España y la América Hispana. Trayectoria de sus Hechos.

(FINAL del Estudio sobre Francia, Gran Bretaña, Portugal, España y China imperial en América)

Ya a finales del siglo XVIII, las preocupaciones económicas y sociales aseguraron la unidad del Brasil. Los “señores de plantaciones y/o ingenios” dominaban la economía. La población se concentraba en el rosario de ciudades costeras, separadas entre sí por distancias menores que en la España americana. Las élites eran más homogéneas ideológicamente que las españolas. Y esto se debió a que Portugal nunca permitió la creación de universidades en la colonia. En las universidades españolas repartidas por toda América se graduaron 150 mil estudiantes en los últimos 100 años de dominio español. Brasil no produjo jamás un universitario. Cuando se solicitó la creación de una Facultad de Medicina, en Río de Janeiro, se comentó “ahora piden una Facultad de Medicina y, luego, querrán una de Derecho. Y, después, pedirán la independencia”.

En 1808, cuando Napoleón invadía Portugal, el príncipe regente Juan se refugió en Brasil. Llevándose consigo hasta 15 mil personas de la corte y la administración general. La presencia del rey sirvió como legitimidad dinástica, política y social para mantener unida la colonia. La clase alta brasileña aceptó también la autoridad central de Río de Janeiro por el miedo a una revuelta catastrófica de esclavos en Brasil. Tras la derrota total de Napoleón, Juan VI creó el reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve. Juan fue requerido a volver a Lisboa en 1820 y tuvo que aceptar una constitución liberal en Portugal. La administración de Brasil quedó en manos de su hijo Pedro y éste declaró la independencia de Portugal en 1822. Estableciendo una monarquía constitucional con él como rey.

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JUAN VI DE PORTUGAL

Brasil tenía unas estructuras sociales anquilosadas y estériles, que mantenían una pirámide social muy amplia en la base y un vértice superior pequeño, casi inaccesible y controlador. No había en la colonia espacio, ni oportunidad para que surgieran grupos de pensadores honestos y libres en una burguesía liberal y económica. Que fueran el fermento de cambio de la sociedad brasileña hacia su madurez, su empoderamiento y su expansión, como guías del pueblo. Que, si la Historia acercaba la oportunidad, lo condujeran a la independencia.

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PEDRO I DE PORTUGAL Y BRASIL.

América y España.

También tenemos otra posibilidad a considerar. Que los amerindios hubiesen mantenido una soberanía diferente y variada, dispersa y dividida. Que contara, en un principio, con 2, 3, 4 grandes potencias o imperios supraétnicos, como los aztecas, los mayas y los incas.

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DIOS DE LA GUERRA MEXICA.

Los aztecas y mixtecas contaban con un variado panteón de dioses. Donde reflejaban sus necesidades internas y sus temores anímicos. Uno de los más importantes y significativos era su dios de la guerra, Huitzilopochtli, y su culto. Violentos como eran los aztecas, presionando centrífugamente en sus fronteras, su dios Huitzilopochtli reclamaba sangre humana de sus enemigos vencidos y capturados. Para quedar satisfecho y ser benévolo con su pueblo.

Curiosamente, Huitzilopochtli también formaba parte del panteón de otras tribus que vivían por el centro de México. Esto creaba un problema logístico para todas las tribus. Para satisfacer esta “necesidad ritual” todas las tribus acudían periódicamente a luchar en las “guerras floridas”. Y, ¿eran realmente guerras?

No, eran exterminios calculados y tolerados, que el presidente mexicano López Obrador no estudió o prefiere olvidar. Así, a cada bando se le daban todas las oportunidades para prepararse bien para las batallas. Ni se contemplaba desplegar correctamente las fuerzas propias, para imponer la voluntad sobre el enemigo, en esta dialéctica de voluntades empleando las armas. Ni tampoco, según el principio universal de la economía de medios, buscaban conseguir la victoria con el menor gasto en hombres, medios y tiempo.

¿Qué buscaban estas “tribus ingenuas y naturales”? Conseguir el mayor número de enemigos prisioneros en combate, para ser ofrendados a Huitzilopochtli en lo alto de sus altares piramidales. Esto hubiera sido blasfemo, impío, haram, infiel, kafir para cualquiera de las religiones monoteistas existentes.

España realizó un inmenso y prolongado trabajo de inculturación de los amerindios asentados en sus tierras de dominio.

Entrevista a Alejandro Rosas y las caras ocultas de Hernán Cortés ...
HERNÁN CORTÉS

Cortés no podía casarse con la india Malinche, doña Marina, por estar casado previamente con Catalina Suárez. Y casó a doña Marina con un lugarteniente y atendió a su hijo Martín Cortés, fruto de su unión con ésta. También fue procurando que sus jefes o capitanes se fuesen casando con diversas princesas indias. En cuanto a la catequesis de su religión, los españoles y los frailes franciscanos que los acompañaban en el siglo XVI, fueron aplicando una didáctica práctica, realizable y exitosa. Se les fue tolerando a los indios una conversión de costumbres atractiva, positiva y sucesiva. Era una especie de sincretismo tolerable y extinguible armonizado con una catequesis progresiva de la religión católica. Se trataba de, defendiendo y respetando el dogma, es decir, las verdades de la fe, ir realizando poco a poco, pero firmemente, la conversión religiosa y social de las costumbres y los hechos de los nativos.

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MOSAICO CON LOS 12 APÓSTOLES DE MÉXICO

Los virreinatos españoles de América fueron el de Nueva España, establecido en 1535, con capital en México y jurisdicción por todo el territorio de América del Norte y Central, y el de Perú, establecido en 1542, con capital en Lima, extendiéndose por toda América del Sur, excepto Venezuela y la Colombia centroamericana (hoy, Panamá). Al Nuevo Mundo se le aplicaban las leyes de Castilla. Y, legalmente, tanto la Península Ibérica como América estuvieron en igualdad de categoría. Los habitantes de América eran vasallos del Rey de España y, por depender del rey, no podían ser esclavizados, ni abusados contra las leyes.

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A las distintas regiones americanas les unía el lazo dinástico, fuente de derechos, y una serie de organismos administrativos y funcionales, que tenían jurisdicción propia y simultánea en la Metrópoli y en las regiones de América. Esto llevó, salvando las particularidades americanas y su idiosincrasia, a una estrecha unión entre los territorios españoles. Aunque no se puede pensar en una fusión moderna, dotada de los medios de comunicaciones de todo tipo actuales. Además de las 2 instituciones que controlaban las leyes americanas (el Consejo de Indias, desde 1524) y el comercio internacional (la Casa de Contratación, desde 1503), la Administración española se desempeñaba desde América.

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CASA DE LA CONTRATACIÓN DE SEVILLA, 1503 A 1790.

No se trata aquí de enumerar y describir todos los beneficios recibidos por los amerindios durante su contacto e inculturación de la civilización hispanoamericana. Veamos la relación una relación de las universidades fundadas en América y la fecha de su institución.

Universidad de San Pablo, de México, en 1551; de San Marcos, en Lima, en 1553; de Sto. Domingo, en Sto. Domingo, en 1538; de Sto. Domingo, de Bogotá, en 1580; de San Fulgencio, de Quito, en 1586; de Santa Catalina, en Mérida (Yucatán), en 1622; Universidad Javeriana, de Bogotá, en 1622; de San Ignacio, de Córdoba (Argentina), en 1622; de San Gregorio, Quito, en 1622; de San Ignacio, en Cuzco, en 1623; de San Javier, en Charcas (Bolivia), en 1624; de San Miguel, en Santiago de Chile, en 1625; de San Borja, Guatemala, en 1625; de San Ildefonso, en Puebla, México, en 1625; Universidad de Ntra. Sra. del Rosario, de Bogotá, en 1651.

Del fraile español, Tomás de San Martín, que fundó la primera universidad  americana hace 460 años – ReL – Verdades Ofenden
UNIVERSIDAD DE SAN MARCOS, EN LIMA

Hasta el último tercio del siglo XVIII existen eventos que prueban que en las colonias americanas de España, existía una unidad de intereses sociales y culturales, que mantenían razonablemente unidas las distintas regiones hispanoamericanas en los virreinatos de Nueva España y del Perú.

En 1762, aprovechando que Carlos III había establecido con Francia un Pacto de Familia, los británicos invadieron La Habana, ocupando rápidamente una amplia franja costera cubana, a la derecha e izquierda de la capital. Los cubanos criollos y mulatos se unieron a las fuerzas españolas, en la resistencia armada contra el invasor. Y, luego, la población civil participó en una resistencia de desgaste y oportunidad: atacando al arma blanca a británicos aislados; invitándoles a comer ciertas frutas autóctonas y a beber ron…

George Keppel, 3rd Earl of Albemarle - Wikipedia
GEORGE KEPPELL, CONDE DE ALBEMARLE

La flota británica estaba formada por 53 buques de guerra de diversos puentes y 200 transportes de tropas. Sus fuerzas eran 8000 marinos, 12000 soldados de desembarco y 2000 esclavos negros de las Antillas, encargados de las tareas de peonaje y servicio. El almirante George Pockock comandaba la flota combinada y George Keppell, conde de Albemarle, era el jefe de la expedición y de las fuerzas terrestres.

La flota se acercó a Cuba por el norte, saliendo a la vista de la ciudad de Matanzas, a 100 Km. de La Habana, el día 5 de junio, tomando completamente por sorpresa a las autoridades, que no conocían la existencia del estado de guerra entre ambas potencias. Anclados en la bahía de bolsa de La Habana había 14 buques de guerra y las fuerzas de tierra españolas incluían a 2800 soldados, 5000 milicianos, 250 trabajadores del arsenal y 600 esclavos negros. La Junta de Autoridades acordó ocupar la fortaleza de La Cabaña, en construcción, junto al castillo del Morro, del otro lado de la ciudad, en la bahía; enviar fuerzas de rechazo a Cojímar y movilizar a las milicias de morenos y campesinos del interior de la provincia.

Las fuerzas enviadas a Cojímar y Bacuranao se retiraron ante el desembarco de tropas británicas protegido por 13 buques de guerra, que le brindaba un fuerte fuego pesado de apoyo. Sin embargo, el alcalde de Guanabacoa, el criollo José Antonio Gómez Pérez de Billones, se puso al frente de las milicias y pudo lanzar la primera “carga al degüello” de la historia de Cuba contra los británicos. Las fuerzas de Pepe Antonio mantuvieron sistemáticamente ataques de hostigamiento y pequeñas emboscadas contra los británicos, impidiéndoles su abastecimiento en el interior de Cuba, que estos consideraron “terreno hostil”. Estas resistencias interiores que sufrían unas tropas sin conocimiento, ni dominio del terreno, fuera del que ocupaban, llevaron a que las tropas británicas desembarcadas no avanzaran sobre La Habana. Pero, que podían haberla ocupado en unos días de avance sin resistencias o con más decisión por los mandos y motivación de las tropas, como reconocieron poco después aquellos.

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UNA CARGA AL DEGÜELLO DE LA CABALLERÍA CUBANA, CIRCA 1870

Todo se redujo al ataque artillero sobre el castillo del Morro, que se rindió a fines de julio de 1762. Cuando la explosión de unas minas en el baluarte de Quesada, abrieron un boquete que permitió la entrada de los infantes británicos. El 12 de agosto, tras unos bombardeos preparatorios del inminente ataque en fuerza, capituló La Habana.

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FORTALEZA DE SAN CARLOS DE LA CABAÑA ABRAZANDO EL MORRO.

Apenas 11 meses después, La Habana y la franja de tierra de Cuba ocupada por los británicos en esta guerra fueron devueltas a España, a cambio de parte de La Florida.

A primeros del siglo XIX, ya se había fraguado en la América hispana, en grados variables según los países, una clase social “media ilustrada”. Que se basaba en las ideas de libertad, igualdad e independencia proclamadas, primero por la revolución estadounidense, a la que España ayudó, y, luego, por la revolución francesa. Eran las revoluciones de la burguesía como clase social de vanguardia. Y, bajo esta primera capa ideológica enarbolada, también estaba la disposición de hacer valer sus derechos como clase social emprendedora. Basados en el libre comercio y la revolución industrial de finales del siglo XVIII, que aportaba nuevas mercancías para el comercio y el intercambio internacional.

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Por otro lado, la falta de dirección central administrativa y real, provocada por Napoleón con el secuestro de la familia real y la invasión de España, permitió que las burguesías criollas territoriales intentaran ocupar el vacío de poder creado. Y se alzaran en armas contra los gobiernos locales españoles en una lucha por su independencia.

Ya, la aparición de los anhelos por esos derechos y nuevos destinos históricos, creó una falla profunda en las sociedades hispanas locales. Que eran incapaces por ideología, intereses e instrumentos políticos adecuados, de retener unidos los distintos grupos rebeldes criollos.

Y formar así una Unión de Naciones hispanas. Que tuviera una plena capacidad operativa propia, ensamblada por un espíritu y una integración socio política, al más alto nivel de intereses y ventajas. Creando una gran Federación de Estados de Sudamérica o una Comunidad de Naciones Hispanoamericanas, según los polos políticos de independencia y de asociación de intereses generales.

La creación de múltiples naciones hispanas fue inevitable.

Estudio Comparativo de las Colonizaciones de América por Europa y Asia.

Francia, Gran Bretaña, Portugal, España y China imperial

Introducción.

Haremos un recorrido por la Historia de América, en paralelo con la de los países que podrían fusionarla con su civilización. Cogiendo giros del modelo de ensayo “what if” o “qué hubiera sido si”. Partiendo de lo que ocurrió o pudo ocurrir en cada caso.

Para ver cuál fue el resultado más completo y satisfactorio posible.

La América francesa.

Francia fue una de las potencias europeas que acudió al reclamo de las tierras y posibles riquezas de las Indias Occidentales o las Américas. Sus principales conquistas y colonias fueron en la del Norte.

En 1524, los franceses llegaron por primera vez a Norteamérica, buscando una vía marítima a China. El fracaso de esta expedición no fue óbice para que Francia no insistiera en hacerse con el control de parte del Nuevo Mundo. Los territorios explorados y ocupados por Francia en Norteamérica se conocerían como el virreinato de Nueva Francia. Que estaba dividido en 5 grandes “regiones o tierras”, entre las que se encontraban los territorios de 10 de los actuales estados de los EE. UU.

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GUERRA COLONIAL FRANCO BRITÁNICA DE 1756 A 1760

La llamada guerra franco india de 1754 a 1760, fue el último capítulo o remate de los conflictos coloniales americanos entre Francia, Gran Bretaña y sus respectivos aliados indios locales, que transcurrieron desde finales del siglo XVII hasta mediados del siglo siguiente. Esta guerra resultó decisiva para los británicos y sus aliados. Que ocuparon aquí casi todas las regiones en disputa, desde los Grandes Lagos hasta el valle del río Ohio. El enfrentamiento entre las colonias europeas y los indios rivales fue muy duro y contaba con sus características propias de geografía agreste, competencia por las tierras, grandes migraciones, características singulares de las formas de lucha (el ataque y la defensa), largas distancias y, como casi siempre en todo conflicto, recursos escasos para sostenerlo.

Esta guerra irradió sus causas y efectos a Europa y a los otros puestos comerciales y colonias de Francia y Gran Bretaña en África e India, llamándose entonces la guerra de los siete años de 1756 a 1763. El Tratado de París de 1763 reconoció el dominio británico a escala casi mundial.

La herencia cultural franco americana étnica y cultural ha desaparecido de casi todos los territorios franceses originales. Sólo en Maine y Lousiana se mantienen vestigios de ella.

Una Emigración desde Asia.

Podemos considerar también la llegada de los asiáticos del Este, singularmente del Imperio del Medio, los chinos Han, a América. Estos lo harían varios miles de años después de los primeros amerindios y no habrían seguido la ruta del rosario de islas del norte del Pacífico. Y enviarían en su avance un número de barcos dado en unas flotas de exploración y reconocimiento. Y, luego, de conquista, asentamiento y colonización, al otro lado del Pacífico.

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VIAJES REALIZADOS POR LA FLOTA DEL TESORO, AL FINAL DE LA DINASTÍA MING.

Existió una llamada Flota del Tesoro china, a finales de la dinastía Ming. En efecto, el almirante Zeng He, que fue el más importante navegante chino, realizó los viajes del tesoro entre 1405 y 1433. El nombre proviene de los 62 grandes barcos, los baosuchuanes, que se integraban en una abigarrada flota de más de 300 buques, de guerra, de transporte y auxiliares. Según los datos conocidos, dicha flota realizó hasta 7 viajes, con un número distinto de navíos, en dirección a la India y África. Pero, no hay ninguna prueba, ni cita, de su navegación en dirección a América, cruzando el inmenso Pacífico. En el último viaje, con el cambio de dinastía imperial, el almirante recibió orden de regresar a China, donde se iba a proceder al desmantelamiento de esa “flota estratégica” del imperio.

Es de señalar ahora el problema resuelto en 1565 por el fraile Andrés de Urbaneta en la navegación por el Pacífico. El viaje desde Acapulco a las Filipinas se cumplía en una singladura de 2 meses, impulsado por los vientos alisios y realizando una parada técnica en las Marianas, para abastecerse. Pero, el tornaviaje era infernal. Sólo navegar por el laberinto de las Islas Filipinas exigía un mes de travesía y un navegante experto. El hallazgo de Urbaneta fue remontar hasta la corriente de Kuroshivo y, luego, descender hasta la Alta California. A la altura del cabo Mendocino, ya se navegaba costeando. Se doblaba, entonces, el cabo San Lucas y se seguía por el mar de Cortés hasta Acapulco. Así, el tornaviaje duraba sólo 6 meses y, en el plazo de un año, se realizaba el viaje de ida y vuelta por el inmenso y proceloso océano español.

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FRAY ANDRÉS DE URDANETA.

Durante 250 años, el galeón de Manila mantuvo abierta la ruta entre 2 extremos del Imperio de España. A pesar de los peligros que asechaban a un barco solitario, lleno de riquezas, se perdieron sólo unos 30 galeones, de cerca de 280 que llegaron a navegar. Algunos naufragaron por la sobrecarga, derivada de la codicia de armadores y tripulantes. Y cuatro fueron capturados por los piratas, que los asechaban en las llegadas y salidas de los puertos españoles. También, un número no precisado de galeones regresaron a Acapulco con marineros enfermos, dándose el caso de un galeón recogido con toda la tripulación fallecida. Así, se establececió un hospital en Acapulco para atender a dichos enfermos.

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EL TORNAVIAJE DE MANILA A ACAPULCO DE URDANETA.

Esto nos lleva a suponer una emigración asiática hacia México, que no sería ya tan bienvenida y provechosa. Hacia 1576, se produjo en el virreinato de Nueva España una “catástrofe demográfica”, que los españoles denominaron la “gran peste” y los amerindios llamaron “huey cocoliztli” o “gran enfermedad”. Según la encuesta ordenada por el Virrey, el número de fallecidos fue de varios millones de españoles y nativos. El único dato contrastable disponible cifra en 5 millones los muertos de toda clase y condición; el problema es que se refiere a personas censadas en el Virreinato.

Destacamos que la búsqueda de la culpa (señalando a España desde la leyenda negra), y no de las causas, no permitió hasta la segunda mitad del siglo XX, que se considerase el importante papel de las epidemias víricas en los despoblamientos coloniales grandes.

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LA HUEY COCOLIZTLI DE 1576

El influjo deliberado o indirecto de la leyenda ideológica antiespañola forzó que el acervo científico de la época considerase que esa gran epidemia tenía que provenir del mundo hispano europeo. La historiografía perturbada definía que la enfermedad procedía de los españoles. Pero, los síntomas y descripciones de una docena de testimonios de fines del siglo XVI, no casaban con la hipótesis hecha de que el agente fue una fiebre tifoidea exantemática.

No se intentó identificar cuál fue la primera epidemia asiática en América. Existen opiniones modernas de que lo que ocurrió fue una infección más grave, provocada por algún virus del grupo de las fiebres hemorrágicas. Esto cuestiona directamente el carácter “excluyente” de la infección hispana presupuesta. Así, los prejuicios políticos o hegemónicos, infectando la historiografía, fueron la mayor dificultad para el estudio científico de las causas de esta macroepidemia.

Las colonias británicas en Norte y Centro América.

Los británicos llegaron un poco más tarde que España y Francia a explorar y colonizar las Américas. Su primera colonia fue la de Jamestown, en Virginia, establecida en 1607. Éste sería el origen de las 13 colonias de América del Norte, que serían el núcleo fundacional de los EE. UU., de las colonias en Canadá y de la colonización británica de algunas islas caribeñas, singularmente Jamaica y Barbados. Cuyas cosechas agrícolas de caña de azúcar y tabaco las hicieron, al principio, mucho más lucrativas para la Corona que los asentamientos continentales.

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Las 13 colonias eran de sur a norte: Georgia, las dos Carolinas, Virginia, Maryland, Delaware, New Jersey, Pensilvania, New York, Connecticut, Rhode Island, New Hampshire y Massachusetts. Tras las guerras entre Gran Bretaña y Holanda, la primera ocupó New Amsterdam, que después se llamaría New York. Poco a poco, los colonos británicos del Este de Norteamérica, se extendieron hacia el oeste, cruzando los montes Apalaches, buscando tierras para la agricultura.

Las universidades coloniales británicas (Colonial Colleges, usando la nomenclatura de Inglaterra) fueron 9 en total. Destacaron especialmente el New College (actual, Harvard) , fundado en 1636; el Collegiate School (actualmente, Yale), en 1701; el College of New Jersey (actual, Universidad de Princenton), en 1746; el King’s College (actual, de Columbia), en 1754 y el College de Philadelphia (actual, de Pensilvania), fundada en 1755.

Cómo se las gastaban ideológica y jurídicamente los británicos con los indios del este de Norteamérica, lo podemos ver en el documentario de John Winthrop, primer gobernador de la colonia de Massachusetts: “en cuanto a los nativos, casi todos han muerto de viruela, de modo que el Señor (the Lord) ha validado nuestro derecho a lo que poseemos”. Esto expresa, como principio legitimador de la colonización británica de América del Norte, la muerte por enfermedad de los amerindios.

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Por fin, estas colonias norteamericanas, en manos de colonos ya nacidos allí, ganaron su Independencia de Gran Bretaña en la guerra de 1776 a 1783, en la que fueron apoyados por España y Francia, en justa reciprocidad por la consuetudinaria actitud británica con ellas. Independencia consagrada por el Tratado de Versalles de 1783. Esta separación fue una fractura traumática, enconada y sangrienta de la sociedad británica colonial. A lo que contribuyeron personajes tan conspicuos y violentos como el teniente coronel de caballería “Bloody” Banastre Tarleton, “the Butcher”. A pesar de su eficaz y resolutiva fuerza de armas combinadas de infantería ligera, artillería ligera y jinetes, fue derrotado sorpresiva y completamente, contra todo pronóstico, por el mayor general Daniel Morgan, en la batalla de Cowpens en las tierras altas de Carolina del Sur, a primeros de 1781.

El Brasil colonizado por Portugal.

Por el Tratado de Tordesillas, del 7 de junio de 1494, firmado por los Reyes Católicos de España y el rey Juan II de Portugal, se atribuyeron las tierras de Brasil a la Corona portuguesa. El 2 de mayo de 1500, Pedro Alvares Cabral descubrió y exploró parte del territorio de Brasil, Posteriormente, una flota de 13 barcos y más de mil hombres “tomó posesión” de estas tierras para la Corona portuguesa, iniciándose las expediciones de conquista y colonización. Los portugueses llamaron Brasil al gran saliente de América en el Atlántico que les correspondía. Porque en él abundaba el palo brasil, una madera tintórea.

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Pedro Alvares Cabral

Dado el interés que franceses y holandeses comenzaron a mostrar por la riqueza del palo brasil, Portugal armó una potente flota al mando de Martín Alfonso de Sousa para fundar poblaciones e ir colonizando ese enorme espacio, siguiendo el modelo español organizativo. En 1534, éste se concretó en un conjunto de 13 capitanías costeras, colindantes y de unos 250 Km de ancho. Que fueron otorgadas a nobles portugueses de forma vitalicia. Estos se comprometían a evangelizar a los indios, traer colonos y desarrollar económicamente sus territorios. Un par de décadas después, el Rey recuperó la unidad política del Brasil, aunque la gestión económica quedó en las manos privadas.

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Martín Alfonso de Sousa

Pronto se introdujo la caña de azúcar, que se constituyó en la principal fuente de riqueza del país. Basada en grandes latifundios, cultivos extensivos, ingenios o centrales azucareras y mano de obra indígena o esclava negra. Era como un feudalismo moderno y económico. Surgieron los bandeirantes, grupos de mestizos que capturaban indios para venderlos como esclavos. Pero, estos no abastecían la mano de obra necesaria. Y se empezó a traer esclavos negros desde África. Calculándose que llegaron al Brasil colonial más de 6 millones de esclavos. Una cifra muy superior a los esclavos traídos a América por los franceses, británicos, holandeses y españoles juntos. A toda la América española llegaron 1,3 millones de esclavos.

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PARTIDA DE BANDEIRANTES.

En el siglo XVIII, el país fue dividido en capitanías generales, con un rol similar, dependientes del Virrey, sito en Río de Janeiro. La actividad judicial contaba con las Audiencias de Río de Janeiro y Bahía, al norte. Aunque las grandes causas tenían apelación en el Tribunal Superior de Lisboa.

(CONTINUARÁ)