Qassem Suleimani, la Espada Desenvainada del Imperialismo Iraní.
Hacia las 0:30 hora local del viernes 3 de enero de 2020, los EEUU mataron al general Quassem Suleimani cuando se retiraba del aeropuerto de Baghdad, a donde acababa de llegar en un vuelo directo desde el aeropuerto de Damasco. Se emplearon en el ataque dos drones Reaper, probablemente de la CIA, que lanzaron 4 cohetes Hellfire II AGM-114 de cabeza explosiva (H.E.), guiados por láser, (nombre, el “Fuego del Infierno”) sobre los dos vehículos sin especial blindaje, que los llevaban a él y a sus 9 acompañantes a Baghdad.
Introducción.
El Oriente Medio es la región geopolítica más convulsa y furente de nuestro mundo. Y por su cercanía, importancia energética y formar un nudo de comunicaciones entre tres continentes, es especialmente trascendente para nosotros. En esa región del Suroeste de Asia se dirimen varios conflictos armados y paralelos.
MQ-9 Reaper. El drone más temido del mundo.
El llamado “conflicto árabe israelí” se prolonga por más de 70 años, tres generaciones, entre los musulmanes, singularmente los árabes y persas, e Israel, por un minúsculo trozo de tierra muy deseada. Lo cual es una guerra entre estados, independientemente de su asimetría funcional, religiosa y social.
Existe también la “lucha abierta” entre las ramas chií y sunní del Islam, unos increíbles “hermanos separados enfrentados”, por la hegemonía político socio religiosa en esa religión. Este enfrentamiento pasó históricamente por sucesivas fases de efervescencia y aquietamiento, ya desde la época de oro del Islam, los llamados Califas Rashidun o los “rectamente guiados por Allah”. El Islam es una creencia integrada verticalmente en todos los ámbitos de la vida personal y social. Esa lucha abierta se concreta hoy en día en el Próximo Oriente en las guerras civiles de Siria e Iraq, no extinguidas aún, sino desarrollándose en una nueva fase. Complicada con la presencia activa de poderes extra nacionales: Irán, Rusia, Turquía.
Chiíes contra Sunníes.
Existe una gran diferencia ideológica y práctica entre el sunnismo y el chiismo. Éste se siente perseguido por tres razones: La demográfica, ya que el chiismo es marginal entre los musulmanes. La dinástica, ya que el cisma chií surge a partir del cuarto califa elegido, Alí, primo, yerno y compañero del Profeta. Los chiíes proclaman que los califas o jefes político religiosos de la Umma (comunidad universal musulmana) se eligen por herencia y dinastía. Y la ideología, porque admite menos fuentes de revelación divina y ha creado un clero central y dominante, que forma una teocracia, y que es el intermediario y único interprete del Corán y los hadices (dichos y hechos de Mahoma, complementando al Corán) .
Así, el chiismo asume históricamente una actitud fatalista, pasiva, incluso de sufrimiento físico por ello, a la espera del retorno del Imam (califa) desaparecido Éste es el nombre que toman los guías político religiosos en el chiismo y que no tiene nada que ver con el imam o lector de las mezquitas sunníes. Aquél vendrá como al-Mahdi (el guiado por Alá), en un momento dado de la Historia, para hacer triunfar a la Umma (comunidad islámica universal) ortodoxa (casualmente, ellos).
Suleimán, el Magnífico, sultán turco desde el 1520 a 1566.
El Corán, fuente religiosa común de los chiíes y sunníes, no es muy revelador acerca de las “disputas internas armadas” (DIA) dentro de la Umma. En la época del Profeta este problema ni se contemplaba. Y si aquéllas hubiesen existido, al juntarse con el acoso externo que sufrían los musulmanes, probablemente llevasen juntos a la dispersión y a la desaparición del pequeño grupo de los fieles. En la Sura (capítulo) 49, aleya (versículo) 9 se les ordena: “Cuando se hacen la guerra dos naciones de creyentes, procurad reconciliarlas… Los creyentes son tus hermanos (la máxima relación de consanguinidad). Arreglad, pues, las diferencias de vuestros hermanos y temed a Dios, a fin de que tenga piedad de vosotros.” Y en 4, 33: “Oh, creyentes,… no os matéis entre vosotros…(o, no os matéis a vosotros mismos)”.
El Estado Islámico de Irán está enraizado en un complejo de consejos y asambleas, ideados, creados y organizados para asegurar, mantener y perpetuar su funcionamiento socio religioso. Pero que es incapaz de desarrollar moderna y económicamente a un país con los recursos y la exuberancia demográfica de los iraníes. De aquí parten todas las reivindicaciones populares iraníes, no tanto en diferencias ideológicas.
Lo que se está planteando crudamente, a escala cuasi continental, en una amplísima zona geoestratégica, es una guerra a muerte entre los chiíes y sunniíes por el poder político hegemónico en dicha zona. Y, como una derivada natural, la gerontocracia clerical de Qom acaricia la idea de que, allanar nuclearmente la capital israelí los pondría a la cabeza del Islam. El Islam que fue grande y poderoso, según ellos, cuando llevó a cabo la Yihad menor o guerra santa musulmana. También Turquía piensa que la Sublime Puerta sólo fue próspera y fuerte en los largos períodos en que se enfrentó con los europeos, por el control del Mediterráneo y por la Europa centro oriental.
Ya la revolución de Jomeini le dió a los chiíes un espaldarazo y una influencia entonces impensables entre los musulmanes añorantes, jóvenes y/o belicosos. Hay un atractivo mesmérico para los dirigentes iraníes, de que “aquello” sería el aldabonazo al Mahdi oculto. Para que reapareciera y se pusiera al frente de sus fieles chiíes en el Triunfo del Islam, a la culminación de la Historia, iniciando su dominio terrestre durante 1000 años… Antes del Resurgimiento y el Juicio de Allah.
Situación geopolítica.
Al extremo este del Asia del Suroeste, está la teocracia antioccidental chií de los “ayatollahs amomiados”. Éstos, cuando quieren resultados importantes y rápidos contra sus vecinos, incluso en el extremo oeste de esta región geoestratégica, emplean a comandos o a unidades de la Guardia Republicana. Que son capaces de luchar a las distancias próximas y de asalto, como una infantería ligera especialmente entrenada, mejor que las unidades normales de los ejércitos occidentales, empleando sólo su apoyo de fuego pesado orgánico. Aquélla está entrenando, equipando y apoyando de diversas maneras a sus aliados correligionarios de El Líbano, Irak y Siria. La Guardia Republicana está imbricada en el régimen irani, formando el brazo armado incondicional y eficaz de la República Islámica de Irán, actuando como los “Inmortales de los Shas de Persia” modernos. Ella, al igual que los militares egipcios, cuentan con un respaldo económico propio muy amplio, extendido en todas las áreas financieras, comerciales y productoras de Irán. Que les garantiza la independencia operativa y que premia generosamente su dedicación y lealtad en el cumplimiento de sus tareas y misiones.
«EL SERÁ PARA MÍ UN HIJO, YO SERÉ PARA ÉL UN PADRE».
Las Brigadas al-Quds (Jerusalén) son un grupo de élite especial de la Guardia Republicana. Se dedica al espionaje y a realizar acciones limitadas militares con fuerzas de incursión. Es decir, es la rama que se encarga de las acciones irregulares en el exterior de Irán. Y exhibe toda una panoplia de capacidades para la guerra subrepticia o sucia entre naciones enemigas. Incluida la de entrenar a grupos afines extranjeros y brindarles apoyo logístico.
Su comandante en jefe era el general de división Qassem Suleimani, de 62 años, de estatura media y barba y pelo blancos, y que estaba incluido en la lista de los terroristas mas buscados por los EEUU. Un detalle: el Líder Supremo de la Revolución, Alí Jamenei, le consideraba un «mártir viviente de la revolución», a la que se incorporó en 1980, cuando tenia 23 años, en una incipiente Guardia Republicana. Tras el avance del Estado Islámico en junio de 2014 por el norte y centro de Irak y el llamamiento del ayatollah chií iraquí Alí Sistani a la lucha contra él, Qassem Suleimani fue enviado por Teherán a Irak. Para apoyar y dirigir la activación de las milicias chiíes, dispersadas tras la guerra sectaria entre chiíes y sunníes, ocurrida después de la invasión estadounidense. Así, una gran aportación de Suleimani fue haber conseguido la “unidad de acción” entre todas las milicias chiíes contra el EI, integrándolas en las “Fuerzas de Movilización Popular” de Irak.
Ha sido el EI el que ha sacado de las “sombras de la Guardia Republicana” al general Qassem Suleimani. Que, apareció y conformó el enfrentamiento ideológico militar entre los seguidores sunníes de Estado Islámico y los mercenarios extranjeros de la Brigadas al-Quds de Irán y las milicias chiíes que ellos animan, apoyan y entrenan.
Irán distribuyó inmediatamente fotos de su general operando en Irak. Lamentablemente, tras el retroceso del EI del norte de Irak, las milicias chiíes arrasaron decenas de aldeas sunníes de la zona, como colaboradoras o simpatizantes del enemigo. Lo cual alimentó, una vez más, ese “volcán de animadversión” entre los hermanos separados del Islam.
(CONTINUARÁ)