquíes.

La República Islámica de Irán.

Al extremo este del Próximo Oriente está la teocracia intransigente antioccidental chiita de los ayatollahs amomiados. Éstos, cuando quieren resultados importantes y rápidos contra sus vecinos, emplean a comandos o a unidades de la Guardia Republicana, imbricada en el régimen. Éste está enraizado en un complejo de consejos y asambleas, ideados, creados y organizados para asegurar, mantener y perpetuar su funcionamiento socio religioso. Pero que es incapaz de desarrollar moderna y económicamente a un país con los recursos y la exuberancia demográfica de los iraníes. Irán es una isla chií en un Mar sunní. Que lo abraza, desde el oeste al este, por todo el sur, desde Turquía a Pakistán, pasando por Afganistán, Arabia, Jordania, Palestina. Sus “cayos adyacentes” son El Líbano, Siria, Irak y Bahrein; teniendo más pujanza Irak y El Líbano. La pérdida del régimen de los Assad no sólo les restará un aliado, sino que entorpecerá mucho toda la logística del apoyo a Hezbolá y a Hamas, en la franja de Gaza.

La República Popular China.

Es otro de los países intervinientes en Siria, al ser una potencia principal en el escenario de un mundo global y multipolar. De hecho, las posibles actuaciones de las naciones occidentales en ese conflicto están frustradas y limitadas por el sistemático veto de China a su aprobación en el Consejo de Seguridad de la ONU. Los comunistas chinos se consideran un poco al margen de la lucha por la influencia directa en el Oriente Medio musulmán. De la que el conflicto sirio es un episodio más, surgido en lo que es un resurgimiento del islamismo militante en esa zona geoestratégica.

Las preferencias estratégicas chinas se dirigen hacia el subcontinente indio y las naciones de su influencia. Donde un rival a su medida tiene una estructura política más avanzada que la suya, aún a pesar de todas sus contradicciones, discriminaciones y carencias. Y posee una pujanza demográfica que les supera. Aunque últimamente los chinos comienzan a darse cuenta de lo irracional de sus métodos seudos científicos del control de la natalidad. Aplicados en aras de un progreso material futurible, del que sólo disfrutan en diversos grados en el presente los miembros del partido y sus familias, los técnicos que lo diseñan, impulsan y desarrollan, los jefes y oficiales de las fuerzas armadas y una minoría de emprendedores y hombres de negocio, que han prosperado a la sombra de un clientelismo institucional inveterado de las citadas élites públicas. Otra preferencia estratégica de Beijing es extender su influencia y ampliar los lazos económicos y diplomáticos con las naciones en desarrollo, especialmente las que tengan “recursos naturales y cultivos primarios”, que sean necesarios para la producción manufacturera, la alimentación y el desarrollo general de las naciones. Ella les ha llevado hasta mucho más allá de sus fronteras geográficas o estratégico militares.

Así, los chinos no actuarían directamente, ni por intermedio de terceros países, en Siria. Sino lo harán colaborando en cierta medida con los intereses y las proposiciones diplomáticas internacionales de los rusos. Reforzando así una postura política común de contrapeso y neutralización de la influencia de Occidente en la zona. Y a cambio de una cierta reciprocidad rusa a favor de los intereses chinos, en otros países en los que no choquen las influencias de ambos.

Rusia.

La nueva Rusia de Putin, tras el paréntesis difícil e indiferenciado de Boris Yeltsin, está despertando de una transición traumática a la democracia formalista, no reflejada aún en sus estructuras de poder y de administración. En ellas se está transmutando todo el aparato supervisor y burocrático de la URSS, creado a lo largo de 70 años de férrea dictadura del PC. Por lo que no es casual el origen profesional de Vladimir Putin.

El mantenimiento de la base de Tartus al este del Mediterráneo, le supone para Rusia su única instalación naval real legal en un mar en el que históricamente ha estado ausente. En Latakia se podría instalar “provisionalmente” (en lenguaje diplomático puede indicar indefinidamente) la República alauita de Latakia, bajo el Protectorado de Rusia. La pérdida de sus “aliados controlados” del Pacto de Varsovia y del COMECON, sólo le dejan a Rusia aspirar a nuevas influencias captables en Eurasia hacia el Asia central, desde Siria a la India y Vietnam. Turquía ha sido un enemigo proverbial. China es un socio, competidor y rival, si vale esta definición polivalente, que hace que ninguna de las expresiones lo sea en plenitud. En Afganistán nunca han podido asentarse.

Los Estados Unidos anglosajones

, para diferenciarlos de los Estados Unidos mejicanos, que también están en América del Norte, son una potencia en repliegue en toda la zona de influencia musulmana del Próximo Oriente. Ni están, ni se les espera significativamente en este conflicto. Su preocupación evidente son los arsenales de armas químicas del ENS. Pero, los agentes químicos nunca han sido empleados modernamente en operaciones fuera de los frentes fijos, estables y fortificados, o contra ataque masivos frontales, sin vehículos con protección NBQ, los cuales invitaban a su empleo productivo. Éste se concreta hoy en día en reducir el ritmo de realización (el “tempo”) de las operaciones militares móviles del enemigo. Como lo harían un campo de minas o un obstáculo reforzado. El empleo de los agresivos químicos en “interfases de acción” tácticas muy fluidas, de unidades y pequeñas unidades militares con “grupos” de rebeldes, no es práctico. Y los miedos de que estas armas caigan en mano de terroristas antioccidentales no son muy fundados. Tras la caída de la URSS y la aparición de una Federación Rusa articulada pasó un tiempo, en que se pensó que ocurriría una gran diseminación de las armas NBQ en grupos terroristas y/o separatistas y estados díscolos. Y esto no ocurrió. Los estadounidenses actúan en Siria sirviéndose de sus agencias secretas y de inteligencia y dando al ELS apoyos selectivos de comunicaciones y gestiones.

La Europa de los Mercaderes huidizos, formalistas y meticulosos.

La vieja Europa está representada apropiadamente por la cuestionable Alta Representante de la Unión europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Catherine Margaret Ashton, baronesa Ashton de Upholland. Y sigue (por pasos contados y seguros, propios de una burocracia supranacional, autoprotegida y cristalizada, guiada por una multitud de leyes, reglamentos y protocolos internos), una “actuación” en el conflicto sirio que resulta previsible, lenta, indecisa y poco brillante. Y que no tiene nada que envidiar a la de las ineficaces Naciones Unidas.

Las Personas, sus Virtudes y las Sociedades sanas, activas y flexiblemente resistentes II.

LA EDICIÓN EXTENSA Y COMPLETA.

(continuación)

La estructura superior tribal y su trascendencia social y política.

La estructura del grupo tribal se asienta sobre la biología y la ideología. El linaje es la base biológica que une a los conjuntos de familias que tienen o reconocen tener un origen ancestro común. Así, el parentesco directo es el nexo antropológico de reconocimiento entre los miembros y de unión social entre ellos. La cultura como expresión amplia de las creencias, ideas, tradiciones, normas, lengua y formas de vida es el otro marchamo identificativo de cada tribu.

Ambos parámetros sociales forman la base identitaria del “individuo en la comunidad”. Sobre ella se desarrollan los derechos y deberes personales y colectivos, en un equilibrio provechoso. Que ha sido fraguado y pulido por generaciones. El colectivo da sentido vital y de pertenencia al individuo. Y le brinda independencia, flexibilidad y apoyos múltiples. El individuo y las parejas cohesionan y protegen al colectivo. Esto genera dos corolarios sociales. Existe un gran sentido igualitario entre los miembros de pleno derecho de las tribus. Y los jefes deben aportar carisma o ejemplo a imitar, respaldo de grupos, habilidades negociadoras y capacidades militares. Y no necesariamente blandiendo un sable, sino dirigiendo e impulsando hacia la victoria. Y sus decisiones más importantes deben ser aprobadas o revalidadas por las asambleas de miembros o “importantes” de los colectivos.

La estructura social de las tribus es preindustrial. Pero, las emigraciones interiores en los estados modernos, singularmente los islámicos y los africanos subsaharianos, han modificado su esquema y favorecido una cierta especialización laboral. Pero, cuando subsista aquélla, las escasas posibilidades de vida llevan a que todos los miembros sean productores: pastores o agricultores. Y a que todos los varones sean también siempre guerreros.

Cuanto más rudo, estéril e ingrato sea un territorio o hábitat tribal, más se desarrollan en sus miembros las cualidades de pertenencia, exclusión de extraños y defensa activa de los magros recursos disponibles. Todo ello parece que engendra y prepara para la confrontación y la liquidación de los competidores y enemigos. Pero no es así. Las tribus regionales y fronterizas han ido desarrollando un modo social, por tanto, encarnado y asumido en su amplia cultura, de canalizar las enemistades y divergencias hacia un menor daño posible. Tres son los mecanismos reivindicativos que surgen para mediar, suavizar o paliar las afrentas y disputas. El primero es el “precio de sangre”. Consiste en que un grupo afín o una selección de familias, asume y hace frente a la “ofensa” realizada por un miembro de ese colectivo. La ofensa se paga, por ejemplo, con la entrega de camellos o medidas de cereales. Luego está la venganza, cuando se comete un delito o un miembro de un clan es afrentado gravemente. Esto genera una espiral, desarrollada en ciclos sucesivos, de violencia y desmanes. Acciones que el honor del grupo obliga a buscar. A veces, un “consejo de mediadores”, aceptado por las partes, puede arbitrar con éxito para cortar la cadena.

Por último, está la guerra más o menos limitada. Ésta establece una acción militar colectiva entre clanes o tribus enfrentados y tiene un carácter intermitente y extensivo. La falta de recursos es una fuente de graves enfrentamientos entre los colectivos afianzados. Y su arraigo puede llegar a ser como el de las vendettas. Los orígenes son el nomadismo, los pastos, las sequías, el hambre, las aguadas, la presión demográfica excluyente y la falta de capital o subdesarrollo. Pero, también pueden ser el reparto de roles políticos y sociales en países en precaria situación social y económica. O de los rendimientos económicos que generen la explotación y venta de sus principales fuentes productoras, que generalmente son monocultivos o monoproducciones de la minería. Pero, en su origen tribal, es siempre una guerra limitada en el daño inútil: los niños, las mujeres, los animales, los árboles frutales, incluso las cosechas que no se pueden llevar, son respetados. La premisa es más o menos no excitar y justificar en el contrario una sed de venganza total y vesánica.

Las tribus formaron el flujo continuo de emigrantes nativos, que poblaron, desarrollaron e hicieron crecer todas las poblaciones subdesarrolladas desde 1970. A veces se les unió, desde los años 80, una emigración extranjera, más o menos especializada. Que se dedicaba a los servicios, al desarrollo de las infraestructuras civiles y las industrias de extracción. Una de las cosas que trajo la civilización moderna, que no es más que vivir y desarrollarse en las ciudades, es la desaparición de las “normas de contención y respeto” de la lucha en y entre las tribus.

Se ha dicho que esta emigración interna rompió la cohesión interna, la influencia y el poder de las tribus en muchos países. No es totalmente cierto. No ha pasado en Irak, que era mucho más moderno y desarrollado. Y de ello da fe la endiablada y compleja guerra de guerrillas, generada tras la ocupación aliada de primeros de 2003. Ni en el Líbano, donde los shiítas del sur del país forman la base de apoyo étnico y logístico de Hezbolá.

Las tribus funcionaban o pueden funcionar social y políticamente como una “nación en ciernes” en situaciones de aislamiento, pobreza estructural, autoridad central precaria. Pero tenderán a debilitarse cuando los beneficios de las estructuras étnicas y tribales, regionales y locales eran o sean superados por los aportados por el sheik o emir dominador o el estado central déspota o democrático. Y éstos tuviesen o tengan los medios de coacción, el respeto y la ascendencia populares, para mantener suficientemente unidas y cohesionadas a las tribus. Y siguiendo aquéllos con una política general común, favorable a la mayoría de los ciudadanos. Donde no tenga lugar la acepción de clanes. Que es el cáncer que ha corroído a las uniones tribales estatales, por ejemplo, en Somalía. Donde, además, ha faltado la figura suficientemente ejemplar y apoyada, como para conseguir imponer una política nacional común y la paz social.

La estructura social estatal surge cuando una tribu puede imponerse a las otras existentes. Empleando siempre para ello un grado variable de coacción o violencia. Se necesita que surjan unas características o funciones, que permitan desarrollar los nuevos lazos intraestatales y debilitar los tribales y regionales. Aquéllas podrían ser el Islam (religión sencilla y muy socializada en la Umma, como ocurrió tras la muerte de Mahoma); la educación generalizada, que genere un cambio de mentalidad y modifique la cultura, sin crear traumas sociales, y especializada, como medio de vida y progreso; la inversión en infraestructuras y capitales; el establecimiento de un sistema político, que pueda guiar y realizar todo el proceso, apoyándose en un funcionariado civil y militar suficiente y probo. Buscando el desarrollo económico progresivo y repartiendo razonablemente los productos obtenidos. Y mostrando así unas posibilidades suficientes de seguridad, justicia, bienestar, prosperidad y paz para todos. Es decir, se trata de resaltar las ventajas del desarrollo integral y superior, sobre el atasco del juego social de tribus y clanes, como estructura anterior superable.

Otro de los vicios que han adquirido los miembros “civilizados” de las tribus es la codicia desmedida. Y con ella, su corolario y su modo fácil de satisfacerla, la corrupción rampante. La igualdad social en las tribus, su “republicanismo ideológico”, garantizaba el uso y disfrute razonable de los recursos por todos los miembros. Y el zakat o limosna canónica musulmana y el apoyo de su colectivo suplían los casos de orfandad, enfermedad, etc.

Las Personas, sus Virtudes y las Sociedades sanas, activas y flexiblemente resistentes

LA EDICIÓN EXTENSA Y COMPLETA.

Las tres forman la articulación firme y natural de los hombres en su vida grupal o social, a lo largo de su aparición, extensión y desarrollo desde la Prehistoria. Pero, algunos de los parámetros activos de esta “tríada humana” pueden degradarse, languidecer o consumirse. Y, entonces, la “conjunción operativa” que forman, imprescindible en la vida de los hombres y las sociedades, pondrá la pervivencia personal y la colectiva de sus miembros en grave peligro de daño, decaimiento o destrucción. Y los “vínculos intrasociales”, alterados o degenerados según la intensidad de la “prueba” u ataque, devengarán en “actitudes y acciones” ilógicas, egoístas y aún cainitas. Convirtiéndose el tejido social fuerte y sano, en un agregado sin cohesión de «grupúsculos humanos» sin polaridad, ni ilusión, ni destino cabal.

Introducción.

La identidad de un hombre es su “tarjeta natural” de distinción y de afirmación personales. Y ésta se refiere siempre a una comparación en esencia y en accidentes con “algo” similar. Es decir, el hombre es y se siente y se distingue, como tal y en plenitud, en un “conjunto” social. Al que pertenece y que le acepta como miembro y partícipe plenos.

Las personas consuman su identidad en su “grupo” social. Y existen unos “lazos o nexos”, que traban, integran, nutren y mantienen funcionando la “unión” social sana, activa y resistente. Y éstos son siempre los mutuos derechos y deberes de ambas “partes personal y colectiva”. Que deben ser respetados y recíprocos, en equilibrio y paridad de uso y derecho, cumplidos y defendidos por ellas.

Del Desarrollo de los Vínculos humanos recíprocos en sus sociedades o colectivos.

La confianza entre los miembros de un “grupo” social es un parámetro anímico. Que no se mide por monedas y que no se intercambia o transmuta con la ambición. Su verdaderos “motor y combustible” serán la ilusión razonable, adecuada, oportuna y alcanzable y el entusiasmo. Sin “ilusión y entusiasmo” no se pueden emprender ni realizar consistentemente empresas humanas de provecho de cualquier clase. El entusiasmo es una fuerza del espíritu, iluminada por la “ilusión razonable”. Que vence a la “entropía moral e ideológica” generada casi inevitablemente con el tiempo en las sociedades. Esta “entropía social” es el conjunto del decaimiento y la molicie síquicos y espirituales adquiridos y generados por “la desilusión y el desencanto” personales y colectivos de los miembros de la sociedad..

De todas las crisis sociales solamente se puede salir fortaleciéndonos en nuestros valores y virtudes. Éstas últimas son las “bondades y cualidades” humanas de referencia, apreciadas y valoradas permanentemente por las sociedades y los grupos humanos. Las virtudes humanas son muy estables en el tiempo. Los valores son las “cualidades y bondades” humanas, estimadas de forma temporal y/o local por algunas sociedades o grupos humanos. Y, principalmente, en virtud de su idiosincrasia, condiciones de vida y presiones recibidas desde el exterior. Los valores culturales y sociales suelen ir evolucionando con las contingencias, los desplazamientos y las fortunas de las sociedades humanas. Por ejemplo, para los blancos de Suráfrica, la beligerancia activa fue un valor cultural y social necesario e imprescindible durante décadas. Para mantener su independencia y su dominio, frente a la mayoría negra en la que estaban embebidos.

Las virtudes son aportadas principalmente por las religiones más elaboradas, y por los discursos de Cicerón y los Diálogos de Platón, dentro de nuestra extensa cultura occidental. Podemos citar las principales y evidentes, que están embebidas y asumidas en el alma humana, sin buscar nunca ser exhaustivos, sino demostrativos:

Aprecio de la familia, el clan, la tribu, la amistad y los forasteros amables y curiosos que llegan a nuestro entorno. Es el “entorno vital” que nos sustenta y es soportado por todos, nuestro “humus social” fértil e imprescindible.

Necesidad de punición de las conductas que se aparten suficientemente de las normas sociales. Para evitar la venganza excesiva o desordenada, disuadir a los posibles contraventores, satisfacer en justicia las injurias y los daños y reformar las conductas erradas. Cuando esta “virtud” es complaciente o deficiente, se abre inevitablemente el camino a la injuria personal o colectiva y a la necesidad imperiosa y vital de tomar venganza. Venganza que, por tender a los máximos y estar alimentada por la injusticia y la cólera, se apoyará y seguirá la Ley del Talión.

Aprecio del respeto y del culto a la divinidad, como reconocimiento y veneración del Ser Necesario que nos crea, nos sostiene y, en algunos casos, nos ayuda directamente. Esto se concreta según la educación, la cultura y el ambiente social vividos.

Valoración de los distintos deberes a cumplir como contrapartida necesaria, vital y social de los varios derechos a recibir. Valoración de la sobriedad, el esfuerzo, el ahorro, el compromiso, el estudio o la formación y el trabajo como factores y parámetros necesarios para la consecución progresiva y justa de los objetivos personales y colectivos humanos.

Son nuestros valores y virtudes reconocidos, retomados y reafirmados, los que verdaderamente nos darán la fuerza y la ilusión para superar los tiempos de crisis.

Y no olvidemos la función esencial de mando, gestión, impulso y ejemplo de los mandos y dirigentes sociales (lo prefiero a líderes, que es un anglicismo que se suele considerar como sinónimo del “ejemplo a imitar o seguir”) de todo tipo, presentes en los hogares las escuelas, las iglesias, los partidos políticos, los sindicatos, los centros de trabajo, las asociaciones en general, etc. Éstos son los núcleos de la actividad colectiva de la sociedad. En los tiempos de crisis deben actuar mucho más desde el ejemplo. Los valores y las virtudes no pueden verse como algo artificial y remoto, sin conexión real con un código práctico, vivido y conocido. Tienen que ser percibidos y aceptados por los ciudadanos que puedan seguirse. No con imposiciones de códigos y reglamentos fríos, dictados desde una supuesta cúspide moral e intelectual de la sociedad.

Las relaciones internas de los grupos humanos, familias y grupos de familias locales y clanes, se caracterizan por incorporar a ellas ciertos ritos, preceptos o mandatos, actitudes y tabúes o prohibiciones. Esta asunción y su expresión repetitiva forma parte de la inculturación, la afirmación y la cohesión sociales de estos “grupos”.

Las sociedades primarias o elementales aceptan y se rigen a través de una autoridad, más o menos respetada y obedecida. Cuanto más se perfeccione y avance hacia el exterior la sociedad, el poder de esta autoridad se afianzará y crecerá y se extenderá en ámbitos de influencia. Cuanto más pequeño y aislado sea el grupo, el poder de la autoridad será más moderadora e integradora, actuando como un “primero” entre los “iguales”. En estos casos últimos, la reunión de los miembros activos (hombres, cazadores) del grupo en asambleas, jurgas, convenciones, shuras, congresos, etc., tienen un valor supremo y es sancionador de las conductas desviadas o disolventes para el grupo. Evidentemente en estos consejos limitados, el prestigio y el poder de cada individuo miembro cuentan, aunque en ellos unos son más “iguales” que otros. Esos jefes, maliks, sheiks locales o primarios son como negociadores privilegiados con los grupos exteriores o gobiernos regionales. Y gozan de una autoridad personal más que institucional, y sus acuerdos pueden ser ignorados por los varones adultos, si no están revalidados por aquéllas asambleas.

Siempre existirá código de costumbres y de honor, no necesariamente escrito, aunque siempre claro y definido en sus términos. Que establece al individuo ciertos derechos y exige de él ciertos deberes sociales, hacia la familia, el clan y otros grupos humanos superiores relacionados. Las disputas básicas sobre mujeres, oro o dinero válido, aguadas y pastizales, y tierras están en el origen de las “enemistades sostenidas” en estas tribus. Y que deben ser mantenidas hasta vengar la afrenta percibida. La propia fragilidad y debilidad de la sociedad exige la aparición de sus “valores protectores”. Éstos podrían ser la hospitalidad, la lealtad, la amistad, el desprecio a los foráneos, la venganza de ultrajes y daños, el honor individual y colectivo. Cada uno de ellos protege y engrandece en alguna medida o matiz al pequeño conjunto humano o sociedad elemental. Las “relaciones” son interpersonales, en los ámbitos de la familia, el clan y la región. Se proyectan por la oportunidad, la cercanía, el intercambio de bienes y la relación. Y se afianzan con la lealtad, el respeto a las normas aceptadas y el tiempo de trato. Y en función de la acumulación de estos actos elementales sucesivos, que los arraiga y afirma. Un extraño puede así aspirar a su integración, a título particular humano. Y no por la calidad y la trascendencia de su categoría o puesto original fuera del “grupo” humano..

La hospitalidad lleva implícita la reciprocidad, cuando uno viaja, está solo y no es agresivo. Esto a veces se perfecciona con la dotación de una escolta al viajero por zonas inseguras. La violación de esta “escolta” por un ataque, supone una grave afrenta para el clan que la proveyó. La lealtad entre los miembros del colectivo, por muy lábil que sea a veces, cohesiona al grupo. El honor infla la autoestima y la apariencia ante propios y extraños. La venganza, en ausencia de verdadera justicia, busca castigo y, luego, la reparación de los daños y afrentas reales o percibidos. El desprecio a los foráneos, no adornados de buenas cualidades o amenazadores para el grupo, busca impedirles a priori su integración, incluso temporal, en él, como una forma de defensa pasiva. La amistad estrecha los lazos con los iguales y el grupo. Si alguien se integra en estos grupos elementales, es objeto de lealtad y amistad a título siempre personal. Esos valores se incrementarían por su actuación, maneras y comportamiento personal.

Otra característica de la organización social de los grupos humanos semi independientes es que impulsan una relativa endogamia. Con ella buscan aislar, proteger, mantener o fomentar su idiosincrasia, su influencia y su patrimonio. Pero, sin que sea biológicamente perjudicial su uso. Como sería entre los miembros de una misma familia o clan pequeño o cercano. En efecto, los matrimonios no sólo suponen y conllevan intercambios de individuos entre las familias de los contrayentes. Producen también intercambios y flujos de regalos, visitas, relaciones y parcelas de poder. En unas sociedades poco evolucionadas y residentes en un medio difícil y, a veces, rodeadas temporalmente de hostiles, las relaciones matrimoniales producen un “ingreso”, unos aumentos de posiciones sociales, influencias y bienes, que son muy apreciados por aquéllas.

Siempre un exceso de reglamentación, de protocolos, de fijación y aseguramiento de las “responsabilidades” objetivas, termina siendo dañino para todas las “agrupaciones” sociales o sociedades en desarrollo permanente. Porque son los “antónimos ideológicos” de las responsabilidades sociales compartidas. La plétora indebida de reglas super elaboradas y ultra “racionales” enerva y debilita el sentido de la responsabilidad y el coraje moral (necesario para asumirla y ejercerla) individuales. Y nuestros reflejos y actitudes de responsabilidad colectiva se diluyen y se pierden. Como ejemplo, en estos momentos, la interpretación estricta de la Ley por un juez, que es su digno y magno oficio, puede llevar a situaciones reales paradójicas y esperpénticas. El legislador transmite y pretende, con el buenismo seudo idealista imperante, que los padres eduquen por persuasión. Pero, la persuasión (y ya estamos encorsetados por las palabras) es propia entre ciudadanos “hechos y de derecho”. Algunos de los dilemas citados se dan en la educación de los hijos díscolos, desvergonzados y contumaces. Unos padres que, sin pegar, privan temporalmente de una salida habitual a algún hijo pueden, en rigor, ser procesados tras una denuncia. Y el Estado gastar sus escasos dineros en un juicio. Aunque luego, ante la flagrante contradicción que envuelve todo, sean indultados. En las hemerotecas se puede consultar un caso, ejemplarizado en Úbeda, Jaén, a primeros de marzo de 2012.

Decía Juan Vázquez de Mella Fanjul que ningún pueblo moral (yo diría que con una sana “moral nacional”) ha soportado tiranías. Pues esta “peste de las sociedades” se alimenta y extiende y afianza sus raíces en la degeneración o el estiércol de ellas.

(CONTINUARÁ)

LA GUERRA QUÍMICA II.

(CONTINUACIÓN)

Empleo militar actual de los agentes de la guerra química.

Tradicionalmente se han elegido para este uso los productos tóxicos, con preferencia por los más letales. Sus empleos modernos buscan más la habilidad de estos agentes para atascar la realización de las distintas operaciones militares modernas móviles. En efecto, las medidas defensivas contra estos agresores suponen el uso de equipos personales engorrosos de llevar, de abrigos y refugios colectivos bien sellados, complicando la construcción de las fortificaciones fijas y de campaña, y de unos medios laboriosos para la detección de su presencia y para la descontaminación completa de la zona afectada por su empleo. Según esto, un adversario sin escrúpulos podría conseguir una cierta ventaja táctica amenazando con su empleo, especialmente si lo hace contra un enemigo decidido a no usarlos o que careciera de ellos para su empleo útil en combate. Este adversario ocasionaría a la fuerza amenazada serios problemas logísticos, tácticos y operativos, al adoptar las incómodas y onerosas medidas preventivas indicadas, que nunca serían absolutas en tiempo, lugar y fuerzas. Con ello, aquél mantendría aún su ventaja de decidir usarlos en una ocasión propicia.

Desarrollos actuales de los agentes químicos y sus perspectivas.

Hoy en día, las grandes potencias militares que cuentan con tecnologías adecuadas para ello, apenas intentan buscar o desarrollar nuevos agentes para la guerra química. Desde mediados de los años 60 del pasado siglo, todo el esfuerzo de investigación, pruebas y desarrollo se concentra en emplear más adecuada y eficazmente a los agentes conocidos. Un medio de acrecentar la efectividad de un agente es agregarle un producto espesante que le “soporte y fije” durante su empleo. Esto hace que la zona atacada sea más difícil de limpiar y que el agente activo adherido al “polímero orgánico” pesado, neutro y poroso, se evapore mucho más lentamente, prolongando el tiempo eficaz de ataque.

Un segundo desarrollo de la tendencia citada es la utilización de un sistema químico binario. Éste emplearía idealmente a dos productos de muy baja toxicidad aislados, los cuales, una vez en contacto íntimo, producirían el agente químico deseado. En general, el sistema binario tiene la ventaja inicial de permitir unos mejores almacenamiento, transporte y manipulación que los agentes químicos. Hasta hoy en día, esa reacción resulta más o menos incompleta, porque no se logra que la totalidad de los dos productos componentes reaccionen. Desde que comienzan a “emparejarse”, el agente formado va estorbando o impidiendo con su presencia inevitable y creciente, el contacto químico, íntimo, de las moléculas restantes de los reactivos. Por otro lado, al menos uno de los productos empleados suele ser tóxico y agresivo, pero bastante menos que el agente buscado.

Un tercer camino para emplear los agentes más eficazmente es protegerlos de las acciones defensivas contra ellos, incorporándoles un producto químico que actúe sobre ellas y las degrade. Por ejemplo, ante una máscara protectora individual se emplearía un producto penetrante y agresivo contra su filtro. Esto permitiría al agente químico circular incólume a través de ella y agredir al individuo supuestamente protegido. Los efectos psicológicos consiguientes de estupor y desamparo acrecentarían los daños sobre el individuo y su pequeña unidad militar en la guerra química.

El control de los agentes químicos en el contexto internacional. Problemas que plantean ciertas potencias medianas no democráticas.

En 1925 en la convención de Ginebra se promulgó un protocolo en el cual se prohibía la primera utilización (pero no la réplica o respuesta del atacado) de esos agentes en cualquier conflicto. Poco a poco, hasta 120 naciones han ido ratificando este acuerdo, incluyendo la URSS y los EEUU (en 1975). Algunas naciones consideran no incluidos en el protocolo a los agentes desfoliantes y a los lacrimógenos. Otras opinan que sí lo están y piensan que los EEUU violaron su espíritu durante la guerra del Vietnam. Los desacuerdos, lejos de aclararse, continúan, ya que, por ejemplo, las discusiones alcanzan a los productos recientes que atacan a los filtros de las máscaras individuales y que son inocuos para las personas, pero que inutilizan sus equipos protectores. Todo esto va haciendo progresivamente más difícil que los políticos y legisladores, aherrojados en la retórica, la semántica y sus encontrados y aún confusos intereses, puedan precisar unas sencillas y eficaces normas mínimas de utilización, vigilancia y control de los productos potencialmente agresivos.

Por su parte, las grandes naciones con tecnologías adecuadas para su producción y empleo han establecido por su cuenta diversos acuerdos destinados a limitar el almacenamiento de los agentes, como expresión de una capacidad permanente de su empleo. Además, se establecen inspecciones in situ de las posibles fábricas y de los lugares sospechosos de albergarlos e, incluso, de esconderlos. Es necesario, sin embargo, completarlos con unos procedimientos de verificación convincentes y prácticos y con la aplicación del castigo que se estipule en ellos para los violadores de las limitaciones firmadas.

Esto plantea, por lógica extensión, el problema de las potencias medias que puedan desarrollar o adquirir (las que posean o generen grandes cantidades de divisas) aquellas tecnologías necesarias. Si existe actualmente una relación directa entre la calidad de la militarización de una sociedad (doctrina moderna, medios, entrenamiento y disposición para utilizarlos) y el grado de desarrollo de los derechos públicos y privados en ella, los ejércitos de masas, menos eficaces y más vulnerables hoy en día, pueden florecer en las naciones en desarrollo y en ciertas aristocracias (gobierno de las personas más notables del estado, no necesariamente los mejores) bastante desarrolladas. La limitación de la información sensible o disidente, permitirá a los dirigentes aflorar y conducir en esas sociedades no democráticas una moral nacional y una voluntad de defensa operativas y sanas. Estos factores sociales eficaces de la estrategia de estado, serán capaces de generar y sostener una guerra, incluso preventiva, en determinados casos: hambrunas, cambios climáticos, reivindicaciones territoriales y étnicas, explosión de población y defensa y exaltación de creencias y religiones.

Por su parte, las naciones más poderosas e industrializadas de este tipo, que contando con las características vitales anteriores, consiguiesen dar un salto cualitativo en su desarrollo y modelar un ejército con doctrina y medios modernos, instrumento de sus élites u oligarquías y respaldado por esa nación conducida, presentarían un especial peligro militar en el panorama internacional futuro. Para estas naciones, en sus fases políticas más enfervecidas, los agentes químicos podrían considerarse fácilmente como las bombas nucleares de los pobres y oprimidos. Y se considerarían con derecho a poseerlas y a usarlas, al igual que otras naciones, en sus períodos de desarrollo social equivalentes, las pudieron investigar, sintetizar, fabricar e incluso emplear. Y estoy pensando en conflictos regionales, como se ve al enunciar sus causas desencadenantes, y, en un recuento meramente indicativo, en Pakistán, Corea del Norte, Irán, Turquía y Egipto y, cómo no, en el Iraq de Saddam Hussein, que perduró unido, funcionando y pacificado durante casi 24 años, hasta hace bien poco, abril del 2003.

Su proliferación no militar y su empleo en actividades especiales y terroristas. Otros medios para asesinar más eficaces, seguros en su empleo y discretos.

Los venenos químicos no resultan en la práctica tan repulsivos y temidos como los agentes biológicos. Por ello, en muy posible su empleo aislado y puntual por asesinos profesionales y por terroristas sin escrúpulos muy fanatizados, cuyo objetivo vital es extender el terror indiscriminado por las poblaciones civiles inermes enemigas. Los productos químicos nos acompañan en la vida, muchos resultan venenosos, y forman parte imprescindible de nuestros esfuerzos continuos por mejorar la duración y la calidad de vida de la humanidad. Y mal usados hacen daño y provocan dolor en sus víctimas o en sus manipuladores profanos imprudentes (no hay más que ver cómo se protegen con trajes y máscaras más impresionantes que las espaciales, los profesionales que los estudian, fabrican, distribuyen y utilizan).

Tenemos bastante próximo el caso del disidente ruso Alexander Litvinenko, del que primero se dijo que había sido envenenado con una sal de talio contenida en un insecticida, y luego se confirmó que el veneno fue Polonio 210, un isótopo radioactivo de ese metal venenoso de la familia del calcio y el radio. El rastro radioactivo y poco ponzoñoso del ataque se extendió por media Europa occidental, levantando toda clase de informaciones y comentarios en los medios de comunicación del mundo. ¿Sabían que el Polonio 210 está muy presente en el tabaco que se fuma, porque la planta lo concentra relativamente en su metabolismo, tomándolo del suelo? No se pudo hacer más evidente y chapuceramente esa ejecución. Empleando la terminología leninista, podríamos decir que se trata de una “provocación” de los servicios enemigos. Y es que ni los sicarios, aunque sean “oficiales”, son ya lo que fueron. ¡Cómo se degrada la educación a todos los niveles! Conozco directamente el caso de un señor de media edad, que fue muerto en la Plaza Mayor de Madrid en unas Navidades de hace unos años, de un certero y medido golpe en la base del cráneo. Con la aglomeración existente a su alrededor, nadie se enteró y, durante bastante rato, los curiosos pensaron que le había dado una lipotimia, un ictus, un ataque al corazón. No había sangre ni signos de violencia llamativos y evidentes en él o en su inmediato entorno. Hasta que llegaron las asistencias sanitarias, que comprobaron la verdad. El hombre no tenía enemigos y surgieron como explicación 2 hipótesis nunca confirmadas: una equivocación del sicario o un improbable arreglo de cuentas pasional. El caso está archivado y nunca llegó a los medios.