La Guerra Híbrida moderna. 3ª Parte.

(FINAL)

La Guerra Multifuncional, Total o Multidisciplinar.

El ciberataque es un “ataque total” de tipo enjambre; o sea, de carácter múltiple y simultáneo o secuencial. Va dirigido sobre las estructuras económicas, administrativas, civiles y militares, que sostienen y permiten que un “grupo social” funcione. Es una “forma de lucha” en el ámbito cibernético. Donde se busca “ocupar” “posiciones ventajosas” tácticas o estratégicas. Y “dañar” al enemigo, impidiéndole mantener su ritmo, su “tempo habitual” de funcionamiento y robándole y privándole a veces de los costosos bienes de investigación y desarrollo creados por él. Y que le permitían mantener una ventaja competitiva de “medios de intervención” nacionales en los campos industriales, económicos, militares. Una rama del ciberataque es el espionaje industrial.

Con ellos se logra afectar y debilitar gravemente los sectores diplomáticos, económicos, militares y civiles de una sociedad. En el civil está el humus primigenio, la esencia social, como creador de la “moral nacional” y de la “voluntad de defensa” del grupo social. Siendo aquellos sectores los “medios de intervención” con los que cuenta un Estado para su defensa global, holística, de agresiones y peligros externos e internos.

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Es conocido el ataque supuestamente estadounidense empleando un virus avanzado contra el software de las centrifugadoras iraníes. Que operaban para separar los isótopos del Uranio 235 y Uranio 239 (no fisionable), teniendo en cuenta su masa molecular. Buscando obtener U 235 suficientemente puro para crear “masas críticas autofusionables”, el explosivo de las bombas atómicas, para sus supuestos artefactos nucleares. Como el % de riqueza entre un uso industrial, para generar electricidad, por ejemplo, y la gran pureza que requiere una “masa crítica”, ambas “actividades de sucesivos enriquecimientos” son perfectamente reconocibles por las inteligencias extranjeras. En mayo de 2010 fue detectado por los iraníes un virus malicioso, llamado Stuxnet, en las centrifugadoras de la central nuclear de Nataz. Y que le dió la “orden” a un millar de ellas de autodestruirse. Pero, ya en enero de ese año habían detectado los inspectores de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (la AIEA) y los técnicos iraníes que muchas centrifugadoras funcionaban lento o mal y sin un motivo determinado.

China tiene una posición privilegiada singular como “gran factoría universal” en la economía global. Y lo mismo vende productos baratos de consumo inmediato en gran escala, que compiten principalmente en precio, que fabrica ya productos de alto valor añadido con las más modernas tecnologías. Esto le permitió protagonizar uno de los casos más significativos y consistentes de ciberataques en gran escala contra un país o coalición. La historia fue publicada por Bloomberg.

Los agentes de una unidad de espionaje y guerra cibernética del Ejército chino consiguieron colocar unos “componentes” maliciosos en las placas base de equipos informáticos de la compañía Supermicro, de San José, California. La cual compra componentes a fábricas chinas, que tienen, a su vez, subcontratas y proveedores de partes en China. Así, los equipos informáticos con ese “caballo de Troya” permitieron a los espías cibernéticos chinos acceder durante 3 años a secretos industriales y gubernamentales de los EE. UU.

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Las anomalías emergieron en 2015, cuando Elemental Technologies, que diseñaba software para comprimir archivos, informó de ellas en las placas base de sus servidores. Existían unas 30 compañías tecnológicas, entre ellas Amazon y Apple, y diversas agencias de inteligencia estadounidense “invadidas” en el ataque chino. Se comprobó que los servidores de Elemental fueron montados por Supermicro, que es el mayor productor mundial de servidores.

Se encontró que algunas placas de los servidores tenían instalado un “componente perfeccionado” que no aparecía en su diseño y que no era un chip. Este “cuerpo extraño” multifuncional habría sido colocado hasta en 4 fábricas de China que montan servidores de Supermicro.

Las intervenciones físicas en el hardware son más difíciles, porque todos comprueban teóricamente los equipos que fabrican o compran. Los ataque al hardware ajenos se suelen hacer durante su tránsito del fabricante al cliente. Que es el método que emplean las agencias estadounidenses. Pero esta manipulación maliciosa y cómoda de los espías chinos se puede efectuar porque China es el gran fabricante (con licencia o sin ella) de hardware (ordenadores, móviles). Y los directores y mandos de sus fábricas colaboran de buen o mal grado con las “peticiones de las autoridades”, en un amplio sentido.

Y, por fin, hace unos días fue de actualidad reincidente el caso, aún no cerrado, del gigante chino de las telecomunicaciones Hua Wei. Así, las agencias de inteligencia de los EE. UU. han advertido que no se deben emplear los productos y servicios de Huawei y ZTE. Acusando que los terminales de estas marcas podrían estar funcionando como “agentes cibernéticos encubiertos”, espiando para el gobierno chino. También, el Pentágono ha prohibido a su personal introducir en las bases militares los productos de esas marcas.

La Economía Nacional como “medio de intervención”.

La Economía es un importante y clásico “medio de intervención” del Estado y de la Nación. Significa e implica en el esfuerzo de guerra a la capacidad de obtención y producción de toda clase de bienes y servicios, intermedios y finales, que las tecnologías y procesos en vigor en cada etapa son capaces de lograr y conseguir.

La Economía va ligada aquí directamente con la educación aplicada, específica, de la mano de obra cualificada que se necesite y pueda lograrse en una nación. La capacidad propia de conseguir bienes o servicios (incluso con turismo, materias primas, comercio) apetecibles a otras naciones o grupos sociales, servirá para el intercambio directo o por trueque de los bienes y servicios en los que una sociedad sea deficitaria. Por ejemplo, energía o mano de obra específicamente cualificada.

Resultado de imagen de reagan and gorbachev REAGAN Y GORBACHOV.

También, en casos de necesidad y utilidad, una nación puede decidir asignar más recursos productivos para la producción de un determinado bien. Pero, cuanta más especialización se exija en la producción, los rendimientos, tanto netos como económicos (como coste de ellos) serán menores. En virtud de las leyes del rendimiento decreciente y de los costes crecientes que sufren estos “procesos productivos especializados reconvertidos”. Es muy fácil utilizar el cemento en producir bienes militares de defensa estática (bunkeres, líneas defensivas artilladas) y no levantar edificios con él; resulta relativamente fácil convertir las fábricas de vehículos industriales en productoras de blindados. Y es muy difícil conseguir grandes rendimientos de una lechería convertida en fábrica de armamento.

Es evidente que todo este proceso de reconversión de la capacidad de producción de una nación, exigirá el control por un mando político decidido y firme. Y la convalidación y el respaldo de unas leyes de guerra temporales, que lo decidan y apoyen firmemente. Aprobadas por una mayoría suficiente del Poder Legislativo.

Paradigmático fue el ejemplo de los EE.UU. y la Unión Soviética, de Ronald Reagan y Mijail Gorbachov, en la década de los 80 del siglo XX. La carrera de armamentos que impuso la primera nación colapsó la economía de la segunda. Que no pudo seguir, con su capacidad económica sin competencia (al capital productivo), ni incentivos (a la mano de obra), el ritmo al que se le forzaba a producir los bienes y servicios planificados. Y todo un sistema económico político social, como el “socialismo real” implosionó y se derrumbó. Llevándose con él, en unos pocos años, todo el entramado político militar montado por Moscú. Para que fuera su esfera de influencia, sus “marcas” tampones occidentales y su imperio político social, tras la II Guerra Mundal.

Años más tarde, un ex diplomático soviético se sinceraba: “no teníamos ni para comer…”

China adapta sus “combinaciones” de “medios de intervención”, según sus objetivos nacionales y estratégicos.

Imagen relacionada ASPIRACIONES FUNDAMENTALES DE CHINA…

Un primer objetivo nacional exterior chino es fomentar la multipolaridad en la estructura mundial de las grandes potencias y sus aliados. Buscando que no exista una potencia mundial hegemónica como los EEUU, que le estorbe en la extensión de su influencia y poderío desde su “centro nodal”.

Para ello, creará alianzas y establecerá pactos y convenios con terceros en detrimento o en sustitución de aquella potencia hegemónica. Y será un “actor intransigente obstruccionista” en todas las actuaciones que promueva unilateralmente aquélla en los foros internacionales (ONU, Agencia Internacional de la Energía Atómica). Así, las actuaciones de las naciones occidentales en el conflicto sirio estaban frustradas y limitadas por el veto sistemático de China a su aprobación en el Consejo de Seguridad. Aunque los comunistas chinos se consideran al margen de la lucha por la influencia directa en el Oriente Medio musulmán. Y, la decisión china de renovar sus relaciones con el África Subsahariana fue en parte un corolario estratégico de la “guerra al terror” de los EEUU y la OTAN en Oriente Medio, como región proveedora de petróleo y gas a todo el mundo.

China es para Rusia y Rusia es para China un socio, competidor y rival, si vale esta definición polivalente, que hace que ninguna de las expresiones lo sea en plenitud. Ambas son “potencias emergentes”, según la nueva nomenclatura, empeñadas en crecer, en no dañarse directamente de momento y en erosionar a la potencia hegemónica y a sus aliadas europeas.

Así, los chinos no actuarían directamente, ni por terceros países interpuestos, en Siria, en el caldero hirviente del Asia del Suroeste, escenario de la contienda global que sunníes y chiítas desarrollan por el control y la supremacía en el Islam. Sino que lo harán colaborando en cierta medida con los intereses y las proposiciones diplomáticas de los rusos. Reforzando así una postura política común de contrapeso y neutralización de la influencia de Occidente en la zona. Y a cambio de una cierta reciprocidad rusa a favor de los intereses chinos, en otros países en los que no choquen las influencias nacionales de ambos.

Resultado de imagen de china poder político militar UN GRUPO NAVAL DE PROYECCIÓN ESTRATÉGICA CHINO NAVEGA POR EL MAR DEL SUR DE CHINA, TRAS CRUZAR EL ESTRECHO DE TAIWAN.

Una preferencia estratégica china externa se dirige hacia el subcontinente indio y a las naciones de un primer círculo asiático de cercanía terrestre y marítima. La India es un rival radical a su medida, con el que sostuvo varias guerras fronterizas a mediados del siglo XX. La India tiene una estructura política más avanzada que China, la democracia liberal participativa, aún a pesar de todas sus contradicciones, discriminaciones étnicas, sociales y religiosas y carencias de todo tipo. Y posee una pujanza demográfica que la supera. Aunque últimamente los chinos comienzan a darse cuenta de lo irracional de sus métodos “seudos científicos” del control de la natalidad. Que la China comunista aplicó en aras de un progreso material racional. Progreso del que sólo disfrutan en diversos grados en el presente, los miembros del partido comunista y sus familias, los técnicos que lo diseñan, impulsan y desarrollan, los jefes y oficiales de las fuerzas armadas y una minoría de emprendedores y hombres de negocio. Que han prosperado a la sombra de un clientelismo institucional inveterado de las citadas élites públicas.

Al oeste de China, junto a su inmensa región de Sinkiang (Xinjiang), en el Turkestán Oriental, se encuentra un rosario de antiguas repúblicas socialistas soviéticas de unos 2 mil Kms de longitud, que alcanza hasta la orilla oriental del Mar Caspio. Ellas son, de este a oeste, Kazajistán, Kirguistán, Tadzikistán, Uzbekistán y Turkmenistán. Y forman estos países un conjunto monolítico de varias etnias, recogidas en los nombres de ellos, pero extendidas por varios a la vez, de origen turcomano, de las estepas centrales de Asia. Y aglutinados también por su pertenencia al Islam sunní. Todo ello forma un escudo multinacional defensivo y refractario a la actividad expansiva y a la presencia significativa de los chinos en sus asuntos internos o en su comercio exterior, siempre con efectos de tutela política. Estos musulmanes turcomanos son más bien unos potenciales aliados de la Gran Rusia, en cuanto ésta ponga un poco de dedicación y esmero en atraerlos y atenderlos.

Resultado de imagen de china Paracelso y Spratly. BASE NAVAL DE COHETES CHINA EN UN ISLOTE DEL ARCHIPIÉLAGO PARACELSO.

Otra gran preferencia estratégica de Beijing es extender su influencia y ampliar los lazos económicos y diplomáticos con las naciones en desarrollo, especialmente las que tengan “recursos naturales y cultivos primarios”, que sean necesarios para la producción manufacturera, la alimentación y el desarrollo general de las naciones. Ella les ha llevado hasta mucho más allá de sus fronteras geográficas de influencia política o estratégico militares.

Con los inacabables ingresos de sus exportaciones y con los conocimientos en muchas áreas del desarrollo, China hace inteligentes y masivos “desembarcos” estratégicos nacionales en diversos países de África e Hispanoamérica. Con los que establece “alianzas vinculantes” de apoyo, asesoría y sostén. Procurando anclarse firmemente y crearse aliados o “amigos” por todo ese mundo en desarrollo.

Marchando por el camino político, económico, diplomático y militar de convertirse en lo que China realmente busca ser: una (o la) potencia hegemónica en el siglo XXI.

Los contenciosos, incluso violentos, y al menos, muy amenazadores, que mantiene China con los países del Este asiático, demuestran lo incómoda, despótica y avasalladora que puede ser su presencia a las distancias cortas. Cuando China cree que están en juego sus intereses nacionales o su orgullo nacional. Cuya pérdida a manos de las “potencias extranjeras” hasta casi mediados del pasado siglo, es uno de los tics neuróticos de la política exterior de Pekín, desde el 1 de octubre de 1949.

En el Mar del Sur de China, esta potencia es expansiva y hegemónica. Y mantiene contenciosos más o menos importantes con el resto de los países asiáticos bañados por ese mar. Que son Filipinas, Malasia, Brunei, Indonesia, Singapur, Tailandia y Vietnam.

Este mar tiene unos 3500 mil Km2. Y China considera que es su “Segundo Golfo Pérsico”, por los yacimientos de petróleo y gas natural subacuáticos, existentes y estimados. Por comparación y perspectiva, el Mar Mediterráneo sólo tiene 2500 mil Km2 y sus costas dan a 24 países de los tres continentes. Ninguno de los cuales es hegemónico o expansivo.

Con el fin de asentarse en los “archipiélagos disputados”, China sigue una estrategia de avances pequeños y consolidados. Instalando en ellos, en islas e islotes, bases militares aéreas o navales y ampliando las capacidades logísticas de algunas de ellas, robando terreno al mar. Esto ha obligado a algunos países costeros a realizar ocupaciones en las islas de sus mares regionales. Destinadas, más bien, a señalar su presencia y soberanía.

Dos de los casos más llamativos son los archipiélagos de Spratly y Paracelso.

El Spratly tiene cientos de islas e islotes esparcidos por más de 400 mil Km2, junto a las Filipinas. En relación a este archipiélago, la Corte de Arbitraje de La Haya ya dictaminó que no existe base legal para las reclamaciones chinas. Y que las Spratly no son islas con proyección económica. Pero, China, simplemente, no lo reconoce.

El archipiélago de Paracelso, a 700 Km al sur de Hong Kong, está situado al oeste del Mar meridional de China, en la entrada del golfo de Tonkin (Vietnam). Allí, China tiene plataformas petrolíferas en disputa con el gobierno vietnamita. En torno a las instalaciones chinas ha habido diversos incidentes entre los pesqueros y patrulleras vietnamitas y los barcos chinos de escolta. Que los han dispersado usando cañones de agua.

La Guerra Híbrida moderna. 2ª Parte.

La Guerra Multifuncional, Total o Multidisciplinar.

(CONTINUACIÓN)

Las Guerras de Guerrillas.

Las guerras pomposamente llamadas de cuarta generación son las guerras contrainsurgencia o guerras de guerrillas o guerras irregulares o rebeliones armadas o guerras de liberación o bandidaje organizado, que siempre han existido, coexistiendo con las variantes convencionales. Son las que los EE.UU. han perdido o no ganado últimamente: Vietnam, El Líbano (desembarco pacificador de marines, luego volados en su cuartel) y Somalia (el avispero incontrolable e imprevisible de “todos contra todos” de los señores de la guerra y las milicias islámicas). Son guerras desiguales (les llaman también ahora “asymmetrical warfare”) contra un enemigo de más bajo nivel tecnológico militar, en relación a las fuerzas regulares enemigas, enraizadas siempre en la población civil propia u ocupada, poco intensas militarmente y extensas en el espacio y el tiempo.

Las guerras contra los irregulares armados son por naturaleza largas, dolorosas y difíciles. El carácter prolongado se origina de la necesidad de que una fuerza popular, partiendo casi de la nada, se desarrolle y se extienda y llegue a derrotar moral o militarmente a un ejército regular propio o de ocupación. La dificultad y los crueles males surgen por el elevado componente civil que participa en ellas. Son guerras localizadas en el patio de casa, en la retaguardia propia u ocupada.

Resultado de imagen de rusia guerra de siria Rusia en Siria. Primero arrasan y luego avanza su infantería para barrer y ocupar. Los muertos civiles sirios no les importan.

Es necesario, por tanto, evitar la prolongación del conflicto, que va minando la convicción de las propias fuerzas y permitiendo que el enemigo se extienda, fortalezca y predomine.

Los abusos contra la población civil son siempre contraproducentes en una lucha contrainsurgencia y más en una rebelión interna. A veces, las prisas por formar nuevas tropas llevan a un entrenamiento deficiente o incompleto de éstas. No están vacunadas contra la tensión, especialmente aquí la mental, ni contra la frustración de los planes no cumplidos o de las sorpresas ingratas. Esto lleva casi inevitablemente a descargar la rabia y la impotencia enervantes en la población civil entremezclada voluntaria o coactivamente con los insurrectos.

Con embarazosa frecuencia, cuando los “sensores” humanos o tecnológicos de Rusia, Arabia Saudí o de Occidente detectan alguna probable actividad insurrecta siria, iraquí, hutí o zaidí o de los muhaydines extranjeros, primero arrasan el edificio, la “manzana”, la zona. Luego van a limpiar y a hacer el recuento de cadáveres para sus estadísticas. A veces, entre los escombros se pueden encontrar con los cadáveres de una familia árabe inocente y numerosa. Se abusa de la atrición, que es indiscriminada y perversa cuando el enemigo se funde con los civiles. Se descuida e incluso se descarta, el patrullaje activo, inesperado, que necesita proporcionalmente menos medios materiales y humanos, pero más oficio, coraje moral, libertad de actuación y creatividad en los mandos inferiores e intermedios y en los hombres.

Cuenta regresiva: dos buques de guerra rusos, listos para zarpar rumbo a Siria Dos buques de desembarco de la flota del Mar Negro cargan tropas para el puerto sirio de Tartus. «Para defender los intereses nacionales rusos en Siria». 

Un complemento necesario de la red regular son las falsas bandas rebeldes. Éstas estarían destinadas a actuar en zonas proclives a la insurgencia, de donde varios de sus integrantes procedan. Y su actuación y ocultación estarían favorecidas por el carácter descentralizado de los grupos insurrectos. Sus misiones serían conseguir información, probar la lealtad de los civiles y aniquilar pequeños grupos enemigos o suicidas. No deberían ser mayores de un pelotón reforzado, salvo en ocasiones especiales de combate.

Fueron destacables las practicas de contrainsurgencia de los portugueses en sus inmensas colonias de África, entre algunas de las cuales había 3 mil Km de distancia. Planteando así grandes problemas logísticos para una nación pequeña, que no contaba con excesivos recursos o amigos. Fue importante la política de “integración nacional” (con lemas como “Portugal no es una nación europea” o “una nación pequeña”; “Portugal es una nación grande multicultural”). Y que fue practicada por las tropas portuguesas, en base al respeto a la población, la falta de represalias innecesarias o necesarias no explicadas y la mejora o el desarrollo de la población civil autóctona. Contando con los “medios económicos, de educación, de ingeniería civil, logísticos” disponibles, siempre magros y en penuria. Es decir, los “medios de intervención” portugueses actuaban conjuntamente en un “mixoperativo. Hecho a la medida de sus capacidades y de las funciones y objetivos nacionales de esta Guerra Híbrida, dirigidos por un mando central coordinador.

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Columna de tropas portuguesas a punto de continuar la marcha.

Pero, la población comprendió la política de “sincero acercamiento” y razonablemente ayudó a las tropas portuguesas a aislar y confinar en las regiones más lejanas o inhóspitas de los distintos países a las “bandas de irregulares” de los distintos movimientos rebeldes. Que no pudieron ganar la batalla por “los corazones y las mentes” de los angoleños y otros pueblos.

Esto creo un “impasse”, un punto muerto, en el desarrollo militar de las “guerra de guerrillas” coloniales clásicas. Las bandas de rebeldes no podían crear “bases guerrilleras” estables. Que les permitieran tener una retaguardia acogedora y un refugio permanente y seguro. Y adoctrinar, crecer, fortalecerse y extenderse por las distintas regiones de cada país. Privando al enemigo militar, poco a poco, del dominio sobre los nativos y sus tierras. Y los portugueses tampoco podían cercar y aniquilar a las partidas situadas en las zonas remotas de los territorios, que simplemente se escurrían y cambiaban de ubicación segura.

Los primeros que vieron esta perspectiva de su futuro fueron los oficiales africanistas y de la metrópoli. Y esto llevó, por último, a la “revolución de los claveles” del 25 de abril de 1974, al derrocamiento del régimen corporativo salazarista de Marcelo Caetano y a la descolonización de Portugal. Para el que las guerras prolongadas significaron una sangría de recursos humanos y materiales intolerable, en la perspectiva de un estancamiento indefinido.

Pero, al llegar la independencia colonial (Angola, Guinea y Mozambique), como consecuencia de ese punto de equilibrio alcanzado, los interlocutores válidos para negociarla con los portugueses eran relativamente pocos, mal preparados y con una organización endeble y superficial, que no se sostenía sin la ayuda foránea “socialista”.

Las Guerras diplomáticas, la canónica y la heterodoxa.

Uno de los “medios de intervención” de una potencia mundial o regional para obtener sus “objetivos nacionales y estratégicos” son las “Relaciones Exteriores”. Que tiene un concepto cualitativamente más extenso que la Diplomacia. Ésta se refiere a los negocios de Estado o de gobierno que tratan 2 o más naciones (alianzas). Y la “función” diplomática es negociar por la vía política lo que le comunica su ministerio o secretaría de Estado. Pidiendo y recibiendo sucesivas instrucciones, si fuera necesario, para mantener y proseguir la negociación. Y manteniéndose en su ejecución y relaciones protocolarias o no, dentro de las cualidades de discreción, prudencia y tacto que caracterizan al oficio.

Resultado de imagen de diplomacia internacional La Diplomacia internacional se enreda.

Las Relaciones Exteriores incluyen también otras relaciones y acciones más heterodoxas. Que es necesario buscar, apoyar y mantener en el exterior para conseguir nuestros objetivos nacionales. Así, una función de las relaciones externas es aflorar para ello, nuevas oportunidades y caminos o vías y “medios de intervención” más secundarios. Las Relaciones Exteriores colaboran directamente, como siempre se ha hecho, empleando los medios y la estrategia nacional vigente, con la Inteligencia, la Economía y las Fuerzas Armadas nacionales. Es decir, actuando conjuntamente en un “mix” de funciones y medios de intervención, la guerra siempre ha sido Híbrida desde la Prehistoria. Creando así nuevas oportunidades y vías, para aplicar y emplear toda la capacidad creativa y potencial del Estado, para lograr sus objetivos estratégicos y operativos.

Un ejemplo sucinto entre miles de situaciones. El “mando central operativo de guerra combinada” (o MCOGC) puede solicitar a Relaciones Exteriores la búsqueda de disidentes o enemigos internos de un potencial país enemigo. Localizados uno o varios de éstos, se valoran sus capacidades, circunstancias, implantación y posibilidades operativas. Así, RR. EE. presentaría un informe al MCOGC en forma de “resolución fundada” implicándose. O sea, valorando esquemáticamente los casos existentes y decidiéndose por uno o dos, en función de sus cualidades y nuestra conveniencia general o puntual.

Resultado de imagen de Metternich diplomacia Príncipe Klemens Wenzel Metternich (1773-1859). Como diplomático fue más importante en sus logros, que Napoleón en sus guerras.

Esos disidentes o enemigos podrán ser políticos o también armados. En el primer caso, nuestra nación les podría conceder asilo, becas, apoyo económico y asesoramiento a sus grupos. En el segundo, en una fase de mayor confrontación, se podrá también enviarles pertrechos y armamentos, asesores y formadores y unidades de “operaciones especiales” o de “voluntarios extranjeros”, para apoyarles y/o reforzarles en sus actividades insurgentes.

La Propaganda como “medio de intervención”.

A comienzos del siglo XVI las ideas “reformistas y heréticas” del sacerdote agustino Martín Lutero se propagaron por el centro y el norte de Europa, con la ayuda de la imprenta. El origen de la palabra propaganda surge durante la llamada Contra Reforma. Es una referencia a la propagación de la fe católica, con los jesuitas en la vanguardia de esa tarea de catequización. Haciendo frente a las desviaciones de la ortodoxia preexistente, enseñadas por los luteranos, hugonotes, calvinistas, erasmistas, etc.

No es hasta la I Guerra Mundial cuando el término adquiere una significación negativa o peyorativa. Ésta se origina por la indignación popular hacia los esfuerzos sistemáticos de las potencias beligerantes en aquélla, para manipular en su favor las ideas y, con ello, las actitudes de todos, los neutrales, los enemigos y la población propia. Éste podría ser el origen más determinado de las “noticias falsas”, tendenciosas, insidiosas, sectarias, equívocas… Que los snobs hispanohablantes denominan ahora “fake news”.

Así, en los años 30 del pasado siglo, la propaganda “de guerra” o “nacional” evocaba en la mayoría de las personas la visión de fuerzas malévolas, que se antojaban extrañas y alienantes, intentando lavarles el cerebro. La necesidad surgida con el estallido de la II Guerra Mundial, de cooperar al esfuerzo de guerra total con todos los medios disponibles, ante un conflicto impuesto que amenazaba la supervivencia de las democracias, y los nuevos avance en los campos sociológicos y psicológicos durante el período de entreguerras, llevarán progresiva y firmemente a la aceptación por las naciones occidentales y sus fuerzas armadas de la aplicación de la guerra psicológica

La propaganda maneja siempre informaciones básicas, esenciales, que son sencillas y simples por definición. Esto es debido a que su “objetivo” (el “target”) es siempre amplio y numeroso: la población de un determinado país o región, o un colectivo extenso religiosa, económica, racial o socialmente diferente. Ellos son los que hay que informar, convencer y, según los casos, proteger. Decía Lincoln que “Dios debía amar mucho al hombre normal, porque lo había creado en tan gran número”.

La Guerra Cibernética, característica de la Guerra Híbrida moderna.

Un “medio de intervención” contra los enemigos o para cambiar o influir en voluntades, que era desconocido, por impensable, hasta hace muy poco, son los ataques cibernéticos.

Imagen relacionada Esquema algo confuso de la Ciberguerra.

Éstos pueden dirigirse al software o al hardware de los sistemas informáticos personales, empresariales o institucionales. El software es el “soporte lógico” de un sistema informático, que hace posible la realización de las diferentes tareas. Este “soporte lógico” incluye el sistema operativo y las aplicaciones o programas informáticos que realizan aquéllas. El hardware, por su parte, es la maquinaria o el conjunto de componentes físicos del ordenador. Así, resumiendo, el software genera instrucciones que se ejecutan por el hardware o soporte físico del sistema.

En general, los ataques se realizan al software de un sistema, buscando una “debilidad” de éste. Y mediante los códigos maliciosos, las entradas traseras, etc. Una penetración o asalto al software se previene en general con un antivirus apropiado al virus recibido. Para atacar al hardware hay que actuar sobre el “componente físico” del ordenador. Y su detección, con la miniaturización existente hoy en día, resulta muy improbable y larga en el tiempo, hasta que se detectan los estragos. La mejor forma de acceder al hardware es realizando la intrusión en las fábricas de componentes y de montajes. Pero éstas están protegidas con medidas de control de componentes y equipos externos, basadas en la nacionalidad y el productor de ellos.

Los ciberataques se dirigen a redes cibernéticas de la sociedad, públicas y privadas, a las comunicaciones y medios de control de equipos y redes internos. Concretándose en las instalaciones de distintos sectores destacados o estratégicos de un país o alianza; como, centros fabriles, comunicaciones militares, gestiones administrativas públicas, redes sociales abiertas, distribuidores de energía, intranets de bancos y medios económicos. Y buscan paralizar o perturbar el funcionamiento de los mismos o volcar y distribuir en ellas informaciones tendenciosas más o menos abiertas para alterar o dirigir la opinión pública general o particular en favor de los intereses no siempre evidentes de los atacantes.

(CONTINUARÁ)

La Guerra Híbrida moderna.

La Guerra Multifuncional, Total o Multidisciplinar.

La Guerra Moderna.

Hasta ahora las guerras se libraban entre “naciones” grandes y pequeñas. Ellas eran las únicas capaces de generar una “voluntad de defensa”, concretada en unas fuerzas armadas y en el apoyo de la economía y la diplomacia de sus sociedades, para la defensa de sus intereses estratégicos y nacionales y su supervivencia. Existía un procedimiento o protocolo para su declaración y para la firma de los tratados de paz. El que no respetaba las normas de honor era considerado infame y si resultaba derrotado, podía esperar un severo castigo. El presidente Roosevelt, el lunes 8 de diciembre de 1941 a las 12:30 p.m. hora de Washington, en su discurso ante el Congreso estadounidense reunido en sesión conjunta, y transmitido por radio a la nación, declaraba: “Ayer fue un día marcado por la infamia… Ruego a Uds. declaren la existencia de un estado de guerra entre los Estados Unidos de América y Alemania, Italia, el Imperio japonés y todos sus aliados”. Y al final fueron Hiroshima y Nagasaki.

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Las guerras modernas duraban unos pocos años. Tras los cuales, agotada la capacidad industrial y la voluntad de defensa de los vencidos, no necesariamente invadidos u ocupados, éstos aceptaban su derrota y se firmaba la paz. Cuando las condiciones del armisticio y de la paz eran demasiado leoninas y humillantes, originaban nuevos “impulsos o arranques” vitales de defensa en el pueblo derrotado. Buscando superar y vengar los agravios recibidos y/o percibidos. Ellos eran el germen seguro de una futura guerra en el término de una generación, medida en unos 25 años. Recuérdese el tratado de Versalles o “Diktat” contra Alemania, firmado el 29 de junio de 1919, promovido por Georges Clemenceau, llamado el Tigre. Cuyos últimos pagos, referidos a intereses del principal ya liquidado, los acaba de hacer a finales de septiembre de 2010 la Alemania reunificada, unos 90 años después de aceptados.

La amenaza del uso del arma atómica en la guerra entre las potencias industriales, alejó indefinidamente el peligro histórico y recurrente de una guerra de intereses de cualquier clase entre ellas. Los mandos civiles y militares o dirigentes de todas ellas, han exhibido a lo largo de más de 65 años un tacto exquisito, apoyados por la diplomacia y la economía nacionales, en las relaciones internacionales y en la resolución de los conflictos planteados. Ninguna cuestión “menor” relativa merecía asumir el riesgo de una guerra nuclear incierta, costosa y sin claros “vencedores”. En todo caso, las grandes potencias hegemónicas o las principales de una zona estratégica, dirimían regionalmente su lucha ideológica y de intereses. Y lo hacían mediante guerras limitadas y compartimentadas regionalmente.

Resultado de imagen de cuba en etiopía Fuerzas «internacionalistas» cubanas ayudan a Etiopía en 1977.

Donde combatían sus naciones “socias” y “correligionarias” locales subsidiarias no atómicas, incluso fuera de su zona estratégica natural. Ahí tenemos el caso de Angola, Cuba y Suráfrica, tras la descolonización de la primera. También la lucha en el cuerno de África de la Etiopía de Mengistu Haile Mariam, Cuba y la Somalía de Siad Barre. La derrocación de este último, tras su derrota en la guerra por arrebatarle el desierto de Ogadén en 1991, precipitó a Somalía en el caos en el que aún se encuentra. Y tenemos el caso de Israel y los países árabes limítrofes, que le amenazan periódicamente con su eliminación y con echar al mar a los judíos supervivientes.

En las guerras contemporáneas han irrumpido, marcando carácter, las comunicaciones modernas: las inalámbricas u ondas de amplio espectro, las redes viarias y los vehículos diversos a motor. Un desafío especial, que se plantea en todos los conflictos coactivos, no necesariamente armados en todas sus fases, es la llamada guerra cibernética. Concretada en los ataques al “enemigo” a través de la red universal de comunicaciones inalámbricas. Estas agresiones son capaces de penetrar las líneas de seguridad de primer y segundo niveles, las más conocidas o comunes. Y atentar contra las bases de datos y los procesos de los ordenadores normales de empresas, particulares e instituciones. Hasta hace unos pocos años, sólo los estados desarrollados tenían acceso a su tecnología de vanguardia. Y esto enlaza también las guerras de 3ª y 4ª generaciones: el empleo de los ciberataques no está ya en manos de las grandes potencias. Por ejemplo, alocando los ordenadores de las plantas de hostiles o golfos de enriquecimiento del uranio 235. Hoy en día, pequeñas naciones y grupos de aventados rebeldes o de pilluelos vanidosos, con ciertos conocimientos y magros recursos, pueden realizar con éxito ataques cibernéticos a cierto nivel.

Resultado de imagen de guerra guerrillas Vietnam Fuerzas norvietnamitas equipadas con metralletas de diseño ruso PPSh-41.

En las últimas décadas, las guerras se están manifestando en unos niveles muy asimétricos de medios y esfuerzos enfrentados. Tanto es así que los estadounidenses les llaman guerras de 4ª generación o asymmetric wars. Pero que no son más que las viejas guerras de guerrillas de la Historia. Y, muchas veces también, de liberación nacional. No olvidemos que siempre se ha vilipendiado al enemigo rebelde y respondón. Al que se le juzga por las leyes de sedición armada y ataques contra la seguridad del estado. Napoleón así tenía en consideración a los españoles a partir de mayo de 1808. O las potencias europeas a las naciones nacientes en África y Asia, tras la II guerra mundial, desde Argelia hasta Indonesia, pasando por Angola (que los portugueses decían que era una provincia nacional) y Vietnam.

Nacimiento y Situación de la Guerra Híbrida.

La Primera Generación de guerras estaría marcada por el desarrollo y consolidación del concepto Estado. Las guerras de Segunda Generación estarían caracterizadas por el compromiso de las sociedades en la causa o la Patria; sus modelos son la Revolución Francesa; aparecen las revoluciones industrial y de los transportes, que posibilitaron la extensión del teatro de operaciones, no tanto la velocidad de las maniobras, y ampliaron el espectro de los objetivos. En ellas se emplearon ejércitos literalmente de masas, donde el choque tenía gran importancia e independientemente que la caballería o la infantería fuera el arma principal. En las guerras de Tercera Generación, a finales del siglo XIX y en el XX, la tecnología moderna fundamenta y modifica las acciones. Y el factor que coadyuva a la definición de las guerras de Cuarta generación es la globalización y el retorno al hombre como actor decisivo. Ahora, cerrando el bucle histórico y definitorio llaman guerras de V generación a las guerras híbridas o multifuncionales, que, realmente, siempre han existido. Con la participación mayor o menor de cada uno de los “medios de intervención” disponibles en el grupo social, para conseguir las “funciones de intervención” buscadas.

Resultado de imagen de guerra guerrillas Afganistan contra URSS Los tanques de la U.R.S.S. luchan contra un enemigo elusivo y fugaz en Afganistán.

No por nominar hoy en día con una palabra exótica y nueva, preferentemente extranjera, se crea así un “medio o una función de intervención” fresco y prometedor. El problema es que el desconocimiento de la historia, aún la reciente, empobrece los nuevos conceptos, ideas y situaciones conflictivas. Sin ganar en aplicación, eficiencia y capacidad cognitiva por ello. Con esto sólo se incide o se repite la historia anterior, para volver a aprenderla. Y que, como en una hélice helicoidal, sólo se cambia el “plano de ejecución” temporal fenoménico. Donde se mantienen incólumes y ahora ocultos en parte, los distintos “parámetros esenciales” de los fenómenos y epifenómenos de los conflictos y luchas.

En Afganistán, la “experiencia” soviética de lucha contra la insurgencia entre diciembre de 1979 y enero de 1989, como fuerza invasora y opresora, apoyando a un régimen de su órbita, resultó un completo desastre para la U.R.S.S., al no conseguir ninguno de sus objetivos estratégicos o nacionales. Pero, en Siria, los insurgentes se asentaban y controlaban unos territorios cuasi definidos. Y los defendían bien hasta el año 2016, tras la intervención de Rusia..

Y los rusos a partir de su exitosa, pero muy corta experiencia allí, preconizan hoy en día el empleo de un “centro de mando coordinador” en cada teatro de operaciones. Que estaría encargado de coordinar, en un esfuerzo convergente y global, los medios específicos a disposición del mando del teatro. Cada “medio de intervención” estará aquí especializado en función de las tareas a cumplimentar.

Resultado de imagen de rusia guerra de siria Fuerzas rusas enviadas a Siria en apoyo del régimen de al-Assad.

Las tareas a coordinar en el teatro, para impulsar las políticas adecuadas a los intereses de Rusia y a la convivencia y la paz, serían: de carácter militar ordinario o especial y de asesoramiento; diplomáticas; de cooperación con administraciones civiles y fuerzas gubernamentales u otras presentes; de reconstrucción y apoyo a la población. Aquí intervendrían los diplomáticos, ingenieros civiles, técnicos de administración, educadores, unidades de policía rural, asesores económicos y sociólogos. Formando “paquetes funcionalesmixtos a integrar en el “centro coordinador” de intervención y colaboración.

A todo esto le llaman los rusos la doctrina Valery Guerasimov. Aunque no es más que una recopilación de políticas, tendencias y actuaciones de antes y ahora.

Las fuerzas militares estarán destinadas a las operaciones regulares de ataque y defensa. Incluidas la custodia de objetivos sensibles, tanto personales y grupos industriales como de estructura e infraestructura; el establecimiento y defensa de puestos de control, tanto fijos como itinerantes; el ataque a las bases, concentraciones y movimientos de fuerzas enemigas importantes; un patrullaje de combate y/o reconocimiento que cubra el territorio en manos o amenazado por los irregulares y la ocupación de posiciones enemigas tomadas.

La doctrina estadounidense multidisciplinar está contenida en el concepto, los reglamentos y las actualizaciones de la Modern Air Land Battle. Y aplican en su política y actuaciones los mismos “medios de intervención” que todas las grandes potencias. El general James Mattis, Secretario de Defensa hasta el jueves 20 de diciembre de 2018, en que se colmó el vaso de sus discrepancias con Trump, por su orden de retirada no consultada del contingente de 2 mil soldados estadounidenses de Siria.

Mattis explicó en su carta de renuncia, de un modo condensado, fácil y profundo las ideas del Pentágono sobre la guerra híbrida o multifuncional. Para que Trump pudiera entenderlo. “Nuestra fortaleza está unida a la fortaleza de nuestro sistema de alianzas. Y, de forma similar, debemos ser inequívocos y resolutivos con los países cuyos intereses y tendencias son opuestos o están en tensión con los nuestros”.

Resultado de imagen de seal navy LOS SEALs

Casi todos los “medios de intervención” del Estado, empleados para conseguir sus objetivos nacionales, ya estaban presentes en la panoplia de medios a su disposición, mucho antes de ésta nueva denominación de la Guerra Híbrida. Las “funciones de intervención” eran desarrolladas por “medios” adaptados a las posibilidades reales de su época. Y conseguían los objetivos buscados, aunque fueran muy específicos. Ahí tenemos las acciones del SAS (Special Air Service) como “fuerzas especiales de intervención puntual con objetivo limitado” en la retaguardia del enemigo. Luchando contra éste y para apoyar y colaborar con “fuerzas de resistencia al ocupante” locales. En los EE UU tenemos a los SEAL, los Rangers, la fuerza Delta y las Special Forces, entre otras. En Alemania está el grupo GSG 9. en Australia y Nueva Zelandia tienen el mismo nombre que el cuerpo británico.

Las necesidades estratégicas y tácticas de la guerra y las funciones de los “medios de intervención” son poco variables. Y su variabilidad es función de las mejoras en capacitación general, alcance, velocidad, capacidad de choque y fuego sobre el enemigo, comunicaciones entre “medios”, protección de estos, etc. Que brinden las sucesivas tecnologías aplicables a los “medios”

Todas las metrópolis coloniales, peleando en las guerras de liberación planteadas después de la II Guerra Mundial, desarrollaron en grado y fortuna variables, métodos y políticas de desarrollo civil, de vinculación de los naturales de ultramar a la nación, de “ganar los corazones y las mentes” de la población autóctona.

(CONTINUARÁ)