LA ECONOMÍA EN ACCIÓN.

La Maldita Inflación.
 

Introducción. ¿A quiénes afecta?

La inflación es el aumento del precio de un bien, materia prima o intermedia, servicio cualquiera, cuando aquél no se corresponde con un aumento proporcional de su valor real, de su cantidad o de su utilidad. El bien no recibe un aumento de su valor añadido, que justifique la subida del precio. No te dan más cantidad, ni dura más, ni es más bonito el producto, ni te atienden mejor que antes los camareros.
Con tu dinero total, sueldos o pensiones, rentas del capital (dividendos y cupones de los bonos y letras del tesoro), plusvalías de ventas, alquileres como casero, comprarás menos bienes y servicios totales. La inflación agrede y empobrece a todos. Y lo hace especialmente con las capas sociales más débiles o desfavorecidas: los pensionistas, los perceptores de subsidios sociales (parados, mayores de 52 años, etc.), los rentistas de más edad, etc.
La inflación se ceba con todos aquéllos que por su “actividad o no actividad”, según se mire, no pueden trasladar a los otros los mayores costes de los bienes que producen o de sus derechos adquiridos. La actividad de un militar, de un cura, de un campesino no les ayuda a que puedan, en tanto agentes económicos, aumentar los precios de los productos o bienes (seguridad nacional, paz y salvación del alma, productos alimenticios perecederos) que nos ofrecen a los demás. La no actividad de las clases pasivas, los que cobran pensiones o subsidios, pagados con la actividad económica de las otras personas, frena mucho cualquier aumento de éstos. La razón es que esas pensiones proceden de un reparto generacional. Las pensiones de los que ya no trabajan las pagan las nuevas generaciones. Por eso hacen falta muchos trabajadores en activo. Porque con las cotizaciones de varios se paga una pensión y la asistencia sanitaria de ese grupo pequeño imaginario.
Las cotizaciones a la SS pueden llegar a ser como un impuesto social añadido, que pagaríamos todos, trabajadores y empresas. Ya que haber cotizado durante todo nuestro período laboral, no nos garantiza que cuando nos jubilemos, disfrutaremos indefinidamente de la pensión que nos correspondería. Se podría tener un régimen de capitalización. Con las aportaciones que realmente cotizara cada cual durante su vida laboral, crear un ahorro y añadirle su crecimiento económico progresivo hasta la jubilación. Un gran problema es quién gestionaría el mantenimiento y el crecimiento de esos ahorros cuantiosos de tanta gente. El Estado es reconocido como un no óptimo administrador y gestor de bienes.

Solamente el Japón mantuvo durante un tiempo un sistema de pensiones basado en la capitalización. Durante su crisis financiero inmobiliaria de los años 90, contra la cual sigue luchando, tuvo que abandonar el método: sus tipos de interés (que marcan lo que pagan por los ahorros) eran muy bajos o cero y la deflación existente contrajo la actividad económica y, por tanto, las cotizaciones aportadas al sistema. Cortados severamente los dos grifos de ingresos, el sistema ya no se sostenía.
Ese régimen de capitalización es el que hoy llevan a cabo los suscriptores y beneficiarios de los planes de pensiones, como complemento casi indispensable del régimen oficial de reparto.
El nivel general de precios como una medida más ilustrativa de la inflación.
El nivel general de precios engloba el valor (o coste) de todos los bienes y servicios producidos (incluyendo agua, energías y comunicaciones varias) y de los factores de producción (trabajo, capital y tierras, tecnología, financiación, materias primas y productos auxiliares, gerencia y administración, investigación y desarrollo, comercialización y logística).
El precio de mi trabajo, de un kilo de arroz, de un corte de pelo, de una entrada a espectáculos, de un litro de gasóleo, todo está representado en él. El nivel general de precios mide mi “participación”, mi “cupo”, en el reparto general de la producción de una sociedad.
Los gobernantes nos dicen que, en unos meses, la inflación se moderará. Y tienen seguramente razón. Es probable que los precios dejen de subir agudamente, por moderación de la demanda y porque los tramos iniciales de la curva de precios alcistas son más pendientes. Entonces, la inflación comparada, con un mes o trimestre o año anterior, se frenará mucho. ¿Han desaparecido así nuestros problemas de empobrecimiento?
El nuevo “nivel general de precios” alcanzado, que mide lo que con mi sueldo o rentas puedo comprar, me dice que he perdido poder de compra y, lo peor, que esa pérdida se mantiene.
Y aún hay un efecto más perverso de la subida de la inflación o del nivel de precios. Que ocurre invariablemente en épocas de inflación alta o con tensiones alcistas de cierta importancia o extendidas a muchos productos. Pero que también puede ocurrir en momentos de cambio de las monedas o de su paridad con otras. Es un fenómeno emocional, permanente y general. Todo el mundo quiere entonces aprovechar el momento económico para aumentar su “trozo” del pastel, su “parte” en el reparto de la renta total generada.
Sólo un ejemplo claro, cercano y vivido por todos: la instauración del “euro” como moneda común de la mayor parte de los países de la Unión Europea. Y su efecto general sobre los precios previos en monedas nacionales, de forma casi inmediata o muy rápida y sin aumento del valor real de los productos ofrecidos.
¿Cuál es la razón de que actuemos así? La ambición es uno de los estímulos personales necesarios para la actividad económica. El no fomentarla sanamente llevó a la bancarrota a los países comunistas. Nadie trabaja colectivamente por amor al prójimo. Pero cuando la ambición se desboca y se exacerba, se vuelve mala e incluso, al final, contraproducente hasta para su autor. Aparece entonces una codicia, más o menos ciega, rapaz e insaciable, que arrambla con todo lo que puede. A la que es muy fácil encontrarle personalmente razones para ejercerla: “los demás hacen lo mismo”; “si no lo cojo yo, otro lo hará”; “estoy perdiendo dinero”, etc. Incluso algo tan manido como “es el pan de mis hijos”. Como si no necesitaran ellos más calorías que un niño.
 

El mecanismo económico de la aparición de la inflación. La economía en acción…
¿Cuál es el mecanismo directo de la inflación? El mismo que el del funcionamiento normal de la economía. Sólo que aquí va recalentado, pasado de vueltas. Como iría un motor de un automóvil al que le pidiéramos más revoluciones de las que puede dar con su diseño. Con el dinero a disposición, compramos toda clase de bienes, productos intermedios y servicios, tanto nosotros como el Estado y las empresas. Los vendedores, que reciben el dinero, de las compras e impuestos, a su vez compran salarios, bienes y servicios. Una parte se deposita en cuentas más o menos a la vista, tanto temporalmente como parte de una reserva de futuro. Y vuelta a empezar. Esto sería un ciclo elemental e ilustrativo de la actividad económica.
El número de veces que esto se repite, con el dinero a disposición, el M2 (véase más abajo su composición en medios de pagos), indica la velocidad de circulación del dinero en un período dado. La velocidad por el M2, daría el valor total de los bienes y servicios de todo tipo producidos por una sociedad en ese período, el famoso Producto Interior Bruto. Si a éste le quitamos las amortizaciones que hay que hacer para recuperar un capital invertido, al final de la vida de un bien de producción, tenemos el producto interior neto. Si un camionero no va amortizando (ahorrando) parte de lo que gana transportando cosas, al final de la vida de su camión se encontrará sin vehículo y no podrá continuar su profesión de autónomo. La amortización de los bienes de capital es una obligación legal y vital de todos sus poseedores.
Cuando el número de transacciones es proporcionalmente grande, cuando la velocidad de circulación o el M2 son altos, los agentes económicos (personas, empresas, estado) tendemos a elevar los precios, por la alta demanda de nuestros trabajos, bienes y servicios que detectamos en el mercado. Cuando este fenómeno es razonable y proporcional, la economía se ve estimulada. La tendencia a una suave inflación es buena, deseable e inevitable. Cuando aparecen las desviaciones y aún perversiones indicadas en la Segunda parte de estos párrafos sobre la inflación, es cuando todo se degrada y cuando surgen los peligros para la buena economía de todos.
     

Algunas medidas para destruir el fenómeno de “precios crecientes sin valor añadido”. Más sobre la economía en acción…
El problema es contener la inflación, que no suba el nivel general de precios y que no se desboquen las ambiciones y se tornen en desmedidas e injustas. Esto es como una dieta más o menos severa. Pero que promete salud y energía económica renovada.
Daremos algunas medidas a tomar, durante el menor tiempo posible. Creemos que si el público ve un grupo armónico de actuaciones, impulsadas por el Estado, las aceptará en su conjunto, aunque alguna concreta perjudique a un sector de la población.
El gasto público debería contenerse todo lo posible. Por ejemplo, recortando los funcionarios públicos o limitando los nuevos nombramientos y limitando las obras públicas nuevas a las estructuras directamente relacionadas con la producción de bienes o la educación. Un corolario de lo anterior sería buscar o mantener un superávit en los ingresos totales del Estado. El mismo podría emplearse para amortizar deuda pública nacional o externa, por ejemplo.
Las subidas generalizadas de sueldos y pensiones deberían estar contenidas. El quid es no permitir jamás una espiral equívoca de subidas sucesivas de precios y salarios. Aquí tienen que dar ejemplo social los salarios más altos (ejecutivos, altos cargos públicos, almirantes, pilotos civiles).
Es necesario dar una formación adecuada a los parados más jóvenes, procedentes de sectores en crisis, para que puedan ser ocupados en otras labores. El cobro de los subsidios de paro estaría ligado a recibir esta formación, al menos con interés y, deseablemente, con aprovechamiento.
El Estado debe fomentar la investigación y el desarrollo generales. Y favorecer que las empresas realicen la investigación y el desarrollo específico de sus sectores productivos.
Es necesario que el Estado seriamente el problema de la compleja intermediación comercial y la logística de muchos productos de gran consumo. Desde las carnes y pescados, pasando por la llamada distribución comercial, a los combustibles a granel. Las cuales encarecen indebida y casi inevitablemente (porque ahí están) los costes al consumidor final de aquéllos, debido a sus estructuras pesadas y sucesivas. Hay que dejar ganar a cada uno, en función de su aporte al valor añadido del producto. Es decir, cuando perfecciona el servicio a su «cliente» (puede ser al siguiente escalón intermediario) al entregarle en cantidad, calidad, número de artículos, ayuda en la descarga, control de su proceso de distribución y momento de entrega deseados y solicitados.

LA CRISIS ECONÓMICA DE 2007. ¿Dónde nos trajo la economía en acción…


Veamos qué pasa:
Tenemos un exceso de liquidez y el valor de uso del dinero (oficialmente, los tipos de interés) en mínimos en EEUU y bajo en Europa. Pero esto no nos resuelve las cosas.
Cuando se descubrieron las minas de Potosí, y gracias a las patatas se podía alimentar debidamente a los indígenas que las explotaban, llenamos de plata a Europa. El dinero era contante y sonante en esa época y se llevaba en faltriqueras y talegos. Pero ese exceso de dinero no se podía absorber ni utilizar con unas transacciones muy limitadas. Los medios de producción y la tecnología no evolucionaban tanto. Y se producía artesanalmente. Por ello no se necesitaba tanta financiación de capital ni de consumo. Y tampoco había ni tantos soldados ni tantas guerras, aunque alguno lo crea, donde gastar en muchas soldadas (incluso, fuera del país).
Entonces, todos los precios de los bienes se dispararon escandalosamente. Y el valor de la plata (el real), convertido en bien abundante, innecesario, superfluo y aún escupiscible, bajó. La economía es dolorosa e implacablemente la gran niveladora. Y eso que era entonces primitiva, artesana, desestructurada y su medio de pago, pesado y de valor intrínseco. Como la nivelación le duele a la mayoría, le achacan que no tiene corazón, que hay que regularla, que no se entiende.
Por eso baja sin parar el dólar y sube sin parar el petróleo. Eso pasa cuando solamente se tiran billetes verdes desde el helicóptero. La crisis de ahora es financiera y de la credibilidad o confianza (el respeto perdido) de sus instituciones. El consumo en general (bienes de equipo, de consumo y depósitos de valor) se contrae, que es lo mismo práctica y cuantitativamente que cuando no se producía. No tenemos relativamente tantas transacciones buscadas, para todo el circulante que hay. China tiene cerca de los 2 billones de dólares en deuda pública, dólares y bonos de empresas norteamericanas; todo realizable en un corto tiempo. Hace poco dije que Bernanke estaba limitando demasiado sus opciones, al bajar muy rápidamente los tipos de interés, el valor de uso oficial del dinero. En el 2000 fue la crisis de las telecos: de los chiringuitos de telecomunicaciones e industrias proveedoras.
A Bernanke le llaman el del helicóptero porque cuando estaba en la University (ésa es su experiencia profesional) dijo que para dar liquidez al sistema financiero, si hacía falta, él tiraba billetes desde un helicóptero. Esto es lo moderno y tecnológico del sistema financiero actual, el helicóptero.
Pues ahora, como entonces, hace falta purgar los excesos y destruir a los incapaces de competir y producir rentablemente. Esto es la fiebre y los dolores de la lucha contra la infección espúrea. Para producir rentable y permanentemente hay que hacerlo siempre bien.
Y nuestros bancos parecen haber hecho muy bien sus deberes en este caso. Sin usar nuestros ahorros en financiar a gentes que no pueden devolver sus préstamos, por su precariedad económica o la inviabilidad de sus proyectos. Esto es la perversión de un sistema financiero. Pero como esos préstamos se dan a mayores intereses, los malos banqueros caen en su concesión fácilmente. Más que banqueros son bancarios, de ventanilla y de pacotilla.
Llamo depósitos de valor a los bienes en los que éste se puede concentrar y mantener y aún usar, sin un deterioro apreciable. Las casas (bien construidas y localizadas), las joyas y las monedas antiguas (a su verdadero valor), el dinero (en épocas de inflación moderada) son bienes generalmente utilizados como depósitos de valor por las personas. Así, no lo es un coche, incluso bueno, cuyo valor se deprecie exageradamente tras la compra.
Alguien dirá que con los cereales, la leche, está actuando una inflación de demanda, que es la responsable de las subidas elevadas. ¿Saben que las patatas producen por unidad de superficie 4 veces la cantidad de carbohidratos, de alimento energético, de los cereales? El problema con las patatas es que son muy dependientes de la industria química. Y esto no es muy ecológico. Sus enfermedades tienen que ser vencidas con pesticidas y fungicidas. No tenemos variedades resistentes a sus enfermedades. Pero sí se pueden utilizar como biomasa, como materia prima para los biocombustibles, los recortes de podas en general, las cáscaras de frutos de todas clases, las basuras orgánicas, etc. Todo aquello que, conteniendo celulosa o almidones, podamos hidrolizar a hidratos de carbono simples. Y luego fermentarlos controladamente a alcoholes. Hemos empezado torpemente a emplear alimentos para producir combustibles. Haciéndole la competencia por su uso al sustento de las personas.

LA BOLSA O LA VIDA. La economía en acción casi pura…
Un conocido bolsista, banquero de profesión, me preguntaba hace días que cómo veía la cosa.
Creo que en estos momentos los soportes (mínimos actuales, que fueron las últimas resistencias al alza en su día) de las principales bolsas a medio y largo plazo están rotos. Y los valores buscan nuevos soportes imposibles y escuálidos, derivados de las resistencias de más antaño. Por ello se acabó la esperanza de una recuperación relativa pronta, seguida de una estabilización de trayectoria lateral. Hasta que se aclarasen los fundamentales estadounidenses y los resultados trimestrales de sus principales empresas.
Le dije al bolsista: «Hace unos meses hablábamos de lo bien que había manejado Botín la compra de ABN y la venta inmediata del Antoneveta. Pues bien el banco es el mismo, el presidente, también y los resultados son firmes para varios trimestres.» Y cómo está la acción…
Creo que se están exagerando las pérdidas, como antes se exageraron muchas subidas. Pero esto es, el mercado en acción…, nunca mejor dicho.
Cuando MacArthur estaba casi de virrey estadounidense en el Japón ocupado, le trajeron la queja de que una dama de vida airada, que se presentó para representante en la Dieta, había sido elegida. MacArthur señaló: «Hay que pensar que la señorita tendrá otras cualidades. Pero, en todo caso, esto es la democracia en acción…»
Salud, suerte y calma.

LOS TIPOS Y LA LIQUIDEZ. LA INVERSIÓN Y EL CONSUMO. Uno de los principales mecanismos de la economía en acción.

Se está diciendo que con la bajada de tipos se inyecta liquidez al sistema financiero, arrugado por la falta de confianza en el prestatario institucional o final. Y todo resuelto, a la espera de que el soso y bobo de Trichet haga lo mismo. Pues no.
Con la bajada de tipos se facilitan los negocios. Los privados, los empresariales y los públicos. Al bajarme el liston de los costes financieros, me puedo entrampar mejor o igual me arriesgo a otra inversión con menor rendimiento marginal (el rendimiento adicional que la nueva inversión me dará). El tipo es una «medida relativa» del valor (oficial) de los medios de pago obligatoriamente aceptados.
La liquidez es el M2 europeo o su equivalente estadounidenses: el dinero (circa 8% PIB) o el cuasidinero: depósitos y títulos de deuda fácilmente realizables (sin depósitos a plazo). Si no hay medios de pago, aunque estén baratos (tipo de interés) no puedo gastar ni invertir. Donde no hay harina, todo es mohina, dice la sabiduría popular.
Pero ya tenemos liquidez (el M3 (que incluye al M2) está creciendo (a alrededor del 11-12% en los últimos meses) y los tipos están que se vierten (ojo, una gran parte de la financiación española es externa). ¿Qué nos pasa? Pues que no tenemos confianza en la inversión posible o nos asusta que tengamos dificultades para pagar el préstamo. Y el miedo se extiende como el aceite. La gente maneja números, pero no sabe manejar sentimientos o intuiciones. Porque no se dejan medir. Y se carece de coraje moral y de educación para caminar por esos caminos aparentemente desconocidos.
Los tipos son como el motor y la liquidez, el combustible. ¿Por qué no anda el auto? Porque no tiene piloto: la voluntad del conductor experimentado que lo guíe. Aparte que una inversión productiva no cuaja de inmediato. Una central nuclear se toma 15 años desde que empiezan los trabajos de planificación y decisión. Cuatro legislaturas. Y no se pueden arriesgar, sin un marco regulador asegurado.

Hay 25 millones de casas construídas. Contando los emigrantes somos 44 millones de personas viviendo en España. ¿faltan muchas más? Yo calculo en 450 mil la reposición normal (50 años de vida media). Hemos estado construyendo 650-700 mil durante tres o cuatro años. ¿De verdad que la construcción tiene que ser el motor de la economía? ¿Y no pueden serlo la inversión productiva, el consumo responsable de bienes y servicios, la tecnología y la formación especializada, la expansión exterior de las empresas competitivas y la exportación de bienes, servicios y asesoramiento y tecnología nacional?

A TRABAJAR, SEÑORES.

The defense of the military positions in the asymmetrical counterinsurgency warfare.

The effective defense of the billeting, redoubts and military camps from the attack and harassment of the irregular armed rebels is based on three operative qualities: the initiative, the mobility and the offensive action. These, in turn, are directly determined by the mentality and the combative disposition of the military men (which depend fundamentally on them) and by the military capacity or available means in the operations zone (that depend fundamentally on the politicians and the public managers).

The countless military, social, ethnic and economic guerrilla targets in an asymmetrical conflict.
Almost by definition, the military and police available means in a war against the irregulars are very scanty, and even they can be scandalously insufficient. And this does not depend so much of them not on the established authorities, but it is a direct function of the strategy inherent in a guerrilla right development process. The number of possible, potential goals and targets, which offers an organized modern, more or less developed society, to the operative solvent strategy of an armed insurgency is almost countless and inexhaustible.
Let’s see an expressive, but not exhaustive relation:
Attempts on civil and religious authorities and on isolated members or little groups of the armed forces and policemen.
Destruction and sabotage of the plants and energetic networks: thermal plants, dams, combined cycle plants, wind fields, refineries, fuels deposits, crude oil and gas pipelines, electric transformers and high tension lines and their centers of control and distribution.
Assaults to the lines of communications: television and mobile telephony repeaters, broadcasting stations, radio antennas, telegraphic wires, bridges, tunnels and viaducts, halts and railway stations, railroad track and catenary parts, trains and buses, great tonnage trucks and distribution transport vehicles, temporary obstacles in the roads and railway tracks, covered or not by indirect or direct fire.
Destruction or incapacitation of directly economic means of all sizes and importance: mines, plantations, industries, shops, hotels and resorts, groups of tourists. In these cases the insurgency must value the direct loss of working places and the probable alienation of part of the popular sympathy towards it; the effect is similar if there gets depressed the economic activity, but the employment is not destroyed directly.

The biased political intervention in this kind of social irregular military conflicts is a plague for the military struggle.
Sun Tzu is the real or supposed name of a Chinese author, who wrote The Thirteen Chapters on the Art of War, between 400 and 320 BC The style unit and its originality allow to affirm that it is neither a collective work nor a summary. And the use of the cross-bow did not generalize until 400 BC and the cavalry was not incorporated into the army before 320 BC And, what does Sun Tzu say on the military missions and the political spurious interference on them?
«Normally, when the armed forces are employed, the general first receives the general orders from the sovereign. Later he assembles the troops, and makes the army a quite homogeneous and harmonious unity and installs it in its camp”. Chapter 7, verse 1.
«It is necessary to know the sovereign has three ways of taking his army to the disaster. They consist in proceeding as follows:
To ignore that the army must not advance and order that it should advance, or, to ignore that it must not withdraw and arrange a retreat. This is what is called «to put the army in a difficulty». Chia Lin’s commentary: «there is no major calamity that the orders of a sovereign that resides in the court».
To ignore all the military matters and to take part in its administration. This disorients the officials.
To ignore all the problems of the command and to take part in the exercise of the military responsibilities. This destroys the spirit of the officials » Chapter 3, verses 19 to 22.
«That who has competent generals and protects them from the interference of the sovereign, will be the victor”. Ibid, verse 29. Hsi Ho Yen’s commentary: «In the war hundreds of changes take place in every stage. To say that a general must wait for all the orders from his Superiors is like to inform a Superior that you want to extinguish a fire. Before the orders come the ashes will be cold. And it has been said that in such circumstances it is necessary for  him to consult the General Inspector of the Army! To tie shortly a competent general, while he is asked to suppress a crafty enemy, is like to hold the Black Greyhound of the Han and later give it the order to  catch unattainable hares»
«There are cases in which the orders of the sovereign do not have to be executed necessarily. Chang Yu’s commentary: «The king Fu Chai has said: ‘ If you know which is the conduct to follow, go on; do not wait the instructions».
A general who possesses a perfect knowledge of his trade, knows how to handle the troops. Chia Lin’s commentary: «The general must be sure of being able to exploit the situation in his profit, according to its circumstances» Chapter 8, verses 8 and 9.

A vivid example of a right camp defense taken from the Vietnam’s war.
2 º battalion of the 28 North American infantry regiment carried out in March, 1966 the operation Cocoa Beach, of “search and destroy” units of the Viet Cong, in the Ben Cat district, Binh Dueng province of South Vietnam. The battalion, at lieutenant colonel Kyle M. Bowie’s orders, moved afoot on March 2 from the base of its brigade in Lai Khe up to the Lo Ke rubber plantation. There it established a strong defensive perimeter, in a flat and free of bushes area, except for some hedges and elephant grass spots. West of the plantation a thick jungle was raising. The time was good.
The following day, the companies A and B initiated their missions, remaining the company C in garrison. In its return, company B located an enormous trench of several km, which was passing in North and North-East directions from the US camp. And that had been occupied recently by an important enemy force, as the new excavations in it were proving.
Colonel Bowie supposing that a great Viet Cong force was in the vicinity, coordinated with the 3 ª brigade to assure himself the air and artillery supports. The fighting positions of his men in the camp were improved and protected everything possible. Bowie also established three observation and combat positions, each for a reinforced section, advanced by each company, at approximately 500 m. out the camp perimeter.
Around 06:00 on March 5, the second lieutenant Robert Hibbs, company B, in positions with his section on the perpendicular crossing of the routes Blue and Red, at the northwest of the camp, observed a group of armed women and children carrying ammunition. They were moving slowly through the Red route (parallel to the trench) and stopped at approximately 100 m. from the patrol.
Immediately he detected a company of the Viet Cong advancing from north to south in the Blue route, which stopped at approximately 50 m. of his position. Three Viets went to the group of civilians. The patrol used the delay to direct all her Claymore grenades on the Blue route. Finally, the guerrilla company continued the march. When its main body was at approximately 6 m. of the patrol, this one detonated her Claymore and threw hand grenades, dispersing finally the rest of the Viets with the fire of the M-16s. On having heard the explosions colonel Bowie ordered Hibbs to return. In her way of return, the patrol reached the rear of another enemy company, deployed already to attack. The American patrol attacked the enemy and crossed its assault deployment, routing it totally. Hibbs died trying to recover with his sergeant a wounded straggler. Before falling down definitively, hurt several times, he destroyed his night vision devices. Honor’s Medal of the Congress was granted to him.
The patrol of the company A was operating south of the camp. Soon she was totally surrounded by Viet Cong columns, which ignored her presence and which were going towards the American battalion. The patrol stuck at the end of an enemy squad, to go approaching the perimeter. Already near it, this way out was made initially shooting and launching grenades over the nearby guerrillas, slipping towards the camp.
Bowie withdrew patrol C. Around 07:00 the battalion was occupying his defense positions almost in full force.
The opportune detection of the enemy intention, the premature dislocation of part of his attack deployment, the precise support by the brigade heavy fire and the defensive positions in depth of the battalion were decisive. Around 12:00 the enemy assault, by the 272 regiment of infantry of the Viet Cong, reinforced by a heavy weapon battalion in war subordination, had vanished with the most serious losses.

One example from the Iraqi counter insurgency war. The  Spanish base in Diwaniya
On August 28, 2003 an Spanish infantry brigade assumed the control of the sector centered in Diwaniya, as part of the Hispanic Polish division, deployed in the south center of Iraq. Diwaniya, city of approximately 100 thousand inhabitants, is the capital of Al-Qadisiya’s province.
Scarcely come to the power in April, 2004, one of the first orders of the Spanish Chief of the Government Rodríguez was the retreat of our forces of Iraq. The following one was to grant the Great Cross of the Military Merit to the minister of Defense, for the above mentioned withdraw operation. The shame of his family made resign Mr. Bono the above mentioned high decoration. On May 21 were transferred officially the control of our three barracks, Spain, Al-Andalus and Santo Domingo, in Diwaniya to the North American forces.
The North American command initiated this April an offensive in this zone against the so called Army of the Mahdi (the guided by Allah) of the imam chií Muqtada al-Sadr (see our article » Iraq Hoy” in this blog) and they requested the active Spanish help. As our forces did not have a Parliament “mandate” to take part in attack operation, the continuity of their mission in the reconstruction and stabilization of Iraq was staying in precariously indefinitely.
The situation had deteriorated so much that the Iraqi governor of Al-Qadisiya, more extensive than Estremadura Spanish province and with approximately 800 thousand inhabitants, had just deserted and to form a band of approximately 40 followers, to make worth) his master of the war’s rights.
Diwaniya’s facilities, where were lodging our more than thousand men, remained turned into Fort Apache’s imitation. Because the Iraqi rebels are not in the habit of estimating these subtleties like: «I am here, but I do not attack you» or «I am white, rich and use Kevlar helmet, but I am not Yankee». We were an easy and comfortable target for their fury and hatred to a not Islamic democracy and to the winning Christians occupants.
During more than one month the irregular rebels chiíes realize a permanent harassment of our barracks, tremendously defended (sensors, pits, wire fences and fortifications) against the islamist suicides assault bombs. But it happens that these suicides, who are illuminated but not silly fanatics, attack enemies groups not protected sufficiently, searching as passport to the Houris Garden, to take with them the major possible number of dead or mutilated enemies. There was not even a suicidal attempt against us.
The majority of the days of wait up to the announced retreat, our billetings were scourged by automatic fire of light weapon and mortar shells, with an average of 10 grenades for assault. In order to remove the origin of the indirect fire, our forces realized assaults with limited aims, expelling the irregular mortars up to the other side of the river. In the encounters and ambushes suffered, we killed approximately 20 rebels. We suffered a dozen of injured men in the whole process and several Arabic collaborators died. We do not have any news or help from the chií battalion of the Iraqi Army that we were training. And whose colonel was asking formally us not to return to Spain.

Some possible right fighting missions for this type of defense.
The gravity center of the active defense of the military fixed positions resides in the observation and the control of the approximation routes. That in rural zone can be a semi flooded rice field; in mountainous area, a heights line below the military crest; in urban zone, the streets orientated towards them, from certain distance, and in a road, a verge. All this compounded by the climate and the day hour.
The observation and fighting positions can consist from the couple of snipers up to a platoon, according to the characteristics of the area and the intentions and capacities of the enemy. Those are apart of the perimeter defense and of the patrols who cross it randomly, that constitute a part of the camp static defense.
The enemy is in the habit of exploring, at least initially and also in fluid fighting conditions, by observation. It is important to locate and to eliminate these reconnaissance positions. The patient observation is the way. Bearing in mind that if the exigency is intense, every 30 minutes the observer must be replaced, because he looks, but already not sees.
If additional means exist for it and as complement, it is very necessary to use the energetic patrolling (see our article “Irak, hoy” in this blog) against the enemy, moving away much more.
A passive defense, limited to rejecting the assaults, with the initiative and the election of the moments in hands of the enemy, is almost the most solvent of the combat morale that can experience a force, leaving apart a defeat. Ask about it to the Frenchmen who were defending multitude of redoubts and positions in Indochina before Dien Bien Fu in 1954 and to the nationalistic Chinese until 1949.

La defensa de las posiciones militares fijas en la guerra contra la insurgencia armada

UN EJEMPLO SACADO DE LA GUERRA CONTRA LA INSURGENCIA EN IRAK.

LA BASE ESPAÑOLA DE DIWANIYA. 

La defensa eficaz de los acuartelamientos, reductos y campamentos frente al ataque y el hostigamiento de los irregulares rebeldes se basa en tres cualidades operativas: la iniciativa, la movilidad y la acción ofensiva. Ellas, a su vez, están directamente condicionadas por la mentalidad y la disposición combativa de los militares (que dependen fundamentalmente de ellos) y por la capacidad militar o medios disponibles en la zona de operaciones (que dependen fundamentalmente de los políticos y los administradores públicos).

Casi por definición, los medios militares y policiales disponibles en una guerra contra los irregulares son muy escasos, e incluso pueden ser escandalosamente insuficientes. Y esto no depende tanto de ellos ni de las autoridades establecidas, sino que es función directa de la estrategia inherente a un proceso guerrillero correcto.

El número de objetivos posibles, potenciales, que ofrece una sociedad organizada moderna, más o menos desarrollada, a la estrategia operativa disolvente de una insurgencia armada es casi incontable e inagotable. Veamos una relación expresiva, pero no exhaustiva:
Atentados contra autoridades civiles y religiosas y contra miembros aislados o grupos de las fuerzas armadas y de policía.
Destrucción y sabotaje de las fuentes y redes energéticas: térmicas, presas, plantas de ciclo combinado, campos eólicos, refinerías, depósitos de combustibles, oleoductos y gasoductos, transformadores y líneas de alta tensión y sus centros de control y distribución.
Ataques a las líneas de comunicaciones: repetidores de televisión y de telefonía móvil, emisoras en general, antenas de radio, tendidos telegráficos, puentes, túneles y viaductos, apeaderos y estaciones ferroviarias, trozos de vías férreas y de catenarias eléctricas, trenes y autobuses, camiones de gran tonelaje y vehículos de transporte de reparto, obstáculos temporales en la red viaria, cubiertos o no por el fuego indirecto o directo.  
Destrucción o inhabilitación de objetivos directamente económicos de todos los tamaños e importancia: minas, plantaciones, industrias, comercios, hoteles y balnearios, grupos de turistas. En estos casos la insurgencia debe valorar la pérdida directa de puestos de trabajo y la probable enajenación de parte de la simpatía popular hacia ella; el efecto es parecido si se deprime la actividad económica y así no se destruye inmediatamente el empleo.

Sun Tzu es el nombre real o supuesto de un autor chino, que escribió Los Trece Capítulos del Arte de la Guerra (la unidad de estilo y su originalidad permiten afirmar que no es una obra colectiva ni una recopilación) entre los años 400 y 320 a. C. (el uso de la ballesta no se generalizó hasta el 400 y la caballería no fue incorporada al ejército antes del 320) Y, ¿qué dice Sun Tzu sobre las misiones militares y las intromisiones de los políticos en ellas?
“Normalmente, cuando se utilizan las fuerzas armadas, el general recibe, en primer lugar, las órdenes generales del soberano. Después reúne a las tropas, hace del ejército un todo homogéneo y armonioso y lo instala en su campamento” Capítulo 7, versículo 1.
“Es necesario saber que para un soberano existen tres formas de llevar a su ejército al desastre. Consisten en proceder como sigue:
Ignorar que el ejército no debe avanzar y ordenar que avance, o bien, ignorar que no debe retroceder y ordenar una retirada. Esto es lo que se llama “poner al ejército en un apuro”. Comentario de Chia Lin: “No hay calamidad mayor que las órdenes del soberano que reside en la corte”.
Ignorar todos los asuntos militares y participar en su administración. Esto desorienta a los oficiales.
Ignorar todos los problemas del mando y tomar parte en el ejercicio de las responsabilidades. Esto destruye el ánimo de los oficiales” Capítulo 3, versículos 19 al 22.
“El que tenga generales competentes y los proteja de las injerencias del soberano, será el vencedor. Comentario de Ho Yen Hsi: “En la guerra se producen cientos de cambios en cada etapa. Decir que un general debe esperar todas las órdenes de sus superiores es como informar a un superior de que queréis apagar un fuego. Antes de que lleguen las órdenes las cenizas estarán frías. ¡Y se ha dicho que en tales circunstancias se debe consultar al inspector general del ejército! Atar corto a un general competente mientras se le pide que suprima a un enemigo astuto, es como sujetar al Lebrel Negro de los Han y a continuación darle la orden de que atrape a liebres inalcanzables” Ibid, versículo 29.
 “Existen casos en los que las órdenes del soberano no han de ser ejecutadas necesariamente. Comentario de Chang Yu: “El rey Fu Chai ha dicho: ‘Si sabéis cuál es la conducta a seguir, actuad; no esperéis a las instrucciones”.
Un general que posee un perfecto conocimiento de su oficio, sabe cómo manejar las tropas. Comentario de Chia Lin: “El general debe estar seguro de poder explotar la situación en su provecho, según lo exijan las circunstancias” Capítulo 8, versículos 8 y 9.

Veamos un ejemplo de comportamiento militar en la defensa de sus posiciones sacado de la última guerra del Vietnam: 

El 2º batallón del 28 regimiento de infantería norteamericano llevó a cabo en marzo de 1966 la operación Cocoa Beach de búsqueda y destrucción de unidades del Viet Cong, en el distrito Ben Cat, provincia de Binh Dueng, en Vietnam del Sur.
El batallón, a las órdenes del teniente coronel Kyle M. Bowie, se trasladó a pie el 2 de marzo desde la base de su brigada en Lai Khe hasta la plantación de caucho Lo Ke. Allí estableció un fuerte perímetro defensivo, en un terreno llano y libre de matorrales, salvo algunos setos y manchas de hierba de elefante. Al oeste de la plantación se alzaba una jungla espesa. El tiempo era bueno.
Al día siguiente, las compañías A y B iniciaron sus misiones, permaneciendo de guarnición la compañía C. A su regreso, la compañía B localizó una enorme trinchera de varios Km., que discurría al norte y noreste del campamento, y que había sido ocupada recientemente por una importante fuerza enemiga, como lo probaban las excavaciones nuevas.
El coronel Bowie suponiendo que una gran fuerza del Viet Cong se hallaba en la vecindad, coordinó con su 3ª brigada para asegurarse los apoyos artillero y aéreo. Las posiciones de lucha de sus hombres en el campo fueron mejoradas y protegidas todo lo posible. Bowie estableció también tres posiciones de observación y combate para un pelotón reforzado (section), adelantadas por cada compañía, a unos 500 m. del perímetro.
Hacia las 06:00 del 5 de marzo, el segundo teniente Robert Hibbs, de la compañía B, situado con su pelotón en el cruce perpendicular de las rutas Azul y Roja, al noroeste del campo, observó a un grupo de mujeres armadas y niños cargando munición, desplazándose lentamente por la ruta Roja (paralela a la trinchera) y que se detuvo a unos 100 m. de la patrulla.
Enseguida detectó a una compañía del Viet Cong avanzando de norte a sur por la ruta Azul, que se detuvo a unos 50 m. de su posición. Tres Viets se dirigieron al grupo de civiles. La patrulla aprovechó para dirigir todas sus granadas Claymore sobre la ruta Azul. Por fin, continuó su marcha la compañía guerrillera. Cuando su grueso se encontraba a unos 6 m. de la patrulla, ésta detonó sus Claymore y arrojó granadas de mano, dispersando finalmente al resto de los Viets con el fuego de sus M-16.
Al oír las explosiones el coronel Bowie ordenó regresar a Hibbs. En su camino de regreso, la patrulla alcanzó la retaguardia de otra compañía enemiga, desplegada ya para atacar. La patrulla atacó al enemigo de revés y cruzó su despliegue, desbaratándolo totalmente. Hibbs murió intentando recuperar con su sargento a un rezagado herido. Antes de caer definitivamente, herido varias veces, destruyó sus dispositivos de visión nocturna. Le fue concedida la Medalla de Honor del Congreso.
La patrulla de la compañía A operaba al sur del campo. Pronto fue totalmente rodeada por columnas del Viet Cong, que ignoraron su presencia y que se dirigían hacia el batallón americano. La patrulla se pegó al final de un pelotón enemigo, para ir acercándose al perímetro. Ya cerca de éste, se abrió inicialmente paso disparando y lanzando granadas sobre los guerrilleros cercanos, deslizándose hacia el campamento.
Bowie retiró la patrulla C. Hacia las 07:00 el batallón estaba casi al completo ocupando sus posiciones de defensa.
La detección oportuna de la intención enemiga, la dislocación prematura de parte de su despliegue, el preciso apoyo por el fuego y las posiciones defensivas en profundidad del batallón fueron decisivas. Hacia las 12:00 el ataque enemigo, a cargo del 272 regimiento de infantería del Viet Cong, reforzado por un batallón de armas pesadas en subordinación de guerra, se había desvanecido con gravísimas pérdidas.

El 28 de agosto de 2003 la brigada de infantería española asumió el mando del sector con sede en Diwaniya, como parte de la  división hispano polaca, desplegada en el centro sur de Iraq. Diwaniya, ciudad de unos 100 mil habitantes, es la capital de la provincia de Al-Qadisiya.
Apenas llegado al poder en abril de 2004, una de las primeras órdenes del presidente Rodríguez fue la retirada de las fuerzas españolas de Iraq. Creo que la siguiente fue conceder la Gran Cruz del Mérito Militar al ministro de Defensa, por dicha operación. La vergüenza de su familia hizo renunciar a Bono a dicha condecoración. El 21 de mayo se traspasó oficialmente el mando de los cuarteles España, Al-Andalus y Santo Domingo en Diwaniya a las fuerzas norteamericanas.
El mando norteamericano inició ese mes de abril una ofensiva en la zona contra el llamado Ejército del Mahdi (el guiado por Alá) del imam chií (un simple clérigo sin galones) Muqtada al-Sadr (véase nuestro artículo “Iraq hoy, de donde viene a donde va” en el nº 35 de War Heat) y solicitó la ayuda activa española. Al no tener nuestras fuerzas un mandato para participar en ella, la continuidad de su misión en la reconstrucción y estabilización de Iraq quedaba en precario indefinidamente.
La situación se había deteriorado tanto que el gobernador iraquí de Al-Qadisiya, más extensa que Extremadura y con unos 800 mil habitantes, acababa de desertar y formó una banda de unos 40 seguidores, para hacer valer sus derechos de señor de la guerra.
Las instalaciones de Diwaniya, donde se alojaban nuestros mil y pico hombres, quedaron convertidas en un remedo de Fort Apache. Porque los rebeldes iraquíes no suelen apreciar esas sutilezas de “estoy aquí, pero no te ataco” o “soy blanco, rico y llevo casco Kevlar, pero no soy yanqui”. Eramos un blanco fácil y cómodo de su furia y de su odio a una democracia no islámica y a los cristianos vencedores ocupantes.
Durante más de un mes los rebeldes chiíes realizan un hostigamiento permanente de nuestros cuarteles, tremendamente defendidos (sensores, fosos, alambradas y fortificaciones) contra las bombas de los suicidas islamistas. Pero ocurre que esos suicidas, que son fanáticos iluminados pero no tontos, atacan a grupos de enemigos no protegidos suficientemente, buscando como pasaporte al Jardín de las Huríes, llevarse el mayor número posible de enemigos muertos o mutilados. No hubo ni un intento suicida contra nosotros.
La mayoría de los días de espera hasta la retirada, nuestros acuartelamientos fueron hostigados con fuego automático de armas ligeras y granadas de mortero, con una media de 10 granadas por ataque. Con el fin de alejar el origen del fuego indirecto, nuestras fuerzas realizaron ataques de objetivo limitado, expulsando los morteros irregulares hasta el otro lado del río. En los encuentros y emboscadas sufridos, dimos muerte a unos 20 rebeldes. Nosotros sufrimos una docena de heridos en todo el proceso y murieron varios colaboradores árabes. No tenemos noticias de que el batallón chií de la defensa iraquí que estuvimos entrenando, y cuyo coronel pidiera formalmente que no nos fuéramos, nos apoyara en la defensa.

Algunas posibles misiones de lucha correctas para esta defensa

El centro de gravedad de la defensa activa de las posiciones militares fijas reside en la observación y el control de las vías de aproximación. Que en zona rural puede ser un campo semi inundado de arroz; en terreno rugoso, una línea de altura por debajo de la cresta militar; en zona urbana, las calles que hacia a ellas se orientan, desde cierta distancia, y en una carretera, una cuneta. Todo ello adobado y complicado por el clima y la hora del día.
Las posiciones de observación y de lucha pueden constar desde la pareja de francotiradores hasta una sección reforzada (el platoon estadounidense), según las características del terreno y las intenciones y capacidades del enemigo. Aquéllas son al margen de la defensa perimetral y de las patrullas que la recorren, que constituyen parte de la defensa estática.
El enemigo suele explorar, al menos al principio y también en condiciones fluidas de lucha, por observación. Es importante localizar y eliminar estas posiciones de exploración. La observación paciente es el modo, teniendo en cuenta que si la exigencia es intensa, cada 30 minutos debe ser sustituido el observador, porque mira, pero ya no ve.
Si existen medios adicionales para ello y como complemento, es muy necesario emplear el patrullaje enérgico (véase nuestro artículo citado en el nº 35 de War Heat) contra el enemigo, alejándose mucho más.
Una defensa pasiva, limitada a rechazar los ataques, con la iniciativa y la elección de los momentos en manos del enemigo, es casi lo más disolvente de la moral de combate que puede experimentar una tropa, al margen de una derrota. Que se lo pregunten a los franceses que guarnecían multitud de reductos y posiciones en Indochina antes de Dien Bien Fu y a los chinos nacionalistas hasta 1949.