La Estrategia de los EE. UU. en Afganistán.

Introducción.

En la etapa actual de la guerra de Afganistán, cuando los rebeldes fundamentalistas islamistas están extendiendo sus ramificaciones e influencias fuera de sus territorios habituales pashtunes y baluchis, los estadounidenses están discutiendo al más alto nivel sus objetivos estratégicos y operativos de esta ya larga campaña.

La estrategia nacional (llamada también “gran estrategia” hasta la década de los años treinta del pasado siglo) trata de la definición de los grandes objetivos de una guerra. En su consecución se incorporan todos los recursos del estado. Es decir, la economía, la diplomacia, la propia sociedad y los medios militares. La estrategia militar, como parte de aquélla, define los objetivos de un teatro de operaciones, de una campaña, y asigna los medios militares, generalmente escasos y aún poco suficientes, que recibe del estado para alcanzarlos.

La táctica se dedica a la preparación y a la realización óptima y favorable de los combates, frente a un enemigo que se opone por medios violentos al logro de los objetivos estratégicos propios. Entre ambos niveles de actuación militar, existe un “espacio de actividad” eminente y esencialmente práctico, llamado nivel operativo o estrategia operativa. Su misión es optimizar los empleos de las tácticas y de los medios disponibles en la campaña o el teatro de operaciones. Para ello, define y conceptualiza las marchas, las batallas, etc., es decir, tanto las operaciones militares como su correcta sucesión en tiempo y lugar, buscando el cumplimiento de los objetivos militares decisivos.

Uno de los problemas de la estrategia en Afganistán de los estadounidenses es que para ellos, el dinero es una cuestión estratégica secundaria, evidente y bastante fácil de dar. Y generalmente siempre ha sido así. En la II Guerra Mundial sufragaron en parte los esfuerzos de guerra de otras naciones aliadas. En IraK compraron clanes sunníes, con soldadas y contribuciones a fondo perdido, para alejarlos de Al-Qaida y de la rebelión promovida por el Partido Baaz y por los funcionarios y militares iraquíes despedidos en masa, sin más, por el incompetente Paul Bremer. En Vietnam apuntalaron durante años el régimen del Sur, incapaz de entusiasmar y arrastrar a su pueblo a la defensa firme y comprometida de un régimen libre nacionalista democrático (con todos sus defectos de gestación y parto), sobre el que pesó la incapacidad y la falta de probidad de sus políticos.

Otro de los problemas de la estrategia estadounidense en Afganistán es su repugnancia civil y nacional a pagar el “precio de sangre” necesario para actuar militarmente, con contundencia, decisión y eficacia en los niveles de sección, pelotón, equipo o team y hombre, en una guerra irregular. Precio de sangre que es inevitable en cualquier guerra. Y que es menor de lo que la “percepción sesgada por el temor” vaticina y amenaza. Porque tratándose de una “guerra de guerrillas” (le llaman ahora pomposamente de “cuarta generación” o asimétrica), contra rebeldes armados, el “precio de sangre” nunca será tan alto como en una guerra de tercera generación, contra un ejército moderno, tecnificado y mecanizado, que maneje bien la estrategia operativa.

Tampoco los estadounidenses tienen un compromiso permanente e indefinido, el marchamo del buen aliado, con el régimen político afgano. Que es un rompecabezas incoherente de intereses tribales y personales, aglutinado por el poder que hoy detentan y se reparten. Tampoco se puede “impregnar” en su totalidad y sin más, una democracia inorgánica occidental en un país musulmán con una estructura social antigua y firme, pero poco evolucionada. Sin principios y formas liberales en su idiosincrasia (esto no se adquiere con unas inyecciones de “liberalismo forte”) los dirigentes y jefes populares utilizarán los nuevos mecanismos de poder que se les ofrezcan para aumentar su influencia y beneficio, en la sociedad supuestamente moderna y libre, pero inarticulada. Aquí, el principio de fondo es que una democracia islámica (basada en la Umma, el Corán, la sunna del Profeta y la Sharia o el conjunto de leyes penales y civiles basadas en ellos) no es igual a una democracia liberal.

Un problema importante de la estrategia en Afganistán de los EE.UU. es su falta de cercanía y de compromiso con el pueblo afgano. Que percibe a los “extranjeros infieles armados” en su territorio, como algo temporal, relativo, ajeno, dañino y superpuesto a sus intereses y necesidades cotidianas, familiares, tribales, culturales y religiosas, por este orden. Solamente algunos británicos consiguieron, a título personal, ser aceptados, respetados y estimados por los pashtunes y baluchis. Era la época del Imperio de la India británica y de la ominosamente famosa Frontera del Noroeste, con Afganistán. En una etapa histórica lejana, cuyos acontecimientos discurrían a una menor velocidad que hoy en día, los “turnos de servicio” (“military tours of duty”) en ultramar duraban algunos años.

Entonces, con el tiempo, algunas figuras extranjeras, que verdaderamente se integraban y trabajaban en el ambiente tribal, consiguieron su inmersión personal con los pashtunes y baluchis. Eran individuos que exhibían las cualidades de sobriedad, resistencia, respeto, valentía, justicia y benevolencia, que el Pashtunwalli o código de conducta y honor de las tribus, apreciaba y promovía, a su estilo. Y que actuaron generalmente como oficiales de las fuerzas indígenas de infantería ligera. Que fueron reclutadas al oeste del valle del Indo, en las estribaciones de las cadenas montañosas fronterizas. Y que se empleaban por los británicos para contener a las tribus más indómitas o belicosas en sus zonas tribales. O para castigarlas con incursiones punitivas y exacciones de multas, por sus desmanes o abusos, que realizaban generalmente fuera de aquéllas. Las soldadas percibidas por estos pashtunes movilizados suponían: unos ingresos importantes para sus tribus, dada su economía de subsistencia o de rapiña, y un status social privilegiado para ellos, en sus familias y clanes. La lealtad de estos pashtunes a su uniforme y a sus jefes británicos fue constante y ejemplar.

Un problema no menor de la estrategia de los EE.UU. en Afganistán es que carecen de un “liderazgo socio militar proyectado”, de una figura dirigente que les ofrezca iniciativa, esfuerzo, sudor y lágrimas para defender por unos años decisivos, una causa que sea aceptada por la mayoría del pueblo estadounidense. No olvidemos que se actuó en Afganistán para derrocar al régimen reaccionario, retrógrado e hiperintegrista, que daba cobijo, amparo y apoyo a la cúpula intelectual e inspiradora de Al-Qaida: el árabe internacionalista islámico Bin Laden, su especie de “consejero delegado”, el médico egipcio Al-Zawahiri, y su “Corte” del terror contra Occidente y contra la mayoría de los regímenes islámicos establecidos. Y que la doctrina Bush estableció, quizás sin ser explicada bien ni aceptada  popularmente, que esas “asymmetrical wars” (irregulares y con bajo nivel de equipamiento militar) se sostenían y eran necesarias, para alejar de los territorios estadounidense y de sus aliados, las amenazas del terrorismo foráneo fundamentalista de cualquier origen, religión o ideología.

La Situación Actual.

Según definió el “New York Times” a mediados de Octubre pasado, el “resident pessimism”, en relación con la guerra en Afganistán, se ha asentado en la Casa Blanca y en el Consejo Nacional de Defensa. Quiere decir algo así como un “pesimismo duradero” para evaluar y decidir la estrategia de los EE.UU. en Afgannistán.

El general de ejército Stanley McChrystal, al mando de las fuerzas en el teatro de operaciones, en un informe de 66 páginas presentado en Septiembre pasado, reclamaba al menos unos 40 mil soldados más, para poder ir imponiéndose al enemigo en armas. La cúpula del Pentágono apoya este refuerzo. Sin embargo, otras personas o agencias estadounidenses suponen que será necesario incrementar las fuerzas en presencia en dicho teatro hasta casi el doble de las actuales. Es decir, sólo podrían ir controlando y venciendo a los insurgentes, si desde los 68 mil hombres actuales pasan a contar con unos 130 mil y en el plazo de un año.

Para ello hay que considerar las necesidades logísticas de un ejército moderno, muy tecnificado, equipado y mecanizado, como el estadounidense. Que se concretan y satisfacen con un flujo constante de equipos, repuestos, consumibles, armamentos, municiones, combustibles, vehículos, hombres y unidades militares. Logística que es soportada por una red de almacenes regionales y locales y una flota de vehículos pesados de larga distancia y ligeros de reparto, hasta los puntos de recogida de las pequeñas unidades. La capacidad de las infraestructuras de Afganistán no puede sostener un despliegue logístico de tantos hombres en un plazo de sólo 9 meses (listos para la próxima campaña primavera verano, cuando las operaciones vuelven a retomarse).

El enviado especial del presidente Obama para la evaluación de la situación en Afganistán, Richard Hollbrooke, ha señalado en un informe que existe actualmente el peligro de disponer de “medios militares insuficientes” en la montañosa zona de la frontera afgano pakistaní. Esto quiere decir que las “zonas bases madres” de los talibanes y de Al-Qaida estarían en esta etapa poco acosadas militarmente. Y con capacidad libre para extender su actividad hacia el norte de Afganistán.

El influyente vicepresidente Joseph Biden no es partidario de incrementar las fuerzas, sino de seleccionar y diferenciar los objetivos militares insurgentes. Así, mediante las diferentes fuerzas especiales terrestres, internándose en “long range combat patrols”, los aviones no tripulados y los bombardeos selectivos con bombas guiadas, atacar a las guerrillas de Al-Qaida en las zonas montañosas pashtunes al este y sureste de Afganistán. Si el problema fuese sólo militar (por tratarse de unas bandas de narcotraficantes o de ladrones) y si las células de Al-Qaida no fueran miscibles con los grupos talibanes, en cuanto a apoyos, información, logística y blancos de oportunidad, esta estrategia selectiva y constreñida tendría un “chance”.

Resulta interesante considerar que Joe Biden fue elegido por Barack Obama para su “ticket electoral”, por sus conocimientos y experiencia en política internacional. Algo que es muy apreciado y necesario en un país, en el que tradicionalmente el público en general mira más y se preocupa del propio ombligo nacional. Hasta hace poco tiempo, Biden era considerado un “halcón” del Partido Demócrata y era defensor en el Senado de una mayor implicación de los EE.UU. en Afganistán.

Rahm Emanuel, el jefe del Gabinete de Obama, algo así como el ministro Secretario del Presidente, apoya las ideas de Joe Biden. Y piensa que un incremento de las fuerzas militares en Afganistán puede llevarlas (a ellas) a un callejón sin salida operativo, como el caso de Vietnam.

Por su parte, los Secretarios de Defensa Robert Gates y de Estado Hillary Clinton mantienen una postura común, creemos que más realista y pragmática y con posibilidades, al menos sobre el papel. Ambos Secretarios defienden la necesidad de mantener la lucha contra la insurgencia y de insistir en la formación y el despliegue de las fuerzas armadas afganas, para luchar contra los talibanes. Al mismo tiempo, proponen incrementar la persecución de los grupos de Al-Qaida en el teatro AfPak, como llaman a esta zona geoestratégica, contando, por tanto, con la ayuda del ejército paquistaní en su país.

¿Qué pasará, por fin? Espero que el inteligente y asiduo lector tenga ya elementos de juicio para verlo. Su interés le debe llevar a complementar este trabajo con la lectura de «Operaciones en Afganistán y Pakistán». Y cuando pueda, descenderé al estudio directo de las tácticas y técnicas de contrainsurgencia que se pueden emplear aquí. Que no digan que les faltan recursos. Los alemanes, en su lucha contra los partisanos soviéticos, sí que estaban faltos de hombres y recursos. Pero mantuvieron la iniciativa y la agresividad contra los partisanos. Y pudieron garantizar desde su retaguardia hacia el Reich, en ambos sentidos, el flujo necesario de hombres y materiales para sostener su esfuerzo de guerra contra los medios casi inagotables de la URSS.

La Legítima Defensa

Introducción General.

La legítima defensa es un tema bivalente. A la luz del ordenamiento jurídico parece definido. Pero, cuando pasamos a la casuística y a los casos prácticos, la aplicación de la legítima defensa es imprecisa, correosa y, quizás, desconcertante.

Y, en los momentos en que la integridad personal o el patrimonio están amenazados por un rapiñador violento, la reacción defensiva debe estar dirigida por la claridad mental, el coraje moral, la contundencia y la rapidez. Los psicólogos hablan del bloqueo de la mente consciente, racional, en esos casos, dando paso a la mente instintiva. Pero que puede ser modulada por un entrenamiento genérico, ya que las posibilidades prácticas son innumerables.

Se dice que la reacción al atacante debe ser proporcional al daño o perjuicio que aquél busque. Y a las armas o medios que utilice o emplee en su enfrentamiento con nosotros. Pero, como todo lo que se quiere precisar en exceso, por agentes fuera del contexto práctico y que eluden la integración de la compleja psicología humana en sus planteamientos, la aplicación encubre y deja por explicar numerosas probabilidades.

¿Qué hacer si el atacante lleva un arma escondida? ¿Aparecer primero e inerme, echándole de casa? ¿La apariencia externa del atacante, exhibe claramente sus intenciones, entrenamientos y capacidades? Porque, ya hay que tener osadía y agresividad sobrantes (¿es una psicopatología?) para internarse en una casa ajena a robar, mutilar, secuestrar, dañando siempre.

Ya se sabe que, si claramente huye, no se le debe atacar, pero, si va armado con un bastón, ¿puede marcharse con todo lo que quiera?

¿Quién exhibe mayor potencia y eficacia de ataque, un joven fogueado en la rapiña con un palo de 1,2 m., un anciano con una escopeta de caza o un señor sedentario con un cuchillo de cocina? Está claro que los mayores necesitan medios más amenazadores y contundentes para la defensa. Pero, ¿dónde está precisado esto? Los atacantes están más familiarizados con sus métodos y armas, pero los atacados no se suelen entrenar para la defensa. Y se actúa según se entrena, en los momentos amenazadores e inesperados de gran tensión. ¿Cómo valoran los juristas esto?

Ya me gustaría que algunos juristas lúcidos nos explicaran con casos prácticos, cómo se debe reaccionar, siguiendo su ejemplo.

También parecido es el tema de la legítima defensa de una sociedad, a la luz de la moral que tradicionalmente tenemos en Europa y América.

Tenemos aún vivo el caso de los piratas somalíes, El ser teóricamente pobres, ¿les da derecho a expoliar a los demás? ¿No son todos ellos los responsables últimos de que Somalía sea un estado sin organización, ni orden? Se ha dicho que no tenemos actualmente una legislación que permita perseguir a los piratas en aguas internacionales o nacionales (de ellos), pues, ¿por qué los abogados del Estado y los legisladores no confeccionan y aprueban las leyes que nos permitan defendernos eficazmente? Los que deseen ampliar el tema pueden leer nuestro artículo “Los Piratas Somalíes”.

Antecedentes Sociales y Religiosos de la Legítima Defensa, desde los Orígenes Judaicos en el Antiguo Testamento.

Después de dar a Moisés las tablas de la Ley en el monte Sinaí, el Señor Dios inspira en Levítico, Números y Deuteronomio lo que podríamos llamar el “reglamento” de la Ley de Dios, de los Mandamientos.

Veamos qué dice Deuteronomio 20, 1 al 20 resumido. En lo que podemos considerar la “ley teocrática de la guerra judía”:

Cuando salgas a hacer la guerra contra tus enemigos y veas los caballos y carros de un pueblo más numeroso que tú, no tengas miedo, pues tu Dios, el que te sacó de Egipto, está contigo. Cuando vayáis a entablar combate, se adelantará el sacerdote y hablará así al ejército: “…Hoy vais a pelear contra vuestros enemigos; no temáis, no tembléis…, porque vuestro Dios va delante de vosotros para combatir contra vuestros enemigos y daros la victoria”.

Luego los jefes dirán al pueblo: “…el que tenga compromiso de matrimonio y no se halla casado aún, que se vuelva a su casa, no sea que muera en el combate y otro tome su mujer; el que tenga miedo y se acobarde, que se vuelva a su casa, para que no contagie la cobardía a sus hermanos”. Al terminar de hablar al pueblo, se colocarán a su cabeza los jefes.

Cuando te acerques a una ciudad para atacarla, le brindarás primero la paz. Si la acepta y te abre sus puertas, toda su población será hecha tributaria y te servirá. Si rechaza la paz, la asediarás. Tu Dios te la entregará y pasarás a cuchillo a todos sus varones. Las mujeres, los niños, los ganados y lo que haya en la ciudad, lo tomarás contigo y disfrutarás del botín de tus enemigos que tu Dios te haya dado.

Esto lo harás con las ciudades que están muy distantes (en Siria, en la Transjordania) y no pertenecen a estas naciones (de Palestina, nombre de la tierra de los filisteos, los hombres de la mar). En cuanto a las ciudades de estas naciones que tu Dios te da como heredad, no dejarás en ella con vida a nada de cuanto respira; darás al anatema esos pueblos, a los jeteos, amorreos, cananeos, fereceos, jeveos y jebuseos, como tu Dios te ha mandado, para que no aprendáis a imitar las abominaciones a que esas gentes se entregan para con sus dioses y no pequéis contra vuestro Dios”.

El Señor más bien prohibió la muerte del inocente, o sea, el asesinato, la muerte injusta. Alguien alteró el sentido del “no matarás al inocente”…

Predicaba Juan el Bautista en el Jordán un bautismo con agua, de penitencia, preparando el camino de las almas hacia el Señor, que llegaba a redimirlas. “Le preguntaban unos soldados, ¿y nosotros qué hemos de hacer? Les contestó: “No extorsionéis a nadie, ni denunciéis falsamente y contentaos con vuestra paga” San Lucas 3, 14.

El Bautista (que tanto fustigó en público a Herodes por estar en concubinato con Herodías, la mujer de su hermano, extremo que le llevó a ser degollado) no le pidió a las tropas que dejaran las armas y se dispersaran o se dedicaran a acciones humanitarias tipo “Mari Complacientes”. Las Fuerzas Armadas no son ONGs, al servicio de misiones exóticas, caprichosas o filantrópicas. Entre otras cosas, porque sus costosos y especializados medios, a cargo de la sociedad, estarían así muy mal utilizados productivamente. Les dijo que se comportaran con honradez en su oficio de dislocar legalmente la capacidad de combate de los enemigos de la patria. Y esto en una tierra hambrienta de paz social, que hervía de indignación contra los romanos, por su impiedad y paganismo. Donde los zelotes, guerrilleros rurales o rebeldes armados (Barrabas podría ser uno de ellos) eran héroes del pueblo.

Estaba próxima su última Pascua y Jesús subió a Jerusalén. Se encontró el atrio del Templo con tratantes de bueyes, ovejas y palomas y cambistas de monedas sentados. Hizo un azote de cuerdas y los echó a todos del Templo, con las ovejas y los bueyes, tiró las monedas de los cambistas y volcó sus mesas. A los vendedores de palomas les dijo: “Quitad esto de aquí; no hagáis de la casa de mi padre una cueva de ladrones”. Sus discípulos recordaron lo escrito: “El celo de tu casa me devora” San Juan 2, 13 a 17.

El Señor, como hombre, también tiene la pasión de la ira, pero la controla y la ordena al bien. El pecado es el desorden, la injusticia y el desborde

Estaban interrogando a Jesús ante Anás y los testigos incurrían en contradicción, disolviéndose las acusaciones. “Anás le preguntó entonces sobre sus discípulos y su doctrina. Jesús le respondió: “Siempre he hablado públicamente en la sinagoga, en el Templo, donde se reúnen los judíos. ¿Por qué me preguntas a mí? Pregunta a los que me han oído, qué es lo que he dicho”. Al decir esto, uno de los guardias presentes dio una bofetada a Jesús diciendo: ¿Así respondes al Sumo Sacerdote? Jesús le contestó: “Si he hablado mal, demuéstramelo; y si he hablado bien, ¿por qué me pegas?” San Juan 18, 19 a 23. La palabra oportuna es más fuerte que los puños: el sayón se quedó callado y Anás, el viejo cacique, tuvo que enviar a Jesús ante Caifás, su yerno, que era el Sumo Sacerdote aquél año, para que empezara de nuevo.

Es curioso que el Señor, cuyo cuerpo terminó totalmente tumefacto y desfigurado, privado hasta del último quantum de energía vital y cuyo corazón derramó hasta la última gota de sangre, cuyos tormentos todos los asumió pacientemente, respondiera tan contundentemente a un simple golpe en la mejilla…

Contra la bobería, la complacencia injusta y la debilidad propia, nos advierte Jesús: “No deis vuestras perlas a los cerdos, no sean que pisoteándolas se revuelvan contra vosotros y os destrocen” San Mateo 7, 6.

La Iglesia Católica no perdona, no da el sacramento de la reconciliación, cuya materia son los pecados del penitente, si éste no tiene propósito de la reparación del daño causado. Cualquier reserva mental del propósito haría inválido el sacramento y a los pecados del penitente se añadiría un sacrilegio. La reparación del daño causado es devolver el dinero robado y sus intereses o compensar suficientemente a la familia o al interesado por un asesinato, una mutilación, una violación, un secuestro, un falso testimonio ante el juez, una calumnia propagada.

Dios no perdona gratuitamente. No en balde clama la sabiduría popular, “si en el séptimo no hay rebaja (en la restitución debida para el perdón), ya puede Nuestro Señor llenar el cielo de paja”.

¿Podemos ver un ejemplo de lo que dice, tomado ahora de la Historia?

La Iglesia predica hoy en día la paz, el amor a todos y condena la guerra. Como hizo en dos veces cuando la “Operación Asalto” de Irak. Eso quiere decir “storm”, además de tormenta. Que es lo que han querido leer los Mari Complejines y los pseudo progres.

Pero,según y cómo. Cuando ha detentado el poder político y se ha sentido amenazada por un poder igual o superior, claro que las armas le han servido de mucho a la Iglesia. Y ha hecho bien en ese uso, no ya en su abuso.

Dos pinceladas significativas y una nota final:

En 1209 llegan los ejércitos cruzados, promovidos por el Papa Inocencio III, a las puertas de la ciudad de Beziers. Ésta estaba en poder de los cátaros (del griego katharos, que significa «puro») o albigenses (topónimo de Albi, una de sus muchas ciudades). Era una herejía naturista muy persistente en la época. Los cátaros despreciaban la materia y el cuerpo humano (de ahí la supuesta “pureza” espiritual) y, por tanto, a su Creador. Uno de los predicadores contra la misma fue Santo Domingo de Guzmán.

El ejército era tan poderoso que la toma de la plaza era segura. Los jefes de las tropas le plantean a Simón de Monfort, legado pontificio y jefe supremo de la expedición: “En la ciudad hay muchos cristianos fieles. Cuando la tomemos, ¿cómo los distinguiremos de los herejes?” Monfort fue muy claro: “Matadlos a todos. El Señor sabrá distinguir a los suyos”. Más de 20 mil hombres, mujeres y niños fueron pasados a cuchillo tras la ocupación.

Si no e vero e ben trovato”. Si no es cierto, está muy bien traído. Hagamos la crítica. Algunos autores atribuyen a Arnaud Amaury, el jefe militar, buen cura cisterciense, esas palabras. La población de Beziers rondaba las 15 mil almas y los refugiados con cabida en ella, que huían de la “limpieza espiritual” (hoy quizás le llamaríamos el rodillo militar) de los cruzados, no podían ser muchos más de 5 mil. La toma trajo un baño de sangre imponente, narrado por algunos testigos. Y lo que parece claro es que ninguno de los jefes hizo por prevenirlo o impedirlo. Decir que una tropa aguerrida y bendecida como cruzada, hace lo que le da la gana y mata sin órdenes (ojo, no es saqueo, en él la mano se va un poquitín) y, por tanto, sin responsabilidad de aquéllos, es absurdo y ofensivo para la razón.

Veamos el caso de Lepanto.

El expansionismo y el poderío de la Sublime Puerta eran evidentes: Por el mar era un vecino incómodo y rapiñero del Mediterráneo occidental cristiano. Por tierra ocupaba los Balcanes y amenazaba con engullirse parte del antiguo Imperio Romano Germánico de Occidente. El único hombre que vio clara la situación creada por el peligro turco, desde el primer momento, fue el papa San Pío V. Hasta el mismo Felipe II de las Españas tardó mucho en convencerse de la necesidad de afrontar el peligro de frente y de asestar a los turcos un golpe importante, sin existir previamente una directa provocación turca o un “casus belli”. Las capitulaciones para constituir la Liga Santa con España y Venecia se demorarían hasta el 25 de mayo de 1571, debido a la disparidad de intereses y proyectos. Francia se desmarcó de ella, muy terrenalmente, por su envidia y odio a la supremacía española. Vamos, que le dio la pataleta de la mezquindad y la cortedad de miras a la católica Francia. Por fin, la escuadra española estuvo ya preparada el 5 de septiembre. El 29 de agosto de 1571, el obispo Odescalco, legado pontificio, llegó a Mesina. Y dio la bendición apostólica y concedió las indulgencias de cruzada y el jubileo extraordinario a toda los hombres de la armada cristiana. El 15 de septiembre, Don Juan de Austria ordenó la salida de la flota aliada hacia los mares turcos. Y el 26 fondeó en Corfú, mientras una flotilla exploraba la zona.

El caso es que Lepanto quedaba a la entrada del golfo de Corinto, en pleno territorio de viejo dominio otomano. El Papa había autorizado un ataque preventivo, ante la convicción moral de la continuidad de las intenciones agresivas y expansionistas turcas. Pío XII escribió también sobre la recta moralidad de estos ataques preventivos en 1950; pero no he encontrado el texto en la Biblioteca Vaticana.

El domingo 7 de octubre por la tarde, el Papa departía con un grupo de cardenales en su despacho. De pronto, suavemente arrebatado, salió al balcón. Allí recibió la “visión intelectual” del triunfo cristiano en Lepanto. El Papa había ordenado que se rezase fervorosamente el Rosario por todas las tierras cristianas. Pidiendo la intercesión de la Virgen María, por el triunfo cristiano. En agradecimiento, el Papa instituyó el 7 de octubre como fiesta dedicada a la Virgen del Rosario.

Ante las continuas bravatas de Nasser y todos los preparativos bélicos de los países árabes que lo circundaban en un cinturón de hierro, ¿qué hubiese sido de Israel, si en junio de 1967 no hubiese atacado preventivamente a la aviación árabe en tierra, garantizándose así la supremacía aérea en la llamada Guerra de los Seis Días?

La Guerra Psicológica contra los Talibanes, al-Qaida y los Insurrectos Chiíes II.

Y Sus Aplicaciones en Afganistán e Irak. Final.

Algunas aplicaciones prácticas de la guerra psicológica para la defensa de Afganistán e Irak.
   
¿Qué dice el Noble Corán sobre la guerra universal planteada por al-Qaida, de una forma especial y directa en Afganistán e Irak?

Capítulo (Sura), 4, versículo (aleya) 33“…Oh, creyentes…no os matéis a vosotros mismos…”. Aquí prohibe el suicidio. 

Sura 2, aleya 10 “Cuando se les dice: No cometáis desórdenes (voz que define los crímenes) en la Tierra, ellos responden: Lejos de eso, introducimos en ella el buen orden (el bien)”.

Sura 2, aleya 11 “¡Ay!, cometen desórdenes, pero no lo comprenden”.

Sura 28, aleya 77 “Al igual que Alá hace el bien, haced también vosotros el bien y no fomentéis la corrupción (el mal)” (asesinato de inocentes, de musulmanes y de gentes que os ayuda, daños innecesarios de las cosas, etc.)

Sura 49, aleya 9 “Si dos bandos de creyentes luchan entre sí, reconciliadlos. Pero si uno de ellos abusa del otro, combatid al que haya abusado, hasta que retorne al orden de Alá. Y si lo hace, arreglad las cosas entre ellos con justicia. Es cierto que Alá ama a los equitativos”.

Sura 2, aleya 100 “Nosotros no abrogamos ningún versículo de este libro, ni haremos borrar uno solo de tu memoria, sin reemplazarlo por otro igual o mejor”. Prescindimos de la sunna o tradiciones del Profeta (sus hechos y dichos religioso políticos), porque hay discrepancias en aceptarlas, según sus fuentes y las variantes del Islam. Aunque no nos resistimos a presentar un hadiz (comentario recogido por sus discípulos) suyo de la última época: “Es más útil para la Umma la tinta de los sabios, que la sangre de los mártires”.

¿Cuáles son las características operativas de los agentes de al–Qaida? 1) Su brutalidad innecesaria e indiscriminada, que los descalifica ante su religión. 2) La ausencia absoluta de ulemas y muftíes venerables y piadosos a su lado. Los ulemas y muftíes son los doctores de la Ley islámica. No hay propiamente teólogos, porque Alá es inmarcesible, inasequible e incomprensible para el hombre. 3) Su gran descentralización operativa por la universalidad de la Umma, que trasciende la idea de nación o raza, y que les dificulta conseguir objetivos estratégicos. 4) Su fracaso en incorporarse activa y firmemente a un grupo social amplio, que dé cobertura e impulso permanente a su movimiento. 5) Los activistas más alienados se suelen ir aislando progresivamente de la sociedad (al menos, emocional e ideológicamente), aunque “vivan” dentro de ella. Ello en aras de sus métodos violentos, a los que sacrifican todo por la eficacia. 6) Su afán de publicidad, con el que Occidente colabora insensible, necio y gustoso, diseminando a los cuatro vientos sus sangrientos hechos. 7) Su objetivo general de golpear a casi cualquier estado, puesto que el califato radical y agresivo de dar el-Islam (las tierras donde el Islam domina políticamente) no existe hoy en día.

A veces, las prisas por formar nuevas tropas llevan a un entrenamiento deficiente o incompleto de éstas. No están entonces vacunadas contra la tensión, especialmente aquí la mental, ni contra la frustración de los planes no cumplidos o de las sorpresas ingratas. Esto lleva casi inevitablemente a descargar la rabia y la impotencia enervantes en la población civil, siempre entremezclada voluntaria o coactivamente con los insurrectos. También es inadmisible que se someta intermitentemente a la presión militar de uno y otro bando a las poblaciones civiles locales, exigiéndoles una lealtad que no les ofrece seguridad. Y emplear guardias de seguridad privados en una guerra contrainsurgencia es casi desastroso. Estos elementos, como no tienen la obligación de morir por su patria, ni Irak lo es, actúan como una policía carísima y conflictiva y con una desorbitada superioridad de medios. Los abusos contra la población civil son siempre contraproducentes en una lucha contrainsurgencia y más en una rebelión propia interna. Recordemos, aquéllos añaden muchos puntos de moral social a los enemigos. Que habrá que restarles inevitablemente luego con trabajo, dinero, tiempo y paciencia. Y quizás la sangre de los soldados, la otra pinza de esta guerra.

Con toda la amplia información expuesta hasta ahora, es posible elaborar infinidad de tabloides, panfletos, publicaciones y varias clases de comunicaciones orales para su uso en la guerra psicológica. En ellos se desarrollarán ampliamente los puntos de vista y los avances del gobierno de Afganistán e Irak y de sus aliados desplazados a esa zona geoestratégica. Veamos una clasificación no exhaustiva, ni tajante, de aquéllos, en función de su intención. Por razones obvias, tampoco seremos demasiado extensos en la exposición.

Propaganda aclaratoria: explicar las intenciones del gobierno y sus aliados, las mejoras en la custodia y el tratamiento de los rebeldes capturados, los progresos continuos realizados en el comercio, los servicios, el suministro de energías, etc.; aclarar que la Yihad es realmente un tipo de esfuerzo personal en el camino de Alá y el esfuerzo armado o de sangre, una excepción, después de los primeros siglos de expansión del Islam naciente.

Propaganda de división o divisional: señalando los objetivos ambiguos buscados por algunos grupos rebeldes; destacando la falta de integridad o de compromiso con los problemas populares, de algunos mandos rebeldes; indicando los fines contra Irak y la desobediencia del Noble Corán de los agentes de al-Qaida; contando que, si los muertos occidentales por al-Qaida se cuentan por miles, los musulmanes asesinados por ella se cuentan por muchas decenas de miles.

Propaganda inquietante: planteando dudas sobre la capacidad operativa militar de las bandas rebeldes; perfilando, sin concretar fechas ni el orden de los objetivos, los planes militares de pacificación, con la exuberancia de medios a su disposición, del gobierno y sus aliados; exponiendo los sufrimientos infringidos a los pueblos iraquí y paquistaní y a los numerosos desplazados internos y exiliados.

Propaganda subversiva: indicar la enemistad real con Alá, comprometiendo su acceso al Jardín de las Huríes, de los agentes asesinos suicidas, generalmente extranjeros fanáticos desviados y, a veces, ni siquiera árabes; plantear dudas acerca de la rectitud o la legitimidad de la causa de muchos grupos rebeldes; mostrar la traición o el desprecio a los intereses de Irak y de Afganistán de los cabecillas que los cometan.

Por otra parte, que Mr. Bush diga que golpear metódicamente en la cabeza a los prisioneros o sofocarlos, sin ahogarlos del todo, son técnicas suaves y admisibles de interrogatorio, sólo delata la catadura primitiva y brutal de algunos de los personajillos que gobiernaba. El más endurecido y juramentado miembro de Al-Qaida no soportará simplemente que lo envuelvan en una hermosa piel de cerdo. Su religión es formal, no hay libre albedrío. Y esa acción «per se» lo vuelve impuro ante Alá y lo priva del Jardín de las Huríes. Hemos atacado con éxito su aparentemente inexpugnable baluarte de moral, seguridad y convinción. Lo privamos del premio que, gracias a nuestra sangre, tenía al alcance hasta esos momentos. Y siguiendo sus propias premisas y creencias. Que aquí sólo describimos, y que respetamos y no criticamos. La responsabilidad subjetiva surge en el cristianismo, cuando esa religión, asiática en su origen, alcanza Grecia, con su imponente cuerpo de doctrina ético filosófica. Y lo absorbe e incorpora a la presentación del Evangelio, lejos de las supersticiones e interpretaciones personales sesgadas. En la guerra convencional o irregular, las posiciones e ideas morales y sociales enemigas pueden ser atacadas, defendidas, asediadas, destruidas, etc., igual que los objetivos militares tácticos o estratégicos. Sólo que de otro modo y con otros medios, muy poco tenidos en cuenta generalmente. Y, mucho menos, conocidos.

Es muy importante conocer los efectos de las acciones de la guerra psicológica. El interrogatorio de enemigos presos es una fuente inapreciable de información, al igual que los documentos y materiales capturados al enemigo. Las técnicas de interrogatorio son en la guerra psicológica efectiva, limpias y no invasivas. Además, un hombre aterrorizado, herido, conmocionado, humillado sólo puede aportar errores o imprecisiones e incluso delirios o falsedades, con tal de que lo dejen en paz. Esta retroalimentación va a permitirnos ir adaptando, seleccionando y perfeccionando el material psicológico para su empleo eficaz y duradero. Un buen panfleto, una buena divulgación o exposición, hacen más que 10 mediocres. Y saber cómo va evolucionando “el objetivo”, tras nuestros combates exitosos y las acciones de la guerra psicológica.

Particularidades de los talibanes afganos y pakistaníes 

La asociación de los radicalismos sociales y religiosos de las milicias talibanes, con los «localismos» de las tribus pashtunes está haciendo un gran daño social y cultural a este amplio grupo étnico. Los severos «valores» que imponen los talibanes son ajenos a los pashtunes y van en contra del Pashtunwali, su código de virtudes y de honor social. El Pashtunwali define y establece los derechos y deberes individuales y los del individuo para con su colectividad: familias, clanes y tribus. La música tribal ha desaparecido de todos los lugares donde la presencia talibán lo ha podido imponer. El 27 de abril de 2009 los talibanes asesinaron en Peshawar a la popular cantante Ayman Udas. Su visión de la sharia es sesgada, radical, expedita y brutal: recientemente han aparecido en video las imágenes de la ejecución de una pareja de supuestos adúlteros y de la flagelación de una muchacha, que había salido sola de su casa. La sharia la forman el conjunto de leyes civiles, penales y procesales, basadas directamente en el Corán y en la sunna del Profeta. Como los musulmanes carecen de una doctrina común y canónica, sino que ésta es definida por los ulemas y muftíes en virtud de su formación y según las áreas, el rigor y la extensión de la sharia son variables.

También ese mes atacaron el santuario de Pir Baba, a unos 100 Km. de Islamabad. Aquí atentaron contra el mausoleo del más destacado poeta en lengua pashtun, el sufí pakistaní Rahman Baba. Los sufíes forman una cofradía, una variante práctica del Islam sunní, no necesariamente herética o excluyente. Y buscan principalmente un acercamiento más individual, directo y místico a Allah.

Llamamos virtudes a las «bondades y cualidades» humanas de referencia, apreciadas y valoradas permanentemente por las sociedades y los grupos humanos. Las virtudes humanas son muy estables en el tiempo. Los valores son las «cualidades y bondades» humanas, estimadas de forma temporal y/o local por algunas sociedades o grupos humanos. Y, principalmente, en virtud de su idiosincrasia, condiciones de vida y presiones recibidas desde el exterior. Los valores culturales y sociales suelen ir evolucionando con las contingencias, los desplazamientos y las fortunas de las sociedades humanas.

Los talibanes también han atacado las bases de la autoridad racial pashtun. Las asambleas de notables de las tribus (las jirgas), su verdadero poder central, son desautorizadas por aquéllos. También están perdiendo poder, autoridad y competencia, los lashkars. Éstos son las partidas armadas de las tribus, destinadas al cumplimiento de las decisiones de las jirgas, a proteger las zonas tribales de las amenazas exteriores y a protagonizar sus correrías foráneas, en busca de venganza o de botín.

¿Cuáles son algunas de las razones de que una parte del pueblo les siga? En amplias zonas de estos países la propiedad de la tierra está en manos de los cargos políticos o administrativos y el sistema judicial está plagado de defectos y corrupción. Sabemos que los talibanes no predican levantar el Jardín de las Huríes en la Tierra. Ninguna religión o ideología lo hace. Incluso el comunismo posponía indefinidamente la formación y la llegada del «hombre nuevo». Pero las ofertas de cambio, de mejor reparto de las riquezas, de un cierto grado de «justicia», de más acción y efectividad en las instituciones, constituyen parte de la atracción de estos visionarios. En unas tierras donde las desigualdades, la escasez, la falta de oportunidades para la mayoría, la desesperación profunda e interna, han sido características habituales.

¿A qué están jugando los talibanes? A apropiarse el poder, todo el poder, en las zonas pashtunes suficientemente controladas por ellos. Y lo hacen mediante y para: sus milicias (la coacción) y sus asambleas locales o «soviets» de sus imames (presiden las oraciones canónicas y realizan las lecturas del Corán en las mezquitas) y supuestos ulemas o doctores de la ley (la dirección y la decisión). Estos elementos son los que ejercen el mando, la autoridad y la soberanía en esta especie de teocracia islámica primigenia revolucionaria armada (llamémosle la TIPRA).

El supuesto carácter ortodoxo e indiscutible, que se atribuyen los talibanes, les lleva a la purificación violenta y despiadada de las costumbres y de la cultura de sus paisanos. Los talibanes son una «interpretación» islámica de los excesos prácticos (la revolución todo lo justifica) y genocidas (hay que crear al hombre nuevo, aunque sea liquidando todo rastro del antiguo) de Pol Pot, su camarilla dirigente y sus tarados esbirros del Khemer (quiere decir Camboya) Rojo. Los talibanes son siempre aliados de al-Qaida. Con la que comparten medios, territorios, refugios e inteligencia. Únicamente no comparten el poder y el control locales.

Cuando las ideologías son mesiánicas (salvadoras), totalitarias (alcanzando todos los ámbitos del hombre) y absolutas, ortodoxas y excluyentes (están en posesión de la Verdad y fuera de ellas no hay solución, ni esperanza), tienden, en circunstancias favorables para ello, a imponerse a los hombres. No a convencerlos y convertirlos. Y usando para ello fría y metódicamente la coacción, el atropello y la fuerza moral y física. Para crear, según los casos, terror, sumisión, delación e insuperable conformismo. Esta acción social incansable y proselitista, su general sobriedad de costumbres, la dirección firme y la confianza que tienen en sus actos, imprime una dinámica y un ejemplo especiales a su actuación. Que atrae a sus filas a los desfavorecidos, los olvidados, los desesperados, los excluidos, los maltratados. Los cuales estarán siempre y abundantemente entre nosotros, en toda época y lugar.

 

 

 

 

  

   

    

  

 

 

 

 

La Guerra Psicológica contra los Talibanes, Al-Qaida y los Insurrectos Chiíes.

Sus Aplicaciones en Afganistán e Irak. Primera Parte.

El brigadier estadounidense Bonner F. Fellers explicaba que “la guerra psicológica debía ir al mismo paso de los ejércitos vencedores”. En efecto, la razón de ser de todo el aparato militar en la guerra psicológica es exacerbar la desmoralización enemiga, que acompaña inevitablemente a sus derrotas mayores y menores. El efecto debe ser algo así como echar sal en las heridas abiertas por nuestros combatientes. Y, para ir ganando “los corazones y las mentes” de los iraquíes, es necesario primero no ser el perdedor en el terreno militar. Toca ahora abordar la contribución de una forma más incruenta, sutil y profunda a la victoria de las autoridades afganas e iraquíes.

Aparición, desarrollo y características de la guerra psicológica. Su empleo en la guerra irregular.

A comienzos del siglo XVI las ideas “reformistas y heréticas” del sacerdote agustino Martín Lutero se propagaron incontrolablemernte por el centro y el norte de Europa, con la ayuda de la imprenta. El origen de la palabra propaganda surge durante la llamada Contra Reforma. Es una referencia a la propagación de la fe católica. Con los jesuitas en la vanguardia de esa tarea de catequización. Haciendo frente a las desviaciones de la ortodoxia preexistente, enseñadas por los luteranos, hugonotes, calvinistas, erasmistas, etc.
No es hasta la I Guerra Mundial cuando el término adquiere una significación negativa o peyorativa. Ésta se origina por la indignación popular hacia los esfuerzos sistemáticos de las potencias beligerantes en aquélla, para manipular en su favor las ideas y, con ello, las actitudes de todos, los neutrales, los enemigos y la población propia. Así, en los años 30 del pasado siglo, la propaganda “de guerra” o “nacional” evocaba en la mayoría de las personas la visión de fuerzas malévolas, que se antojaban extrañas y alienantes, intentando lavarles el cerebro. La necesidad surgida con el estallido de la II Guerra Mundial, de cooperar al esfuerzo de guerra total con todos los medios disponibles, ante un conflicto impuesto que amenazaba la supervivencia de las democracias, y los nuevos avance en los campos sociológicos y psicológicos durante el período de entreguerras, llevarán progresiva y firmemente a la aceptación por las naciones occidentales y sus fuerzas armadas de la aplicación de la guerra psicológica.
La propaganda maneja siempre informaciones básicas, esenciales, que son sencillas y simples por definición. Esto es debido a que su “objetivo” (el “snob”, “target”) es siempre amplio y numeroso: la población de un determinado país o región, o un colectivo extenso religiosa, económica, racial o socialmente diferente. Ellos son los que hay que informar, convencer y, según los casos, proteger.

La importancia de conocer la “población” a la cual va dirigida la guerra psicológica es incuestionable. Un principio de la guerra, definido ya por los autores chinos hacia el siglo IV antes de Cristo, exige conocer al enemigo, como premisa para presentarle o no combate, y ganarle en su caso. En el campo aliado en la II Guerra Mundial, tras los abrumadores éxitos iniciales japoneses hasta mediados de 1942, se tenía la extendida y falsa idea de que los soldados japoneses no se rendían y que eran impermeables e invulnerables a cualquier acción psicológica enemiga. Esto provocó que durante mucho tiempo, las fuerzas aliadas combatientes más bien toleraran, que apoyaran o promoviesen, la acción de las fuerzas del G-5, la sección del EEMM para la guerra psicológica. El conocimiento extendido que se tenía sobre los “diablos amarillos” no pasaba de su adhesión al ideal de “la muerte antes que el deshonor”, su leal fijación por el emperador, como autoridad suprema y símbolo de la nación, y el peso de un estigma generalizado y adquirido, por su felonía inicial en la guerra. Así, los primeros textos aliados de propaganda sólo provocaron la risa en sus lectores nipones.
La información es la exposición suficiente de hechos y opiniones (identificadas como tales), presentados al público para que éste deduzca sus propias conclusiones. La propaganda es una información persuasiva. Su diseño busca persuadir al “objetivo”, para que responda o reaccione favorable o desfavorablemente sobre un asunto o una idea determinados. Lo que distingue la información de la propaganda es la intención del comunicador, no el contenido o la calidad del mensaje. La propaganda no es intrínsecamente mala, desviada o falsa, ni puede ser un sinónimo de mentiras. Ya que las falsedades o las verdades a medias, que terminan descubriéndose rápidamente hoy en día, destruyen la credibilidad del mensaje y del comunicador y los propósitos buscados por la propaganda. 
Las guerras contra los irregulares armados son por naturaleza largas, dolorosas y difíciles. El carácter prolongado se origina de la necesidad de que una fuerza armada irregular “popular” rebelde, partiendo casi de la nada, se desarrolle, se extienda y se fortalezca suficientemente. Y consiga entonces derrotar moral o militarmente a un ejército regular propio o de ocupación. Las dificultades y los crueles males surgen por el elevado componente civil que participa en ellas. Son guerras localizadas en el patio de casa, en la retaguardia propia u ocupada. Grivas, en su “Plan general de la acción revolucionaria en Chipre” enseñaba, “no hay que creer que nosotros, mediante esta forma y procedimientos pretendamos una derrota material y total de las fuerzas inglesas en Chipre. Perseguimos más bien su derrota moral, hostilizándolos e intranquilizándolos de tal manera que, al final, obtengamos el objetivo de la lucha. Ésa fue hasta el final nuestra meta estratégica. El éxito se lo debemos al hecho de habernos aferrado firmemente a ella”. 
Si la fuerza la tiene el ejército y la no fuerza, los rebeldes, ¿cuál es el nutriente esencial que absorbe una parte y que pierde miserablemente la otra, a lo largo de mucho tiempo? La fuerza moral, la fuerza psicológica es el secreto del éxito en estos conflictos de baja intensidad militar. Que se libran realmente por parcelas, por objetivos, por “cuantos” de moral social. Cuya acumulación asola y destruye la capacidad armada del contrario. Esto también quiere decir que el proceso tiene dos sentidos, que es posible casi siempre revertirlo y aún ganarlo. Incluso a pesar de haber sido sorprendida por un estallido social merecido. Y la razón de esto es su lentitud extrema. De ahí la importancia de la guerra psicológica en la lucha contrainsurgente en Afganistán e Irak. Como la otra pinza imprescindible para cercar y rendir al enemigo en esta guerra irregular.   

Las premisas esenciales para la guerra psicológica en Asia Central. La explicación según su estructura social y sus características socio religiosas.

En Afganistán e Irak deben aplicarse siempre 4 parámetros o factores centrales y radicales en la guerra psicológica. Es necesario decir siempre la verdad. Es necesario abstenerse de criticar al Islam, a la fe nacional, en todas sus interpretaciones normales. Es necesario respetar las estructuras sociales de la nación, profundas en su idiosincrasia y esenciales para su convivencia. Es necesario destacar la amistad inquebrantable hacia los pueblos afganos e iraquíes de las fuerzas aliadas internacionales.
A través de la verdad se busca lograr, mantener y garantizar la credibilidad de la información transmitida, diseminada por la Coalición y por el gobierno y las fuerzas armadas y de policía locales. La propaganda contrainsurgente debe mantenerse fiable. Y esto se logra porque se adapta y es conforme con las experiencias diarias de los diferentes rebeldes talibanes o iraquíes, que las viven. En muchos casos, este parámetro o presupuesto de la verdad limitará o recortará qué es o cuánto es lo que los propagandistas militares pueden decir.  
En estos países, como en tantos estados musulmanes, el Islam es un factor principal de cohesión social e integridad nacional, independientemente de la rama islámica sunní o chií a la que se pertenezca. Y de la interpretación religiosa personal y más o menos sesgada que predique el imam de la mezquita, a la que se acuda regularmente. El Islam es, en su acepción más simple y popular, una fe sencilla, dotada de ritos externos y sociales muy definidos, y fácil de seguir y cumplir. Una democracia islámica se basa: En la Umma o comunidad religioso social. En el Corán o revelación directa de Allah. En la Sunna o la tradición del Profeta, sus hechos y dichos (hadices) recogidos por sus discípulos directos. Y en la Sharia o sus leyes derivadas civiles y penales, que estarán más o menos desarrolladas y aplicadas según los países.
Es necesario, por tanto, no  imputar a la religión musulmana lo que son fenómenos provocados por cambios sociales, intereses partidistas o, incluso, muy terrenos, y la voluntad de poder de algunos jefes y estados. A su vez, hay que considerar que sólo los islamistas radicales violentos esgrimen su interpretación del Islam como una solución excluyente a todos los problemas de su sociedad política o de la Umma. En esto, los europeos tienen una tendencia a considerar el Islam como un todo monolítico e inmutable en el tiempo. Por ejemplo, es necesario destacar al pueblo iraquí, la distinción entre los objetivos perversos de los jihadistas extranjeros y la rebelión interna de origen sunní o chií. Aquéllos están concentrados en los grupos semiautónomos de Al-Qaida, para quienes Irak es sólo un terreno propicio para sus matanzas indiscriminadas de iraquíes, buscando encender una guerra civil que lleve a la desmembración del país.
Por otro lado, la obediencia es una cualidad personal y social muy arraigada en las sociedades islámicas. Se obedece al jeque o jefe de las familias del clan en las cosas tocantes al orden social, se obedece al jefe familiar o padre en la familia y se obedece y acata la voluntad de Dios como gesto y rito vital en el Islam. Esta obediencia social es enriquecedora y protectora, no disolvente ni enfermiza por sí misma. Por ejemplo, en las madrasas, el Corán se aprende de memoria, por recitación continua a lo largo de los años de escolaridad. Puesto que es la Palabra de Dios descendida de junto a Alá, no hay interpretación ni crítica disolvente, sino obediencia y aplicación. Así, soportando la división de creencias y etnias en Afganistán e Irak, perdura muy arraigado y tenaz un complicado entramado de tribus y luego de clanes regionales y aún locales. Este, para nosotros, pintoresco conglomerado social es el que da el verdadero valor y sentido a las lealtades y a los intereses, siempre relativos y aún oportunistas, de los afganos e iraquíes. Por eso es costumbre incorporar en muchos casos al final del nombre, un topónimo que señale el lugar de nacimiento.
Las características jurídico sociales democráticas de expresión del pensamiento, libertad de movimientos, derecho al voto personal, libertad de comercio, derecho a la propiedad privada, protección de los menores, derechos femeninos, derecho a la justicia, obligación de pagar impuestos, servicio militar obligatorio, etc., podrán estar más o menos desarrolladas, protegidas y promovidas en una sociedad islámica. Pero deberán entreverarse, conjugarse, asociarse, estructurarse, comprometerse con las realidades socio político religiosas esbozadas apenas más arriba, para que funcionen. Nunca podrán imponerse desde afuera, como si se tratasen de la única forma legítima, que aquí resulta curiosamente radical y excluyente, que puede adoptar un “gobierno del pueblo”.
Ése fue uno de los dos errores garrafales de Paul Bremer, en Irak. Un ejemplo, los oficiales de la inteligencia militar trataron de llevar a cabo un trato con 19 subclanes de la tribu Dulaimi de la provincia al-Anbar, en el centro del triángulo sunní, para desarmarlas y que realizasen labores de vigilancia sobre el tránsito rebelde en su territorio. La contrapartida era un pago de $3 millones y el reconocimiento administrativo de la tribu. Bremer estropeó el cierre del trato, diciendo que “las tribus eran un vestigio del pasado, que no tenían cabida en el Irak democrático”. Sin embargo, por el contrario, ya desde noviembre de 2003 los baazistas exiliados y diferentes jefes de tribu o jeques han mantenido reuniones públicas mensualmente en el hotel Palacio Chan, de Damasco. Se suponía que eran para expresar la solidaridad contra la prolongada ocupación estadounidense. Pero también han servido para mantener reuniones de aquéllos con líderes de la insurgencia, planificar operaciones comunes y para la distribución de dinero. Por lo tanto, Afganitán e Irak no pueden ser democracias occidentales liberales inorgánicas. Donde apenas resiste aún algún valor moral o social. Frente a la todopoderosa avalancha asimétrica de las libertades individualizadas, consagradas como fuente de Derecho, sin la contraprestación jurídica de deberes sociales o personales.
Debemos tener presente siempre que todo el pueblo de Afganistán o de Irak son amigos y aliados. Y que sólo una parte de ellos presentan temporalmente intereses y objetivos divergentes, que buscan obtener por la dialéctica de la fuerza. Dichos objetivos no son antagónicos irresolubles con los nuestros. Porque gran parte de la insurgencia ataca a las fuerzas extranjeras de la coalición o a las de las autoridades afganas o iraquíes propias, porque en éstas ven indefinición o falsedad política, debilidad, parcialidad por algún bando opuesto, incapacidad, corrupción, indecisión y poco brío para la resolución de los problemas nacionales. Por ejemplo, el vacío de poder aglutinante y rector que dejaron Saddam Hussein, la estructura férrea del Baaz y su clientelismo omnipresente, con todo lo imperfecto, corrompido y cruel que fueran, no lo han llenado aún completamente las fuerzas nacionales iraquíes. Probablemente porque han aplicado un modelo injertado de estado liberal ajeno y espúreo, vacío de contenidos prácticos y alejado de la realidad social de Irak. En Afganistán partimos de que no contamos, ni siquiera, con los vestigios de una administración estatal respetada previa. 

LA ACCIÓN PARA TIEMPOS DE CRISIS

Presentaremos sucesivamente un «recorrido» por los tiempos de crisis que estamos viviendo. Que nos tienen desorientados, por no percibir claramente dónde está la salida o cómo superarlos. Daremos luego una lista de medidas asépticas, técnicas, para superar los tiempos de crisis económica. Unas pueden gustar más que otras. Algunos gobiernos débiles e incapaces, ni siquiera pueden considerar algunas.

Por último, tocaremos el aspecto humano, donde residen los valores y las virtudes del hombre. Creemos que los tiempos de crisis se han generado económicamente. Pero su duración y profundidad se debe al virus de la desconfianza entre los agentes económicos, y al del pesimismo y la astenia anímica. Que se han enquistado firmemente en los hombres, impidiendo su superación y salir reforzados y experimentados. La simple penicilina de la liquidez y un bajo valor del dinero no es condición suficiente para alcanzarlos en el interior del alma humana.

Causas, Orígenes y Mecanismos Económicos de la Crisis.

Los tiempos de crisis no se han presentado solos. ¿Se deben los tiempos de crisis a una deficiencia estructural del capitalismo moderno? Que se manifestaría periódicamente, nunca igual, y con más o menos fuerza y extensión en cada ciclo económico. El fallo del sistema lo producen las conductas desordenadas, egoístas y codiciosas o descuidadas y prevaricadoras de muchos empresarios y mandos de las sociedades.

Los culpables de los actuales tiempos de crisis son un número importante de banqueros de muchas naciones, junto con las autoridades de éstas. Su profesionalidad es dudosa, imperfecta e ineficaz. Son imprevisores, necios y ávidos y ciegos de dinero y poder. En una amalgama siniestra y delictiva, generada en un «caos nacido de sí mismo». Las autoridades son responsables de no haber establecido un marco de vigilancia y regulación del entramado financiero moderno, cada vez más sofisticado y complejo. Que sea adecuado a una actividad tan evidente, importante y vital para las economías modernas, como es la garantía razonable de los depósitos de los clientes y la generación del crédito bancario suficiente para la economía.

¿Necesitamos a un Gran Hermano financiero estatal?, otro mecanismo oficial pesado, costoso, lento, poco productivo. Realmente, no. La misión de los poderes públicos es establecer un marco o método de actuación financiero práctico, legal y moderno. Y los medios para su observación y la corrección de inevitables desviaciones, de manera continua, relativamente sencilla y ágil. Luego hay que dejar actuar a los «agentes» económicos, que somos todos, actuando como consumidores, empresarios, prestatarios, empleados, instituciones, etc., en los distintos «mercados» parciales: de crédito, de transportes, de abastos, de valores, etc. Y, ¿por qué tiene que ser el Estado?, porque es la institución que se supone debe controlar y regir las actividades comunes generales, en nombre de todos, y por encima de personas y entidades privadas.

La gestión bancaria es vital para cualquier economía moderna. ¿A alguien le gustaría que su dinero entregado en depósito a una institución financiera, sea prestado a un insolvente? Que sea cedido a uno sin patrimonio o nóminas y que difícilmente pueda devolver lo que recibe. Esa garantía de custodia, tan deseada por los depositantes, la dan los bancos autorizados. No los chiringuitos o los estafadores financieros. ¿Alguien necesita dinero para una inversión nueva o para aumentar su negocio? Ese dinero, recibido y reunido de muchos pequeños depositantes anónimos, se lo prestan los bancos. Con tal de que la actividad que propone pueda llegar a ser viable económicamente en un plazo razonable. ¿Alguien necesita dinero para un préstamo al consumo o para una hipoteca? El banco se lo presta, con tal de que sus ingresos futuros razonables le permitan hacer atender a los pagos sucesivos del préstamo y sus intereses, hasta su liquidación final. Esta intermediación bancaria suministra «medios de pago» a los agentes económicos que los necesitan, para permitir las «transacciones» económicas de una sociedad, facilitando e impulsando su funcionamiento, crecimiento y prosperidad.

La razón fundamental de la aparición de las hipotecas de difícil cobro en los EEUU fue la ruptura de la relación normal y continua entre el prestamista y el prestatario. Para poder crecer más, algunos bancos «titulizaron» parte de sus préstamos. Primero fue con los mejores préstamos, al menos en apariencia. Convirtieron en bonos o deuda a medio plazo, los préstamos que daban. Y cedieron esos bonos por dinero a otros bancos o instituciones financieras, con exceso de liquidez y ganas de invertir. Y, por tanto, dispuestos a pagar un poco más. Al ver lo fácil que parecía el proceso, donde todos ganaban y se encontraban con más medios de pago o inversión, se felicitaron de su inteligencia y habilidad.

El proceso aumentó y, sobre todo, se extendió, incluso allende los mares. A ello ayudaron, como no, los malabarismos de la ingeniería financiera. Y se degradó, al perderse la vigilancia y el control del prestatario, sobre cuyos pagos puntuales hasta la liquidación del préstamo, residían la viabilidad y la honestidad de la transacción «titulizada» y vendida. Y esos polvos contaminantes, trajeron estos barrizales económicos, que nos percuden a todos, en los que nadie sabe bien lo que vale ahora lo que compró o conserva en sus activos.

Luego tenemos las cajas de ahorros, también llamadas antes «montes de piedad». Su función, en una época en que los bancos eran los negocios de familias pudientes financieras, era ayudar a los menos favorecidos en sus periódicas necesidades económicas. Pronto los verdaderos pobres o inopes fueron desapareciendo. Ya casi todos tenemos un «patrimonio» o algo permanente que podemos perder. Surgen las cajas de ahorros, superpuestas al «negocio» filantrópico de los montes de piedad. La ausencia, muy relativa, de interés económico directo, las lleva a ser tuteladas y protegidas por los estados, las regiones y los municipios. Sus beneficios van destinados, en parte, a servicios y ayudas sociales de las comunidades donde están establecidas. Pero la presencia política en sus consejos de administración las contamina indefectiblemente. Son centros de poder económico que se comparten y reparten por las autoridades y los partidos. El negocio inmobiliario, que funciona últimamente a puro crédito (los «promotores» trabajan con dinero ajeno), es un flujo principal de ingresos para las administraciones públicas, por las recalificaciones de los suelos, de rústico o industrial a urbano (urbanizable), por los impuestos sobre la propiedad o IBI, etc. Y las cajas financian ampliamente el negocio inmobiliario. El problema es que lo hacen con los depósitos a la vista de sus clientes de pasivo (con vencimiento a corto plazo). Y que las inmobiliarias necesitan financiación a medio y largo plazo. Cuando las ventas de casas caen, y tenían que caer porque hay construidas más de 26 millones de viviendas en España, las inmobiliarias necesitan renegociar sus deudas, buscando demorar más aún en el tiempo los pagos parciales a las cajas. Y esta financiación asimétrica cruje, arrastrando a las cajas más imprudentes a una endeblez financiera muy preocupante.

Algunas medidas económicas para resolver la crisis.

Un problema es contener la inflación, que ahora aparece lejana y difusa. Es decir, que no suba el nivel general de precios. Éste incluye los costes de las energías, ahora depreciados. Pero también los de los alimentos y las tasas de los servicios públicos, mucho más alcistas, además son casi imposibles de sustituir por otros bienes o servicios privados. Y evitar que se desboquen las ambiciones y se tornen en desmedidas e injustas. Esto es como una dieta más o menos severa. Pero que promete salud y energía económica renovada.

Hay también que estimular la Economía y evitar su frenazo más o menos brusco. Su detención total llevaría a lo contrario: a la deflación. Pero el exceso de liquidez a muy bajo precio que están aplicando los bancos centrales de muchos países, parece que aleja el peligro de esta última.

Esta actuación múltiple, doble en sus fines, forma un par de opuestos complementarios, no antagónicos. Son como el sistema nervioso vegetativo: con el simpático y el parasimpático. O las dos riendas de un coche de caballos.

Damos algunas medidas posibles. Creemos que si el público ve un grupo armónico de actuaciones, impulsadas por el Estado, las aceptará en su conjunto, aunque alguna concreta perjudique temporalmente a un sector de la población.

El gasto público debería contenerse todo lo posible. Por ejemplo, recortando los funcionarios públicos o limitando los nuevos nombramientos y limitando las obras públicas nuevas a las estructuras directamente relacionadas con la producción de bienes, las comunicaciones o la educación. Un corolario de lo anterior sería buscar o mantener un suave superávit en los ingresos totales del Estado. El mismo podría emplearse para amortizar deuda pública nacional o externa, por ejemplo.

O para rebajar los impuestos a las empresas, situadas en la primera fila de creación de empleo y generación de riqueza. Y favoreciendo, según los casos, los sectores más creativos, modernos o que utilicen más mano de obra por unidad de producción.

Hay un problema del que nadie quiere tratar en España. Tenemos del orden de tres millones de funcionarios, pagados con nuestros impuestos. Hace 30 o 35 años había del orden de 1 millón largo de empleados públicos. Y eso que no tenían los avances de la informática y de la domótica que tenemos hoy. Tenían que trabajar más a mano y dedicarle más tiempo a las labores burocráticas. Actualmente somos unos 10 millones más de habitantes y tenemos más del doble de funcionarios. Los partidos no hablan de esto, por los votos que suponen ellos y sus familias y porque los mandatarios también son funcionarios. Y los ciudadanos (votantes) no lo comentan, ni discuten, se achantan y pagan y pagan. Más de un tercio de la vida laboral, los dedicamos a sostener un Estado, que no es precisamente un administrador sobrio, honesto, creativo y eficiente.

Las subidas generalizadas de sueldos y pensiones deberían estar contenidas. El quid es no permitir jamás una espiral equívoca de subidas sucesivas de precios y salarios. Aquí tienen que dar ejemplo social los salarios más altos (ejecutivos, altos cargos públicos, pilotos civiles, rentas personales del capital).

Es necesario dar una formación adecuada a los parados más jóvenes, procedentes de sectores en crisis, para que puedan ser ocupados en otras labores. El cobro de los subsidios de paro estaría ligado a recibir esta formación, al menos con interés y, deseablemente, con aprovechamiento.

El Estado debe fomentar la investigación y el desarrollo generales. Y favorecer que las empresas realicen la investigación y el desarrollo específico de sus distintos sectores productivos.

Es necesario que el Estado aborde seriamente el problema de la compleja intermediación comercial y la logística de muchos productos de gran consumo. Las cuales encarecen indebida y casi inevitablemente (porque ahí están sus diversos «escalones») los costes de aquéllos al consumidor final, debido a unas estructuras pesadas y excesivas.

Las cualidades y calidades personales como fuerza anímica decisiva para resolver los tiempos de crisis y salir fortalecidos.

La verdadera, profunda y eficaz acción en tiempos de crisis procede de las personas, que, además, somos los auténticos agentes económicos.

Tras las medidas de liquidez y valor del dinero ya tomadas profusamente desde septiembre de 2008, ¿por qué no funciona el sistema económico según su capacidad? En 2001 y 2002 incluso las condiciones de flujo de dinero a los bancos y su coste eran algo peores.

Porque está restringida la acción de los agentes económicos.

En parte financieramente, porque el dinero no se da tan fácil y alegremente. Está volviendo rápidamente la mala costumbre de los bancos de querer cobrar los préstamos de todo tipo y darlos con una cierta seguridad.

El sistema aún necesita y debe producir más purgas para la eliminación de los otros agentes incompetentes, corruptos o botarates.

Y también es necesario restablecer la confianza de los agentes económicos entre ellos. Si pido un préstamo y me entrampo un tiempo, obligándome a un esfuerzo superior laboral, financiero y síquico, será porque veo oportunidades razonables de trabajo o de inversión. Y porque tengo la natural ambición de prosperar y crecer.

Esta confianza es un parámetro anímico, no se mide por en monedas y no se intercambia o transmuta con la ambición. Su verdadero motor serán la ilusión y el entusiasmo. Sin ilusión y entusiasmo no se pueden emprender ni realizar empresas de provecho. El entusiasmo es una fuerza del espíritu, que vence a la entropía moral e ideológica generada casi inevitablemente en las sociedades (es el conjunto del decaimiento y la molicie espirituales), iluminada por una «ilusión razonable».

De la crisis económica mundial hay que salir apoyados en nuestros valores y virtudes. Éstas son las «bondades y cualidades» humanas de referencia, apreciadas y valoradas permanentemente por las sociedades y los grupos humanos. Las virtudes humanas son muy estables en el tiempo. Los valores son las «cualidades y bondades» humanas, estimadas de forma temporal y/o local por algunas sociedades o grupos humanos, y, principalmente, en virtud de su idiosincrasia, condiciones de vida y presiones recibidas desde el exterior. Los valores culturales y sociales suelen ir evolucionando con las contingencias, los desplazamientos y las fortunas de las sociedades humanas.

Las virtudes son aportadas principalmente por las religiones más elaboradas, y por los discursos de Cicerón y los Diálogos de Platón, dentro de nuestra extensa cultura occidental. Podemos citar las principales y evidentes, sin buscar ser exhaustivos, embebidas en el alma humana:

Aprecio de la familia, el clan, la tribu, la amistad y los forasteros amables y curiosos que llegan a nuestro entorno. Es el entorno vital que nos sustenta y es soportado por todos, nuestro humus social.

Necesidad de punición de las conductas que se aparten suficientemente de las normas sociales, para evitar la venganza desordenada, disuadir a los posibles contraventores, satisfacer las injurias y los daños y reformar las conductas erradas.

Aprecio del respeto y del culto a la divinidad, como reconocimiento del Ser Necesario que nos crea, nos sostiene y, en algunos casos, nos ayuda. Esto se concreta según la educación, la cultura y el ambiente social vividos.

Valoración de los distintos deberes a cumplir como contrapartida necesaria, vital y social de los varios derechos a recibir. Valoración de la sobriedad, el esfuerzo, el ahorro, el compromiso, el estudio o la formación y el trabajo como factores y parámetros necesarios para la consecución progresiva de los objetivos personales y colectivos humanos.

Son nuestros valores y virtudes reconocidos, retomados y reafirmados, los que verdaderamente nos darán la fuerza y la ilusión para superar estos tiempos de crisis.

Y no olvidemos la función esencial de mando, gestión, impulso y ejemplo de los mandos sociales (lo prefiero a líderes) de todo tipo, presentes en los hogares las escuelas, las iglesias, los partidos políticos, los sindicatos, los centros de trabajo, las asociaciones en general, etc. Ya que son los núcleos de la actividad colectiva de la sociedad. En los tiempos de crisis deben actuar mucho más desde el ejemplo. Los valores y las virtudes no pueden verse como algo artificial y remoto, sin conexión real con un código práctico, vivido y conocido. Tienen que ser percibidos y aceptados por los ciudadanos con ejemplos reales que puedan seguirse. No con imposiciones de códigos y reglamentos fríos, dictados desde la cúspide moral e intelectual de la sociedad.

 

 

 

 

  

   

    

  

 

 

 

 

LA DEFENSA DE GAZA.

¿Cómo será la defensa de Gaza por los milicianos de Hamás? ¿Por qué tarda el Tsahal en iniciar su ataque terrestre? ¿Cuáles son los inconvenientes y las oportunidades que presenta la defensa de Gaza, en una zona urbana? ¿Existen mejores posuibilidades militares para Hamás que su lucha numantina en la defensa de Gaza?

La defensa de los islamistas radicales en la Franja de Gaza.

No es fácil utilizar y defender unas zonas de rechazo urbanas. Su empleo implica unas elevadas exigencias a los combatientes islamistas: Una motivación suficiente, que les anime a tomar la vía de las armas y a arriesgar su vida por su causa. Que les aplaque y racionalice el miedo inevitable a la lucha armada a las distancias cercanas con un enemigo superior, hasta que la veteranía les brinde nuevos impulsos. Un buen entrenamiento en la lucha de infantería, que les dé oficio y confianza. Una lograda cooperación entre las pequeñas unidades que las guarnecen, que les garantice una cohesión sin fisuras en su tenue y magro despliegue y que permita y facilite la conducción y la realización de sus planes. Unos nervios templados por todo lo anterior, que les acostumbre a luchar en solitario o en grupos pequeños, resistiéndose a huir ante la implacable amenaza del fuego pesado directo e indirecto israelí.

A toda esta tensión “profesional” que soortan estos combatientes irregulares, se une la tensión creada por una lucha civil feroz. Que ellos mantienen, por voluntad suya, entremezclados con sus familias inermes y sus hogares, que resultan igualmente amenazados y agredidos. Por todo ello, entre las dos decenas de miles de rebeldes armados, no más del 20 % de ellos pueden en estos momentos utilizar eficazmente esta forma de lucha defensiva.   

Estos enemigos irregulares urbanos se protegen extendiendo sus posiciones defensivas más allá de lo necesario en una defensa convencional, cubriendo así una mayor superficie ocupada. En la zona de defensa establecen puntos de retardo, más o menos reforzados. Éstos protegen las posiciones más críticas de la zona, incorporan al rechazo los edificios con estructura de acero, especialmente resistentes, y forman trampas de fuego para el enemigo que irrumpe. Aunque pocos edificios de esa clase existen en el estrujado y maltratado Hamastán. Los nidos de resistencia tienen en la zona de Gaza más importancia, dado que: la ocupación de la zona de defensa es más tenue, las posiciones no pueden fortificarse demasiado para no destacarlas al Tsahal, las vistas son más cortas y existen numerosas vías de aproximación. Dependen de los puntos de retardo y a ellos se repliegan si son invadidos o destruidos. Existen numerosas posiciones alternativas o de recambio, más de lo habitual en esta forma de lucha. Esto permite engañar al Tsahal sobre el límite anterior de la posición de defensa, su verdadera extensión, los límites de los sectores que la forman, el interés del mando rebelde de la zona en cuanto a su defensa y dispersar el fuego pesado aéreo y terrestre del atacante. En los bordes de las zonas urbanas no establecen esas posiciones fijas. Aquéllos son ocupados por avanzadas de combate cuya misión es recibir a los posibles exploradores u observadores civiles, prevenir sorpresas y engañar sobre el trazado de la zona defensiva. Los ocupantes de las avanzadas de combate, distribuidos en parejas de centinelas y alguna patrulla móvil muy pequeña, se repliegan en su momento hacia los puntos de retardo más interiores.

Estas “fortalezas” urbanas de Hamás son difusas, ocultas y aún imperceptibles para los extraños. En muy pocas horas se ocupan y se refuerzan las obras previas. Sus vías de comunicación protegidas necesitan más tiempo de trabajo, pero también son menos evidentes. Hay que entrar en las casas para detectar paredes perforadas y encontrar pasadizos bajo un mueble o una alfombra. Sus posiciones de fuego no son complejas. Necesitan unos sectores de tiro entrecruzados, una protección inmediata contra la irrupción enemiga en masa o de comandos, unas cubiertas contra el fuego pesado normal y un ocultamiento suficiente, que las encubra de las vistas desde las posiciones enemigas probables sucesivas y sus avenidas de aproximación. Los obstáculos y las minas, incluso falsos en cierto porcentaje y siempre a distancia para no delatarlas, servirán para romper el ataque enemigo y para brindarles blancos más estáticos, por ejemplo para los morteros, que deberán tener registrado su fuego. La propia destrucción que genera el amplio soporte no preciso por el fuego pesado del Tsahal, refuerza las posiciones de combate rebeldes, rodeándolas de cascotes que dividen y dificultan los accesos israelíes, salvo cuando son alcanzadas por un impacto directo. Para operar esta estructura defensiva los milicianos tienen preparados numerosos y estrechos túneles, trincheras de arrastre y boquetes en tapias y paredes interiores de los edificios. De tal manera que, ocultos de las vistas, les permitan ocupar las posiciones de combate y de observación deseadas, defenderlas más o menos tiempo o no, trasladarse entre ellas y reforzar las más amenazadas o presionadas.

Los milicianos de Hamás van a procurar alcanzar desde el frente, con tiradores aislados o en parejas, preferiblemente armados con el fusil de precisión SVD, a enemigos individuales y a pequeños grupos y atacar de flanco o de  revés a las unidades enemigas que se internan en su zona defensiva, que ya están disgregadas en pelotones o escuadras con uno o dos vehículos blindados de apoyo de fuego. Aquellas comunicaciones preparadas citadas les permiten aparecer, siempre en pequeño número, detrás o al lado de esas unidades, mientras se detienen, se reagrupan, piden o reciben instrucciones, o deciden por dónde avanzar. Y erosionarlas, causándoles algunas bajas. Por ejemplo, desde un sótano o un piso, por un hueco irregular en una tapia, debajo de un vehículo aparcado o destruido, donde emerge un estrecho túnel con la boca cubierta y disimulada. En esas posiciones lanzan algún cohete RPG-7V o varias ráfagas cortas, siempre apuntando, de la ametralladora ligera RPK de cargador largo o la obsoleta, pero omnipresente entre las guerrillas, RPD de cinta. Los patios interiores de las casas les sirven para colocar los morteros, que constituyen su único “fuego pesado” de combate, protegidos desde una posición de infantería. Los dispararán con los ángulos máximos sobre las concentraciones militares abundantes, recrecidas y siempre excesivas. El mortero habitual es el ruso de 82 mm. moderno M-1937. Unas posiciones semejantes, protegidas por el entorno de las casas y los patios interiores, rodeadas de habitantes inocentes e inermes, son los que utilizan para lanzar tercamente sus cohetes de vuelo libre, los Kassam y los iraníes, más modernos y con más alcance y que reciben desmontados, sobre las poblaciones israelíes cercanas al norte de la franja de Gaza.

Aquí que los israelíes presenten tres veces más hombres (en medios la proporción debe ser de 20 a 1) no les favorece ni les facilita la labor. Sino que le brinda al acosado defensor más blancos para poder emplear su exiguo poder de fuego. Sobre todo porque, en un momento dado, es pequeña la proporción de atacantes que están poniendo en apuros verdaderos a los defensores.  

El momento crucial para la defensa ocurrirá cuando el jefe del sector decida evacuarlo, tras haber detenido a las fuerzas terrestres del Tsahal por algún tiempo. Procurando causarle las pérdidas más elevadas posibles. Pero sin exponerse excesivamente: a una lucha a las distancias cortas con fuerzas mejor entrenadas y equipadas, a ser desbordado, o a perder su libertad de acción. Esto va ligado inexorablemente a la cesión de espacio a los israelíes. Para ello se sustraen los islamistas, en un momento oportuno, por ejemplo, en la noche o en una tregua, al ataque directo de su enemigo. No a su bombardeo o cañoneo extensivo, que siempre es impreciso y costoso. Los milicianos de Hamás tienen suficientes túneles de salida dirigidos hacia edificios no muy cercanos (muchas veces oficiales e incluso respetables (mezquitas), oficinas, empresas, algunas viviendas) o cauces secos (wadis), matorrales, poco evidentes, en el escaso despoblado de Gaza. Desde donde se puedan dispersar por la superficie, en muy pequeños grupos, hacia posiciones amigas de acogida, en los primeros momentos. La protección de la evacuación es vital y las dos entradas de estos túneles, en ambos sentidos, están cubiertas siempre por nidos de resistencia, que llevan a cabo una defensa rígida en el tiempo.

Algunas conclusiones tácticas y operativas para esta lucha de defensa.

La defensa terrestre de Gaza es muy difícil de sostener en el tiempo. La franja carece de espacio geográfico para poder establecer una defensa flexible escalonada en profundidad. Esto es necesario para darle potencia, solidez, continuidad y apoyo a la lucha de rechazo.

Por otra parte, el abastecimiento externo de armas, municiones y equipo militar a Hamás está estrangulado por Israel. Que ha bombardeado con precisión la zona de túneles de comunicación en torno a Rafah, al sur de la franja, que cruzaban subrepticiamente la frontera con Egipto. Para garantizar el sellado de ésta, el Tsahal ha establecido, al menos, dos “cerrojos” ocupados con infantería mecanizada y tanques, en torno a Netzarim y Tel Katifa y transversalmente en la franja, que impiden prácticamente el tránsito (tráfico es mercadeo) de equipamiento militar procedente de Egipto.

La estructura “militar” de Hamás se asienta socialmente en los clanes locales palestinos. Su unidad táctica superior suele ser un “batallón” reforzado de alrededor de medio millar de hombres, por darle un “nombre” práctico. En sus unidades escogidas, Hamás procura que la formación, el entrenamiento y el equipamiento de los infantes sean homogéneos. El mutuo apoyo de los sectores de la defensa durante un ataque israelí, es así difícil y precario. Es más difícil aún realizar contraataques, que no contrachoques sectoriales, sobre las penetraciones terrestres israelíes contra la franja de Gaza.

Aquéllas atacarán siguiendo 2 o 3 direcciones diferentes y convergentes. Buscando dispersar el fuego de rechazo palestino, perturbar la conducción de la defensa por su mando y romper la coherencia y consistencia del conjunto de la posición. Con un primer asalto, lo más inesperado posible, sobre el borde de las poblaciones, para conseguir unas posiciones de partida y apoyo ya en su interior. Para continuar luego su difícil trabajo de avance y limpieza sistemático. Hay dos brigadas israelíes imprescindibles en esta operación: la Givati y la Golani. La primera cuenta con pequeñas unidades entrenadas para el ataque con objetivo limitado en zonas urbanas. La Golani es famosa por su lucha contra los tanques sirios en la guerra del Yom Kipur de 1973, bloqueando el paso de aquéllos a través de los Altos del Golán, que hubiera supuesto la irrupción enemiga en las llanuras de Galilea, y formando parte de una fuerza táctica de armas combinadas del Tsahal. La Golani cuenta con 4 o 5 batallones bien entrenados para la guerra urbana, en campos de entrenamiento muy similares a las poblaciones palestinas.

Hamás, en su lucha desesperada, va a buscar la grave erosión enemiga, Israel es muy sensible a la pérdida de hombres, en los numerosos microcombates aislados que ocurrirán durante la irrupción y el avance israelíes. Pero sin poder dar una trascendencia táctica, ni mucho menos operativa, a su esfuerzo militar.

Lo mejor que puede hacer Hamás ahora es abandonar este combate numantino, sin esperanza militar. En aras de proteger a su pueblo y prepararse para otra mejor ocasión. Donde, su «esfuerzo de sangre en la senda de Allah», éste es el sentido de la “yihad” militar, sea más productivo tanto táctica como operativamente. Por otro lado, si Hamás consigue no perder este combate asimétrico, las posibilidades de supervivencia de un gobierno de al-Fatah (Abu Mazen) habrán disminuido muchísimo, y también en Cisjordania. Ésta puede ser la baza política que Hamás está jugando, mientras camina temerariamente por el afilado borde de una navaja.       


              

OPERACIONES MILITARES EN AFGANISTÁN Y PAKISTÁN.

Anunciamos la publicación en unos días del artículo Operaciones Militares en Afganistán y Pakistán.

Este artículo trata sobre cómo se están desarrollando las operaciones militares contra los talibán y las bandas semiautónomas de Al-Qaida en esos dos países.

Pero en Operaciones Militares en Afganistán y Pakistán vamos más allá. Se analiza también la idiosincrasia y la cultura de las tribus pashtunes (o patanes, que suena peor) que viven en las zonas limítrofes de la frontera común entre Pakistán y Afganistán. Se describe su geografía pobre e inhóspita que determina también, junto con un Islam sencillo, pero rígido, aquellas citadas.

Y se describe una aproximación a la lucha eficaz contrainsurgente en ambos países. A cargo de unidades mixtas de fuerzas militares foráneas y nacionales, capaces de luchar con las numerosas, débiles, escurridizas y siempre presentes bandas rebeldes de los talibán y Al-Qaida en la lejana FRONTERA DEL NOROESTE. Como llamaron los británicos a estas tierras indómitas, duras, sobrias y guerreras.

El artículo Operaciones Militares en Afganistán y Pakistán ya lo tenemos publicado en Inglés.  

¡¿ UN MERCADO IRRACIONAL?!

A diferencia de un mercado sano, ¿cómo se comporta un mercado irracional? Los precios de las materias primas, especialmente el petróleo, y de las acciones o participaciones en las empresas, ¿se están formando en un mercado irracional? Es curioso señalar, que las caídas más abruptas, que las diferencias más acusadas entre precio y valor real se están formando en los mercados más especulativos, menos maduros, menos seguros jurídicamente, más débiles financiera o socialmente. ¿Es así un mercado irracional?

Introducción.

Desde primeros de octubre, estamos asistiendo a una abrupta caída del valor de los activos de renta variable en todos los mercados del mundo: desde Nueva York hasta Tokio, pasando por Europa y los llamados mercados emergentes. Éstos parecían relativamente inmunes a esas depreciaciones, iniciadas a primeros de 2008, pero ya se han incorporado tarde e intensamente a las mismas. La cercanía amenazadora de la crisis bancaria mundial, ha afectado con bríos inusitados al desplome de sus bolsas y a la huida de los inversores foráneos, alterando unas economías más sensibles y frágiles .

El mercado libre, sus características y propiedades y su funcionamiento.

El mercado en general es el encuentro efectivo de los agentes económicos, que somos todos los ciudadanos, como instituciones, empleados, consumidores, empresas, pensionistas, etc., para realizar las transacciones económicas. El mercado como filosofía, como institución económica, como idea, se concreta y materializa en los numerosos mercados especializados activos: de trabajo, de crédito, de abastos, lonjas y tiendas, de servicios, de acciones y bonos, de transportes de larga y corta distancias, etc. En cada mercado los agentes se dividen en compradores, prestatarios, pujadores, empleados, etc. y vendedores, prestamistas, asentadores, empresarios, etc.
El dinero es el medio de pago aceptado que permite subdividir el “valor” o coste de los bienes y servicios, en un número adecuado y manejable de unidades y subunidades. De manera que, referido a él, los precios, medidos en múltiplos y submúltiplos de la unidad monetaria, sean más precisos y aceptables, que las relaciones de valor que permiten establecer los trueques. Ésta es una de las principales funciones del dinero. Y, por eso, ocurren las reclamaciones para su aumento (liquidez) en estos momentos de crisis económica y bancaria. Realmente el dinero está ahí, no se ha ido, ni se ha esfumado. Si el dinero se disipara o se corrompiera, sin más, como el humo o las semillas, no podría ser dinero. Lo que ocurre es que no circula como debiera, no facilita las transacciones; está detenido, bien guardado o atesorado, esperando tiempos económicos más benignos y despejados. Por ejemplo, ni el hierro ni los diamantes, con valores específicos extremos, valen como dinero. El hierro se oxida y su valor unitario es tan poco que su transporte y exhibición serían unos problemas. Los diamantes tienen un valor que no es proporcional a su peso, sino al cuadrado o algo más del mismo. Así, uno grandote vale alrededor del doble de todos sus pedazos juntos.
La economía tradicional presupone que los agentes actuantes están absolutamente informados de sus posibilidades de selección de bienes, que compran y venden racionalmente, que no actúan influenciados por sus emociones o sentimientos, etc. Esto ocurre como la ley fisicoquímica de los gases ideales, que considera que las moléculas que los forman, carecen de volumen o peso apreciables y que no interactúan en su comportamiento aparentemente errrático. Ésta fue la manera que tuvo la Economía de acercarse en sus orígenes a la Ciencia. Trasladando sus planteamientos, asumiendo y adaptando las fórmulas simplificadoras establecidas en los primeros momentos de las investigaciones científicas empíricas. Los agentes económicos actúan en los mercados por aproximación, por tanteos sucesivos. Buscando más, en general, realizar la transacción aceptable, que lograr continuas “oportunidades” o conseguir “ganar el último duro”. Si una transacción supone una ventaja adecuada para las dos partes, generalmente se acepta.

¿Cuáles son los factores operativos que intervienen en la creación y en el funcionamiento correcto de los mercados?

Veamos una lista suficiente, pero no exhaustiva, de ellos. Con ella tendremos otra idea del mercado. La que dan sus cualidades o necesidades.

La proximidad y accesibilidad de los agentes a aquéllos.
La ganancia económica, la utilidad o la eficacia que ofrecen el bien o servicio y su remuneración.
La existencia de una logística eficaz, lo menos compleja posible (esto puede encarecer innecesaria e inevitablemente, porque ahí están, la intermediación), que entregue en tiempo, lugar, cantidad y clase los productos o servicios demandados (para hacer la previsión) y comprados. Tener los medios de almacenaje y manipulación suficientes, adecuados y bien localizados. Poseer unos medios, informatizados o no, de control, seguimiento y gestión; que sean suficientemente modernos y adaptados al volumen y la diversidad de los artículos y servicios.
La existencia de las suficientes variedades en clase y cantidades, para permitir las transacciones de una manera fluida y continua. Como corolario, la necesidad de suficientes transacciones, según la oferta y los medios de pago.  
La ausencia de monopolios u oligopolios de oferta y de demanda. Por ejemplo, los pequeños transportistas no pueden mantener unas tarifas, ni siquiera las legales y mínimas, por la excesiva atomización de su sector, frente a los cargadores compradores del servicio.
La existencia de unos códigos civil y de comercio suficientemente desarrollados, con sus leyes y reglamentos complementarios, que den seguridad jurídica a las transacciones. Como corolario, la existencia de una burocracia estatal y regional eficaz y colaboradora, que, al menos, no estruje excesivamente a los ciudadanos, ni sea indolente.
La existencia de una infraestructura viaria y de una red de comunicaciones alámbricas e inalámbricas suficientes y seguras. Como corolario, que exista paz social en el país.

El mercado irracional: las perturbaciones exógenas en el funcionamiento del mercado.

No hemos mencionado aún los factores extraños al mercado. Aquéllos que anidan, crecen y aún se pueden desbocar en el alma humana, racional, sensitiva y emocional. A pesar de la economía tradicional, los agentes económicos son personas, sujetas a los sentimientos y aún a las pasiones o apetitos y deseos desordenados o muy vehementes. Y los sentimientos son el motor o la dínamo que genera la energía humanizada, para bien o mal. Una idea pura puede informar el alma, pero sola es fría y no la impulsa o pone en marcha.
Cuando el mercado se perturba por factores externos, que en este caso son emocionales, que pervierten su función natural, concretada en “facilitar y atender las transacciones”, se alteran sus reglas sencillas y básicas. Si en los mercados, y por tanto en las transacciones, actúan agentes alterados por la codicia, el miedo y el egoísmo, su funcionamiento se perturba y aún se degrada. Los agentes suelen anticipar el futuro que vislumbran, el goce de un objeto o ente y la desgracia amenazadora. Pero los alterados los magnifican hasta el punto de que afectan o se apoderan de sus ánimos. El goce se convierte en demasiado grande o absorbente y la amenaza posible se vuelve una catástrofe casi segura.    
Se comprará y venderá para especular, o por encima de necesidades reales presentes y aún futuras, o para atesorar, o para alterar los precios, alejándolos del verdadero valor de las cosas, que se forman en un mercado sano y suficiente. Es entonces cuando podemos hablar con propiedad, como los de antes, del «juego de la bolsa». Porque se compran y venden acciones temerariamente, en el filo de la navaja, sin red debajo. Pero no se invierte e incluso se toman riesgos calculados, como en toda inversión emprendedora y creativa. 
Nos hemos salido del mercado sano, que ya no existe, al incumplir sus reglas y características. Y entramos, sin casi darnos cuenta, en un mercado irracional, falso, malsano, quizás aún libre. Éste es un seudo mercado, un baratillo, la reunión libre de gente ruin en la vía pública, ocultando intenciones, para comprar y vender con engaño entre ellos. Es un magma comercial amorfo, indiferenciado, con reglas de vorágine y remolino, que atraen a todos y a todo, en un caos nacido de sí mismo. Y con resultados y consecuencias impredecibles siempre. Esto es lo que ocurre en Hidrodinámica, con el flujo laminar, que se convierte en torbellino al aumentar su velocidad, al circular los fluidos líquidos y gaseosos. Y lo que ocurre en Mecánica cuando elevamos de vueltas, por encima de las características técnicas de diseño, el régimen de un motor. Y en unas pocas decenas de Km. lo podemos gripar.

 

EL ESPAÑOL, IDIOMA UNIVERSAL.

El español, idioma constitucional de 19 naciones hispanoamericanas; el español, plenitud del castellano del siglo XV; el español, idioma oficial de la España descubridora, conquistadora y colonizadora del siglo XVI; el español, lengua con la que se transmitió a los pueblos dominados la cultura cristiana y europea de la Edad Moderna; el  español, nombre usado internacionalmente para llamarlo (Spanish, espagnol, Spanisch, spagnolo, etc.); el español, expresión del saber cultural de los países hispano parlantes, junto con el portugués; el español, soporte de la creación mental del pensamiento y las ideas de las personas que lo tienen por lengua materna,

HISTORIA Y CARACTERISTICAS. 

La aparición e importancia del lenguaje para la Humanidad. La cultura y el idioma de una sociedad.
Hace unos 50 mil años el ser humano comenzó a hablar con relativa fluidez. Fue un paso cualitativo decisivo hacia la integración, la coherencia, la eficacia y la supervivencia de las familias y de las pequeñas tribus que formaban. Y que eran los débiles grupos sociales iniciales humanos. Primero, los hombres comenzaron a balbucear, luego fueron llegando las palabras y, a lo largo de miles de años, las lenguas se fueron consolidando y complicando. ¿Por qué pudimos llegar a hablar? El lingüista Noam Chomsky descubrió hace apenas unas décadas que nacemos con unas estructuras neuronales preparadas para aprender a hablar, al margen del lenguaje o lenguajes que usemos. Existe un gen llamado FOXP2, que rige esta herencia única de la especie. Un chimpancé es capaz de llegar a aprender como mucho 300 palabras, que son insuficientes para las necesidades de comunicación entre iguales. El hombre medio maneja hasta 10 mil palabras.
El lenguaje consolida la relación con el prójimo: los familiares, los poblados cercanos. El lenguaje supera y perfecciona los gestos y los símbolos.
La cultura es el conjunto de conocimientos de todo tipo que posee, anima y desarrolla una sociedad humana o una época de ella. De alguna manera es lo que el hombre aprende, perfecciona e impulsa con el ejercicio de sus facultades intelectuales y volitivas. Esto la diferencia de la raza, anclada en la herencia biológica, que es el trabajo de la naturaleza. Ese impulso de la naturaleza tanteando, con su ritmo particular, y decidiendo vías a recorrer es el camino natural seguido por el hombre en su andadura biológica. En él, el idioma es el instrumento y vehículo principal de la cultura y la idiosincrasia de un pueblo. 

Aparición y evolución de las lenguas en España. El castellano, idioma principal del impulso militar, social y religioso de la Reconquista política.

El castellano, superado política e históricamente desde el siglo XV, o español es una lengua latina, porque conserva lo esencial de la estructura lingüística del idioma romano. Antes de la conquista romana, nuestros antepasados hablaban básicamente dos tipos de lenguas diferentes en sus dialectos o variaciones: el íbero y el celta. Con la romanización de la Península se forjó una primera unidad lingüística de España. Sólo el País Vasco conservó su idioma primitivo. El latín vulgar lo hablaban los soldados y los colonos de Roma. Éste fue el que se fusionó con las diferentes lenguas locales nativas, creando variedades muy parecidas del latín común de aquéllos. Los procesos fueron una “simbiosis” asimétrica de vocablos, buscando la facilidad en los fonemas y palabras y nombrar a los nuevos hechos y cosas que encontraban los recién llegados. Por su parte, el latín culto queda como lengua de la Iglesia, de la cultura (los saberes de todo tipo) y los actos administrativos. En los siglos II, III y IV, con las lentas y espasmódicas invasiones de los bárbaros y su implantación fragmentada en una Península desunida, van apareciendo núcleos diversos de lenguas románicas.
Más importante fue la invasión y progresiva conquista musulmana desde primeros del siglo VIII. En el sur y en el centro de España, el árabe es el sustrato idiomático de las lenguas románicas allí existentes, en el proceso lingüístico habitual de inserción y mestizaje. En el sur predominarán los vocablos árabes y en el centro, los antiguos románicos. En el norte de España, nunca ocupado totalmente, se irán concretando las lenguas hispánicas. La mayoría como núcleos primitivos del castellano, que son los idiomas primigenios de la lenta Reconquista. Entramos en la época de la aparición, explosión e irradiación del castellano, desde varios núcleos de población cercanos, afines y vitales. Paralelamente a la Reconquista religiosa, militar y política de las tierras cristianas, ocupadas por el invasor musulmán, de cultura y religión extrañas, tiene lugar la expansión del castellano primitivo. Al mismo tiempo, se van extinguiendo otras lenguas románicas. A partir del siglo XII le ocurre al dialecto leonés; el mozárabe, hablado por los cristianos en tierras ocupadas, sucumbe en el siglo XIII; en los siglos XIV y XV el área hablada del aragonés se constriñe al noreste peninsular. El castellano de esta etapa tiene diversos dialectos, según sus núcleos iniciales: Soria, La Rioja, Cantabria, Castilla la Vieja. El poema del Mío Cid está escrito en el dialecto soriano y Gonzalo de Berceo escribe en “riojano”. Lentamente se va concretando el idioma futuro en Burgos, donde eclosiona una lengua castellana cuyas normas gramaticales se toman básicamente del dialecto burgalés. En la periferia de los impulsos cristianos centrales de dominio y reconquista, también territorios cristianos, se formarán, tomando sus características lingüísticas, y subsistirán otras lenguas románicas: el catalán y el gallego portugués.
En los siglos XIV y XV el castellano se convierte en la lengua del estado, entrando en pugna con el latín culto. El dialecto toledano será ya el que aporte las normas lingüísticas al castellano. La prosa castellana se extiende y se va puliendo en la extensa literatura de la Alta Edad Media. El avance de la Reconquista por todo el territorio andaluz, con sus 4 reinos de cultura y religión islámica, regido por los altibajos en el impulso centrífugo de los cristianos, va incorporando numerosos vocablos de raíz árabe al castellano de los vencedores. Siguiendo un proceso de enriquecimiento y definición idiomáticos, progresivo y extenso, similar al ya visto en etapas anteriores. Sólo una muestra de la importancia de las palabras aportadas por el árabe: almirante (amir-al-ma, emir del mar); alquiler (alquiré); almohada (almijadda), los árabes eran considerablemente más refinados que los cristianos, que dormían sobre el duro lecho, compartiéndolo; algodón (alcotón); álgebra (alchebr, reducción), la reducción a los términos más simples de un problema; alquimia (alquimia), conocimientos prácticos de la composición de la Naturaleza, de la que nacerá después la química científica; alcalde (alcaid); albarán (albará); alcohol (alcohl); alcázar (alcacar). Aparece la Gramática de Antonio Nebrija, que define claramente el nuevo idioma español.

El español, idioma de las Españas, paridoras de naciones y creadoras de culturas.
Durante el siglo XVI, el castellano, que pasa a ser el español, se convierte en lengua universal. El español va tomando el papel de lengua literaria de toda la nación española. Y gallegos y catalanes abandonan voluntariamente el cultivo literario de sus viceidiomas. La presencia española en Europa, por su carácter de gran potencia mundial, y su expansión por las Américas, llevan a la incorporación al español de numerosos vocablos europeos e indígenas. En esta época final, el español adquiere lo esencial de su actual estructura: el seseo andaluz y canario, las variantes de la América española, que hoy en día son la reserva y custodia de numerosas palabras y giros abandonados en España, los sonidos de la jota, la ge y la zeta, etc. Algunos estudiosos se atreven a pronosticar que, hacia el 2050, se hablarán básicamente 7 idiomas en el mundo: el árabe, el chino mandarín, el español, el francés, el indostaní, el inglés y el ruso.
Por último, una aclaración. Que nadie piense que el español, fomentado por las autoridades centrales, arrinconaba por ello a los viceidiomas peninsulares. Ocurría realmente un amplio fenómeno social y étnico, de difícil contención por ello. España estaba en ebullición vital. Se había completado una unidad política, pronto la religiosa, y sus impulsos creativos nacionales alcanzaban a Europa y América. Aquél va a crear, primero, una succión y, luego, una absorción inevitables de las fuerzas sociales periféricas y limítrofes, integrándolas en España. Todos quieren ser de la nación en auge, todos quieren participar del éxito y la prosperidad relativa, a todos les animan los triunfos y las energías de España, nadie quiere ser extraño o estar al margen de este proceso vital nacional. Aunque, paradójica y lamentablemente, su propia actitud de colaborar y participar, provoque en algunos, también españoles, resentimiento y envidia, ocultados de momento. Y el idioma integrador, portador y transmisor de todos los afanes espirituales y materiales de aquella nación en marcha era el español.     
Actualmente el español es la lengua materna de unos 400 millones de personas y el segundo idioma de 60 a 100 millones más. Es la segunda lengua más hablada, tras el chino mandarín y el segundo idioma más estudiado con 14 a 46 millones de estudiantes, según las fuentes. En Filipinas será de nuevo idioma oficial este año.

La base material de la cultura. El papel de la lengua y su escritura en la elaboración, conservación y transmisión de los conceptos e ideas.

El lenguaje es un factor elaborador de los pensamientos y de las ideas abstractas. Es el soporte material con el que éstos se prefiguran, trabajan, elaboran y se rinden definitivos, al margen de las Artes. El lenguaje es también un aherrojamiento de las ideas. Éstas quedan circunscritas a él, tanto en sus capacidades expresivas como en sus límites ideológicos. Pensamos con el lenguaje que usamos.
Esto condiciona el número simultáneo, no el sucesivo, de las ideas con las que podemos trabajar conjuntamente. La memoria inmediata no resulta tampoco de una ayuda completa e infalible para la presentación, la comparación y las sucesivas consultas de ideas, relacionadas entre sí. Buscando fusionarlas, modificarlas, consolidarlas o superarlas en una unidad ideológica superior. No digamos si lo que se trata es de conservar íntegra esta creación y su proceso, de cara a recordarla y a transmitirla a los demás. Se hace necesario entonces escribir el lenguaje de las “ideas en acción”, expandirlo en el papel. Para que las ideas más extensas, los conceptos más amplios surjan, se engranen, se perfeccionen y adquieran su rango superior.
En esta labor, desde la más simple a la más compleja y profunda, la pluma y el papel se funden junto con las manos, con el lenguaje ideológico y el cerebro humano. Hasta alcanzar ambos una unidad con los conceptos y el pensamiento creadores, donde todos los elementos son importantes y ninguno puede faltar. Es el “hombre elaborador” con sus manos, ancestral, actuando plenamente como “homo sapiens” intelectual. Nos atrevemos a decir que la falta de este ejercicio puede llevarnos a una atrofia de la capacidad natural de aceptar y criticar, pensar y crear. Que es independiente del volumen de conocimientos adquiridos, pero que nos permite utilizarlos mejor. Con lo cual nos privaríamos en gran parte de la verdadera posibilidad de “aprehendere” (tomar, agarrar), de asumir la cultura.
Una vez culminado dicho proceso de creación, si el tema y las circunstancias lo merecen, existen otros procedimientos mejores para comunicar a otros muchos las ideas desarrolladas. Entre ellos están la imprenta y los ordenadores, con todas sus variantes y mejoras. Ellos poseen unas cualidades de composición, reproducción, transmisión y generalización tales, que han supuesto un avance cualitativo en la difusión del pensamiento humano.

El español está hoy en día en una encrucijada importante. Soluciones sociales, culturales y políticas para la nación española.

La larga polémica sobre las denominaciones del español está hoy superada. El término español resulta más recomendable por carecer de ambigüedad. Ya que se refiere de modo unívoco a la lengua que hablan más de 450 millones de hablantes. Y aun siendo sinónimo de español, resulta preferible reservar el término castellano para referirse al dialecto románico nacido en el Reino de Castilla durante la Edad Media, o al dialecto del español que se habla actualmente en esta región peninsular. Asimismo, en España, se usa actualmente el nombre castellano cuando se alude a la lengua común del Estado, en relación con las otras lenguas cooficiales en sus respectivos territorios autónomos, como el catalán, el gallego o el vasco.
Las facultades educativas de España están cedidas hoy en día a las Comunidades Autónomas. Y la educación es básicamente la inmersión en una cultura y su impregnación asumida por el educando. Por añadidura, aprende los conocimientos científicos y técnicos necesarios para los grandes y pequeños oficios que le darán de comer. Veamos un caso conocido. Los grandes personajes del PNV, educados en la universidad de Deusto, hablan por ello una de las variantes más ricas y cultas del español. Sus hijos no van a las ikastolas vascuences, donde el español está oculto y despreciado. Ellos estudian en colegios privados de las Vascongadas o de La Rioja, donde su formación bilingüe no se descuida. El vascuense es una lengua que sirve para comunicarse en los 75 m.2 de la casa familiar. Y que puede cortar muchas oportunidades de todo tipo a un monolingüe hablante, cuando se aventura a salir de su entorno inmediato.
Se está dando en España un fenómeno social disolvente. Varias Comunidades Autónomas desean buscar un futuro social separadas de España. Y en un grado final incompatible con cualquier clase de “unidad nacional” de los países desarrollados. Los separatismos funcionan por sentimientos, no tanto por razones más o menos evidentes. Por eso tienen que exacerbar y hacer proliferar sus símbolos: un idioma más o menos vivo y rico en voces, himnos, banderines pintorescos, nombres de muertos y de batallas perdidas, actos colectivos enardecedores. Por eso coaccionan, cuando no atacan o hieren, a los que no piensan como ellos. Sus pequeños triunfos van alimentando todo el ciclo expansivo de su exclusión de la nación española. Sus ideas van siendo asumidas por un número creciente de personas en su comunidad. Desde el que se alegra o sonríe suavemente con una acción separatista. Pasando por las múltiples variedades de la colaboración con ellos, con dinero, influencias, enseñanza, cobijo y sostén, etc. Llegando hasta los activistas más militantes, tanto los políticos como los de acción social o revolucionaria. No es necesario que sean muchos, pero sí muy activos, para que triunfen. Porque el 70% que forma la masa social políticamente pasiva, laboradora y silente, será arrastrado por ellos, con tal de que alcancen un 15 o 20% de la población a segregar. Los partidos comunistas nos han dado abundantes ejemplos de la eficacia política rapaz de un colectivo corto, militante, disciplinado y motivado.
La recuperación de la potestad y la capacidad educativas para el Estado nacional es una condición vital para el mantenimiento de una unidad política segura. La aceptación social de los hermanos suramericanos, capaces de trabajar y de ser formados rápidamente, con su bagaje cultural de español educado y rico en voces, casi integrados ya, es fundamental para unas necesidades demográficas estructuradas. La aceptación de nuestra cultura y el conocimiento de nuestro idioma por parte de los otros emigrantes es fundamental para nuestra seguridad y coherencia social. No se pueden permitir guetos o aislamientos, buscados por algunos. Por gentes que no desean integrarse en España, sino esquilmarnos todo lo posible antes de marcharse. Que nos desprecian y nos envidian. Que procuran trabajar lo menos posible y apoderarse de toda las ayudas sociales que puedan. Es necesario identificar a estos mangantes y privarlos de nuestra hospitalidad y acogida. La democracia es un pacto político entre caballeros, un equilibrio acordado y recíproco de deberes y derechos. Y el que no juega limpio se apodera injustamente de los derechos del otro. Por eso la democracia tiene que contener o expulsar, según los casos, a los abusadores, aprovechados y enemigos.        

 

 

La Guerra de Invierno Finlandesa (1939-1940) o TALVISOTA.

El último día de noviembre de 1939 la Unión Soviética invadió Finlandia. La guerra que siguió es conocida como la “Guerra de Invierno”. El mal comportamiento de las fuerzas soviéticas en ella impresionó a las potencias europeas. Esto probablemente contribuyó al fracaso de la “Operación Barbarroja”, meses después, ya que los alemanes extrapolaron de aquél, entre otros cálculos, una rápida victoria sobre la URSS en su invasión del 22 de junio de 1941.  

Introducción. Se prepara la tragedia. 
En Rusia el control de su acceso al Báltico fue considerado siempre vital para sus intereses nacionales. Aunque las negociaciones diplomáticas entre ambas naciones estaban en marcha desde primeros de 1938, los acontecimientos en Europa y la presencia de una importante delegación alemana en la celebración del 20º aniversario de la independencia de Finlandia (de Rusia), las endurecieron irreversiblemente. Los soviéticos trasladaron entonces un claro mensaje a los líderes fineses: no bastaba ya que Finlandia fuera neutral; ante los acontecimientos que se vislumbraban en el horizonte, Finlandia debía cooperar activamente con la URSS.
A final del verano de 1939, la URSS y Alemania firmaron un asombroso pacto de no agresión. Como consecuencia de las capitulaciones, a fines de septiembre la URSS ocupó Estonia, Letonia y Lituania, asegurando su control sobre la costa sur báltica. Sólo quedaba Finlandia para concluir su intención estratégica histórica sobre el mar Báltico.
Por fin, el 14 de octubre, Stalin realizó personalmente tres peticiones, encaminadas a asegurar la defensa soviética en el Báltico y por tierra:
Con el fin de poder bloquear el acceso de barcos de guerra y de transporte enemigos al golfo de Finlandia, mediante la artillería pesada soviética desde ambas costas, se solicitó la cesión de las pequeñas islas Hogland, Seiskari, Lavanskari, Tytarskari y Loivisto, a cambio de territorios interiores soviéticos. Y la cesión por 30 años del puerto de Hango, para poder instalar una base naval y artillería costera, que actuarían en conjunción con la base naval de Paldaski, en Estonia.
Se exigió la entrega de la mitad del istmo de Karelia a cambio de terrenos baldíos de tundra en los distritos de Repola y Porajorpi, los cuales incrementarían realmente la profundidad defensiva finlandesa en su incómoda cintura central estrecha. El istmo de Karelia es una lengua de tierra de unos 130 Km. de longitud que discurre entre Leningrado y Viborg, limitada por el lago Ladoga al este y el golfo de Finlandia al oeste. A unos 85 Km. de Leningrado comenzaban las fortificaciones finlandesas de la línea Mannerheim, de unos 70 Km. de largo, que protegía la vía de aproximación por tierra más inmediata y fácil hacia la costa norte del golfo de Finlandia, donde se alzaban las principales poblaciones finlandesas. La petición suponía la retirada de la frontera de Finlandia, junto a Leningrado, desde los 30 Km. hasta los 70 Km. (la línea Mannerheim era respetada), para dejar esta ciudad fuera del alcance de la artillería pesada y de un primer impulso táctico agresor propiciado por los alemanes.
Se pidió el reajuste de la frontera más septentrional, en la región de Petsamo, cuyo trazado era muy arbitrario: seguía una línea recta por el istmo de la península de Ribachi y dejaba aislado de tierra su extremo oeste (soviético). La ocupación de la totalidad de esa pequeña península buscaba proteger la aproximación marítima al puerto de Murmansk, al evitar su fácil ocupación por un enemigo.
Los fineses, llevados por su sentimiento nacional, rehusaron. Aunque en el intercambio ganaban en total territorio, según el Libro Blanco finlandés eran unos 2.760 Km. cuadrados de territorio central estratégico y las intenciones soviéticas aparecían razonablemente defensivas.

Comienza la invasión soviética en amplio frente. Planes soviéticos. Crítica. 

El 15 de noviembre el general Kirill Meretskov, jefe del distrito militar de Leningrado, en el que se encuadraba la zona de operaciones futura, recibió sus instrucciones en el Kremlin: En dos semanas debería iniciar la ocupación del istmo de Karelia y el acceso al golfo de Finlandia. La URSS rompió unilateralmente el tratado de no agresión firmado con Finlandia en 1934 y a las 06:50 horas del 30 de noviembre la atacó. Una imponente masa de 600.000 soldados soviéticos cruzaron la frontera común, desde Laponia en el norte al istmo de Karelia en el sur, precedidos de una gran preparación artillera y apoyados por unos 2.000 tanques y 1.000 aviones. El orden de batalla soviético lo formaban 4 ejércitos, integrados por 23 divisiones de calidad muy diversa.
El plan de ataque era muy simple: Desde el sur, el 7º ejército rompería la línea Mannerheim y tomaría Viipuri (Viborg), la segunda ciudad del país. Rodeando el Ladoga desde el nordeste, el 8º ejército avanzaría sobre la zona de los lagos fineses menores, aislando el istmo de Karelia. En el centro del frente, el 9º ejército rompería derecho hacia el puerto de Oulu, en el  golfo de Botnia, a unos 225 Km. de la frontera, cortando en dos partes el territorio finlandés; su siguiente objetivo operativo, podría ser atacar de revés las principales posiciones finesas en torno al golfo de Finlandia. En el extremo norte, el 14º ejército avanzaría en dirección a Petsamo y Nautsi.
Entre el este del Ladoga y el océano Ártico, la frontera común aparecía sobre el papel extensa y vulnerable. Era realmente una maraña de lagos y bosques, ideal para establecer trampas, emboscadas, hostigamientos selectivos y ataques de revés, en el plan de rechazo de defensa móvil flexible de una infantería ligera. El terreno de operaciones, arbolado y quebrado, proporcionaba numerosos obstáculos naturales que estrechaban y encajonaban las vías de aproximación de las fuerzas soviéticas y favorecían a la defensa. Los soviéticos no tuvieron en cuenta las características del clima y del terreno finlandeses, donde iban a emplear sus columnas motorizadas. Las anteriores acciones en Manchuria de éstas, coronadas con la victoria en Khalkin Gol sobre la infantería japonesa, aguerrida, sobria y terca, pero pobremente equipada en transportes y tanques, ocurrieron en terrenos ondulados con amplio dominio por la vista.
Las alturas ocultantes relativas, a derecha e izquierda de las citadas vías finlandesas, que proporcionaban las sinuosidades, las terrazas, los hoyos, las quebradas y las arboledas circundantes, permitían ocultar temporalmente a pequeñas unidades enemigas, que esperaban su oportunidad para atacar solas o en coordinación con otras, según el tipo de acción decidida. La calidad general de las tropas soviéticas no les permitía destacar una exploración competente con capacidad de combate y apoyo artillero, que operara en los terrenos de difícil transitabilidad paralelos a las vías de avance. Y capaz de actuar desde los flancos de las agrupaciones de marcha con el apoyo de su seguridad, detectando los posibles peligros para éstas y aún repeliendo al enemigo, frustrando sus intenciones.
Los soviéticos no realizaron una preparación logística adecuada, haciendo acopios suficientes de sus extensos recursos para una ofensiva tan poderosa. Además, su única vía ferroviaria en esa zona era la línea de Leningrado a Murmansk, que en sus 1300 Km. de recorrido sólo tenía un ramal en dirección a Finlandia, para abastecer a todas sus tropas en campaña. En el terreno político, como parte de su estrategia total, los soviéticos esperaban que el partido comunista finlandés actuaría de “quinta columna” en esta guerra y que se producirían levantamientos populares en Finlandia, que apoyasen la revolución proletaria patrocinada por ellos. Tras los primeros bombardeos de Helsinki y otras poblaciones, todo el pueblo finés se puso incuestionablemente de parte de su gobierno, incluyendo los miembros del PC, que se retiró del Komintern imperialista stalinista.
El ejército finés, al mando del mariscal Carl Gustav Emil Mannerheim, totalizaba unos 250.000 hombres, concentrados sobre todo en la defensa terrestre de la zona del golfo de Finlandia y de las fortificaciones del istmo de Karelia.

Los ejércitos soviéticos, atados a operar en vías de firmes estables, fracasan operativamente.  

En el istmo de Karelia la concentración de fuerzas soviéticas fue excesiva. En medio de una nieve profunda, los atascos de tránsito en un número limitado de camino útiles, comenzaron a afectar el avance de las 9 divisiones del 7º ejército rojo. Los controladores del tránsito, cuyo trabajo los hacía evidente, fueron cazados sin compasión por los invisibles y aislados francotiradores fineses. Las unidades de artillería no podían adelantarse por saltos para apoyar los avances. Los intentos de los vehículos por avanzar fuera de las carreteras, los llevaban a patinar en el hielo y el fango helados que las rodeaban.
El infierno helado, la talvisota (guerra en invierno) finlandesa, hizo su cruel aparición con temperaturas de –30º C en el sur de Finlandia. Las recámaras de las armas se atascaban, el aceite de los motores se helaba y éstos debían mantenerse permanentemente al ralenti para que funcionaran, las orugas de los tanques congeladas se unían sólidamente con el suelo y las raciones de los hombres debían ser dobladas en calorías, solamente para pudieran sobrevivir.
Todas las zonas de defensa y de seguridad delante del límite anterior de la línea Mannerheim y de las posiciones de defensa en la zona de los lagos, fueron sembradas de trampas explosivas y minas en los puntos delicados y prometedores: árboles caídos, cruces de carreteras, puentes, granjas, graneros, estercoleros, aseos… Pequeñas unidades y unidades de esquiadores fineses, actuando como destacamentos avanzados en lucha móvil, realizaban incursiones, rompiendo rápidamente el contacto, sobre las retaguardias de las columnas de las agrupaciones de marcha, aumentado el desorden, la frustración y la confusión generales de los soviéticos. Específicamente, los intentos del 8º ejército por eludir los caminos y aprovechar los lagos helados para avanzar en su sector, se encontraron con que los finlandeses también se habían preparado para ello. Éstos habían colocado, en su momento, líneas de minas en los lagos, dotadas de boyas con el aire adecuado para que flotasen justo bajo el hielo, cuando éste se formase. Las explosiones de las minas, ocultas hasta esos fatales momentos, fragmentaban las capas de hielo. Y hombres, vehículos y equipos caían inexorablemente en una tumba gélida.
La paralización, el caos y la falta de suministros se extendieron por las unidades y grandes unidades del 7º y del 8º ejércitos rojos hacia el 7 de diciembre.

La batalla en torno al pueblecito de Suomussalmi. 

El avance del 9º ejército hacia Oulu, encaminado a cortar en dos el país y a atacar por su retaguardia las posiciones finlandesas del sur, haciendo inútil su defensa contra los dos ejércitos citados, aún podía ganar la guerra para los soviéticos.
Su plan de ataque preveía un doble ataque envolvente coordinado, que se cerraría a unos 30 Km. de la frontera, en el pueblo de Suomussalmi, con unas 4.000 almas. Las dos pinzas atraparían a las escasas fuerzas finesas presentes (un batallón de la guardia nacional y dos secciones de fuerzas guarda fronteras, en total, unos 1.100 hombres), que defendían unos 45 Km. de frente, entre ellas y un grupo de lagos helados al oeste. El brazo norte del cerco estaba a cargo de la 163 división de infantería y el sur, de la 44 división de infantería. La primera era una división de reclutas de la zona de Moscú, poco entrenados, pero reforzados por tanques e ingenieros y dotados de un fuerte apoyo artillero y la segunda era una división ucraniana de élite bien equipada. Una vez conseguido este primer objetivo táctico, las fuerzas soviéticas del 9º ejército no se encontrarían mayores obstáculos para alcanzar sus objetivos operativos en la retaguardia estratégica enemiga.
El ataque de la 163 división soviética resultó bastante sorpresivo y alcanzó Suomussalmi el día 7 de diciembre. Pero la 44 división aún no se había puesto en marcha. El fallo del EEMM del 9º ejército era evidente. Por el sector no cerrado del cerco, los finlandeses traían continuos refuerzos desde el sur, formando su nueva 9 división ligera al mando del coronel Hjalmar Siilasvuo, el nuevo jefe de esa zona de frente. Las fuerzas soviéticas se concentraron en el pueblo, formando un remedo de cerco, y se extendieron a lo largo de unos 20 Km., protegiendo también su ruta de aprovisionamiento en territorio finés.
A partir del día 11 comenzaron los finlandeses sus ataques independientes, a cargo de compañías de infantería ligera, sobre todo el largo despliegue soviético, buscando dislocarlo operativamente, aislar sus unidades y cercarlas en algunos casos. Los soviéticos, dándose cuenta de su situación, lanzaron varios contrachoques enérgicos desde Suomussalmi, que se perdieron en el vacío.
En lo que podía ser el momento crítico para los finlandeses, una fuerte columna de tanques y camiones de la 44 división de infantería comenzó entonces su avance hacia Suomussalmi. En un estrecho istmo entre dos lagos, peligrosamente cercano al pueblo, por donde discurría la carretera de aproximación desde el sur, tres compañías ligeras finesas establecieron una posición de bloqueo, formada por interceptaciones de varios tipos que eran cubiertas por su fuego. La lucha de los soviéticos por la ruptura o por flanquear la posición, cruzando a pie por los lagos, se prolongó duramente durante la segunda decena del mes. Hacia el 20 de diciembre, la vanguardia soviética comenzó a desempeñarse y el resto de la 44 división, a prepararse para retroceder y reagruparse. Esto coincidió con que los finlandeses, más seguros de sí mismos, levantaban otra posición de bloqueo sobre la vía citada a unos 25 Km. al este. La 44 división soviética, desplegada en una larga, desgarbada y poco operativa columna, sin profundidad, ni conexión, quedaba también atrapada y sin abastecimientos.
Entonces, en el norte, la infantería finesa comenzó sus ataques coordinados metódicos para reducir las resistencias aisladas en Suomussalmi y las distintas bolsas en las que se encontraban las tropas de la 163 división, a lo largo de su vía de invasión. Para la Navidad de 1939 la 163 división roja se había evaporado como fuerza útil. Había sufrido más de 5.000 muertos, incluyendo los grupos que aisladamente se aventuraron en los bosques de taiga, para intentar un imposible camino a pie en esas condiciones terribles. El resto de sus hombres, aún no capturados, se escondieron en las ruinas de Suomussalmi, aguardando su destino.
Lo mismo ocurrió finalmente con la veterana 44 división durante la última semana de diciembre y la primera de enero de 1940. El 6 de enero su general Anton Vinogradov recibió órdenes de intentar la ruptura hacia la URSS. Dos días después los sobrevivientes alcanzaron la frontera. Con unos 2.500 muertos y heridos y otros tantos hombres perdidos, la 44 división de infantería de élite quedó borrada del orden de batalla soviético. El general Vinogradov y sus jefes de sección de su EEMM fueron ejecutados públicamente.

Recapitulación de resultados militares y políticos.

La invasión había fracasado en sus tres grandes esfuerzos. Todo el mundo observó asombrado la fácil derrota del “Ejército Rojo de Obreros y Campesinos” (RKKA, del ruso Raboche-Krestianskaya Krasnaya Armia) en 5 semanas, lo cual reforzó la tendencia a devaluar su capacidad combativa. La impresión general la resumía Churchill el 20 de enero en una emisión radiofónica: “Finlandia ha demostrado al mundo la incapacidad militar del Ejército Rojo”. Es muy posible que esta impresión se reafirmase también en Hitler, una de cuyas ideas básicas, expuestas en Mein Kampf, era la búsqueda de espacio vital (tierras para colonizar) para los alemanes en el Este, a expensas de las naciones eslavas, conductual, cognitiva y racialmente inferiores. Y que el Fuehrer se decidiese por ello a adelantar al año 1941 su ruptura total con la URSS, a pesar de los consejos en contra de sus generales y de haber firmado con ella el citado tratado en el verano de 1939.
Una característica de la conducción de la lucha fue que los soviéticos carecieron de suficientes “interfases de acción” táctica favorables sobre sus enemigos, para establecer su “libertad de acción” e imponer su “iniciativa”. Y no fueron tampoco capaces de crearlas. Interfases de acción favorables donde hacer sentir a aquellos su mayor capacidad de combate en medios mecanizados y hombres. La “interfase de acción” es nuestro concepto espacial que define la zona y el espacio donde desarrollamos la acción violenta sobre el enemigo y sus medios, siguiendo criterios tácticos adaptados al carácter de nuestros objetivos. El factor de acción eficaz en las interfases de acción es el sistema de armas combinadas o interarmas. En el ataque penetrante, por ejemplo, la superficie de las interfases se limita cuantitativamente y se seleccionan éstas en la profundidad enemiga, según sus puntos críticos y aquéllos que estorben al avance de nuestras fuerzas, por ejemplo, los observatorios y puntos de fuego antitanque. Concretando, como vimos, una interceptación finlandesa reforzada y débilmente guarnecida detuvo el avance de toda una división de élite roja (la 44 de infantería), empeñada en atacarla frontalmente y de flanco, a campo yermo helado a través. La división fue incapaz de montar un ataque de objetivo limitado, con hombres escogidos e integrados en escuadras para una aproximación sin tiempo limitado, 2 o 3 Km. más allá de la interceptación. Y, al menos, asegurar temporalmente una posición de bloqueo en la profundidad cercana sobre la vía de comunicación finlandesa. E, incluso, hostigarla desde su retaguardia. Con lo cual los finlandeses hubieran quedado copados y, sobre todo, sería tácticamente irrelevante el cerrojo finés establecido.

Los soviéticos triunfan gracias a su pura y aplastante superioridad numérica, carente de cualquier vestigio del arte de la guerra.

El general Semion Timoshenko fue nombrado inmediatamente nuevo comandante del Frente del Noroeste y durante 6 semanas reequipó, reorganizó y entrenó a sus maltrechos ejércitos. Cuando los soviéticos atacaron de nuevo en la primera semana de febrero, lo hicieron con nuevas tácticas, organización y tropas. Pero no fueron brillantes ni ejemplares.
Siguieron las tácticas de atrición y desgaste de Grant, al final de la guerra civil estadounidense, y de Foch, en 1918. Las cuales son aplicables específicamente cuando los medios son muy superiores a los del enemigo, los mandos propios son mediocres y, sobre todo, sin imaginación, y los superiores políticos sólo les piden la victoria a los militares. Llamo “atrición” a la mutilación y la muerte de la fuerza viva que la sufre y “desgaste”, al uso intensivo, el abuso, la erosión y la destrucción de los medios militares y auxiliares, que equipan y abastecen a los hombres. Entonces, los soviéticos martillearon ininterrumpidamente las posiciones finlandesas hasta demolerlas e irrumpir en sus defensas. Y para mantener el esfuerzo frontal, rotaban continuamente sus unidades de primera línea.
Los finlandeses tuvieron que aceptar las duras condiciones para la paz presentadas el 12 de marzo por Viajeslav Mijailovich Molotov, ministro de Asuntos Exteriores de la URSS.

 

 

IRAK, HOY.

De dónde viene, a dónde va. ¿Fue correcto concentrarse durante más de 2 años en la búsqueda de las armas de destrucción masiva? ¿Es posible derrotar militarmente a los distintos grupos insurgentes presentes en el país?

 

Antecedentes Históricos. 

Durante casi 400 años de dominio turco, el país hoy conocido como Irak constituyó una de las regiones más atrasadas del Imperio. Estaba formado por tres provincias otomanas, centradas en torno a los centros administrativos y comerciales de Mosul, Bagdad y Basora. La conquista británica de Mesopotamia (Irak) se logró a un alto precio: unos 10 mil soldados británicos murieron y otros 23 mil resultaron heridos en un fallido intento en 1915, tras un desembarco en Basora.

Por el tratado de Sykes-Picot de 1916, ratificado por Churchill en El Cairo en 1922, se concedía a Francia la posesión de El Líbano y Siria, mientras que los británicos obtenían el control sobre Palestina e Irak. Ya en 1919 el administrador civil británico en Bagdad Arnold Wilson declaraba que «la unión de las citadas ex-provincias turcas para formar una nación, era una receta para el desastre, porque implicaba que se obligaría a tres grupos étnico-religiosos muy distintos a trabajar juntos, siendo bien sabido que se odiaban mutuamente».

En julio de 1920 el país sufrió la mayor revuelta de su historia, provocada principalmente por el incumplimiento británico, tras más de 3 años de ocupación, de su promesa de permitir la autodeterminación. Los irregulares chiitas llegaron a aniquilar un batallón del regimiento de Manchester, antes de que en 1921 la rebelión fuese sofocada, dejando un saldo de más de 10 mil muertos. Huyendo del avispero, los ingleses establecieron el 23 de agosto de 1922 la monarquía iraquí, nombrando rey al tercer hijo de Sharif Hussein, el líder de la provincia árabe de Hejaz, el perdedor con el tratado Sykes-Picot, con el que colaboró Lawrence de Arabia.

La división entre las tres comunidades iraquíes: sus orígenes socio económicos. 

Las tensiones semipermanentes entre las tres comunidades se refrenaban y controlaban cuando en Bagdad existía un gobierno central fuerte y respetado (esto equivale a «temible» en lenguaje iraquí). A ello ayudaba la compartimentación geográfica, al estar principalmente localizados, los kurdos en el norte, los sunnitas en el centro del país, con poblaciones en el centro sur, y los chiíes en el centro sur y el sur, con barrios en Bagdad. La falta de una infraestructura viaria y la ausencia de grandes intereses comerciales, consecuencia del subdesarrollo económico, que impulsasen los trasvases de la población rural, colaboraba a mantener firmes los límites demográficos de las tribus en los espacios citados.

La lealtad íntima de los kurdos es más supranacional, hacia un Kurdistán imposible, formado también por tierras de todos los países vecinos, donde fue repartido el pueblo kurdo tras la I Guerra Mundial. La lealtad real de todos los árabes es hacia Iraq. Durante la guerra Irán-Iraq (1980 a 1988), la comunidad chií iraquí, siempre reprimida, se mantuvo leal a Saddam, siendo puntuales los casos de apoyo a Jomeini o los exilios en Irán.

Soportando esta división de creencias y etnias entre kurdos y árabes, perdura muy arraigado y tenaz un complicado entramado de tribus y luego de clanes regionales y locales. Éste da el verdadero valor y sentido a las lealtades y los intereses, siempre relativos y aún oportunistas, de los iraquíes. Así, es costumbre incorporar al final del nombre, un topónimo que señale el lugar de nacimiento. Realmente Saddam Hussein al-Tikriti nació en la mísera aldea Al-Uja y no en la cercana Tikrit.

 Los déspotas modernos, nacionalistas y seudo socialistas, dominaron y gobernaban féreamente.

El golpe del 17 de julio de 1968 llevó al poder al Baaz iraquí, en el que Saddam ocupaba una posición más bien débil en su cúpula. El Baaz era un partido laico, socialista, anticomunista y nacionalista. Su militancia a fines de ese año no superaba los 5 mil afiliados. Siguiendo las tendencias ya citadas, sus miembros se elegían inicialmente (luego, lo serían las elites) entre un reducido número de familias sunníes de en torno a Tikrit. Pero el Baaz desarrollado fue la base organizativa y sociológica, siempre sunní, de un régimen totalitario y dictatorial, que se prolongó por 35 años y en el que Saddam prosperó rápidamente.

Una de las características de los regímenes oligarcas y dictatoriales recios es que una vez eli-minados o neutralizados (exilio, prisión) unos cuantos cientos de rebeldes, rivales ciertos o poten-ciales, opositores o traidores de sus filas, el régimen es tenido entonces por «temible». Esto es, el pueblo, sus servidores civiles y militares, incluso los ministros, aprenden y reconocen que con el jefe, con el partido, con su gobierno, no se juega. Y que la única moneda de pervivencia es la lealtad, expresada aquí según los patrones árabes con los más ampulosos y extravagantes «verso, prosa, iconografía y maneras». Esto hace que, de pronto, tras una convulsión, el régimen ya no tenga que matar tanto: ha conseguido someter psicológicamente a la población. La simple amenaza, incluso sugerencia, funciona, porque se le reconoce capaz de aplicarla. Y una paz de cementerio, soportable y estable, se auto impone y florece, salvo los casos aislados inevitables, que permite la actividad y el desarrollo económicos. Sobre ella, el clientelismo, la corrupción y el compromiso personal con el régimen se asientan y extienden por la sociedad como mancha de aceite con el pasar de los años.

A este statu quo había llegado Iraq con el presidente Saddam Hussein de Tikrit, en el cargo desde el 17 de julio de 1979.

 

Orígenes de la resistencia iraquí al ocupante. El desprecio por las realidades sociales y religiosas de Irak. 

Varios informes de inteligencia ensamblados posteriormente señalan que, pocas semanas antes del ataque militar de los Estados Unidos y sus aliados en abril de 2003, Saddam sostuvo una reunión de unos 45 minutos con cuatro de sus más íntimos colaboradores. Se trataba de establecer las líneas de actuación iraquíes contra la inminente ocupación norteamericana. Uno de los presentes era el general retirado Mohamed Yunis al-Ahmed, miembro principal de la Oficina Militar, un servicio secreto del Baaz encargado de controlar a los militares iraquíes y de organizar la resistencia del partido en el caso de que un golpe de estado contra el régimen llegase a triunfar. La orden de Saddam fue activar las redes de militantes civiles y militares.

Más de dos años después, los norteamericanos apenas saben acerca de lo que se conoce como «las redes leales» o «ahl al thiga«, que son el núcleo de la insurgencia sunní y que buscan restaurar su control, en un país donde apenas son el 20% de la población. Estos irregulares son iraquíes en un 95%, aunque los extranjeros o muhaydines realizan la inmensa mayoría de los ataques suicidas. A finales de 2003 comenzó a revelarse una alianza de colaboración entre los baasistas y los jihadistas extranjeros o miembros de Al-Qaida. Los primeros brindan a éstos infraestructura logística, refugio y colaboran en la coordinación de los ataques. El flujo de mártires iluminados es suficiente y constante.

El nivel de violencia se mantiene y aún se incrementa puntualmente. Varias razones parecen haber facilitado este desaguisado socio militar y su desarrollo:

Una. Incapacidad política de los altos mandos y desconocimiento de la idiosincrasia iraquí.

Paul Bremer, el primer administrador yanqui en Iraq, ordenó el 23 de mayo de 2003, siguiendo órdenes de Donald Rumsfeld, la disolución de la administración civil y el ejército iraquíes. Con ello crearon directamente o confirmaron más de 400 mil enemigos, privados de sus medios de vida siempre legítimos, sin que existiese siquiera una causa penal contra ellos. Y daba la casualidad que esas personas eran las más familiarizadas con el uso de las armas y con los resortes del mando.

En el otoño de 2003 las milicias sunníes recibieron la orden de centrar sus esfuerzos contra la policía y el ejército iraquíes, más que contra las tropas extranjeras de la coalición, mejor preparadas.

Además, los militares han deseado usar la diplomacia en este conflicto y lograr un acercamiento a los elementos menos radicales de los insurgentes. Los civiles y diplomáticos, que no mueren en combate, han preferido la línea dura, rechazando la negociación con el enemigo. Así, oficiales de la inteligencia militar trataron en su momento de llevar a cabo un trato con 19 subclanes de la tribu Dulaimi de la provincia al-Anbar, en el centro del triángulo sunní, para desarmarlas y que realizasen labores de vigilancia sobre el tránsito insurgente en su territorio. La contrapartida era un pago de $3 millones y el reconocimiento administrativo de dichos clanes. Bremer estropeó el cierre del trato, diciendo que «las tribus eran un vestigio del pasado, que no tenían cabida en el Iraq democrático».

Sin embargo, desde noviembre de 2003 los baasistas exiliados y diferentes jefes de tribu o jeques han mantenido reuniones públicas mensualmente en el hotel Palacio Chan, de Damasco. Aunque se suponía que eran para expresar la solidaridad contra la ocupación americana (en enero de 2004 participó el joven presidente sirio), también han servido para mantener reuniones de aquéllos con líderes de la insurgencia, planificar operaciones y para la distribución de dinero, que tampoco les falta.

Esto es lo que David Petraeus, 4 o 5 años después, está tratando de enmendar. Pero, ¿está armando milicias leales de autodefensa o está pagando indefinida y literalmente al enemigo para que no actúe? 

Dos. Deficiencias de la lucha contraterroristas. Falta de una definición realista de objetivos estratégicos, operativos y tácticos.

Bremer no duró mucho. Pero, los continuos cambios de administradores y de altos mandos militares en Iraq (tres cambios se produjeron en apenas 2 años) han estorbado mucho la elaboración e implantación de una estrategia general, incluyendo operaciones, tácticas y entrenamiento para ellas, contra los irregulares.

Oficiales de la inteligencia militar detectaron que los baasistas aprovecharon para reorganizarse la primavera de 2004, cuando los americanos se concentraron en luchar contra la rebelión del líder chií Muqtada al-Sadr, en el sur, y en la toma de la ciudad rebelde de Falujah. Después de la captura de Saddam el 13 de diciembre, sufrieron unas 188 detenciones importantes, al capturar también en su portafolios personal los documentos que los mencionaban.

El ejército americano es muy bueno peleando con ejércitos regulares, empleando desde lejos su apabullante tecnología y su incontable arsenal. Pero, las carnicerías sufridas en los combates de su guerra civil crearon una mentalidad, llevaron a una idiosincrasia de rechazo al combate a las distancias cercanas y próximas, donde se desvanece el apoyo de fuego pesado, incluso orgánico, para no causar bajas propias, que es necesario en la guerra contrainsurgencia. Y ésta no puede estar sólo a cargo de las unidades de élite, que son las entrenadas como debería serlo el ejército.

Tres. Insuficiencias y fallos de inteligencia.

La inteligencia americana pone más énfasis y medios en los temas de Irán, China y Corea del Norte que en la insurgencia iraquí. Además, la fijación de la administración Bush en encontrar armas de destrucción masiva DISPONIBLES durante el primer año de ocupación, distrajo medios de inteligencia y aún militares indispensables para machacar a una insurrección balbuceante. Otra cosa es que en el pasado se hubiesen empleado dichos medios, como establecía la doctrina militar iraquí, especialmente los gases tóxicos, contra los iraníes, para frenar su mayor potencial demográfico aplicado a los combates y contra los kurdos, para escarmentarlos.

En el otoño de 2003 el general Sánchez, jefe supremo militar entonces, supo de la existencia de 38 cajas de documentos, clasificados como «sin valor para inteligencia», relacionados con la insur-gencia en Falujah. A primeros de 2004 aparecieron numerosos documentos con los planes para la resistencia en Falujah, Samarra y Ramadi (el perímetro del llamado triángulo rebelde sunní) y listas de los jefes y miembros locales de las milicias baasistas en esas localidades. Existe guardado en Qatar todo un almacén lleno de material sensible, simplemente acumulado. Posiblemente se tarden años en poder examinarlos o leerlos, asimilarlos y agrupar la información contrastada en inteligencia fiable y útil, para pasarla a las unidades operativas.

 

A fines de septiembre de 2005 Rumsfeld declaró que ya estaban listos para entrar en servicio unos 195 mil militares y policías iraquíes, formados por los americanos. Pronto veremos su temple y disposición. Y si están destinados a labores de vigilancia, custodia y guarnición, o si son capaces de emprender un patrullaje activo e incluso formar falsas bandas. Éstas estarían destinadas a actuar en zonas proclives a la insurgencia, de donde varios de sus integrantes procedan, y están favorecidas por el carácter descentralizado de los grupos rebeldes. Sus misiones serían conseguir información, probar la lealtad de los civiles e incluso aniquilar pequeños grupos enemigos.

A finales de septiembre de 2005 se luchaba en Qam, al centro de la frontera siria y que era un paso seguro para la entrada y distribución de hombres y medios de Al-Qaida en Iraq. También era una base (entrenamiento, descanso, planificación) de esos jihadistas extranjeros. Tras la ocupación de Tal Afar, en el norte de esa frontera, a primeros de septiembre, en una de las mayores batallas en Iraq en casi un año, se produjeron 11 ataques suicidas sucesivos en Bagdad. ¿Servirán para algo sus ocupaciones? Samarra ha sido tomada ya varias veces durante la guerra y la perdieron otras tantas.

En 2005, tras las elecciones, ocurrió un importante cambio en el gobierno iraquí. Los shiíes religiosos, liderados por Ibrahim al-Jafari, ocupan el poder político. Esto ha irritado más a los sunníes e incluso a muchos oficiales del nuevo ejército, procedentes del ejército de Saddam, ya que al-Jafari se exiló en Irán durante su guerra con Iraq. Éste tampoco ha perdido el tiempo para enconar los ánimos, viajando enseguida a Teherán, restableciendo relaciones diplomáticas y comerciales y pidiendo perdón allí por la conducta de Irak durante la guerra.

La celebración del referendum constitucional tampoco cambió cualitativamente la situación militar en Irak. A los sunníes se les unen nacionalistas iraquíes y extremistas religiosos, todos disgustados con la ocupación extranjera. Los shiíes y, en menor medida, los kurdos, parecen los grandes beneficiarios jurídicos y sociales del nuevo orden democrático occidental. Pero también son los blancos masivos preferentes de la insurgencia, que busca, en ese impulso hacia el caos, hacer insoportable para los americanos la ocupación. Por su parte, cerca del 60% de los norteamericanos desaprueban el modo en que su administración lleva la guerra y también el 60% de los encuestados desearía un recorte de sus gastos en Iraq.

 

¿QUÉ MÁS SE PUEDE HACER PARA VENCER A LA INSURGENCIA IRAQUÍ?

 

Las principales características de una guerra irregular son su prolongación en el tiempo, consecuencia de su baja intensidad militar, y que es también civil y política, lo que implica un gran desgarro social y actos de gran crueldad.

Los aspectos estratégicos de la guerra en Iraq son las bases guerrilleras y las comunicaciones de ambos rivales en general. Ya que es impensable que los rebeldes alcancen una correlación de fuerzas con su enemigo, que les permita utilizar unidades regulares propias.

Las bases rebeldes son los territorios suficientemente controlados por ellos. Sirven de refugio y son el soporte logístico de sus bandas. Constituyen su retaguardia natural, donde las bandas amedrentan a los civiles y lo organizan en su favor, si son de la tribu correcta. Cuando se trata de bases clandestinas, físicamente ocupadas por los americanos o por los regulares leales, en ellas se imbrica también la red de agentes de la guerrilla, encargados de la búsqueda y transmisión de información.

De momento, las bases de la insurgencia no tienen otras funciones mayores.

La defensa de sus bases la realizan buscando el desgaste de las fuerzas enemigas (con numerosas acciones puntuales más o menos concentradas) y provocando su dispersión por todo el país. Así el enemigo no se concentra para atacarlas. Sin embargo, las bases son el único objetivo duro, convencional que presentan a los ejércitos americano e iraquí, donde la abrumadora potencia de fuego se puede hacer sentir.

El carácter de «enjambre» que posee la insurgencia iraquí, formando células y bandas bastante independientes y coordinadas estratégicamente por las intenciones de líderes más o menos lejanos, hace que utilicen numerosas bases y que ninguna sea fundamental para ellos. Esto también delata una de sus debilidades, son muy primitivos organizativamente, aunque sean muy molestos.

Las comunicaciones estratégicas de los rebeldes son:

Con sus bases, para evitar un vagabundeo estéril, agotador y vulnerable. Entre las bandas, para el apoyo, la inteligencia y su concentración operativa para las tareas. Con el pueblo, para su refugio, soporte, medios, inteligencia y acción subversiva; y en su momento, facilitaría su extensión humana y territorial.

Cuanto más endebles y escasas sean dichas comunicaciones, más frágil e inseguro será estratégicamente el proceso insurgente.

Los aspectos operativos de la guerra iraquí se centran en la lucha por la movilidad y la iniciativa.

Para conseguir fuerzas suficientes y mantener la iniciativa, ambos ejércitos deben concentrarse en la defensa de sus objetivos estratégicos y de sus comunicaciones. La defensa de poblaciones menores, especialmente fuera de la zona sunní, debe recaer en unidades locales de autodefensa y de policía, apoyadas por unidades militares móviles, que patrullen por todo un sector amenazado.

Pero no creemos que el Pentágono acepte este aflojar temporalmente las riendas y ceder (potencialmente) algún territorio a la posible acción de la insurgencia.

La clave operativa es el patrullaje enérgico, continuo, impredecible, ávido del combate con los insurgentes o de conseguir información. Que constituya otro «enjambre» más profesional, más activo, más letal. Cuyas armas sean el sigilo, la discreción, la movilidad, las granadas más que las balas, el arrastrarse tanto como el pasearse, con la noche como colaboradora y refugio. Integrado por unidades raramente mayores de una sección (el platoon). Una especialización de las patrullas, con técnicas diferentes, son las seudo bandas ya citadas. Pero éste es el oficio militar más difícil para la infantería…

Las comunicaciones rebeldes pueden ser dislocadas por la interposición del «enjambre» militar. Sus refugios y depósitos terminarían localizados. La convicción de impunidad desaparecería. El problema de una rebelión armada sería conducido a un problema policial.

Por último, políticamente de momento es necesario buscar el acercamiento a los líderes moderados iraquíes de la insurgencia, evitar acciones y actitudes disolventes como las protagonizadas por el presidente al-Jafari ya citadas y destacar al pueblo la distinción entre los objetivos perversos de los jihadistas extranjeros, para quienes Iraq es sólo un terreno propicio para sus matanzas indiscriminadas de iraquíes!!! y la rebelión interna.

 

Con el principio de fondo de que una democracia islámica (basada en la Umma, el Corán, la sunna del Profeta y la Sharia) no es igual a una democracia occidental (donde cualquiera es un voto).

HEZBOLLAH.

, a la VANGUARDIA del nuevo “Totalitarismo Supranacional Antidemocrático Revolucionario” (el TSAR) del siglo XXI: el «Fundamentalismo Islámico Radical Intransigente» (el FIRI).
 
Brillantes, característicos y terribles orígenes.
La organización surge después de la invasión israelí del Líbano en junio de 1982. Aprovechando la gran confusión reinante por ello, entre las distintas facciones libanesas, los estados vecinos y las grandes potencias. Hezbolá va a prosperar en el vacío de poder y acción creado por la frustración de unos y el cansancio y el escepticismo de otros. Su catalizador va a ser la república islámica de Irán, que va a infiltrar, a través de la cordillera del Antilíbano hasta el altiplano de la Bekaa, a sus “voluntarios” capaces y motivados, a lo largo de los primeros meses siguientes a la invasión. No fueron demasiados. Pero sí los suficientes para adoctrinar, entrenar milicias armadas y patrocinar e impulsar la creación de grupos locales activos chiitas. Éste fue el núcleo primigenio de Hezbolá.
Al cabo de un año se desparramaban por Beirut y por el sur del país. Hezbolá se ha ganado una fama respetable, no sólo por emplear formas singulares de violencia, sino también porque rara vez desaprovecha una oportunidad importante o juega mal sus cartas. Ya en octubre de 1983, Hezbolá destrozó los planes y decisiones de los gobiernos estadounidense y francés, en una sola mañana de ataques suicidas contra los contingentes militares de esos países acuartelados en Beirut. Seguidamente se aseguró que el éxito de la retirada de las fuerzas sería irreversible, mediante una calculada campaña de secuestros y de toma de rehenes, con la ayuda de los iraníes, que alcanzó a otros países del Cercano Oriente. Al mismo tiempo, lanzó una campaña de guerra de guerrillas contra los israelíes asentados en el sur del Líbano, obligándoles a replegarse a una estrecha zona de seguridad lindante con su frontera. Los triunfos, a su escala, se acumularon hasta 1987. Esto le ganó nuevos enclaves y más miembros y simpatizantes, consolidando su implantación en los territorios chiíes. También se fue ganando inevitablemente una reputación temible, que hizo que su nombre quedara ya como sinónimo de terrorismo.
En 1987 terminó su período “antiguo heroico”. Las tropas sirias alcanzan Beirut oeste en febrero de ese año, decididas a aumentar y asegurar su influencia y su implantación en el país, al que consideran parte de la “Gran Siria”. Entonces, Hezbolá se ve obligado a emplear gran parte de sus energías en defenderse del doble “envolvimiento físico ideológico” generado por los sirios y por la organización chiita Amal, que es respaldada por Siria. Los primeros limitan la expansión territorial natural de Hezbolá. Los segundos compiten por la lealtad de los chiitas libaneses. Tras varios años de enfrentamientos entre ambas milicias armadas, finalmente Hezbolá llegó a fagocitar a Amal. 
 
El chiismo como cisma del Islam.
El Islam es, en su acepción más simple, una fe sencilla, con ritos externos y sociales bien definidos, fácil de seguir y cumplir. Los ritos son acciones sacralizadas por una religión y necesarios para que ella se imbuya en el alma personal y colectiva de los creyentes. En el Islam existen cinco grandes ritos, que se simbolizan en su iconografía por una mano abierta: La profesión de fe, corta declaración que abre a cualquiera la entrada al Islam; las 5 invocaciones diarias (el Salat) a Alá; el ayuno del mes de Ramadán (el Roza); la caridad (el Zakat) con los desvalidos, impedidos y pobres (por este orden) de la Umma (comunidad musulmana universal) y la peregrinación a La Meca o Hajj al menos una vez en la vida, si se poseen recursos, que se realiza en comunidad entre el séptimo y el décimo día del último mes del calendario lunar, Dhul i Hijja. La administración del Zakat corresponde a los ulemas o a los clérigos, según las sectas. Esto les da un poder y una independencia que ningún poder civil laico de los países musulmanes se ha atrevido nunca a cuestionar, no ya a enfrentar. 
La Yihad, la guerra santa, el esfuerzo de sangre en el sendero de Alá, va dirigida contra aquellos que amenazan la Umma. Estos pueden ser tanto los infieles hostiles externos, como los no musulmanes que conviven en “dar el-Islam”, las tierras donde la Umma domina políticamente, y que han roto su “pacto de protección” con ella. A éste tienen derecho teórico los judíos y los cristianos, como gentes citadas en el Corán y que detentan algunos de los libros considerados también como proféticos por el Islam. Se considera a la Yihad una obligación prácticamente igual a uno de los llamados Cinco Pilares del Islam, ya citados. El Corán tiene numerosas aleyas o versículos que prescriben y alientan la lucha armada en el camino de Alá.
Existe una gran diferencia ideológica y práctica entre el sunismo y el chiismo. Éste se siente perseguido, en razón de la ortodoxia dinástica e ideológica que proclama y defiende. El cisma en el Islam se incoa a partir del cuarto califa, Alí, primo, yerno y compañero del Profeta. La muerte de su nieto Hussein en la  batalla de Kerbala (Irak), en el año 680, marcará el principio real del cisma entre los chiíes y aquellos a quienes se llamará más tarde suníes. Anclado en el pasado original, el chiismo no evoluciona y admite menos fuentes de revelación, como parte de sus señas de identidad. Así, asume históricamente una actitud fatalista, pasiva, incluso de sufrimiento físico por ello, a la espera del retorno del último (califa) imam desaparecido, el séptimo desde Hussein. Imam es el nombre que toman los grandes guías político religiosos en el chiismo. Aquél, que está escondido, no muerto, regre-sará como Mahdi (el guiado por Alá), en un momento dado de la Historia, para hacer triunfar a la Umma ortodoxa (los chiíes). Pero también se han dado en el chiismo casos de acción insurgente, incluso con cierto éxito e implantación popular activa, como en el Irán de Jomeini, o en El Líbano con Hezbolá o partido de Alá. Los chiíes constituyen hoy alrededor de un 12% de todos los musulmanes. Son mayoritarios en Irán, Azerbaiyán, Irak, Bahrein y en el sur del Líbano. Existen minorías chiíes significativas en otros países como Siria, Afganistán y Pakistán.
Como resumen de sus actitudes hacia su exterior, las otras religiones mundiales e ideologías políticas extrañas, podemos decir que con el chiismo es necesario negociar hoy en día desde una posición de determinación y fortaleza. Que les transmita convencimiento y seguridad y les genere respeto en el adversario interlocutor. Por su parte, el sunismo está más preparado para tratar y aceptar la convivencia pacífica y las relaciones de todo tipo con otras religiones e ideologías, al menos en determinados momentos y países.
La concreción de la ideología política. Los mecanismos de captación de activistas y sus bases sociales.
Hezbolá ha renunciado a dar su lealtad al Líbano e incluso, como podría intuirse, a Irán, como estados modernos. En su pensamiento ideológico no hay cabida para los naciona-lismos árabes o persas. Estos sólo dividen a los musulmanes (la Umma), mediante fronteras artificialmente creadas por intereses espurios, lejos de aquella realidad socioreligiosa. Un claro ejemplo del rechazo al panarabismo lo tenemos en el discurso pronunciado por el jefe local árabe chií del sur del Libano, hace bastantes años, durante la visita a la zona del encargado de negocios iraní en Beirut: “Aquí no existe la hermandad árabe o el sentimiento nacionalista. Los árabes jamás nos han ayudado, a pesar de la continuación de la crisis que padecemos. Ahora ellos cooperan con Satán, que también trajeron a nuestro país. ¿No es el Islam el que ha traído aquí al hermano Nurani (el iraní visitante)? ¿Dónde están los árabes? ¿Por qué ha venido un persa, pero no un árabe, de nuestra raza? Esto demuestra que el verda-dero lazo entre los hombres es aquél de las creencias y los pensamientos. No tenemos otra solidaridad o un común denominador con nadie que no crea en Alá y en su Profeta”. En el léxico de Hezbolá, a la república islámica de Irán se le llama “Iran el-Islam”, indicando que Irán es sólo una provincia del gran “dar el-Islam”, el futuro califato mundial, la Umma en acción, en su versión chiita.
Al contrario de lo que algunos deducen, la visión hostil de Hezbolá hacia Occidente se deriva más de los dogmas político religiosos de la organización islamista totalitaria, que de las políticas exteriores de las potencias democráticas. Durante la corta guerra de 2006, Hezbolá condujo su campaña operativa con un elevado conocimiento estratégico y táctico y gran profusión de armamento convencional. Sus ideólogos entienden y valoran su “esfuerzo de sangre” como parte de la guerra del Islam contra los infieles. Una guerra general sin fronteras convencionales. Y cuyo objetivo es, primero, redefinir el mapa de Oriente Próximo según aquellos intereses, y, finalmente, llegar a establecer un orden mundial islámico ortodoxo.
Los pensadores de Hezbolá no consideran al Líbano como una realidad posible ahora. Sólo cuando se elimine la influencia occidental en la zona y se destruya a Israel, podrá tener entidad propia un Líbano musulmán. Para Hezbolá el mundo occidental es uno en su ene-mistad y hostilidad hacia su visión de unidad mundial islámica. En ese rompecabezas deli-rante, los Estados Unidos (el Gran Satán) son el mando de esa conspiración y su campaña agresiva. En ellas Israel es un arma más contra los musulmanes. Sólo que es muy activa, cercana y, hasta ahora, muy eficaz. No estamos olvidados los otros países modernos demo-cráticos en ese papel atribuido y sellado a nuestro pesar. Francia, Alemania, Gran Bretaña, etc., e incluso Rusia y, últimamente, China son socios, correligionarios, colaboradores, ami-guetes de Satán. Esto de “Satán y compañía” le da unidad de propósito y coherencia a Hezbolá. Sólo la “unión del Islam” puede derrotar a esa tremenda confederación de infieles. Y de aquí, por ejemplo, el reconocimiento de Hezbolá al Irán islámico militante y provocador, como parte de aquélla.   
El reclutamiento de activistas y simpatizantes se realiza también a través de las estructuras sociales naturales del Líbano, a saber, el vecindario, el poblado, el clan y la tribu. Así, en sitios donde la lealtad es dada tradicionalmente al clan, como en las partes del sur del país o de la Bekaa, lo común es que un clan en masa se integre a la vez en Hezbolá. Y así sirven también a los intereses materiales colectivos, concretados, por ejemplo, en programas de “desarrollo o reconstrucción” con financiación foránea. Esto lleva a que en las zonas mencionadas existan ciertas colectividades, áreas, poblados que se identifican totalmente como enclaves de Hezbolá, y que constituyen núcleos de reclutamiento naturales de la organi-zación. Los barrios del sur de Beirut, que en su época original eran meros asentamientos de chabolas, están habitados por individuos relativamente pobres, que en su día emigraron desde el valle de la Bekaa o desde el sur del país a la capital. Buscaban esa mejora en sus condi-ciones de vida que el campo atrasado no les daba. Pero que tampoco la concentración de financiación, capital y tecnología de la capital y su funcionamiento, ni los sobresaltos bélicos periódicos les dieron o les facilitaron. Aquéllos conservaban sus lazos de tribu y de clan con su tierra, y también fueron fácil presa de los clérigos de Hezbolá. Éstos predicaban incan-sablemente en las mezquitas, las concentraciones de todo tipo, los funerales y las bodas. Dondequiera que una multitud se formara o reuniera para cualquier actividad social de masas.  

Las características socio religiosas totalitarias de Hezbolá.
Hezbolá se ha configurado y establecido como una sociedad musulmana clásica, integrada, completa y autosuficiente. Se ocupa de todo y atiende a todos. En todos sus períodos de paz ha invertido sus esfuerzos y medios, en mejorar y consolidar sus capacidades económicas y su arraigo social en sus bases. Claro que la producción en sus territorios de los bienes y servicios necesarios en una sociedad moderna, no es suficiente. Y sus métodos locales y poco integrados son costosos en recursos y poco eficientes en relación con los resultados. El único recurso productivo sobreabundante es el tiempo de sus habitantes. Pero si no hay creación de bienes y servicios, no hay posibilidades de sustento y de supervivencia, y no digamos de progreso y cultura. Esto se compensa con los fondos que fluyen generosa-mente desde Irán, junto con armas ligeras y pesadas de infantería, minas y cohetes de artillería reactiva. Aquéllos son como un impuesto religioso revolucionario que pagamos los compradores del petróleo crudo iraní. El yugular estas vías de aprovisionamiento de armas, mercaderías y financiación es un objetivo estratégico de primer orden para los israelíes.
Los gobiernos laicos o nacionales libaneses han fallado en atender y proteger a toda su población. Siempre han sido débiles, muchas veces más preocupados de su supervivencia, en los torbellinos periódicos de incremento del desorden civil, la anarquía o el enfrentamiento sectario entre las distintas religiones y sus ramas y etnias que habitan en El Líbano. Hezbolá se ha ocupado de levantar, dotar de medios materiales y humanos, y mantener escuelas, hospitales y centros locales de distribución para los habitantes de las zonas que controla. Hezbolá prima a las familias de los muertos o heridos graves o a los damnificados en sus negocios, propiedades y viviendas por el cese o la detención de sus actividades o por la destrucción o el daño de esos bienes, en sus enfrentamientos con Israel.
En Hezbolá se da un fenómeno fuerte integrador de fanatismo: el Paraíso prometido ya está aquí o, al menos, al alcance de la mano del simple creyente fiel. Consiste en integrarse en la Umma y cumplir unos preceptos claros y sencillos (véase más arriba). Luego les predican que el Corán dice que si pelean en el “esfuerzo” de Dios, Dios “les reforzará en su resolución y les dará la victoria” (ojo, a la Umma). Y a los que mueren en ese camino de rosas, el premio inmediato y seguro es el “jardín de las huríes” por un tiempo indefinido (ojo, no necesariamente eterno). Donde todos sus apetitos sensuales serán satisfechos a ésa, su escala personal mundana. Y los que no caen, especialmente si se trata de las familias o los clanes más antiguos de la “comunidad”, verán incrementada su riqueza material con buena parte del botín de guerra tomado a los infieles. Es todo un programa completo, sencillo, alcanzable, coherente y satisfactorio, sobre todo para los oprimidos, los sin salida, los agobiados, los perseguidos y los resentidos.

El espacio geográfico militar libanés.
El territorio libanés está casi enteramente formado por las cordilleras llamadas del Líbano y del Antilíbano y sus estribaciones. Ambas se extienden de norte a sur, paralelas a la costa y separadas por la depresión relativa de Bekaa, que es realmente un altiplano. La cadena del Antilíbano, que forma la frontera con Siria, es algo más baja; su cima culminante, el Hermón, tiene unos 2800 m. de alto. La cordillera del Líbano, cuya altura culminante es el Gurnat al Sauda, con unos 3100 m. de altura, deja una estrechísima franja llana a todo lo largo del litoral mediterráneo, de unos 10 Km. de ancho como máximo. Ésta se divide en la llanura de Akkar, al norte, en torno a Trípoli y la llanura de Tiro, al sur de Beirut, la más ancha. El clima de las montañas es de extrema rigurosidad invernal, ya que las alturas aíslan el interior del país de las suaves y cercanas influencias marítimas, que sólo benefician a las llanuras costeras.
La depresión de la Bekaa es una dura estepa, casi como los desiertos arábigos que alcanzan a Siria, donde no son suficientes los regadíos del Orontes y del Litani, que la recorren parcialmente. El primero corre de sur a norte, desde Laboue hasta desembocar en el lago Homs, ya en Siria. El segundo, más largo y caudaloso, corre de norte a sur, naciendo cerca de la ciudad de Baalbeck, hasta el castillo de Beaufort. Aquí hace un brusco giro de 90º, libre ya de las montañas que lo encajonaban, y va a dar en línea recta y con un recorrido final de unos 25 Km. al mar Mediterráneo.
Uno de los accesos estratégicos al interior del Líbano, desde su frontera sur con Israel, de apenas unos pocos Km. de ancho, permite alcanzar rápida y fácilmente a unas fuerzas mecanizadas modernas las principales ciudades costeras de ese país, aprovechando la buena transitabilidad que a ellas les ofrecen las estrechas y alargadas llanuras litorales. El terreno llano o suavemente ondulado de ellas es especialmente favorable para el ataque de fuerzas interarmas o de armas combinadas, incluso aunque aquél esté preparado para el rechazo fijo. Éste acceso está abierto y diáfano para el Tsahal.
El otro acceso al interior profundo del Líbano permite llegar a la extensión del altiplano de la Bekaa. Es un área montañosa de unos 650 Km2., hasta Hasbaya aproxima-damente, con curvas de nivel bastantes suaves, que van desde los 400 m. a los 900 m. sobre el Mediterráneo. Por él se alcanzaría la frontera norte del país con Siria, que es la entrada natural de las fuerzas regulares intervencionistas imperialistas sirias en el Líbano. También desde la Bekaa se podrían bloquear todos los pasos de contrabandistas a través de la cordillera Antilíbano. Éstos sirven de entradas clandestinas para el abastecimiento de Hezbolá con armamento iraní, especialmente los cohetes balísticos mejorados. Con los que contó con profusión escandalosa y exhibición inagotable en la corta guerra del verano de 2006. En este acceso están asentadas a horcajadas y apoyadas en él, las mejores fuerzas semiiregulares ligeras de Hezbolá. Sus alturas suaves y medias de color gris pálido les ayudan a formar una gran “región de defensa” semimóvil, extensiva, engañosa y complicada, que busca enmarañar y castigar a las fuerzas del Tsahal. Las cuales están acostumbradas y entrenadas para la maniobra rápida, favorable, potente, decisiva y con pocos costes de todo tipo, en sus operaciones de fuerzas mecanizadas.

Principales características favorables de los combatientes de Hezbolá, para poder sostener en sus términos semiirregulares una guerra con el Tsahal.
Hezbolá cuenta con una importante simpatía entre sus seguidores chiíes para sus obje-tivos socio religiosos. Aquéllos habitan sus “bases” estables, numerosas y extensas. Hezbolá tiene una red popular de apoyos y de inteligencia bien desarrollada. Las “bases” de Hezbolá le permiten tener un acceso fluido y elevado a la comida, los abastecimientos y los reequipamientos necesarios para sus enfrentamientos irregulares. Hezbolá cuenta con mandos carismáticos, alumbrados por su raíz religiosa.
Los guerrilleros poseen una capacidad táctica importante, desarrollada en los entrena-mientos y los combates a lo largo de los años. Sus fuerzas principales no son una milicia religiosa, sino que se equiparan más bien a una infantería ligera semirregular. Las fuerzas semirregulares de Hezbolá tienen una alta motivación ideológico religiosa y una firme voluntad de aceptar, al menos temporalmente, elevadas pérdidas y penurias en la lucha.
El terreno en el que pelean y que defienden es montañoso, pero no inclemente, ni excesivamente abrupto. Esto les brinda ocultamiento de las vistas y fácil protección, con algunas obras de campaña, de los fuegos pesados. Asimismo, dificulta el avance enemigo, lo canaliza a las vías existentes (las cunetas tienen demasiada pendiente o son reforzadas con cortaduras) y permite someterlo en la profundidad del despliegue a numerosas y escalonadas emboscadas de fuego antitanque y de armas pesadas de infantería. Las zonas defensivas diferentes cuentan con sucesivas posiciones de defensa preparadas, donde se repliegan los semiirregulares si es necesario. Los soldados israelíes no son entrenados para combatir rápidamente y con éxito contra estas formas de lucha de rechazo. Una de las armas más nombradas en Occidentes, los Improviced Explosive Devices, que dicen que les facilita Irán, no son más que variantes de las armas de carga hueca antitanque. Las emplearon por primera vez los paracaidistas alemanes contra las casamatas y reductos que no se rendían del fuerte belga de Eben Emael, en mayo de 1940. Con la parte de abajo (el embudo) de una botella de Coca-Cola, fundido el vértice que queda al cortarlo y relleno de explosivo convencional, es posible hacer una sencilla, limitada y barata bomba de este tipo.
Con el fin de hacer frente a la realidad de la presencia de milicias activas de los otros grupos rivales (palestinos, catervas encanalladas de Al Qaida) en El Líbano, Hezbolá está entrenando además nuevas milicias en sus territorios. Sus funciones son controlar a los posibles rivales y defender agresivamente sus enclaves. Los valiosos semiirregulares los destina al hostiga-miento enervante de Israel y como reserva operativa localizada en la Bekaa, al norte del castillo de Beaufort.