LOS ESTADOS UNIDOS Y RUSIA, EN EL CONFLICTO DE ORIENTE MEDIO II.

(CONTINUACIÓN)

ANTECEDENTES REGIONALES

La Estructura Orgánica de Poder Social en los Países Árabes.

Las relaciones internas de las familias y los grupos de familias locales y clanes, se caracterizan por incorporar a ellas ciertos ritos, preceptos, actitudes y tabúes. Este conjunto de “normas sociales” recogen, valoran y cuantifican sus necesidades vitales, sus emociones primarias y sus creencias. La religión musulmana es seguida en la amplia zona geopolítica que tratamos. Casi todos son de la rama sunní. Ésta acepta al Corán y a la Sunna del Profeta, sus hechos y dichos (hadices), debidamente recogidos por los discípulos, como las fuentes ortodoxas de la revelación de Allah a los hombres. Las diferencias entre ellos residen en el rigor con el que se examinan y aceptan las fuentes de la Sunna. Y esta asunción del Islam forma parte de la inculturación, afirmación y cohesión sociales de estos grupos.

El código social, que recibe diferentes nombres según los países, establece ciertos derechos para el individuo y exige de él ciertos deberes sociales, hacia la familia, el clan y la tribu. Las disputas sobre mujeres, oro o dinero válido y tierras están en el origen de las enemistades sostenidas entre las tribus. Y deben ser mantenidas hasta vengar la afrenta percibida. La propia fragilidad y debilidad de la sociedad exige la aparición de los valores protectores. Éstos podrían ser la hospitalidad, la lealtad, la amistad, el desprecio a los foráneos, la venganza de ultrajes y daños, el honor individual y colectivo. Cada uno de ellos protege y engrandece en alguna medida o matiz al conjunto humano. Las relaciones son interpersonales, en los ámbitos de la familia, el clan y la región. Se proyectan por la oportunidad, la cercanía, el intercambio de bienes y la relación. Y se afianzan con la lealtad, el respeto a las normas aceptadas y el tiempo de trato. Y en función de la acumulación de estos actos elementales sucesivos.

La hospitalidad lleva implícita la reciprocidad, cuando uno viaja, está solo y no es agresivo. Esto a veces se perfecciona con la dotación de una escolta al viajero por zonas inseguras. La violación de esta “escolta” por un ataque supone una grave afrenta para el clan que la proveyó. La lealtad entre los miembros del colectivo, por muy lábil que sea a veces, cohesiona al grupo. El honor infla la autoestima y la apariencia ante propios y extraños. La venganza, en ausencia de una verdadera justicia institucional, busca castigo y luego reparación de los daños y afrentas reales o percibidos. El desprecio a los foráneos, no adornados de buenas cualidades o amenazadores para el grupo, busca impedirles a priori su integración en él, como una forma de defensa pasiva. La amistad estrecha los lazos con los iguales y el grupo. Si alguien se integra en estos grupos elementales, es objeto de lealtad y amistad a título personal. Esos valores se incrementarían por su actuación, maneras y comportamiento personal.

La autoridad natural tribal es orgánica, nacida de sí misma, estructurada en sus unidades familiares o células sociales. Cuanto más pequeño y aislado sea el grupo social, el poder de su autoridad natural será más moderadora e integradora, actuando como un primero entre los “iguales”. En estos casos, la reunión de los miembros activos (hombres, cazadores) del clan en asambleas, jurgas, etc., tienen el valor supremo y decisorio. Y es sancionador de las conductas desviadas o disolventes para el grupo. Los jefes locales son como negociadores privilegiados con los distintos gobiernos regionales y nacionales. Ellos gozan de una autoridad personal más que institucional. Y, a veces, sus decisiones pueden ser ignoradas por los varones adultos, si no están revalidadas por esas asambleas. Cuanto más se perfeccione y avance hacia el exterior la sociedad, modernizándose y complicándose, el poder de esta autoridad se afianzará y crecerá y se extenderá en ámbitos de actuación económicos y políticos.

Esta estructura natural tribal da el verdadero valor y sentido prácticos a las lealtades y los intereses mundanos, siempre relativos y aún oportunistas, de los árabes. Gráfica, paradójica (por ir de frente contra las enseñanzas del Islam) y aún exageradamente, podríamos expresarlo así: “Mi tribu y yo, contra el mundo; mi clan y yo contra la tribu; mi familia y yo, contra el clan; mi hermano y yo, contra la familia; yo, contra mi hermano”.

El Desarrollo acelerado de la Guerra civil siria.

Desde las manifestaciones pacíficas multitudinarias por casi todo el país que se realizaban a primeros de 2011, la revuelta social ha dado un importante paso cualitativo en su desarrollo y extensión. Se ha radicalizado y ha “tomado las armas” contra el régimen. Extendiendo sus “ondas de conmoción social” por todo el país, a todos los participantes, por los países vecinos y hasta las potencias extranjeras globales. Lejos están ya las manifestaciones de los jóvenes opositores, que no veían a la violencia como una opción aceptable de liberación nacional. Sin embargo, algunos analistas defienden que las ejecuciones ilegales de soldados, policías y civiles afectos al régimen comenzaron casi desde el inicio de las protestas generalizadas. Y otros atribuye esa radicalización rápida de posturas a la represión selectiva y progresiva del régimen.

A esto se une la islamización creciente de la oposición armada. Al principio las manifestaciones partían desde mezquitas o locales céntricos. Y luego, se comenzó a dar culto a los “mártires” y a emplear la retórica islamistas en las comunicaciones y declaraciones y en la denominación de los grupos irregulares. Del grito en los primeros videos colgados en la Red o enviados al exterior del país, “el pueblo quiere la caída del régimen”, han pasado a “el pueblo quiere la proclamación de la Yihad por los ulemas y muftíes”.

Este levantamiento no es laico. Es un levantamiento protagonizado por musulmanes más o menos practicantes del Islam. Laico es el régimen corrupto y rapaz de los Assad, donde las confesiones no islámicas eran respetadas y acogidas. Y que ha perdido la capacidad de defender y de representar al pueblo. Ésta es la «justificación social» de mantener y respetar a una dictadura exclusivista, casi siempre dinástica, a cambio de sus privilegios de clase.

El gobierno de los Assad y su aparamenta política han dejado de formar hace mucho tiempo un régimen nacional y «socialista». Ya que no representan, ni defienden, ni integran los intereses particulares y colectivos de su nación. Ahora sólo abanderan y protegen a los miembros de la amplia oligarquía socio religiosa, que acapara y distribuye en distintos grados el poder institucional, social y económico de Siria. El régimen sirio está cristalizado, sin fluidez, tanto social, como ideológica y administrativamente. Y se ha convertido en la cáscara de un “fruto socio político”, agostado, estéril y vacío.

Para los esquemas de los televidentes foráneos, tranquilos en sus casas a muchos Km. de los hechos violentos, los combates en Siria son feroces. Pero ello reside en que al enemigo que pretende matarte o mutilarte desde posiciones cubiertas y reforzadas, pues se le ablanda por el fuego directo pesado, se le corta la retirada ocupando un cruce de calles más allá y se le asalta su posición defensiva desde el techo o desde el suelo, por saltos asegurados sucesivos, si es que ha conseguido aguantar la presión tanto (muy extraño). Desgraciadamente aquí no valen los recursos románticos de “disparen Uds. primero, señores rebeldes”. Para conseguir la decisión y llegar al fin, lo mejor suele ser enseñar los dientes desde el principio y actuar con determinación. Aunque ni los militares ni los rebeldes tengan la doctrina o la experiencia de la lucha urbana…

LA INTERVENCIÓN DE LAS POTENCIAS

Iniciativas estadounidenses contra el EI.

En septiembre de 1914, los EEUU concertaron una alianza global de naciones occidentales y árabes para detener militarmente el avance arrollador del Estado Islámico, ante la petición urgente de socorro de Irak. Para ello, los aliados no desplegarían unidades terrestres de combate. Ha pasado un año de dedicación diaria al bombardeo aéreo selectivo, produciéndose más de 7 mil ataques a blancos individuales en Irak y Siria (posiciones de combate y de fuego pesado, edificios de mando y comunicación, vehículos, centros de entrenamiento) y un número impreciso de bajas efectivas, cifrado entre 5 y 8 mil militantes del EI, con diversos grados de entrenamiento e implicación. Pero, la trabazón conceptual e operativa de la acción aérea aliada, no ha conseguido “ni debilitar, ni degradar, y no ya, destruir”, parafraseando al presidente Obama, al Estado Islámico con sus acciones. El cual ha contraatacado últimamente en Ramadi, capital de Anbar, desalojando, por culpa de una tormenta de arena, a las gloriosas fuerzas armadas de Irak; en Palmira, estableciendo un saliente hacia Damasco; en Deir ez Zour, ocupando la capital y cercando a las fuerzas militares sirias desplegadas al oeste; en Hanaka, disputando la gran provincia fronteriza nororiental a los peshmergas del YPG y aliviando la presión que recibe el EI al este de Alepo y sobre Raqqa.

La artillería, la aviación, con sus fuegos pesados y precisos, permiten cegar, perturbar, neutralizar y aún destruir al enemigo terrestre, en orden creciente de daños y de efectos. Los fuegos pesados sirven para apoyar a las fuerzas terrestres, en un empleo de armas combinadas. Y para destruir las fortificaciones, las posiciones de combate, de fuego pesado y de anticarros, batir los cerrojos enemigos perpendicularmente establecidos al avance propio, y a las reservas enemigas en los distintos niveles de actuación y realizar la lucha contrabaterías. Son las fuerzas de tierra las que ocupan, limpian, despejan y mantienen en las manos propias a las posiciones enemigas atacadas. Frustrando las reapariciones del enemigo de entre los cascotes o los matorrales cercanos y rechazando contundente y definitivamente sus contrachoques locales y sus contraataques más deliberados.

En el verano de 2014, los Estados Unidos comenzaron a entrenar a voluntarios sirios sunníes jóvenes para integrarlos, en un principio, en el depauperado y desmoralizado Ejército Libre Sirio (ELS). Sus tareas eran combatir tanto a las fuerzas militares de Bashar al-Assad, el Ejército Nacional de Siria (ENS), como a los yihadistas salafistas del Estado Islámico de Irak y Levante, en las zonas sirias donde los desplegasen. Reforzando, así, el orden de batalla del ELS. Los campos de entrenamiento de esta infantería ligera irregular se situaban en el centro oriental de Jordania. Previo a la aceptación de reclutas, se estableció un filtro político ideológico, encaminado a detectar a posibles voluntarios yihadistas o gubernamentales y que resultó un fiasco, por sus resultados. En este entrenamiento de varias semanas participaron también, según las fuentes, Francia y Gran Bretaña, e incluso, al parecer, comandos israelíes. El plan inicial era llegar a entrenar hasta unos 5 mil hombres, empleando varias tandas o “batches” de reclutas. Pero el intento quedó reducido a egresar de los “camp boots” a unos 3 mil hombres, de los cuales, la mayoría desertó simplemente. Y el resto de los mediocremente formados se unió a distintos grupos rebeldes radicales armados en Siria.

El otro intento de formar combatientes sirios de ideología laica o moderada se basó en un plan de entrenamiento de “hasta 15 mil sirios voluntarios” en Turquía. Otras fuentes hablan de formar a 5 mil combatientes. Pero ambas cifras resultan ridículas para la magnitud y complejidad de las tareas que se les encomendarían y para su pobre “capacidad específica de combate”, que diría el estudioso coronel Trevor N. Dupuy. La fecha de finalización de su “plan” nunca fue aventurada por los responsables estadounidenses. A la vista de las “deficiencias” detectadas anteriormente, se estableció un muy elevado nivel de exigencia en la selección de los hombres a formar. Como consecuencia de ello, sólo unas decenas de voluntarios han sido entrenados desde entonces. Y opinamos que poseen una convicción y una motivación, cuando mucho, flácida y borrosa. Es de señalar el caso de la así llamada (“so called”) 30ª división del ELS, formada por menos de 80 soldados y que entró en la zona de Alepo en julio de 2015. En menos de una semana de “operaciones”, 12 fueron secuestrados y 18 resultaron heridos, por los irregulares del Frente al-Nusrah. Era el primer grupo o batch de rebeldes sirios que Washington instru en la vecina Turquía. También resultó prisionero de los yihadistas, el jefe de la 30ª división, Naim Hassan. Al-Nusrah atacó también su cuartel al norte de Alepo, y el resto de la fuerza divisionaria, apenas 30 soldados aterrorizados, corrió a refugiarse en Afrín, un enclave kurdo al norte de la provincia. Creemos, simplemente, que los rebeldes entrenados por los EEUU rehusaron enfrentarse con los yihadistas salafistas de la franquicia de al-Qaeda y se dispersaron.

Así, las fuerzas terrestres con las que cuentan los EEUU y su Coalición en esa zona geopolítica, para combatir al EI en su territorio controlado, son: el ejército iraquí, que en la primavera de 2014, antes del Gran Descalabro, contaba con 200 mil hombres teóricos en su orden de batalla; los peshmergas del YPG sirio y del gobierno autónomo kurdo de Irak y las milicias sectarias chiíes iraquíes, obedientes teóricamente al gobierno de Bagdad, pero entrenadas y guiadas por los iraníes. Los peshmergas iraquíes recibieron permiso de Turquía para cruzar su territorio y atacar desde el norte el poblado fronterizo de Kobane, ocupado por el EI. Logrando liberarlo en un esfuerzo conjunto, incluyendo a la aviación aliada. Pero, en febrero de 2015, ellos mismos fueron incapaces de hostigar siquiera a las “cuadrillas escoltadas de demoledores” del Estado Islámico, que derruían el yacimiento arqueológico de Nimrud, provncia de Nínive, situado a medio camino entre Mosúl y Erbil, su capital.

Las milicias chiíes fueron activadas desde el verano de 2014 por el general Qassem Suleimani, enviado urgentemente por Teherán, en apoyo del gobierno chií de al-Maliki. Para componer un rápido dique de contención al avance de los sunníes del EI, tras la toma de Mosúl y su aparición en fuerza por todo el norte y centro de Irak en junio y julio de 2014. Y para realizar la ingente tarea de darles a esas milicias, apoyadas por unidades de la Guardia Revolucionaria de Irán (los pashdarán: el ejército de los guardianes de la revolución islámica) una unidad de acción y una motivación combativa suficientes. E intentar, por pasos medidos, cortos y sucesivos, ir derrotando y desplazando a los yihadistas del EI, en duros combates, que serán fundamentalmente urbanos.

Rusia toma una iniciativa en Oriente Medio.

Desde alrededor de primeros de julio de 2015, los rusos han estado incrementando su presencia militar directa en Siria. Sus fuerzas armadas se han instalado principalmente en la Latakia, cubriendo los alrededores de Tarsus, su única base naval en el Mediterráneo. Incluyen cazabombarderos, helicópteros de ataque y de movimiento tropas y rescate, aeronaves no tripuladas de exploración y bombardeo y las unidades terrestres correspondientes de apoyo y de seguridad de los mismos. Y ahora, desde finales de septiembre, están bombardeando las posiciones de los rebeldes armados al régimen de al-Assad, al suroeste de Alepo; en la Latakia; junto a Hama, Homs y Damasco, en la cuenca del Orontes; en Raqqa y otros enclaves del EI, en el noreste del país y en el gran desierto del este. Un portavoz del Ministerio de Defensa ruso declaró que “no operarían allí indefinidamente” y que calculaban que necesitarían “unos 100 días” de ataques. Los peshmerrgas kurdos del YPG, los aliados nacionales de los EEUU, desplegados por toda la frontera centro oriental con Turquía, no han sido molestados. Entre los que han sufrido sus inesperados ataques están las fuerzas irregulares del Frente al-Nusrah para la Liberación de los Pueblos de Oriente, la filial nacional de al-Qaeda. Tan peligrosos e ideológicamente radicales como los muyahidines del Estado Islámico, pero menos crueles y menos capaces militarmente.

A los reproches de algunos países occidentales contra esa intervención, Putin y Lavrov arguyeron que la “Coalición multinacional de loa 60 aliados” venía bombardeando a los yihadistas salafistas desde septiembre de 2014, sin tener para ello un mandato de la ONU. Claro que la coalición de Obama atacaba en Irak, con el “permiso previo diario” y teórico del gobierno iraquí. De hecho, el general de cuatro estrellas James Terry, que es el jefe de las fuerzas estadounidenses en Irak desde noviembre de 2014, actúa como un interlocutor inmerecido por su alta graduación, con el gobierno y las desprestigiadas fuerzas armadas y milicias iraquíes. Pero los ataques sobre Siria de los aliados no contaban con la aquiescencia de su régimen y se dirigían operativamente a apoyar a los peshmergas y debilitar al EI. Destaquemos que los rusos, según se han justificado los citados gobernantes, “son muy educados y están operando en Siria por invitación de su gobierno”.

Es de recordar que Siria fue durante décadas la aliada en el Oriente Medio de la URSS, y hoy Rusia. Y que Siria fue también considerada durante décadas un estado terrorista antioccidental. Del estilo de Corea del Norte. Que inundó literalmente toda la región geopolítica islámica de los fusiles dfe asalto AK y de los lanzagranadas de carga hueca RPG, para los grupos guerrilleros de “liberación popular”.

Rusia quiere recuperar su protagonismo y el respeto internacionales. A pesar de sus menguadas capacidades demográficas, económicas y estructurales y su desprestigio democrático y político ganado con el conflicto de Crimea y Ucrania. Con la intervención militar en Siria, Putin ataca la raíz del problema de los huidos sirios: que es la presión de una guerra civil cruel y larga sobre ellos. Y le permite tranquilizar a los europeos con la contención a corto plazo de la invasión masiva y continua de aquéllos. Buscando una atenuación de las sanciones económicas de la Unión Europea al gobierno de Putin por sus actuaciones descaradas en Ucrania desde hace más de año y medio.

Rusia también apuntala y da un fuerte espaldarazo al régimen sirio con su intervención. Tras 4 años y medio de guerra, el ENS está agotado y depauperado por una sangría de más de 60 mil muertos, sufrir continuas deserciones hacia los distintos grupos rebeldes (desde el ELS a los grupos yihadistas) y tener grandes dificultades para movilizar nuevos reclutas. Los soldados en filas en abril de 2011, si aún están aptos, no han sido licenciados del servicio. Las milicias enviadas por los chiíes de Hezbolá en el 2014 para apoyarlos no han sido suficientes para cambiar el rumbo de la guerra contra al-Assad. El gobierno ya no tenía hombres suficientes para realizar unas eficaces operaciones de contrainsurgencia, contra los rebeldes armados que le acosaban desde numerosas y fraccionadas “fajas de ataque” en toda la geografía siria.

Obama dijo: “el liderazgo moral es un arma mucho más poderosa que la fuerza bruta”. Esto es cierto, cuando los interlocutores atañidos poseen y exhiben las mismas virtudes ciudadanas que un demócrata. Pero, cuando se trata de fieras, de abusones, de energúmenos, de ventajistas arribistas, de gentes que aún perciben la fuerza como el instrumento del más fuerte, esto no vale. No importa en el nivel social en el que se encuentren. El liderazgo es convencer, dirigir con el ejemplo, atraer a las personas hacia sí, por puro placer y afinidad. Para realizar una labor conjunta en beneficio del grupo social al que se pertenece.

Y ese rol social lo ha abandonado Obama. Y también hace tiempo que lo ignora, por dejadez o incapacidad, la Unión Europea. A la que no se la espera en estas lides por estos lares. Pero, la cosa política tiene horror y abomina de los “vacíos”, de las “ausencias”. Y, así, ha sido atraido por la succión de ambos, el aprovechado de Putin, deseoso de protagonizar otro episodio internacional más. Para los que su pueblo, desde primeros de 2014, lo respalda orgullosamente. Para compensar su depauperada renta nacional y su menguante demografía.

La intervención de Irán en el conflicto del suroeste de Asia.

Al extremo este del Oriente Medio está la teocracia chií de los ayatollahs. Éstos, cuando quieren resultados importantes y rápidos contra sus vecinos, emplean a comandos o a unidades de la Guardia Republicana. La cual está entrenando, equipando y apoyando de diversas maneras a sus aliados correligionarios de Siria y de Irak. La Guardia Republicana está imbricada en el régimen iraní, formando el brazo armado incondicional y eficaz de la República Islámica de Irán. Ella, al igual que los militares egipcios, cuentan con un respaldo económico propio muy amplio. Que les garantiza la independencia operativa y que premia generosamente su dedicación y lealtad en el cumplimiento de sus tareas y misiones. Las brigadas al-Quds son un grupo de élite especial de la Guardia Republicana. Se dedica al espionaje y a realizar acciones militares como fuerzas de incursión. Y exhiben toda una panoplia de capacidades para la guerra subrepticia o sucia entre naciones enemigas. Su comandante en jefe, el general de división Qassem Suleimani, de 58 años, está incluido en la lista de los terroristas más buscados por los EEUU. Un detalle: el Líder Supremo de la Revolución iraní, Alí Jamenei, le considera un «mártir viviente de la revolución». A la que se incorporó en 1980, cuando tenia 23 años, en la incipiente Guardia Republicana.

Tras el avance del Estado Islámico por el norte y centro de Irak y el llamamiento del ayatollah chií iraquí Alí Sistani a la lucha contra él, Suleimani fue enviado por Teherán para activar las milicias chiíes, dispersadas tras la guerra sectaria. Y Suleimani ha conseguido en unos meses la vertebración de todas las milicias iraquíes contra el EI. Ha sido el EI el que ha sacado de las “sombras del estado” al general Suleimani. A fines de agosto de 2014 apareció en Amerli, provincia de Saladino, donde obligó a los yihadistas a retroceder. Irán distribuyó inmediatamente fotos de su general operando. Pero, tras el retroceso del EIIL, las milicias chiíes arrasaron decenas de aldeas sunníes de la zona, como colaboradoras o simpatizantes del enemigo. Lo cual no es un buen presagio para una evolución sin sectarismos del conflicto en Irak.

Asimismo, unidades combinadas de los pashdarán están operando ya también en Siria contra los enemigos sunníes de Bashar al-Assad. Reforzando al ENS y a las desgastadas e insuficientes fuerzas irregulares de sus correligionarios del Partido de Dios (Hezbolá) libanés.

 

LA LUCHA CONTRA EL ESTADO ISLÁMICO DE IRAK Y SIRIA V.

LAS OPERACIONES MILITARES DEL ESTADO ISLÁMICO DE IRAK Y SIRIA.

El Estado Islámico tiene la ventaja estratégica de su unidad territorial, que le permite sostener las luchas siguiendo sus líneas interiores de comunicación. Sus enemigos están desperdigados por sus fronteras y operan en multitud de sectores o fajas diferentes. Esta ventaja puede emplearla para fijar y mantener a sus enemigos, dispersos e inconexos operativamente por los distintos países y zonas. Impidiéndoles así cualquier concentración para atacarle.

Así, en su centro operativo de Mosúl, con unos 2 millones de habitantes, la mayor ciudad en su poder, mantienen fijados a los peshmergas de Erbil, capital del Kurdistan iraquí autónomo. Estos no son capaces de lanzar una ofensiva individual, para ir arrebatándoles enclaves y zonas y se mantienen a la defensiva. Son kurdos sunníes, que no quieren coordinarse con el ejército de Irak y las milicias sectarias chiíes.

En Anbar el EI ocupó al-Ramadi su capital, donde el ejército iraquí salió también a la desbandada, en una marcha retrógrada imprevista y acelerada. Y amenaza el flanco occidental de Bagdad, que dice estar entrenando y concentrando efectivos para recuperarla, partiendo de la nueva base en Taqaddum, donde hay destacados 450 nuevos militares estadounidenses, a unos 25 Km. de al-Ramadi, que actúa de cerrojo contra el EI.

El Estado Islámico tiene ahora tres grandes áreas de operaciones:

Una primera gran zona abarca todo el sur del Emirato, desde el sureste de Alepo hasta al-Ramadi, siguiendo el curso del alto Eufrates. En ella, el EISIL está extendiéndose y consolidándose, ocupando la ciudad de Palmira, terminando de expulsar al ejército sirio de la provincia de Deir-ez-Zour (sus últimas tropas en ella están cercadas al oeste de su capital) y a los soldados iraquíes y las milicias chiíes de la provincia de Anbar. Al oeste de Palmira están Tiyas y los aeropuertos militares del Shayrat, ocupados por el ENS, que son objetivos vulnerables al EI, capaz de atacarlos desde dos direcciones. Con ello, podría establecer un flanco occidental defensivo dirigido hacia Damasco.

COMBATIENTES DEL EI, MUERTOS POR LOS KURDOS.

En el norte de Irak, el EISIL mantiene sus posiciones en la provincia de Nínive y parte de la provincia de Saladino, consolidándose también en el alto Tigris.

En Siria, al norte y noreste de Alepo, a lo largo de unos 400 Kms. de la frontera con Turquía, hasta la provincia fronteriza de Hasaka, el EI mantiene un juego estratégico basado en pequeñas ofensivas y retiradas tácticas, en una zona de gran labilidad operativa. Intentando debilitar al Frente al-Nusrah (cerca de la fronteriza Azaz), a los peshmergas sirios (en Kobane) y a otros grupos opositores y mantener abiertos los estrechos sectores fronterizos, Ras al-Ayn, entre otros, por donde realiza sus intercambios de petróleo, derivados y bienes incautados, armamentos y partidarios. También desea detener la ofensiva de la oposición en Alepo, ya que el EI no tiene capacidad libre para explotar de la desestabilización en Alepo. Pero en Hasaka quiere consolidarse, para aumentar su continuidad geográfica, proteger sus pasos fronterizos con Irak y Turquía, aquí está Tel Abyad, y aumentar su retaguardia estratégica, reforzando así el saliente de Palmira.

UN VOLUNTARIO CHECHENO PARA EL EI…

Turquía, que quiere mantener en su frontera sur un difícil equilibrio político militar, recela tanto de los kurdos del YPG (sirios), como del EI, acercándose a su territorio en fuerza. Y Erdogan está considerando establecer una zona de seguridad de 10 Km. de profundidad en territorio sirio desde la frontera común, ocupándola con unos 12 mil soldados turcos. Desde ella, los turcos podrían también controlar parcialmente otros 25 o 30 Km. de profundidad más, empleando su artillería pesada. Es un tema espinoso y controvertido, de trascendencia internacional indefinida, por lo que el jefe de las FF.AA. le ha pedido a Erdogan una orden formal por escrito, que el mandatario aún no ha otorgado. Los bombardeos aéreos de la Coalición de las 60 naciones, adscritos a la Operación “Inherent Resolve”, erosionan y causan bajas al Estado Islámico desde hace casi un año. Pero no detienen sus operaciones militares principales de fijación de sus enemigos y de aumento del territorio del Estado Islámico. Mientras los países occidentales, incluyendo los EEUU, la OTAN y la Unión Europea, en cualquier grado y combinación práctica necesaria nacionales, no estén dispuestos a poner sobre el territorio sirio y/o iraquí una inversión suficiente de combatientes propios, en forma de fuerzas interarmas terrestres, distribuidas en la combinación apropiada para las tareas que se les atribuyan, el EI no será batido por sus enemigos de esos países árabes infestados. Y parece que se podrá defender indefinidamente de sus enemigos fronterizos. En los ataques aéreos en Siria participan Arabia, los EEUU, Bahrein, Canadá, los Emiratos Árabes Unidos y Jordania. En Irak, solicitando permiso operativo a su gobierno, bombardean Australia, Bélgica, Canadá, Dinamarca, los EEUU y Gran Bretaña.

Obama vuelve, para salvar a Irak III.

(FINAL)

En Irak, los futuros suboficiales son entresacados entre los sucesivos grupos u hornadas o lotes de reclutas que son alistados. Es importante señalar que la paga garantizada es el principal argumento de alistamiento, en un país asolado por la guerra, las sucesivas olas de destrucción sufridas y la desestructuración nacional. Los iraquíes también tienen “corazones y mentes”, los cuales deben ser convencidos y ganados, para que defiendan a su joven país y su inestable y corrompido régimen político, frente a las fuerzas disolventes que lo amenazan. Y la corrupción por sí misma no es razón suficiente para rehuir defender y ayudar al régimen iraquí. La corrupción es general, tradicional, arraigada y omnipresente en toda la región geopolítica árabe: desde el norte de África a las fronteras de la India. Sadam Hussein, el partido Baaz y su régimen estaban asentados en el clientelismo, el copago y el terror selectivo contra los enemigos internos, tanto reales como potenciales o estimados. Con la religión (variedad sunní) y los comunes orígenes tribales como criterios de selección, para que el personal comenzase a medrar en las estructuras estatales. Y sobrevivieron a dos guerras exteriores, una larga contra Irán y otra contra una coalición aplastante de países modernos en 1.991, y a varios intentos armados de rebeliones internas étnicas y religiosas.

Los suboficiales iraquíes no se sienten como un cuerpo profesional y selecto y aparte de los reclutas, ya que su origen, necesidades y aspiraciones son comunes. En todo caso, si se segregan de éstos es más por vana superioridad y exhibición de poder fatuo, que por razones objetivas. Pero esta lejanía malsana es percibida claramente por los hombres y perjudica la cohesión y la capacidad combativa de las pequeñas unidades. En efecto, son 3 las características o cualidades que los soldados esperan de sus suboficiales, como jefes inmediatos natos: 1) Las tropas siempre tienen que creer que los suboficiales se preocupan realmente por ellos. Y que harán lo posible para facilitarles la vida y para no dilapidarlos en la batalla. 2) Los soldados deben conocer que sus suboficiales cuidan de ellos. Si sienten que sus jefes abusan de ellos o los utilizan mal, se volverán indisciplinados y pensarán que no merece la pena seguirlos. 3) Los soldados tienen que confiar en la competencia profesional de los suboficiales. Éstos tienen que tener un juicio militar claro, definido y solvente en las batallas y en las misiones. Sus tropas tienen que reconocer que si los siguen, sus oportunidades de supervivencia y, luego, de triunfo, son tan buenas, al menos, como las de aquéllos.

Los intereses de los oficiales y suboficiales están profundamente enraizados en los de sus familias y clanes, en sus etnias y patrias chicas. Para construir progresivamente, desde los clanes hacia arriba, una entidad regional y, luego, una nacional, hay que crear lazos y relaciones consistentes de progreso y seguridad, que los aglutinen poco a poco. Con ello se irá formando una “moral nacional”, un sentido de pertenencia a una unidad social superior, que respete y garantice sus derechos, a cambio de unas obligaciones sociales y les ofrezca un futuro de paz, utilidad, bienestar y progreso. La estructura social nacional iraquí es escasa, regional y pobre. Así, los oficiales y suboficiales iraquíes no pueden comprometerse voluntaria, seria y debidamente con un ejército en la defensa del régimen nacional. Que está colocado como una superestructura de escasa vitalidad, sobre las redes sociales centenarias del país. Pensando algunos que, simplemente por ello, ya pudiese sustituirlas eficazmente. Incluso un injerto debe tener una cierta afinidad y cercanía biológica con el patrón o pie receptor, para que prospere a su debido tiempo.

No es de esperar que los suboficiales, tanto los de mando directo de los hombres como los de la escala superior, puedan desempeñar cabalmente su cometido. No creemos que lleguen al 15% del total, los que puedan ser considerados como buenos, tanto por los oficiales como por los soldados. Esto crea una debilidad estructural, un vacío existencial, en las capacidades militares del ejército iraquí en la lucha contra las milicias sectarias sunníes y chiíes y los irregulares del EISL. Estos tienen una fuerte y fanática motivación religiosa y un compromiso con sus misiones. Su diferencia de capacidad militar, la compensan con su compromiso de utilizar los hombres necesarios en las misiones decididas. Y encuentran suficientes adeptos para llevar a cabo las misiones suicidas. Pocas sociedades han tenido o tienen guerreros capaces de autoinmolarse para matar y mutilar a sus enemigos. Y, generalmente, sin perspectivas de victoria, sino buscando el fruto inmediato de su sacrificio personal. Que lleva, eso sí, como seguro de muerte un premio imperecedero. Los aviadores soviéticos, agotadas las municiones o el combustible, embestían a veces contra los aviones alemanes durante su Gran Guerra por la Patria. Los “kamikazes japoneses”, el “viento divino” protector de las islas contra la invasión mongola, se sacrificaban para compensar la supremacía militar e industrial estadounidense, en aras del código de honor shintoista y de la voluntad del Dios-Emperador. Pero los hombres del ejército iraquíes tienen aún una motivación débil e imperfecta, y tienen una formación y un entrenamiento militares demasiado someros y precipitados. Sus armas estadounidenses son juguetes tecnológicos para los soldados de mentira.

Hay tres fuentes principales que proveen oficiales para las fuerzas armadas. La primera son las academias generales y especiales de las armas, servicios y apoyos. La segunda son las universidades que imparten determinados planes técnicos y temas militares. Donde se pueden graduar oficiales, especialmente para dirigir las reservas. La tercera es la cantera de los propios soldados aventajados, que pueden ser promovidos sucesivamente desde las filas y desde el cuerpo de suboficiales, tras pasar las formaciones complementarias necesarias. Las dos primeras fuentes son en Irak veneros insuficientes, de cauces resecos y de resultados inseguros.

El cuerpo de oficiales iraquíes no tiene ni una gran formación, ni una especial dedicación a sus soldados. De hecho, manteniéndose cerca de las líneas institucionales de autoridad y no involucrándose directamente con los problemas de sus hombres, buscan minimizar sus responsabilidades. Esto dificulta la dirección de las pequeñas unidades y su conversión en eficaces unidades de combate. El sistema de informes de eficacia de los oficiales y los reportes sobre la disponibilidad de los medios a su cargo, proceden de una distorsión burocrática importada, que desea observar, comprobar, medir y trazar todo. Esto trae inevitablemente la necesidad del retoque de los informes, para hacer aparecer siempre a los oficiales como competentes ante sus superiores. Pero la “doctrina de cero errores y deficiencias” produce el agostamiento de la creatividad de los oficiales de mando directo. Una consecuencia práctica es su fijación estricta a las órdenes y a los planes, dentro de los márgenes de la misión recibida y el objetivo de los superiores a las pequeñas unidades de acción. Y deja sin lugar a la iniciativa y la improvisación creativas imprescindibles.

Desde hace siglos los ejércitos victoriosos exhiben tres o cuatro características, como soportes institucionales y “marchamos” de su actuación: una vocación particular para las armas; un cuerpo de oficiales relativamente pequeño, formado por un 5 a 7% del total de los enrolados; una cierta estabilidad en los destinos de éstos, esencialmente en las unidades de acción, para crear lazos, cohesión y unidades eficaces, sin que ello afecte a su promoción por un tiempo; y un código asumible y asumido de virtudes apropiadas, que fijen y templen los caracteres y las actuaciones.

Sin unos cuerpos de oficiales y suboficiales estables y permanentes, capaces de conseguir y mantener un ejército bien entrenado y resistente a los esfuerzos de las operaciones de guerra, las habilidades militares del ejército iraquí serán muy dudosas. El no compromiso y la lejanía de los mandos tampoco facilitan la cohesión de las pequeñas unidades, ya que no se desarrollan los lazos interpersonales necesarios para ello. Se espera que en plazos cercanos, el ejército iraquí consiga formar unidades de combate efectivas. Aunque los propios estadounidenses reconocieron hace varias décadas, que los períodos teóricos de formación eran demasiado cortos para lograrlo y ellos partían de reclutas más cualificados para ello. Es de destacar, la dificultad de adaptar o iniciar a los hombres al combate real. Incluso, las unidades de combate de élite en sus primeros combates, al recibir algunas bajas, quedan generalmente fijadas al terreno y su intención primera es la evacuación de los heridos. Y solicitar inmediatamente el apoyo del fuego pesado. Esta “mentalidad” de lucha la presentan los ingleses, los estadounidenses y los soviéticos, por citar algunos ejércitos de los que hay referencias claras de sus oficiales y analistas del conflicto. Y es de esperar que los iraquíes también exhiban este “estilo” de lucha durante un tiempo penosa y desesperadamente largo.

Las armas son una profesión especial, a veces olvidada por las sociedades modernas o, al menos, descuidada. Sobre todo cuando la “oportunidad” de su empleo no se vislumbra en un futuro inmediato. Siempre se escatima a la Defensa el presupuesto digno y, aún, el necesario. No se puede regir esta Institución por los parámetros de: competencia y tensión internas; downsizing y outsourcing de funciones secundarias (por ejemplo, cocina, limpieza, lavandería y seguridad de acceso); gestión empresarial y dirección por objetivos, que son característicos de las grandes y medianas corporaciones. Esto lo intentó Robert McNamara, secretario de Defensa de Kennedy, en su reforma de 1.960. El resultado se vió unos años después, en la guerra de Vietnam. Muchas unidades de combate no pudieron confiar en sus jefes natos y bajo el fuego enemigo, colapsaron literalmente y se negaron a luchar. Esta putrefacción institucional, de la que todos los hombres eran víctimas, llevó a que al menos 1.000 oficiales y suboficiales de pequeñas unidades fueran asesinados por sus hombres. Y la cifra real y no demostrable podría haber sido mayor.

Las Guerras Civiles del Oriente Medio IV.

(CONTINUACIÓN)

La Política en Siria.

Difícil lo tiene al-Assad para conseguir la pervivencia indefinida de su régimen presidencialista autoritario. Los países musulmanes no son proclives a la rebelión contra sus autoridades. Y les corresponde al dirigente y a su oligarquía, dar medios de vida a su pueblo. Bien, proporcionando ellos mismos empleo (administraciones, trabajos públicos y fuerzas de seguridad). Bien, protegiendo a los pequeños y medianos comerciantes, la casta del bazar, que forman el núcleo urbano de las clases “medias” del Islam. Bien, fomentando otros empleos, como los relacionados con el turismo y las peregrinaciones. Esto es más necesario cuanto menor sea el tejido industrial y financiero moderno de esa sociedad. Concretando, las autoridades deben brindar sosiego a la sociedad y controlar su coste de la vida. Mientras esto se cumpla razonablemente, se crea un flujo de lealtades y de sincero entusiasmo de las clases populares hacia sus gobernantes naturales. Que encarnan, de modo ideal y simbólico, el “nosotros”. Mientras esta simbiosis de dirigentes y pueblo se mantenga, éste esta dispuesto a defenderlos y a nutrir las fuerzas armadas. Pero nadie daría un paso por al frente por un “gobernante injusto”, porque es la negación y la corrupción de su esencia vital.

TAMBIÉN TENÍA AMIGOS…

No crea el lector que esto, por lejano y ajeno, es falso. Incluso hasta el llamado “ciudadano libre” moderno se configura, acepta y sigue sus “ídolos”, para tener, en definitiva, un “amo”: hipotecas por encima de su capacidad de pago, sin que valga alegar la ignorancia, porque lo que subyace es la codicia siempre ilusoria; complicaciones sentimentales o familiares, que elevan exponencialmente sus “gastos necesarios”, etc. Y la enorme fractura social y política generada irreversiblemente en tres años de implacable guerra civil en Siria ha deslegitimado al régimen y a sus dirigentes para cualquier representación del pueblo y ejercer la función de gobierno. La estructura administradora que soporta al régimen sirio no aportará un sustituto del presidente, ni una ideología, ni una solución viable por sí misma. Pero podría pasar a la oposición armada contra un nuevo gobierno, apoyada por los alauitas, si es maltratada colectivamente, como hicieron los estadounidenses con sus los funcionarios iraquíes, recién derrocado Saddam Hussein.

CONCENTRACIÓN POPULAR EN SU APOYO…

Si compleja es la estructura de la rebelión armada, casi es más procelosa y cuestionable su representación y estructura política. Cuya “punta de iceberg” es la Coalición Nacional Opositora. Que se supone que legitima y sustenta interna y externamente a la oposición en armas. Aunque sólo represente a la oposición laica moderna. Para justificar y requerir fuera del país y en nombre de ella, las necesarias ayudas diplomáticas, económicas y de suministros militares para mantener y extender el esfuerzo rebelde de guerra en Siria. Tres son los fallos primigenios de esa política opositora: su falta de representatividad y de legitimidad y de respetabilidad entre los sirios, que se transmite más o menos claramente al exterior. Fuera, aunque no lo admitan, tienen que aceptar esa estructura política totalmente deficiente, porque no existe otro interlocutor válido y aceptable, con el que puedan dialogar y tratar. Para dar cierta seriedad a sus conversaciones y acuerdos, aunque sean de mínimos.

La llegada a Siria de los milicianos de Hezbolá (semi regulares) experimentados, entrenados e ideológicamente motivados, reforzando a la Guardia Republicana y a las unidades de élite del ENS, y el apoyo de pequeñas unidades de la Guardia de la Revolución iraní, que les entrenan y aportan fuerzas especiales para ataques muy determinados, han dado un vuelco cualitativo a la tendencia que llevaba la guerra civil. Ante la renovada actuación del ENS, los rebeldes oficiales laicos están perdiendo sus posiciones temporales en la cuenca del Orontes y en barrios de Damasco. Al norte de la capital, en la región de al-Qalamún, fronteriza con El Líbano, el ENS libra desde noviembre de 2013 otra campaña con proyección operativa, para expulsar a todos los rebeldes de ella, incluidos los milicianos del Frente al-Nusrah. Y que espera culminar con éxito para finales de abril de 2014. Los yihadistas están contraatacando desde fines de marzo en la Latakia, donde se desarrolla la llamada “batalla del botín”. En estos momentos, el conflicto interno armado sirio está en una espera muy tensa. El mando militar único y la homogénea unidad política del régimen le han ido ganando fuerza operativa y confianza en su acción.

En Siria, la estratégica válida para la heterogénea y dividida oposición a al-Assad es mantener, al menos, la unidad en la estrategia militar. Para, así, hacer converger todos los esfuerzos bélicos en los distintos objetivos, simultáneos o sucesivos, que decida una jefatura superior militar, acatada por todos los grupos presentes y activos en Siria. Éste es el concepto intentado por la oposición libre siria, plasmado en el Consejo Superior Militar, pero que no consiguió aglutinar ni siquiera a todos los grupos de esta orientación. Así, sus magras fuerzas entrenadas operativas están dispersas, actuando en diferentes frentes, con resultados no necesariamente planeados, ni convergentes en el esfuerzo de guerra rebelde. Pero, la no observancia de esta estrategia puede llevar a la oposición en armas a su destrucción progresiva por el ENS y sus aliados exteriores.

La salida razonada y aceptable para la guerra civil pasa en grandes líneas generales por: un exilio de al-Assad y sus principales colaboradores y paniaguados; la congelación de sus bienes y derechos, al menos dentro del país; una amnistía general para opositores y gubernamentales, todo lo generosa que permitan las conductas de ambos grupos y excluyendo por consenso las conductas depravadas intolerables a perseguir; el establecimiento de un gobierno de concentración, que encamine al país a unas elecciones razonablemente libres en un plazo de menos de 8 a 10 meses: la redacción paralela de una constitución temporal, que permita al parlamento y al gobierno que resulten elegidos ir encaminando al país por la vía de la reconstrucción económica, con la generosa ayuda exterior, y la reconciliación nacional; la incorporación al nuevo régimen del “entramado administrativo y militar sirio”, excluyendo sólo aquellos miembros cuyas conductas individuales sean rechazables y punibles, mediando preferiblemente un juicio personal; exclusión en el nuevo sistema político de los grupos opositores radicales, basados en la etnia y la religión.

LA LUCHA CONTRA EL ESTADO ISLÁMICO DE IRAK Y SIRIA III.

(CONTINUACIÓN)

Entre las sucursales menores internacionales del terror salafista yihadista, que también han reconocido la autoridad de al-Baghdadi, destacan las milicias somalíes de al-Shabab. Ésta es una deyección de la extinta Unión de los Tribunales Islámicos, que se extiende por el sur y el este del país. Al-Shabab sigue una estrategia de terror generalizada, que recuerda a la que practica Boko Haram contra los cristianos negros de las etnias fulani y yoruba en las provincias del noreste de Nigeria, donde se asientan sus terroristas. Periódicamente y con efectividad cada vez más nauseabunda, las bandas de al-Shabab incursionan en la vecina Kenia, incluso han llegado hasta Uganda, buscando “trofeos de caza” cristianos. Y eso pesar de los ataques con objetivos limitados de los EEUU, dirigidos por su comando regional para África (Africom), que tiene fuerzas en Uganda. Y de la presencia en Somalía de una importante fuerza militar de pacificación panafricana, que forma la Misión de la Unión Africana en Somalía (Amisom), integrada principalmente por tropas etíopes y keniatas.

ESTUDIANTES CRISTIANOS DE GARISSA

Evolución del Conflicto.

Tras la retirada del DAESH de Kobane, los yihadistas han comenzado de nuevo a secuestrar cristianos en la provincia siria de Hasaka, en el valle del Jabur, un tributario del alto Eufrates. Los ataques aéreos de pura atrición sobre blancos de oportunidad o apoyando localmente y con diferente fortuna, a los peshmergas sirios o iraquíes, como en Tikrit, el monte Sinyar, Kobane o Mosúl, y los éxitos logrados por éstos, a base de tiempo, enorme cautela y grande esfuerzo, han hecho mella, por fin, en las capacidades militares del EISL. Que buscan ahora reforzarse contra los bombardeos y los ataques por tierra y renovar sus variadas fuentes de financiación. En estos momentos, las zonas de influencia de los yihadistas sirios están en la cuenca del Eufrates y en las montañas del norte de Siria. E intentan crearlas en la amplia cuenca del Orontes, con incursiones en la Latakia..

Los cristianos capturados como ovejas, tienen a manos del EISL dos destinos duros e intercambiables: servir de rehenes, buscando el precio de un rescate, pagado preferiblemente por organizaciones internacionales o servir de blindaje humano de las posiciones, fortificaciones, centro de formación y entrenamiento, mezquitas y columnas de marcha yihadistas contra las aeronaves de las 60 naciones coaligadas por los estadounidenses contra el DAESH. Éste es el acrónimo de su nombre “al-Dawla al-Islamiya fi al-Iraq wa al-Sham”, que utilizan la mayoría de los países árabes para referirse al grupo yihadista salafista que opera en Iraq y Siria. Y cuyo uso permite no llamarles State o Estado en las lenguas europeas.

En torno al Jabur y hasta la población de Qamishli, en plenas montañas del Kurdistán sirio, los yihadistas están recolectando a cientos de cristianos, arracimados por familias y vecinos. Para servir a sus fines maléficos y genocidas. El padre Yatroun Colliana, desde El Líbano, ha denunciado, cómo no, en el noticiario local de Naharnet, la pasividad de la comunicad internacional, que se limita a mirar en silencio, ante los atropellos a la comunidad local cristiana. Por último, indicaremos que son los jefes árabes locales, los intermediarios negociadores con las organizaciones humanitarias, los asirios cristianos, los peshmergas kurdos y las milicias de autodefensa locales, que son policías sólo capaces para labores de vigilancia, desfile y demostración. Y ahora, a mediados de marzo, el Papa Francisco no ha podido menos que apoyar el uso de la fuerza militar civilizada contra estas alimañas vestidas de negro, que ofenden hasta su propia religión.

Y ahora, a mediados de marzo, el Papa Francisco no ha podido menos que apoyar el uso de la fuerza militar civilizada contra estas alimañas vestidas de negro, que ofenden hasta su propia religión. Señalaremos, también, que, en los últimos meses, varias decenas de exmlitares y civiles estadounidenses han marchado a Irak o a Siria, para ayudar a las minorías kurdas o cristianas perseguidas por el EISI. Concretamente, entre diciembre y febrero un pequeño grupo de exsoldados entrenó a un “batallón” de cristianos asirios en al oeste del Kurdistán iraquí. Fueron unos 300 civiles, que se integraban en las fuerzas cristianas de autodefensa del territorio y que recibieron una somera formación en técnicas y tácticas militares. Los 4 “asesores” voluntarios estadounidenses ya regresaron a casa, según relata Matthew VanDyke, de 35 años. “Estamos donde los gobiernos fallan. No necesitamos contar con el voto del Congreso, ni someternos a sus limitaciones. Y podemos trabajar muy rápido”, concluye el entrevistado.

DEMOLIENDO MEDIO PUEBLO A LA VEZ…

A primeros de junio de 2014, el EISL lanzó una ofensiva estratégica en Irak, destinada a consolidar sus dispersos enclaves iraquíes (al-Ramadi, Faluya, etc.) de las provincias del norte y centro en una unidad territorial única y extensa. Después de asaltar la ciudad de Samarra, irrumpieron en Mosúl y lanzaron una “acción de área” en las provincias de Saladino y Diyala, en la que los terroristas recurrieron también a sus “juramentados suicidas”. El asalto del ISIL a Mosúl se sumó a los ocurridos sucesivamente en varias poblaciones de la provincia de Ninive. Confirmando con todo ello las capacidades militar y organizativa y la agresividad cada día más claras del grupo fundamentalista salafista y la gobernanza y el caudillaje de su líder, Abu Baker al-Baghdadi. La expansión del territorio que controla el ISIS, tanto en Irak como en Siria, son la realización de la intención de al-Baghdadi de desplazar al egipcio Ayman al-Zawahiri, no como jefe de al-Qaida, sino como el auténtico sucesor de Osama Ben Laden.

LOS PASDARAN (GUARDIAS, EN PERSA) EXHIBEN SU BANDERA.

El Oriente Medio es la región geopolítica más convulsa y furente de nuestro mundo. Y por su cercanía, importancia energética y formar un nudo de comunicaciones entre tres continentes, es especialmente trascendente para nosotros. En esa región del Suroeste de Asia se dirimen varios conflictos armados y paralelos. Alguno, como el llamado conflicto árabe israeli se prolonga por más de 66 años, tres generaciones, entre los musulmanes, singularmente los árabes, e Israel, por un minúsculo trozo de tierra muy deseada. Lo cual es una guerra entre estados, independientemente de su asimetría funcional, religiosa y social. Está también la “lucha abierta” entre las ramas chií y sunní del Islam, unos increíbles “hermanos separados enfrentados”, por la hegemonía político socio religiosa en esa religión. Ésta se concreta hoy en día en el Próximo Oriente en las guerras civiles de Siria e Irak.

 Al extremo este del suroeste de Asia está la teocracia antioccidental chií de los ayatollahs. Éstos, cuando quieren resultados importantes y rápidos contra sus vecinos, emplean a comandos o a unidades de la Guardia Republicana. La cual está entrenando, equipando y apoyando de diversas maneras a sus aliados correligionarios de Siria y de Irak. La Guardia Republicana está imbricada en el régimen iraní, formando el brazo armado incondicional y eficaz de la República Islámica de Irán, actuando como los “Inmortales de los Shas de Persia” modernos. Ella, al igual que los militares egipcios, cuentan con un respaldo económico propio muy amplio. Que les garantiza la independencia operativa y que premia generosamente su dedicación y lealtad en el cumplimiento de sus tareas y misiones. Las brigadas al-Quds son un grupo de élite especial de la Guardia Republicana. Se dedica al espionaje y a realizar acciones militares con fuerzas de incursión. Exhibe toda una panoplia de capacidades para la guerra subrepticia o sucia entre naciones enemigas. Su comandante en jefe es el general de división Qassem Suleimani, de 57 años, de estatura media y barba y pelo blancos, y está incluido en la lista de los terroristas más buscados por los EEUU. Un detalle: el Líder Supremo de la Revolución iraní, Alí Jamenei, le considera un «mártir viviente de la revolución», a la que se incorporó en 1.980, cuando tenia 23 años, en una incipiente Guardia Republicana.

ÉL ES PARA TI UN PADRE Y TÚ ERES PARA ÉL UN HIJO…

Tras el avance del Estado Islámico en junio de 2.014 por el norte y centro de Irak y el llamamiento del ayatollah chií Alí Sistani a la lucha contra él, Suleimani fue enviado por Teherán a Irak, para apoyar la activación de las milicias chiíes, dispersadas tras la guerra sectaria. Así, Suleimani ha conseguido en estos últimos meses la unidad de acción de todas las milicias iraquíes contra el EI. Ha sido el EI el que ha sacado de las sombras al general Suleimani. Y ahora aparece y se conforma el enfrentamiento ideológico militar entre los seguidores sunníes de la Espada Desenvainada del Islam y los mercenarios extranjeros de la Brigadas al-Quds de Irán y las milicias chiíes que ellos animan, apoyen y entrenan. A fines de agosto apareció en Amerli, provincia de Saladino, donde obligó a los yihadistas a retroceder. Irán distribuyó inmediatamente fotos de su general operando. Tras el retroceso del EISL, las milicias chiíes arrasaron decenas de aldeas sunníes de la zona, como colaboradoras o simpatizantes del enemigo.

ANIMANDO A LOS HOMBRES Y APARECIENDO EN SUS MEDIOS…

Tikrit es una ciudad de unos 270 mil habitantes, que se abraza alargada en torno al Tigris, de donde toma su nombre, a unos 140 Kms. de Baghdad. Es la capital de la provincia de Saladino y fue ocupada al final de la ofensiva de junio del EI. En marzo, Suleimani se lanzó a su conquista con una fuerza combinada de 30 mil hombres, formada por deconstruídos militares iraquíes, que aportan las armas pesadas, milicias chiíes (llamadas ahora Unidades Populares) y milicias sunníes de Anbar, enemigas del EI, y fuerzas de apoyo de Guardia. No es fácil que el EI destacase allí más de 5 mil hombres para una defensa rígida, con lo cual la victoria de Suleimani estaba cantada. Los chiíes atacaron el 6 de marzo por el norte de la ciudad y para el sábado 13 ya sólo resistían 3 barrios principales y una urbanización de lujo. La Coalición no dió apoyo aéreo a estas operaciones.

El trato que den a los sunníes de Saladino y otras áreas será una prueba de fuego para evitar otra guerra civil sectaria en Iraq. No es lícito exigir una lealtad debida a los civiles, si las autoridades no son capaces de protegerlas de los abusos de sus enemigos. El secretario de la organización paramilitar Ejército del Mahdi, las milicias del clérigo Muqtada al-Sadr, Hadi al-Amari, pidió a sus milicianos que intentaran salvar a los habitantes de Tikrit y que cuidaran de ellos. Por de pronto, el extravagante mausoleo de Sadam Hussein, situado junto a Tikrit, fue reducido a un montón de escombros. Arabia Saudí ya ha protestado por esta llegada en fuerza de milicias chiíes apoyadas por la Guardia iraní, y el príncipe Saud al-Faisal, su ministro de Asuntos Exteriores, ha acusado a Irán de entrometerse militarmente para “tomar el control del país”. También el Consejo (sunní) de Cooperación del Golfo (Pérsico), formado por Arabia, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Omán y Qatar (Bahrein, que es chií, no lo integra), ha protestado por la entrada de fuerzas extranjeras terrestres sectarias en el conflicto iraquí. Irán, por su parte no oculta su participación en la recuperación de las fuerzas iraquíes y transmite continuamente fotos del general Suleimani en actividad. Antes de esta intervención, el general sólo aparecía en fotos públicas tomadas durante sus rezos.

La Destrucción de las Bases del EISIL.

Los terrenos de esta gran región geopolítica carecen en general de ocultamientos y cubiertas naturales, en forma de bosques, matorrales extensos y montañas. Esto hace que los únicos refugios y estancias temporales para los bandas rebeldes se formen en torno a las aldeas y poblaciones. Las cuales se suelen agrupar, formando alargadas hileras, que se aprecian luminosas en la noche desde el cielo, a lo largo de los ríos, que alivian su sed, y sus riberas. Para su defensa y cobijo tienen que dispersarse por ellas, formando “cuadrillas de muyahidines” de no más de 35 o 40 hombres aisladamente. Este grupo es el mayor que puede ser conducido coherentemente por un “arráez” local. En este medio hay ojos avizores por todas partes. Y los movimientos guerrilleros se realizan a la vista de todos. Además, no todas las poblaciones son defendibles de los poderosos medios militares, ni los insurrectos tienen la intención de hacerlo, en una defensa rígida.

Esas bases son las localizaciones geográficas controladas indefinidamente por los yihadistas. Ellos se apoyan físicamente en las bases para reformar, consolidar, entrenar y aumentar sus fuerzas. Desde ellas, actuando como su principal “base de partida”, lanzan incursiones y sus ataques con objetivo limitado sobre su enemigo, buscando hostigarlo o expulsarlo del territorio inmediato que ocupa. La creación de esos núcleos permanentes yihadistas depende de la medida en que sea derrotado y expulsado de ellos, con consistencia y cierta duración, el enemigo armado. Desde las bases se lleva a cabo la captación de simpatizantes y militantes del grupo revolucionario, que no se efectúa apenas entre los pobladores, sino que, en su mayor parte, vienen ya motivados y decididos desde fuera. Y esto es así aunque una parte de su esfuerzo en el área de acción y propaganda se realice produciendo vídeos, entrevistas, gacetas y papeles por medios audiovisuales inalámbricos variados: la edición, la producción y la emisión se localiza en sus bases. En las bases, la acción socio política del EISL es tan intensa o más que la formación y el entrenamiento militar de los “muyahidines de Allah”. Ella es necesaria para establecer y asegurar la motivación y la lealtad de los combatientes a la causa yihadista en el medio hostil que les rodea y acosa.

Los grupos yihadistas salafistas han fracasado en incorporarse activa y firmemente a un grupo social amplio, que dé cobertura e impulso permanente a su “movimiento socio religioso imperialista”. Su “catequesis de la violencia” les permite a ellos prepararse anímicamente para la muerte gloriosa y en paz, e, incluso para al suicidio, en la realización de sus acciones militares. Pero esa prédica vesánica no es un arma para la conversión de grupos sociales. Y hay una razón fundamental para ello: su “credo” radical carece de posibilidades de aceptación, triunfo y permanencia entre las masas, fuera de las necesidades en los avatares temporales de una guerra. Los grupos yihadistas actúan con una brutalidad innecesaria e indiscriminada, que los descalifica ante el Islam, el Corán y la Sunna o tradición islámica, recogida en los hadises o “comentarios y hechos” escritos de Mahoma. Esta falta de legitimidad religiosa, provoca la ausencia de ulemas y muftíes venerables, respetados y piadosos a su lado. Su supuesta “ideología islámica original” se basa en unos pocos versículos favorables del Corán (éste tiene unos 4.200) y en algunos hechos históricos favorables y no en la integridad y la intención del mensaje del Islam. Este alejamiento socio emocional de las masas locales hace indefectiblemente que el apoyo de los vecinos a los grupos terroristas ocupantes sea involuntario, no atractivo, siempre interesado y desmotivado. Con ello las bases del EISL pierden su función de educación de las masas pobladoras, para captar, crear e incorporar nuevos voluntarios y simpatizantes activos a los grupos; para practicar y perfeccionar los métodos de acción, educación y propaganda; para asegurar a los grupos activos una retaguardia estratégica protectora y acogedora, en la que no necesiten estar también en guardia hacia los de dentro.

Las bases son formas socio militares con “estructura regular y firme” de los yihadistas. Ellas presentan continuos y numerosos objetivos a la acción de los medios pesados de sus enemigos, la aviación y la artillería. Unos son “blancos de oportunidad”, como los movimientos de todas clases de los terroristas y el descubrimiento de nuevas posiciones, y otros son blancos “duros”, conocidos o explorables: infraestructuras viarias, almacenes, refugios, centros de reunión o de mando y de comunicaciones, depósitos de material de guerra, posiciones de combate, de fuego de apoyo y de defensa contra aeronaves, observatorios, transporte de bienes, destiladoras de petróleo crudo, etc.

Tradicionalmente, las bases guerrilleras o rebeldes han estado protegidas del ataque de los militares por la distancia, como en China, la inaccesibilidad (montañas, selvas) o la dificultad de las formas de lucha (la lucha dentro de un poblado presenta inmensos islotes ocultos a las vistas y protegidos por paredes de todas clases, que se refuerzan con su destrucción parcial y la acumulación de cascotes). Y esas bases yihadistas son el único blanco sustancial, quieto y definido que ofrecen las bandas terroristas. Donde poder hacerles sentir toda la superior y disponible potencia del fuego militar; donde se les puede aislar por sectores, para batirles por partes, sin que éstas puedan colaborar en el plan de defensa decidido, ni huir, si el cerco del poblado es firme. Y donde podrían actuar, si tuvieran otro espíritu y otras motivaciones, que no brindan los entrenamientos, ni los equipos militares, las milicias de peshmergas, chiíes y sunníes y los ejércitos nacionales de Irak y Siria.

El Estado Islámico de Irak y Siria, sin embargo, ha creado sus bases, desde el principio de su existencia, al lado de sus enemigos y accesibles a ellos. Y no han sido atacadas en fuerza y perturbadas por las vergonzosas incapacidades terrestres de sus enemigos regionales. Y esto lo conocía y lo ha valorado muy bien al-Baghdadi, al decidirse a crearlas así, con un fino “sentido correcto del mando” conductor y de la estrategia de estado. El coronel C. M. Woodhouse estableció que “el arte de derrotar a los guerrilleros es el arte de volver al pueblo en contra de ellos”. Y en las tierras desérticas del Estado Islámico no hay que establecer cómo puede ser logrado esto. Ya al-Baghdadi se encarga, con un celo digno de mejor causa, de enemistarse a muerte con todos aquellos que no son de su cuerda o de su gusto. Ahora sólo faltan hombres motivados, entrenados y equipados para hacer una misión laboriosa, pero no difícil… Ya lo hemos visto. ¿Los encontrarán los iraquíes, los sirios y la Coalición aérea de los 60 países?

(CONTINUARÁ)

LA LUCHA CONTRA EL ESTADO ISLÁMICO DE IRAK Y SIRIA I.

La aparición del Estado Islámico ha supuesto un cambio cualitativo en los objetivos, en las posibilidades, en la notoriedad y en la estrategia general y operativa de los yihadistas salafistas del mundo entero. Hasta entonces, la jefatura ideológica de la agrupación terrorista al-Qaida consideraba, establecía y ordenaba a sus grupos propios o de partidarios regionales, unos objetivos puntuales de ataque y destrucción de personas, cosas y lugares. Y la realización de los mismos, aislados e inconexos entre sí, operativa, temporal y localmente, marcaban los límites de la acción y la propaganda terroristas que la organización perseguía. Actuaban, efectivamente, como una red.

Pero sus “nodos” (los centros radiantes locales) eran débiles, sin trascendencia operativa y quedaban demasiado distantes entre sí. Y estaban unidos por “cuerdas”, representando sus potencialidades de comunicación, actuaciones combinadas y apoyo mutuo, que estaban deshilachadas, casi sueltas. El diseño, la funcionalidad y la dirección ausente y remota de esa Red no servían para nada más… Nunca en su historia los seguidores de Ben Laden llegaron a controlar difusamente una extensión suficiente de territorio clave. «Al-Qaida es sólo un movimiento, nosotros somos ya un estado», declaró un orgulloso muyahidín salafista del EISL. La realidad es que el Estado Islámico de Siria y el Levante se extiende difusa e intermitentemente por un territorio del tamaño de España, que va desde Alepo hasta la provincia iraquí de Diyala, al este del país, con el Eufrates como columna vertebral de sus enclaves urbanos.

CON RELOJ DE LUJO, QUE NO SE USABA EN TIEMPOS DE LOS «PÍOS ANCESTROS» DEL ISLAM

La Espada Desenvainada del Islam.

Su nombre es Ibrahim Anwad Ibrahim Ali al-Badri. Pero el tipo está en la línea de los papas y de algunos caudillos político militares del Islam, de cambiarse el nombre al ascender o subirse al cargo. Y así, se ha puesto Abu Baker al-Baghdadi. Que quiere decir, el Padre de Baker, el de Baghdad. Es un nombre vago e impreciso, siguiendo la estructura estrecha y usada en la época de las tribus árabes inflamadas de celo avasallador por el Islam. Por el que solamente se le podría reconocer en casa, a la hora de comer, si no tuviera la merecida fama de “carnicero del Islam”. Nació en una aldea cercana a la ciudad de Samarra, capital provincial al norte de Baghdad, en 1.971. Los primeros testigos señalan que era un hombre pacífico, introvertido y reservado, al que le gustaba leer, visitar la mezquita y jugar al balompié en un campo cercano a casa.

Usaba barba, se tocaba con un gorro blanco y vestía la dishdasha, la túnica iraquí masculina. Hacia los 18 años hizo el servicio militar en el ejército de Saddam Hussein. Realmente, el EISL ha alterado los comportamientos del joven, presentándolo mucho más piadoso y ocupado por los estudios coránicos, que como realmente fue. Parece que cursó estudios islámicos en la Universidad de Baghdad No hay muchos testigos presenciales localizables de su vida y su propia familia ha huido de la ciudad, aterrada de verse relacionada con un elemento semejante. Tras la invasión estadounidense de 2.003 y el inicio de la insurrección sunní contra los colaboracionistas chiíes y las milicias tribales del clérigo al-Sadr, al-Baghdadi participó en los grupos insurrectos de lo que se llamó la “guerra sectaria (2.004-2.007)”.

En el curso de una persecución contra Abu Musab al-Zarkawi, el jefe de Al-Qaida en Irak, al-Baghdadi fue detenido. Los estadounidenses lo clasificaron como un “interno civil”, es decir, vinculado a los insurrectos, pero no participante en sus operaciones. Y lo internaron en Camp Bucca, al sur de Irak, un tiempo impreciso entre 1 y 2 años, como todo el misterio o la añagaza que deliberadamente envuelve a este sujeto. Esta prisión era más cómoda y, sobre todo, más tolerante que la infamante Abu Ghraib, junto a Baghdad. Donde los estadounidenses retenían, cerca de su centro operativo de la capital, a los que más les preocupaban por sus hechos o relaciones con los insurrectos. Observados impasiblemente por sus lenitivos carceleros, los internos de Camp Bucca realizaban contactos entre sí, compartían información, leían el Koran, interpretándolo a su manera radical y sesgada, y recibían arengas yihadistas. Y hacia finales de 2.005 fue liberado.

Ibrahim Anwad entró a formar parte de al-Qaida en Irak, donde destacó en poco tiempo por sus capacidades organizativas. Pero, el 7 de junio de 2.006 al-Zarkawi murió en un ataque aéreo conjunto de la aviación de EEUU e Irak, junto a Bakuba, a unos 65 kilómetros al norte de Bagdadi, donde también murieron 7 ayudantes del jefe terrorista. En pocos meses, Ibahim Anwad se hizo con el control de la organización en Irak. Para 2.007, Abu Baker, integrando también a otros grupúsculos yihadistas en al-Qaida, asumió el mando conductor del nuevo Estado Islámico de Irak, en cuyo nombre imprimía sus estilo, capacidad e intención. Fueron tiempos difíciles, menguados y ocultos para el grupo. Los estadounidenses estaban en Irak; su estrategia antiterrorista de dispersión y aislamiento de los grupúsculos rebeldes activos, apoyada en el terreno en disputa en las fuerzas de autodefensa tribales, el llamado Sahwa o “resurgir sunní” (sunni dawn), funcionaba desde 2.007, de la mano del general David Petraeus; y los sunníes habían abandonado su política de no participar en la vida pública iraquí, dominada y sin oposición legal hasta entonces por la mayoría chií.

Perseguido implacablemente por sus amenazados enemigos de casa y de allende los mares, Abu Baker se desliza con frecuencia por la inmensa zona desértica de Siria (su desierto oriental) e Irak (la fronteriza y desértica provincia de Anbar), deteniéndose en las cercanías de las ciudades ocupadas por el EISI. Los terroristas emplean pequeños grupos dispersos y camuflados o enmascarados de vehículos, que viajan entremezclándose con el tránsito habitual de la zona. Que discurre pegado al curso del Eufrates, por las carreteras y los caminos adyacentes del desierto. Se han realizado varios intentos de eliminación física del califa, empleando los vehículos aéreos no tripulados o mediante incursiones puntuales a cargo de una sección reforzada de tropas de élites, con sus misiones de ataque, apoyo y aislamiento. Las acciones se aprobaban tras detectarse su probable presencia, gracias a chivatazos u operaciones de inteligencia. Pero, hasta ahora, sólo han llevado a causar bajas a sus oficiales de escolta o a sus correligionarios allegados, sin alcanzar al caudillo escurridizo.

A las distancias cortas, el Califa, orgulloso, reservado y despiadado, se muestra, según informaciones de testigos, déspota y aún avasallador, en el trato con terceros ajenos a sus círculos íntimos. A diferencia del anterior jefe de “al-Qaida en Irak”, Abu Baker cuida mucho su imagen personal y no permite su toma por los medios. Sus imágenes más extensas y fidedignas datan de su proclamación en Mosúl del Califato islamista. Sin embargo, las primeras fotos policiales de Ibrahim Anwad al-Badri lo muestran con barba discontinua y descuidada y algo regordete para un hombre en los “ta y tantos años” de su vida.

La Estructura del Califato.

La Administración creada por al-Baghdadi es digna de mejores destinos. Y es una pruebas de sus capacidades organizativas de dirigente político religioso del Islam. La cúpula ejecutiva de al-Imarah la forman el Califa, sus dos delegados en Iraq y Siria y el gabinete o consejo, integrado por 7 asesores. Al-Imarah quiere decir emirato o principado musulmán. Existe un órgano legislativo para asuntos militares y religiosos denominado el Consejo de la Shura, que depende de la gobernanza de al-Imarah, es decir, de sus tres mandos principales y del gabinete. Cada delegado nacional cuenta con 12 gobernadores regionales, atribuidos a poblaciones importantes o claves o a zonas determinadas de cada país citado. También, cada delegado tiene 8 secretarías u oficinas, dedicadas específicamente a las tareas o ministerios más importantes.

Así, están: Asistencia de los combatientes, para el apoyo a los muyahidines foráneos. Finanzas, que controla la venta de petróleo y derivados, rehenes y objetos confiscados y compra armas y pertrechos. Inteligencia, que recolecta información, elabora inteligencia y la distribuye a los distintos interesados. Legalidad, que se encarga de los asuntos legales, de las sentencias y del reclutamiento de muyahidines y simpatizantes. Liderazgo, que redacta las leyes y normas y establece la estrategia política. Medios, que los regula y realiza la propaganda de todo tipo. Militar, del que depende la coordinación de la defensa y extensión armada del califato. Seguridad, que lleva a cabo la vigilancia interna y ejecuta las sentencias de muerte, actuando como una especie de comisariado político o policía religiosa.

Y, ¿con cuántos guerrilleros cuenta el EISL? La CIA valoró hace unos meses que contaba con algo más de 30 mil muyahidines, de los cuales un quinto serían extranjeros. Es la fuente más seria y capacitada para realizar una estimación tan difícil. Algunos han sido pulverizados por la aviación de la Coalición; otros, pocos, de los aventureros foráneos, alucinados y embrutecidos, han regresado a sus países para hacer allí la yihad; y algunos miles habrán incrementado sus filas desde el verano a acá. En la peor de las posibilidades para la libertad y las personas, las fuerzas del EI no superarían los 45 mil armados útiles. Y de ellos unos 8 u 9 mil son extranjeros, catequizados en sus lugares de origen y mesmerizados desde lejos por los hechos y la propaganda del EI.

Yihadistas en Siria.

La profunda crisis de la sociedad civil siria y el desgobierno producidos por una guerra civil “in crescendo”, que ya se prolonga por 4 años, causando unos 200 mil muertos, han permitido a los grupos yihadistas del Próximo Oriente asentarse en Siria. Sus zonas de refugio y sus áreas de influencia no son individualmente grandes, ni continuas. Ellas están más bien desperdigadas y cercanas entre sí. Y ninguna de ellas resistiría un acoso militar serio. Las zonas ocupadas forman como “manchas” amorfas y fluentes en evolución, de las que se repliegan si la presión militar enemiga es fuerte y continua. Para instalarse en posiciones alternativas lo más cercanas posible, que les permitan mantener una mínima conexión operativa con las otras posiciones regionales.

En Siria han proliferado los “conjuntos de partidarios” o bandas de al-Qaida. Las razones de que no se hayan articulado en un único grupo terrorista sirio son varias. Una es la lejanía y la falta de control y ascendencia del “central core” de al-Qaida. Ésta es la cruz de esa descentralización operativa de la que suele presumir la Red y con la que amenaza alcanzar a sus enemigos por medio planeta. Los partidos comunistas, especialistas comprobados en la toma del poder, siempre exhibieron una unidad ideológica, operativa y militar monolítica, propia de monjes guerreros entusiasmados, en sus luchas llamadas de “liberación nacional” por tres continentes. Otra razón es que estos “hermanos separados” se odian entre sí. El igualitarismo, derivado de la fraternidad en las doctrinas salafistas sunníes, origina pronto entre los “iguales”, una infección purulenta y contagiosa de envidia, desafecto y rencor. Y viceversa, la existencia de una jerarquía capaz, justa, respetada y aceptada en una organización, favorece la emulación y el ascenso de muchos de los más capaces. Una razón que pesa es también la ambición, la osadía, la agresividad desbordante y la carencia de escrúpulos de sus jefes de armas y sheiks locales. Su primer enemigo acérrimo no es el ejército, ni el ESL o las milicias de autodefensa de kurdos, alauitas, cristianos o drusos, según las regiones. Sus más odiados y temidos enemigos son los mandos de los otros grupos yihadistas de Siria. Porque son los más afines, con los que rivalizan por el mando, con los que tendrían que competir por la dirección del yihadismo en el país.

Tocando ya las estrategias de los 2 grupos yihadistas de Siria, el Frente al-Nusrah para la Liberación de los Pueblos de Oriente busca sólo establecer un “emirato islámico radical” en Siria. El EISIL, nacido en las luchas de guerrillas de Irak después del 2.003, quiere crear un califato salafista más extenso y permanente. E instalarlo, de momento, en Siria e Irak. Aunque ya ha hecho ataques de castigo a los chiítas libaneses, en respuesta al apoyo de Hezbolá a al-Assad. El primero responde y va en paralelo a la estrategia de al-Qaida de favorecer la creación y el funcionamiento de “núcleos delegados” nacionales o regionales. Que desde su lejanía física y con la laxitud estructural de la Red, puedan ser controlados por ella, en cuanto a órdenes, estrategias y operaciones y el uso de la “marca al-Qaida”. Pero, el EISIL busca una independencia funcional y, quizás también ideológica, con el “central core” de la Red. Ya que el Estado Islámico actuaría como un “mando conductor operativo” en una zona supranacional, que podría incluir a todo el suroeste de Asia. Así, una jefatura superior, administradora y ausente le sobra al EISIL.

Ayman al-Zawahiri confirmó en 2.013 la vinculación del Frente Al Nusrah de Abu Mohammed al-Golani con al-Qaida y negó toda relación con el EISIL. Y tuvo que intervenir en varias ocasiones para desautorizar a al-Baghdadi. «El EISIL debe ser abolido, mientras que el Estado Islámico de Irak debe seguir funcionando», declaró rotundo al-Zawahiri en noviembre de 2013. «Al-Baghdadi cometió un error al establecer el EISIL sin pedirnos permiso o informarnos», y, continuó, el sirio al-Golani también «se ha equivocado al anunciar su rechazo del EISIL, sin nuestro permiso». Al-Zawahiri ordenó entonces que el Estado Islámico de Irak circunscriba sus operaciones a aquel país, mientras que el Frente al-Nusrah sea «una rama independiente de al-Qaida que informa ante el mando general (una especie de delegado regional)». Además, recriminó a ambos “grupos hermanos” por sus actos de violencia contra otros musulmanes. En respuesta, y pese a que el grupo original “al-Qaida en Irak” de Musab al-Zarkawi sí había jurado fidelidad al-Zawahiri, al-Baghdadi se declaró en rebeldía hacia él. Produciéndose una importante crisis de liderazgo en la Red, que intentaron reparar alejándose de al-Baghdadi. Esto debilitó la lucha contra al-Assad, a medida que los grupos yihadistas se extendían en Siria y el ejército se concentraba hacia las grandes poblaciones. Y durante los enfrentamientos de primeros de 2.014 entre los rebeldes, al-Golani ofreció a una mediación a los grupos, que no fructificó, para dar prioridad a plantar cara contra al-Assad. Por esta época se consumó la ruptura entre los 2 grupos yihadistas, tras una serie de conversaciones de acercamiento entre delegados de ambas ramas, celebradas en el Kurdistán sirio. En una de ellas Abu Baker se presentó formando parte del grupo negociador, pero sin llegar a desvelar su identidad a sus interlocutores del Frente al-Nusrah.

Contradicciones del EISL.

Como no tienen arraigo suficiente entre la población iraquí o siria, el abandonar sus posiciones temporales no les supone dejar desamparados a sus habitantes frente al enemigo armado. Los habitantes de las áreas ocupadas no están ganados para la guerra santa. Esos pobladores son atemorizados, amenazados y, al menos, neutralizados, para que den cobijo, manutención y apoyo a las bandas yihadistas y no las estorben, ni importunen en sus actividades. Sólo los que cooperaron con los “enemigos de la Yihad” pueden estar en peligro ante ellas. Cuando ocupan una población, sobre todo en la periferia del Estado Islámico, los yihadistas siempre preparan sus vías de evacuación hacia las afueras de ella, y de retirada, desde éstas a los puntos de encuentro establecidos cercanos. Para desde ellos dirigirse a posiciones de recibimiento y/o de ocupación regionales.

Cuando son liberados de la presencia yihadista, muchos habitantes, especialmente en los pueblos pequeños, procuran huir temporalmente y refugiarse en las poblaciones cercanas mayores. La razón es que al despotismo imperioso, desconsiderado y percutiente de los yihadistas, se unen los fuegos pesados de sus enemigos, empleados durante la captura de la población. Tanto los militares como los grupos rebeldes mayores (fundamentalmente los peshmergas) prefieren evitar sus bajas y apresurar el desalojo de los yihadistas, usando la aviación y la artillería, si disponen de ella. Incluso, los cohetes de vuelo libre y carga hueca anticarros RPG-7V (una artillería de los pobres) lanzados en salvas dobles o triples, causan un efecto demoledor en los edificios de mampostería o de adobe. Esto ya serviría para hacer replegarse hacia el interior a las fuerzas yihadistas de seguridad de sus posiciones adelantadas, situadas en los límites de la población o en puntos adyacentes. Y ya por fin, los militares sirios suelen retirarse en poco tiempo, para realizar otras misiones de ataque; de ahí, el carácter continuo, fluido y hasta reversible de las operaciones. Entonces, pueden regresar los yihadistas y depurar responsabilidades. Por eso, muchos civiles piensan: “una vez y no más”.

La decisión, la agresividad y el desprecio a la muerte de los yihadistas les ha dado ventajas militares sobre los opositores laicos rebeldes. Y su actividad y protagonismo es creciente en el panorama de la oposición militar siria. En varias provincias sirias, como Raqqa o Deir al Zor, han desplazado al Ejército Libre de Siria y se han “asentado” como la única fuerza operativa rebelde. En diciembre de 2013, el Estado Islámico de Iraq y Siria asaltó la sede del Consejo Supremo Militar de la oposición política moderada laica, en la fronteriza ciudad turca de Bab al Hawa y saqueó los arsenales y depósitos. Y los combates entre rebeldes han sido continuos en las regiones montañosas kurdas durante 2.014. Todo ello llevó a los EEUU y Gran Bretaña a suspender progresivamente toda clase de ayuda militar a los rebeldes sirios. Por miedo a que parte de los medios y suministros proporcionados y de los refuerzos al ELS, en forma de comandos sunníes entrenados en Jordania, lleven al encumbramiento de los enemigos de Occidente.

Al-Baghdadi estableció inmediatamente la Sharia, como ley civil y penal del califato. Inmediatamente, todas las mujeres, incluso los maniquíes de las tiendas, fueron obligadas a cubrirse sus rostros, para no tentar a los hombres con sugerencias pecaminosas. Sus tribunales islámicos aplican la pena de muerte a diferentes prácticas consideradas criminales, como la violación de mujeres musulmanas, la homosexualidad, el adulterios y la blasfemia y en algunos casos de robos. Los infieles o herejes (cristianos, yazidíes, chiíes, mandeos, etc.) que no se convierten al Islam sunní (a los cristianos se pensó al principio hacerles pagar alguna exacción para el EISL), son perseguidos violentamente. Así, sucesivamente, sus casas son marcadas, sus bienes, incautados, sus mujeres, violadas y sus niños, asesinados. Los perseguidos sufren ejecuciones sumarias y son tomados como rehenes, para recaudar rescates. Se han denunciado decapitaciones de personas que se niegan a la conversión, incluyendo a mujeres y niños, y la exposición de sus cadáveres en las plazas públicas. Esto desencadenó un genocidio religioso especialmente en las áreas iraquíes del encanallado califato, que ha provocado una huida masivo de personas de las minorías hacia los países vecinos, Turquía, Jordania y El Líbano, generando un grave problema de refugiados en ellos.

En su afán por conseguir la adhesión de nuevos seguidores, el EISL mira a Occidente. Sus objetivos preferentes son los jóvenes ilusionados, desmotivados anímica e ideológicamente, no educados en las virtudes de la civilización europea. Y mimados y sobrealimentados en nuestros países mercantilistas y materialistas, que han convertido todos los deseos en necesidades a satisfacer por los mercados. Así, el EISL difundió a fines de mayo de 2.914 la primera edición de un semanario en inglés, el «Islamic State Report» (Informe del Estado Islámico) y un vídeo en alemán, pero subtitulado en inglés. En éste un yihadista occidental, alaba a Baghdadi, el líder del EISL, anuncia como «buenas nuevas… el regreso de la Sharia y el Estado Islámico» y pide abiertamente a sus simpatizantes que acudan, «y se unan a las filas» del EISL. El semanario «Islamic State Report» pretende dar una idea del creciente grado de institucionalización que está adquiriendo el Estado Islámico en sus posiciones. La publicación recoge una entrevista con el responsable de la formación de los nuevos clérigos de ese territorio, el jeque Abu Hawraa al-Jazaairi. Que indica que ya han educado a decenas de ellos en un nuevo centro educacional y que han prohibido la presencia en las mezquitas de aquellos que no cursen en él. La revista «Islamic State Report» publicó hace meses un reportaje irónico y sensacionalista: «De patrulla con la Oficina de Protección al Consumidor». Y Abu Salih al-Ansari, el responsable de la unidad especializada en comprobar que no se vendan alimentos en mal estado, o que no se ajusten a las directrices islamistas del ISIS, avisa que se ha habilitado un teléfono para atender las quejas del público… Continuamente se dan imágenes en las redes sociales de la vida diaria en el califato y se difunden vídeos con ejecuciones de rehenes, como respuesta a lo que ellos consideran las agresiones de los cruzados. También, el EI hace llamadas a sus simpatizantes por el mundo para perpetrar acciones individuales y aisladas en la retaguardia enemiga. A raíz de la ofensiva aérea de la Coalición, hicieron un llamamiento para atentar contra la vida de ciudadanos de los países que forman parte de ella. Se calcula que en marzo de 2.015 ya hay en Twitter más de 40 mil cuentas operativas de yihadistas, con afanes propagandísticos y proselitistas.

(CONTINUARÁ)

Obama vuelve, para salvar a Irak II.

(CONTINUACIÓN)

Pero, si desde hacía dos años y medio Occidente amenazaba a al-Assad, sin pasar a la acción, era porque Washington y París sabían que una reedición de las operaciones aéreas que se produjeron en Serbia o en Libia no era posible en Siria, debido al armamento antiaéreo ruso desplegado. La defensa siria de radares y armas obliga al avión hostil a atacar su objetivo a más de 50 Km. de distancia, para operar fuera del alcance de su DCA. El nivel de seguridad de las aeronaves ha pasado de los 3.000 ms. de altura de hace 15 años en Kosovo, a los 10.000 ms. ahora en Siria. Sólo los carísimos cohetes de crucero como los Tomahawk estadounidenses y los Scalp franceses, diseñados como vectores de armas nucleares y de muy baja trayectoria autónoma, podrían ser empleados con éxito en ataques aéreos contra un “ejército sirio protegido”.

Hace poco más de año y medio, Irak era el noveno país en la escala de estados fallidos o fracasados elaborada por la revista “Foreign Policy”. La lista la encabezaban Somalía, Congo, Sudán del Sur, Chad y Zimbabue. Las valoraciones negativas de Irak proceden de la militarización del país (por la plétora de fuerzas militarizadas heterogéneas y/o particulares), los conflictos internos (entre los grupos políticos, étnicos o religiosos) y de sus gobernantes sectarios. Sus dirigentes no tienen conciencia de representar a todos los iraquíes y sólo cuidan al grupo o manada del que proceden. En 2.007, Irak fue el segundo peor estado del mundo en esa escala. Pero, lejos ya la guerra civil, el país siguió sumido en un estado de violencia permanente, donde los incidentes variaban según la zona. La provincia de Bagdad fue una de las más violentas. Y, cuando el número de víctimas se reducía durante varios meses, se solía producir un aumento repentino. Así, como ejemplo, entre marzo y mayo de 2.012, el número de muertos en Bagdad fue de 44, 54 y 49 muertos, y en junio saltó a 147. En términos relativos, la ciudad de Mosul era aún más violenta que la capital, aunque en la primera resultaban más frecuentes los tiroteos que los ataques con bombas. El ex-premier Nouri al-Maliki confirmó la vieja aseveración de que Irak sólo puede ser gobernado con mano dura. Y la suya fue ayudada por la continuación de la violencia. El primer ministro se vió favorecido por el sistema de política sectaria existente, en la que chiíes, sunníes y kurdos votan a sus partidos, sin considerar otras opciones o personas. Al ser el principal dirigente chií, al-Maliki tenía asegurado el poder, por su control directo de las fuerzas de seguridad. La legislación antiterrorista fue una palanca decisiva con la que el Gobierno controlaba a sus enemigos sunníes. Los tribunales aplicaban de forma rigurosa el artículo 4 de la ley principal. Que establece que quien participe en actos terroristas o los promueva o financie es condenado a la pena de muerte y quien encubra esos delitos es condenado a cadena perpetua.

Un 23% de la población iraquí vive oficialmente bajo el umbral de la pobreza, pero es un dato que habría que revisar al alza, aunque en algunos aspectos no se puede negar la mejora producida en tras los años. Y algunos análisis independientes elevan la cifra del paro al 35%. En 2008, el porcentaje de empleados públicos sobre el total de personas con empleo era de un 43%, uno de los mayores del mundo en estados en desarrollo. Estos valores son impensables en Europa o en los EEUU. En España tendríamos que mantener entre todos a más de 8 millones de servidores públicos: “ponga Ud. un servidor público en su casa”, diría un afiliado de Podemos. El empleo en la administración es una práctica de control político y para mantener la lealtad de caudillos locales al Gobierno. Además, el gasto social en educación y sanidad de Irak no se ve tan beneficiado con los ingresos procedentes del petróleo, porque la Administración no es efectiva, ni cuenta con personal cualificado. Esta incompetencia de la Administración iraquí es uno de los factores para explicar por qué el país vive absolutamente del dinero fácil del petróleo. Irak es uno de los peores países del mundo para hacer negocios, según el Banco Mundial, lo cual es la pescadilla que se enrosca en sí misma. Y cada ministerio es el baluarte de un jefe político. Cuya función principal es dar empleo a sus partidarios y presentar todo tipo de obstáculos a los ajenos, que se presentan para pedir autorizaciones de cualquier tipo.

Hay un problema social fundamental por resolver en Irak. Conseguir que los sunníes no se sientan ahora nuevamente desplazados y perjudicados. Y empujados o tentados, según la intensidad de esos sentimientos, ha reanudar su rebelión armada (que ocurrió de 2.004 a 2.007). Y esto puede ocurrir por la falta de las generosas pagas estadounidenses y por la conculcación de sus derechos socio políticos. Cosa ésta que, el régimen mayoritario chií puede, con la mezquindad y estrechez de miras del anterior régimen de al_Maliki, llevar a cabo. Esto llevaría a una fractura grave del país. Que está muy alejada de las amplias y prometedoras posibilidades de una cierta unidad nacional, que brindaría el establecimiento de un país federado, integrado por las tres grandes etnias o sociedades religiosas. Y tomando como un primer ejemplo y posibilidad, la estructura administrativa creada por los kurdos al norte del país durante estos últimos años.

La mayoría chií de Irak tiende a bascular sus intereses socio religiosos hacia su correligionario el Irán teocrático, heredero de la “revolución permanente” jomeiní. Un Irán que, aunque su estructura de poder esté anquilosada y aún resquebrajada entre aperturistas y tradicionalistas revolucionarios, se cohesiona internamente siempre ante las amenazas de intervención exterior. Irán ha asistido al doloroso proceso de toda la aventura estadounidense, que conmocionó y dio la vuelta a toda la región geopolítica del Oriente Próximo y Medio, sin apenas desgaste físico o moral. Y, con sus 74 millones de habitantes, es un referente a respetar en el Asia Sur Occidental musulmana. En la lucha por el control de los movimientos rebeldes nacionales de la Primavera Árabe, los chiíes han conseguido una alianza implícita de sus países, a la que se uniría El Líbano de Hezbolá, patrocinado por Irán y la Siria alauita. Los sunníes del resto de los países árabes aún tienen que hacer muchos esfuerzos, para lograr una unificación de sus intereses políticos globales. Por más que la Arabia Saudí y Qatar los apoyen y alienten en algunos casos.

El cuestionable Ejercito Iraquí y otras realidades…

En una “operación acción, propaganda y prestigio” el EISL tomó al asalto y sin encontrar apenas resistencia la ciudad de Mosul durante la madrugada del lunes 9 de junio, consolidándola en su poder en un par de días. Mosul es la tercera mayor ciudad de Irak y fue la segunda gran localidad del país ocupada en firme por el EISL. El efecto de atracción y prestigio para el EISL y el golpe de descrédito para los gobiernos kurdo y central de Irak fueron sorpresivos y grandes. La permanente disputa por la administración de Mosul entre las autoridades iraquíes y las del Gobierno Regional Kurdo (el KRG) influyó en la falta de defensas adecuadas de la ciudad. La toma de Mosul, a unos 390 kilómetros al norte de Bagdad, sacó a relucir la incapacidad para gobernar la urbe, generada por el enfrentamiento entre el gobierno autónomo kurdo de Erbil y la autoridad central de Bagdad. Los kurdos aguardan desde 2007 un referendo que apruebe la absorción de esta ciudad por parte del KRG. Y así, ante el avance de varias columnas de camiones ligeros sin protección contra el fuego ligero de infantería (muchos, tipo “pick up”) , transportando al aire unos 900 milicianos irregulares ardorosos del EISL, los 30.000 policías y soldados nacionales que guarnecían la provincia de Ninive, abandonaron sus equipos pesados colectivos y huyeron en “racimos aterrorizados” hacia Bagdad, a medida que avanzaban los “barbudos de Allah”.

Bien, el nuevo primer ministro iraquí, el chií Haidar al-Abadi, acometió a mediados de noviembre la compleja reestructuración y adecuación del ejército nacional. Es de recordar, que los EEUU se gastaron durante su ocupación de Irak unos $25.000 millones en el entrenamiento y el equipamiento del actual ejército de Irak, que no parecen haber servido para mucho. Y los “drones” de espionaje y observación de los estadounidenses, tampoco han sido de utilidad para detectar la actual crisis socio militar del país. Y todas las escuchas telefónicas y de comunicaciones inalámbricas digitalizadas o no de la NSA (la agencia central de seguridad estadounidense, con inmensos almacenes para el archivo de datos inútiles, porque lo son si no son de provecho o si no cumplen la misión de inteligencia debida), la CIA y otras agencias especializadas en la exploración y observación de los propios y ajenos, fueron nulas o herradas (sí, con hache), para detectar el cáncer purulento y hediondo del EISL. Que se gestó desde casi un año y medio atrás, y su explosiva metástasis por el noroeste de Irak a mediados de 2014. El miércoles 15 de noviembre el “premier” firmó, como comandante en jefe de las fuerzas de seguridad, la destitución de 26 comandantes y jubiló anticipadamente a otros 10. La medida atendió a la necesidad de «consolidar la labor de una institución militar, basada en la profesionalidad y en la lucha contra la corrupción en cualquiera de sus formas». Al-Abadi nombró a otras 18 personas como relevo parcial. El premier buscaba también «depurar el aparato de seguridad de los generales y jefes leales a al-Maliki», cuyas políticas miopes y sectarias alienaron de nuevo a la población sunní y dieron alas a los yihadistas, que controlan ya un tercio del país. Pero, el jefe del Ejecutivo ha evitado ampliar la depuración al ministerio de Interior, controlado por la milicia chií de al-Sadr. «Las milicias chiíes operan en Bagdad (desde su centro en el barrio al este del Tigris, llamado Ciudad al-Sadr) con total impunidad, ignorando la presencia de las fuerzas de seguridad gubernamentales«

La purga coincidió con el envío de 1.500 soldados estadounidenses adicionales a Irak, anunciado por Obama la semana anterior y con las primeras victorias logradas en combate por el ejército, con el apoyo de los ataques aéreos lanzados por la coalición internacional sobre las posiciones y concentraciones del EISL. El general James Terry declaró a primeros de diciembre que su principal tarea será el reentrenamiento del nuevo ejército nacional. Se espera que la cifra de militares desplegados por los EEUU en Irak sea de unos 3.100 efectivos en poco tiempo. Y espantado por la enorme incapacidad del ejército iraquí, toda una rémora más que una base de partida prometedora, el jefe del Estado Mayor Conjunto de los EEUU, el general Martin Dempsey, reconoció el jueves día 16 de noviembre que se necesitarán unos 80 mil miembros «competentes» de las fuerzas de seguridad iraquíes, para recuperar el territorio arrebatado por el IS, liberar la ciudad de Mosul y restablecer la integridad de la frontera con Siria.

«Son cambios importantes pero se necesita una reconstrucción completa (del ejército). Al menos, la decisión mostrará a los aliados de Irak, especialmente a los EEUU, que el nuevo primer ministro (nombrado en setiembre) tiene intenciones serias de reformar la seguridad y que puede ser un aliado fiable«. Pero, interrogado a principios de noviembre acerca de la corrupción en el ejército, el ayatolá Ali al-Sistani (la máxima autoridad chií de Irak) fue duro: «Creo que el deterioro de la seguridad registrado en los últimos meses puede deberse a ello». Agregando: «Los diferentes puestos militares deben ser ocupados por quienes sean profesionales, patrióticos, leales, valientes y no permitan que sus deberes se vean afectados por influencias personales y financieras«. Pero, la corrupción y el desánimo existen en todos los niveles del ejército. En octubre, en una reunión a puerta cerrada del parlamento, se abordó una degradante plaga que asola a las unidades del ejército iraquí. Es el llamado «fenómeno del astronauta», en el que los soldados entregan parte o todo su sueldo a sus mandos directos, para comprar su seguridad y permanecer lejos del campo de batalla. Así, están teóricamente en un lugar, pero no ponen sus pies en él. «Éste es uno de los factores que explicaría el derrumbe y la fuga del ejército en Mosúl. Sólo un 25% de los hombres estaba en sus puestos. El otro 75% eran nombres escritos en un papel. El ejército tenía (en su orden de batalla) unos 200.000 hombres, pero sólo alrededor de la mitad acudía al trabajo«.

Delirante, el vice primer ministro iraquí Saleh al-Mutlaq (un sunní) recomendó reintegrar a los soldados de Sadam en el novísimo ejército en reconstrucción. «De esa manera se podrá derrotar al Estado Islámico en un plazo muy breve de tiempo». Pero, ¿aún siguen vivos y capaces, desde 2.003, los vapuleados y perseguidos restos del ejército de Sadam Hussein al-Tikriti?, ¿no será éste el “tentetieso argumental” de los gobiernos chiíes iraquíes, al que achacan todos sus fallos, desventuras e incapacidades propias? A sus 67 años, el vicepremier es un veterano en la política del país, donde ha resurgido varias veces y se mueve a sus anchas en el gobierno de Bagdad.

El objetivo de la formación del ejército iraquí es alistar o reestructurar y entrenar a un colectivo de más 200 mil iraquíes, para formar el nuevo Ejército Nacional de Irak. Aparte están las fuerzas de policía y orden público civiles. Los reclutas son contratados tras pasar un superficial examen físico, estar comprendidos en un intervalo amplio de edad y pasar por un filtro “político” local, que avale su no “pertenencia evidente” a los grupos díscolos o insurrectos. Al no existir la tradición de un ejército moderno de reclutamiento universal, se ha optado por adquirir un ejército de voluntarios, intentando profesionalizarlo. Los reclutas del ejército pasan por “temporadas” una serie de jornadas de formación en técnicas elementales de lucha; de endurecimiento físico; de disciplina militar, basada en formaciones cerradas y sus movimientos, para imprimirles carácter; de cumplimiento de las labores cotidianas de vida en común y de convivencia como colectivos uniformados. La principal tarea es formar someramente a los hombres, que se acostumbren a integrar colectivos permanentes disciplinados y prepararlos básicamente para su formación específica en las unidades de destino. Este período inicial se extiende entre los 60 y los 120 días. Y éste es un tiempo considerado insuficiente para lograr ese objetivo. Las unidades de formación del ejército iraquí, sitos en multitud de campos desperdigados por numerosas provincias del centro y del sur de Irak, serán fundamentalmente supervisadas y/o dirigidas por suboficiales y oficiales estadounidenses.

(CONTINUARÁ)

LAS GUERRAS CIVILES DEL ORIENTE MEDIO III.

(CONTINUACIÓN)

El imposible Entramado de los Rebeldes de Siria.

El Ejército Libre Sirio (ELS) es un conglomerado de fuerzas dispares y dispersas. Que provienen de la deserción intermitente de grupos de miembros de las distintas armas del ENS. El ELS está formado casi totalmente por sunníes y su misión es puramente militar. El ELS no tiene una estructura orgánica estable y consolidada. Su orden de batalla lo constituyen las “brigadas” regionales. Que operan tácticamente buscando objetivos limitados: de hostigamiento; emboscadas; ocupaciones de zonas o posiciones, pero con un ánimo creciente de empeñarse en ellas más tiempo; o golpes de mano contra las fuerzas de seguridad y autoridades locales importantes. No tienen generalmente la intención de defender rígidamente los objetivos que ocupan en sus acciones de todo tipo. Y se refugian, desdobladas más o menos, en las cercanas cadenas montañosas. O, formando “pequeñas unidades” integradas, en los barrios de las ciudades donde han operado: Homs, Hama, Alepo, Damasco y otras poblaciones menores, buscando entremezclarse y protegerse en ellas. Los hombres del ejército rebelde sirio poseen una cierta unidad de doctrina, de reglamentos y de armamentos. Pero, al aumentar últimamente el número de combatientes en sus filas, ha perdido bastante de esa unidad de mando superior y formación militar. Su gran debilidad operativa sigue siendo su penuria de vehículos blindados, de artillería y de los anticarros orgánicos de las compañías y los batallones específicos de la lucha anticarro. Y la carencia de una red logística estable, suficiente y provista regularmente.

A finales de 2012, se constituyó en Turquía el Consejo Supremo Militar del ELS, en un intento de unificar sus mandos y sus “brigadas”. Pero, esto está muy lejos de conseguirse. De hecho, existe una abierta y profunda discordia en la cúpula militar, procedente de los intereses opuestos que han aflorado entre Arabia Saudita y Qatar, los dos grandes y activos “aliados exteriores” de la rebelión siria. Arabia Saudí apoya a los jefes civiles de la Coalición Nacional Siria, el máximo órgano político de la rebelión. El general Idriss, jefe del Estado Mayor del ELS, y sus compañeros, se han alineado con Qatar e incluyen a los jefes y oficiales afines y a las fuerzas bajo su mando. Idriss fue nombrado en diciembre de 2012 por unos 500 jefes de campo rebeldes, consensuando un mando operativo único sobre el terreno. Para confundirlo y complicarlo todo, los comandantes de las 5 “regiones militares rebeldes” en las que dividieron a Siria, no están integrados en el Consejo Supremo Militar. Por fin, a fines de febrero de este año, se declaró un cisma en el ELS. El Consejo Supremo aprobó el domingo 16 la destitución del general Salim Idriss, justificándola en “la ineficiencia (del ELS) de los últimos meses”. En respuesta, el miércoles 19 de febrero el general publicó un comunicado, en unión de otros 15 jefes militares rebeldes, solicitando la renovación del Consejo Supremo. A su vez, los jefes de las regiones militares enviaron otro comunicado colectivo, declarando “inválida e ilegítima” esa destitución del general de división Salim Idriss. Y rubricándolo, el jueves 20, el coronel Fateh Hassoun, jefe del Frente del Centro, acusó al órgano político, la CNS, y demás políticos en el exilio, de “querer dirigir la revolución desde el extranjero”.

Si los rebeldes semi regulares sirios han conseguido algunos éxitos puntuales o mantener una defensa más o menos móvil con cesión de espacio algún tiempo, en Alepo, en Damasco, en Homs, en Hama, es porque los soldados avanzan junto con sus carros. Como se haría en un ataque convencional a las distancias próximas de asalto, en terreno no quebrado o reforzado. Los carros carecen de suficientes vistas y el enemigo irregular puede batirles de flanco, de revés (apareciendo a su retaguardia por un sótano o bajo los restos de un vehículo inutilizado), y en su parte superior con lanzagranadas de carga hueca, disparados preferiblemente por parejas de tiradores. Con enemigos resueltos, formados y entrenados en lucha urbana, se podría así producir un “tiro al carro”, de consecuencias desastrosas para una sección de carros que se internase sin protección. En zona urbana, el asalto militar se efectuaría avanzando la infantería por las casas y sus paredes y patios, con los carros en subordinación de guerra a media distancia, siempre protegidos por aquélla y apoyándola con su fuego pesado directo. El avance, siguiendo una calle o faja, lo realizarían dos equipos de asalto o choque, que se turnarían y una reserva y durante él se debe mantener la seguridad en todas direcciones. Un batallón reforzado con blindados impulsaría el ataque militar siguiendo un sector de varias calles.

Se cuentan por cientos los grupos armados que intentan o dicen luchar contra el Ejército Nacional Sirio (ENS). Los semi regulares armados insurrectos, aglutinados en el ELS y en algunas milicias o bandas étnicas, partidistas o religiosas, cobran día a día más protagonismo militar. Éste se manifiesta en acciones más numerosas, más simultáneas y más persistentes que hace un par de años, y que se extienden ya por toda la geografía siria. Sus acciones se concretan en las poblaciones de los cauces del Orontes y del alto Eufrates y de las montañas del norte. E incluso actúan en la zona alauita de Latakia, donde desde el inicio de la primavera de 2014, libran la denominada “batalla por el botín”. Los rebeldes carecen de capacidad de combate y de movimiento para enfrentarse al ENS en descampado. Sin la ayuda, entonces, de las “fortificaciones” que brindan las edificaciones y las “vistas cortas” de las urbanizaciones y centros fabriles, debido a la multiplicidad de las “alturas ocultantes relativas”.

También existe una profusión de grupos armados locales o semi regionales. Integrados por civiles de todas las profesiones y orígenes: guías turísticos, agricultores policías, conductores de vehículos, funcionarios, buscavidas, barberos, desertores, etc. Forman unas “milicias” que carecen de formación militar y que están armadas heterogéneamente. Estas bandas se originan en un grupo armado familiar, que se va extendiendo al clan regional y al que se incorporan vecinos e, incluso, desertores de bajo rango. Pueden servir para misiones de presencia, semi “policía” civil, patrullajes lejos del enemigo. Son incapaces de coordinarse para enfrentarse al ENS o para conseguir un resultado operativo. Casi cada localidad y cada zona tienen su unidad de defensa. Usan nombres rimbombantes, compensando su escasa influencia y capacidad militar: Sólo en la provincia de Idlib pululan y avanzan en el “vacío táctico” y se retiran ante el ENS en fuerza, más de un centenar de grupos armados diferentes. La carencia de una “estructura militar” en las filas rebeldes, les lleva a los extremos de la violencia, a su aumento desproporcionado y sin límites. No olvidemos que es una guerra civil inter étnica y religiosa. Aquí “la cosa pública” está enraizada y afianzada en las tribus y las religiones, que encarnan a dos de las virtudes humanas más estables, antiguas y universales. Y, por ello, más definitorias de las identidades humanas, que se ven aquí no sólo amenazadas, sino maltratadas y hasta mutiladas.

Las bandas más pequeñas y/o las peor organizadas, que son la gran mayoría, aunque pertenezcan a las grandes facciones rebeldes, no pueden aspirar a enfrentarse abiertamente con los militares. Sus acciones ofensivas consisten en hostigar, secuestrar, torturar y mutilar, poner bombas y detonarlas de lejos, hacer sabotajes, dañar a las pequeñas unidades enemigas y herir o matar a autoridades, militares y policías aislados. Decidiendo el momento oportuno de actuar sobre la debilidad, el descuido y la negligencia del enemigo y teniendo siempre unas probabilidades altas de huir y de disiparse. Se protegen entreverándose con la población civil más o menos sumisa y siempre empleando cierta coacción. Porque nadie acepta de buen grado la presencia de hombres armados violentos desorganizados, que son perseguidos por fuerzas enemigas superiores y con alto poder de fuego pesado. Se defienden los grupos pequeños rebeldes de los ataques militares improvisados o deliberados, intentando eludirlos y escabullirse de la zona amenazada. Ésta nunca, hasta ahora, es ocupada permanentemente por los militares, sino que éstos se trasladan a otros puntos calientes regionales o nacionales para continuar su ataque a las bandas. Aquéllos se refugian temporalmente o se establecen en las cercanías: otro barrio, otra pequeña población de la comarca o provincia.

En Siria proliferaron los “conjuntos de partidarios” o bandas de al-Qaida. Las razones de que no se hayan articulado en un único grupo terrorista sirio son varias. Una es la lejanía y la falta de control y ascendencia del mando ideológico de al-Qaida. Esta última es el opuesto antagónico de esa descentralización operativa de la que suele presumir y con la que amenaza alcanzar a sus enemigos por medio mundo. Otra razón es que estos “hermanos en religión” se odian entre sí. El igualitarismo, derivado de la fraternidad en las “doctrinas salafistas sunníes”, origina pronto entre los “iguales”, una infección purulenta y contagiosa de envidia, desafecto y rencor. Una razón es también que la ambición, la osadía, la agresividad y la carencia de escrúpulos de sus jefes de armas y jeques, sólo son igualadas por su escasa formación, un pobre conocimiento interpretativo del Corán y de la Sunna y su escaso conocimiento militar. Su primer enemigo acérrimo no es el ejército, ni el ESL o las milicias de autodefensa de kurdos, alauitas o cristianos. Sus más odiados y temidos enemigos son los mandos de los otros grupos yihadistas de Siria. Porque son los más afines, con los que rivalizan por el mando, con los que tendrían que competir por la dirección del movimiento yihadista en Siria.

El Frente al-Nusrah quiere establecer un “emirato islámico radical” en Siria. El Estado Islámico de Siria y Levante (Iraq…), nacido en las luchas de guerrillas de Iraq contra la ocupación estadounidense, quería crear un califato salafista más extenso. E instalarlo, de momento, en Siria e Iraq. Aunque ya ha hecho ataques de castigo a los chiítas libaneses, en respuesta al apoyo de Hezbolá a al-Assad. El primero está sintonizado con la gran estrategia de al-Qaida de favorecer la creación y el funcionamiento de “núcleos delegados” nacionales o regionales. Que desde su lejanía física y con la laxitud estructural de esa “Central del Terror”, puedan ser controlados por ella, en cuanto a órdenes, estrategias y operaciones y el uso de la “marca al-Qaida”. Pero, el EISL buscaba una independencia funcional y, quizás también ideológica, con el “central core” de la Red. Ya que actuaría como un “mando conductor operativo” en una zona supranacional, que podría incluir a todo el suroeste de Asia. Por ello, una jefatura superior administradora y ausente le sobraría enseguida al EISIL. Así, Ayman al-Zawahiri tuvo que intervenir y confirmar varias veces la vinculación del Frente Al Nusrah con al-Qaida y negar toda relación normal con el EISL. «El EISL debe ser abolido, mientras que el Estado Islámico de Iraq (EII) debe seguir funcionando», declaró en noviembre de 2013. Al-Zawahiri ordenó que el Estado Islámico de Iraq (EII) circunscriba sus operaciones a este país, mientras que el Frente Al Nusrah sea «una rama independiente de al-Qaida que informa ante el mando general». Significativamente, el Frente al-Nusrah (el ortodoxo, para al-Qaida) empezó a actuar en Siria hace años, cometiendo los “grandes atentados indiscriminados y aislados” con grandes bombas en la capital y otras ciudades, al principio de la guerra.

Los grupos yihadistas salafistas han fracasado en incorporarse activa y firmemente a un grupo social amplio, que dé cobertura e impulso permanente a su “movimiento socio religioso”. Su “catequesis de la violencia” les permite a ellos prepararse anímicamente para la muerte gloriosa y en paz, e, incluso para al suicidio, en la realización de sus acciones puntuales. Pero esa prédica no es un arma para la conversión de grupos sociales. Y hay una razón para ello: su “credo” radical carece de posibilidades de aceptación, triunfo y permanencia entre las masas, fuera de los avatares de una guerra. Los grupos yihadistas actúan con una brutalidad innecesaria e indiscriminada, que los descalifica ante el Islam, el Corán y la Sunna o tradición islámica, recogida en los hadises o “comentarios y hechos” escritos de Mahoma. Esta falta de legitimidad religiosa, provoca la ausencia de ulemas y muftíes a su lado. Su supuesta “ideología islámica” se basa en unos pocos versículos favorables del Corán (éste tiene unos 6200) y en algunos hechos históricos favorables y no en la totalidad del mensaje del Islam. Así, al-Qaida introduce un “factor de fractura social” junto a los verdaderos parámetros de la guerra de Siria.

La profunda crisis de la sociedad civil siria y el desgobierno producidos por una guerra civil “in crescendo”, que ya se prolonga por tres años, causando unos 140 mil muertos, han permitido a los grupos yihadistas afincarse en Siria. Sus zonas de refugio o sus áreas de influencia no son grandes, ni continuas. Ellas están más bien desperdigadas, cercanas entre sí , pero desunidas. Y ninguna de ellas resistiría el acoso serio del ENS o de las principales fuerzas rebeldes: el ELS, el reciente “Frente Islámico” que es especificamente anti al-Qaida, el novísimo Ejército de los Muyahidines sirios o las fuerzas kurdas que defienden su zona fronteriza con Turquía. Las zonas ocupadas forman como “manchas” amorfas y fluentes en evolución, de las que se repliegan si la presión militar enemiga es fuerte y continua. Para instalarse en posiciones alternativas lo más cercanas posible, que les permitan mantener una mínima conexión operativa con las otras posiciones temporales regionales. En estos momentos, las zonas de influencia de los yihadistas están en la cuenca del Eufrates y en las montañas del norte e intentan crearlas en la amplia cuenca del Orontes, con incursiones en la Latakia..

La decisión, la agresividad y el desprecio a la muerte de los yihadistas les ha dado ventajas militares sobre los opositores laicos rebeldes. Y su actividad y protagonismo es creciente en el panorama de la oposición militar siria. En varias provincias sirias, como Raqqa o Deir al Zor, han desplazado al ELS y se han “asentado” como la única fuerza operativa rebelde. En diciembre de 2013, el Estado Islámico de Siria e Iraq asaltó la sede del Consejo Supremo Militar, en la fronteriza ciudad turca de Bab al Hawa y saqueó arsenales y depósitos. Y los combates entre rebeldes han sido continuos en las regiones montañosas kurdas durante el primer cuatrimestre de 2014. Todo ello llevó a los EEUU y Gran Bretaña a suspender progresivamente toda clase de ayuda militar a los rebeldes sirios. Por miedo a que parte de los medios y suministros proporcionados y de los refuerzos al ELS, en forma de comandos sunníes entrenados en Jordania, lleven finalmente al encumbramiento de los enemigos de Occidente.

En su afán por conseguir la adhesión de nuevos seguidores, el EISL mira a Occidente. Sus objetivos preferentes son los jóvenes ilusionados, desmotivados anímica e ideológicamente, no educados en las virtudes de la civilización europea y mimados y sobrealimentados por nuestros países mercantilizados, que han convertido todos los deseos en necesidades a satisfacer por los mercados. Así, el EISL difundió a fines de mayo la primera edición de un semanario en inglés, el «Islamic State Report» (Informe del Estado Islámico) y un vídeo en alemán, pero subtitulado en inglés. En éste un yihadista occidental, alaba a al-Baghdadi y anuncia como «buenas nuevas… el regreso de la Sharia y el Estado Islámico» y pide abiertamente a sus simpatizantes que acudan, «y se unan a las filas del EISL”. El semanario «Islamic State Report» pretende dar una idea del creciente grado de institucionalización que está adquiriendo el control que mantiene el Estado Islámico en Raqqa. La publicación recoge una entrevista con el responsable de la formación de los nuevos clérigos de ese territorio, el jeque Abu Hawraa al-Jazaairi. Que explica que ya han educado a decenas de ellos en un nuevo centro educacional y que han prohibido la presencia en las mezquitas de aquellos que no cursen en él. La revista «Islamic State Report» en un segundo reportaje resulta ya irónica y sensacionalista: «De patrulla con la Oficina de Protección al Consumidor», lo titula. Y Abu Salih al-Ansari, el responsable de la unidad especializada en comprobar que no se vendan alimentos en mal estado, o que no se ajusten a las directrices islamistas del EISL, avisa en él que se ha habilitado un teléfono para atender las quejas del público…

(CONTINUARÁ)

LA YIHAD MODERNA, HISTORIA, IDEOLOGÍA, POSIBILIDADES…FINAL.

(CONTINUACIÓN)

En Nigeria, los jefes de lucha de Boko Haram suelen ser los jefecillos familiares o tribales, sus arráeces locales. Actúan formando un “enjambre” de pequeñas unidades que actúan simultánea o sucesivamente, coordinadas por un “jefe del combate”. Sus tácticas y técnicas son: toda clase de emboscadas; el hostigamiento a cierta distancia de unidades en marcha y guarniciones; la liquidación de centinelas, pequeñas patrullas, forrajeadores y rezagados; el acoso a las líneas de abastecimiento y comunicación de los militares y las fuerzas locales de autodefensa; los golpes de mano contra pequeñas guarniciones; la captura de rehenes de todas clases con variados objetivos: ejecutarlos, venderlos, incorporarlos a sus filas, obtener el precio de rescate; la ejecución o la mutilación de enemigos o elementos que estorban a sus fines: periodistas, colaboradores de organizaciones extranjeras, autoridades locales, religiosos. Estas bandas planean siempre su retirada desde las zonas de actuación hacia sus refugios naturales en las zonas tribales afines. Aunque son fanáticos y no les importa demasiado morir, no está en sus metas inmolarse deliberadamente por la causa. Se aprovechan al máximo de su conocimiento de los terrenos, de su alta movilidad, del apoyo de las gentes y de su capacidad natural de lucha. En sus líneas de retirada, que pueden ser bastante largas, establecen emboscadas y colocan trampas para incautos o artificios explosivos improvisados, para “golpear en las narices” (la vanguardia o los exploradores) a las unidades militares que los persigan sin precauciones. Aquí, las unidades tipo batallón o regimiento, propias de los ejércitos regulares de la zona y de sus mentores y padrinos europeos resultan pesadas, incómodas e inoperantes. Una banda local y su arráez se infiltran fácilmente entre sus líneas y “secciones” en una operación de búsqueda y cerco. El combate ocurre a las distancias cercanas y próximas y casi siempre es de encuentro o más sorpresivo aún, en las emboscadas. El entrenamiento de los rebeldes es natural y aprendido y perfeccionado día a día. Es propio de los guerreros tribales cazadores, acostumbrados a convivir con la muerte día a día en sus poblados, tomándola como un acontecimiento natural más en la caza, los sacrificios de animales y con la muerte de sus familiares y miembros de sus clanes.

Shekau, llamado el Bin Laden negro, es un tipo controvertido a los ojos de los occidentales, incluido su propio “nombre de guerra”, Abu Baker Shekau, porque los suyos le llaman Darul Tawhid. Nació hace unos 40 años en la amplia zona entre el sur de Níger y el noreste de Nigeria. No se conoce su formación, pero sabe el Corán y habla las lenguas tribales de la zona (kanuri, fula, hausa y árabe) donde la banda terrorista opera. Usa con soltura los resortes de la propaganda y el miedo. Repite los golpes teatrales de Bin Laden y monta una igual escenificación (banderas negras, kalashnikovs y coranes) en sus apariciones a los medios. Una de sus declaraciones estrella la hizo en un vídeo tomado después de matar a 180 personas en 2012: «Disfruto matando a cualquiera que Dios me ordene matar, igual que disfruto matando gallinas y carneros». Se dice que es solitario, introspectivo y cruel. Y es desconfiado hasta con sus propios hombres. Vive protegido por un grupo de fieles allegados y permanece alejado del grueso del grupo. Siempre, en estos mandos principales más o menos perseguidos, se desarrolla inevitablemente la paranoia, la cual termina alterando sus funciones cognitivas y emocionales, al estilo de Ben Laden. Una de las cuatro esposas de Mohamed Yusuf, ejecutado en una comisaría en 2009, que fue su antecesor y el fundador de Boko Haram, se ha vuelto a casar con Shekau según la inteligencia nigeriana. Tampoco se conoce quién le financia. No sólo es un misterio para Occidente, sino para muchos de sus conmilitones sectarios. Se le dió por muerto en 2009, 2012 y 2013, pero las informaciones eran incorrectas. Tiene una herida de bala, ya recuperada, en la pierna. Ahora sólo sale al exterior los días nublados, para evitar que lo localicen los drones y los satélites espías. Los EEUU ofrecen $7 millones por la información que conduzca a capturarle.

El sábado 17 de mayo tuvo lugar una reunión de alto nivel en París, auspiciada por el gobierno francés, para tratar el problema de la seguridad en Nigeria y en toda la región centro occidental africana. A ella asistieron los mandatarios de Nigeria, Níger, Camerún, Chad y Benín, el presidente Hollande y representantes de Gran Bretaña, Estados Unidos y la Unión Europea. La reunión se convocó con motivo del salto cualitativo y el desafío provocados por Boko Haram, que mantiene secuestradas desde mediados de abril a 270 niñas nigerianas de una escuela de Chibok, al noroeste de Nigeria. Por cierto, los miembros de ese grupo guerrillero terrorista islamista no se llaman los de “la educación no islámica u occidental es pecado”. Esos rebeldes fanatizados se conocen como “los discípulos del Profeta para la propagación del Islam y la Yihad (la menor, violenta, degolladora)”, que expresan “Jama’atu Ahlis-Sunnah Lidda’awati Wal Jihad”. Y condenan, ya de paso, la perversidad de la astronomía moderna, que es heliocéntrica para la Tierra, a la que consideran blasfema e incompatible con la ubicación de los siete paraísos del Corán. En el mes siguiente a ese secuestro Nigeria recibió un flujo de asesores occidentales. Dispuestos a aportar su experiencia y conocimiento sobre la captura colectiva de rehenes, la trata de mujeres, la negociación con los secuestradores, la detección de refugios y marchas guerrilleras, etc. Pero no parece que hayan conseguido algo. Ni que ninguno se hubiera internado en las provincias nigerianas del noreste del país, Yobe, Adamawa y Borno, donde está el pueblo de Chibok o la “selva” de Sambisa. Ésta es una de los santuarios salafistas, en la que se cree que están ocultas las que no hayan sido vendidas o hayan muerto con las penalidades.

«Boko Haram es una amenaza grave para África y para Europa. Su voluntad es desestabilizar el norte de Nigeria, los países vecinos y toda la región», declaró François Hollande. «Boko Haram ya no es un grupo local, sino que está claramente operando como un brazo de al-Qaida en el centro de África. Sin la ayuda de todos los países del oeste africano nunca podremos vencerle», declaró, a su vez, el presidente nigeriano Goodluck Jonathan. «Estamos aquí para declarar la guerra al terrorismo», agregó su homólogo camerunés Paul Biya. Las decisiones acordadas en París «están destinadas a fortalecer la cooperación entre los estados regionales para el intercambio de información, la vigilancia de las fronteras, la presencia militar alrededor del lago Chad y la capacidad de intervenir inmediatamente en caso de peligro», según explicó Hollande en la rueda de prensa hecha al término de la cumbre. El «plan global» contra Boko Haram «defenderá el estado de derecho en las regiones afectadas por la acción de los terroristas».

El gobierno nigeriano cuenta con 20 mil soldados, aviones y unidades de inteligencia desplegadas en el norte del país donde Boko Haram es más activo, declaró el presidente Jonathan. Pero, esas tropas no están debidamente preparadas para enfrentarse a un grupo armado de esas características, indicó el ministro británico de Asuntos Exteriores, William Hague, cuyo país ofreció el envío de asesores. Nigeria y sus vecinos han previsto realizar “patrullas coordinadas” para buscar rehenes y desaparecidos y controlar el tráfico de armas en el marco de la Comisión de la Cuenca del Lago Chad. También esperan una toma de posición y acciones correctivas de las Naciones Unidas y de la comunidad internacional en forma de sanciones contra Boko Haram, Ansaru y otros grupos yihadistas del África subsahariana. Por su parte, Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos y la Unión Europea se han comprometido a poner en marcha programas de cooperación con los países africanos, que incluirían asesoramiento técnico, formación y apoyo en la gestión de los espacios fronterizos. En el comunicado difundido al final de la cumbre, ese mismo día, el Elíseo señaló como objetivo prioritario “fomentar el desarrollo socio económico de todo el área afectada y defender el derecho a la educación y la participación de las mujeres en todos los procesos de toma de decisiones”.

El Islam, sus Grupos religiosos y el Homicidio.

Sólo hay un versículo del Corán que prohíba el suicidio, sin extenderse demasiado: Sura, 4 aleya 33 (29) “…Oh, creyentes… no os matéis a vosotros mismos…”. Probablemente fue así por la repugnancia natural que las tribus sencillas y primitivas tienen en cometerlo. En las recomendaciones de higiene, que en su origen todas las religiones escritas dan a sus fieles, no había que insistir mucho para su prevención.

Un “ideólogo” de Al-Qaida, Abu Yahya al-Libi, desarrolló una teoría de base “religiosa” sobre el “daño no buscado”, referido a personas. Según ella, se permite a sus militantes matar musulmanes cuando esto es inevitable. Y a veces, más que cuando sea inevitable, cuando sea también útil. Así, en un mensaje donde asumieron la autoría de un ataque de agosto de 2009 en Bagdad, la organización deseó a los sunníes heridos una rápida recuperación y expresó su esperanza de que los muertos fueran aceptados por Dios también como “mártires”. Debido a que al-Qaida tiene capacidades limitadas para atacar a sus enemigos occidentales, la organización mantiene su influencia y notoriedad atacando periódicamente en países con mayorías musulmanas.

En estos años, son los seguidores de la Sunna, los que están utilizando el suicidio en la Yihad islámica. Lo emplean al-Qaida, los talibanes de Afganistán y Pakistán y los miembros de Hamás. Los chiíes del Hezbollah libanés, de Irak (recordemos al Ejército del Mahdi, de Muqtada al-Sadr) y de Irán no lo utilizan habitualmente. Aunque en el ataque contra los cuarteles de las fuerzas occidentales en Beirut en octubre de 1983, que fue la presentación en sociedad de Hezbollah, los conductores de los camiones llenos de explosivos lanzados contra aquéllos, eran suicidas. El suicidio es un arma preferida de la Yihad. El suicidio es para la Yihad islámica un arma barata, suficientemente abundante, eficaz y muy asimétrica, técnica y económicamente. Los sofisticados sensores enemigos sirven de poco contra ella. Los chalecos protectores sirven también de poco. Los vehículos blindados y los edificios sirven de poco para protegerse de ella: si la carga explosiva, sus características y el vector son los adecuados. El agente desencadenante portador puede ser hombre o mujer y adulto o niño. Puede cooperar en su ataque suicida un burro, una bicicleta o un vehículo a motor. No hay que entrenar militarmente (entrenamientos básicos, técnicos y tácticos) a un suicida.

También los iraníes emplearon a sus milicias “basijs” en ataques frontales masivos contra las posiciones fijas reforzadas, defendidas con campos de minas, de los iraquíes durante la guerra de 1981 a 1989. Los basijs eran “milicias populares” de la República Islámica de Irán. Sin organización, método, disciplina ni demasiada instrucción militar. Pero estaban llenos de ansias religiosas y patrióticas. Los últimos en llegar a la revolución jomeiní, tenían que demostrar su fervor y militancia. En las ciudades también se habían convertido en un problema para las autoridades clericales chiíes, que canalizaron su impulso redentor hacia el frente enemigo.

Tan sensible contra el suicidio es el Islam que la segunda mayor “organización” islámica de Indonesia, llamada Myhammadiyah, ha prohibido fumar a sus 30 millones de afiliados. La razón es que el tabaco mata y que el Islam prohibe el suicidio. Indonesia, con más de 220 millones de habitantes, es el cuarto país más poblado del mundo. Es el país con mayor población musulmana, unos 200 millones, y también el tercer consumidor mundial de cigarrillos.

Las Acciones posibles contra la Yihad islámica desde el propio Islam.

Ante el terrorismo (acciones de guerra contra objetivos generales, inocentes e indiscriminados) propio, el mundo islámico se paraliza y no sabe qué decir o hacer. Afirman sus portavoces e intelectuales que el Islam es paz y tolerancia. Pero esto no es cierto, como acabamos de ver. La mayoría de los musulmanes se distancian de los atentados por oportunismo, para proteger al Islam, preocupados por el creciente rechazo que sufre en Occidente. Pero, ¿cuándo intervienen en la polémica los ulemas o los muftíes? No se ha dado en el Islam una reflexión profunda sobre la oportunidad política y religiosa de la violencia. ¿Alguien conoce a pacifistas islámicos activos? No se trata de que reaccionen los intelectuales laicos musulmanes. Éstos no son operativos de la manera que conocemos en Occidente, ya que para un buen musulmán la política, la sociedad y la religión forman una trinidad única, excluyente e inseparable, establecida por Allah. Además, el fracaso social y político de los intelectuales laicos árabes quedó refrendado con el de las élites nacionalistas, izquierdistas y europeizadas, que impulsaron la independencia de las distintas naciones árabes tras la II guerra mundial.

El Islam tiene que asumir que la Yihad fue necesaria para la instauración y la defensa de la primitiva comunidad de creyentes. Estableciendo el Profeta el estado islámico a partir de la destrucción violenta de la jahiliyya (la barbarie existente anterior al Islam) árabe. Y aún pudo ser útil la Yihad para su rápida extensión por el mundo, por el estado existente de cultura y desarrollo de las civilizaciones medievales. Pero que su oportunidad histórica no existe actualmente. Y entonces debe ser reemplazado por “otro tipo de esfuerzo en el camino de Alá”, cuyo concepto ya existe en la sunna y que podría ser retomado y proclamado por los ulemas y los muftíes piadosos, que son los ideólogos del Islam.

Desde el surgimiento de las 4 principales escuelas teológicas sunnies, cobró fuerza el principio del esfuerzo de reflexión personal, el ichtihad, en el Islam. El ichtihad va a permitir el desarrollo de la cultura árabe, tanto en lo tocante a los aspectos civiles (ciencias, comercio, literatura, arte) como al enriquecimiento de su teología; es la base de jurisconsultos como al-Chafii. El ichtihad es fuente de lucidez, creatividad, enriquecimiento, progreso y paz en el camino del esfuerzo personal y colectivo hacia Dios (esto es el núcleo y la razón del Islam), cuando ya la Umma se ha extendido y multiplicado enormemente por el mundo.

Hacia el siglo XI (siglo V de la hégira o marcha a Medina), los ideólogos cierran la puerta al ichtihad. El enfoque metodológico islámico se altera: a partir de entonces, se imita, se repite, se abusa de los compendios.

La Convivencia de nuestras Civilizaciones hoy en día.

Al igual que hace 400 o 500 años, en los siglos XV y XVI, hoy en día no es fácil la convivencia entre las culturas islámicas y occidentales. Ni entre las democracias de los estados modernos dependientes del comercio y los regímenes políticos despóticos u oligarcas, parcialmente democráticos, de los países musulmanes, desde Marruecos hasta Indonesia. Ni entre las religiones cristianas e islámicas.

La convivencia entre civilizaciones limítrofes es difícil. Su carácter singular, exclusivista y expansivo hace que el contacto directo entre ellas, sea fuente de roces y choques y de amenazas de ellos. No hay más que recordar los escasos 45 años de convivencia entre la civilización occidental y la soviética. Sin embargo, los choques armados no surgieron sobre los países europeos de ambos bloques socio económico políticos. Y esto fue porque el ascenso apocalíptico a Armagedón, una batalla decisiva clausewitziana, conducida a mutuas salvas de armas nucleares, era en estos casos probable. La civilización soviética se basó en razones supuestamente científicas de exclusión y lucha de clases. Dirigida indefinidamente por una dictadura personalizada del partido. Esta organización era la única militante, la única a la que se le concedía, dentro de parámetros fijos, la interpretación de la realidad y de las necesidades del proletariado. Pero en aquellas razones, los pueblos no encontraron suficientes causas y emociones para que el “hombre nuevo” se comprometiese de por vida con esos ideales atemporales.

Todas las religiones trascendentes o terrenales (el marxismo leninismo, por ejemplo) son excluyentes entre sí. La moral puede ser objeto de controversia y evolución a lo largo del tiempo. Pero el dogma, la fe, es la marca distintiva de una religión. Y cambiarlo o desautorizarlo supone perder esencia y dejar de ser ella, medidos por la importancia de lo que desaparezca. La cultura también supone diferencia o exclusión, porque es el marchamo y la impronta distintiva de una sociedad o nación. Lo cual no implica choque o agresión entre las diferentes culturas, con los parámetros actuales mundiales de respeto mutuo y convivencia. La cultura, a la que se suele incorporar también una religión, es el armazón social de la colectividad integrada. La cultura forma el sustento en origen de la identidad individual de la nación. En ella están las virtudes inmanentes de esa sociedad. Que son definidas como los parámetros permanentes que rigen los derechos y deberes de sus miembros y sus normas generales de conducta hacia propios y extraños y con la divinidad.

Es imposible cualquier acercamiento con al-Qaida, con los talibanes o con el Irán teocrático de los imames chiíes. Y ello es debido a su radicalidad política y social, a la intolerancia hasta el exterminio hacia otras creencias y al exclusivismo doctrinal u obstinada adhesión ideológica, que profesan. De alguna manera, todos han manifestado su odio hacia Occidente. Y la búsqueda de su destrucción moral y cultural, como su razón de ser centrífuga y el motor de sus afanes y acciones expansionistas e imperialistas (el califato universal perdido). Negociar así sería como hacerlo teniendo un cuchillo en el cuello. En estos casos no cabe la negociación provechosa y equilibrada. Sino la defensa firme, continua y contundente, hasta el mismísimo fin de la amenaza fraguada. Por mucho que el voluntarismo, el optimismo patológico o bobo y el relativismo ético e ideológico nos los quieran obviar.

La única posibilidad que tenemos de una convivencia pacífica y fructífera es conectar con el “Islam popular”, la verdadera comunidad islámica. En el Islam no existen teólogos o “estudiantes de Allah”. Allah es inmarcesible e inasequible para los hombres. En el Islam la persona se dirige sin intermediarios a Dios. Los jefes religiosos son guías y formadores del pueblo, pero nada más. La infalibilidad y la seguridad doctrinales les rehuyen. Y la diversidad de criterios y opiniones es la pauta que tienen. Lo que queda, purificando y apartando la escoria radical intransigente, es el pueblo de Dios o el “Islam popular”. Deseoso todo él, individual y colectivamente, de paz, progreso, prosperidad y bienestar.

Y este “Islam del pueblo” en modo alguno está desgajado y desamparado por las jerarquías religiosas dirigentes del Islam. La Universidad de al-Azhar de El Cairo, el centro de estudios superiores sunní más prestigioso, la “madrasa de todas las madrasas”, es un núcleo ideológico y religioso de esta renovación inspirada del Islam social. Sus estudios religiosos comenzaron en el mes del Ramadán del año 970. Y fue un centro chií, hasta que el sultán Saladino la convirtió en una madrasa sunní en el 1171. El Rector de al-Azhar, Mohamed Sayed Tantawi, está presente activamente en multitud de foros. Donde defiende la convivencia de cristianos y musulmanes y condena los ataques a los primeros, proclamando el Islam de la paz y la concordia entre los pueblos. Abierta al saber científico y moderno, sin desconocer las humanidades occidentales, los docentes y maestros de al-Azhar están cercanos al método del ichtihad y a la escuela de al-Chafii. Sus enseñanzas y ejemplos y dictámenes religiosos o fatawa se siguen y se reproducen por todo el mundo islámico sunní. Una clave esencial de su doctrina es que no pretende que la sharia o ley civil islámica se imponga y aplique fuera de la Umma. A diferencia del salafismo, inspirador de al-Qaida, que pretende extenderla imperiosamente por todo el orbe y recrear el califato universal de los jefes político religiosos del Islam. Y tampoco están aislados en esta valiente interpretación los académicos de al-Azhar. Así, el Consejo de los Muftíes de El Líbano, tierras vetustas de convivencia y de progreso de musulmanes y cristianos, declaró, en relación a la reciente ola de atentados, que “hiriendo a los cristianos, nos herimos a nosotros mismos”.

Las heridas reales o percibidas de ambos rivales no encuentran salud, restregándose mutuamente. Es necesario no detenerse en lamentar la leche derramada. Sino mirar con determinación a un futuro posible. Los radicales islamistas violentos y sus simpatizantes cooperadores son unos cuantos decenas de miles, en una población de 1300 millones de personas desparramadas por 3/4 partes de la tierra firme. Y menos de un 10% de los musulmanes les brindan la base social que necesitan para apoyarse, nutrirse y expandirse. Mucho más difícil es lograr que los países islámico desarraiguen la corrupción de sus instituciones. Cuyas raíces están en la avidez y la lejanía social de sus oligarquías dirigentes y en su sentido arraigado de que “el estado son ellos”. Para mejorar su funcionamiento social y económico y cubrir las demandas de sus pueblos, deseosos de paz, trabajo, educación y prosperidad, dentro de sus parámetros islámicos. Por esto, sí que están los pueblos dispuestos a luchar y a arriesgarse colectivamente, incluso en revueltas que los destronen. Mientras estas satisfacciones naturales sociales no se resuelvan, existirán problemas de pobreza, estabilidad y autoestima en las sociedades musulmanas modernas. Y la actividad sistemática de una fracción de radicales activistas, puede actuar de “levadura social orientadora”, dentro de masas amorfas, descontentas y oprimidas. Éste fue el mecanismo social que utilizaron para tomar el poder, los partidos radicales intransigentes izquierdistas hacia la mitad del siglo XX, en multitud de países en vías de descolonización o sujetos a revoluciones mesiánicas o europeos ocupados por la URSS.

El Islam tiene multitud de recursos y vías para conducirse pacífica y lealmente en una convivencia con casi todas las religiones e ideologías razonables y coherentes. Sólo podrían existir dificultades de tipo estratégico, coyuntural o geográfico en ciertos casos. En los que intereses vitales de algunas sociedades, choquen regional y puntualmente con sociedades islámicas establecidas. Políticamente es necesario buscar el acercamiento y el compromiso con los líderes moderados musulmanes de todas las ramas religiosas. Hay que evitar las acciones y actitudes disolventes, como negarse a reconocer la realidad social de los clanes y de las tribus, como fuente de autoridad social asumida y democrática. Resulta necesario destacar continuamente a los pueblos la distinción entre los objetivos perversos de los yihadistas de al-Qaida, para quienes sus países son sólo un terreno propicio para sus matanzas indiscriminadas, y las posibles rebeliones internas reivindicadoras de derechos. En este proceso y en este esfuerzo a muchas bandas, irán surgiendo verdaderos líderes de sus comunidades, que se seleccionarán a escala nacional con la negociación y la mutua competencia. Ellos deberían de ir adquiriendo un protagonismo cada vez mayor en la conducción del proceso de actualización islámica.

En los casos de afloración de una ofensa vital entre las civilizaciones, se hace necesaria la “mediación institucional y efectiva en los conflictos”. Para evitar la acumulación de agravios entre las partes y su enquistamiento en el tiempo, llevando rápidamente a una solución equilibrada, razonable y justa. En esto la ONU se ha caracterizado por su burocratización e ineficacia. Actuando como un areópago para funcionarios bien pagados y para sordos prácticos. Con ello las distintas potencias pueden justificar jurídicamente su desinterés para con los problemas ajenos y su no implicación en su resolución.

Obama vuelve, para salvar a Irak

La guerra de 2003 contra Sadam Hussein y el régimen del partido Baaz, iniciada el 20 de marzo, fue corta, precisa y asimétrica. Era un ejército de masas, fuertemente centralizado, aunque estuviera dotado de material y equipo modernos, el que se enfrentaba al ejército invasor de tercera generación, altamente tecnificado. Si al menos las divisiones iraquíes de los primeros escalones hubiesen tenido suficiente libertad de acción e iniciativa, habrían puesto en algunos aprietos tácticos a las divisiones estadounidenses de ciertos cuerpos de ejército. Que avanzaron con los flancos expuestos y formando columnas y agrupaciones de marcha confiadas. Tras la guerra, ganada el 15 de abril, los EEUU, con más de 250 mil tropas sobre el terreno, no sabían bien qué hacer. Y se convirtieron bastante bruscamente de “liberadores” en “fuerzas infieles de ocupación”, para los iraquíes. Y así, es en los primeros 4 años de ocupación, cuando se producen la mayor parte de las bajas de civiles y de combatientes irregulares iraquíes y de los aliados en una guerra de guerrillas o de cuarta generación.

Los insurrectos iraquíes llegaron a constituir para primeros de 2007 una miscelánea extraña, variada y no miscible. Que sólo permitía las colaboraciones esporádicas, principalmente logísticas, entre ellos. Complicándolo todo, había sobre el terreno miembros activos de las agencias de inteligencia más o menos hostiles a Occidente de Siria e Irán, al menos, pandillas de criminales comunes y grupos armados locales de jefes de clanes y señores de la guerra. Entonces, el general de 4 estrellas David Petraeus, con su cambio de estrategia político militar, comenzó a pacificar el país. Se acercó a los insurrectos sunníes y a sus tribus. Éstas fueron ignoradas por los EEUU hasta entonces, por constituirreliquias sociales superadas por la democracia inorgánica, Paul Brenan dixit, que no las necesitaba, ni sabía qué hacer con ellas. E incorporó a los sunníes, en un gran esfuerzo social, a la vida activa del país. Las bandas de insurrectos fueron convertidas enmilicias de auto defensa” del territorio, patrocinadas por los EEUU. Que para establecerlas se saltó la cadena de mando política y militar iraquí. Su misión era principalmente controlar y sofocar en sus áreas regionales tribales, las acciones de los insurrectos de “al-Qaida en Irak” y sus recidivas terroristas. Y los sunníes, que habían rehuido siempre su participación en la política iraquí de posguerra, por considerarse preteridos y aún maltratados por los chiíes, fueron convencidos por Petraeus de las ventajas de hacerlo también. Es el famosoDespertar Sunní”, que lo fue en varios sentidos. Y desde 2008, los muertos militares y civiles de la guerra irregular de posguerra cayeron en picado y se mantuvieron controlados durante otros 4 años.

Este giro fundamental en la guerra de Irak le brindó un respiro profundo a Obama. Y le permitiómaquillarsu retirada militar del país ante la opinión pública estadounidense. A la que los temas de política exterior siempre le resultan espesos. La situación social en Irak estabarelativamente” tranquila y el poder político quedaba en manos de un régimenbastante” representativo del pueblo. Pero, como dijo el entonces secretario de Defensa Leon Panetta en la ceremonia de retirada en Bagdad,Irak va a ser puesto a prueba (ahora) por el terrorismo y por las dificultades económicas y sociales no resueltas. Por cierto, Panetta fue el jefe directo de Ashton Carter, el nuevo Secretario de Defensa de los EEUU, que recibe la tarea de concluir las guerras del Asia del Suroeste, que Obama no ha podido apagar en sus brasas. El jueves 15 de diciembre de 2011 tuvo lugar en Bagdad la ceremonia de arriada y recogida de una bandera de los EEUU. Con ello se cerraban los fastos de la marcha oficial de las fuerzas militares de ese país en Irak. Pero, ya el martes 20 de diciembre, cuando el polvo de la última columna estadounidense en retirada a Kuwait aún no había terminado de posarse, las estructuras de poder de Irak se conmocionaban. En efecto, algunos de los conmilitones sunníes del primer ministro chií Nuri al-Maliki le acusaron entonces de “pretender instaurar una dictadura en el mejor estilo de Sadam Hussein al-Tikriti”. Y la violencia sectaria pronto volvería a salpicar intermitentemente las ciudades de Irak, con una población no debidamente embridada o motivada por el inepto y engreído gobierno central chií.

Tras cerca de 9 años de presencia allí, que costaron la muerte de más de 4.800 militares aliados (casi 4.500 fueron estadounidenses), los EEUU dejaron a Irak algo mejor de como lo encontraron. Pero también puede decirse que no dejaron ninguna impronta o huella permanentes en el país. Que marcase la identidad sociocultural de Irak y que justificase tanta sangre (hubo unos 120 mil iraquíes muertos, por más que le pese al visionario Maduro, que dice también que Chávez se le aparece) y tanto tiempo y esfuerzo económico empeñado. El coste estimado de la guerra en Irak para los EEUU fue de más de un billón (español) de dólares. Y este coste y esas bajas no muy bien comprendidas en casa, unidos a que en los EEUU haya una Administración demócrata, gravitaron inexorable y fatalmente en el cambio de la estrategia militar del país, en la reducción de los costes de la Defensa y en la mayor atención y dedicación a los problemas internos de esa gran nación.

La nueva década para Siria e Irak.

Con unos deficits fiscal y exterior desbocados, se hacía necesario para los EEUU ahorrar en recursos militares, para dedicarlosa construir una nación aquí, en casa”, como explicó el Presidente. Así, bajaron cualitativamente el listón del terror exterior, poniendo ala Red” (al-Qaida) como único enemigo violento no estatal. Lared” terrorista islamista internacionalista, era entonces un objetivo asequible, adaptable y manejable para sus fuerzas y medios de incursión rápida puntual. Sin necesidad de empeñarse indefinidamente en la defensa (ocupación) de tierras extrañas allende los mares y ajenas a los intereses del pueblo estadounidense llano y votante. Los objetivos de la estrategia nacional estadounidenses son ahora más políticos que militares en el Asia Occidental islámica. “Esta ha sido una década difícil para nuestro país…(ahora) podemos alegrarnos de saber que la presión de las guerras está cediendo”, decía Obama. Se admite que los estadounidenses no fueron, ni son capaces de “dejar un Afganistán o un Irak perfecto”. Digamos que tampoco la democracia occidental es perfecta. Pero es comparativamente el menos injusto y el más eficaz de los sistemas políticos conocidos. Y, debidamente regulado por el juego de los poderes públicos y la probidad de sus agentes, fue el que permitió el advenimiento de las clases medias, numerosas, educadas, laboriosas y progresistas por todo el mundo. Que son el “humus primigenio” de las sociedades adelantadas modernas, que desarrollan y utilizan todos sus recursos y materiales en la seguridad, la prosperidad y el desarrollo humanos.

Un problema no menor de la gran estrategia de los estadounidenses es que carecen de un “liderazgo socio militar proyectado”, de una figura dirigente que les ofrezca iniciativa, esfuerzo, sudor y lágrimas para defender por unos años decisivos, una causa que sea aceptada por la mayoría del pueblo estadounidense. Se actuó en Irak para derrocar al régimen tiránico de Sadam y para traer una verdadera democracia inorgánica al país. Esto último no está conseguido, ni esta garantizado que se consiga. Y la doctrina Bush estableció, quizás sin ser explicada debidamente, ni aceptada, que esas “asymmetrical wars” (irregulares y con bajo nivel de equipamiento militar) se sostenían y eran necesarias, para alejar de los territorios estadounidense y de sus aliados, las amenazas del terrorismo fundamentalista foráneo de cualquier origen, religión o ideología.

Y, a primeros de 2011, como parte de las protestas sociales y conmociones políticas ocurridas en los países del Magreb y Oriente Próximo, enmarcadas en lo que se llamó la Primavera Árabe, en Siria comenzaron a manifestarse en paz las clases populares. Pero, pronto se enconó la situación social. El inicio de la crisis político social, el viernes 15 de marzo de 2011, se denominó el Día de la Ira, por la represión de las manifestaciones antigubernamentales iniciadas el 26 de enero anterior. Lejos quedaron las manifestaciones de los jóvenes opositores sirios, que no veían a la violencia como una opción aceptable de liberación nacional. Sin embargo, algunos analistas defendieron que las ejecuciones ilegales de soldados, policías y civiles afectos al régimen, comenzaron casi desde el inicio de las protestas generalizadas. Y otros atribuyeron la exacerbación de las posturas enfrentadas a la represión selectiva y progresiva del régimen. También casi desde el principio ocurrieron los atentados indiscriminados con bombas en Damasco y otras ciudades, con decenas de muertos y heridos. Que buscaban soliviantar todos los ánimos, que cada uno atribuyese la autoría al bando rival y provocar la conmoción social en Siria. Ellos fueron atribuidos con gran seguridad al “Frente al-Nusrah para la Liberación de los Pueblos de Oriente”, la franquicia yihadista local leal a al-Qaida. Y, así, Siria se encaminó a velocidad de descarrilamiento “a la guerra civil y a la fractura social”. Ahora, estos “fenómenos catastróficos” son casi irresolubles, por la entrada entre los combatientes antigubernamentales de los yihadistas internacionales de al-Qaida, por el cisma que sufrió ésta (la aparición del EISL mejor guerrero y capaz de ocupar y defender territorio enemigo) y sus recidivas, el Frente Islámico anti al-Qaida y el novísimo Ejército de los Muyahidines sirios. Y porque, los yihadistas son, sus actos lo demuestran, asesinos inmisericordes de iraquíes y sirios.

Desde el primer trimestre de 2013, Bashar al-Assad echó mano intermitentemente de su arsenal químico para contener y aterrorizar a las masas enemigas urbanas. Las concentraciones estáticas de enemigos son objetivos favorables para estas armas. Ya que sus objetivos son blancos de área. Como lo fueron las defensas atrincheradas de la I guerra mundial en el frente occidental y las masas en formación cerrada atacando en campo abierto (por ejemplo, los basijs iraníes, en la zona anterior del límite de la defensa preparada y fortificada iraquí). Seis meses después, los ataques con armas químicas habían ocurrido en diversas poblaciones y barrios de Damasco. Y para el mes de agosto de 2013 el escándalo internacional era demasiado extenso. “Los restos de proyectiles y los síntomas de las víctimas de los ataques del 21 de agosto en Ghouta, un barrio periférico de Damasco, ofrecen evidencias reveladoras sobre los sistemas de armas utilizados”, comentó el director de la división de Emergencias del observatorio Human Rights Watch. “Estas evidencias sugieren de manera persuasiva que tropas del gobierno sirio lanzaron proyectiles cargados con agentes químicos en los suburbios de Damasco durante esa madrugada fatídica”. “La evidencia relativa al tipo de proyectiles y dispositivos de lanzamiento utilizados en estos ataques sugiere firmemente que se trata de sistemas de armas que, según se sabe y existen constancias, solamente están en poder de fuerzas armadas el gobierno sirio”, señaló el citado observatorio. Y Obama declaró un “inminente e indefinido” ataque aéreo sobre los centros militares sirios, como respuesta de la comunidad internacional.

La situación era tan amenazante que el Papa Francisco proclamó “in extremis” una “jornada de oración y ayuno por la paz en Siria” para el sábado 7 de septiembre de 2013. Y estuvo acompañando unas 4 horas el rezo del pueblo en la Pza. de San Pedro. A las pocas horas, Vladimir Putin propuso a los Poderes internacionales (incluyendo a la inoperante ONU, que en los conflictos internacionales sólo sirve para dar un hipócrita sello de legalidad a las cosas cocinadas en el juego de poderes) la destrucción “in situ” del arsenal químico de los sirios de Bashar al-Assad y no su directo bombardeo aéreo. Esto cogió a Francia y a los EEUU con el pie cambiado. Y a Obama, que había pedido el apoyo del Congreso para su ataque aéreo (“necesario por la brutalidad del Gobierno sirio con su población”), dedicado a buscar apoyos entre los legisladores. Porque veía que las dos Cámaras le iban a rechazar hasta sus planes de intervención más menguados.

(CONTINUARÁ)

LA YIHAD MODERNA, HISTORIA, IDEOLOGÍA, POSIBILIDADES…TERCERA PARTE

(CONTINUACIÓN)

«La ciudad de Mosul, provincia de Nínive, está fuera del control del Estado», confirmó una fuente del Ministerio del Interior Irakuí. Para entonces, el EISL, que irrumpió con cientos de guerrilleros exaltados, portando armas ligeras, granadas RPG y ametralladoras de pelotón y sección, con sus “banderas negras con la Shahada” ondeando al viento, ya había ocupado la sede del gobierno central, otros edificios gubernamentales y varias sedes de medios de comunicación locales en Mosúl. La guerrilla islamista salafista liberó del penal local de Badush a 1400 presos, que se incorporaron a sus filas en parte. Este ataque supera al dado, en julio de 2013, a la cárcel infamante de Abu Ghraib, al oeste de Bagdad. En aquella ocasión escaparon del penal entre 500 y mil convictos islamistas radicales, que se incorporaron en parte al Frente al-Nusrah sirio, más activo entonces. Athil al-Nujaifi, gobernador de Nínive, escapó también en la madrugada. «Insto a los hombres de Mosúl a mantenerse firmes en sus áreas para defenderlas contra los extranjeros, y a formar comités populares en sus distritos para cooperar en la defensa», declaró al-Nujaifi el lunes en un mensaje publicado en Internet. Ya se sabe, si no estás en Internet no eres nadie; si estás o no en tu puesto de defensa da igual. “El primero que va a portar armas para defender Mosúl y sus habitantes soy yo,” dijo también el gobernador, al-Nuyeifi, desde lejos.

Otras ciudades como Kirkuk y Samarra, con santuarios chiíes, están ya amenazadas por el EISL. Los avances de los yihadistas se están produciendo a las velocidades de marcha de sus columnas, según la transitabilidad de los terrenos y la capacidad de las vías recorridas. Porque, antes de que lleguen a la distancia eficaz de influencia, de constituir una amenaza real sobre su objetivo, los funcionarios del gobierno y las fuerzas de seguridad abandonan sus puestos administrativos y de defensa en aquél. Realizando una marcha retrógrada improvisada y a prisa hacia el aniquilamiento de los rebeldes. Los yihadistas están realizando incursiones en la retaguardia profunda de sus enemigos, a cargo de agrupaciones de marcha de infantería ligera sobre camiones medios artillados (ametralladoras pesadas) y con escasos anticarros y morteros medios. Estos grupos móviles carecen de cualquier de cualquier apoyo externo a ellos, ni de conexión táctica a ningún grueso o masa de apoyo, y sus flancos son sectores expuestos. Esto es una de las delicias tácticas para cualquier ejército moderno medianamente experimentado y motivado.

Los grupos rebeldes pueden ser cercados funcionalmente y atacados desde sectores convergentes por los batallones de un par de brigadas de infantería mecanizada, reforzados cada uno por varias secciones o una compañía de sus batallones de carros. Y así, batidos y deshechos sucesivamente. Si no ha ocurrido así, es que no existía allí tal ejército. Lo que tenían los Irakuíes era un proyecto, una apariencia, una entelequia, una imagen virtual y escandalosa de ello. Sabemos que la sorpresa es a veces inevitable: porque es hija del ingenio propio, de la oportunidad neutral y de la incertidumbre y de la rutina enemigas. Pero un ejército cabal es capaz de superar las crisis, de rehacerse y de vapulear al osado irregular rebelde, que se le enfrenta a campo abierto. Si no ocurre así es porque el ejército Irakuí no existe como expresión cabal y cuajada de la voluntad de defensa de la sociedad y del gobierno Irakuíes.

Nuri al-Maliki ha desencantado a los propios, a los que sólo ha adulado y comprado con temporales prebendas políticas, que no podrían durar indefinidamente a costa del resto de la población. Y ha desencantado a los extraños, exasperando sus ánimos hasta la rebelión armada de una parte de ellos, que se sintió animada por la mayor actividad de los jefes locales de al-Qaida. Aunque el diseño y la planificación de estas operaciones de acción y prestigio en Irak fueron obra de Abu Omar al-Shisheni, un jefe del EISL de las montañas kurdas de Siria. Al-Qaida juega en Irak a enfrentar a todos contra todos, porque la sangre Irakuí le importa un bledo. Ya que las fronteras nacionales son para ella una abominación, que atenta contra la comunidad universal del Islam, plasmada políticamente en el califato. Creando así un “totun revolutum” de sufrimiento, desconcierto y sangre, donde medrar e imponer ese califato delirante.

Al-Qaida les hace a los sunníes Irakuíes gran parte del “trabajo de campo” difícil, sucio, despreciable y comprometido. Y su existencia y su amenaza es una baza a jugar por los sunníes. Siempre pueden acordar con el gobierno chií ejercer más o menos el control de al-Qaida en algunas áreas tribales. Ésta era la función para la que los reconvirtió el general Petraeus desde 2007 en “fuerzas de autodefensa” regionales, en las milicias Sahwa (del “resurgir sunní”). Táctica oportunista que siguió sin contar con el gobierno y pagando los estadounidenses las soldadas de esas milicias tribales. Con ello, como único enemigo antioccidental visible en el país, quedó “al-Qaida en Irak”, transformado luego en el Estado Islámico de Irak. Sus objetivos de los “ataques puntuales con explosivos” son las mezquitas, los mercados, las peregrinaciones, las concentraciones de civiles y militares y policías Irakuíes y los tránsitos frecuentes o en masa de los chiítas. En muchos de estos sitios siempre hay miembros de una misma familia. Al-Qaida emplea la violencia incontrolada y llevada a sus extremos innecesarios, impúdicos y vesánicos.

La Yihad en la guerra de Siria.

En Siria proliferaron los “conjuntos de partidarios” o bandas de al-Qaida. Las razones de que no se hayan articulado en un único grupo terrorista sirio son varias. Una es la lejanía y la falta de control y ascendencia del mando ideológico de al-Qaida. Esta última es el opuesto antagónico de esa descentralización operativa de la que suele presumir y con la que amenaza alcanzar a sus enemigos por medio mundo. Otra razón es que estos “hermanos en religión” se odian entre sí. El igualitarismo, derivado de la fraternidad en las “doctrinas salafistas sunníes”, origina pronto entre los “iguales”, una infección purulenta y contagiosa de envidia, desafecto y rencor. Su primer enemigo acérrimo no es el ejército, ni el ESL o las milicias de autodefensa de kurdos, alauitas o cristianos. Sus más odiados y temidos enemigos son los mandos de los otros grupos yihadistas de Siria. Porque son los más afines, con los que rivalizan por el mando, con los que tendrían que competir por la dirección del movimiento yihadista en Siria.

El Frente al-Nusrah quiere establecer un “emirato islámico radical” en Siria. El Estado Islámico de Siria y Levante busca crear un califato salafista más extenso. E instalarlo, de momento, en Siria e Irak. Aunque ya ha hecho ataques de castigo a los chiítas libaneses, en respuesta al apoyo de Hezbolá a al-Assad. El primero está sintonizado con la gran estrategia de al-Qaida de favorecer la creación y el funcionamiento de “núcleos delegados” nacionales o regionales. Que desde su lejanía física y con la laxitud estructural de esa “Central del Terror”, puedan ser controlados por ella, en cuanto a órdenes, estrategias y operaciones y el uso de la “marca al-Qaida”. Pero, el EISL buscaba una independencia funcional y, quizás también ideológica, con el “central core” de la Red. Ya que actuaría como un “mando conductor operativo” en una zona supranacional, que podría incluir a todo el suroeste de Asia. Por ello, una jefatura superior administradora y ausente le sobraría enseguida al EISIL. Así, Ayman al-Zawahiri tuvo que intervenir y confirmar varias veces la vinculación del Frente Al Nusrah con al-Qaida y negar toda relación normal con el EISL. «El EISL debe ser abolido, mientras que el Estado Islámico de Irak (EII) debe seguir funcionando», declaró en noviembre de 2013. Al-Zawahiri ordenó que el Estado Islámico de Irak (EII) circunscriba sus operaciones a este país, mientras que el Frente Al Nusrah es «una rama independiente de al-Qaida que informa ante el mando general». Por cierto, el Frente al-Nusrah empezó a actuar en Siria hace años, cometiendo los “grandes atentados indiscriminados y aislados” con grandes bombas en la capital y otras ciudades, al principio de la guerra.

Los grupos yihadistas salafistas han fracasado en incorporarse activa y firmemente a un grupo social amplio, que dé cobertura e impulso permanente a su “movimiento socio religioso”. Su “catequesis de la violencia” les permite a ellos prepararse anímicamente para la muerte gloriosa y en paz, e, incluso para al suicidio, en la realización de sus acciones puntuales. Pero esa prédica no es un arma para la conversión de grupos sociales. Y hay una razón para ello: su “credo” radical carece de posibilidades de aceptación, triunfo y permanencia entre las masas, fuera de los avatares de una guerra. Los grupos yihadistas actúan con una brutalidad innecesaria e indiscriminada, que los descalifica ante el Islam, el Corán y la Sunna o tradición islámica. Su supuesta “ideología islámica” se basa en unos pocos versículos favorables del Corán (éste tiene unos 4200) y en algunos hechos históricos favorables y no en la totalidad del mensaje del Islam. Así, al-Qaida introduce un “factor de fractura social” junto a los verdaderos parámetros de la guerra de Siria.

La profunda crisis de la sociedad civil siria y el desgobierno producidos por una guerra civil “in crescendo”, que ya se prolonga por tres años, causando unos 140 mil muertos, han permitido a los grupos yihadistas afincarse en Siria. Sus zonas de refugio o sus áreas de influencia no son grandes, ni continuas. Ellas están más bien desperdigadas, cercanas entre sí, pero desunidas. Y ninguna de ellas resistiría el acoso serio del ENS o de las principales fuerzas rebeldes: el ELS, el reciente “Frente Islámico” que es especificamente anti al-Qaida, el novísimo Ejército de los Muyahidines sirios o las fuerzas kurdas que defienden su zona fronteriza con Turquía. Las zonas ocupadas forman como “manchas” amorfas y fluentes en evolución, de las que se repliegan si la presión militar enemiga es fuerte y continua. Para instalarse en posiciones alternativas lo más cercanas posible, que les permitan mantener una mínima conexión operativa con las otras posiciones temporales regionales. En estos momentos, las zonas de influencia de los yihadistas están en la cuenca del Eufrates y en las montañas del norte e intentan crearlas en la amplia cuenca del Orontes, con incursiones en la Latakia..

La decisión, la agresividad y el desprecio a la muerte de los yihadistas les ha dado ventajas militares sobre los opositores laicos rebeldes. Y su actividad y protagonismo es creciente en el panorama de la oposición militar siria. En varias provincias sirias, como Raqqa o Deir al Zor, han desplazado al ELS y se han “asentado” como la única fuerza operativa rebelde. En diciembre de 2013, el Estado Islámico de Siria e Irak asaltó la sede del Consejo Supremo Militar, en la fronteriza ciudad turca de Bab al Hawa y saqueó arsenales y depósitos. Y los combates entre rebeldes han sido continuos en las regiones montañosas kurdas durante el primer cuatrimestre de 2014. Todo ello llevó a los EEUU y Gran Bretaña a suspender progresivamente toda clase de ayuda militar a los rebeldes sirios.

En su afán por conseguir la adhesión de nuevos seguidores, el EISL mira a Occidente. Sus objetivos preferentes son los jóvenes ilusionados, desmotivados anímica e ideológicamente, no educados en las virtudes de la civilización europea y mimados y sobrealimentados por nuestros países mercantilizados, que han convertido todos los deseos en necesidades a satisfacer por los mercados. Así, el EISL difundió a fines de mayo la primera edición de un semanario en inglés, el «Islamic State Report» (Informe del Estado Islámico) y un vídeo en alemán, pero subtitulado en inglés. En éste un yihadista occidental, alaba a al-Baghdadi y anuncia como «buenas nuevas… el regreso de la Sharia y el Estado Islámico» y pide abiertamente a sus simpatizantes que acudan, «y se unan a las filas del EISL”. El semanario «Islamic State Report» pretende dar una idea del creciente grado de institucionalización que está adquiriendo el control que mantiene el Estado Islámico en Raqqa. La publicación recoge una entrevista con el responsable de la formación de los nuevos clérigos de ese territorio, el jeque Abu Hawraa al-Jazaairi. Que explica que ya han educado a decenas de ellos en un nuevo centro educacional y que han prohibido la presencia en las mezquitas de aquellos que no cursen en él. La revista «Islamic State Report» en un segundo reportaje resulta ya irónica y sensacionalista: «De patrulla con la Oficina de Protección al Consumidor», lo titula. Y Abu Salih al-Ansari, el responsable de la unidad especializada en comprobar que no se vendan alimentos en mal estado, o que no se ajusten a las directrices islamistas del EISL, avisa en él que se ha habilitado un teléfono para atender las quejas del público…

El Acoso a la Frontera sur de Europa.

Algo debemos de tener los europeos, para que “vecinos y lejanos” de distintas etnias e ideologías, tanto deseen compartir su vida con la nuestra. Los islamistas yihadistas salafistas intentan penetrarnos por el sur. Parece que en este caso van en busca de su “al-Andalus”, una mezcla lograda de quimera, verborrea, borrachera de hierbas autóctonas y delirio. Y de vengar tácticamente alguna “afrenta” al Islam, casi siempre tergiversada o inventada, pero creída ciegamente por sus seguidores rasos. En una zona del Sahara y del Sahel continua, difusa y extensa, que comprende el este de Mauritania, el norte de Malí y del Alto Volta, el oeste de Níger y las zonas montañosas del sur de Argelia, se extiende el habitat de los yihadistas occidentales africanos. Una de las razones de la atracción de esa “zona santuario” para los grupos yihadistas semi nómadas y desarraigados de los pueblos de esos países, es la debilidad endémica de los ejércitos maliense, mauritano, alto voltano y de Níger.

La protección geográfica se la brindan los macizos montañosos de esa zona, que están adaptados al escondrijo y el refugio de pequeñas bandas aisladas. Allí tenemos la Meseta del Djado en el norte de Níger, llegando hasta la frontera con Libia; las alturas de Air (Azbine) situadas en el centro interior de Níger; el Adrar de los Iforas o montes de Kidal que se extienden en el noreste de Malí; y, acercándose desde el norte a los otros tres, el macizo elongado de Tass Ouan-Ahaggar (o Hoggar) del centro-sur de Argelia. En estos momentos, en Malí hay estacionadas fuerzas multinacionales de la Unión Africana y de Francia, que rozan los 10 mil efectivos. Y que han expulsado a los guerrilleros regionales de al-Qaida del Magreb Islámico de sus posiciones en el centro del país (el sur del Azawad) y que contienen su regreso a los montes de Kidal. La zona de Malí está, pues, defendida y estable gracias a la fuerte presencia militar.

La Amenaza de los Yihadistas nigerianos.

Nigeria tiene una superficie de casi 925 mil Km2. Está situada en el golfo de Guinea, en el África Centro Occidental. El delta del río Níger define toda su costa, llena de manglares, playas arenosas y lagunas interiores. La economía del país depende fundamentalmente de la explotación de los recursos petrolíferos del delta y de las aguas someras junto al litoral (off-shore). Tras la zona costera aparece un gran cinturón de bosques tropicales. El clima de Nigeria es tropical. Pero las lluvias se concentran en el sur con una estación veraniega lluviosa, y su cuantía va disminuyendo hacia el norte, donde son escasas y gana terreno el desierto. Su frontera norte es parte del borde semidesértico del Sahara (Sahel). El interior está formado por sabanas y zonas boscosas intercaladas, cubriendo las mesetas del centro del país, la mayor es la Bauchi, y sus estribaciones. Las sabanas son zonas de altas hierbas, intercaladas con matorrales de matas espinosas y árboles dispersos por ella, como las acacias.

La población asciende a unos 140 millones de habitantes, que se concentran en el sur y el oeste del país. El «Foro Ciudadano para la Reforma Constitucional” considera que Nigeria es un ejemplo de una sociedad muy heterogénea y dividida, a veces enfrentada. En efecto, el país está integrado por unos 470 grupos étnicos, que se diferencian por el idioma, la historia, la religión, la cultura y su tamaño, poder e influencia. Al fundar el estado de Nigeria, se estableció un sistema federal de gobierno para encarrilar esta diversidad, integrado por 36 estados, a los que últimamente se le agregó el Territorio de Abuya, la nueva capital nacional. Pero los graves enfrentamientos que se han venido produciendo hasta nuestros días, demuestran que falta mucho para dar con fórmulas políticas adecuadas, que hagan viable la convivencia pacífica entre las diversas comunidades. La mala administración pública y la inestabilidad política propias han hecho desaprovechar varias veces las riquezas generadas por el petroleo, desde la gran subida de precios de finales de 1973. Y el funcionamiento de un estado imperfecto ha generado una alta deuda pública, un incremento del paro y la extensión de la pobreza. Casi la mitad de la población nigeriana se dedica a la agricultura, que es de subsistencia, lo que hace que el país sea autosuficiente en la producción de alimentos. Las exportaciones agrícolas principales son el cacao y el caucho del sur. La escasa ganadería se localiza al norte del país. Las principales industrias nigerianas son el refino del petróleo, la química (principalmente los abonos y el cemento que son muy costosos de transportar lejos del centro productor), las industrias agroalimentarias y las textiles, el acero y el montaje de vehículos industriales y particulares.

En Nigeria existen cuatro grandes etnias, que suponen mas de dos tercios de la población total: la hausa (21%), la yoruba (21%), la ibo (20%) y la fulbé o fulani (9%), situadas principal y respectivamente al norte, suroeste, sureste y noreste del país. El norte del país es mayoritariamente musulmán; el sureste es principalmente cristiano y en el suroeste conviven ambas religiones con los cultos tradicionales animistas. El 50% de los nigerianos son musulmanes, el 40 % cristianos y el 10% restante practica las religiones animistas como el yuyu, ancestro del vudú. Hacia el siglo XVIII los musulmanes fulbé, invaden el país por el norte. No consiguen someter a los yorubas, pero periódicamente los diezman con incursiones a sus tribus para secuestrar esclavos. Son los señores musulmanes del norte. Los ibos, que entonces eran el 70% de la población del sureste, proclamaron el 30 de mayo de 1967 (29 de mayo, en varias fuentes) la República de Biafra como nación independiente, considerándose preteridos dentro de Nigeria. Aunque Biafra gozo de las simpatías de muchos europeos, sus posibilidades de mantener la secesión eran pocas. Y la guerra acabó el 15 de enero de 1970 con la rendición final de las fuerzas de Biafra en Umuhaia, la última ciudad controlada por su ejército.

La base social de estos insurrectos del siglo XXI es étnica, local y tribal y su ideología es religiosa, de carácter salafista. Sus formas de lucha son irregulares, operando localmente y, a veces, coordinados regionalmente. Sus enemigos son los de otra religión, de otra etnia. Y esto exacerba los sentimientos y demuele las salvaguardias que la “guerra entre clanes y tribus vecinas” mantiene como auto protección sabia y natural. Además, muchos de estos movimientos irregulares radicales están integrados también por muyahidines extranjeros (comprobado en Irak y en Siria), cuyos enemigos son todos los que no profesan sus ideas, que están presentes en las zonas de operaciones. Los dos parámetros de nueva aparición citados hacen que el respeto a las mujeres y niños, a los mayores, a los árboles frutales y a las cosechas no recogidas de los enemigos, desaparezcan. Y se los ataque y destruya, incluso con preferencia, para aumentar el dolor por los daños recibidos. Las tareas de estos rebeldes islamistas son la extensión por todo el norte y el noreste del país del Islam, en su versión más delirante, depravada, cruel y sanguinaria. Su estrategia operativa actual, donde casi carecen de oposición o de defensa armada contra sus actos, es el ataque sucesivo y progresivo a los poblados negros cristianos. Buscando con la extensión del terror aplicado por todas las regiones, en forma de inmensas ondas de conmoción, que alcanzan hasta el mismísimo presidente Barak Obama, la erradicación de los cristianos de sus poblaciones y la asimilación por la fuerza al Islam, de los que claudiquen en la defensa de su identidad social.

(CONTINUARÁ)

LA YIHAD MODERNA, HISTORIA, IDEOLOGÍA, POSIBILIDADES…SEGUNDA PARTE

(CONTINUACIÓN)

Otros movimientos yihadistas históricos.

A fines del siglo XI, Hassan-i-Sabbah fundó entre los ismaelitas chitas y en el noreste de Persia, la secta de los “asesinos”. Buscaban matar en secreto a sus enemigos. Actuaron en Persia, Mesopotamia y Siria y la montaña de Alamut fue su primer centro y refugio. Hicieron un amplio uso del hachís para animarse en sus acciones. Desaparecen en 1256, cuando los mongoles invaden Persia y destruyen hasta los cimientos la fortaleza de Alamut, que fue rendida sin resistencia por los “asesinos”.

Los almorávides aparecieron en el siglo XI en el occidente del Sahara. Son bereberes y su capital fue Marraquech. El predicador Yahya Ben Omar les llamó a la reforma de las costumbres y a la propagación del Islam. En 1086 desembarcaron en España, llamados por los musulmanes hispánicos. Y en la batalla de Sagrajas, ese mismo año, detuvieron el avance cristiano y poco después habían unificado al-Andalus y liquidado a los reinos de taifas. Hacia 1140 entraron en crisis social y religiosa y su imperio se desmembró.

Los almohades, también bereberes, formaron poco después otro imperio radical en el África occidental. Su predicador fue Ibn Tumart, hijo del farolero de una mezquita local. Dirigió ataques contra las vinaterías y sitios de moral relajada y consiguió mesmerizar e integrar a un gran número de seguidores. Siguiendo la misma pauta, en 1145 llegaron a España y a fines de siglo frenaron la reconquista cristiana en la batalla de Alarcos. A primeros del siglo XIII (1212) son derrotados por los tres reyes cristianos en las Navas de Tolosa. Al igual que con los almohades, su visión radical y combativa del Islam no cuajó en el pueblo, surgió la relajación de su modo de vida y la rebelión y se fragmentaron y desaparecieron.

Características operativas de los Yihadistas modernos.

Los insurgentes radicales fundamentalistas islámicos se dedicaron entre los años 60 y 80 a atacar a los que calificaban de gobiernos musulmanes corruptos y falsos, socialistas u occidentalizados y liberales. Su fortuna fue poca para todo el esfuerzo: la retirada de los soviéticos de Afganistán, con el soporte logístico occidental, y la toma del poder en Sudán, guiados por al-Turabi, al conseguir hacerse fuertes en su Ejército, lo cual es aún un caso único. A partir de los 90, tras el fracaso del GIA en Argelia, el objetivo terrorista se vuelve a Occidente.

Sus características operativas actuales son:

1) Su brutalidad innecesaria e indiscriminada, que los descalifica ante su religión.

Sura 2, aleya 10 “Cuando se les dice: No cometáis desórdenes (voz con la que se definen los crímenes) en la tierra, ellos responden: “Lejos de eso, introducimos en ella el buen orden (el bien)”.

2, 11 “¡Ay!, cometen desórdenes, pero no lo comprenden”.

28, 77 “Al igual que Alá hace el bien, haced también vosotros el bien y no fomentéis la corrupción (el mal)” (asesinato de inocentes y de gentes que os acoge –las tierras de dar el-Ahd-, borracheras, drogas, daños innecesarios de las cosas).

Así, desprecian y desacatan numerosos versículos morales del Corán, sin que Allah las hubiese cambiado para ellos. Sura 2, aleya 100 “Nosotros no abrogamos ningún versículo de este libro, ni haremos borrar uno solo de tu memoria, sin reemplazarlo por otro igual o mejor”.

2) La ausencia absoluta de ulemas y muftíes venerables y piadosos a su lado.

3) Su gran descentralización operativa por la universalidad de la Umma, que trasciende la idea de nación o raza, pero que les impide conseguir objetivos estratégicos, aunque sus acciones puntuales sean importantes, dolorosas, temibles.

4) Su fracaso en incorporarse activa y firmemente a un grupo social amplio, que dé cobertura e impulso permanente a su movimiento. Los activistas más alienados se suelen ir aislando progresivamente de la sociedad (al menos, emocional e ideológicamente), aunque “vivan” dentro de ella, en aras de sus métodos violentos, a los que sacrifican todo por la eficacia. Siguen un proceso de segregación, purificación (en sus improvisados ritos no ortodoxos ayunan, emplean agua de lugares sagrados y banderolas verdes con inscripciones de las aleyas que les favorecen), consagración y radicalización, hasta llegar a la muerte e incluso al suicidio en sus acciones puntuales.

5) Los terroristas islámicos están en muchos lugares profundamente divididos ideológica y estratégicamente. Aunque las bandas rivales puedan ocasionalmente brindarse apoyo, refugio, información o suministros. La franja de Gaza es dominada desde hace años por Hamas, grupo radical fundamentalista palestino de orientación sunní, en rivalidad directa y violenta con el gobierno palestino de al-Fatah en la Cisjordania. En Gaza, dos organizaciones sucursales de al-Qaida, Ansar al-Sunna y Ansar al-Islam, unos grupúsculos irrisorios, se enfrentan también violentamente a Hamas por la influencia sobre sus habitantes. Los talibanes pakistaníes, principalmente el grupo Tehrik e-Taliban y los independentistas cachemires, realizan periódicamente atentados contra la minoría chií del país. En Irak, al-Qaida se dedica a atacar a los chiíes que acuden en peregrinación desde país y de Irán a los actos anuales de esta religión en sus lugares sagrados de Samarra, Nayaf y Kerbala. También lo hacían los radicales sunníes Irakuíes (antiguos funcionarios del Baaz y ex miembros de las fuerzas armadas, generalmente depurados sin procesos ni juicios, y grupos regionales tribales), en rebeldía contra los gobiernos de mayoría chií antes del llamado “despertar sunní”, promovido por el general David Petraeus, que los transformó en milicias nacionales de autodefensa.

6) Su afán de publicidad, al que Occidente colabora insensible, necio y gustoso.

7) Su objetivo de golpear al gobierno que sea, puesto que el califato radical y agresivo en dar el -Islam no existe hoy en día.

8) El así llamado Estado Islámico ha conseguido establecerse difusamente en el gran desierto del este y en las montañas del norte de Siria y en el noroeste de Irak. El río Eufrates forma la columna vertebral de su despliegue vaporoso. Ha aprovechado la quiebra de las relaciones sociales de ambos estados para aparecer en fuerza, contra enemigos militares debilitados o inexistentes. Pero son considerados por todos “verdugos de sirios e iraquíes”. Y la presencia de varios miles de muyahidines extranjeros también les enajena las voluntades de ambos pueblos.

El «salafismo yihadista» o Qutbismo.

Esta corriente hace de la Yihad un centro esencial de su actividad. El yihadismo busca acelerar la liberación de los países musulmanes de toda ocupación extranjera. Se opone igualmente a la mayor parte de regímenes de los países musulmanes, que ellos juzgan como impíos y en los que pretenden instaurar un estado verdaderamente islámico. Se basa en las ideas de Sayid Qutb, un teórico y revolucionario nacido de los Hermanos Musulmanes. Estaba convencido de que la sociedad occidental estaba enferma de individualismo e impiedad. Y los países musulmanes sufrirían lo mismo, si eran influenciados por Occidente. Su visión política e ideológica reclamaba la «limpieza» de la sociedad musulmana de cualquier influencia occidental. Y afirmaba que los regímenes musulmanes actuales eran apóstatas, al aplicar leyes laicas, en vez de la sharia. El pensamiento de Qutb fue una de las principales influencias de las sectas Sociedad de Musulmanes o Excomunion y Hégira (Emigración), surgida en 1969 en el seno de los Hermanos Musulmanes en Egipto, y al-Qaida, y de sus líderes, Aymán al-Zawahiri y Osama Ben Laden. El líder de los Hermanos Musulmanes, Sayid Qutb, fue detenido, juzgado y ejecutado por el 29 de agosto de 1966, por planear el asesinato del presidente Nasser. Tras su muerte, los Hermanos evolucionaron hacia formas de organización y de lucha dentro del sistema político imperante.

El salafismo yihadista nace en los años 80, durante la guerra de Afganistán contra la ocupación soviética. Los salafistas llegados de Arabia Saudita se encontraron con los Hermanos Musulmanes. Ello los condujo a adoptar el discurso político de los Hermanos Musulmanes y a reintegrar en él la predicación salafista de Sayib Qutb. Según el yihadismo salafista, los salafistas tradicionales, favorables a la predicación no violenta y particularmente los predicadores próximos a las autoridades saudíes, son traidores al servicio de los Estados Unidos. Por otro lado, critican a los Hermanos Musulmanes, por su fe laxa y su participación en los mecanismos políticos de Egipto y Siria.

La Guerra dentro de la Umma es inconcebible.

El Corán, fuente religiosa común de los chiíes y sunníes, no es muy revelador acerca de las disputas internas armadas dentro de la comunidad universal de creyentes. En la época del Profeta este problema ni se contemplaba. Y si aquéllas hubiesen existido, al juntarse con el acoso externo que sufrían los musulmanes, probablemente llevasen juntos a la dispersión y a la desaparición del grupo de los fieles. En la sura 49, aleya 9 se les ordena: “Cuando se hacen la guerra dos naciones de creyentes, procurad reconciliarlas… Los creyentes son tus hermanos . Arreglad, pues, las diferencias de vuestros hermanos y temed a Dios, a fin de que tenga piedad de vosotros.” Y en 4, 33: “Oh, creyentes,… no os matéis entre vosotros…(o, no os matéis a vosotros mismos)”. El inicio del versículo va dirigido contra la codicia y la apropiación ilícita.

Los Hermanos Musulmanes.

La organización de los Hermanos Musulmanes, una de las fuentes de los islamistas modernos, ha sufrido a lo largo de los 85 años vividos desde su fundación por Hasan al-Banna, toda clase de avatares, sinsabores y persecuciones. Él y sus seguidores pretendieron crear una red islámica, que sirviera de contrapeso nada menos que al estado egipcio. En 1948, contando los Hermanos con cerca de 3 millones de miembros y simpatizantes activos, comenzó una persecución estatal contra ellos. Al-Banna murió de las heridas sufridas en un atentado callejero a primeros de 1949, transformándose en el “Imán Mártir”. La trayectoria de la cofradía se ha ocultado de las vistas ajenas durante largos e intermitentes períodos. Uno de los tics de los Hermanos dice: “Nasser nos mató, Sadat nos amnistió (aunque lo mataron durante un desfile militar), Mubarak nos silenció”. Y ahora pueden añadir “Abdul Fatah al-Sisi nos desilusionó”. Pero su ideología permanece y sus “redes sociales”, superpuestas a la organización tribal, funcionan. La ideología les da una determinación para la acción, que es propia de los “grupos adoctrinados activos”. Los Hermanos son una cofradía paralegal del Islam. Y con el Zakat recibido (la limosna canónica del Islam) mantienen servicios de atención social de todas clases (escuelas elementales y madrasas, dispensarios, hospitales, ayudas a personas y familias). La ideología, la organización y su actuación cohesionan a la comunidad sunní en una “unidad de acción general” motivada, eficaz y resistente. Que es de muy difícil repetición o réplica por los laicos, los ateos no comunistas, los demócratas y otros enemigos potenciales. Los Hermanos Musulmanes de otros países del Próximo Oriente ayudan financieramente a los grupos afines sunníes.

Los islamistas no reconocen a los estados, ni a las naciones. Ni, por supuesto, aceptan la democracia liberal occidental. Sólo Allah es Legislador de los hombres. La esgrimida por las cancillerías occidentales “legitimación democrática del presidente elegido Mursi” es una blasfemia para ellos. Teocracia y democracia se excluyen esencialmente y se rechazan activamente en las ideas fundamentalistas islámicas. El Islam no admite una modernidad política, ni mucho menos religiosa. Todo está ya legislado y entregado a los hombres, a través de Mahoma, para su “cumplimiento sumiso” personal y en la Comunidad de los Creyentes. El partido Libertad y Justicia egipcio es una “apariencia” creada por los Hermanos Musulmanes. Destinada a complacer y entretener a sus adversarios laicos y a las naciones occidentales. En el largo año de mandato que ha tenido de gobierno, el partido y su cabeza visible se ocuparon de gobernar unilateralmente, favoreciendo los intereses político sociales y los plazos decididos por la cofradía. En puridad y en realidad, esto equivale a un “golpe de estado institucional” y a una “involución política” del estrenado sistema democrático egipcio, deseada y buscada por los Hermanos Musulmanes con fruición, disimulo y alevosía. Y, además, la mitad del país ha expresado en las urnas su rechazo y su abominación de esos fines socio religiosos y de sus prácticas políticas coactivas y excluyentes. Para facilitar “el acatamiento y la sumisión de los egipcios”, privados deliberadamente de “expectativas de progreso y desarrollo razonables”, es deseable que el país se desarme y se empobrezca relativamente. La “salvación de la crisis” ofrecida por los Hermanos Musulmanes es aceptar a la cofradía y a sus ideas, a la sharia y a toda su “organización social dedicada a ayudar, educar y promover la sanidad y el bienestar social”. Esto podría ser el inicio, un brote, el germen vivo y potencial, una entidad latente poderosa del añorado califato sunní. Parece que a los islamistas les va mucho el “vivir en la Edad Media”. Aunque estamos seguros de que a Allah, el Clemente y el Misericordioso, estas acciones perniciosas y esas ideas torcidas esgrimidas le desagradan y le entristecen. Un hadis de Mahoma, dice: “En muchos casos, la tinta de los sabios es más útil para la Comunidad, que la sangre de los mártires”.

Sin “realizaciones evidentes y reconocidas por muchos”, el ego se frustra. Y por ello, estos gobernantes aceleran hasta la “velocidad de descarrilamiento social” los procesos de cambio e innovación de sus sociedades. Procesos sociales que son siempre de por sí lentos y poderosos. Este “ego comprometedor, exigente y siempre insaciable” es algo que se asienta en el “gobernante”, cuando éste no es un “estadista leal” a la nación. Capaz de emprender las reformas e innovaciones necesarias, aún sabiendo que los frutos de sus trabajos los recogerán los que gobiernen en otras legislaturas o períodos políticos. Y los islamistas egipcios electos, acuciados por sus prisas egocéntricas, han estado “empujando” a sus rivales políticos y gobernando para sus propios movimientos e intereses inmediatos.

La Estrategia rebelde en el Conflicto civil de Irak.

En Irak, la estrategia de los sunníes no pretendía ganar una guerra civil al régimen democrático imperfecto de Nuri al-Maliki, de la mayoría chiíta. Los sunníes luchaban en Irak por garantizar regionalmente el poder de sus tribus, basado en sus jefes aceptados, en sus “asambleas de iguales” entre los destacados de aquéllas y en el “código de honor”, que regula, con sabiduría secular, su comportamiento y sus derechos y deberes individuales y colectivos. La estructura de tribus, clanes regionales y locales y familias, que estructura y soporta a las sociedades árabes, da el valor y sentido prácticos a las lealtades y los intereses, siempre relativos y oportunistas, de los árabes. Los sunníes peleaban por arrancarle a la mayoría chiíta los derechos y concesiones, que se les niegan tozudamente dentro de las reglas de la imperfecta y reciente democracia inorgánica existente en Irak. Las elecciones últimas consagraron el derecho “democrático” de la mayoría chií sobre ellos. No intentaron, pues, fraguar una integración nacional superior, que superara las divisiones tribales y regionales. Que podría lograrse mejorando las condiciones sociales y económicas de la vida en comunidades sociales primitivas perfeccionables, las tribus y clanes de siempre. Los estadounidenses no enseñaron verdadera convivencia democrática en Irak y así afloraron y fructificaron los rencores sectarios entre las tres etnias desde que se marcharon en 2011.

Los sunníes están dejando una libertad de acción cada vez mayor al Estado Islámico de Siria y Levante, la fracción nacional de al-Qaida, con tal de que respeten su hegemonía social. Así, les facilitan refugio, abastecimiento y ocultamiento temporales a sus “grupos de acción” en sus operaciones. Éste fue el caso de la concentración previa de las compañías y batallones del Estado Islámico a finales de 2013. Que fue el inicio de su campaña de hostigamiento y de ocupación temporal de al-Ramadi y Faluya. Faluya, en la provincia de Anbar, donde los “marines” protagonizaron una gran batalla a fines de 2004 (en los términos de esa guerra contra la insurgencia), está indefinidamente en poder de la insurgencia sunní. El EISL mantiene un “dominio difuso” sobre ella, pese al asedio suelto y los bombardeos de las tropas Irakuíes. Pero ya hemos dicho que la lucha urbana es una asignatura muy difícil y está pendiente de aprobar por el ejército Irakuí. En ella la soledad del combatiente se acentúa, la muerte le respira encima, los demonios de la incertidumbre, la falta angustiosa de confort, el fuego pesado, incluso impreciso, del enemigo y el miedo cerbal lo acechan. Y sus mandos son demasiado flojitos, para transmitirle entusiasmo y darle las necesaria cercanía y profesionalidad, que les den confianza en ellos. Así, es difícil que una infantería regular penetre en una población con defensores motivados ideológicamente y decididos a defenderse.

A primeros de junio de 2014, el EISL lanzó otra ofensiva operativa en el norte de Irak. Después de asaltar la ciudad de Samarra, irrumpieron en Mosúl y lanzaron una “acción de área” en las provincias norteñas de Salahadin y Diyala. El ataque contra Samarra lo realizaron 500 muyahidines, apoyados por camiones con ametralladoras pesadas y excavadoras, para desmantelar las barricadas erigidas por el ejército en torno a la ciudad. Samarra es una ciudad de especial significación para al-Baghdadi, ya que nació aquí. Las fuerzas de seguridad Irakuíes repelieron al principio esta nueva ofensiva, en la que los terroristas recurrieron a sus “juramentados suicidas”, cinco de los cuales fueron abatidos. Otros dos «kamikazes» hicieron detonar un vehículo cargado de explosivos en la aldea de Al-Mouwaffaqiyah, al este de Mosúl, matando a media docena de personas. Decenas de personas han muerto en esas luchas y los refugiados de esta nueva operación yihadista se cuentan por cientos de miles. El asalto del ISIL a Mosúl se suma a los ocurridos sucesivamente en varias ciudades de las provincias de Ninive, Salahadin, donde está Samarra, y Diyala. Confirmando con todo ello la capacidad y la agresividad cada día más significativas del grupo fundamentalista salafista y la ascendencia de su líder, Abu Bakr al-Baghdadi, cuyo nombre real es Ibrahim ibn Awad. Y la expansión del territorio que controla el EISL tanto en Irak como en Siria reflejan de la intención de al-Baghdadi por desplazar al egipcio Ayman al-Zawahiri como sucesor de Osama Bin Laden. En efecto, Ibrahim ibn Awad se proclamó el domingo 29 de junio «imán y califa para los musulmanes de todo el mundo«.

El EISL viene acumulando cuantiosos ingresos procedentes de la extorsión, saqueos, secuestros, robos y diversos tráficos ilícitos. No pocos actores yihadistas han convergido con la criminalidad organizada, siendo Irak uno de los escenarios privilegiados para ello. En declaraciones a Niqash, el ex jefe de la policía de Mosul, el general Mahdi Gharaui, explicó que el EISL se embolsa mensualmente ocho millones de dólares en «impuestos revolucionarios», que ya cobraba antes incluso de la ofensiva de este mes. Ya en el poder, es previsible que creen nuevas tasas: para ofrecer un «transporte seguro» por las carreteras que administran o para que las familias cristianas que permanecen en la ciudad compren su paz. El listado de padrinos se amplia por los grupos sunníes que luchan junto al EISL como el Ejército de los Hombres de la Cofradía al-Naqshbandia, dirigido por Ezat Ibrahim al-Duri, que fue vicepresidente de Saddam Hussein. El grupo tiene un gran entramado económico. «No sabemos cuanto dinero atesora, pero es el movimiento que más riqueza acumula. No tiene competidores», señala el analista Ayman Jawad. Una de las fuentes de financiación de su expansión nace en países como Arabia Saudí, Qatar o Kuwait. Pero no se puede decir que esté financiado a través de canales oficiales. «Se benefician de las donaciones de hombres acaudalados del mundo musulmán, mayoritariamente de países del Golfo. Son donantes privados que creen en su proyecto de Estado islámico y que quieren contribuir en la lucha contra sus enemigos, Damasco y Bagdad«, afirma el politólogo Hasan Hasan. «Fueron apoyados por Qatar y Turquía cuando estallaron las protestas en el noroeste de Irak durante 2012 y 2013, pero no está claro que sigan haciéndolo ahora», concluye Hasan.

La deriva siria, donde el EISL libra una encarnizada batalla contra otros grupos rebeldes ha obligado a tomar medidas a Arabia Saudí. En marzo, Riad incluyó al EISL en su listado de grupos terroristas y anunció castigos de hasta 20 años de cárcel para sus súbditos que «pertenezcan, respalden y financien a grupos terroristas». Kuwait, que hasta el 2013 no disponía de una ley para perseguir la financiación del terrorismo, fue el principal coladero de las donaciones particulares. La contribución a la estructura financiera del EISL, sin embargo, es proporcionalmente cada vez menor. «El grupo ha logrado auto financiarse. Tras la expansión por Siria, se hizo con el control de recursos muy lucrativos como campos de petróleo, plantas de gas y otras compañías. Además tienen la costumbre de desmantelar las empresas y venderlas por partes dentro y fuera de Siria», cuenta el politólogo Hasan, que subraya las jugosas cantidades obtenidas mediante el secuestro, la extorsión o la toma de arsenales. «Han hecho millones y millones con estas operaciones», añade. Las vías de financiación entre la península arábiga y la cada vez más difuminada frontera de Siria e Irak han provocado declaraciones como las del presidente iraní Hasan Rohani: «Insto a los países musulmanes a detener el respaldo a los terroristas a través de sus petrodólares», sin citar a los estados bajo sospecha. «Mañana seréis vosotros el blanco de estos terroristas», agregó. En esa línea, el Gobierno iraquí culpó a la élite saudí de «ser responsable de los crímenes cometidos por los terroristas».

«Desde al menos 10 años, al-Zawahiri se oculta en la región fronteriza de Afganistán y Paquistán sin hacer gran cosa, a parte de publicar comunicados y vídeos. Mientras que al-Baghdadi ha ocupado ciudades y moviliza a un número enorme de personas. Mata sin piedad en Irak y Siria. Cualquier que ame la acción se unirá a al-Baghdadi», dijo un antiguo responsable del servicio secreto del Reino Unido a la agencia AFP. Por su parte, el King’s College de Londres estima que el 80% de los yihadistas occidentales que acuden a Siria se unen al ISIL y no al Frente al-Nusra, que se mantiene a las órdenes ideológicas de al-Zawahiri. La realidad es que, además de contar con unos 10 mil combatientes en Siria y un número desconocido, probablemente algo mayor, en Irak, el Estado islámico de Siria y el Levante ocupa un territorio que se extiende desde Alepo hasta la provincia Irakuí de Diyala, al este del país. Nunca en su historia los seguidores de Bin Laden llegaron a “controlar difusamente” tal extensión de territorio clave. «Al-Qaida es sólo un movimiento, nosotros somos ya un estado», declaró un orgulloso muyahidín salafista del EISL.

En una “operación temporal de acción, propaganda y prestigio” el EISL ha tomado al asalto y sin encontrar apenas resistencia la ciudad de Mosúl durante la madrugada del lunes 9 de junio. Es indudablemente un golpe certero y maestro de al-Bagdadi. Veamos el por qué lo planeó y lo pudo conseguir fácilmente. Mosúl es la segunda ciudad en importancia de Irak y es la segunda localidad del país que es ocupada, siquiera temporalmente por el EISL. El efecto de atracción y prestigio para el EISL y el golpe de descrédito para los gobiernos regionales y central de Irak son sorpresivos y grandes, tanto dentro como fuera del país. Las cancillerías occidentales han quedado patidifusas. La permanente disputa por la administración de la ciudad, a 350 kilómetros al norte de Bagdad, entre las autoridades Irakuíes y las del Gobierno Regional Kurdo (KRG, sus siglas inglesas) influyó en la falta de defensas adecuadas de la segunda mayor ciudad de Irak. La toma de Mosúl ha sacado a relucir la esterilidad y la incapacidad para gobernar la urbe, generadas por el enfrentamiento entre el gobierno autónomo kurdo de Erbil y la autoridad central de Bagdad. Los kurdos aguardan desde 2007 un referendo que apruebe la absorción de esta ciudad por parte del KRG. Ahora, Erbil o Arbil ha reconocido que el ejército del KRG, los “peshmerga” kurdos, no han intervenido para defender su ciudad del ataque sorpresivo del EISL. Y los policías y soldados nacionales que quedaban como guarnición estatal, abandonaron simplemente la ciudad a medida que avanzaban los “barbudos de Allah”. «Una petición para que los “peshmerga” colaborasen en la defensa de Mosúl la tenía que haber hecho el gobierno federal», argumentó Jabar Yawar, jefe del Estado Mayor de los “peshmerga”. «Si nuestras fuerzas hubiesen estado allí, todas las explosiones y asesinatos de inocentes no hubiesen ocurrido», concluyó, pero “a posteriori” de los hechos. Los ardores guerreros no cuentan, ni se blasona de ellos tras una retirada, convertida en fuga de autoridades civiles y militares. Ellos se expresan eficazmente ante el enemigo, inerme por todos sus flancos, aniquilándolo por su osadía de atacar la capital.

(CONTINUARÁ)

EL CORÁN III.

(CONTINUACIÓN)

Origen, trayectoria y conceptos de la Yihad.

La Yihad, expresada en el concepto preciso que todos entendemos y/o padecemos, no está recogida en el Corán. Sin embargo, aparecen en el Corán numerosos versículos o aleyas en los que se anima a los musulmanes a la defensa de la comunidad, a la lucha contra los infieles y a la propagación armada del Islam. Establecidas las líneas maestras, rápidamente los jefes políticos de la Umma, incluyendo al Profeta, echaron mano del instrumento que tan claramente se les ofrecía y que necesitaban a vida o muerte. Y lo denominaron Yihad. Ésta es realmente la “Yihad Pequeña o Menor”. El Islam establece la obligatoriedad de la Yihad como “guerra santa”, equiparándola a los llamados “5 pilares del Islam”, que se simbolizan con el dorso de una mano abierta. Ellos son las obligaciones elementales, de carácter ritual y colectivo, y simples, de todo musulmán en su “sometimiento a la voluntad de Dios”. En el principio del Islam, cuando reinaba la jahiliyya (definición de la barbarie anterior a éste) en los árabes, en los tiempos de Mahoma, la Yihad fue imprescindible e inevitable para la defensa de la nueva religión. Que surgía en medio de un mar proceloso de tribus y clanes paganos e idólatras y más o menos nómadas, que poblaban Arabia. No había comenzado aun la diáspora, la expansión primera del Islam a todo el mundo árabe, y los grupos de musulmanes podían ser fácilmente eliminados por sus enemigos. Todo cambio radical, incluso sólo nuevo, y aunque sea para bien, encuentra siempre un rechazo inicial, que se origina en la “inercia ideológica y costumbrista” conservadora, que existe en la sociedad donde aparece.

Sólo hay un versículo del Corán que prohíba expresamente el suicidio, sin extenderse demasiado: 4, 33 “…Oh, creyentes… no os matéis a vosotros mismos…”. Probablemente fue así por la repugnancia natural que las tribus sencillas y primitivas tienen en cometerlo. En las recomendaciones de higiene, que en su origen todas las religiones escritas dan a sus fieles, no había que insistir mucho para su prevención. Un “ideólogo” de Al-Qaida, Abu Yahya al-Libi, desarrolló una teoría “religiosa” sobre el “daño no buscado”, referido a personas, totalmente alejada del espíritu del Corán. El nombre del pajarraco, que se sabía, según decían, el Corán de memoria, quiere decir nada más que “padre de Yahya y libio”. Su otra “credencial” para emitir un “dictamen religioso” era su amistad con Osama Bin Laden, que le consultaba frecuentemente. Pero, repetir un texto como un loro, no quiere decir que se conozca su sentido, que se sea su hermeneuta y que su “diagnóstico” se pueda aplicar en los avatares de la vida. Según aquella teoría, se permite a los militantes yihadistas matar musulmanes, cuando esto es inevitable. Y a veces, más que cuando sea inevitable, cuando sea también útil. Debido a que Al-Qaida tiene capacidades limitadas para atacar a sus enemigos occidentales, la organización mantiene su influencia y notoriedad por el terror, atacando periódicamente en países con mayorías musulmanas. Si se examinan sus ataques de 2007 y no se consideran los perpetrados en Irak y Afganistán, la proporción de no occidentales muertos por al-Qaida sube a 99%. Este porcentaje fue del 96% en 2008. O sea que, entre 2006 y 2008, los no occidentales tenían 38 veces más probabilidades de morir por un ataque de al-Qaida que los occidentales.

Ante el terrorismo actual en nombre del Islam, tanto centrífugo (contra los infieles y los traidores laicos) como centrípeto (contra los musulmanes cismáticos), el mundo islámico se paraliza y no sabe qué decir o hacer. Terrorismo son las acciones de guerra colectivas o personales contra “objetivos generales, inocentes e indiscriminados”, tanto de los infieles o idólatras, como de los “hermanos separados enfrentados”. Buscando con ellos extender el temor entre los grupos afectados y provocar así cambios políticos, religiosos o sociales en ellos. Es el chantaje del terror, elaborado con bordadas largas, que busca, con las “ondas de conmoción” que transmite a los grupos sociales atacados, optimizar al máximo el efecto de sus acciones tácticas y generalmente espasmódicas. Afirman sus portavoces e intelectuales que el Islam es paz y tolerancia. Pero esto no es totalmente cierto: “por sus hechos los conoceréis”. Además, y esto es más grave, los ulemas y muftíes que favorecen la “interpretación compasiva y misericordiosa” del Corán no presentan argumentos sólidos contra los versículos favorables a la Yihad, que esgrimen “a la cañona” (imperiosa y coactivamente) los radicales armados. Que son los que dan pie y sostienen la “interpretación belicista terrorista trasnochada” de la Yihad. Recordemos que es la “Yihad Pequeña o Menor”. La mayoría de los musulmanes se distancian de los atentados y ataques por oportunismo, para proteger al Islam, preocupados por el creciente rechazo que sufre en Occidente. Pero, los ulemas o los muftíes casi nunca intervienen en las polémicas externas e internas.

La Yihad fue necesaria para la instauración y la defensa de la primitiva comunidad de creyentes. Cuando el Profeta estableció el estado islámico a partir de la destrucción violenta de la jahiliyya. Y fue muy útil para la rápida extensión del Islam por el mundo, por el estado y su desarrollo existente de las civilizaciones medievales. Pero su oportunidad histórica no existe actualmente. Y, entonces, el “esfuerzo de sangre por Allah” debe ser reemplazado por otro tipo de “esfuerzo personal” en el camino de Alá. Éste, junto con los qiyas y el consejo de los sabios es el “verdadero camino hacia Allah de sus creyentes”. Y por eso se la llama con rigor, tradición y realidad, la “Yihad Grande o Mayor”.

Otros conceptos contenidos en el Corán.

Satanás (Eblis) no tiene poder sobre los que creen y pone su confianza en Dios. Su poder reside en atacar y convencer a los que se alejan voluntariamente de Él y le asocian otras divinidades. Satán cayó al negarse a adorar a Adán por mandato de Allah, al considerarlo una criatura de Dios creada del barro y él era creado del fuego. Satán es una especie de genio o ángel. Entonces, Dios le incluyó en el número de los despreciables, pero Eblis le pidió: “dame una tregua hasta el día en que los hombres hayan resucitado”. “La tienes”, le repuso Allah. “Y, porque Tú me has extraviado”, repuso Satán, “yo los acecharé en tu sendero recto”. “Los atacaré por delante y por detrás, me presentaré a su derecha y a su izquierda. Y, en verdad, hallarás muy pocos que te estén agradecidos”. “Sal de aquí, le ordenó el Señor, “cubierto de oprobio y rechazado y llenaré el infierno (yahannam) con los que te sigan”

El conquistador Alejandro Magno es situado ente los colaboradores de Dios. Es llamado el Bicórneo, el de los dos cuernos, que enmarcan de la derecha a la izquierda, por haber sometido a todo el mundo más o menos conocido desde el Occidente al Oriente. Así, estaba destinado Providencialmente a destruir el Mal o a los bárbaros idólatras. Por ser macedonio fue muy admirado por los árabes, que eran enemigos de los griegos, “los hombres de ojos azulados, como los denomina un versículo del Corán.

El Corán prescribe directamente para las mujeres, una vestimenta que les oculte de los extraños a su familia. En 33, 59 se dice:”Profeta, di a tus esposas e hijas que se cubran desde arriba con sus vestidos (o que dejen caer su velo hasta abajo). Esto es lo más adecuado para que se las reconozca y no se las ofenda (calumnie) -“por ligeras”-. Dios es indulgente y misericordioso.” En 43, 17 se dice sobre ellas: “¿…un ser que crece en medio de los goces de esta vida y de los adornos y que está siempre disputando, sin razón?” Su glosa sería: “a causa de su razón defectuosa, la mujer está siempre dispuesta a buscar camorra sin motivo y se apega a la superficialidad de la vida”. También en el Corán se les dota de beneficios económicos y se les brinda una “protección general” a cargo de los varones familiares.

Pero, habría que ver si la mujer libre y dotada de una educación y unos derechos personales suficientes, no se comportaría de otra manera más elevada, digna y trascendente. Es indudable que una religión se incardina, se aglutina y pasa a formar parte de una civilización dada, dentro de la cual se desarrolla y se expresa. Y los poderes dominantes en ella, conforman y modelan todas las acciones y respuestas de esa civilización a los estímulos sociales externos e internos. A los hombres pastores, mercaderes y agricultores de las tribus árabes, todos los cuales realizaban también labores de guerreros, de defensa de sus colectivos, ¿no les venía bien el modelo de mujer sumisa, iletrada y callada? Recordemos, por último, que en estas épocas precapitalistas la mano de obra más bien sobraba que faltaba en cualquier sociedad. Por lo que el aprovechamiento personal de la mujer era irrelevante.

Al-Quds, Jerusalén, Yerushalayim…

Parece muy claro (asumiendo la Fe) que si el Dios Uno permitió una convergencia excepcional en ella de los tres Credos que lo veneran, fue porque no entregaba a perpetuidad dicha Ciudad Santa a ninguno de ellos en exclusividad. Sino para que en ella vivieran en paz y en derecho como Su foco inefable. Como “reflejo radiante de su convivencia” por el mundo, poblándolo y desarrollándose desde esa Zona, siguiendo “círculos cuasi concéntricos geográficos” por el tiempo y la Historia, hasta los confines de la Tierra.

(FINAL)

LA YIHAD MODERNA, HISTORIA, IDEOLOGÍA, POSIBILIDADES…

El Origen de la Yihad.

La Yihad, expresada en el concepto que todos entendemos, no está recogida en el Corán. Sin embargo, sí existen cerca de 50 aleyas en las que se anima a los musulmanes a la defensa de la comunidad, a la lucha contra los infieles y a la propagación armada del Islam. Establecidas las líneas maestras, rápidamente los jefes políticos de la Umma, incluyendo al Profeta, echaron mano del instrumento que tan claramente se les ofrecía y que necesitaban a vida o muerte. El Islam establece la obligatoriedad de la Yihad como guerra santa, equiparándola a los llamados “5 pilares del Islam”, que se simbolizan con el dorso de una mano abierta. Ellos son las obligaciones elementales, de carácter ritual y colectivo, y simples, de todo musulmán en su “sometimiento a la voluntad de Dios”. En el principio del Islam, cuando reinaba la jahiliyya (la barbarie anterior a éste) en los árabes, en los tiempos de Mahoma, la Yihad fue imprescindible e inevitable para la defensa de la nueva religión. Que surgía en medio de un mar proceloso de tribus y clanes paganos e idólatras y más o menos nómadas, que poblaban Arabia. Y los grupos de musulmanes podían ser fácilmente eliminados por sus enemigos. Todo cambio radical, incluso el sólo nuevo, encuentra siempre un rechazo inicial, que se origina en la “inercia ideológica y costumbrista” conservadora, que existe en la sociedad donde aparece.

La Expansión del Islam hacia Occidente: las primeras Yihad militares.

En la época de Mahoma, el poder estaba dividido entre las tribus que lo poblaban. Pero la Marcha (la Hégira) de aquél con un puñado de seguidores, de La Meca a Medina en el año 622, inauguró una nueva era de transformación en el mundo y de expansión de la teocracia árabe islámica. En esa época, el poder en todo el Cercano y el Medio Orientes se repartía entre el Imperio persa de los Sasánidas y el Imperio de Bizancio, inmersos en intermitentes pugnas fronterizas. Unos pocos años más tarde, los árabes se habían apoderado del Imperio de los Sasánidas (año 644). Y habían constreñido las tierras de Bizancio en Asia, que alcanzaban antes Egipto, la Gran Siria y el norte de Mesopotamia, sólo al centro y oeste de Asia Menor (la Anatolia).

Paralelamente, van controlando el norte de África: en el 641 ocupan Egipto y se extendían rápidamente hasta Trípoli y las costas atlánticas del Magreb y de Ifrikia (en el 697). Por último, en el 711 invaden el reino visigodo de Hispania y en el 732 penetran en el reino de los francos. Aquí son derrotados por Carlos Martel en la batalla de Poitiers y son repelidos para siempre allende los Pirineos.

Tres fueron las causas que estimularon a unas tribus a emprender el camino de la conquista de amplias y lejanas tierras y pueblos, fuera de la península arábiga. La primera fue la razón religiosa. Como en toda comunidad religiosa primitiva, la Umma fue el centro de los mandatos y las bendiciones de Allah. Viviéndose colectivamente y con entusiasmo el cumplimiento de una doctrina monoteísta y sencilla. Esta religión exigía, además, un proselitismo militante y coactivo, continuo y expansivo, dirigido hacia los infieles y los hostiles fronterizos.

Por el lado de los intereses mundanos, la extensión de las conquistas árabes, en su avance incontenible durante más de un siglo, trajo el control sobre los bienes y haciendas de los nuevos y numerosos súbditos y el poder político y militar sobre ellos. El dominio musulmán se establecía por la presencia de un gobernador con su guarnición militar, en cada ciudad o región conquistada. La relación de los nuevos súbditos con el régimen islámico se establecía y regulaba por el pago al gobernador de los tributos periódicos por el vasallaje impuesto y por profesar, de momento, una religión diferente. Este flujo de dinero importante y constante comenzó a llegar a los conquistadores, que establecieron diversos mecanismos para su reparto. La tercera razón, asequible a los nobles, jefes y más destacados musulmanes, fue el reparto de las cuotas de poder que engendraban el dominio, la defensa y la gobernanza de los nuevos territorios de dar-el-Islam. Así, fueron proliferando los emires, sheikhs y caides, ocupando y conformando la estructura política árabe de los territorios islamizados.

Las tribus árabes originales del Islam recibían una parte de los tributos y de los saqueos de la conquista, aunque no participasen en algunas expediciones militares. Otra parte era entregada a los participantes de la yihad contra algún pueblo o región limítrofe del califato. Una parte importante era entregada a las autoridades de la Umma, centradas en el califato de Damasco o de Bagdad, y representadas regionalmente por sus emires o caides, para sufragar los gastos de la gobernabilidad y el mantenimiento del estado teocrático. De ésta, se derivaba una parte destinada a sufragar, equipar y formar las nuevas yihads hacia los territorios fronterizos a dar-el-Islam, que iban apareciendo. Por último estaba el zakat o la limosna canónica, entregada a los ulemas, que tenía como finalidad resolver y compensar a los musulmanes por las penalidades y los azares de la vida, con la aportación de su comunidad. Y que se repartía a los pobres, los impedidos y los enfermos, los huérfanos y las viudas de la Umma. Esto cerraba el proceso de reparto de la riqueza y el poder. Que fijaba mundanamente las aspiraciones religiosas de los creyentes de la nueva fe.

Occidente se vuelve a Oriente: la Época de las Cruzadas.

Las Cruzadas fueron empresas militares y religiosas, impulsadas por la Iglesia con exhortaciones, oraciones e indulgencias, y realizadas por voluntarios de toda la Cristiandad. Buscaban recuperar para ella el dominio sobre los Santos Lugares de Jesucristo en Palestina, de manos del Islam expansivo e infiel. Éste los ocupó en el año 635 y fue poniendo sucesivamente trabas al peregrinaje individual y colectivo de los cristianos. Entre 1096 y 1270 se llevaron a cabo ocho cruzadas. La Primera Cruzada fue la de más vistosidad y éxito. El 15 de julio de 1099 sus cruzados ocuparon Jerusalén. Que se convirtió en la sede del primer rey, Godofredo de Bouillon. En 1291, con la toma de San Juan de Acre, principal posición cristiana en Palestina a lo largo de un siglo, por los musulmanes del califato de Bagdad, quedó definitivamente liquidado el Reino de Jerusalén. Y perdido el principal objetivo estratégico de la Europa cristiana desde 200 años atrás.

No siempre las cruzadas fueron bien organizadas por las sociedades feudales de la época. Y, en ocasiones, las rivalidades mundanas entre ellas afectaron al discurrir e, incluso, al éxito de las sucesivas expediciones. La necesidad logística de cruzar por los territorios del Imperio de Bizancio, separado de la Iglesia el 24 de julio de 1054 por el Cisma de Oriente del patriarca Miguel I Cerulario, trajo también enfrentamientos muy cruentos con los cristianos ortodoxos grecos. El hecho de que las cruzadas se estructurasen con los nobles, sus gentilhombres y sus huestes, debilitó progresivamente el poder de aquellos en sus territorios de procedencia. Así, las ciudades y los reyes no participantes en las expediciones militares, pudieron ir ganando privilegios y extensiones de poder, a costa de los príncipes y de los señores ausentes. Esto impulsó el comercio en Europa y marcó el inicio de la decadencia continental del feudalismo.

Pero no acabó con las Cruzadas la pugna entre las civilizaciones europeas y musulmanes. Pronto tomó el relevo de los árabes, el imperio Osmanlí de los turcos, tras la toma por Mohamed II, el Conquistador, de Constantinopla en 1453. Fecha que, junto con el descubrimiento de América 39 años más tarde, muchos historiadores toman como período de inicio de la Edad Moderna.

El expansionismo y el poderío de la Sublime Puerta eran evidentes: Por el mar era un vecino incómodo y rapiñador del Mediterráneo occidental cristiano, apoyado en sus franquiciados y conmilitones, los piratas y corsarios musulmanes norteafricanos. Por tierra ocupaba los Balcanes cristianos y amenazaba con engullirse parte del antiguo Imperio Romano Germánico de Occidente. El único hombre que vio clara la situación creada por el peligro turco, desde el primer momento, fue el papa San Pío V. Hasta Felipe II de las Españas tardó mucho en convencerse de la necesidad de afrontar este peligro de frente. Y de asestar a los turcos un golpe importante, sin existir previamente una directa provocación turca o un “casus belli”. Las capitulaciones para constituir la Liga Santa con España y Venecia se demorarían hasta el 25 de mayo de 1571, debido a la disparidad de intereses y proyectos. Francia se desmarcó de ella, por su envidia y odio a la supremacía española. Por fin, la escuadra española estuvo preparada el 5 de septiembre. El 15 de septiembre, Don Juan de Austria ordenó la salida de la flota aliada hacia los mares turcos. El domingo 7 de octubre tuvo lugar la batalla naval que alejó definitivamente del Mediterráneo occidental y central los afanes imperialistas de los otomanos.

Sin embargo, desde el inicio de la Yihad militar por los árabes, en el siglo VII, los santos lugares originales del Islam en la península de Arabia, siempre estuvieron en las manos políticas y religiosas de sus fieles, bien los árabes o los turcos otomanos.

¿Qué es el Islam?

El Islam es la sumisión de los hombres a Dios. En su acepción más simple, es una fe sencilla fácil de seguir y de cumplir, con ritos externos y sociales bien definidos. Los ritos son acciones sacralizadas por una religión y necesarios para que ella se imbuya en el alma personal y colectiva de los creyentes. En el Islam existen 5 grandes ritos, que se simbolizan en su iconografía por una mano abierta: La profesión de fe, corta declaración que abre a cualquiera la entrada al Islam; las 5 invocaciones diarias (el Salat) a Alá; el ayuno del mes de Ramadán (el Roza); la caridad (el Zakat) con los desvalidos, impedidos y pobres (por este orden) de la Umma y la peregrinación a La Meca o Hajj al menos una vez en la vida, si se poseen recursos, que se realiza en comunidad, congregándose modernamente varios millones de personas simultáneamente, entre el séptimo y el décimo día del último mes del calendario lunar,.

La Yihad, como guerra santa, el esfuerzo de sangre en el sendero de Alá, va dirigida contra aquellos que amenazan la Umma. Estos pueden ser tanto los infieles hostiles externos, como los no musulmanes que conviven en dar el-Islam, las tierras donde la Umma domina políticamente, y que han roto su “pacto de protección” con ella. A éste tienen derecho teórico los judíos y los cristianos, como gentes citadas en el Corán y que detentan algunos de los libros considerados también como proféticos por el Islam.

Fuera de los países (llamados dar el islam) donde la comunidad islámica domina políticamente existen las tierras de dar al-harb y dar al-´ahd. La primera es la tierra de la lucha, de la yihad, o esfuerzo de sangre de los musulmanes, donde la Umma es amenazada y perseguida, no necesariamente por las armas. La segunda comprende los países donde la Umma no domina políticamente, pero está en paz con sus habitantes y puede llevar a cabo sus actuaciones y ritos. Un ejemplo de dar al-´ahd, las tierras extranjeras de paz, serían los países de Europa en estos momentos.

Las Jerarquías religiosas del Islam.

En el Islam no existe un clero institucionalizado, universal y riguroso, formado de una manera expresa e igual en toda la Umma. Que responda de la ortodoxia y homogeneidad de las ideas, normas y dogmas. Tanto es así que la pertenencia oficial al Islam se logra por la pronunciación de la profesión de fe: “no hay más Dios (en árabe, Allah) que Dios y Mahoma es su Profeta”.

En cuanto a los personajes tenemos a los ulemas o expertos estudiosos en la ley del Islam y a los muftíes o jurisconsultos encargados de interpretar la sharia o ley islámica civil y penal.

El consejo de ulemas es la máxima autoridad musulmana en cada país o región. Los más prestigiosos, por su formación, proceden de la Universidad de Al Azhar, de El Cairo. No se puede hablar propiamente de una teología islámica. Ya que la esencia de Dios, incluso la externa, es inalcanzable e inmarcesible para los hombres. De ahí la necesidad de la sumisión a Él. El Corán es una “parte” de Allah (externa a Él y diferente de Él), existente junto a Él (de ahí su sacralidad esencial). Y que Éste ha tenido a bien enviar, para enseñar (revelación) e imponer (mandatos y normas) a los hombres, para su bienaventuranza y felicidad.

Los ulemas son los encargados de custodiar, gestionar y repartir las limosnas canónicas, el Zakat, previstas por el Corán. Esto les da un enorme poder temporal sobre sus distintas comunidades, que ningún poder político musulmán, incluso los socialistas laicos, se ha atrevido a discutir o a usurpar.

Luego estarían los imames o capellanes, encargados de presidir la oración en las mezquitas. Por último estaría el muecín o sacristán, que avisa cinco veces al día, desde antes del amanecer hasta bien entrada la noche, para que los fieles hagan sus oraciones de adoración y de aceptación y entrega a la voluntad de Dios. La formación de los imames es totalmente dispar dentro de un país y no necesariamente profunda. Sus principales habilidades sociales suelen ser la buena empatía con sus fieles y un cierto don de palabra.

Las fatawa (plural de fatwa) son propiamente las decisiones jurídicas emitidas por los muftíes, en interpretación de las diferentes situaciones o casos planteados a la Umma. También pueden ser dictadas por su propia iniciativa. Adquirirían un sentido de cuerpo de jurisprudencia de la sharia, si verdaderamente parten de autoridades religiosas reconocidas por su doctrina y conocimientos. Así, en puridad, la fatwa de Jomeini contra Salman Rushdie careció de valor legal. Ya que Inglaterra o Francia no eran tierras donde se podía aplicar la sharia, al no ser parte de dar el islam.

Los Sunníes.

El sunnismo, que siguen cerca del 90% de los musulmanes actualmente, acepta también como revelación divina la Tradición o Sunna del Profeta, de donde toman el nombre. La tradición la forman los hechos y los comentarios de Mahoma. El mayor o menor rigor en la selección por la pureza de su origen y en la aceptación de esta tradición, que fue recogida y transmitida por sus seguidores más inmediatos, caracterizan a las cuatro “escuelas ideológicas” sunníes, fundadas a caballo entre los siglos VIII y IX. La escuela más abierta y flexible, la chafií, fundada por el palestino al-Chafii, muerto en El Cairo en el 820 a la edad de 53 años, abrió una puerta esperanzadora a la evolución pacífica del Islam. Ella acepta también el “consenso de los sabios” de la comunidad o Umma y el razonamiento analógico o qiijas, como vías correctas para la adaptación del Islam a todos los tiempos y lugares. Partiendo de su “origen rural, analfabeto, pobre, medieval y rodeado de hostiles y barbarie”. Para ello parte del hadis: “Alá reconoce el bien en lo que los musulmanes han juzgado como tal”.

A la muerte de Mahoma, las alianzas tribales árabes que él creó amenazaban con disolverse, al no reconocer todos su mensaje y/o el control político religioso desde Medina. El primer califa Abu Baker al-Siddique (632-634), dos años menor que Mahoma, afirmó su autoridad en la comunidad y consolidó el califato como los “sucesores político religiosos del Profeta”. Y para ello utilizó la Yihad, en la guerra llamada de las riddas, estableciéndose un ejército permanente, pero sin paga regular. Omar, el Señor de los Creyentes, es el segundo califa (634-644). Organiza la administración y el sistema teocrático, donde el jefe militar de la tierra conquistada es el delegado del califa para los asuntos civiles, la cabeza del Islam y el juez secular. Otmán, el tercer califa (644-656), de la familia de los Omeyas, prosigue la expansión armada, pero es asesinado por preterir a la casta militar. Alí es el cuarto califa (656-661), primo, yerno y compañero eximio del Profeta. Pero, Muhawiya se subleva para vengar a su primo Otmán y Alí es asesinado. Muhawiya (661-680) es proclamado califa, inicia la dinastía Omeya y traslada la capital a Damasco. Su hijo Yazid (680-683) vence a los partidarios de Hussein (hijo de Alí) en el combate de Kerbala (72 bajas), el 10 de octubre de 680. Surge entonces el cisma en el Islam.

Los 4 primeros califas son llamados por los sunníes los Rashidun, los “rectamente guiados (por Dios)”. En esta etapa histórica primigenia, los musulmanes realizan sus primeras conquistas, partiendo de su núcleo inicial La Meca-Medina, hacia el norte, el este y el oeste del mismo. La transmisión del califato entraría pronto en conflicto irreconciliable con los chiíes.

Los Chiíes.

Existe una gran diferencia ideológica y práctica entre el sunnismo y el chiismo. Ëste se siente perseguido, en razón de las ortodoxias dinástica (los derechos de la familia del Profeta a la conducción del Islam) e ideológica (admite menos fuentes de revelación), que proclama y defiende. Llamándose en árabe a los partidarios de Alí, shi’at Ali o, resumiendo, shi’is. Pero, los chiíes no tenían organización, ni medios para triunfar y dominar en los territorios donde abundaban. Así, el chiismo, en minoría demográfica siempre, asume históricamente una actitud fatalista, pasiva, incluso de sufrimiento físico por ello. Están a la espera del retorno del (califa) imán desaparecido. Éste es el nombre que toman los guías político-religiosos en el chiismo y que no tiene que ver con los imanes sunníes, de menor rango y formación ideológica. Aquél vendrá como al-Mahdi (el guiado por Alá) en un momento dado de la Historia, para hacer triunfar a la Umma ortodoxa (los chiitas). Pero también se han dado en el chiismo casos de acción insurgente o guerrera, incluso con éxito e implantación popular, como en el Irán de Jomeini y en El Líbano con Hezbolá o partido de Alá. Las principales comunidades chiíes están en Irán (65 millones), India (22 millones), Pakistán (36 millones), Irak (17 millones) y Afganistán (5 millones), siendo mayoría en Irak e Irán.

El cisma chií pretendía arrebatar a la mayoría de los musulmanes, seguidores de la Tradición, la legitimidad del legado de Mahoma. En él iban incluidos los conceptos del legítimo origen, del mando o dirección social y militar, del control y desarrollo religiosos y de las perspectivas organizativas y sociales del Islam. Los sunníes tienen el mando político religioso de la Umma en el califato y sus emires y jeques delegados, asesorados, prevenidos y apoyados por los ulemas y muftíes piadosos. Los chiíes descansaron el poder político, la dirección de su gran estrategia o estrategia nacional y la conducción religiosa, en la “casta clerical”, como intermediarios privilegiados entre los fieles y Allah. Esto mantiene firmemente unidos a sus creyentes en torno a su interpretación única y vigilada del Corán. Aunque tienen una proyección ideológica y social hacia el futuro: es el retorno liberador, justiciero y hacedor del Mahdi, encarnado en su decimosegundo imán desaparecido (en el año 874), que no ha muerto. Pero esto es la necesidad social y psicológica de la recuperación, consolidación y exaltación del orden establecido original, que fue perturbado por los sunníes, y un premio, la paz y la ventura para los creyentes ortodoxos (ellos) antes del Juicio Final de Dios.

Y en eso llego el Mahdi…

Egipto estaba arruinado en el último tercio del siglo XIX por la construcción del canal de Suez (tuvo que poner el 44% del capital de la empresa) y los gastos de la corte y la administración turca corrupta. Sudán era entonces un protectorado de Egipto, regido por el Khedive o gobernador turco. El control militar egipcio en el Sudán era muy débil, debido a la intervención británica y a la apatía general. El Khedive intentaba controlar el Sudán, empleando a diversos “gobernadores generales” delegados, generalmente extranjeros. Los británicos y los franceses ejercían un “control dual” sobre Egipto, que impacientaba a todos; los militares veían recortados sus salarios; los puestos clave o importantes del país eran ocupados por extraños y el gobierno corrupto de los turcos remataba todo. Mohamed Ahmed Abdullah Ibn al-Sayid nació oportunamente en Sudán en 1844. Era hijo de un carpintero de ribera, que se decía descendiente del Profeta. Con 18 años entró en la secta Summaniya, donde practicaban gran austeridad y tenían voto de pobreza. En 1881 se proclamó Mahdi, reclamando la vuelta a los orígenes ideológicos del Islam. A sus seguidores los llamaba ansares o devotos, y les exigía practicar esas mismas cualidades de pureza y conversión al Islam. Su vestidura era la jibbah, una túnica de algodón crudo blanca. Para destacar esa sobriedad, les ordenó coser a ellas “parches o remiendos” de color negro. Pero las damas de Omdurman y otras poblaciones se las arreglaban para colocar en las túnicas de los hombres cuadros más estéticos, de colores azul, púrpura, amarillo, verde y rojo. El Mahdismo se convirtió en un movimiento social sudanés extenso, en el que la Yihad, como arma purificadora y liberadora tenía un puesto clave, a la par y complementario a la ideología islámica radical y severa.

En 1885 ocupó Jartum, la capital del país, dando muerte al “gobernador general”, el general Charles Gordon. El desastre hizo que los egipcios dejasen ya de gobernar el Sudán. Apenas 6 meses después murió el Mahdi. Su sucesor, nombrado Califa, fue Abdullah al-Taiai, jefe de la tribu Baggara. El Califa canalizó la fuerza de los ansares, organizando un ejército de estilo moderno y con el entrenamiento, las técnicas y las tácticas del ejército egipcio. Los británicos barren las posiciones mahdistas, pero no las guarnicionan, y mantienen un punto único de defensa en el puerto de Suakin. En el zenith de su poder, los ansares ocuparon todo el país y realizaron incursiones en Egipto, al norte de Wady Halfa, en la primera catarata del Nilo, a 800 Km. al sur de El Cairo. Durante más de 10 años, Sudán quedó en un limbo, continuando bajo la soberanía de Turquía. Por fin, llegó la decidida intervención británica para sofocar el levantamiento del Sudán. En 1896 reconquistan Dongola. 1897 fue un año de consolidación, de avances cortos en territorio sudanés, de expulsión de los ansares de las costas del mar Rojo y de preparación de fuerzas y de bases de partida de los futuros avances. Por fin, el 2 de setiembre de 1898 tuvo lugar la batalla de Omdurmán, totalmente asimétrica y desfavorable para las fuerzas del Califa. Sus formaciones: se estrellaron una y otra vez frente a los cuadros británicos y egipcios, barridas por el fuego segador de la artillería, las ametralladoras Gatling y los fusiles. Que no les permitieron, a pesar de su rápida velocidad de avance al encuentro, alcanzarlos para hacerles sentir la potencia de su choque. Los ansares no llegaron a acercarse a menos de 50 ms. de sus enemigos y sufrieron 9.700 muertos, 10 mil heridos y 4 mil prisioneros, contra 131 británicos y 256 nativos muertos o heridos. El mahdismo desaparecería entonces…

(CONTINUARÁ)

La Lucha Terrestre en la Franja de Gaza en 2014 (SEGUNDA PARTE).

(FINAL)

Las posiciones de combate de la infantería son sencillas. Tienen sectores de tiro entrecruzados, una protección inmediata contra la irrupción enemiga (en masa o de comandos), unas cubiertas contra el fuego pesado normal y un ocultamiento suficiente, que las encubra de las vistas desde las posiciones enemigas probables sucesivas y sus vías de aproximación. Los obstáculos y las minas, falsos en bastantes casos y siempre a distancia para no delatarlas, sirven para romper el ataque del Tsahal y para brindarles blancos más estáticos, por ejemplo para los morteros, que deberán tener registrado su fuego en los distintos puntos de su contorno. La destrucción que genera el soporte no preciso del fuego pesado del Tsahal, refuerza las posiciones de combate rebeldes, rodeándolas de cascotes que dividen y dificultan los accesos israelíes, salvo cuando son alcanzadas por un impacto directo. Para operar esta estructura defensiva los milicianos tienen preparados numerosos y estrechos túneles, trincheras de arrastre y boquetes en tapias y paredes interiores de los edificios. De tal manera que, ocultos de las vistas, les permitan ocupar las posiciones de combate y de observación deseadas, defenderlas más o menos tiempo o no, trasladarse entre ellas y reforzar las más amenazadas o presionadas por los israelíes.

Los patios de las casas palestinas, muy común en las construcciones árabes, les sirven para colocar los morteros, que constituyen su único “fuego pesado” de combate, protegidos por una posición de infantería. El mortero habitual es el ruso de 82 mm. M-1937. Unas posiciones semejantes, muchas veces excavadas varios ms. y protegidas por el entorno de las casas y los patios interiores y las azoteas, rodeadas de habitantes inocentes e inermes, son las que utilizan para lanzar sus cohetes de vuelo libre, los Kassam I y II propios y los iraníes, sobre las poblaciones israelíes cercanas al norte y al este de la franja de Gaza, pudiendo ya atacar a Jerusalén y Tel Aviv, las capitales socio religioso administrativas de Israel y el puerto de Haifa. Los cohetes iraníes son más modernos y precisos y tienen un mayor alcance (hasta unos 80 Km). Los reciben desmontados desde Egipto, a través de una red de túneles ad hoc, paralela a los pasos fronterizos oficiales.

El momento crucial para la defensa local ocurrirá cuando el jefe del sector decida evacuarlo, tras haber detenido a las fuerzas terrestres del Tsahal por algún tiempo. Pero, sin exponerse a una lucha a las distancias cortas con fuerzas mejor entrenadas y equipadas, a ser desbordado o a perder su libertad de acción. Esto va ligado inexorablemente a la cesión de espacio a los israelíes. Para ello se sustraen los yihadistas, en un momento oportuno, a la presión directa del enemigo y aparentando seguir su presencia. Los milicianos de Hamás tienen suficientes túneles de salida dirigidos hacia edificios no muy cercanos (muchas veces oficiales e incluso respetables (mezquitas), oficinas, empresas, algunas viviendas) o cauces secos (wadis), matorrales, poco evidentes, en el escaso despoblado de Gaza. Desde donde se puedan dispersar por la superficie, en muy pequeños grupos, hacia posiciones amigas de acogida, en otra de las zonas de defensa, en los primeros momentos. La protección de la evacuación es vital y las dos entradas de estos túneles, en ambos sentidos, están cubiertas siempre por nidos de resistencia, que llevan a cabo una defensa rígida.

Los túneles, como vemos, forman toda una red extensa y subterránea, en un plano inferior y paralelo a la zona de Gaza. Que les sirve a los palestinos para moverse subrepticiamente; para refugiarse momentánea o duraderamente (los jefes, jefecillos y «buscados» por los israelíes); para mecadear en Egipto con contrabandistas de todas las clases; para infiltrarse a corta distancia en Israel en destacamentos de asalto…

Conclusiones tácticas y operativas para esta lucha urbana.

La estructura “militar” de Hamás se asienta socialmente en los clanes locales palestinos, donde se reclutan a los miembros de las brigadas de Ezzedin al-Kassam. Su unidad táctica superior suele ser un “batallón” reforzado de alrededor de medio millar de hombres, por darle un “nombre” práctico. En sus unidades escogidas, Hamás sí procura que la formación, el entrenamiento y el equipamiento de los infantes sean homogéneos. Están también las posiciones de la Yihad Islámica, juntas, pero no revueltas a las de Hamás. El mutuo apoyo de los sectores de la defensa durante un ataque israelí, es así difícil y precario. Es más complicado aún realizar contraataques, que no contrachoques sectoriales, sobre las penetraciones terrestres israelíes contra la franja de Gaza. Estos contrachoques contra las puntas de avance del Tsahal, que se adelanten a las otras, creando así entrantes vulnerables en las zonas palestinas, son muy sencillos y tienen pocas posibilidades de recuperar la situación anterior. Los milicianos de Hamás van a procurar alcanzar desde el frente, con tiradores aislados o en parejas, preferiblemente armados con el fusil de precisión SVD, a enemigos individuales y a pequeños grupos de soldados del Tsahal. Y también atacar de flanco o de revés a las unidades enemigas que se internan en su zona defensiva, que ya están desdobladas en pelotones o escuadras con uno o dos vehículos blindados de apoyo de fuego. Las comunicaciones preparadas de los guerrilleros, formando túneles entre barrios o grupos de casas, trincheras de arrastre, aberturas entre casas y pisos, les permiten aparecer, siempre en pequeño número, del orden de un pelotón y siguiendo una dirección dada, detrás o al lado de las unidades israelíes. Aprovechando mientras se detienen, se reagrupan, piden o reciben instrucciones, o deciden por dónde avanzar. Y erosionarlas, causándoles algunas bajas. Por ejemplo, desde un sótano o un piso, por un hueco irregular en una tapia, debajo de un vehículo aparcado o destruido, desde unos matorrales, un depósito de deshechos o una cuneta, donde emerge un estrecho túnel con la boca cubierta y disimulada. Desde esas posiciones ocultas lanzan algún cohete RPG-7V o varias ráfagas cortas, siempre apuntando, de la ametralladora ligera RPK de cargador largo o de la obsoleta, pero omnipresente entre las guerrillas, RPD de cinta. Los fuegos de armas ligeras de infantería al amplio horizonte, sin apuntar o desde la cadera, son inofensivos.

Hamás va a buscar en esta guerra la grave erosión enemiga. Israel es muy sensible a la pérdida de hombres, en los numerosos microcombates aislados que ocurrirán durante la irrupción y el avance israelíes. Pero no podrá dar una trascendencia táctica, ni mucho menos operativa, a su esfuerzo militar. Como segundo objetivo, desearía resistir el embate de Israel durante algunas semanas. Esto aumentaría su prestigio entre los árabes y con Irán e incrementaría ante el mundo la percepción de la capacidad de combate de su “fortaleza” urbana de Gaza.

Las fuerzas terrestres del Tsahal atacarán siguiendo 2 o 3 direcciones diferentes y convergentes sobre la franja de Gaza, desde el norte, el centro y el sur. Buscando así dispersar el fuego de rechazo palestino, perturbar la conducción de la defensa por sus mandos y romper la coherencia y consistencia del conjunto de la gran posición urbana. En un primer asalto, lo más inesperado posible, sobre el borde de las poblaciones y barrios, conseguirían unas posiciones de partida y de apoyo ya en su interior. Para continuar luego su difícil “trabajo de avance y limpieza” sistemático. Cuando la población es algo más grande, uno de los objetivos operativos del Tsahal será dividir en dos o más partes aquélla. Buscando fracturar la zona de defensa e impedir la colaboración y el apoyo mutuos de los puntos de retardo, facilitando el avance de sus infantes y la liquidación de los elementos hostiles de la población.

Hay dos brigadas de infantería israelíes imprescindibles en una operación terrestre: la Givati y la Golani. La primera cuenta con unidades entrenadas (tipo compañía reforzada) para el ataque con objetivo limitado en zonas urbanas. La Golani es famosa por su lucha contra los tanques sirios en la guerra del Yom Kipur de 1973, formando parte de una fuerza táctica de armas combinadas del Tsahal. Allí bloqueó el paso de aquéllos a través de los Altos del Golán, lo que hubiera supuesto la irrupción blindada enemiga en las llanuras de Galilea, un terreno favorable a la lucha de carros. La Golani cuenta con 4 o 5 batallones bien entrenados para la guerra urbana. Israel tiene varios campos de entrenamiento muy similares a las poblaciones palestinas, tanto de la franja de Gaza como de la Cisjordania.

Los objetivos de la operación terrestre son: La destrucción de las posiciones de fuego pesado palestino, especialmente las de su artillería reactiva, que se protegen operativamente con su inmensa dispersión por la totalidad de la franja. Y que actúa por áreas definidas, cuyas piezas o lanzaderas allí localizadas abren fuego sobre las zonas y poblaciones israelíes, cuando se les ordena y según sus alcances. También quieren destruir los túneles de aproximación y entrada a Israel de los comandos y agentes yihadistas. Para ello sólo tienen que actuar en los primeros cientos de ms. dentro de la franja. Ya que estos túneles, al igual que los de Raffah en la frontera sur, usados para la entrada de material de guerra, burlando el bloqueo de Israel, son siempre repuestos por los laboriosos guerrilleros en su “colmena”. Otro objetivo es la destrucción del “aparato ideológico, de mando y burocrático de Hamás”, que tiene “varios niveles de intensidad” posible y “cientos de blancos definidos o identificados”, clasificados en instalaciones y edificios, individuos y grupos, armamento instalado y depósitos, mercancías sensibles…

Israel, por su parte, se conformaría en esta ocasión con obtener este objetivo militar de desgastar suficientemente la capacidad de combate de Hamás. Para conseguir el objetivo estratégico nacional de un período de paz, que nunca será de muchos años, para los habitantes del sur y centro de Israel.

La Lucha Terrestre en la Franja de Gaza en 2014.

El Escenario geográfico y socio militar de los radicales islamistas.

La llamada franja de Gaza es un estrecho, llano y pequeño corredor costero junto al mar Mediterráneo, situado al sur de Israel. En sus aproximadamente 363 Km2 de superficie viven hacinadas más de un millón y medio de personas. El 99% de los habitantes son musulmanes y los cristianos suman entre 15 y 20 mil almas. La franja alcanza una concentración demográfica del orden de las 4150 personas por Km2, que es de las más elevadas del mundo. Su forma es la de un rectángulo alargado, de unos 45 Km de longitud, que mide 12 Km en su parte más ancha. Al sur está su frontera con Egipto de unos 11 Km., en torno a la estratégica ciudad de Rafah. Al este y al norte se extiende por unos 51 Km. la frontera de Gaza con Israel. La población más importante de la franja es la que le da el nombre, Gaza, situada en su tercio norte. Las otras villas destacadas de la franja constituyen realmente “repartos”, “barrios periféricos” o “poblados satélites del “ecumene” de Gaza. Entre las no citadas aún destacaremos a Beit Hanoun (en el extremo norte), Beit Layla, Jeque Zaid, Dayral Balah (al centro), Yabalia y Kan Yunis (al sur, pero no en la frontera con Egipto).

La tasa de paro de la población está entre el 35-40%. Esto la hace muy dependiente de las ayudas externas. Y, además, excita sus reivindicaciones identitarias y sociales y define como “único” responsable de sus males al enemigo más visible, diferente social y culturalmente, y cercano, Israel. La búsqueda de una solución rápida y utópica para esta población pasa, entonces, necesariamente por una derrota suficiente de Israel, la potencia opresora e imperialista. Esto hace que su población sea muy proclive a abrazar doctrinas y partidos “militantes islamistas radicales” (los MIR). Ellos les permiten vislumbrar y valorar una solución, siquiera en un futuro indefinido e impreciso. Y, al menos, les dan la esperanza que todos necesitan. La Yihad Islámica y Hamás son las dos principales organizaciones islamistas con implantación en Gaza.

Ideología de los Palestinos islamistas radicales.

Hamás, como organización socio político religiosa totalitaria, ejerce un poder extenso en todas las áreas de convivencia civil de los habitantes de Gaza. Este poder está condicionado también por el carácter de la lucha en unas condiciones de aislamiento, cerco y penuria. Esto le permite a Hamás invocar en su “defensa general”, la opresión de que es objeto, bien real, sentida y/o magnificada, toda la población palestina de Gaza. Sin que en la práctica se distinga bien el sufrimiento tremendo de los palestinos, del victimismo esgrimido por Hamás o la Yihad Islámica. Entre 100 y 200 mil son los militantes activos reales de ambas organizaciones radicales. Además,están los simpatizantes y colaboradores de ellas, con distintos grados de implicación en los servicios y de tiempo dedicado al apoyo de Hamás y de la Yihad Islámica.

Hamás se mesmeriza, se tensa y se crece ante las perspectivas de un enfrentamiento más o menos próximo con Israel. A un pueblo no se le puede tener permanentemente en armas, ni, mucho menos, en alistamiento de combate. Pero, la razón de ser de Hamás es recuperar e imitar doctrinal, social y militarmente los tiempos épicos y gloriosos del primer siglo del Islam, que coincide aproximadamente con nuestro siglo VII y con la primera parte del VIII. Fue la época, tras la muerte de Mahoma, prolongada en el tiempo más allá de los 4 primeros califas, desde Abu Baker a Alí, llamados por los sunníes los Rashidun, los “rectamente guiados (por Dios)”.

Porque sus ideólogos radicales totalitarios han decidido que, cuando el Islam practicaba la Yihad armada y era riguroso en la fe y sus costumbres, el Islam convencía, arrollaba, se extendía prodigiosamente por tres continentes y era casi invencible… Y creen que reproduciendo las “condiciones básicas” de aquel contexto social, de aquella civilización en auge, los musulmanes actuales volverán a ser grandes, temidos, respetados y aceptados. No hay nada más ni nada menos.

Comprobamos que cada pocos años ocurre o provocan un “casus belli”, digno de su nombre y con sus perniciosos efectos para las poblaciones correspondientes. Así, no hay muchas posibilidades de poder dialogar verdaderamente con esto, de alcanzar puntos de encuentro y de llegar a acuerdos de paz consistentes y aceptables para todos.

Consideraciones operativas de la Defensa de Gaza frente a Israel.

La defensa terrestre de Gaza es muy difícil de sostener en el tiempo. La franja carece de espacio geográfico para poder establecer una defensa flexible, móvil y escalonada en profundidad. Esto es necesario para darle potencia, solidez, continuidad y apoyo a la lucha de rechazo. Además, el abastecimiento externo de armas, municiones y equipo militar a Hamás estaría estrangulado por Israel. Que puede bombardear con precisión la zona de túneles de comunicación en torno a Rafah, que cruzan más o menos subrepticia y toleradamente la frontera. Sólo entre 2005 y 2009 se construyeron 970 túneles nuevos. Para garantizar el sellado de ella, el Tsahal podría establecer “cerrojos”, situados transversalmente en la franja y ocupados con infantería mecanizada reforzada. Ellos impedirían el tránsito de equipamiento militar desde Egipto. Las armas y equipos de Irán tienen su hub o centro logístico de partida en el Yemen. Desde aquí se transportan por el mar Rojo hasta el norte de Sudán, desde donde parten en caravanas de camiones. Cruzan a Egipto hacia la mitad de su frontera sur y se dirigen a Rafah. Los israelíes realizan esporádicamente bombardeos sobre esta “ruta del mal”, concentrándose en los depósitos intermedios de la ruta y en los vehículos de carga. En febrero de 2009 los israelíes bombardearon en dos ocasiones la “ruta”, destruyendo 31 camiones de 2 caravanas y matando a 88 individuos del “personal logístico”. Episodios similares se registraron en abril de 2011. Y en octubre de 2012 una explosión imprevista destruyó una fábrica de armas junto a Jartum, la capital. La persecución naval de este flujo contrabandista, a través de vuelos de aviones no tripulados de detección y exploración sobre el mar Rojo, corre a cargo de los EE.UU. Y es la escasa y reticente colaboración de los tres países implicados, Yemen, Sudán y Egipto, la que no permite hacer excesivamente oneroso para los intermediarios y con poco rendimiento para el usuario final, ese tránsito de armas pesadas de artillería reactiva.

No es fácil utilizar y defender unas zonas de rechazo urbanas. Su empleo implica unas elevadas exigencias a los combatientes islamistas: A toda la tensión “profesional”, de combatiente, que soportan estos irregulares, se une la tensión creada por una lucha civil feroz. Que ellos mantienen, por voluntad suya, entremezclados en sus “posiciones de combate, de fuego y alternativas”, con las familias inermes palestinas y sus hogares, resultando todos igualmente amenazados y agredidos. Por todo ello, entre las decenas de miles de rebeldes armados, de las Brigadas de Ezzedin al-Qassam (rama militar de Hamas) y de las Brigadas de al-Quds (brazo armado de la Yihad Islamica palestina), no más del 20 % de ellos pueden en estos momentos utilizar eficazmente esta forma de lucha defensiva.

Cada poblado o aldea, incluyendo Gaza, la capital de la franja, constituyen zonas semiautónomas de defensa. En ellas establecen puntos de retardo, más o menos reforzados. Éstos protegen las posiciones más críticas de esa zona, incorporan al rechazo los edificios con estructura de acero, especialmente resistentes, y forman trampas de fuego para el enemigo que irrumpe. Aunque pocos edificios de esa clase existen en el estrujado y maltratado Hamastán. Los puntos de retardo de Hamás son difusos, ocultos e imperceptibles para los extraños. Existen numerosas posiciones alternativas o de recambio. Esto permite engañar al Tsahal sobre el límite anterior de la posición de defensa, su verdadera extensión, los límites de los sectores que la forman, el interés del mando rebelde de la zona en cuanto a su defensa y dispersar el fuego pesado aéreo y terrestre del atacante.

(CONTINUARÁ)

LA ACTUAL GUERRA CIVIL DE IRAK II.

(CONTINUACIÓN)

La Estrategia rebelde en el Conflicto civil de IraK.

En Iraq, la estrategia de los sunníes no pretendía ganar una guerra civil al régimen democrático imperfecto de al-Maliki, de la mayoría chiíta. Tampoco podría, expulsarlos del país por agotamiento, al hacer aflorar y destacar su incapacidad militar y política para acabar con los rebeldes armados. Así ocurrió en muchas “guerras de liberación nacional” en los países coloniales a mediados del siglo XX. A muchos de los movimientos guerrilleros populares les bastó con resistir durante algunos años las campañas y embestidas de los militares extranjeros. Y resistiendo, cansaron a los pueblos enemigos de las metrópolis de sostener una guerra lejana, poco asumida y dañina. Y enervaron a sus fuerzas armadas, que fueron muchas veces incomprendidas y hasta infravaloradas en sus propios lares y solares. Los sunníes luchan en Iraq por garantizar regionalmente el poder de sus tribus, basado en sus jefes aceptados, en sus “asambleas de iguales” entre los destacados de aquéllas y en el “código de honor”, que regula, con sabiduría secular, su comportamiento y sus derechos y deberes individuales y colectivos.

La estructura de tribus, clanes regionales y locales y familias, que estructura y soporta a las sociedades árabes, da el valor y sentido prácticos a las lealtades y los intereses, siempre relativos y aún oportunistas, de los árabes. Por último, es posible que las sociedades musulmanas modernas envidien en parte el “desarrollo económico occidental”. Pero también desprecian sinceramente la pérdida de las virtudes humanas que las sociedades cristianas occidentales han sufrido innecesariamente, en el logro de aquél. Los sunníes pelean por arrancarle a la mayoría chiíta los derechos y concesiones, que se les niegan demasiado tozudamente dentro de las reglas de la imperfecta y reciente democracia inorgánica existente en Iraq. Las elecciones últimas consagraron el derecho “democrático” de la mayoría chií sobre ellos. Y el “resurgir sunní” del general Petreaus, está ya sin “estímulos”, ni funciones reales. Sólo fue una táctica político militar efímera, buscando ahorrar vidas de los “grunts” (sus “quintos” o soldaditos valientes). Más que buscando, al menos parcialmente, una solución estratégica nacional para el enfrentamiento secular de los chiíes y sunníes iraquíes. Intentando así fraguar así una integración nacional superior, que superara de divisiones tribales y regionales. Que podría lograrse mejorando las condiciones sociales y económicas de la vida en comunidades sociales primitivas perfeccionables, las tribus y clanes de siempre.

Los sunníes han dejado ya gran libertad de acción al Estado Islámico de Irak, la fracción nacional de al-Qaida, con tal de que respeten su hegemonía social en sus zonas tribales. Entonces, les facilitan refugio, abastecimiento y ocultamiento temporales a sus “grupos de acción” en sus operaciones. Éste fue el caso de la concentración previa de las compañías y batallones del Estado Islámico a finales de 2013. Que fue el inicio de su campaña de hostigamiento y de ocupación temporal de al-Ramadi y Faluya. Y que, a lo largo de los primeros meses de 2014, fue languideciendo hasta disiparse sin resultados operativos. Faluya, donde los “marines” protagonizaron una gran batalla (en los términos de esa guerra contra la insurgencia), de la que sacaron importantes experiencias para la siempre difícil lucha urbana, está indefinidamente en poder de la insurgencia sunní.

El EISL mantiene un “dominio difuso” sobre ella, pese al asedio y los bombardeos constantes de las tropas iraquíes. Pero ya hemos dicho que la lucha urbana es una asignatura muy difícil y está pendiente de aprobar por el ejército iraquí. En ella la soledad del combatiente se acentúa, la muerte le respira encima, los demonios de la incertidumbre, la falta angustiosa de confort, el fuego pesado, incluso impreciso, del enemigo y el miedo cerbal lo acechan. Y sus mandos son demasiado flojitos, para transmitirle entusiasmo y darle las necesaria cercanía y profesionalidad, que les den confianza en ellos. Así, es difícil que la infantería regular penetre en una población con defensores motivados ideológicamente y decididos a defenderse.

A primeros de junio de 2014, el EISL lanzó otra ofensiva operativa en Iraq. Después de asaltar la ciudad de Samarra, irrumpieron en Mosúl y lanzaron una “acción de área” en las provincias norteñas de Salahadin y Diyala. El ataque contra Samarra 500 muyahidines, apoyados por camiones con ametralladoras pesadas y excavadoras, para desmantelar las barricadas erigidas por el ejército en torno a la ciudad. Samarra es una ciudad de especial significación para el propio al-Baghdadi, que nació aquí. Las fuerzas de seguridad iraquíes repelieron la nueva ofensiva en la que los terroristas recurrieron a sus “juramentados suicidas”, cinco de los cuales fueron abatidos. Otros dos «kamikazes» hicieron detonar un vehículo cargado de explosivos en la aldea de Al-Mouwaffaqiyah, al este de Mosúl, matando a media docena de personas. Decenas de personas han muerto en esas luchas. El asalto del ISIL a Mosúl se suma a los ocurridos sucesivamente en varias ciudades de las provincias de Ninive, Salahadin, donde está Samarra, y Diyala. Confirmando con todo ello la capacidad y la agresividad cada día más significativas del grupo fundamentalista salafista y la ascendencia de su líder, Abu Bakr al Baghdadi. Los especialistas coinciden en que la expansión del territorio que controla el ISIS tanto en Irak como en Siria son un reflejo de la intención de al-Baghdadi por desplazar al egipcio Ayman al-Zawahiri como sucesor de Osama Bin Laden.

«Desde al menos 10 años, al-Zawahiri se oculta en la región fronteriza de Afganistán y Paquistán sin hacer gran cosa, a parte de publicar comunicados y vídeos. Mientras que al-Baghdadi ha ocupado ciudades y moviliza a un número enorme de personas. Mata sin piedad en Irak y Siria. Cualquier que ame la acción se unirá a al-Baghdadi», dijo un antiguo responsable del servicio secreto del Reino Unido a la agencia AFP. Por su parte, el King’s College de Londres estima que el 80% de los yihadistas occidentales que acuden a Siria se unen al ISIL y no al Frente al-Nusra, que se mantiene a las órdenes ideologicas de al-Zawahiri. La realidad es que, además de contar con unos 10 mil combatientes en Siria y un número desconocido en Irak, el Estado islámico de Siria y el Levante se extiende intermitentemente por un territorio que se extiende desde Alepo hasta la provincia iraquí de Diyala, al este del país. Nunca en su historia los seguidores de Bin Laden llegaron a “controlar difusamente” tal extensión de territorio clave. «Al-Qaida es sólo un movimiento, nosotros somos ya un estado», declaró un orgulloso muyahidín salafista del EISL.

Dejando al margen las “operaciones temporales de acción, propaganda y prestigio”, al-Qaida tiene pocas probabilidades de asentarse y llegar a controlar firme e indefinidamente una zona más o menos grande en Iraq. Porque, las milicias sunníes rechazarían sus intentos de crear “bases estables”. Necesarias para realizar operaciones consistentes y conexas, buscando algún objetivo militar o social definido y trascendente. Al-Qaida les hace a los sunníes iraquíes gran parte del “trabajo de campo” difícil, sucio, despreciable y comprometido. Y su existencia y su amenaza es una baza a jugar por los sunníes. Siempre pueden acordar con el gobierno chií ejercer más o menos el control de al-Qaida en algunas áreas tribales. Ésta era la función para la que los reconvirtió el general Petraeus desde 2007 en “fuerzas de autodefensa” regionales, en las milicias Sahwa (del “resurgir sunní”). Táctica oportunista que siguió sin contar con el gobierno y pagando los estadounidenses las soldadas de esas milicias tribales. Con ello, como único enemigo antioccidental visible en el país, quedó “al-Qaida en Iraq”, transformado luego en el Estado Islámico de Iraq. Sus objetivos de los “ataques puntuales con explosivos” son las mezquitas, los mercados, las peregrinaciones, las concentraciones de civiles y militares y policías iraquíes y los tránsitos frecuentes o en masa de los chiítas. En muchos de estos sitios siempre hay miembros de una misma familia. Al-Qaida emplea la violencia incontrolada y llevada a sus extremos innecesarios, impúdicos y vesánicos, no dudando, sino buscando, además, sacrificar a sus “muyahidines suicidas”. Que nunca tendrán “expectativas de vida y de ascenso” dentro de la organización terrorista. El “EISL” traiciona hasta a sus “militantes más eficaces”, según demuestra “la correlación de los daños causados y la pérdida sufrida”.

En una “operación temporal de acción, propaganda y prestigio” el EISL ha tomado al asalto y sin encontrar apenas resistencia la ciudad de Mosúl durante la madrugada del lunes 9 de junio. Es indudablemente un golpe certero y maestro de al-Bagdadi. Veamos el por qué lo planeó y lo pudo conseguir fácilmente. Mosul es la segunda ciudad en importancia de Irak y es la segunda localidad del país que es ocupada, siquiera temporalmente por el EISL. El efecto de atracción y prestigio para el EISL y el golpe de descrédito para los gobiernos regionales y central de Irak son sorpresivos y grandes. La permanente disputa por la administración de la ciudad, a 350 kilómetros al norte de Bagdad, entre las autoridades iraquíes y las del Gobierno Regional Kurdo (KRG, sus siglas inglesas) influyó en la falta de defensas adecuadas de la segunda mayor ciudad de Iraq. La toma de Mosul ha sacado a relucir la esterilidad y la incapacidad para gobernar la urbe, generadas por el enfrentamiento entre el gobierno autónomo kurdo de Erbil y la autoridad central de Bagdad. Los kurdos aguardan desde 2007 un referendo que apruebe la absorción de esta ciudad por parte del KRG. Ahora, Erbil ha reconocido que el ejército del KRG, los “peshmerga” kurdos, no han intervenido para defender su ciudad del ataque sorpresivo del EISL. Y los policías y soldados nacionales que quedaban como guarnición estatal, abandonaron simplemente la ciudad a medida que avanzaban los “barbudos de Allah”. «Una petición para que los “peshmergas” colaborasen en la defensa de Mosul la tenía que haber hecho el gobierno federal», argumentó Jabar Yawar, jefe del Estado Mayor de los “peshmergas”. «Si nuestras fuerzas hubiesen estado allí, todas las explosiones y asesinatos de inocentes no hubiesen ocurrido», concluyó, pero “a posteriori” de los hechos. Los ardores guerreros no se cuentan, ni se blasona de ellos tras una retirada, convertida en fuga de autoridades civiles y militares. Se expresan eficazmente ante el enemigo, inerme por todos sus flancos, aniquilándolo por su osadía de atacar la capital.

«La ciudad de Mosul, provincia de Nínive, está fuera del control del Estado», confirmó una fuente del Ministerio del Interior iraquí. Para entonces, el EISL, que irrumpió con cientos de guerrilleros exaltados, portando armas ligeras, granadas RPG y ametralladoras de pelotón y sección, con sus banderas negras con la Shahada ondeando al viento, ya había ocupado la sede del gobierno central, otros edificios gubernamentales y varias sedes de medios de comunicación locales en Mosúl. La guerrilla islamista salafusta liberó del penal local de Badush a 1400 presos. Este ataque supera al dado por el EISL, en julio de 2013, a la cárcel de Abu Ghraib, al oeste de Bagdad. En aquella ocasión sacaron del penal a entre 500 y mil convictos. El EISL nutre también sus filas de fugados. Athil al-Nujaifi, gobernador de Nínive, escapó también en la madrugada. Según su oficina de prensa, el gobernador se encuentra en un lugar seguro y supervisando la situación. «Insto a los hombres de Mosul a mantenerse firmes en sus áreas para defenderlas contra los extranjeros, y a formar comités populares en sus distritos para cooperar en la defensa», declaró Nujaifi el lunes en un mensaje publicado en Internet. Ya se sabe, si no estás en Internet no eres nadie; si estás o no en tu puesto de defensa da igual. “El primero que va a portar armas para defender Mosul y sus habitantes soy yo,” dijo también el gobernador, al-Nuyeifi, desde lejos, como buen capitán araña.

(CONTINUARÁ)

LA ACTUAL GUERRA CIVIL DE IRAK.

El Oriente Medio (o “Middle East”) es la región geopolítica más convulsa y furente de nuestro mundo. Y por su cercanía, importancia económica y formar un nudo (“hub”, de los anglosajones) de comunicaciones entre tres continentes, es especialmente trascendente para nosotros. En esa región del Suroeste de Asia se dirimen varios conflictos armados y paralelos. Está la “lucha abierta” entre las ramas chií y sunní del Islam, formando los “hermanos separados enfrentados”, por la hegemonía político socio religiosa en esa religión. Que es una religión integrada verticalmente en todos los ámbitos de la vida social. Aquélla se concreta hoy en día en el Próximo Oriente (el “Near East”) en las guerras civiles de Siria e Iraq.

Existe también aquí el largo conflicto, prolongado por más de 66 años, son casi tres generaciones, entre los musulmanes, singularmente los árabes, e Israel, por un minúsculo trozo de tierra muy deseada. Lo cual sería una guerra entre estados, independientemente de su asimetría funcional y social. Que a lo largo de los años ha ido ocurriendo en fases de quietud y latencia y de actividad y virulencia, para preocupación de todos los hombres. Y que supone, para todos los vecinos de la región geopolítica, su supervivencia moral e ideológica. Y para los palestinos e israelitas, también conlleva su supervivencia física. Y que para casi todo el mundo supone la paz y la convivencia de todos en los lugares sagrados de las tres religiones monoteístas del Hombre, las más avanzadas, activas y cercanas al Dios Uno. Hacia el que la humanidad ha conseguido ascender lenta y penosamente a lo largo de nuestra historia racional. Nos ocuparemos en este ensayo del primer fenómeno militar citado, la actualidad militar de Iraq y Siria.

La Geografía de las Operaciones en Iraq.

Los terrenos de esta gran región geopolítica carecen en general de ocultamientos y cubiertas naturales, en forma de bosques, matorrales extensos y montañas. Esto hace que los únicos refugios y estancias temporales para los bandas rebeldes sean las aldeas y poblaciones. Las cuales se suelen agrupar, formando alargadas hileras, que se aprecian luminosas en la noche desde el cielo, a lo largo de los ríos que alivian su sed y sus riberas. Para su defensa y cobijo tienen que dispersarse por ellas, formando “cuadrillas de muyahidines” de no más de 35 o 40 hombres cada una. Este grupo es el mayor que puede ser conducido coherentemente por un “arráez” local, con pobre disciplina y formación militares. Por ejemplo, en enero de 2004, la inteligencia estadounidense interceptó un importante y significativo memorándum de 17 páginas, escrito por Abu Musad al-Zarqawi (el anterior jefe nacional de al-Qaida) y dirigido a Osama Ben Laden. Al-Zarqawi le expresaba su gran preocupación por su supervivencia: “En Iraq no hay montañas donde podamos refugiarnos, ni bosques en cuya espesura nos podamos esconder. Hay ojos avizores en todas partes. Nuestras espaldas están expuestas y nuestros movimientos se realizan a la vista de todos”. Además, no todas las poblaciones son defendibles de los poderosos medios militares, ni los insurrectos tienen la intención de hacerlo. Aquí no existen formas numantinas de lucha militar sin esperanza.

La geografía de Iraq cuenta con cuatro regiones principales: el desierto (al oeste del país y el noroeste del Eufrates), que ocupa gran parte de la superficie del país; la alta Mesopotamia (entre los ríos Tigris y Eufrates); las tierras altas del norte en el Kurdistán iraquí; y la baja Mesopotamia, que es una llanura de aluvión, creada con los años por el fluir de ambos ríos y que se extiende desde las proximidades de Tikrit hasta el Golfo Pérsico. Desde las altas montañas en las fronteras con Irán y Turquía, en la zona del Kurdistán, donde están las ciudades de Mosúl, Arbil, Sulaymaniya y Kirkuk, el país va siguiendo y viviendo el trazado de sus grandes ríos Tigris y Eufrates hacia su desembocadura en el mar. Y descendiendo en altura sobre el nivel de éste, desde las cumbres de más de 3000 metros, hasta llegar a su pequeña costa en el Golfo Pérsico y a las marismas salobres del sureste, que fueron escenario de enconados combates en la guerra de Irán e Iraq. Las montañas del Kurdistán son parte del inmenso sistema montañoso que, partiendo de los Alpes, se extiende hacia el este, penetra y cruza Asia occidental y central y termina en el gran macizo del Himalaya. El desierto ocupa las provincias del suroeste y centrales a lo largo de las fronteras con Arabia Saudita y Jordania, y forma parte del gran desierto de Arabia

Durante los casi 400 años de dominio turco, Iraq fue una de las regiones más atrasadas del Imperio. Lo formaban tres provincias otomanas, centradas en torno a los centros administrativos y comerciales de Mosúl, Bagdad y Basora. Las tensiones entre las tres comunidades iraquíes se refrenaban y controlaban cuando en Bagdad existía un gobierno central fuerte y respetado. A ello ayudaba la compartimentación geográfica, al estar principalmente localizados, los kurdos en el norte, los sunníes en el centro del país, con poblaciones en el centro sur, y los chiíes en el centro sur y el sur, con barrios en Bagdad. La ausencia de grandes intereses comerciales, consecuencia del subdesarrollo económico, que impulsasen los trasvases de la población rural, colaboraba a mantener firmes los límites demográficos de las distintas tribus en los espacios citados. Los cristianos, que suponían un 4% de la población, han sufrido desde 2003 un genocidio a manos de los “rebeldes musulmanes”, que jugaban al pim pam pum contra ellos. A pesar de ser nacionales oriundos mucho antes de que llegaran al país los musulmanes, los fieles del Patriarcado de la Babilonia de los Caldeos y otros, han sido atacados en sus personas, bienes y lugares de culto. Y esto los empuja a la emigración, para librarse del desamparo nacional e internacional que padecen. Nadie los defiende, ni ayuda. Y esto es de una bajeza e hipocresía internacionales que claman al Cielo literalmente. Así, los cristianos tienden a desaparecer de Iraq. Los kurdos, de religión sunní, suponen el 16% de los iraquíes, siendo de etnia árabe el otro 84% de la población. Las proporciones de sunníes y chiíes (un 32% y un 64%, respectivamente) dentro de Iraq son un tema controvertido y desconocido. Todos dan por válida la idea cualitativa (asumida también por los EEUU) de que los chiíes son el grupo mayoritario. Y que fue sometido al dominio de los sunníes en las instituciones durante el mandato del Baaz. Pero, algunos autores señalan que el porcentaje de chiíes fue engordado en los estudios demográficos iraquíes en los años 80, la época de la guerra con Irán. Cuando Saddam Hussein fue uno de los principales aliados de los EEUU en el Próximo Oriente. Y buscaba incrementar la peligrosidad e influencia de Irán entre la población chií de Iraq, justificando así el carácter autoritario de su régimen y la necesidad de contar con un ejército numeroso y bien armado.

Los Rivales enfrentados en el Suroeste de Asia.

En Bagdad, Samarra, Faluya y al-Ramadi, en la faja central de Iraq, y en Damasco, Alepo, Hama, Homs y Raqqa y las zonas montañosas fronterizas del norte de Siria se enfrentan dos enemigos desiguales y diferentes. Las tropas regulares nacionales están entrenadas para luchar contra un enemigo militar regular, dotado con un “ejército de masas”, que está “actualizado” con medios más elaborados tecnológicamente y hombres más entrenados para soportar las soledades y tensiones de los esperados campos de batalla actuales. Son las guerras a caballo entre las de II y III generación de la clasificación de los occidentales liberales. En definitiva, su “medio”, su espacio de actuación, es el enfrentamiento directo y abierto en presencia de una profusión de probables blancos enemigos dispersos. Esa “dispersión” facilita que los blancos propios no sean fácilmente detectados y adquiridos. Y la enorme capacidad de fuego pesado y personal actual, compensa el “vacío” relativo de los terrenos de combate. En efecto, desde las guerras de la antigüedad a las guerras de hace 2 décadas, hasta donde se han hecho cálculos, la dispersión del soldado ha aumentado en la proporción de 1 a 5000 en el campo de batalla o táctico convencional. El instrumento que emplean esos ejércitos es la atrición, la destrucción de los objetivos que presente el enemigo y puedan ser detectados y adquiridos en toda la profundidad de su dispositivo de marcha o de ataque. Los dos últimos escalones enemigos, modernamente cada vez más alejados o profundos, por aquello de ese “vacío” protector, que se compensa para su movilidad y flexibilidad, por la capacidad de transporte moderno, son alcanzados por la aviación de apoyo táctico de largo alcance o con la cohetería balística.

Pero, ¿qué pasa cuando se enfrentan a un rival más débil en medios y equipamientos, siempre evasivo por necesidad y método? Al que no le molesta retroceder o esconderse ante un enemigo superior. Sin que por ello se sienta indigno, perdedor de esos combates frustrados e inconclusos, o vencido. Sino que rehuye el combate que le es desfavorable, esperando una mejor oportunidad para utilizar sus parcos y eficaces medios, que tienen 40 años de diseño. Sabiendo que su enemigo mañana le seguirá presentando numerosos blancos, más o menos fáciles de burlar, hostigar, irritar y herir. Ya que los vehículos y las patrullas militares pululan por doquier, buscando una especie de “saturación de zona”. Pero, ocupado generalmente, midiendo los tiempos empleados en sus operaciones, punteando sus “check lists”, anotando el cumplimiento de sus misiones, desempeñando labores de vigilancia, escolta, acuartelamiento y marchas sucesivas, casi todas rutinarias, evidentes y demasiado masivas. Un rival elusivo que no busca tanto ganar batallas, sino molestar, erosionar y desgastar, para enervar y desmoralizar finalmente. Y que sabe que el tiempo trabaja a su favor en su propia tierra. Y que sólo tiene que resistir y esperar, con tal de que pueda mantener un volumen crítico de actividad militar enojosa sobre su enemigo. Con la que pueda confirmar ante todos, nativos y foráneos, dentro y fuera de Iraq o de Siria, su presencia en fuerza y su determinación en la lucha. Actuando como si se tratase de un gas nocivo, inodoro e incoloro, sutil y liviano por su naturaleza física, que todo lo alcanza, amenaza, penetra y daña.

La estrategia operativa de los grupos rebeldes irregulares se centra en nunca dejarse empeñar por el Ejército en combates perdidos por adelantado. Sus técnicas y tácticas son la movilidad continua y previsora; la dispersión y la infiltración en la lucha urbana, adelantándose en una defensa flexible, desgastante, con cesión de espacio; las acciones pequeñas, dispersas y más o menos simultáneas o secuenciales en un área dada; la huida escalonada; la lucha con objetivos muy limitados y en condiciones ventajosas temporales; el abandono sistemático de posiciones, obligando al enemigo a desplegarse y prepararse;

los ataques suicidas con “muyahidines explosivos de un solo uso”, para convertir un blanco de superficie (un mercado, una instalación de seguridad, una escuela moderna, un dirigente con su escolta) en zona de destrucción. Ellas pueden ganarle a los grupos rebeldes el tiempo necesario para sobrevivir bastante tiempo.

Evidentemente, todo esto puede resultar muy distinto, vergonzoso y sorprendente. ¿Cuándo? Si la mayoría de las unidades de uno de estos ejércitos nacionales, la forman “zumbados uniformados”, sin convicción, ni valor, sin espíritu de cuerpo, ni ganas de defender a su gobierno. Que sólo tienen la técnica militar y una táctica moderna no dominada. Entonces varias columnas volantes enemigas irregulares, sin seguridades a los flancos, sin ser hostigadas por la aviación militar, pueden pasearse a la máxima velocidad de recorrido por medio país y someterlo a su influencia. Que no a una ocupación, porque le faltarían bastantes miles de hombres.

(CONTINUARÁ)