AL-ZAWAHIRI Y AL-QAEDA.

UN MÉDICO FANATIZADO AL MANDO DE «LA RED»

Presentación.

El 31 de julio de 2022 a las 6:16, hora de Kabul, fue eliminado por las Fuerzas Aéreas USA Aymán al-Zawahiri, la conocida cabeza visible de la “organización terrorista islámica sunní La Red” (al-Qaeda).

Junto a Osama ben Laden, al-Zawahiri, hoy con 71 años de edad, participó directamente en el planteamiento y la decisión del “ataque múltiple irregular” del 11-S a los EEUU. Menos carismático que Obama, tras la muerte de éste, al-Zawahiri ocupó el mando efectivo de la Red.

En este puesto, se enfrentó a los intentos de Abu Baker al-Bagdadi de desgajarse de la Red y fundar el Estado Islámico de Siria e Irak. Esta organización terrorista supremacista alcanzó hasta hace ya un tiempo una gran extensión y poder en las tierras de Asia del Suroeste, singularmente Irak y Siria.

Hoy, el ISIS, en su nomenclatura inglesa, se resiste a desaparecer, y malvive como una organización guerrillera en los primeros estadios del proceso irregular político militar. Rozando sus seguidores en muchos momentos y lugares, la difícil y penosa situación definida por Mao Zedong como “insurrectos errantes”. Aquellos cuyas bases no son seguras, no ofrecen descanso y cobijo a los irregulares y, cuando son conocidas, ofrecen a los militares un blanco asequible, duro e ideal.

El mando de Aymán al-Zawahiri fue descentralizado, estratégico, dando líneas de actuación a los distintos grupos locales y confirmando solamente golpes importantes.

Su Conversión radical.

La organización de los Hermanos Musulmanes, una de las fuentes ideológicas de los islamistas modernos, ha sufrido a lo largo de los 85 años vividos desde su fundación por Hassan al-Banna, toda clase de avatares, sinsabores y persecuciones. Él y sus seguidores pretendieron crear una red social islámica, que sirviera de contrapeso nada menos que al estado egipcio. En 1948, contando los Hermanos con cerca de 3 millones de miembros y simpatizantes activos, comenzó una persecución estatal contra ellos. Al-Banna murió en un atentado callejero a primeros de 1949, transformándose en el “Imán Mártir” para los Hermanos Musulmanes. La trayectoria de la cofradía se ha ocultado de las vistas ajenas durante largos e intermitentes períodos. Uno de los tics o mantras políticos de los Hermanos dice: “Nasser nos mató, Sadat nos amnistió, Mubarak nos silenció”. Y ahora pueden añadir “Abdul Fatah al-Sisi nos desilusionó”.

La ideología, la organización y su actuación cohesionan a sus adeptos en una “unidad de acción general” motivada, eficaz y resistente. Que es de muy difícil repetición o réplica por los laicos, los ateos no comunistas, los demócratas y otros enemigos potenciales del grupo islamista.

Los islamistas no reconocen a los estados, ni a las naciones. Ni, por supuesto, aceptan la democracia liberal occidental. Sólo Allah es Legislador de los hombres. La esgrimida por las cancillerías occidentales “legitimación democrática del presidente elegido Mohamed Mursi” es una blasfemia para ellos. Teocracia y democracia se excluyen esencialmente y se rechazan activamente en las ideas fundamentalistas islámicas. El Islam no admite una modernidad política, ni mucho menos religiosa. Todo está ya legislado y entregado a los hombres, a través de Mahoma, para su “cumplimiento sumiso” personal y en la Comunidad de los Creyentes o Umma.

El partido Libertad y Justicia egipcio, que ganó las elecciones presidenciales, es una “apariencia” política, para alimento de la galería internacional, creada por los Hermanos Musulmanes, usando la jerga de los infieles.

En sus tiempos de estudiante universitario, al-Zawahiri se incorporó a los Hermanos Musulmanes. Tras el atentado mortal al presidente Mohamed Anwar al-Sadat, realizado por un grupo de militares durante un desfile el 6 de octubre de 1981, se atribuyó a los Hermanos la participación en el complot asesino. Al-Zawahiri fue detenido y estuvo varios años en la cárcel, durante los cuales padeció palizas y torturas. Esto radicalizó sus posturas hacia la necesidad de emplear acciones prácticas y violentas para conseguir la liberación y la purificación de los musulmanes de influencias occidentales.

El Final.

Tras la caída de Kabul en manos del Movimiento Talibán en agosto de 2021, la familia de al-Zawahiri se trasladó a vivir a Kabul. A pesar de que los Talibán aseguraron verbalmente a los estadounidenses que no albergarían en su territorio a terroristas.

Huyendo de los derramamientos de sangre y de los daños colaterales inútiles, Aymán fue atacado en un momento en que se hallaba solo en el balcón de su vivienda. Para ello, su comportamiento y costumbres fueron detectados y analizados por los equipos aéreos de Aeronaves no Tripuladas de Exploración y Ataque de los EEUU, situados mucho más allá del horizonte… Probablemente, su presencia primera fue detectada y comunicada por un colaborador silencioso de los servicios de seguridad en tierra enemiga. Que con ello aseguró su futuro económico.

Contra Aymán fueron lanzados al menos un par de los cohetes Hellfire R9X. En la jerga, también se le llama flying ginsu o ginsu volador, en honor a ese cuchillo japonés.

Una vez disparado por el drón estadounidense y hallándose a la distancia de ataque, el cohete se arma, desplegando 6 cuchillos grandes en torno a su eje central. Con ellos, ataca efectivamente su blanco humano. Su gran precisión operativa fue la razón que decidió a los altos mandos a utilizar este medio atacante en los drones.

La familia de Aymán resultó indemne, así como los otros residentes del edificio.

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