El Sistema Militar de los Husitas II.

(continuación)

Las Campañas Militares Husitas.

El papa Martín V proclamó en 1420 la cruzada contra los husitas y entregó su dirección militar a Segismundo, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico de Occidente y rey de Bohemia y Hungría. Segismundo había adquirido buena fama militar, guerreando en las fronteras imperiales contra los otomanos. El que hablase el checo no podía aspirar fácilmente a conservar la vida. En las mentes obtusas de los cruzados, los checos eran equivalentes a husitas. Los husitas conformaban una mezcla social heterogénea de legos y clérigos, urbanitas y rústicos, caballeros y doctores universitarios. A la que los propagandistas enemigos llamaban “alianza monstruosa” y “hermandad diabólica”. Consecuentemente, los husitas proclamaron que “en esta hora de venganza, no nos corresponde ni mostrar piedad, ni imitar la misericordia de Jesús. Pues éstos son días de ira, de fervor y de violencia”. Sobre Praga avanzó una enorme masa de guerreros, provenientes de todas las regiones del Imperio. Ziska se apresuró a defender la capital con un ejército de unos 9 mil hombres, aún no totalmente afinado. El centro de gravedad de su defensa se situó en el monte Vitkov, altura empalizada de la ciudad, conocida desde entonces como colina de Ziska. La defensa fue desesperada y hasta las mujeres se incorporaron a la lucha. Pero la heterogénea procedencia de los sitiadores llevó a graves disensiones en sus filas y levantaron el sitio sin resultados.

Un año después se lanzó la mayor cruzada contra los husitas. Diversos príncipes alemanes dirigieron una gran hueste. Su número se ha elevado a cifras exageradas por los cronistas. Pero es seguro que superaban cinco a uno a los husitas. Éstos ya habían conseguido diseñar y, sobre todo, engranar completamente su sistema de armas combinadas. Entonces, Ziska avanzó hacia la frontera. Y, operando desde sus líneas interiores, asestó en cuatro días 2 importantes golpes (en Luditz y en Kuttenburg) a 2 fuerzas enemigas convergentes y ocupó 2 poblados fortificados en aquélla. En un combate en 1421, Ziska recibió un flechazo en el ojo sano, perdiendo la vista. Y sus sorprendentes y sucesivos éxitos los fue ya creando, decidiendo, enhebrando y desarrollando, con los informes que le iban narrando sus jefes sobre el terreno de combate. Así, sus lugartenientes fueron incorporándose a las particularidades, el conocimiento y el dominio de su sistema militar interarmas.

Segismundo conducía a su vez otro ejército hacia Moravia, para eliminar de allí a los husitas. Ya no empleaba las masas densas de caballería, sino que su fuerza era un conjunto de 23 mil mercenarios entrenados, mandados por el capitán de condottieri Pipa de Ozora. Ziska le persiguió con unos 10 mil hombres, formando una agrupación de marcha de vehículos blindados de combate de infantería, artillería y caballería. En Kutna Hora, a 50 Km. al este de Praga, derrotó al emperador y a sus mercenarios el 6 de enero de 1422. Éstos dejaron 12 mil muertos en la tierra que invadieron. Y Segismundo se salvó a duras penas de ser apresado por la caballería husita en la explotación del triunfo.

Las expediciones militares a Bohemia tuvieron un fuerte impacto económico en los países que las promovían. Eran empresas caras y los recursos tenían que extraerse de todas las fuentes posibles. Esto suponía el agotamiento de las arcas imperiales, cargas tributarias sobre los contribuyentes detectados y contribuciones de la Iglesia. En muchos casos era necesario rescatar a los cautivos y también pagar a los husitas elevadas sumas por los armisticios. Aparte de la pérdida de los ejércitos levantados y la captura por el enemigo de sus armas, monturas, equipos y víveres. Las Dietas Imperiales tuvieron que afrontar la falta de recursos desde 1420 a 1436.

Después de 1422, fueron ya los husitas los atacantes y los invasores. Ziska lanzó una primera operación de castigo sobre los húngaros, por su participación en la cruzada anterior. Fue el inicio de una gran campaña de ofensivas husitas intermitentes contra las regiones y los príncipes del Imperio. La superioridad de a veces hasta 10 a 1 no bastaba para permitir triunfar a su enemigo, ni para evitar su precipitada y escandalosa huida. Por todo alrededor de Bohemia y Moravia, las bandas husitas saquearon Austria, Sajonia, Baviera, Silesia y Turingia, llegando hasta el Báltico. En estos años, sólo una vez los imperiales les presentaron batalla. Fue en Ústí y su ejército de 70 mil hombres fue derrotado completamente por 23 mil husitas. Pero ya iban asomando también los malignos y poderosos gérmenes intestinos, que llevarían a la decadencia y al ocaso de los husitas, tras la muerte de Ziska. En efecto, los husitas comenzaron a separarse internamente por razones de diferencias religiosas y ambiciones de poder de los jefes.

La Precipitada Decadencia de los Husitas.

El 11 de octubre de 1424, Jan Ziska murió a la edad de 70 años. En el espíritu de las leyendas que se tejieron en torno a los husitas, se dijo que con su piel se confeccionó el parche de un tambor de guerra, destinado a amedrentar a los germanos. Su sucesor fue un sacerdote casado, llamado Procopio el Grande. Que tenía más talento para la política y los contubernios que como militar. Esta designación polarizó más a los grupos husitas. Por lo que le venía mejor el sobrenombre de “el Cuestionable”. En la estela relumbrante y temible de su predecesor, consiguió aún arrancar concesiones del Papado, a través del concilio de Basilea, y del Imperio. Ambas instituciones pensaban que así les podía ir mejor que combatiéndoles directamente. El ejército husita estaba ya creciendo con la incorporación de mercenarios polacos y húngaros. Pronto, antiguos lugartenientes de Ziska establecieron una oposición abierta contra Procopio. Todo ello levantaba y encrespaba intereses, razones y objetivos discrepantes entre los husitas. Y que llegarían a convertirse en antagónicos insolubles.

Por fin, en la batalla de Lipany, el 30 de mayo de 1434, a 40 Km. al este de Praga, se enfrentaron y despedazaron entre sí las 2 grandes facciones husitas: los nobles nacionales, algunos católicos y los conservadores, de un lado, y el ejército oficial husita, los hombres de Procopio, enfrente. Éstos salieron antes de tiempo de su escudo de carros blindados para rematar a su enemigo, sufrieron un contraataque demoledor y fueron derrotados por los primeros. Entre los caídos estaba el gran Procopio. Algunos llamaron más tarde a Lipany, el “suicidio de Bohemia”. En el plazo de unos pocos lustros, Bohemia formaba parte de nuevo del Imperio germano y católico.

Jan Ziska fue siempre la argamasa que mantuvo unidos a los distintos grupos de husitas. Fue la autoridad central que es siempre necesaria, si se quiere perdurar en el tiempo, venciendo a los demonios de la incertidumbre y de los avatares en etapas tan procelosas. Fue muchas veces el árbitro en las disputas más mundanas o miopes de los husitas locales. Buscaba, por encima de todo, la unificación nacional y militar de los checos, elevando su objetivo por encima de las vicisitudes y diferencias del día a día de la rebelión y con sus enemigos. La autoridad, la falta de ambiciones personales y el prestigio de Jan Ziska fueron siempre incuestionables. Y estaban marchamados por su ejemplo (dirigió in situ la defensa agónica del monte Vitkov en 1420), su mando militar supremo y sus numerosos triunfos sobre el enemigo imperial y sus aliados.

El Principio del Objetivo, hoy en día II.

(continuación)

Una Aplicación Histórica del Principio del Objetivo en la Guerra.

Un ejemplo claro y sencillo de la aplicación de este principio en la estrategia operativa lo tenemos en la campaña de Ulm. En mayo de 1805 estalló la guerra entre Francia y la Tercera Coalición, formada por Rusia, Austria e Inglaterra, su promotora. El grueso del ejército francés se encontraba estacionado a lo largo de la costa del Canal de la Mancha, preparándose para invadir Inglaterra. Pero la amenaza para el ejército en campaña, que era el verdadero objetivo estratégico de las guerras napoleónicas (recordemos que las ocupaciones de Madrid, Viena, Moscú, no fueron decisivas), surgía al este, de los ejércitos de los imperios ruso y austríaco. En septiembre de 1805 Napoleón trasladó su “Ejército de Inglaterra” al Rin, desplegándolo entre Maguncia y Estrasburgo y rebautizándolo el “Gran Ejército”. El Grande Armée estaba formado por 145000 infantes y 38000 jinetes, integrados en 7 cuerpos de ejército, cada uno a las órdenes de un mariscal francés, una gran reserva de caballería, a las órdenes del mariscal Príncipe Murat, y la Guardia Imperial, directamente bajo Napoleón. A ellos se les añadían 25000 aliados bávaros.

Tomando la iniciativa, como era habitual en él, Napoleón decide dar un primer golpe estratégico contra el ejército de 72000 austríacos que, a las órdenes del general Mack y el archiduque Fernando, hijo del emperador Francisco II, avanzaba hacia Ulm, sin esperar la llegada de la ayuda rusa. Napoleón maniobró en una espiral centrípeta a sus cuerpos de ejército sobre Ulm. Ello supone la acción conjunta de todos los medios en sus líneas de actuación, de la actividad “ramificada” de todas las unidades y los servicios, no necesariamente coincidentes en el tiempo, pero sí convergentes y resultantes en su eficacia y en el resultado. Mediante las líneas de avance o de acción diferentes y coordinadas, se induce incertidumbre e inseguridad en un enemigo preparado. Y siempre se dispersa su capacidad de rechazo y se perturba su plan de defensa y su conducción sistemática.

En un amplio avance de sus cuerpos de ejército independientes, el Grande Armée cruzó rapidísimamente el centro de Alemania, desde el Rin al Danubio, entre los días 25 de septiembre y 6 de octubre. Con esto se interpuso operativamente entre los austríacos y las fuerzas rusas aliadas, aún lejanas. Los austríacos no entendieron la necesidad de la rapidez de esos movimientos. Pensaban sólo en la batalla, como único instrumento de la decisión. Su estrategia operativa no existía. Y esperaron centrados en Ulm y expectantes, a sus enemigos. Los franceses iniciaron el cruce del Danubio el día 7. Y, durante toda la semana siguiente, Napoleón hizo converger en una enorme maniobra constrictora a la mayoría de sus fuerzas sobre Ulm. Mientras, un cuerpo de ejército vigilaba la posible llegada del general Kutuzov por el este. La trampa quedaba cerrada en fuerza irresistible.

El general Mack realizó en vano varios intentos de ruptura, con los mayores esfuerzos en Haslach y Elchingen. Los dos comandantes austríacos se pelearon entre sí. Y el archiduque Fernando se separó del grueso con sus 6000 jinetes e intentó escapar en dirección noreste. Pero, ya cerca de Trochtelfingen, sus fuerzas fueron rodeadas y vencidas por el cuerpo de caballería de Murat. Otros 12000 austríacos se rindieron en Neustadt. El general Mack y el resto de sus hombres (unos 27000, tras los combates e incidentes citados), con Napoleón en escandalosa mayoría a las puertas de la ciudad de Ulm desde el 14 de octubre, salieron afuera para rendir sus armas a los pies de los montes Michelsberg. El general Mack firmó la capitulación del ejército el día 20. La campaña, sin batallas propiamente dichas, le costó a Austria más de 50000 hombres, casi el 70% de sus tropas iniciales.

El Proceso Actual de Definición y Seguimiento del Objetivo.

La retirada de los USA de Vietnam produjo un reajuste y otra apreciación del principio del objetivo. Las evaluaciones posteriores de los políticos y militares llevaron a proclamar la imperiosa necesidad de darle siempre a sus fuerzas armadas en cualquier conflicto futuro: el apoyo sin fisuras de su pueblo, unos objetivos operativos y estratégicos claros y definidos expresamente y los medios necesarios para su logro. Esta “check list” de apoyos de la estrategia nacional a la estrategia militar, aparece hoy como un buen resumen del compromiso moral y material que los pueblos y los mandos tienen con sus militares, cuando los envían a la guerra por razones de “interés nacional”.

En la práctica, el desarrollo de la estrategia operativa irá definiendo nuevos objetivos operativos y tácticos. Que son los jalones del camino sinuoso que lleva a obtener los objetivos estratégicos planteados a los militares. Que pueden ser tan precisos y tan generales como: la ocupación de un territorio enemigo, la recuperación de unas provincias expoliadas por aquél, su derrota militar efectiva o su rendición con o sin condiciones. Recordemos que Moltke el Viejo decía que los planes iniciales propios sólo resistían o eran viables hasta el primer contacto en fuerza con el enemigo.

Las democracias occidentales están dotadas de comunicaciones extensas, directas y profundas por todo su tejido social. Todo aparece fácilmente a la vista y todos se toman el derecho o la obligación de debatir sobre todo. En aquéllas su “ámbito político militar” es mucho más lábil, inseguro y opaco. Pero esto no quiere decir que las exigencias operativas no existan. Y que la necesidad de prescribir y mantener la discreción y la seguridad limiten necesariamente la “exposición universal” a los medios en el terreno de la seguridad nacional.

Es necesario definir y dar unos objetivos claros a los militares. Ello implica la necesidad de que los políticos estudien y se comprometan con la alta estrategia o estrategia nacional. Y, como corolario necesario e inevitable, que den la suficiente autonomía operativa a sus militares. Para que no malgasten vidas, esfuerzos y medios materiales. Para que no se enreden, ni distraigan en acciones improductivas o secundarias. Para que no pierdan el respeto y el apoyo de su pueblo y ganen el desprecio de neutrales y potenciales enemigos.

Pero, cerrando un “bucle” ideológico y práctico, la edad de las comunicaciones ofrece también ventajas de rapidez e inteligencia continua, razonablemente fiable y suficiente en la información militar y su gestión. Incluso en estos casos fugaces y delicados, con las comunicaciones inalámbricas de varios niveles y accesos, se puede obtener una “presencia virtual” de los jefes militares y de ciertos políticos, en el campo operativo lejano. Esto facilitaría a esos mandos, una aproximación sucesiva y la graduación de las acciones de los medios militares en presencia, hacia la acción operativa. Y facilitaría la dilución en el espacio y el tiempo de la necesidad de fijar los objetivos secundarios sucesivos, ya desde el principio de un ciclo de operaciones militares. Manteniendo siempre una aceleración constante de los “ciclos de acción” sobre el enemigo, para dislocar su capacidad de rechazo y buscar y actuar sobre sus debilidades operativas. Ya aquéllos deben buscar sucesivamente adelantarse al enemigo, volver progresivamente ineficaces sus acciones e inducir en sus hombres el desamparo de no ser capaces de contrarrestar ni superar nuestras acciones tácticas, guiadas por la estrategia operativa.

LA CAZA Y CAPTURA DE BIN LADEN

Las pequeñas unidades atacando con objetivo limitado (una incursión profunda, la toma de una posición crítica, el rescate de una personalidad, una emboscada) constituyen un “sistema” militar cerrado. Esta condición impone unas características específicas en sus “interfases de acción” con el enemigo. Que no siempre son idénticas a las de la lucha de unidades y grandes unidades, sobre todo en la limitación de los medios y del tiempo de actuación disponibles.

Las unidades así empeñadas deben imponer rápidamente y mantener una superioridad combativa sobre el enemigo. Para poder conseguir la supremacía local y temporal, que les permita conseguir dichos objetivos limitados. La característica o el factor de la concepción de su misión es la simplicidad. Las características de su preparación son la inteligencia, la seguridad y el entrenamiento. Las características de su acción son la sorpresa, la velocidad de acción y el compromiso de los participantes en la misión.

El caso “The Hunt for Bin Laden” está tratado con profusión y difusión suficientes, en cuanto a sus características publicitarias, políticas, legales, humanas y técnicas. Ahora analizaremos las particularidades tácticas y operativas que lo caracterizaron.

A la CIA le llevó casi 9 años encontrar a Bin Laden desde su “escapada” en el otoño de 2001. Aunque entonces lo tuvieron a mano y mansito.

En el otoño de 2001 tuvo lugar el rápido desmoronamiento del régimen talibán de Afganistán. Era un estado precario y mal estructurado, que daba cobijo y apoyo logístico a la jefatura de al-Qaida. Ésta, junto con sus “agentes de escolta”, un pequeño grupo miembros activos y prosélitos entrenándose, se agruparon con tiempo, formando un despliegue de marcha extenso y laxo. Y se escurrieron, siguiendo las estrechas y escarpadas rutas que les ofrecía la zona, por las montañas afganas hasta Tora Bora. Comenzó entonces, en diciembre de 2001, la gran operación de búsqueda y captura del dirigente máximo de al-Qaida. Que era el responsable directo y declarado de los atentados del 11 de septiembre contra los EEUU.

Se reunieron para ello cerca de 100 grupos especializados en “long range independent operations” estadounidenses, en la zona en la que se suponía que se escondía Bin Laden. ¿Por qué no lo cogieron o lo mataron? Posiblemente, si fuesen comandos israelíes, lo hubiesen logrado. En su día, según los informes que han ido apareciendo a la luz pública, dijeron que fue por “falta de medios”. «¡Necesitábamos más soldados allí!, declaró recientemente el agente de la CIA Gary Bernstein. Durante su testimonio, aseguró que «podríamos haber terminado todo allí». En las 50 páginas de un informe publicado en 2010, se citan los testimonios de varios responsables militares estadounidenses. Que vieron como sus Altos Mandos les negaban, por ejemplo, los mil hombres necesarios, según ellos, para taponar las entradas y salidas a Pakistán, o varios bombardeos sin objetivos definidos.

¿Necesitaban más de 100 comandos de élite para una operación de cerco y aniquilamiento de un grupo enemigo no combatiente? Que estaría limitada a la zona aproximada donde los rastros enemigos y sus sensores electrónicos, satélites, sus espías y sus agencias inteligencias, ubicasen al enemigo. Rodeada dicha zona, mediante un doble cerco, no necesariamente continuo, sino eficaz, los comandos penetrarían centrípetamente en el área sospechosa. Actuando simultánea, paciente, metódica y sigilosamente, como un “enjambre” de pequeñas unidades. Donde el flanco y la retaguardia de cada pequeña unidad estaría defendida por su iniciativa y actividad ofensiva. Y por la “influencia” irradiada por una unidad compañera cercana.

También le achacaron parte de la responsabilidad en la escapada a un halcón como Donald Rumsfeld. Por aquel entonces, dicen ahora, que Rumsfeld declaró que si EEUU era tan duro en Afganistán (¿por capturar limpiamente al responsable de aquella tragedia alevosa y civil?), despertaría un sentimiento antiamericano mayor del que ya existía entonces. Y por eso era más partidario de una táctica más “ligera” con bombardeos controlados y la colaboración con los militares afganos. Esto no resulta coherente ni creíble.

El fallo de la operación constituyó un decisivo fracaso estratégico. De hecho, durante años no se han tenido datos fidedignos del paradero de Osama, según reconoció el secretario de Defensa Robert Gates, el 7 de diciembre de 2008. Y ahora Al Qaida está renovada y desparramada. Y Bin Laden, como el Che muerto, inspira que no comanda, a una nueva generación de extremistas islámicos, extendidos por numerosos países.

Se hizo justicia, aunque no fuese según todas las leyes vigentes.

La sociedad tiene dos enemigos: los que no cumplen las leyes y los que las cumplen a rajatabla. Entre estos últimos, en su paroxismo legalista, están los que engendraron las inquisiciones y las persecuciones en la Historia.

La unidad militar elegida para llevar a cabo la “Operación Gerónimo” fue la US Navy Seal. Ésta es la unidad de su Marina de Guerra encargada de las acciones puntuales especiales por mar (sea), aire, (a) y tierra (l). Los Seals se crearon al final de la década de los 50 del siglo XX. Al apreciarse la necesidad de contar con militares polivalentes, extremadamente preparados y capaces de actuar en cualquier ámbito en condiciones exigentes. A primeros de los 60 y por deseo del presidente Kennedy, comenzaron a actuar en Vietnam. La formación general de un Seal se prolonga durante años de duro trabajo. El Seal cobra entre 37 mil y más de 60 mil euros al año. Su trabajo minucioso, preciso, duro y peligroso no se compensa económicamente. Satisfacer su amor a la milicia, su vocación de servicio (éste se le enseña), su amor a la patria y su compromiso con sus colegas y la unidad son su paga principal. La “unidad 6” de los Seals, un grupo de élite de una veintena de hombres, participó en esta misión, encargándose de los objetivos principales. Se dice que el almirante jefe dirigió la operación. La naturaleza de los Seals, la estructura de las subunidades aerotransportables participantes y de los transportes y apoyos eran elementos que contribuían a la simplicidad de la misión, ya que se adecuaban perfectamente a ella.

El entrenamiento y el ensayo de la misión no fueron descuidados, a pesar de la enorme experiencia general de los hombres. Antes de la activación de la unidad en Jalalabad, ésta fue entrenada en un “modelo” que reproducía fielmente las instalaciones, la extensión y las características de la mansión de Bin Laden y los terrenos aledaños. El “essay model” fue levantado probablemente en una de las bases de entrenamiento más o menos protegidas de los Seals. Y éste se prolongó por unas 6 semanas, con intervalos. Durante esta fase se mantuvo el factor seguridad de la misión, ya que los ensayos y prácticas que realizan los Seals son variados y cambiantes.

La unidad atacante se desplegó en su base de partida principal al menos unos 10 días antes, para no incrementar su tensión y facilitar su adaptación final. El enemigo talibán, cercano, observador y vaporoso, fiel correveidile con al-Qaida (hoy diríamos al-Caida), no fue capaz de detectar su activación. El factor seguridad se mantuvo incólume durante toda la gran fase de preparación de la misión.

En la tarde del domingo 1 de mayo, el jefe de vuelo de la fuerza de transporte tomó el mando de la operación y ordenó el despegue de los helicópteros de su base de partida principal junto a Jalalabad. La fuerza de transporte procedía de alguna de las divisiones 82 0 101 aerotransportadas del US Army. El vuelo al objetivo, en una noche de luna nueva, se realizó siguiendo hasta 3 direcciones diferentes, para no llamar la atención de observadores o curiosos en tierra. Las trayectorias se orientaron al este-noreste, evitando el cercano eje de comunicaciones terrestres de Islamabad-Peshawar-Khyber-Jalalabad. Con ello se protegían los factores de seguridad y de sorpresa de la misión, durante la fase de acercamiento.

La fuerza de operaciones utilizaba 4 o, posiblemente, 5 helicópteros. Eran probablemente del tipo UH-60 Black Hawk, de la variante dotada en su morro con un radar picudo, para el guiado del vuelo nocturno. Uno de ellos se averió gravemente ya en el objetivo y optaron por destruirlo. Pero las aeronaves restantes fueron suficientes para trasladar de vuelta a todos los hombres, con su botín de información para la inteligencia y el cadáver de Bin Laden.

Ya en el objetivo, el coronel jefe (¿o el almirante citado?) de la fuerza de ataque tomó el mando de la operación. Las tripulaciones de los helicópteros, dotadas de medios de fuegos pesados, se encargaron de sellar el complejo de viviendas del exterior. Los 58 seals avanzaron sobre aquél por sus tres lados y algunos descendieron a su interior, en techos y patios, mediante cuerdas. Una fracción de ellos formaron un “anillo” para aislar el complejo desde tierra. Ya en el interior, la mayor parte de los hombres se encargó de neutralizar a los escoltas y a los civiles de las viviendas. Todos estaban comunicados entre sí mediante una Intranet sofisticada. Un grupo especial, el “hunting team”, a cargo del coronel, fue a por Bin Laden. El equipo de identificación formaba parte del grupo. Otro grupo, el “inteligence collect team” se encargó de recoger toda la información sensible existente en la gran mansión. Ambos grupos de misión se dividían en subgrupos, para completar rápidamente sus misiones por el complejo. Asimismo, en las detecciones indicadas colaboraban todos los hombres dentro del perímetro. La operación Gerónimo culminó en unos 45 minutos, los hombres ocuparon sus helicópteros y éstos partieron de regreso.

THE HUNT FOR BIN LADEN

The small units attacking with limited aim (a deep incursion, the capture of a critical position, the rescue of a personality, an ambush) constitute a military closed «system». This condition imposes a few specific characteristics in his «interfaces of action» with the enemy. That not always are identical to those of the fight of units and big units, especially in the limitation of the available means and of the time of action.

The units so committed must impose rapidly and keep a combative superiority on the enemy. To be able to obtain the local and temporary supremacy, which allows them to obtain the above mentioned limited aims. The characteristic or the factor of the conception of his mission is the simplicity. The characteristics of their preparation are the intelligence, the security and the training. The characteristics of their action are the surprise, the speed of action and the commitment of the participants in the mission.

«The Hunt for Bin Laden» is publicly treated by sufficient profusion and diffusion, as for his advertising, political, legal, human and technical characteristics. Now we will analyze the tactical and operative particularities that characterized it.

It took to the CIA almost 9 years to find Bin Laden from his «escape» in the autumn of 2001. Though then they had him at hand, scared and gentle.

In the autumn of 2001 took place the rapid crumbling of the Taliban regime of Afghanistan. It was a precarious and bad structured State, which was giving cover and logistic support to the headquarters of al-Qaida. This, together with his «escort agents», a small group of active members and training proselytes, gathered in time, forming an extensive and lax marching deployment. And they slipped, following the narrow and steep routes that the zone was offering them, for the Afghan mountains up to Tora Bora. It began then, in December, 2001, the great operation of search and capture of the maximum leader of to al-Qaida. That was the direct and declared person in charge of the attempts of September 11 against the USA.

They met for it near 100 specialized Americans groups in «long range independent operations», in the zone in which it was supposed that Bin Laden was hiding. Why they did not got or killed him? Possibly, if they were Israeli commands, they had achieved it. In his day, according to the reports that have been appearing to the public, they said that it was by «lack of means». «We needed more soldiers there!”, declared the agent of the CIA Gary Bernstein. During his testimony, he assured that «we might have finished everything there». In a 50 pages’ report published in 2010, are mentioned the testimonies of several military American at charge. They saw how his High Commands were denying them, for example, a thousand necessary men, according to them, to turn off the entrances and exits to Pakistan, or several support bombardments, without definite goals.

Did they need more than 100 elite commands for an operation of search, circle and annihilation of an enemy irregular group? That would be limited to the approximate zone where the enemy tracks and their electronic sensors, satellites, spies and intelligence agencies, were locating the enemy. Surrounded that zone, by means of a double ring, not necessarily continuous, but effective, the commands would penetrate centripetally in the suspicious area. Acting simultaneously, patiently, methodically and secretly, like a «swarm» of small units. Where the flank and the rear of every small unit would be defended by his initiative and offensive activity. And by the «influence» radiated by a nearby unit companion. Also they imputed part of the responsibility in the flight to a “falcon” like Donald Rumsfeld. In those days, they say now, Rumsfeld declared that if the USA was so hard in Afghanistan (for cleanly capturing the person in charge of that treacherous and civil tragedy?), it would wake an anti-American major feeling up that the already existed then. And because of it, he was more in favor with a «more «light» tactics, with controlled bombardments and the collaboration with the Afghan military men. This turns out to be neither coherent nor credible.

The failure of the operation constituted a decisive strategic failure. In fact, for years there has not been trustworthy information of Osama’s whereabouts, as admitted the secretary of Defense Robert Gates, on December 7, 2008. And now Al Qaida is renewed and spread. And Bin Laden, as the dead Che, inspires a new generation of Islamic extremists, spread over numerous countries.

Justice was done, though it was not according to all the laws.

The society has two enemies: those who do not fulfill the laws and those who fulfill them strictly. Between the last, in their legalistic paroxysm, are those who generated the Inquisitions and the pursuits in the History.

The military unit chosen to carry out the «Operation Geronimo» was the US Navy Seal. This is the unit of the Navy in charge of the punctual special actions by sea, air, and land. The Seals were created at the end of the decade of the 50 of the 20th century. On having appreciated the need to possess polyvalent military men, extremely prepared and capable of acting in any area in demanding conditions. At the beginning of the 60 and for desire of the president Kennedy, they began to act in Vietnam. The general formation of a Seal extends during years of hard work. The Seal receives between 37 thousand and more than 60 thousand Euros a year. His meticulous, precise, hard and dangerous work is not compensated economically. To satisfy his love to the militia, his vocation of service (this one is taught to him), his love to the mother land and his commitment with his colleagues and the unit are his principal pay. The «unit 6» of the Seals, a group of elite of a score of men, took part in this mission, taking charge of the principal aims. It is said that the admiral in chief directed the operation. The nature of the Seals, the structure of the airborne subunits participants and of the transport and supports, were elements that contributing to the simplicity of the mission, as they were adapted perfectly to it.

The training and the test of the mission were not neglected, in spite of the enormous general experience of the men. Before the activation of the unit in Jalalabad, this was trained in a «model», which was reproducing faithfully the facilities, the extension and the characteristics of Bin Laden’s mansion and the bordering areas. «Essay model» was raised probably in one of more or less protected training bases of the Seals. And this extended for approximately 6 weeks, with intervals. During this phase the factor security of the mission was kept, because the tests and practices that the Seals realize are varied and changeable.

The attacking unit deployed in her principal operational base at least approximately 10 days before, to not increase her stress and to facilitate the final adjustment. The Taliban enemy, nearby, observant and vaporous, faithful tale-bearer to al-Qaida, was not capable of detecting her activation. The security factor was kept unscathed during the whole great phase of preparation of the mission.

In the evening of Sunday, the 1st of May, the chief of flight of the force of transport took the command of the operation and ordered the takeoff of the helicopters in their base near Jalalabad. The force of transport was coming from one of the 82 or 101 Airborne Divisions of the US Army. The flight to the objective, in a new moon night, followed up to 3 different directions, not to call the attention of observers or onlookers in land. The paths orientated East-Northeast, avoiding the nearby axis of ground communications of Islamabad-Peshawar-Khyber-Jalalabad. With it were protected the security and surprise factors of the mission, during the approximation phase. The operations force was using 4 or, possibly, 5 helicopters. They were probably of the type UH-60 Black Hawk, of the variant endowed in his knob with a pointed radar, for guided of night flights. One of them was seriously broken already in the objective and they chose to destroy it. But the remaining aircraft were sufficient to move home all the men, with their booty of information for the intelligence and the corpse of Bin Laden.

Already in the objective, the colonel chief of the assault force took the command of the operation. The crews of the helicopters, provided with means of heavy fires, took charge sealing the houses complex from the exterior. The 58 seals advanced on that from its three sides and some of them descended at the interior, over ceilings and courts, using ropes. A fraction of them formed a «ring» to isolate the complex from land. Already in the interior, most of the men took charge neutralizing the escorts and the civilians of the house complex. All they were communicated between themselves by means of a sophisticated Intranet. A special group, the «hunting team», at the command of the colonel, went for Bin Laden. The identification team was forming part of this group. Another group, the » intelligence collecting team” took charge gathering all the sensitive existing information in the great mansion. Both mission groups were dividing in subgroups, to complete rapidly their missions at the complex. Likewise, in the indicated detections all the men were collaborating inside the perimeter. Operation Geronimo culminated in around 40 minutes, the men occupied their helicopters and these departed returning home.

The operational characteristics of the «Operation Geronimo».

The simplicity allows to focus in a few critical related subaims. Using for it a limited number of men and means in an isolated «system». It is something like to look and to isolate the «limited objective» with a zoom, which crumbles and characterizes it for us. And to center in this «small giant» which occupies us. If we also manage to use, in addition, a new tactics or a new or different technology, which is original in the given situation, both the simplicity of conception and the surprise of execution will be very favored.

On September 12 of 1.943, the captain of the S. S. Otto Skorzeny realized the rescue of the Duce in his prison of the high mountain hotel in the Great Sasso, in the Apennines. The employment of gliders to assault the position, fighting against the difficult draughts (increased on having landed at the midday, for the delay in coming on) and landing in the scanty useful ground chunks, facilitated the surprise of the guarding «carabinieri». This extended, allowing Skorzeny and his team to accede to the principal building, when a General known by the «carabinieri», landed with him and he was accompanying him. The combat supremacy was achieved rapidly.

In May of 1.940, German airborne forces landed in gliders on the ceilings of Eben Emael’s Belgian fort. 78 men had to neutralize a garrison of approximately 1200 Belgian soldiers, to allow that the German ground forces should approach Albert’s channel, dominated in a great extension by the heavy artillery of the fort. Apart from the surprising disembarkation on the fort, the Germans were possessing a new weapon: the hollow load bombs. These later would find wide usefulness as antitank weapons. With them they demolished the domes and bunkers where the cannons were lodging and blocked some of the redoubts, where the soldiers that not surrendered had sheltered. The enemy remained overwhelmed and neutralized, without capacity of useful response. The arrival the following day of the German columns, specially the pioneers (engineers), precipitated the surrender of the fort Eben Emael.

The security refers principally to the stages of planning, preparation and training and, if it proceeds, to the stage of transport or insertion. It must be active and passive. Giving different information and concealing the real intentions, up to after the stage of action on the objective. The safety was supported and respected carefully along all the phases of conception, preparation and execution of the Operation Geronimo.

The necessary intelligence supposes the complete and continuously updated knowledge for the mission, in time, circumstances and characteristics that meet in it. For the characteristics of this and the exiguous specialized means of assault, the intelligence is facilitated by agencies and units foreign to those who intervene in the mission, even those of state level (singularly the CIA, the Agency of National Security, more known as NSA and the Central Security Service or CSS, which acts as link of the last one with the Pentagon).

The training must be as much generic, in the actions and different tactics, as in the specific for the planned mission. Independently of those who make the different units, it is necessary to realize the training of the coordinated actions, with the units that take part simultaneously somewhere in the mission. It is also necessary to realize a “full rehearsal” with all the characteristics of the mission, including its “foreseen duration”, with a margin of error.

The independent variable «time» introduces sometimes unexpected and unforeseeable effects in a mission like this. And not always are good. For example, a vehicle, an auxiliary machine, only present problems after X hours of severe functioning. And they do not give them in a “limited time test” or «at scale». It is good also to include some variant that represents a mistake, an unforeseen event or a loss of capacity of combat or of movement. And that the men train in correcting them or, at least, in neutralizing them with his own effort. For example, a part of the helicopters is knocked down or lands at major distance of the expected landing zone.

The surprise supposes attacking the enemy, even deployed in “prepared strengthened defense”, in an «aspect» or «flank» neglected by him in these moments. This offers to us a favorable»interface of action» to act. Always it must suppose a tactical innovation. Though also it contains technical differential or new elements, which will promote it. These were the hollow load and the flame-throwers in their moment. The surprise is the sufficient and necessary multiplier of the capacity of combat of the incursion force. That will allow her to compensate the scanty military resources that she has on the area. Together with her inconsiderate employment, carefully applied with speed. To achieve the temporary local superiority. As being an “isolated military system”, the incursion force will receive neither reinforcements, nor supplies, not any more operation time. Time is not neutral, here is her enemy.

The speed consists in consistently operating ahead the enemy in elementary successive «cycles of action», that define a full action or process. This also supposes acting with opportunity and pace (relative speed, adapted to the enemy). Let’s remember that a cycle of action has a phase of observation, other one of determination of the «situation», one of decision and that of execution. If we are «going forward» the enemy, he will be acting according to “almost instantaneous already antiquated” situations.

The speed also implies rapidly reaching the “active supremacy situation” in useful combat capacity against him. The military initial actions must be specially thoughtless, to get it. The enemy speed of reaction is always initially very slow. He will be with stupor and will try to check what happens. His phase of determination of the initial situation will get longer. A “deception action” in these moments, will lengthen the time passed up to his perceptions and determination of the real picture of the situation. For example, the utilization of the uniformity, of some equipment or the language of the enemy, by certain parts or subunits of the units involved in the action.

Once the supremacy is reached over the enemy, it must be kept always. As his loss and the scanty relative means the force locally deploys, will make its recovery very difficult. On having reached the capacity of combat supremacy, the “mission success” probabilities increase exponentially. And the vulnerability of the force will be diminished also drastically against the enemy, during her action.

The commitment of the men and commands and theirs selection qualities used will give some characteristics of moral and physical courage to their actions. These are necessary to overcome the uncertainty, the apprehension, the mistakes and the diversions, the action of the enemy, sometimes punctually critical, and to take advantage of the opportunities. The loss of comfort and the general wear does not seem that are going to have a degrading effect on the force, due to the limited action time. The commitment supposes the full knowledge of the characteristics and the transcendence of the mission and his voluntary and enthusiast assumption by all the participants. Evidently, it is presumed in advance that the chosen forces have the motivation and the necessary formation for the mission.