¿Hay Tiroteos en Afganistán?

Los talibán matan por primera vez a un militar español en combate”. “El chaleco antibalas no salvó al sargento en la guerra afgana”. Eran algunos de los titulares de los periódicos españoles, a su desarrollo de la noticia de la muerte del sargento Joaquín Moya en un tiroteo con el enemigo el lunes 7 de noviembre. Los hechos ocurrieron al noreste de Ludina, en uno de los tramos más peligrosos de la ruta Lithium. Ésta une Qala-i-Naw con Bala Murghab, en la provincia de Badghis, siguiendo un trazado orientado al noreste por el interior de ella. Y cerrando un rectángulo con la vieja Carretera Circular, que une por el sur ambas poblaciones.

¿Qué pasó? ¿Qué está pasando? ¿Cómo reacciona nuestra “retaguardia de apoyo”?¿Apoyamos y apreciamos de verdad a nuestros militares?

Ante la muerte del sargento, también se habló de que la familia ha pedido al presidente Rodríguez Zapatero, que dé «explicaciones» por la muerte del único soldado que matan en un tiroteo en Afganistán. Así, “María Dolores, una cuñada de Joaquín Moya, se ha mostrado enormemente «dolida». Y en declaraciones a ELMUNDO.es de Andalucía ha lamentado que el jefe del Ejecutivo apruebe que soldados españoles acudan a países como éste «a ayudar», porque entiende que los llevan a «que los maten». De ahí que haya exigido que el presidente del Gobierno ofrezca las «explicaciones» que entienda que ha de dar a una familia destrozada”.

Y estos casos variados y cambiantes en características, lugares y tiempos ocurren a diario. A mediados de diciembre pasado, una columna del Ejército Nacional Afgano, reforzada por fuerzas españolas, en marcha por la ruta Lithium, fue atacada por los talibanes cerca del desfiladero de Sang Atesh, al norte de la provincia de Badghis. Unos 40 tiradores talibanes les atacaron hacia 6 de la madrugada, desde posiciones fijas ligeramente reforzadas, en un punto situado a unos 60 Km. de la base española de Qala-i-Nao y a unos 110 de Herat. La sección española reforzada con ingenieros, fuerte en unos 50 hombres, que forma parte del llamado Equipo de Reconstrucción Provincial, tuvo que responder al enemigo con el fuego de sus vehículos ligeros blindados. La escaramuza duró una hora y terminó con la llegada de los helicópteros artillados Mangosta italianos, que hicieron romper el contacto al enemigo. Era cuestión de detener la misión y volver a la base. Y tras la retirada de los helicópteros, un grupo de media docena de insurrectos volvía tirotear a la columna en marcha retrógrada. Todos recordamos también el vídeo colgado de Internet y las fotos publicadas en Interviú, donde una patrulla de caballeros paracaidistas legionarios mandada por un sargento, fuerte en total en una sección, se atrincheraba y era hostigada a distancia por los talibanes, en un sector de esta carretera secundaria.

La propaganda constituye un objetivo estratégico básico de los insurrectos, al que colaboran entusiasmados las agencias y los medios occidentales. Cualquier ataque rebelde con éxito o llamativo es inmediatamente retransmitido al mundo. Esto debilita siempre la voluntad de permanencia de las fuerzas de la ISAF, los EEUU y sus aliados. Sus legiones, llamadas por sus casas, quieren regresar, para gozar del consumo variado y superfluo del mercado global y las vacaciones exóticas. Las madres espartanas, algo impensable hoy en día, les decían a sus hijos cuando salían de campaña, al llegar la estación benigna y abandonar los cuarteles de invierno: “vuelve con el escudo o sobre el escudo”. El escudo era suficientemente extenso y recio como para servir de camilla a un herido o a un muerto. Y cuando huían, el escudo grande y pesado de los hoplitas griegos, capaz de resistir las acometidas tremendas de las sarisas o largas picas de 5 m., armas principales de sus falanges, era un estorbo y lo desechaban.

Aquí tenemos muchas decenas de miles de militares de todas las Armas, incluyendo la Guardia Civil. Pero, salvo con ésta, por su relación de cercanía y función de seguridad pública, parece que la sociedad española no sabe bien qué hacer o qué decir de sus militares. Los cuarteles están a mucha distancia anímica de nuestras casas. A los militares los admiramos por su gallardía, seriedad y disciplina, que solamente nos exhiben en los pocos desfiles que les permitimos. A sus muertos los despedimos rápida y oportunamente en dirección a su sepelio íntimo y la tumba familiar.

Esta disfunción social que rompe el verdadero tejido nacional, forma parte de la ideología decimonónica de la izquierdona más rancia, sectaria y rencorosa que aún se arrastra por la Europa, ya libre de doctrinas totalitarias inhumanas. Su “ideal” sigue siendo el Ejército Rojo de Obreros y Campesinos (en ruso RKKA, Raboche-Krestiánskaya Krásnaya Ármiya), controlado por los comisarios políticos, no por sus mandos naturales. Esto choca de frente con el principio del mando único y capacitado. Que es el que vertebra y ensambla toda la capacidad e idoneidad de las unidades, desde sus suboficiales a sus jefes y altos mandos. Aunque muy pocos europeos, salvo los del Komintern y de algunos países ocupados, se alistaron voluntariamente en sus filas durante la Gran Guerra de la Patria.

¿Cómo actúa el enemigo?

Las operaciones de combate de las guerrillas y bandas relativamente experimentadas tienen ciertas características distintivas. Una es la planificación detallada y cuidadosa de los combates decididos. En el plan se dan las instrucciones más o menos elaboradas y extensas para el ataque a los objetivos designados. También se suelen designar objetivos alternativos. Su función es permitir la flexibilidad de las subunidades irregulares, para adaptarse y aprovechar los cambios posibles, pero no previstos, en el desarrollo de la situación táctica. Incluso, a veces, se prevén otras operaciones destinadas a explotar y ampliar la ventaja adquirida. La inteligencia, que es la información detectada, elaborada y transmitida, iluminará y facilitará la planificación. En cada operación hacen un esfuerzo especial de exploración, para actualizar y precisar las condiciones tácticas objetivas. Que complemente y verifique el flujo normal de información que reciben de los observadores y los colaboradores “part time” o los civiles afines.

Esta planificación centralizada de los mandos regionales se plasma y concreta en una ejecución descentralizada todo lo posible. Las subunidades a cargo del mando táctico pueden ir desde un “arma automática de pelotón o SAW y su defensa de tiradores”, hasta una “sección reforzada” de éstos. Aquéllas “atacarán” el objetivo convergiendo desde sectores o fajas diferentes, enjambrándose en torno a él. Pero no todo son acciones “violentas”: en lontananza puede moverse un grupo más o menos sospechoso, mientras que un equipo ametrallador completo toma posiciones, enfilando los movimientos amplios y evidentes de la plétora de tropas regulares de patrulla o en “ejercicios” de entrenamiento de afganos o en prácticas propias.

La sorpresa, que es un multiplicador eficaz de la “capacidad de combate” específica de una unidad dada, es empleada continua y sistemáticamente por los combatientes irregulares. Así, ocurre que, “por este valle amplio, ocre y árido nunca nos han atacado”, porque las montañas que lo enmarcan están a 300 o 400 m. en el horizonte. Bueno, pues hoy te van a atacar con ráfagas cortas (2 o3 disparos) de ametralladora con bípode, cuando avances desparramado por aquél, ofreciendo múltiples blancos al enemigo tenaz, curtido y venenoso.

Otra característica típica de las guerras afganas es que los rebeldes irregulares no se empeñan en la defensa de sus posiciones detectadas. Una vez conseguido el hostigamiento del enemigo y extendidos el daño, la mutilación y el estupor sobre los militares, aquéllos se retirarán. No son tan tontos como para esperar impávidos el fuego pesado, preciso y arrasador regular. Ni para presumir de “bravos”, “corajudos” u otras “etiquetas consoladoras”, frente a enemigos con armas de alcance y características superiores y capaces de convertir un blanco de superficie en zona de destrucción. Estos gestos de valor (?) se los dejan para los soldados regulares.

Por último, están el tiempo y su corolario, la oportunidad. Los talibanes manejan muy bien los tiempos tácticos y operativos. Son maestros de la paciencia, la espera, la repetición de los ensayos, simples y sencillos. El tiempo, como variable universal independiente, tiene su complemento y realización práctica en la oportunidad. Sólo cuando las condiciones de una “correlación de fuerzas” muy elemental les son favorables, actúan tácticamente. Incluso se permiten realizar acciones sucesivas o simultáneas en un área dada, para saturarla con sus efectos. Del suicida no hablamos, porque es de un solo uso y casi siempre optimiza bien su tarea prevista.

El tiempo sicológico lo tienen ganado los rebeldes afganos. Los occidentales buscamos que los resultados sean fáciles y rápidos de conseguir. Para aquéllos, el tiempo como condicionante no existe. Viven en el aquí y el ahora, en unos momentos que se concretan en esperar, en andar, en pelear, en comer, en dormir. El tiempo estratégico también lo tienen ganado los afganos irregulares. Porque su enemigo principal y poderoso tiene fecha de caducidad: el 2014. Y el tiempo sicológico les hace más llevadera la espera, como resultante de infinidad de momentos vividos.

En cuanto al combate por el fuego de armas ligeras y medias, los guerrilleros no se acercan demasiado. Son gentes menos entrenadas y equipadas que los militares profesionales. Actúan hostigando al bulto. Sus armas personales más frecuentes, los AK en sus variantes 47 y M no son precisas más allá de los 150-175 m., en tiro filante. El fuego de morteros resulta impreciso y esquivable contra una patrulla montada. Sin embargo, para los civiles y para el tránsito de vehículos y mercancías estas técnicas de ataque son suficientes y eficaces. El arma más temida de los talibanes es el iluminado fanático suicida. Que busca como credencial para el Jardín de las Huríes, el llevarse consigo el mayor número de enemigos muertos y mutilados. El atacante podrá ser un loco religioso, pero no es un tonto. Los suicidas no atacan las posiciones militares preparadas. Dotadas en su perímetro defensivo de complicadas alambradas, fosos, paredes, espacios entre obstáculos, alarmas, deflectores de explosiones, patrullas fijas y móviles. Porque saben que la explosión se disipará en el aire y que no le dejarán acercarse a las garitas o a las torres de vigilancia, porque ya están esperándole. Las armas principales del suicida no son su cinturón o chaleco explosivo, son la sorpresa, la libertad de acción, la iniciativa y su desprecio de la vida por la causa.

El procedimiento para atacar una posición débilmente defendida o sin ánimos de lucha suele ser éste: Bombardean de madrugada con fuego pesado de lanzacohetes fijos, luego se acercan para emplear los morteros. Por fin, el asalto lo realizan varias escuadras independientes que convergen, avanzando y disparando ráfagas de AK y ametralladora RPD o PK y, desde algo más atrás, los lanzagranadas RPG y RL. Sólo disparan sobre blancos comprobados o desde arriba y desde abajo. Con ello evitan todo lo posible los daños del fuego amigo.

La Lucha contra los talibanes y las bandas no ideológicas.

El único modo de defenderse de estas partidas insurrectas es privándoles de la iniciativa, dislocando sus movimientos entre posiciones y hacia objetivos, esquilmando su retaguardia operativa, quitándoles la libertad de acción y demostrando al pueblo quiénes tienen los medios y la determinación para ganar la guerra, apoyando a su gobierno y autoridades. Defenderse no es dejarse reducir o arrinconar en las guarniciones, por la actuación y la extensión de las bandas. Guarniciones que se convierten en enormes y costosos “depósitos protegidos” de materiales y hombres sin utilizar. Esto es dejarse oxidar, desmoralizar y enervar por el enemigo móvil, activo y muy asimétrico.

En estos momentos, en Afganistán se están usando modernos sistemas de combate de infantería, no los mejores y más caros en todos los casos, en misiones de patrullaje rutinario y/o demostrativo, de enlace entre puestos y posiciones y de escolta o apoyo a las columnas de marcha del ejército afgano. Gran parte de las características de estos vehículos, sobran para estos usos. Ya que no son empleados siquiera para la exploración y el reconocimiento de las vías por delante de aquéllas. O como vanguardias de combate, para asegurar pasos y parajes comprometedores. Los VCI son buscados como habitáculos protegidos para escuadra o pelotón, dotados de suelos altos construidos como poliedros convexos, destinados a reflejar las explosiones de los artificios explosivos improvisados, y como plataformas de tiro rápido para rechazar a los irregulares hostiles.

Las sucesivas noticias que vamos recibiendo desde las zonas de operaciones de guerra en Afganistán, procedentes de periodistas insertados en las fuerzas combatientes, de los corresponsales destacados en Kabul y otras poblaciones y las que emiten los ejércitos en presencia, van destilando una serie de características que son comunes a las fuerzas de los distintos ejércitos. Todos van cayendo en la tendencia iniciada por los estadounidenses de tener al enemigo menos cerca, más visto y observado y más batido por el fuego pesado aéreo y artillero.

No se busca con éste, en orden creciente de efectos, perturbar, cegar o neutralizar, sino destruir. Que es el más costoso (bueno para el complejo industrial correspondiente) e improbable de sus efectos (al 100%), lo que exige un gasto incrementado deficiente de recursos. Y no existe siempre su conexión directa con las maniobras ofensivas de las fuerzas terrestres. Que muchas veces no acuden a batir al enemigo quebrado tras el golpe múltiple de fuegos. El fuego pesado se ha convertido en un sustituto económico (el esfuerzo militar se cambia por dólares) e industrial de las maniobras y los ataques de las fuerzas terrestres.

Y la razón de todo esto la saben los talibanes: el horror al riesgo y a asumir bajas.

THE NETWORKS WAR

An Innovation or a Rhetorical Redundancy?

In the last five-year periods diverse theories are appearing on the action of military units in networks, or forming a «cluster», around a slower tactical aim This with minor combative alert and/or deficiencies in exploration or intelligence and with worse shooting sectors for his rejection fires. An analysis of his mechanisms and operations demonstrates that they really lack the structural originality and the wide combative efficiency that they raise and offer.

The operational of the «netwars» and the «clusters» of small units of action.

The «little groups» that would create the hived of erosive actions on the enemy or the «networks» that wrap, scourge and/or isolate the goal, not always are or have to be such “small units” «almost independent». An example of the efficiency of the centripetal action of a whole Army, maneuvering on the enemy by Army Corps, in an dislocating and constrictive action, is the battle of Ulm.

In September, 1805 Napoleon moved his «Army of England» to the Rhine, deploying his 208000 men between Mainz and Strasbourg and renamed he the «Great Army». The French “Grande Armée” was formed by 145000 infantrymen and 38000 troopers, joined 7 Army Corps, each one at the orders of a French marshal, a great cavalry reserve commanded by the marshal Prince Murat and the Imperial Guard, directly under Napoleon; to them 25000 allied Bavarians were added.

Taking as usual in him the initiative, Napoleon decides to give the first strategic blow against the army of 72000 Austrians that, at the orders of the general Mack and the archduke Fernando, son of the emperor Francisco II, was advancing towards Ulm, without waiting the arrival of help from their allied Russian.

Napoleon is going to use against the Austrians what we can call an operational effort of gravity center. It would form, if you like so, a network. But an immense network with very fat knots. Whose «singular functioning», already was satisfactorily and profitably offering and explaining by the operational strategy. The characteristics of the process of establishment and functioning of it are the originality, the flexibility of the deployment, the consistency, its not predictability by the enemy and the efficiency.

The operational gravity center supposes the centripetal action of all the means and their lines of action, of the «branched out» activity of all the units and services. Not necessarily coincidental, but convergent and resultant in their synergy, in their efficiency and in the result. By means of the different and coordinated lines of advance or of action, we induce uncertainty and insecurity in the enemy, disperse his rejection capacity and disturb his Defense Plan and its systematic conduction by his commands.

In an ample advance of his independent Army Corps, the Grande Armée (around 210000 men) quickly crossed the center of Germany, from the Rhine to the Danube, between September, 25 and October, 6. With this, it operationally interposed between the Austrians (about 40000 men) and their allied Russian forces that went to help them. The Austrians did not understand the need of the rapidity of the movements, thinking only about the battle, as the only instrument of the decision. The French initiated the crossing of the Danube on October 7, 1805 and, during the following week, Napoleon converge most of his Army Corps in an enormous restricting spiral on Ulm, while a Corp with enough forces watched for the arrival from the east of Russian General Kutuzov.

General Mack made, in vain, several attempts at rupturing Napoleon’s forces, applying his greatest efforts in Haslach and Elchingen. Both Austrian commanders quarreled among themselves and Archduke Fernando, with his 6000 troopers, separated from the main force and tried to escape to the northeast. But Archduke Fernando’s forces were surrounded and beaten by the cavalry Corps of Murat, near Trochtelfingen. Another 12000 Austrians surrendered in Neustadt.

General Mack and the rest of his men (about 27000, after the mentioned battles), with Napoleon’s overwhelming forces at the doors of Ulm since October, 14, came out the city and laid down their weapons at the feet of mounts Michelsberg. The capitulation was signed by General Mack on the 20th. The campaign, without properly battles, cost Austria more than 50000 men (around 70%) of her initial forces of about 70000 troops.

The explanation of this Napoleon’s paradigmatic success, being served the habitual theories of the war, the exploitation of the human weaknesses (emotional intelligence) and the “correct sense” of the command, seems to us more natural, appropriate and established.

The subversive Islamic networks. The case of al-Qaida. His real «military» operational.

The operational actual characteristics are:

His unnecessary and indiscriminate brutality, which discredits them with his religion. We can mention a minimum of 4 important moral “aleyas”or verses, that they despise and disobey, without Allah had changed these for them. Sura 2, aleya 100 «We do not abrogate any verse of this book, or we will not make erase one alone of your memory, without replacing it by an equal or better other one».

The absolute absence of venerable and pious ulemas and muftíes at his side. These are the doctors of the Koranic Islamic Law and of the Sunna.

His great operational decentralization because the universality of the Umma, which comes out the idea of nation or race. This prevents them from obtaining permanent strategic aims. Though his punctual actions are important, painful and fearsome.

This way, his fighting area is tactical, using «actions of bite and flee». Which, paradoxically are very similar to those of the regular armies who fight them. That, avoiding the personal risks and the close distances fighting, use their elite forces in «actions of hunt, capture and extraction or death». And use their “drones”, as expression of their confidence in their technological support. This is the military reason of the lack of efficiency of the western soldiers in Iraq or Afghanistan. And not mixing in a superior aim at operational level, the different and costly actions that carry out in these countries. Which deprives of real results the labors of education, social and civil development and pacification of their governments and the foreign military forces and expatriated civilians. Since those need the complementarity of the military victory and the progressive physical and/or social isolation of the radical rebels, to be effective and permanent.

The accumulated cost of the military American interventions in Iraq, Afghanistan and Pakistan (so called «war against the terror») was till now 2,2 trillions of dollars. This bleeding throughout a decade to the income of the USA Administration, has specially helped to increase the deficit of his National Debt. And to giving reasons to the Obama Administratiion to initiate an extraordinary political and strategic retreat, «to attend now to the things at home» and «to limit ourselves to the war against al-Qaida». Without leaving our allies and friends, of course.

And his action primer element is the terror. This way, his victory is thanks to those they can terrify or, at least, worry very much. And in the plethoric and slightly effective mobilization of the economic and social resources of the enemy nations. And, because the major vigilance, capacity and means of the western countries, they do not hesitate to operate against other Muslims in Afghanistan, Pakistan, Iraq, Lebanon, Egypt, etc.

His failure in active and firmly joining to a social wide group, which would gives coverage and permanent impulse to his movement. The most mentally ill activists are in the habit of being isolating progressively from society (at least, emotional and ideologically), though they «live» within her. For the sake of his violent methods, to which they sacrifice everything for the efficiency. They follow a process of segregation, purification (in his unexpected not orthodox rites they fast, use water of sacred places and green streamers with inscriptions of the verses that favor they), consecration and radicalization. Up to coming to the death and even to the suicide in his punctual actions.

His zeal for advertising, to which the West contributes insensitively, stupidly and tast.

His aim to strike all governments, as the radical and aggressive caliphate in «dar-el–Islam» (Muslim integrated independent lands) does not exist nowadays.

Al-Qaida is an Islamic radical movement organized vertically and from below to above, that spreads and makes concrete in his «franchise swarms». His structure, flex, decentralized, release, makes that his «cells» do not know exactly which are the higher chiefs. They only know where they have to go to receive support or to send or receive information or to communicate with another «equal» cell. The high commands of this movement act by exception, not by presence or by deliberate action.. This way, they give doctrinal orientations, establish great lines of military and proselytizing action for the different territories and areas, they throw threats and notices to the enemy governments and indicate punctual important aims (seudo strategic) at the level of the whole organization, though they should be realized in a given area. This allows them to work enough good, without the intervention of their high commands. Among these chaps or «barons of the fanatical death», are Addel Malek Droukdel, leader of al-Qaida of the Islamic Maghrib, and Abu Bakar Bashir, called the «clergyman militiaman», founder of the Jeemah Islamiya or al-Qaida of Indonesia and condemned in June, 2011 to 15 years of prison in his country. The «martyrdom» of Ayman al-Zawahiri al-Masri (the Egyptian), former «managing director» of Bin Laden, in a bombardment with drones or ordnance, would affect little to their efficiency, at their current levels of military irregular action.

How work the networks and the swarms of small units and in which circumstances?

The battle of mount Majuba (February 27, 1881) was a case of effective employment of the «small independent units». That hived on an enemy conventional unit, type battalion, and destroyed he, finishing with it the First Boer War.

At the end of this, general Colley directed a small British army to Transvaal territory. Here he decided to occupy Majuba’s extinct volcano with 600 m. height and that was dominating the right exposed flank of the camp of wagons (laager) of the Boers. The British force was consisting of approximately 650 men, integrated in 4 companies from different regiments, and lacking field artillery and machine guns. They occupied the flat summit, which was free and established positions in her, in his edges and in the south base of the height, to protect their retreat to the nearby base of mount Prospect.

Though surprised, when the Boers verified the absence of artillery of the British, they prepared to recover the mountain. To their favor they had the total knowledge of the area and their great mobility in it. The mount was formed by alternative strata of schists and limestone, with deep gullies and masses of rocks and thick bushes of dark mimosa. With what the sights of the different defensive British sectors were intermittent and of short range. All this was ought to the independent and irregular character of the Boers shooters and riders. That, even, were feeling free to move to any part of a battlefield, where they believed themselves more useful. Till then, the Boers were keeping a defensive strategy in the war.

The first group of 50 men came to the Majuba’s north slope and were taken by the «general» Smit round the hill, to its south side, to fix the British placed there. Boers’ clusters were appearing from all the sides and continued waiting for their chiefs’ arrival for directing them. Approximately 150 Boers began to climb over the hillsides in different moments, while a similar number was supporting them with a neutralization fire on the edges of the summit. The men who were rising were gathering in independent clusters. In them, a part of the Boers was climbing from a refuge or concealment to other one, whereas other part was offering to them a barrier of gunfire. The latter part, under the protection of the first one, was climbing then up to the last reached level. This work of approximation to the top extended for approximately 6 hours.

The British were kept under cover in the edges, but soon they realized that the enemy was approaching below them. The first assault crowned in the west side. The company of 92º infantry regiment of lieutenant Hamilton began to be attacked from the front and its reverse. Some subunits kept as reserves in the center of the small plateau were advanced to the west. The British were keeping their disciplined fire by volleys. The Boers were shooting individually, resting on ground and loading and began another shooting cycle. The British moved back towards the center of the position. Some Boers, which were coming almost to the top from the west, moved to the north and also attacked the right enemy flank. Others reached also the top from the south, also attacking lined up to the left flank.

The British tried then the break for the south side, lowering in a hurry and taking the way to mount Prospect. In the pursuit there took place the majority of his casualties. The British suffered 96 dead, 132 injured and 56 prisoners. The Boers had 1 dead and 5 injured men. Several are the operative and tactical mistakes of the Red Coats in this final campaign of the war: to lack campaign artillery to beat the camp of the Boers, that had served them to repel to the «clusters» enemy that were appearing in the top; his shooting technique was ineffective against fleeting and dispersed targets; they were not knowing and did not explore the area in which the battalion spread out; the Boers, as all the irregular soldiers, highly displease the close combat and/or by the bayonet, but, in this case, they did not avoid and used it, which surprised the enemy.

But also, this approximation work to the assault distances and without losses of the own combat capacity, can be perfectly realized by many military «action units», without engineers’ training. Divided in teams and still in men pairs or buddy teams, they can take advantage of small drops, flooded fields, verges, ditches, bushes zones, ravines, etc., and even with the concealment of the night and/or the smokes. To close on the enemy and realize an non too deep incursion or to reach his flanks or his rear, even slipping between his combat positions. And though the enemy is strengthened and provided with heavy fires, it can be done by more upbringing and trained units. For it is necessary to have and to keep a previous exploration of the enemy, his movements and habits. The employment of the grenades and not the individual fires of is fundamental to confuse the sentries and the enemy combat positions, of the scope and intentions of the attacker.

Also the war networks and the military clusters can work in favorable circumstances with cavalry irregular mobile forces. An example is the battle Carras (in Latin, Carrhae, nowadays, Harran, in Turkey), where the Partian archers riders of the general Surena defeated the triunviro Marco Licinio Craso and his Roman legions in 53 B.C. The Roman army of approximately 39 thousand men, only was possessing 4 thousand light infantry or vélites and 4 thousand riders. Craso penetrated in the northen plains of Syria in pursuit of the enemy, who was refusing the fight. Finally, near Carras the battle raised up, in an area totally favorable to the cavalry.

The Romans formed a defensive rectangle, which was surrounded by the Partian cavalry, that only the Scitians overcame they in quality and capacity. After some initial skirmishes with the vélites, the Partians were hived on the formed infantry. And they began a long harassment from the effective shooting distance of their arrows and lances, out of the range of the Roman pila and gladius. The legionary deployment faced a dilemma: if they were keeping such closed formations, they would end hurt by the enemy missiles, and, if they were trying to charge on them, breaking a little their formation, simply they were avoiding by them. The Partians squadrons were attacking following a given direction. His riders were approaching by rows, were throwing his missiles and were moving back to his rear following their sides, in an endless and infernal cycle. The harassment lasted up to the dusk.

During the night, a part of the legions sheltered in Carras. The following day, they continued their retreat up to the nearby Armenian mounts, where the cavalry had a difficult area. Surena offered to negotiate to Craso. But, during the negotiations it arose a fight and Craso was dead. After this, the remains of the Roman army dispersed or gave up themselves. Only approximately 5 thousand men came back to their departing camps, approximately 10 thousand were caught and the rest was dead. After this experience, the Romans progressively increased the cavalry of their armies and legions. And at the beginning of the 4th century A.D., she supposed 25 % of their forces.

The one that believes that in similar circumstances, favorable to the mobile swarms and with direct effective fire capacity, these results always repeat, can be wrong. In effect, on the 27th and 28th of October, 1942 in the Egyptian desert a series of comat meetings took place between German and Italian units of the Afrika Korps and 2 º battalion of the brigade of Rifles of the British army. This one took fixed positions in an opened place called Snipe, at the west of the Kidney hill. With the reinforcement and concealment of the positions and the support of a group of 19 6 pounds (53 mm.) antitank cannons, the Britishs could surprise their enemies on their limits and location, reject several direct assaults of the tanks of the Afrika Korps and resist several bombardments of artillery and assault cannons.

At the end of the second day of combats, the Germans left their attempts of squashing and invading the Snipe position. They had lost in them more than 50 diverse armored vehicles. Snipe was resisting and was kept. Though a third of the garrison had fall and only had 6 useful antitanks. Almost all the Bren machinegun vehicles of the battalion were destroyed. Finally, the Britishs left the position and withdrew.

The circumstances and the epochs that can favor the “units clusters” or the networks war are very selective and exclusive. This way, the own theory, though correct, is at least insufficient and not much elaborated and, therefore, probably unnecessary. In effect, any new theory that looks for his implantation, respect and acceptance, must explain satisfactorily all the aspects known about a given phenomenon (the tactics, the logistics, the operational level, etc). This is a necessary condition, but it is not sufficient. And, here his innovation and principal value will reside, it must make clear new ways of approximation and advance to a major knowledge and domain of the mentioned phenomenon.

(to be continued)

LA GUERRA DE REDES II.

(continuación)

¿Novedad o Redundancia Retórica?

¿Cómo funcionan las redes y los enjambres de pequeñas unidades y en cuáles circunstancias?

En la batalla del monte Majuba (27 de febrero de 1881) se dio un caso de empleo eficaz de laspequeñas unidadesindependientes. Que se enjambraron sobre una unidad enemiga convencional tipo batallón y la destrozaron, terminando con ello la guerra Boer.

Al final de ésta, el general Colley dirigió un pequeño ejército británico al territorio de Transvaal. Aquí decidió ocupar el volcán extinto de Majuba con 600 m. de altura y que dominaba el flanco derecho expuesto del campamento de carros (laager) de los boers. La fuerza británica se componía de unos 650 hombres, integrados en 4 compañías provenientes de regimientos distintos, y carecía de artillería de campo y de ametralladoras. Ocuparon la cumbre plana, que estaba libre y establecieron posiciones en ella, en sus bordes y en la base sur de la altura, para proteger la retirada a su base cercana de monte Prospect.

Aunque sorprendidos, en cuanto los boers comprobaron la ausencia de artillería de los británicos, se dispusieron a recuperar la montaña. A su favor ya tenían el total conocimiento del área y su gran movilidad por ella. El monte estaba formado por estratos alternativos de esquistos y caliza, con quebradas profundas y masas de rocas y de espesos matorrales de mimosa oscura. Con lo que las vistas de los distintos sectores defensivos británicos eran intermitentes y cortas. Todo ello se prestaba al carácter independiente e irregular de los tiradores y jinetes boers. Que, incluso, se sentían libres de trasladarse a cualquier parte de un campo de batalla, donde se creyesen más útiles. Hasta entonces, los boers mantenían en la guerra una estrategia defensiva.

Un primer grupo de 50 hombres llegó a las faldas norte de Majuba y fueron llevados por elgeneralSmit alrededor del mismo, a su lado sur, para fijar a los británicos allí apostados. Racimos de boers fueron apareciendo por todos los lados y quedaron esperando la llegada de jefes que los dirigiesen. Unos 150 boers comenzaron a trepar por las laderas en distintos momentos, mientras un número similar mantenía un fuego de neutralización sobre los bordes de la cumbre. Los hombres que subían se agrupaban en racimos independientes. En ellos, una parte de los boers trepaba desde un refugio u ocultación a otro, mientras que la otra les brindaba una barrera de fuego de fusil. Esta última parte, bajo la protección de la primera, trepaba entonces hasta el nivel alcanzado último. El trabajo de acercamiento a la cima se prolongó por unas 6 horas.

Los británicos se mantenían a cubierto en los bordes, pero pronto se dieron cuenta de que el enemigo se acercaba por debajo de ellos. El primer ataque se coronó por el lado oeste. La compañía del 92º regimiento de infantería del teniente Hamilton comenzó a ser atacada de frente y de revés. Algunas subunidades mantenidas de reserva en el centro de la pequeña meseta fueron adelantadas al oeste. Los británicos mantenían su fuego disciplinado por salvas. Los boers disparaban individualmente, se recostaban y cargaban y comenzaban otro ciclo de tiro. Los británicos retrocedieron hacia el centro de la posición. Algunos boers, que llegaban casi a la cima por el oeste, se trasladaron al norte y atacaron también el flanco derecho enemigo. Otros alcanzaron también la cima por el sur, atacando también de enfilada al flanco izquierdo.

Los británicos intentaron entonces la ruptura por el lado sur, bajando a la desesperada y tomando el camino al monte Prospect. En la persecución se produjeron la mayoría de sus bajas. Los británicos sufrieron 96 muertos, 132 heridos y 56 prisioneros. Los boers tuvieron 1 muerto y 5 heridos. Varios son los errores operativos y tácticos de los casacas rojas en esta campaña final de la guerra: carecer de artillería de campaña para batir el campamento de los boers y que les hubiera servido para repeler a losracimosenemigos que iban apareciendo en la cima; su técnica de tiro era ineficaz contra blancos fugaces y dispersos; desconocían y no habían explorado el terreno en el que el batallón se desplegó; a los boers, como a todos los combatientes irregulares, les repelía el combate a las distancias cortas y/o a la bayoneta, pero, en este caso, no lo rehuyeron y utilizaron, lo que sorprendió al enemigo.

Pero también, este trabajo de acercamiento a las distancias de asalto y sin pérdidas de la capacidad combativa propia, lo pueden realizar perfectamente muchas de las pequeñasunidades de acciónregulares, sin entrenamiento de ingenieros. Divididas en escuadras y aún por parejas de hombres, pueden aprovechar suaves desniveles, campos inundados, cunetas, zanjas, zonas de matorrales, quebradas, etc., e incluso con la ocultación de la noche y/o los humos. Para cerrar sobre el enemigo y realizar una incursión o alcanzar sus flancos o su retaguardia, incluso deslizándose entre sus posiciones de combate. Y aunque el enemigo esté fortificado y dotado de fuegos pesados, puede hacerse con unidades más formadas y entrenadas. Para ello es necesario tener y mantener una previa exploración del enemigo, sus movimientos y hábitos. El empleo de las granadas y no el fuego de tiradores es fundamental para despistar a los centinelas y a las posiciones de combate enemigas, del alcance e intenciones del atacante.

También las redes de guerra y los racimos militares pueden funcionar en circunstancias favorables con fuerzas irregulares móviles o de caballería. Un ejemplo es la batalla de Carras (en latín, Carrhae, hoy en día, Harran, en Turquía), donde los jinetes arqueros partos del general Surena derrotaron al triunviro Marco Licinio Craso y sus legiones romanas en el año 53 a.C. El ejército romano de unos 39 mil hombres, sólo contaba con 4 mil infantes ligeros o vélites y 4 mil jinetes. Craso se internó en las llanuras del norte de Siria en persecución del enemigo, que rehusaba la lucha. Por fin, cerca de Carras se planteó la batalla, en un terreno totalmente favorable a la caballería.

Los romanos formaron un rectángulo defensivo, que fue rodeado por la caballería parta, a la que sólo superaron en calidad y capacidad los escitas. Después de algunas escaramuzas iniciales con los vélites, los partos se enjambraron sobre la infantería formada. Y comenzaron un largo hostigamiento desde la distancia eficaz de tiro de sus flechas y lanzas, fuera del alcance de las pila y las gladius romanas. El despliegue legionario se enfrentó a un dilema: si mantenían las formaciones tan cerradas, terminarían heridos por los proyectiles enemigos, y, si pretendían cargar sobre ellos, rompiendo algo la formación, simplemente los rehuían. Los escuadrones partos atacaban siguiendo una dirección dada. Sus jinetes se acercaban por filas, lanzaban sus proyectiles y se retiraban a su retaguardia por los lados, en un ciclo interminable e infernal. El hostigamiento duró hasta el anochecer.

Durante la noche, una parte de las legiones se refugiaron en Carras. Al día siguiente, continuaron su retirada hasta los cercanos montes armenios, donde la caballería tenía un terreno difícil. Surena ofreció parlamentar a Craso. Pero, durante las negociaciones surgió una pelea y Craso resultó muerto. Tras esto, los restos del ejército romano se dispersaron o se rindieron. Sólo unos 5 mil hombres retornaron a sus carteles de partida, unos 10 mil fueron apresados y el resto resultó muerto. Tras esta experiencia, los romanos progresivamente incrementaron la caballería de sus ejércitos y legiones. Y al inicio del siglo IV d.C., ella suponía un 25% de sus fuerzas.

El que se crea que en circunstancias pariguales, favorables a los enjambres móviles y con capacidad de fuego directo eficaz, estos resultados siempre se repiten, puede equivocarse. En efecto, los días 27 y 28 de octubre de 1942 en el desierto egipcio tuvo lugar una serie de encuentros entre unidades alemanas e italianas del Afrika Korps y el batallón de la brigada de Rifles del ejército británico. Éste tomó posiciones fijas en un lugar abierto llamado Snipe, al oeste de la loma Kidney. Con el reforzamiento y el ocultamiento de las posiciones y el apoyo de un grupo de 19 cañones antitanques de 53 mm. (6 libras), los británicos pudieron sorprender a sus enemigos sobre sus límites y localización, rechazar varios ataques directos de los tanques del Afrika Korps y resistir varios bombardeos de artillería y cañones de asalto.

Al finalizar el segundo día de combates, los alemanes abandonaron sus intentos de aplastar e invadir la posición Snipe. Habían perdido en ellos más de 50 vehículos blindados diversos. Snipe resistía y se mantenía. Aunque un tercio de la guarnición era baja y sólo le quedaban 6 antitanques útiles. Casi todos los vehículos portaametralladoras Bren del batallón estaban destruidos. Al final, los británicos abandonaron su posición y se replegaron.

Las circunstancias y las épocas que pueden favorecer a unos racimos de unidades o a la guerra de redes, son muy selectivas y excluyentes. Así, la propia teoría, aunque correcta, es al menos insuficiente y poco elaborada y, por ende, quizás innecesaria. En efecto, cualquier teoría nueva que busque su implantación, respeto y aceptación, debe explicar satisfactoriamente todos los aspectos conocidos de un fenómeno dado (la táctica, la logística, el nivel operativo, etc). Esto es una condición necesaria, pero no es suficiente. Y, aquí residirá su novedad y principal valor, debe explicar nuevos caminos de aproximación y avance a un mayor conocimiento y dominio de dicho fenómeno.

La guerra de guerrillas urbana eficaz.

No es fácil utilizar y defender unas zonas de rechazo urbanas. Su empleo implica unas elevadas exigencias a los combatientes irregulares: Una motivación suficiente, que les anime a tomar la vía de las armas y a arriesgar su vida por su causa, que les aplaque y racionalice el miedo inevitable a la lucha a las distancias cercanas con un enemigo superior, hasta que la veteranía les brinde nuevos impulsos. Un buen entrenamiento en la lucha de infantería, que les oficio y confianza. Una lograda y sencilla cooperación entre las pequeñas unidades que las guarnecen, que les garantice una cohesión sin fisuras en su tenue y magro despliegue y que permita y facilite la conducción y la realización de sus planes. Unos nervios templados por todo lo anterior, que les acostumbre a luchar en solitario o en grupos pequeños, resistiéndose a huir ante la implacable amenaza del fuego pesado militar. Las redes militares y la enjambrazón degrupúsculostienen en estas dos características operativas, sus mayores deficiencias. Por todo ello, entre las decenas de miles de irregulares armados existentes, no más del 15 % de ellos pueden utilizar esta forma de lucha defensiva.

Los irregulares urbanos se protegen extendiendo sus posiciones defensivas más allá de lo necesario en una defensa convencional, cubriendo así una mayor superficie ocupada. En la zona de defensa establecen puntos de retardo, más o menos reforzados. Éstos protegen las posiciones más críticas de la zona, incorporan a la defensa los edificios con estructura de acero, especialmente resistentes, y forman trampas de fuego para el enemigo que irrumpe. Los nidos de resistencia tienen aquí más importancia, dado que la ocupación de la zona de defensa es más tenue, las posiciones no pueden fortificarse demasiado, para no quedar evidentes, las vistas son más cortas y existen numerosas vías de aproximación. Dependen de los puntos de retardo y a ellos se repliegan si son invadidos o destruidos. Existen numerosas posiciones alternativas o de recambio, más de lo habitual en la forma de lucha urbana. Esto permite engañar al enemigo militar sobre el límite anterior de la posición de defensa, su verdadera extensión, los límites de los sectores que la forman, el interés del mando irregular de la zona en cuanto a su defensa y dispersar el fuego pesado del atacante. En los bordes de las zonas urbanas nunca establecen esas posiciones fijas. Aquéllos son ocupados por avanzadas de combate cuya misión es recibir a los posibles exploradores u observadores civiles, prevenir sorpresas y engañar sobre el trazado de la zona defensiva. Los ocupantes de las avanzadas de combate, distribuidos en parejas de centinelas y alguna patrulla móvil muy pequeña, se repliegan en su momento hacia los puntos de retardo más interiores.

(continuará)