LA SORPRESA MILITAR COMO ARTE Y HETERODOXIA

La Sorpresa militar: Su Necesidad y Teoría.

Casi todas las técnicas, tácticas y operaciones dirigidas a obtener la sorpresa táctica u operativa sobre el enemigo, se pueden considerar benévolamente como al borde de los reglamentos y normas existentes. Que son practicadas en los distintos países y grupos de ellos o alianzas supranacionales.

Entre otras razones, combatir solamente según el “libro” suele ser demasiado conocido y previsible. Además, muchos de los “conocimientos” generales recogidos en ellos son compartidos por bloques y naciones diferentes y aún antagónicos. Y es necesario, respetar los reglamentos y ordenanzas y perseguir el objetivo señalado por el mando, como la meta a conseguir.

Pero la actuación creativa y decisiva debe seguir el que llamamos el “camino de la sorpresa”. Como orientador, brújula, de nuestras decisiones y acciones. Buscando esa oportunidad fugaz y jugosa que surge en el desarrollo de las acciones mutuas entre los rivales armados; esas debilidades enemigas descuidadas o vulnerables en unas condiciones que podemos crear, a cuales más imprevistas e insólitas. Para conseguir nuestras metas con más contundencia, eficacia, elegancia y rapidez. Lográndolo con menos pérdida de tiempo, de hombres y de medios. Recordemos el principio básico y universal de la economía de los medios.

Claro que siguiendo siempre el “libro” se podrán abordar y llevar a buen término las operaciones comunes. Pero, aparte de que el enemigo tenga una doctrina y sus reglamentos esencialmente iguales, la forma de luchar será primero conocida y luego aprendida o dominada. Y, quizás, hasta superada finalmente por el enemigo. Los alemanes triunfantes en el primer período 1939-1941, con el alargamiento de la guerra, permitieron el conocimiento y el aprendizaje de su guerra de armas combinadas por sus enemigos. Que luego los superaron en técnicas, tácticas y operaciones y los llevaron hasta su estruendosa derrota en 1945.

Y esta “guía” es de especial necesidad y querencia en los ejércitos burocratizados y cristalizados. Donde los fallos imprevisibles, no culpables, no son solamente una contingencia a superar por el conjunto. Sino que pueden ser también un arma administrativa o política contra los responsables. Y donde el seguimiento del “libro” y de las órdenes de los superiores al pie de la letra, blindan y protegen a los inferiores de la responsabilidad de sus actos.

Martín Van Creveld decía que ésa era la antesala, antes de la inoperancia y la postración finales, de “las organizaciones militares que no se actualizaban y renovaban”. A Martín Van Creveld lo expulsaron como profesor, hace muchos años, de la Escuela Superior Militar de Israel.

Entonces, los resultados se conseguirán cada vez más a costa del desgaste y la pérdida de hombres, medios y materiales. Tendiendo a triunfar entonces el rival que más capacidad demográfica y económica tenga.

Surge entonces un corolario de esta forma de pensar lo militar. El afán de evitar bajas humanas, extendido a todos los ejércitos modernos de 3ª o 5ª generación, llevará al empleo preventivo, protector y terapeútico del fuego pesado. Buscando que las fuerzas propias no tengan en lo posible que luchar a las distancias cercanas y próximas. A ello se le llama tecnología militar moderna y tiene encantadas a las industrias de armamento nacionales. Esto no es más que la perversión y mixtificación del fuego pesado. Cuyas funciones o tareas, en orden creciente de acción y eficacia, son: cegar, perturbar, neutralizar o cubrir y destruir al enemigo en las distintas situaciones de lucha. Y la acción sobre el objetivo tenderá a la destrucción física, como garantía de la seguridad de los hombres. En las actuales guerras civiles y sus complicaciones en Irak y Siria, tenemos los ejemplos en los bombardeos exagerados y metódicos sobre los enemigos. Armados o civiles; reales o sospechosos.

La Sorpresa militar, buscando la conmoción y la dislocación del enemigo.

Durante sus operaciones, el despliegue enemigo se va conformando en la dirección y con la intención que él ha decidido y determinado, para sus medios militares escalonados y para sus vías logísticas. Así, va mostrando sus “cartas” a su rival, en función de su ritmo de actuación y se va empeñando en función de aquéllas.

Nuestra sorpresa puede crear “per se” un nuevo “flanco expuesto”, otra “vulnerabilidad” más o menos crítica en el enemigo. Que él no consideraba aún, que él no esperaba, ni estaba preparado para defenderla con alguna de las formas de lucha. Que son el ataque y la defensa, en sus variedades y combinaciones.

La sorpresa nuestra «penetra» en el despliegue enemigo, buscando conmocionarlo y dislocarlo funcional o posicionalmente. Y, al menos, causarle bajas, ocupar posiciones ventajosas para nuestro desarrollo operativo, disminuir su tempo o ritmo operativo y confundirlo, demorarlo y perturbarlo en sus planes y despliegues. Empleando para ello, por nuestra parte, el mínimo gasto de medios y buscando lograr el máximo efecto posible sobre el enemigo. Con lo cual optimizamos el esfuerzo de nuestras acciones, siguiendo el principio general de la economía de los medios disponibles.

Cuando el enemigo reacciona para contrarrestar y superar el efecto de nuestra acción sorpresiva, se va adaptando necesariamente a nuestra intención. Y, si aquél es grave, se aleja más o menos de sus intereses y planes. Con sus movimientos reactivos para el rechazo y el ataque a nuestras fuerzas, el enemigo va desatendiendo su intención y su misión. En relación a éstas, el enemigo queda alejado de ellas y desequilibrado. Así, una sorpresa concebida, planeada y realizada debidamente nos puede “preparar” al enemigo. Para enfrentarse en desventaja, con menos recursos disponibles y un peor despliegue, a nuestra acción ofensiva principal. Que sería ya más directa, masiva y ortodoxa.

De tal manera que existen toda una gama de efectos posibles a conseguir sobre el enemigo con nuestras acciones sorpresivas. Que variarán también según los medios destinados a obtener nuestra sorpresa, la concepción, la preparación y la realización de la misma y el tiempo disponible, considerando también el conjunto de nuestras operaciones.

La campaña del Khalkhin-Gol (Mongolia) de 1939. 2ª PARTE.

Zhukov detiene el expansionismo japonés hacia la URSS…

Primeros contactos, decisiones y preparativos. Evaluación de la situación.

El 5 de junio de 1939 llegó Zhukov al cuartel general del 57º cuerpo de ejército conjunto en Tamtsak-Bulak, en un saliente del este de Mongolia. La situación militar era confusa y deprimente. Los mandos soviéticos tenían un pobre conocimiento general de lo que ocurría; la comunicación vertical no existía; la exploración y la inteligencia locales eran pobres y la coordinación de las fuerzas era escasa. Sólo el comisario político del cuerpo Nikishev había visitado a las unidades de primera línea. La gran unidad no estaba en condiciones de detener a los invasores japoneses. Zhukov solicitó importantes refuerzos aéreos y terrestres inmediatos, tomó el mando del cuerpo de ejército, destituyendo a su incapaz jefe general Feklenko, y comunicó a Voroshilov que su plan era contener a los japoneses desde sus posiciones en la ribera derecha del Khalkhin-Gol y prepararse para lanzar una poderosa contraofensiva. Voroshilov estuvo de acuerdo.

La derrota de las tropas japonesas en una batalla con los ...

La concentración de fuerzas japonesas y la actividad creciente de su fuerza aérea indicaban que sus ataques últimos era algo más que incursiones más o menos profundas de hostigamiento u operaciones de exploración en fuerza. De hecho, ambos enemigos intentaron alcanzar la supremacía aérea sobre la zona de operaciones antes de lanzar sus ofensivas respectivas. Durante una quincena, casi diariamente, hasta primeros de julio, tuvieron lugar en los cielos de ambas Mongolias intensos combates entre ambas fuerzas aéreas. Cada una trajo sus mejores pilotos de caza. El 27 de mayo los japoneses bombardearon la base aérea de Tamtsak-Bulak. El Cuartel General Imperial en Tokio, que no lo había autorizado, prohibió repetir esos bombardeos. Los japoneses habían ideado la operación “Segunda Parte del Incidente de Nomonhan”. Pretendían primero rodear y derrotar a las fuerzas mongolas y rusas del lado derecho del río y luego cruzar el Khalkhin-Gol y destruir todas las reservas enemigas no adelantadas. En julio de 1939 los japoneses tenían concentrados frente a las posiciones adelantadas aliadas, 38 mil hombres, 135 carros y 225 aviones de caza y bombardeo. Zhukov contaba con 15000 tropas soviéticas y mongolas. Su baza principal en esos momentos eran sus 200 carros y 250 vehículos blindados, integrados en la 11ª brigada de carros (150 carros) y la 7ª y la 9ª brigadas blindadas del Ejército Rojo y el 8º batallón blindado mongol.

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TANQUES JAPONENES TIPO 95, EL MÁS EMPLEADO EN KHALKHIN-GOL.

Zhukov formó pronto una pobre opinión de las capacidades y la maniobrabilidad de los carros japoneses: el medio, imponente y lento tipo 89, el ligero tipo 95 y el medio tipo 97. La velocidad inicial del cañón de 57 mm. del T-97 era muy baja y sus proyectiles perforantes no solían penetrar el blindaje soviético. La producción de carros del Japón fue siempre hasta 1945 muy escasa para sus necesidades y la doctrina nipona consideraba a los carros como apoyo de fuego pesado tenso de la infantería que acompañaba. Los soviéticos aprendieron que si bien los japoneses eran buenos en los combates a corta distancia y sus oficiales inferiores estaban bien entrenados, sus mandos superiores no lo estaban y carecían de iniciativa. Sólo la fuerza aérea japonesa mantuvo una capacidad superior a la soviética al principio de la campaña. El carro medio ligero soviético era el T-26. Los carros muy ligeros soviéticos BT-5 y BT-6 poseían numerosas aperturas, por donde la infantería nipona podía introducir granadas, explosivos o cócteles Molotov. Se improvisaron rápidamente modificaciones en el combustible a emplear y cubriéndolas con tela metálica.

Los japoneses atacan varias veces y son rechazados..

El general Michitaro Komatsubara, jefe de la 23ª división, recibió la orden de realizar la primera parte de la citada operación. Se lanzaría un asalto general en todo el frente, apoyado por los carros. Mientras una fuerza de maniobra (que llamaremos A) rodearía el flanco izquierdo soviético, cruzaría el Khalkhin-Gol y ocuparía el monte Bain Sagen, que domina un gran sector de su ribera oeste. Desde allí seguirían hacia el sur, ocupando el puente de Kawatama y aislando las posiciones soviéticas avanzadas. La fuerza A la formaban 4 regimientos de la 23ª división, con un total de 10 mil hombres, 100 cañones y 60 cañones anticarros. La fuerza de maniobra B, a cargo del general Yasuoka Masoami, con otros 4 regimientos de infantería, artillería y 2 regimientos de carros, atacaría desde el sur a las fuerzas aliadas al este del río, hasta alcanzar el citado puente.

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CRUZANDO EL RIO KHALKHIN-GOL.

El día 2 de julio atacaron. La fuerza A llegó rápidamente al río y lo cruzó. El monte estaba defendido por una fracción de la 6ª división de caballería mongola (1000 hombres con apoyo artillero). Los japoneses lo ocuparon fácilmente e iniciaron su maniobra de explotación por la ribera oeste.

Zhukov, que en su EE.MM se iba formando un cuadro claro de la situación general y de la situación del enemigo, lanzó entonces una triple contraofensiva. La 11ª brigada de carros atacaría a la fuerza A desde el norte, mientras que el 24º regimiento motorizado lo haría desde el noroeste y la 7ª brigada blindada y el batallón blindado mongol lo harían desde el sur. La artillería pesada del 185º regimiento independiente de artillería les prestaría apoyo de pesado fuego, junto con la aviación. Todo el terreno era favorable al empleo de blindados, las defensas japonesas en el Bain Sagen eran aún muy precarias y sus piezas anticarros, totalmente inadecuadas. Además, los nipones fueron totalmente sorprendidos por los ataques iniciados a lo largo de la mañana del día 3. El 5 los japoneses cruzaron el Khalkhin-Gol, autorizados por Komatsubara a retirarse. Cientos de hombres se ahogaron en el precipitado cruce, con los puentes de pontones dañados o destruidos por la aviación soviética o por sus propios ingenieros, para cortar la persecución soviética. Las posiciones del Bain Sagen estaban cubiertas de miles de cadáveres de japoneses y de sus caballos, restos de cañones, de ametralladoras y toda clase de equipos. La fuerza A había desaparecido del orden de batalla del Kwantung.

La noche del día 5 atacó la fuerza B, no pudo romper las líneas soviéticas y terminó rechazada por la 9ª brigada blindada, que estaba como fuerza móvil en las posiciones del “enclave Nomonhan”, apoyada por el fuego del 185º regimiento artillería. La fuerza B perdió la mitad de sus carros.

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JAPONESES AVANZANDO EN NOMONHAN.

En los días siguientes tuvieron lugar varios intentos infructuosos de penetración en las defensas soviéticas del enclave. El más serio ocurrió entre el 23 y el 25 de julio y estuvo a cargo de las 64ª y 72ª divisiones de infantería, que atacaron desde el sur en dirección al puente de Kawatama. Los japoneses tuvieron que retroceder con más de 5 mil bajas.

La gran batalla del río Khalkhin-Gol.

A mediados de agosto el Kwantung había reunido un ejército de unos 115 mil hombres al mando del general Ogisu Ripo frente al enclave soviético. Estaba integrado por el 6º ejército, la 7ª y la 23ª divisiones de infantería, una brigada del Manchukuo (gobierno de Manchuria instalado por el Japón), 3 regimientos de caballería y 3 regimientos de artillería y contaban con 182 carros, 300 vehículos blindados y 450 aviones de todas clases. Su plan era atacar a las fuerzas soviéticas en ancho frente, a partir del día 24.

Batalla de Jaljin Gol | Historia de la Humanidad Amino

CABALLERÍA JAPONESA EN KHALKHIN GOL.

Esos japoneses mejores formaban, sin embargo, un ejército de infantería antiguo. Sus carencias significativas eran su falta de movilidad operativa, la escasez de anticarros y su ineficacia, la ausencia de una exploración táctica y la falta efectiva de carros. Sus posiciones de rechazo, una vez rebasadas por las puntas de avance de los carros y vehículos soviéticos, se convertían en un estorbo propio. Quedaban aislados, sin abastecimientos y sin cohesión táctica. No conocían la defensa circular, ni esperaban ser auxiliados a partir de su cerco. Las ondas de conmoción anímica y mental se extendían por todos los hombres de la posición. Generadas desde los “focos de irrupción” de los soviéticos, concretados emocionalmente en “sorpresas ingratas”. No entrenados, ni equipados para ello, todo su espíritu sobrio, resistente y luchador les traicionaba ante la situación inesperada y amenazadora. Surgía en ellos el pánico y, entonces, la parálisis o la huida, personal o con sus compañeros servidores de un arma. Por tanto, no tenían capacidad de contraatacar las penetraciones soviéticas, batirlas más o menos y, a su vez, aislarlas en la profundidad de la posición defensiva nipona.

Aunque su cabecera de ferrocarril próxima distaba 650 Km., Zhukov se las arregló para recibir unas 55 mil Tm. de abastecimientos, empleando hasta los tractores de la artillería. Stalin le fue enviando grupos de unidades sucesivamente. Así se formó el Primer Grupo de Ejércitos, a sus órdenes. La aviación de reconocimiento soviética y el grupo de reconocimiento del 149º regimiento motorizado realizaron una extraordinaria recolección de información sobre las posiciones japonesas, que fue convertida en inteligencia y que permitió a los soviéticos formarse una precisa idea de sus defensas. En la ribera este había 50 mil hombres desplegados. Los movimientos de sus defensores eran los rutinarios, para encubrir sus preparativos de ataque. Éste era el grupo Centro. Al oeste del río, formando concentraciones que los japoneses desconocieron, había 3 divisiones de infantería, 3 brigadas de carros, 3 brigadas mecanizadas (con unos 500 carros y 350 vehículos blindados) y 20 escuadrones de caballería en sus zonas de espera. Formaban los grupos Norte y Sur soviéticos. Cuando el ruido de sus motores era alto, la artillería o la aviación soviéticas se encargaban de enmascararlo con operaciones puntuales de castigo o de reglaje de tiros sobre las cercanas posiciones japonesas.

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LA BATALLA DE KHALKHIN-GOL, IDEALIZADA.

Zhukov se adelantó también a los japoneses: El 20 de agosto a las 0545 horas atacó. Los japoneses estaban tan confiados, que muchos oficiales se habían ido de permiso. 350 aviones soviéticos atacaron las posiciones enemigas. Que fueron seguidamente bombardeadas durante 3 horas por la artillería y los morteros orgánicos. Inmediatamente los grupos Norte y Sur buscaron los flancos expuestos de la gran posición japonesa y el grupo Centro atacó frontalmente desde la ribera este. Las primeras luchas fueron duras e indecisas. La 82ª división de infantería soviética fue rechazada y luego fijada. Hubo que rescatar al jefe de división y a su jefe de EEMM. El día 21 el grupo Sur se había deslizado por detrás de los japoneses, alcanzando un afluente del Khalkhin-Gol. El 22 el grupo Norte ocupó las alturas Palet, perdiendo 600 hombres en su limpieza, y giró al sur.

Las dos pinzas del ejército de Zhukov se cerraron el 25 al oeste de Nomonhan, atrapando en su interior a 60 mil hombres del ejército del general Ripo. Los intentos japoneses de ruptura del cerco desde el exterior fueron repelidos el 26 de agosto por la 6ª brigada de carros y la fuerza aérea soviéticas. Los soviéticos tardaron menos de una semana en liquidar las resistencias en la bolsa. El 31 de agosto todo había terminado. De los hombres atrapados en ella, unos 50 mil fueron clasificados por los japoneses como muertos, heridos y desaparecidos. Los muertos japoneses de la campaña fueron estimados tan altos como 45 mil y las bajas totales soviéticas, valoradas en 17 mil hombres. La victoriosa campaña soviética había mutilado gravemente al Kwantung.

Resultado de imagen de georgi zhukov EL MARISCAL DE LA URSS ZHUKOV, AL FINAL DE SU CARRERA MILITAR. SON DESTACABLES, LA ESTRELLA DE MARISCAL DE LA URSS Y, EN SU PECHERA IZQUIERDA, 2 ÓRDENES DE LA VICTORIA Y 4 ESTRELLAS DE HÉROE DE LA URSS.

En junio de 1940 la URSS y el Japón establecieron un alto el fuego oficial y firmaron un tratado de fronteras que estabilizó totalmente la zona. Ello liberó gran parte de las fuerzas soviéticas estacionadas allí para su empleo potencial y posterior en Europa. Los japoneses, contentos de que la URSS se distrajera en otras áreas geoestratégicas, renovaron su guerra con China, concentrando 100 mil hombres al norte de Hunan. La “opción estratégica sur” se ponía plenamente en marcha…

FINAL.

LA EXPLORACIÓN Y LA INTELIGENCIA: UN SISTEMA MILITAR OPERATIVO.

La exploración y el reconocimiento del terreno generan información de los diferentes niveles de actuación militar. Entonces debe ser convertida en inteligencia. Ésta es el conocimiento razonablemente fiable y suficiente del enemigo, de sus intenciones y capacidades, y del terreno en sus posibilidades de lucha, transitabilidad, etc. Que nos permitan tomar una resolución fundada sobre el empleo de nuestros medios y de las formas de lucha, en función de nuestros objetivos.

Conceptos y principios de la exploración.

La exploración es una de las funciones más importantes a desempeñar por las unidades en operaciones. Sus datos, debidamente filtrados, elaborados y transmitidos a quien corresponda forman una parte fundamental de la inteligencia. Ésta, por fin, es uno de los factores eficaces del mando decisivo.

La exploración se puede dividir en estratégica, operativa o táctica y de combate, según su misión y el ámbito de obtención. La estratégica busca perfilar y definir los grandes datos sobre el enemigo en la profundidad del teatro de operaciones: las grandes concentraciones de fuerzas, sus movimientos, las líneas defensivas importantes, los posibles blancos de superficie, etc. Un blanco de superficie se convierte en zona de destrucción por la acción eficaz de armas pesadas de destrucción, por ejemplo, la artillería reactiva o los ingenios nucleares tácticos.

La exploración táctica u operativa trata de definir la situación y las intenciones del enemigo en el ámbito de las operaciones de las grandes unidades, tipo división, cuerpo o ejército. Determina los movimientos del enemigo en la frontera con la propia zona de operaciones, sus formaciones y dispositivos, sus líneas de defensa y los posibles blancos de superficie. Sus órganos son la aviación tripulada o no (los drones), la exploración específica de algunas unidades y el batallón reforzado de exploración blindado de la división o del cuerpo de ejército. En este sentido, deben existir una total conexión y un complemento en sus misiones entre la aviación y la exploración terrestre y considerar que su tarea no es de lucha.

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El batallón de exploración reforzado actúa en una zona de hasta unos 60 Km. de ancho y hasta unos 120 Km. de profundidad. Su adelanto sobre la unidad mecanizada o motorizada debe ser al menos de 6 horas, para el aprovechamiento de la información recolectada. Sobre la base de su orden de exploración, el jefe de batallón, manteniendo siempre bajo su mando a las compañías, puede enviar hasta 15 patrullas de 2-3 vehículos a cubrir su sector. Buscando siempre un centro de gravedad de dicho despliegue. Creado aquél, puede mandar sobre dicho centro del esfuerzo hasta 2 escalones de patrullas, relevándose o intercalándose, según la técnica que sigan. Por último, si el terreno a reconocer preferentemente está ocupado por el enemigo, puede hacer avanzar sobre él a sus compañías en puntas de ataque, bajo la pantalla de las patrullas más avanzadas. Es de señalar que el batallón no debe infiltrarse tan profundamente en el interior del dispositivo enemigo, si existe en ello riesgo importante de ser aislado.

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No todos los ejércitos le han dado o le dan valor suficiente a estas dos últimas exploraciones, lo cual depende de su doctrina militar.

Todos los principios operativos de la exploración podrían resumirse así: Centrarse siempre en el objetivo recibido del mando (su misión es generar información, el combate ya lo harán otros), buscando el máximo uso del tiempo y de sus medios, consiguiendo y manteniendo el contacto con el enemigo, sin perder nunca la libertad de acción. Ésta le permitirá desempeñarse y escabullirse, sin ser atrapado por fuerzas siempre superiores.

La exploración táctica es también empleada en los combates urbanos. No siempre la exploración táctica penetra tanta distancia en el terreno disputado o enemigo. Las zonas pobladas o fabriles, llenas de “alturas ocultantes relativas” y escalonadas en profundidad, que brindan protección a las vistas enemigas, incluso cercanas, y hasta cubiertas contra el fuego ligero y pesado, “espesan” considerablemente la maniobra táctica de los contendientes. Reduciendo muchísimo sí, la profundidad de la zona de lucha de la infantería. Así, masas de la artillería, como baterías e inclusos grupos medianos de ella, se encuentran desplegadas a muy corta distancia de su enemigo, en una zona de lucha de la artillería entonces muy próxima al límite anterior de la posición de defensa propia.

El 9 de octubre de 1942 una patrulla de exploración soviética se adentró tras las líneas alemanas en Stalingrado, buscando detectar en su retaguardia los movimientos enemigos. Los 4 hombres se refugiaron en un vagón auxiliar de ferrocarril roto y abandonado, situado en una línea férrea entre los talleres de la fábrica Octubre Rojo (donde antes se fabricaban piezas metálicas y pequeñas armas), al noreste de la ciudad, y la disputada colina Mámaiev, hacia el centro geográfico de aquélla, que brindaba vistas grandiosas sobre la mayor parte de Stalingrado. Durante casi todo el día permanecieron en aquel escondite, comunicando por radio a sus líneas la actividad alemana. Habían localizado a varias decenas de morteros y obuses alemanes, acompañados de los camiones en los que trasladaban sus municiones, que se desplazaban por las carreteras de retaguardia hasta unos emplazamientos situados en los suburbios del oeste de Stalingrado. También localizaron a numerosos morteros y piezas situados en una hondonada al norte de la colina Mámaiev, haciendo fuego contra las posiciones soviéticas en la ciudad.

Al oscurecer, los exploradores rompieron un cable telefónico de la red de comunicaciones fija enemiga y esperaron a que los alemanes acudiesen a repararlo. Muy pronto observaron de lejos la luz de una linterna y cuando el soldado se aproximó, lo mataron a tiros. Uno de los soviéticos se disfrazó con su uniforme y se situó junto a la vía del ferrocarril, esperando que otro alemán se aproximara al cable cortado. Al poco otra linterna empezó a acercarse por la vía. El soldado cayó en la emboscada y los exploradores lo dejaron inconsciente. Al recobrarse se encontró con los 4 soviéticos de pie junto a él. Aterrado el soldado Willy Brandt dio su nombre, rango y unidad de pertenencia. Psicológicamente le habían ya ganado la mano. Seguidamente el alemán refirió a los exploradores que la 94 división de infantería alemana había llegado a la zona de las fábricas desde el sur de la ciudad, que la 24 división panzer se dirigía hacia allí y que el Fuehrer había ordenado que se ocupase totalmente Stalingrado para el 15 de octubre. Esto les confirmaba la razón de los extensos movimientos apreciados por ellos en la zona operativa alemana.

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Para la patrulla de exploración llevar consigo a un prisionero ya interrogado tras sus líneas era más un incordio y un peligro que un mínimo éxito. Y, a pesar de la dureza, incluso la brutalidad, de los combates en la ciudad, no lo mataron, ni lo mutilaron. Los soviéticos le comunicaron a Brandt que había revelado secretos militares, le llevaron a la línea férrea y le indicaron la dirección que debía seguir para alcanzar a sus camaradas y lo dejaron en libertad.

Pero, ¿qué es esto de hablar de exploración operativa en la era de la electrónica, la robótica y la informática?

Hace casi 50 años, los norteamericanos habían desarrollado un arsenal de artilugios electrónicos, encaminados a la vigilancia (surveillance) de sus enemigos en Vietnam.

Ya tenían drones de exploración para vigilar “from above” al enemigo guerrillero escurridizo. Las aeronaves no tripuladas, aún en sus albores técnicos, trasmitían sus imágenes por televisión a unos aviones de detección y transmisión, situados a unas decenas de Km. de la zona observada.

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Resultado de imagen de sensor ADSID SENSORES ADSID.

El principal sensor utilizado en la vigilancia remota era el ADSID (Air Delivered Seismic Intruder Device). Se lanzaba principalmente desde los F-4 Phantom, siguiendo pautas de navegación por radar, con el fin de cubrir adecuadamente la zona a observar, bien una vía de tránsito de hombres y vehículos, bien un estacionamiento o almacén. El aparato medía unos 91 cm. de largo y unos 15 cm. de diámetro y al caer quedaba casi enterrado, desplegando entonces una antena emisora de 120 cm. de altura, camuflada como si fuera una mata deshojada. Su batería le permitía emitir durante casi mes y medio.

Con estos sofisticados artificios pretendían observar el tránsito de mercancías y hombres por la Ruta Ho Chi Minh, la vía de abastecimientos del Ejército Popular de Vietnam del Norte y del Viet Cong en Vietnam del Sur. Era una ruta muy ramificada que, partiendo de Vietnam del Norte se internaba en Laos y lo recorría, protegiéndose, y destacando entonces diversas vías hacia las distintas zonas de operaciones de aquéllos en Vietnam del Sur.

El programa “Igloo White” destinó 1,7 miles de millones de dólares de los de entonces entre 1966 y 1971, para estas tareas de recolección de información con los ADSID. Con los datos recogidos del tránsito en las vías, los norteamericanos decidían las acciones de bombardeo de interdicción, a cargo de sus distintos ingenios aéreos, incluyendo los invisibles e inaudibles (por su altura de crucero) bombarderos estratégicos B-52. A primeros de 1971 los datos de las fotografías aéreas tras los bombardeos, tomadas por aviones que volaban después de las formaciones de ataque, permitían suponer a los analistas que la “guerra de camiones” estaba causando un muy severo esfuerzo a la capacidad industrial de los suministradores de Vietnam del Norte (la URSS y China).

Pero, si era cierto que se destruían tantos camiones y equipos, ¿cómo era posible que los comunistas mantuvieran la iniciativa en Vietnam del Sur? Por otro lado, ¿dónde estaban las decenas de miles de restos de camiones que literalmente debían plagar muchas de las vías y parques de la Ruta? ¿quiénes se molestaban en quitarlos? La respuesta la dieron pronto los jóvenes oficiales norteamericanos: los comía un monstruo llamado el “Great Laotian Truck Eater”; un horrendo carroñero que se levantaba hacia el amanecer y devoraba los vehículos destruidos por la aviación durante la noche, después de la fotografía de rigor para el “wreck count”. Porque los norteamericanos son muy escrupulosos con las estadísticas y consideran a la mentira un pecado social casi imperdonable para sus funcionarios.

Hasta hoy, casi 50 años después, la electrónica, la robótica y la informática han seguido mejorando. Pero no parece que sirvan de mucho en Irak, para detectar a un burro bomba; para evitar que un grupo de fanáticos desalmados sin Dios (“al igual que Allah hace el bien, haced vosotros también el bien y no fomentéis la corrupción(el «mal”, les manda el Noble Corán), destruya gran parte de una de las principales mezquitas santuarios del chiismo en Samarra; para saber si en una casa iraquí hay terroristas o sólo una aterrorizada familia árabe, antes de demolerla de lejos y sobradamente, con fuego pesado, según su doctrina militar operativa vigente.

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Además, durante bastante tiempo aún los medios aéreos y espaciales estadounidenses, como satélites espías, drones o aviones no tripulados y aviones del sistema Joint Surveillance Target Attack Radar System (JSTARS), tendrán serias limitaciones para la detección y verificación de pequeñas fuerzas terrestres, incluso regulares, en los terrenos de difícil transitabilidad y con posibilidades de ocultamiento, como montañas, junglas y bosques, pantanos y zonas urbanizadas (fabriles, de almacenaje y distribución, y de viviendas). Aquéllos no sólo ofrecen ocultamiento, sino también cubiertas al fuego hasta las distancias próximas de combate.

Los norteamericanos no emplean la exploración táctica, que exige unas características tácticas de fuerzas semi independientes de élite y un coraje moral específico. Y que es una de las más difíciles tareas de la infantería. Ellos usan la exploración de combate y la llaman, expresivamente, reconnaissance.

(CONTINUARÁ)

El Resurgimiento de la Insurrección sunní en Irak y Siria. 2ª Parte.

CONTINUACIÓN.

El Corán, fuente religiosa común de los chiíes y sunníes, no es muy revelador acerca de las disputas internas armadas (DIA) dentro de la comunidad universal de creyentes o Umma. En la época del Profeta este problema ni se contemplaba. Y si aquéllas hubiesen existido, al juntarse con el acoso externo que sufrían los musulmanes, probablemente llevasen juntos a la dispersión y a la desaparición del grupo de los fieles. En la Sura (capítulo) 49, aleya (versículo) 9 se les ordena a los musulmanes: “Cuando se hacen la guerra dos naciones de creyentes, procurad reconciliarlas… Los creyentes son tus hermanos (es la máxima relación de consanguinidad). Arreglad, pues, las diferencias de vuestros hermanos y temed a Dios, a fin de que tenga piedad de vosotros.” Y en 4, 33: “Oh, creyentes,… no os matéis entre vosotros…(o, no os matéis a vosotros mismos)”. El inicio del versículo va dirigido contra la codicia y la apropiación ilícita. Y el Legislador ha podido extenderlo al asesinato (muerte del inocente) y sus variantes (por ejemplo, el suicidio).

Sunníes contra chiíes, la lucha interna del Islam.

El cisma chií pretendía arrebatar a la mayoría de los musulmanes, seguidores de la Tradición, la legitimidad del legado de Mahoma. En él iban incluidos los conceptos del legítimo origen, del mando o dirección social y militar, del control y desarrollo religiosos y de las perspectivas organizativas y sociales del Islam. Los sunníes tienen el mando político religioso de la Umma en el califato y sus emires y jeques delegados, asesorados, prevenidos y apoyados por los ulemas y muftíes piadosos. Los chiíes, para lograr y mantener la supervivencia, descansaron el poder político, la dirección de su gran estrategia o estrategia nacional y la conducción religiosa, en la “casta clerical”, como intermediarios privilegiados entre los fieles y Allah. Esto mantiene firmemente unidos a los creyentes en torno a su interpretación única y vigilada del Corán. Aunque los chiíes también tienen una proyección ideológica y social hacia el futuro: el retorno liberador, justiciero y hacedor del Mahdi, encarnado en su decimosegundo imán desaparecido (en el año 874), que no ha muerto. Esta creencia refleja la necesidad social y psicológica de la recuperación, consolidación y exaltación del orden establecido original, que fue perturbado por los sunníes. Y, también, será un premio, la paz y la ventura para los creyentes ortodoxos (ellos) antes del Resurgimiento y del Juicio Final de Allah.

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EL GENERAL IRANÍ QASSEM SOLEIMANI Y ALÍ JAMENEI, JEFE SUPREMO DE LOS CHIÍES IRANÍES.
«ÉL SERÁ PARA TI UN HIJO. YO SERÉ PARA ÉL UN PADRE».

Un problema fundamental para un acercamiento fraternal de los “hermanos separados enfrentados” lo constituyen los conceptos del legítimo origen del mando, del control y desarrollo del “dogma y la moral” y de las inmensas estructuras económico político religiosas, con vida e intereses propios, creadas por ambas expresiones del Islam, casi desde el inicio del mismo.

Otro grave origen de agravios y distanciamientos irreconciliables, sobre todo a nivel nacional, son las formas de luchas violentas entre ambas creencias. Cuando se atacan entre sí, se procura hacer el mayor daño posible, llegando hasta la intimidad del parentesco. Y así se buscan los objetivos en las mezquitas, mercados, peregrinaciones, concentraciones y en los tránsitos frecuentes o en masa de las gentes. Sitios donde siempre están miembros de una misma familia. Es la violencia incontrolada y llevada a sus extremos innecesarios, impúdicos, vesánicos y paradójicos (¿no profesan la misma religión?). Entre los clanes y tribus, hablando sólo étnicamente, esta ola de asesinatos, atropellos y daños en los bienes, genera siempre una cadena intergeneracional de vindicaciones ineludibles para los ataques, las represalias y los agravios de sangre sufridos. Este nudo gordiano esencial e indestructible, por lo que parece, sólo se puede cortar con la espada de la generosidad, del altruismo (buscando no lo que nos “falta”, sino mirando adelante) y del perdón, que debería ser más asequible entre hermanos de confesión.

El Conflicto civil de Iraq.

En Iraq, la gran estrategia de los sunníes no pretende ganar una guerra civil a los rgímenes democráticos imperfectos de al-Maliki y de sus varios sucesores, de la mayoría chiíta. Los sunníes luchan en Irak por garantizar regionalmente el poder de sus tribus, basado en sus jefes aceptados, en sus “asambleas de iguales” entre los destacados de aquéllas y en el “código de honor”, que regula, con sabiduría secular, su comportamiento y sus derechos y deberes individuales y colectivos. La estructura de tribus, clanes regionales y locales y familias, que estructura y soporta a las sociedades árabes, da el valor y sentido prácticos a las lealtades y los intereses, siempre relativos y aún oportunistas, de los árabes.

Los sunníes quieren arrancarle a la mayoría chiíta los derechos y concesiones, que se les niegan demasiado tozudamente dentro de las reglas de la imperfecta y reciente democracia inorgánica existente en Iraq. Las elecciones primeras en Irak consagraron el derecho “democrático” de la mayoría chií sobre ellos. Y el llamado “resurgir sunní” del general Petreaus, está ya sin “estímulos”, ni funciones reales, extinguido y desaparecido. Sólo fue una táctica político militar efímera, buscando ahorrar vidas de los soldados estadounidenses. Y no buscando, siquiera parcialmente, una solución nacional para el enfrentamiento secular de los chiíes y sunníes iraquíes. Y los nuevos políticos democráticos no intentaron, ni tratan, pues, de fraguar una integración nacional superior, que supere las divisiones tribales y regionales. Que podría lograrse mejorando y superando las condiciones sociales y económicas de la vida en comunidades sociales primitivas, las tribus y clanes de siempre.

Las demoras del gobierno de restablecer los servicios o “utilities” a las poblaciones y comenzar la reconstrucción de las zonas de guerra son fundamentales en la aparición y el aumento del descontento sunní. La situación económica no ayuda a los gobiernos iraquíes. En febrero de 2018, la conferencia internacional reunida para colaborar a la reconstrucción del país tras la guerra contra el ISIS sólo pudo recaudar unos 30 mil millones de dólares de los 90 mil millones que se solicitaron en ella. Esta penuria y desidia en la colaboración ayudan mucho a que existan aún 2,5 millones de refugiados internos en Irak. La agitación política existente es otro factor en contra. Tras las elecciones de junio pasado, aún no se ha formado un gobierno de concentración. E incluso, las manifestaciones en el sur del país, en protesta por esto, han dejado unos 10 muertos.

Entre los chiíes existe ahora un sentimiento primario y difuso de victoria sobre el enemigo salafista (de origen sunní). El cual no es superado por un protagonismo de Estado, capaz de integrar a las tribus y limar y superar agravios, asperezas y contradicciones sociales. La corrupción, la codicia, el sectarismo y el egoísmo, epitomizados en “el Estado es Nuestro”, son males crónicos de los funcionarios iraquíes.

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EL GENERAL DE LA GUARDIA DE LA REPÚBLICA DE IRÁN QASSEM SULEIMANI ES EL JEFE DE SUS FUERZAS DE AL-QUDS.  TRAS LA MOVILIZACIÓN DE LOS CHIÍES IRAQUÍES POR ALÍ SISTANI, LOS INTEGRÓ EN UN CUERPO PARAMILITAR DE DEFENSA.  QUE DABA UN BARNIZ NACIONALISTA A LAS FUERZAS DE AL-QUDS QUE COMBATÍAN, COMO MERCENARIOS SECTARIOS, A LOS SUNNÍES REBELDES EN IRAK.

Al sur de la gobernación (nombre iraquí de la circunscripción política provincial) de Nínive, capital Mosúl, y del Kurdistán iraquí, capital Arbil o Erbil, se extiende una especie de luneta o romboide geográfico de casi 58 mil Km2, que alcanza hasta Bagdad, donde ya empieza el predominio religioso de los chiitas. Este territorio es árido, montañoso, sin alturas destacables, de clima desértico y de población poliétnica. Lo forman las tres gobernaciones de Diyala, capital Bakuba, Saladino, capital Tikrit, y Ta’min, capital Kirkuk. Predominan en él la estructura social de las tribus, con predominio de las sunníes, frente a las chiíes, y en Ta’min, con mayoría kurda, pero que está fuera de la Región Autónoma Kurda, que lo reclama para sí.

Conviven en ese territorio un crisol de creencias y razas: los musulmanes sunníes, chiítas y kurdos y los cristianos, en una vivencia social que no siempre fue fácil, especialmente desde el derrocamiento de Sadam Hussein al-Tikriti (de Tikrit). Que entre sus aciertos tuvo el mantener cohesionadas con mano de hierro a las distintas tendencias sociales centrífugas existentes en el país, pero permitiendo al país funcionar razonablemente. En efecto, en la década de los 80, durante la guerra Irán-Irak, los chiitas iraquíes permanecieron leales a su país. Tras su derrocamiento, no han surgido en el país ni la paz, ni la estabilidad, ni la democracia, ni la convivencia social, ni el funcionamiento deseable de la economía, ni el amor y el interés por una patria común (hecho que, en el caso del ejército iraquí, es demoledor y disolvente).

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QASSEM SULEIMANI EN CAMPAÑA EN IRAK. COMO JEFE DE LAS FUERZAS DE AL-QUDS, HA PARTICIPADO EN ENTRENAR, EQUIPAR Y APOYAR A TODOS LOS MOVIMIENTOS REVOLUCIONARIOS PRO IRÁN DE ASIA DEL SUROESTE, INCLUYENDO A HAMÁS Y A HEZBOLÁ.

Salvo Ta’min, las otras dos gobernaciones son las menos densamente pobladas de Irak, con la excepción de al-Anbar, al suroeste del país y limítrofe con Siria. En ellas, los asentamientos son principalmente poblados y aldeas. Y los caminos internos, que discurren entre alturas, son escasos y estrechos, lo que no facilitan su recorrido por las patrullas militares.

En el primer semestre de 2018, los grupos del EI han realizado numerosas y pequeñas acciones de guerra en las 3 provincias: sabotajes, secuestros y asesinatos selectivos. A finales de junio, 6 agentes de las Fuerzas de Seguridad fueron ejecutados por los guerrilleros, al negarse las autoridades a liberar a las mujeres encarceladas por su relación con el Estado Islámico.

En esta región, los pequeños grupos del EI se concentran para cumplir la orden lanzada a primeros de la primavera de 2018 por un portavoz yihadista de “sabotear la estructura económica de Irak y castigar a sus autoridades y colaboradores”. Pasan por aquí, también, importantes carreteras que unen el norte y el sur de Irak. Y donde los yihadistas pueden exigir impunemente exacciones a muchos vehículos que las cruzan, teniendo cerca sus refugios.

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LOS KURDOS IRAQUÍES COMBATIERON AL ESTADO ISLÁMICO Y QUIEREN UN REFERENDO DE INDEPENDENCIA PARA SU REGIÓN AUTÓNOMA.

Existen en este zona, áreas de entrenamiento y de refugio relativamente seguras para los guerrilleros desde la caída de Sadam Hussein. Una zona incómoda para los militares. Y fuera del alcance habitual de la mano dura, sin contemplaciones contra los rebeldes sunníes y sus “colaboradores” civiles, de las fuerzas sectarias regulares e irregulares chiíes.

A primeros de julio de este año, los militares realizaron una operación de limpieza en Ta’min y aseguran que ya está restablecida la seguridad de las comunicaciones entre Bagdad y Kirkuk. A mediados de este mes, fuerzas de la Coalición internacional apoyaron a los peshmergas y al ejército iraquí en la destrucción de una pequeña base del EI, ubicada en una zona montañosa cercana a Mosúl. Según, los EE UU, por boca del presidente, la batalla contra el ISIS en Irak está ganada en un 98 o 99%. Pero, desde Irak, este optimismo calculado se recibe con incredulidad y pesadumbre. Un notable de una tribu sunní de Kirkuk declaró hace poco: “Hemos perdido mucho dinero y muchas vidas en esta guerra. Y hace ya más de 12 años que vivimos en esta situación tan difícil”.

FINAL.

 

El Resurgimiento de la Insurrección sunní en Irak y Siria.

Cuando Mosúl, a finales de 2017, y poco después, Raqqa y Deir ez Zour, en la gran cuenca del Eufrates sirio, se perdían para el Estado Islámico, pocos esperaban la enconada y correosa resistencia que sus fuerzas yihadistas restantes presentan ahora en el Asia del Suroeste. La razón social que sustenta este Resurgir de los yihadistas salafistas es polifacética y compleja. Y reside en las contradicciones antagónicas étnicas, religiosas y sociales que se siguen planteando en ambos países. Así, el Daesh, revertido y adaptado a una guerra de guerrillas, está en condiciones de resistir durante un tiempo indefinido, con tal de que ellas se mantengan en Irak y Siria.

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OSAMA BEN LADEN CON AYMÁN AL-ZAWAHIRI, SU SUCESOR COMO JEFE LEJANO DE AL-QAEDA.

Si bien en los momentos de su máxima capacidad combativa (año 2015), los guerrilleros semirregulares del Estado Islámico eran unos 45 mil, divididos entre Irak y Siria, en estos momentos sus fuerzas reales son apenas entre una cuarta y una quinta parte de aquélla. Casi todos son ahora veteranos sobrevivientes de los combates y derrotas de estos años. Y tienen la determinación que les da su fanatismo religioso (el combate es para ellos una vía para cumplir la voluntad de Allah y alcanzar el Paraíso) y el estar perseguidos por múltiples enemigos en los dos países. Un signo de su decisión combativa y de su pulsión íntima de desamparo es el uso por muchos de ellos de un pañuelo rojo. Que era la prenda que llevaba Abu Dujana (o padre Dujana), un guerrero coetáneo del Profeta, cubriéndole la cabeza, cuando marchaba al combate. Y que indicaba su disposición a morir por el Islam.


La ONU aseguró en un reciente informe que el número de combatientes del ISIS en Irak y Siria oscila entre 20 y 30 mil y que entre ellos hay un número significativo de extranjeros. Por otra parte, el informe también destaca que miles de sus guerrilleros han conseguido trasladarse a Afganistán, donde el Estado Islámico mantiene un “emirato” cada vez más activo. Creemos que la ONU se refiere a “militantes”, no a muyahidines. Y en un movimiento guerrillero existen varios tipos de combatientes y auxiliares, con diferentes grados de implicación en la lucha armada, policía de retaguardia, sus comunicaciones y su variado apoyo.

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MUQTADA AL-SADR, JEFE DE MILICIAS CHIÍES IRAQUÍ. SU ASCENDENCIA NACIÓ DE SER SOBRINO DE UN FAMOSO CLÉRIGO CHIÍ, PERSEGUIDO POR SADAM.

El EI tiene que acostumbrarse a ofrecer al enemigo militar regular unos blancos pequeños y móviles, fugaces y casi súbitos. Los cuales, muchas veces, incluso reiteradamente, se escapan y escurren de las operaciones de búsqueda, bombardeo y cerco y aniquilación de los grupos y las patrullas militares, por su territorio o por el territorio en disputa.

Las fuerzas guerrilleras se esconden, dispersándose por pelotones en las poblados y aldeas de una zona. Y se reúnen desde varios destinos, para dar sus golpes de mano en las cercanías de ellos, empleando generalmente no más de 7 a 10 hombres. Solamente la dispersión, la astucia, el ocultamiento, el silencio, la paciencia, la precaución, el respeto continuo a la población civil cercana, la seguridad permanente, la concentración rápida, súbita e inesperada sobre un enemigo uniformado o una presa civil, puede garantizarles la supervivencia en un medio tan hostil. Estas cualidades operativas contrastan y difieren de la ostentación, la persecución de las minorías y disidentes, el control despótico de los civiles, la crueldad como instrumento general de sometimiento y de amedrentamiento, la imposición de normas morales y religiosas delirantes en sus bases, las deficientes seguridad y disposición combativa de sus unidades en las áreas de retaguardia, el expolio de los bienes privados y sociales (yacimientos arqueológicos y petrolíferos, bibliotecas, edificios públicos, edificios otras confesiones, propiedades de civiles), que emplearon durante el califato y su rápida implantación.

Sólo la propaganda elaborada, moderna y múltiple, como instrumento de catequización y de guerra psicológica contra los enemigos, se mantiene casi igual que antes, al menos cualitativamente, en esta fase guerrillera del movimiento yihadista salafista.

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AL-BAGDADI, EL CALIFA OCULTO. ¿REGRESARÁ TAMBIÉN COMO AL-MAHDI   -EL GUIADO POR ALLAH-   PARA RESTABLECER EL CALIFATO SUNNÍ ANTES DE LA RESURRECCIÓN?

El califato vuelve, derrotado y disperso, a equipararse operativamente con al-Qaeda. Sólo que Abu Baker al-Bagdadi, o el califa Ibrahim, su nombre de pila, no tiene ya el prestigio como yihadista de Osama ben Laden, el fundador de al-Qaeda (la Base, en árabe). De quien en su día Abu Baker se declaraba como verdadero sucesor y aún superador. Minusvalorando a Aymán al-Zawahiri, el médico egipcio “jefe” en la distancia y mediante instrucciones generales de la “Base” yihadista. Y que, en vida de ben Laden fue como su “consejero delegado”.

Uno de los temas recurrentes del ISIS que ahora, en esta etapa de semiclandestinidad, cobra actualidad e interés es el paradero de su califa al-Bagdadi. Señalamos que desde junio de 2014, en que apareció en un video, proclamando el califato universal islámico en la mezquita de al-Nuri en Mosúl, no se le ha vuelto a ver en público. Sólo existen sucesivos mensajes de audio transmitiendo sus instrucciones y consignas a distintos públicos. Tanto los EE UU como Rusia han manifestado en varias oportunidades su (casi) certeza de que el califa había sido alcanzado en alguno de los bombardeos selectivos, realizados por sus aviones, con el fin de liquidarlo. Habiendo precisado, además, que en algún ataque varios de sus seguidores cercanos y oficiales de su escolta habían perecido con seguridad.

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ALÍ SISTANI, EL PRINCIPAL CLÉRIGO DE LOS CHIÍES IRAQUÍES. PROCLAMÓ EN 2015 LA GUERRA SANTA CONTRA EL DAESH

The Wall Street Journal publicó hace poco una entrevista a Ismael al-Eitawi, uno de los presos del EI de mayor relevancia. Éste participó en un encuentro con al-Bagdadi en la primavera de 2017, en pleno reflujo de la marea yihadista salafista en el Suroeste de Asia. Era una reunión para decidir el plan de estudios que se debía impartir en las zonas del califato. Al-Eitawi se encontró con un califa muy delgado y con la barba encanecida. Al finalizar la reunión, al-Bagdadi fue el primero en abandonar el recinto. Y, aparentemente, no se le ha vuelto a ver por los testigos posibles a mano.

El gobierno de al-Assad. La situación del Estado Islámico en Siria.

Difícil lo tiene al-Assad para conseguir la pervivencia indefinida de su régimen presidencialista autoritario. Los países musulmanes no son proclives a la rebelión contra sus autoridades. Y les corresponde al dirigente y a su oligarquía, dar medios de vida a su pueblo. Bien, proporcionando ellos mismos empleo (administraciones, trabajos públicos y fuerzas de seguridad). Bien, protegiendo a los pequeños y medianos comerciantes, la casta del bazar, que forman el núcleo urbano de las clases “medias” del Islam. Bien, fomentando otros empleos, como los relacionados con el turismo y las peregrinaciones. Esto es más necesario cuanto menor sea el tejido industrial y financiero moderno de esa sociedad. Concretando, las autoridades deben brindar sosiego a la sociedad y controlar su coste de la vida. Mientras esto se cumpla razonablemente, se crea un flujo de lealtades y de sincero entusiasmo de las clases populares hacia sus gobernantes naturales. Que encarnan, de modo ideal y simbólico, el “nosotros”. Mientras esta simbiosis de dirigentes y pueblo se mantenga, éste esta dispuesto a defenderlos y a nutrir las fuerzas armadas. Pero nadie daría un paso por al frente por un “gobernante injusto”, porque es la negación y la corrupción de su esencia vital.

Socialmente y a medio plazo, el régimen de los Assad y su osamenta institucional del partido laico Baaz y sus paniaguados de la Guardia Republicana y de la Fuerza Aérea, los jefes y muchos oficiales del Ejército y de los altos cargos de la Administración, están acabados. Son demasiados sus desmanes, el tiempo de trituración aplicado a los sirios y las fracturas sociales causados a su pueblo heterogéneo. Lo cual no permite que el proceso revolucionario (de abrupto cambio de régimen y de estructuras políticas) tenga una marcha atrás asumible y permanente en Siria. Solamente, la presencia indefinida en este país desolado de las fuerzas combinadas rusas, las milicias de Hezbollah, los voluntarios chiitas iraquíes y las fuerzas iraníes de la Guardia Revolucionaria

A mediados de agosto de 2018, el EI lanzó una doble ofensiva convergente en la provincia de Deir ez Zour, al oeste de la frontera con Irak, atacando los pozos petrolíferos de Amar, uno de los yacimientos petrolíferos más importantes de Siria.

Tras la ofensiva lanzada por el Ejército Nacional de Siria (ENS)con el apoyo del fuego pesado aéreo de Rusia en la provincia de Deraa, situada en el triángulo situado al suroeste del país, entre los Altos del Golán y Jordania, al-Assad consiguió recuperar el control sobre el 90% del territorio de esa provincia. En respuesta, los combatientes del Estado Islámico atacaron en masa en la última semana de julio de 2018 el este de la limítrofe provincia de al-Suwayda, asaltando varias poblaciones y causando un elevado número de bajas entre la población drusa de la misma. Se habla de unos 250 muertos, centenares de heridos y decenas de secuestrados por los irregulares del Daesh, que los llevaron consigo al retirarse de los poblados, ante la ofensiva gubernamental realizada a primeros de agosto.

Las fuerzas drusas de Defensa Popular, aliadas pasivas del ENS, una especie de milicias locales de autodefensa y de escasa capacidad combativa, reaccionaron tarde al asalto de los yihadistas. Aunque fueron de las primeras en reocupar los pueblos de al-Suwayda abandonados por los salafistas del EI.

Se calcula que en esta zona del suroeste de Siria, que abarcaría parcialmente varias provincias al sur de Damasco, y cercana a la ciudad de Yarmuk, en su día sitiada largamente por los rebeldes al gobierno de al-Assad, hay en la actualidad entre 3 y 4 mil guerrilleros activos del EI. Cuya mayor capacidad es su maniobrabilidad y velocidad de actuación, como unidades de infantería ligera semirregulares, partiendo de despliegues extensos, que se concentran para atacar. Frente a un enemigo militar que avanza poco a poco, por pasos asegurados, y precedido por bombardeos de saturación de las posiciones yihadistas, que están generalmente en poblados llenos de civiles atrapados.

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AL-ASSAD Y PUTIN. ¿SE PUEDE PERMITIR RUSIA MANTENER Y SOSTENER UN ALIADO  ONEROSO COMO ÉSTE?

El Estado Islámico emitió un comunicado en el que presentó la incursión múltiple como “una victorias frente al “ejército nuseirí”. Que es un nombre árabe despectivo, dado a las fuerzas herejes alauitas y drusas de al-Assad y aliados; que, a su vez, son desviaciones ideológicas y rituales del chiismo, especialmente los drusos. Por cierto, durante la prolongada guerra civil siria, aún inacabada, los drusos se negaban habitualmente a enrolarse en el ENS, que sufrió una tremenda sangría frente a los rebeldes democráticos y sectarios, nacionales y extranjeros, de todas clases a lo largo de estos 7 años.

Hasta que, en el otoño de 2015, a raíz de la intervención abrumadora de Rusia, en forma de apoyo aéreo, fuerzas especiales y asesores, el ejército de al-Assad comenzó una remontada irreversible, hasta recuperar casi todo el terreno perdido frente a los rebeldes, que suponía el control de más de la mitad del territorio nacional. Y, sobre todo, comenzó a ganar la iniciativa, tanto estratégica como táctica, en las operaciones militares que desarrollaba. Aumentando también, con sus éxitos la oferta neta de reclutas para su depauperado ejército.

(CONTINUARÁ)

TEORÍA Y CRÍTICA DE LA «BATALLA MODERNA» Y SUS ACTUALIZACIONES. 2ª PARTE.

(CONTINUACIÓN)

La simultaneidad pretende conmocionar directa e inmediatamente a un máximo de escalones enemigos, hasta lo que permita la capacidad de combate propia. Pero no discrimina el objetivo según su importancia. Con lo que infringe el principio anterior y universal de la “economía de medios” (de los más aceptados como tal por los autores) y no crea un centro de gravedad de los esfuerzos propios. Su medio de acción es pura y llanamente la atrición, que exige un proporcionalmente muy elevado consumo de municiones y cohetes de los distintos tipos, ya que no se busca sólo la neutralización enemiga, sino su destrucción, mientras no huyan o se rindan. Con ello se compromete además la logística de mantenimiento de los equipos, que se trueca en parte por el suministro de municiones, además de exigirle un mayor esfuerzo en forma de un número más elevado de sustituciones de los tubos, etc.

Resultado de imagen de norman schwarzkopf GENERAL NORMAN SCHWARZKOPF, JEFE DE LAS FUERZAS DE LA COALICIÓN CONTRA SADAM HUSSEIN EN LA GUERRA DEL GOLFO. APLICÓ LA «AIRLAND BATTLE» GRACIAS A LA ABRUMADORA SUPERIORIDAD DE COMBATE QUE POSEÍAN AQUÉLLAS, FRENTE A LAS FUERZAS IRAQUÍES.

La simultaneidad da igual preferencia como objetivos, en un momento dado, a las reservas tácticas en profundidad y a los obstáculos al avance en las primeras “líneas” enemigas (observatorios, posiciones de combate de infantería, posiciones de fuego de las armas pesadas de infantería, posiciones antitanques en la zona de infantería). También la simultaneidad da igual preferencia a los objetivos que son explorados en la profundidad, que a los objetivos que flanquean nuestro avance en la ruptura, incluyendo un cerrojo antitanque, y que tienen capacidad de fuego de enfilada.

Esta simultaneidad exige una capacidad de combate tan grande o más que la del enemigo.Ya que la tarea principal de nuestras fuerzas de contención y de maniobra es golpear al mismo “tiempo” operativo toda la profundidad del despliegue atacante. Buscando conmocionarlo, deshacer su coherencia y deintegrarlo. Y los teóricos llaman “sinergia propia” al esfuerzo creado simultánea y linealmente por todo el frente y flanco y/o retaguardia enemigos. Esta sinergia es sumatoria y más bien magra. Y se enriquecería por la lucha operativa indirecta, por la acción sorpresiva, por la aplicación del esfuerzo sobre debilidades enemigas. Así sería una sinergia exponencial.

La simultaneidad sería realmente un principio táctico. Colabora en cómo realizar una batalla de ruptura, ampliando el contacto con el enemigo o en cómo aprovechar los alcances efectivos de las distintas armas de una defensa en profundidad, para batir las fuerzas escalonadas tácticamente de un atacante, buscando romper la continuidad de su esfuerzo por el aislamiento táctico entre sus distintos escalones. Su trascendencia en el nivel operativo es a través de que el planteamiento de la batalla lo sea y ocurre al conseguir en ella la decisión.

Por su parte, la complementariedad, al pivotar sobre el fuego (de armas pesadas de infantería, de tanques, artillería y aviación), no respeta el sistema de armas combinadas o interarmas. Que somete al despliegue enemigo a un esfuerzo centrípeto, derivado de acciones diferentes y complementarias, que tienden a colocar al enemigo en un “dilema táctico de indefensión”. Ya hemos indicado que el fuego para la destrucción de un objetivo es siempre muy oneroso (va en contra del pretendido ahorro presupuestario de costes) para el que lo aplica. Por lo difícil que es conseguir dicho efecto realmente. Si empleamos las maniobras de grupos interarmas será suficiente la neutralización o pérdida temporal de la capacidad de actuación del enemigo contra nosotros, mientras dura nuestro fuego sobre él.

Por otro lado, dada la lejanía de la mayoría de los objetivos enemigos de nuestra “capacidad de combate”, aquéllos son sólo alcanzables inmediatamente por el fuego pesado indirecto o por la aviación. Ello hace que se tienda a mercadear (intercambiando) nuestros elementos de movilidad y de choque (que incluyen los tanques y la infantería mecanizada) por los elementos de fuego pesado en el “mix” de nuestra capacidad de combate disponible. Esto se debe a que estos últimos producen el efecto deseado de destrucción simultánea, aunque no sea el más adecuado.

A favor de este intercambio de fondos para la defensa, está el hecho sicológica y políticamente preferido de que el fuego pesado preciso y el de saturación disminuyen las “interfases de acción” con el enemigo a las distancias cercanas y próximas. La existencia con una importancia más que proporcional de los medios de fuego pesado, tiende a favorecer y a procurar su empleo como un elemento de atrición del enemigo en las doctrinas y reglamentos.

Las dos últimas razones consolidan al fuego pesado como arma clave de las operaciones. Y su movilidad será su capacidad de situarse en posiciones sucesivas y/o efectivas muy rápidamente. Que es en realidad una movilidad táctica, medida a razón de Kms/día en avance.

Con ello, la movilidad operativa se verá perjudicada y el instrumento principal para la decisión en ese nivel será el de “sucesivos combates”, que no siempre serán deseados, buscados y trascendentes.

Es decir, la simultaneidad y la complementariedad apoyan desequilibradamente el empleo de la atrición o pura destrucción y favorecen indeseablemente la intercambiabilidad de los medios de movilidad (capacidad de movimiento operativo) y de combate y choque, con los de fuego pesado indirecto y/o aviación de bombardeo.

El Centro de Gravedad de las Acciones Combinadas.

Además, el principio de economía de medios y el de utilización sistemática de la sorpresa (como eficaz multiplicador de la capacidad de combate, incluso en la defensa, con posiciones escalonadas en las contrapendientes, contraataques y contrachoques oportunos, bolsas de fuego), se relacionan directamente con el principio de la concentración de medios y con el de actividad o movilidad en todas las operaciones (combates y movimientos, con mínimos tiempos de concepción y de ejecución para cada una). Empleando para que el mando orqueste todo ello, el “centro de gravedad del esfuerzo conjunto”. Que actúa siempre como factor de planificación, de actuación y de dirección de los sistemas interarmas.

Es decir, el centro de gravedad es el integrador principal de los principios de la guerra en la conducción y la ejecución de la misma, como una característica natural. El mariscal von Hindenburg inventó el adagio: “Una batalla sin Schwerpunkt (centro de gravedad) es como un hombre sin carácter”.

Resultado de imagen de von hindenburg MARISCAL VON HINDENBURG, JEFE DEL ESTADO MAYOR DEL EJÉRCITO ALEMÁN EN LA I GUERRA MUNDIAL.

En cuanto al principio de concentración de los medios, el llamado “esfuerzo principal” expresa un efecto de penetración en una dirección y un sentido dados, pudiéndose llegar a la ruptura y posibilitar una explotación. En él se concentran los esfuerzos interarmas de las unidades, incluso las aéreas. El esfuerzo principal se ejemplifica en la estrategia de martilleo de Foch en el frente occidental europeo, a partir del verano de 1.918. Para vencer la capacidad de combate alemana por pura erosión de la misma en todo el teatro de operaciones. Trasladándolo sólo de dirección, cuando la resistencia de un sector alemán era excesiva.

El centro de gravedad tiene un sentido más espacial y temporal, buscando una “convergencia operativa” de “esfuerzos relacionados” hacia un objetivo. No necesariamente contiguos, simultáneos o secuenciales, sino sinérgicos y resultantes en sus efectos y resultados. Y teniendo en cuenta la forma óptima de actuar de cada arma y servicio.

El centro de gravedad es más global u holístico, el esfuerzo principal es más sumatorio y acumulador. Los efectos del esfuerzo principal son más directos, predecibles y evidentes. Los del centro de gravedad son más sutiles e inesperados, al menos en los primeros estadíos de la acción militar.

TEORÍA Y CRÍTICA DE LA «BATALLA MODERNA» Y SUS ACTUALIZACIONES.

Los proponentes de la nueva doctrina militar del U.S. Army, la AirLand Battle sucesivamente modernizada desde 1976, se dicen creadores de una doctrina científica, basada en postulados racionales. A lo largo del tiempo, realizaron aportaciones a aquella el coronel John Boyd, William Lind, famoso por sus divulgaciones militares, el general Donn Starry, desde el Tradoc, Steven Canby, Philip Karber y otros muchos teóricos. Es siempre un trabajo prolongado y colectivo, donde participan individualidades destacadas y lúcidas, que resulta siempre convergente y fructífero. El TRADOC es el mando del Ejército de los EEUU, encargado de atender sus necesidades de formación, entrenamiento y doctrina. Formulando para ello los modelos y las recomendaciones y propuestas de doctrina y de reglamentos.

Imagen relacionada CORONEL JOHN R. BOYD

Se supone que este salto teórico cualitativo, establece y perfeccciona, no sólo un modelo científico para la guerra moderna, basada en el empleo del motor de explosión y en la electrónica, como factores novedosos. Sino que el mismo puede ser adoptado y seguido por el rival menos numeroso (en hombres, medios y sistemas). Y que su superioridad conceptual le permitirá a éste superar en campaña las deficiencias cuantitativas de un ejército menor. Y ello, independientemente de la forma de lucha que se plantee en el conflicto. Además, dicha doctrina militar científica, una vez fijados correctamente sus parámetros, podrá evolucionar y adaptarse a las nuevas exigencias de la guerra en el transcurrir del tiempo. Estableciéndose las nuevas variables operativas, para las diferentes situaciones bélicas.

Resultado de imagen de william lind ANALISTA WILLIAM LIND.

Partieron para ello de la llamada Central Battle, cuyas Operaciones se recogieron en el FM 100-5 de 1976. Y que mantenían al fuego pesado como su principal “argumento” de combate y empleaban magramente las maniobras de las fuerzas. Algunas de las cuales terminaban en ataque frontales o, al menos, esperados y recibidos por el enemigo. Es la vieja idea táctica de oponer fuerza contra fuerza. Donde cualquier avance o ventaja se logra a un elevado coste en bajas, tiempo y materiales. Como sucedió durante casi cuatro años en el Frente Occidental europeo durante la I Guerra Mundial. El concepto de la Central Battle se ofrecía para un ejército encargado de defender un gran territorio de importancia vital. Que en la práctica comprendía la Europa Central y Occidental. Por lo que resultaba que la cesión de espacio, por ejemplo en una defensa móvil o, incluso, retardante, era inaceptable “a priori”. Y para ello el ejército “defensor” debía desplegarse casi en la misma “línea o faja” fronteriza de los estados que estuvieran inmediatamente amenazados, o sea, los más orientales.

El ejército “defensor” no contaría para operar con un escalonamiento en profundidad, a cargo de sus grandes unidades sucesivamente desplegadas. Sino que su despliegue sólo contaría con el escalonamiento propio (interno) de sus Grandes Unidades, que estarían desplegadas cuasi linealmente en el borde del territorio a defender. Tampoco contaría con fuerzas móviles de contraataque, desplegadas en la profundidad. Sino que se utilizarían las reservas móviles propias de esa gran línea defensiva, para realizar localmente contrachoques tácticos contra las rupturas y penetraciones en la zona de defensa del atacante enemigo.

La defensa en posición de la totalidad de un enorme territorio, tendría como Tarea la de detener todos los ataque penetrantes de un potente enemigo. Que contaría posiblemente con una supremacía de medios. La defensa actuaría así como una extensa y delgada fuerza (ĺinea) de contención “estratégica”. La idea subyacente en la doctrina es que empleando las tácticas adecuadas sucesiva y únicamente, se podrían alcanzar los objetivos estratégicos propios. Y la razón (incorrecta, por corta de vista) era que las tácticas podían resolver combates sucesivos. Pero éstos, por sí mismos, sin la estrategia operativa no podían alcanzar la trascendencia, la guía, la influencia. Necesaria para conseguir los objetivos estratégicos de otro nivel de actuación.

La mentalidad táctica existente en el U.S. Army antes de la promulgación de la “Defensa Activa” suponía y se basaba en el empleo contra el enemigo y en toda la profundidad táctica y operativa de su despliegue del fuego pesado propio. Que era, de menor a mayor alcance, la artillería de campaña y pesada, los cohetes reactivos ylos balísticos de corto y medio alcance y la aviación de apoyo a tierra.

La “Airland Battle” definida en el FM-100-5 Operaciones de 1982.

Las premisas elaboradas por el colectivo de los teóricos, que contribuían a crear el concepto de dicha nueva batalla fueron: el engaño del enemigo, en relación a nuestras capacidades e intenciones en la situación planteada; la destrucción de la sinergia conseguida por el enemigo por la colaboración táctica u operativa de sus unidades; la acción propia simultánea en todo el despliegue operativo enemigo; la dualidad sinérgica propia de una fuerza de contención del avance, ataque o despliegue enemigo y de una fuerza de maniobra, encargada de la aplicación de flanco y/o de revés de nuestro ataque en toda la profundidad enemiga; deshacer la cohesión enemiga con ello; la conmoción de la totalidad de la fuerza enemiga empeñada; desmenuzándola en unidades inconexas, quizás fragmentadas, con escasas capacidades de combate y movimiento operativo. Así, se cambiaba el pensamiento militar desde la aproximación táctica y técnica vigente hasta entonces a la concentración del esfuerzo propio, empleando las maniobras exigidas por la estrategia operativa.

Resultado de imagen de mijail tujachevski MARISCAL MIJAIL TUJACHEVSKI, UNO DE LOS PRECONIZADORES SOVIÉTICOS DE LA «BATALLA SIMULTÁNEA Y PROFUNDA». SU PURGA POR STALIN EN 1937, POR CELOS HACIA EL EJÉRCITO ROJO, AFECTÓ NO SÓLO A LOS ALTOS MANDOS EN DESGRACIA. SINO ESTERILIZÓ Y RETRASÓ LA DOCTRINA MILITAR SOVIÉTICA MODERNA. 

La fuerza de maniobra penetraría en todo el despliegue enemigo, si éste era favorable para ello, por no estar preparado para una defensa fortificada; como sería el caso de un combate de encuentro. Y, en el caso del rechazo preparado, el ataque sería avanzando rápidamente por un “corredor libre” o “free corridor” fuera del despliegue enemigo, buscando un flanco y/o una retaguardia expuestos. Desde donde y a lo largo de ese “lado”, la fuerza de maniobra móvil, dotada con gran capacidad de combate y de movimiento, debería golpear simultáneamente a todo el despliegue enemigo “descubierto”.

Análisis de la “Airland Battle” en la práctica.

En el concepto de la Airland Battle y en las diferentes actualizaciones de la doctrina militar norteamericana, aparece claramente el llamado principio de simultaneidad. La simultaneidad aconseja batir al mismo tiempo a la mayor cantidad posible de fuerzas enemigas, escalonadas en profundidad, tanto en el ataque como en la defensa. Se justifica su aplicación en el aprovechamiento máximo de la potencia de fuego propia sobre el enemigo y considerando los diferentes alcances óptimos de los diversos sistemas de armas empleados. El factor eficaz de la simultaneidad es la tecnología moderna de detección, de precisión de tiro y de potencia de fuego. Como conmilitón de ella está el principio de complementariedad, que expresa que el movimiento y/o el choque pueden ser sustituidos, indefinida y casi totalmente, por el fuego. Con ello parecen buscarse dos finalidades: el ahorro de vidas, discutible si no es correcto el planteamiento o su aplicación, y adaptar los medios militares a los recortes presupuestarios crónicos de las democracias mercaderes.

(CONTINUARÁ)

LA NO DISPONIBILIDAD COMBATIVA DE LAS FUERZAS EN LA DEFENSA.

Existe una variante de la deficiente o nula “disponibilidad combativa” de una fuerza militar. Y ocurre cuando existe la “complacencia”, el “agrado” de los mandos en el estado de alerta real de aquélla. Sin asumir o apreciar los fallos en él.

Desarrollo.

Sabemos que el límite superior de una característica o propiedad es muy difícil o imposible de alcanzar. Algunas de ellas son la “destrucción total” del enemigo y la “seguridad pública” absoluta en una población o en una sociedad. Si vigilas los sitios públicos amplios, parques, aeropuertos, te podrán atacar una iglesia o una mezquita… Pero lo que sí es exigible y necesario es que los mandos optimicen el uso de los recursos militares recibidos, que siempre son insuficientes, en las tareas a su cargo. Con ello habrán hecho todo lo humanamente posible por cumplirlas. Ya que la optimización de aquellos equivale a su “buen empleo” y a todo lo que esto implica.

La variante de la deficiente “disponibilidad combativa” que tratamos, surge en la defensa. Y tiene varios posibles orígenes y causas. Así, tenemos la deficiente organización y despliegue de la zona de seguridad. Que facilitará en mayor o menos medida su penetración oculta, paciente y múltiple por grupos enemigos. Que no tendrán que poseer necesariamente entrenamiento de zapadores. También las posiciones dominantes cercanas a una posición más o menos permanente e importante de las fuerzas, deben ser guarnecidas por destacamentos avanzados de, al menos, un pelotón.

Las vías de aproximación a las fuerzas, desde cierta distancia, deben estar registradas por los morteros, la artillería y/o la aviación de apoyo. En algunos tramos se pueden establecer emboscadas y, en otros, obstáculos y barreras de minas cubiertos por los fuegos propios. Otros sectores se pueden dotar de cámaras y sensores. Los sensores térmicos y acústicos aéreos pueden rastrear y detectar pequeñas unidades enemigas en las distintas fases de su marcha de aproximación al combate. La inteligencia debería facilitar informes fiables, con información suficiente y actualizados sobre las intenciones y los planes enemigos en nuestra zona y su desarrollo.

Resultado de imagen de soldados indisciplinados TAMBIÉN LOS HAY IRREGULARES…

 En la guerra irregular, el enemigo suele explorar, al menos al principio y también en condiciones fluidas de lucha, por observación. Es importante localizar y eliminar estas “posiciones de exploración”, que nunca serán fijas, sino efímeras y alternativas. La observación paciente propia es el modo o técnica. Y teniendo en cuenta que, si la exigencia es intensa, cada 30 minutos debe ser sustituido el observador, porque mira, pero ya no ve. Si existen medios adicionales para ello y como complemento, es necesario emplear el patrullaje contra los merodeadores nativos armados o no, en forma de exploraciones y ataques con objetivos limitados.

Recordemos que la correcta seguridad debe evitar que nuestras fuerzas puedan ser batidas por el fuego de las armas de infantería del enemigo. También, detectando al enemigo, le evitan sorpresas tácticas a aquéllas. Y que la presencia y/o la actuación de nuestras fuerzas en esa zona, incluyendo los destacamentos avanzados, tienen como tarea específica, el ganar el tiempo suficiente para que las fuerzas que las han adelantado y desplegado, puedan alcanzar la debida “disponibilidad de combatepara rechazar al enemigo. Y por todo ello, la seguridad es una parte irrenunciable de nuestra “disponibilidad combativa” total.

Pero, hasta las unidades veteranas o profesionales más experimentadas pueden ser “sorprendidas” por la aparición en fuerza del enemigo inesperado, en un ataque contra ellas. Y ello ocurre cuando se han confiado o complacido en una seguridad deficiente. Que es otra cara, menos evidente y definida como tal, de la no o insuficiente “disponibilidad combativa” propia.

Un ejemplo del Frente occidental en la II Guerra Mundial.

El 10 de junio de 1.944, poco después de la media noche, el 2º batallón de la 29ª división de infantería de los USA se preparaba para pasar la noche. Los hombres habían caminado unos 25 Km. durante las últimas 20 horas. El oficial ejecutivo del batallón, comandante Maurice Clift, escogió una zona formada por dos prados cercados, para que las tropas pasaran la noche al raso. Los hombres entraron en ellos y se dejaron caer contra los terraplenes de los setos que los enmarcaban. Tan cansados estaban los soldados que ni siquiera se molestaron en soltarse las mochilas y el equipo personal. La mayoría de ellos se quedaron dormidos de inmediato. Solamente unos pocos prestaron atención al ruido de unos motores aproximándose, pero pensaron que eran vehículos norteamericanos.

Se trataba en realidad de vehículos blindados y camiones alemanes pertenecientes a la 352ª división de infantería. Sin saberlo ninguno de los dos rivales, los alemanes se habían estado retirando y siguiendo la misma ruta que el batallón americano recorría en su avance. Al detenerse éste, los exploradores alemanes detectaron los movimientos norteamericanos en los prados de acampada. Los alemanes avanzaron sigilosamente y rodearon los prados.

Resultado de imagen de soldados indisciplinados SOLDADOS PASOTAS.

De pronto, los alemanes lanzaron bengalas. Bajo la siniestra luz, casi tan brillante como la luz del mediodía, sus cañones de asalto abrieron fuego sobre los setos contra los norteamericanos. A lo largo de uno de los setos, una sección se incorporó y fue segada por las ametralladoras alemanas. Muchos norteamericanos, asustados y desorientados, corrían de un lado a otro, buscando la salida de los prados; los tiradores alemanes los iban derribando con el fuego de repetición de sus fusiles de cerrojo. Las granadas de los morteros alemanes explotaban continuamente por todo la zona de los prados. Los norteamericanos respondían con un fuego de fusilería espasmódico e impreciso, dirigido a los setos opuestos; que podía alcanzar tanto a los alemanes como a sus propios hombres, en su deambular errático.

Era terrible”, le indicó un superviviente al general Cota. “Nos habíamos arrastrado más de 90 ms. fuera del campo, cuando escuchamos desde atrás, un griterío de nuestros hombres. Yo pensé que los alemanes estaban lanzando una carga a la bayoneta contra ellos”.

El comandante del 2º batallón, teniente coronel William Warfield, tenía su puesto de mando en una granja junto a la carretera. Warfield intentó establecer una defensa, pero fue en vano. Los oficiales que se lanzaron fuera de la casa hacia el campo, fueron abatidos rápidamente. Un alemán gritó en inglés hacia el grupo de mando: “¡Ríndanse, ríndanse!”. “¡De rendirse, ni hablar!”, rugió Warfield. Intentó liderar un pequeño grupo y llevarlo en dirección a los prados donde estaban sus hombres, pero resultó muerto inmediatamente.

Resultado de imagen de soldados indisciplinados NOS SALUDAN DESDE SU CELDA…

La batalla se prolongó unos 20 minutos. El batallón tuvo 150 bajas, incluyendo unos 50 muertos, algo más de un tercio de sus efectivos. Poco antes del alba, un joven teniente malherido que informaba al jefe de su división 29ª de infantería, el general Charles Gerhardt, caía de pronto de rodillas y golpeaba con sus puños el suelo, mientras sollozaba y se lamentaba que todos sus hombres estaban muertos y que él los había dejado caer.

El general Gerhardt se enfureció. “Sin seguridad”, gritó exaltado. “Simplemente el batallón llegó al campo y se echó a dormir”.

Un ejemplo de la guerra contrainsurgencia actual.

El Complejo británico Bastion en la provincia de Helmand.

Helmand es una de las 32 provincias de Afganistán. Se extiende por 58.583 km² al suroeste del país y tiene una población del orden del millón y medio de habitantes, de las etnias pashtún y baluchi. La capital es Laskar Gah. En su distrito de Washer, al noroeste de la capital, está instalado el Campamento Bastion, que es la principal base militar británica en Afganistán. Puede albergar entre 20 y 30 mil personas en la totalidad de sus instalaciones, en su mayoría son británicos y estadounidenses, dependiendo de las armas a las que pertenezcan y de sus misiones, equipos y abastecimientos. Ocupa una extensión total de 52 Km2 y la relación de su largo con su ancho es de 2 a 1, unos 10 Km. por 5 Km. Fue diseñada para llegar a ser el centro de las operaciones logísticas de la ISAF en Helmand. Además, es el mayor campamento militar británico construido en el exterior de su país desde la II Guerra Mundial. Levantado desde primeros de 2006 por los británicos, el Complejo está situado en una zona desértica y alejada de las poblaciones y dotada de largas vistas en todas direcciones.

El Campamento está dividido estructuralmente en diferentes “secciones”. Bastion 1 y 2 son las primeras levantadas. Bastion 2 contiene también el Camp Barber (USA) y el Camp Viking (Danés). Bastion 0 fue añadido hacia 2010 y alberga las instalaciones de los contratistas externos. El Bastion 3 se emplea para el entrenamiento específico de contrainsurgencia. El Complejo también incluye el Campo Leatherneck (del USMC) y el Campo Shorabak, del Ejército Nacional Afgano. El aeródromo de Camp Bastion, que cuenta con dos pistas de operaciones, atiende unos 600 vuelos de aeronaves todos los días, en operaciones de combate, logísticas y médicas. En el helipuerto adjunto están desplegados los Westland WAH-6 Apache de ataque múltiple y los Boeing CH-47 Chinook de transportes mixtos. En estos momentos el Complejo puede manejar y atender a casi todas las aeronaves militares y civiles en activo. El Complejo alberga también un gran hospital militar de campaña. Y grandes áreas de la gran base están protegidas por un muro de hormigón de nueve metros de alto, que se extiende por un perímetro de más de 40km, intercalado con torres de vigilancia especial, con soldados e instrumentos de alta tecnología.

La táctica de ataque de los talibanes.

El procedimiento standard de los taliban para atacar una posición militar es: Bombardean de madrugada con fuego pesado de lanzacohetes fijos y luego se acercan más para emplear los morteros. Esto es válido y útil contra posiciones o reductos pequeños o débiles. Cuando tratan de mantener la sorpresa, la iniciativa y la confusión, alargar el tiempo de reacción de los militares y conseguir una superioridad muy local y temporal, prescinden de su magro apoyo de fuego pesado. E incluso avanzan arrastrándose lenta y pacientemente. Por ejemplo, para romper un perímetro defensivo y dirigirse y atacar los hangares y aparcamientos evidentes de grandes aeronaves. El asalto final lo realizan varias escuadras y/o pelotones independientes que convergen, avanzando y disparando ráfagas de AK y ametralladora RPD o PK y, desde algo más atrás, los lanzagranadas RPG y RL. Sólo disparan sobre blancos comprobados o desde arriba y desde abajo.

 Una característica de los talibanes es que no se empeñan en la defensa de sus posiciones. Una vez conseguido el hostigamiento del enemigo y extendidos el daño, la mutilación y el estupor sobre los militares, aquéllos se retirarán. No son tan tontos como para esperar impávidos el fuego pesado, preciso y arrasador regular. Ni para presumir de bravura, frente a enemigos con armas de alcance y características superiores y capaces de convertir un blanco de superficie en zona de destrucción. Estos “gestos de valor” se los dejan para los soldados regulares. También están el tiempo y su corolario, la oportunidad. Los irregulares orientales manejan muy bien los tiempos tácticos y operativos. Son maestros de la paciencia, la espera, la repetición de los ensayos, simples y sencillos. Para los ataques importantes llegan a utilizar maquetas a escala del objetivo. Y, para penetrar en una base y atacar las pesadas y evidentes aeronaves de guerra, sólo necesitan representar parte del perímetro, la localización direccional del objetivo y su identificación, así como también las posiciones de rechazo hacia el punto de irrupción.

Su realización.

Bastantes horas antes de las 12 de la noche del jueves 13 de setiembre de 2012, las fuerzas talibanes comenzaron a acercarse desde varias direcciones a la zona aérea del Complejo. Para mantener una baja huella táctica, siguieron técnicas de arrastre en su avance a la zona de seguridad del área. Y hasta allí llegaron, sin ser detectados, unos 45 a 50 insurgentes que, en tres puntas de avance convergentes atacaron a medianoche, apoyados por sus armas orgánicas de pesadas de sección. A no ser detectados hasta el inicio del ataque, les ayudó también la escasa disponibilidad combativa de los hombres y la rutina tediosa e improductiva de las guardias y patrullas, que crean la defensa pasiva de un gran cuartel protector. Unos 15 talibanes de dos de los grupos, lograron vulnerar el perímetro de Camp Bastion y atacar eficazmente la zona aérea. Finalmente el grupo atacante fue eliminado (muertos, heridos y prisioneros).

Fue un ataque «significativo», declaró el Ministerio de Defensa británico, ya que los insurgentes nunca deberían haber llegado tan lejos. Se trató, reconoció la ISAF, de un ataque «bien coordinado». Los talibanes lograron vulnerar el perímetro de la base. «Estaban bien equipados y entrenados. Vestían uniformes del Ejército de EEUU e iban armados con rifles automáticos, lanzagranadas y chalecos explosivos», continuó la ISAF en su comunicado. Esta misión aseguró que durante el ataque, las tropas internacionales mataron a 14 insurgentes e hirieron a otro, que se encuentra detenido. Los corresponsales británicos en Afganistán aseguraron que Camp Bastion tiene una visibilidad excelente desde todas partes y está sumamente fortificada. El corresponsal de defensa del periódico Daily Telegraph, quien ha estado más de una docena de veces en Camp Bastion, escribió el domingo 14: «A pesar de estar en el centro de la provincia más peligrosa de Afganistán, siempre me sentí completamente seguro, sin duda, de un ataque del Talibán. Y honestamente creía que había más posibilidades de morir atropellado por un vehículo militar que asesinado por insurgentes». Las fuerzas de la coalición, explican los corresponsales, se preguntan cómo el Talibán fue capaz de dar este ataque por sorpresa a un campo fortificado y aislado. Y un portavoz, Adam Wojack, dijo que el ataque del viernes «era una señal para la coalición de que hay que prestar mucha atención al estado de ánimo popular, local e internacional».

El lunes 10 de setiembre, Zabihullah Mujahid, un portavoz insurgente, declaró a Reuters que los talibanes estaban intentando usar todos sus recursos para matar al príncipe Henry (también “Harry the Nude”), tercero en la sucesión al trono británico. Tras los hechos, otro portavoz talibán subrayó que atacaron en «venganza» por la película amateur estadounidense que ofende a Mahoma. Y que eligieron atentar contra Camp Bastion, porque el príncipe Harry (“Quique”, nombre de guerra) se encontraba allí, actuando como copiloto artillero en el Grupo Conjunto Aéreo.

La base británica fue atacada en diversas ocasiones a lo largo sus años de existencia. La ocasión más mediática ha sido la que tratamos. En el ataque resultaron muertos dos marines (del adjunto Campo Leatherneck). Y otras nueve personas, ocho militares y un contratista civil, resultaron heridas. Fueron destruidos 6 aparatos McDonnell Douglas AV-8B Harrier II del Cuerpo de Marines y otros dos quedaron muy dañados. En cuanto a las instalaciones logísticas, fueron destruidas tres estaciones de abastecimiento de combustibles y dañados 6 hangares de aviación que no estaban reforzados estructuralmente.

Y otro, de un ejército fallido…

El domingo 18 de diciembre de 2016, la franquicia del Estado Islámico en la República de Yemen realizó un ataque contra el cuartel de la llamada Seguridad Nacional en al-Saulaba. Que está situada a 20 Km. al norte de la ciudad costera de Aden, al sur del país y que es ahora su capital nominal. Una primera característica llamativa de estos asaltos suicidas del EI es que desde agosto de este año se han realizado tres ataques contra el mismo cuartel. Cuyos mandos mantienen contumazmente una ineficaz y deficiente “disponibilidad combativa” de las fuerzas de la guarnición, para mantener su seguridad.

En el último ataque, el más letal, murieron 50 soldados del Ejército del Yemen, leal al presidente Abdo Rabu Mansur Hade. Cientos de soldados estaban aún en el exterior del cuartel, aguardando recibir el permiso para entrar en él y recibir sus soldadas. Unos mil soldados habían accedido ya a las instalaciones militares. Pero el acceso fue limitado para evitar aglomeraciones en los patios e instalaciones militares. Un terrorista sunní se deslizó entre los soldados que aguardaban fuera. Y detonó su chaleco de explosivos. Posiblemente liberando el llamado detonador del muerto.

La seguridad es uno de los llamados “principios de la guerra”. Que definen el “qué hacer” para conseguir militarmente nuestros objetivos. Y aunque no figure en todas las listas existentes de principios, especialmente en las más cortas, la seguridad está ahí para quedarse. Y de su no observancia, la eficacia y el poderío de los demás principios aceptados quedarán mermados o mutilados en su aplicación. Ya que los principios constituyen un conjunto global, armónico y sinérgico de las normas del buen hacer, para un sistema militar operativo.

EPÍLOGO.

La combinación de la defensa habitual y la defensa móvil proactiva ejerce un efecto sinérgico y convergente, de perfección y aseguramiento de la zona de seguridad. Para detectar y rechazar las sorpresas tácticas del enemigo y para alertar al grueso de su aparición tras el horizonte. Y para difuminarle a aquél el trazado de nuestra zona de defensa. Gracias a las posiciones avanzadas de combate y observación y a las acciones desde ellas y de las patrullas y destacamentos avanzados. Aquello le permitiría al enemigo vislumbrar y estimar donde estarían las “posiciones de defensa” en la zona de rechazo y adónde se dirigirían preferentemente los fuegos pesados de la defensa, delante del límite anterior de dicha zona.

 

EL COMBATE DE LAS PEQUEÑAS UNIDADES MILITARES.

Introducción.

Cada pequeña unidad militar, cada “unidad de acción” es una subunidad que es capaz de realizar una función en la unidad superior a la que pertenece o apoya. De su integración táctica con otras, surgirán unidades de acción mayores, capaces de actuar en “campos de acción” mayores y de importancia y trascendencia superiores.

Las unidades de acción pueden ser de mando, de combate (de fuego, de choque y mixtas), organizativas (secciones del EE. MM.), sustentadoras (logísticas), de comunicaciones y de inteligencia (de exploración, de inteligencia y de contrainteligencia y propaganda y guerra sicológica). Las más pequeñas de combate serían el apoyo de fuego de pelotón (ametralladora ligera y servidores) y las 2 o 3 escuadras de aquél, capaces de maniobrar o de mantener una línea de fuego, para ganar el tiroteo en el combate.

Las mantiene unidas y posibilita el cumplimiento de sus funciones, su interés (estima, autoestima y objetivo compartido de la unidad, frente al desgaste y al peligro cierto o aparente, pero asumido como tal), el dispositivo (que provee de una estructura organizativa y que alimenta sus funciones, para garantizar la unión y la acción), el mando (que brinda guía, cohesión, ejemplo y sentido) y la situación (que es acogedora, neutral o amenazante, en orden creciente de dilución de la unión y de pérdida de la eficacia). Éstas originan a su vez los despliegues y los combates y las maniobras, que son la “forma” decidida por el mando para aplicar la capacidad de combate y un tempo o velocidad de acción, gracias a la libertad de acción que se posee; aquéllos brindan, junto con la evolución de la situación, las oportunidades y los peligros.

BASE DE APOYO DE FUEGO CON OBUSES DE 105 MM.

Se aprecia una rica multiplicidad de interacciones entre las subunidades, en base a sus funciones y a la dependencia entre ellas, en relación con su integración en la unidad, el mantenimiento de la cohesión de ésta y el cumplimiento de su función superior.

Los despliegues posibilitan el éxito o e fracaso; el dispositivo garantiza el orden frente al caos del medio o a interacciones negativas, siempre impredecibles e improductivas; la situación da intrínsecamente a la unidad el valor o la cobardía; el mando y el interés impulsan la acción positiva o eficaz de la unidad, en orden a su cohesión y a su función u objetivo en el conjunto.

Proceso de la Actuación combinada. Medios de Control.

Las unidades de acción se enfrentan al enemigo empleando un sistema interarmas o de armas combinadas. Se dirigen al enemigo manteniendo una dirección (maniobra y choque) y con un apoyo de fuego. Y ello aunque se trate de una unidad tan pequeña como el pelotón, con sus escuadras de tiradores o fusileros y de apoyo, como subunidades especializadas en el concepto interarmas.

ARTILLERÍA REACTIVA.

Procuran alcanzar la distancia eficaz de combate, creando una interfase favorable, una enfilada de tiro o una posición de fuego rasante o una distancia de asalto, sin perder su capacidad de combate. Empleando, por ejemplo, la fijación del enemigo el fuego ametrallador, sus pérdidas importantes o que afecten a su cohesión o al mando, y por desgaste. Y protegidos por el ocultamiento natural (transitabilidad favorable) o artificial (nieblas, fuego neutralizador).

La supuesta línea continua del frente es desmenuzada. Surgen una multitud de inesperados nuevos frentes “internos”, posibles interfases de acción favorables para nosotros. No se trata de una infiltración, porque el frente moderno es difuso (unos 0,15 hombres/m.) y vacío (unos 4.000m2/hombre), sino de la creación activa de “campos de acción” adecuados en sucesivas etapas de acción, para el empleo de la unidad en interfases favorables sobre el enemigo. Las características de actuación son la coordinación y/o el esfuerzo convergente de las distintas armas en los “campos de acción” donde actúan. Que son diferentes y pueden estar superpuestos, según se trate de tiradores, morteros ligeros y medios, ametralladoras, lanzagranadas, cañones de tiro directo, etc. De nuestra aparición en fuerza eficaz, donde menos nos desean y sin haber sido detectados, surge el concepto erróneamente expresivo de que nos “infiltramos”. Que es realmente una mera consecuencia espacial del verdadero concepto operativo seguido.

Evolución de las Actuaciones en su Sector. La Retro información a los Mandos.

Como consecuencia de las interfases de acción con el enemigo, van surgiendo en la zona táctica las múltiples actuaciones de las unidades de acción. Con ellas se tiende a saturar la retroinformación debida al mando, a arracimarse en las vías de comunicación de todo tipo y a afectar las interrelaciones funcionales de la unidad. A estorbar, así, su sinergia, y a demandar el refuerzo y/o la decisión del jefe, si éste no ha delegado suficientemente o no se mantiene observando los cambios de la situación.

LOS LAV’s ATACARON SIN APOYO ALGUNO EN UN ESTRECHO SECTOR, UN PUENTE.

Esta “plétora indebida” informativa es estructuralmente una generadora de rozamiento, una dilapidadora de esfuerzos y medios y es la medida de la tendencia a la pérdida de la cohesión, del sentido principal y del objetivo, que sufre una unidad táctica interarmas.

La clave para gestionar esta “plétora indebida”, conteniéndola razonablemente, reside en que cada cual debe observar, controlar e impulsar lo necesario para el cumplimiento de su misión, por debajo de su nivel en la jerarquía. Para ello el jefe debe compartir su intención y objetivos (órdenes tipo misión), establecer un centro de gravedad de su esfuerzo combinado en cada situación y garantizar la cooperación y el apoyo a sus unidades. Todo ello contando con la orden de operaciones y con la inteligencia actualizada recibidas.

Como partes de un sistema complejo (jerarquía, especialización y objetivos e intenciones), las unidades de acción pueden ser todo lo autónomas (órdenes tipo misión, centro de gravedad, sectores diferentes o compartidos con refuerzos) y todo lo especializadas (ingenieros, antitanques, antiaéreos, exploración, química, etc.) que se necesite. Para poder así cumplir con flexibilidad, rapidez y eficacia sus funciones en las interfases de acción con el enemigo. Se mantiene con todo ello la jerarquía estructural (integración y de soporte en una unidad mayor) y funcional (en el ámbito de la intención y de apoyo en ésta).

La actuación eficaz de las unidades de acción reside en su capacidad de actuar flexible y semi independientemente a partir del nivel de escuadra o sección (section o plattoon anglo-sajones) en el cómo cumplir la misión recibida. Para ello también deberán conocer y consi-derar las capacidades y necesidades de las otras armas y apoyos. Y actuar los hombres velando por sí mismos y por los demás compañeros de la unidad. Sus jefes deben ser capaces de tomar e impulsar decisiones, basadas en la misión y en la evolución de la situación.

Evidentemente, el desideratum es trabajar así. Y ésta debe ser la tendencia a seguir en la selección, formación, entrenamiento y utilización de los hombres y las unidades.

En la práctica el grado de eficacia general conseguida, estará condicionado por la idio-sincracia de una nación, el carácter más o menos gregario o independiente de sus gentes, su doctrina y tradición militares, los presupuestos de defensa, la moral nacional, la situación política nacional e internacional, la integración de instituciones y organismos nacionales en el ámbito internacional o internacional, etc.

El ataque de una unidad de armas combinadas.

Veamos un ejemplo. Frente a una posición de infantería más o menos preparada, con medios antitanques adelantados, una típica zona defensiva, podemos emplear en la ruptura o en su destrucción, si no es franqueable, a la infantería desmontada, seguida por saltos cubiertos por los tanques para la protección y el apoyo de fuego directo de ella.

El antitanque defensor buscará un blanco puntual, relativamente grande y protegido, preferiblemente desde posiciones cubiertas o, al menos, bien camufladas y enfiladas. Y actuará por baterías, con las piezas dispersas para que un mismo fuego pesado no los incapacite. Las armas pesadas de infantería (ametralladoras en trípodes) neutralizan, “barriendo y buscando”, una zona más o menos estrecha del frente, ocupada por un blanco disperso, pequeño y blando, una sección de tiradores enemiga.

Los tanques atacantes batirán con proyectiles H.E. y H.E.S.H. las posiciones pesadas de infantería y las escuadras de la infantería atacarán con sus ametralladoras ligeras a los servidores de las piezas antitanques, estorbándoles adquirir un blanco puntual con tiro filante. Toda esta labor de destrucción y neutralización se va extendiendo, una vez lograda la irrupción, como los movimientos de una oruga, en la profundidad de la zona táctica del sector de ataque de la unidad interarmas propia. Otras partes de la posición enemiga que pudiesen colaborar en el rechazo son cegadas por el humo y/o neutralizadas por el fuego indirecto.

DESCIENDEN PARA COMBATIR A LAS DISTANCIAS CORTAS.

Además, los observadores de artillería y de aviación adelantados irán definiendo a estas armas de apoyo los nuevos objetivos que el propio ataque vaya descubriendo en la profundidad y en los flancos (exploración de combate) en el sector de avance. El criterio del centro de gravedad del fuego de apoyo será el de, al menos, neutralizar todos los objetivos que se opongan al avance hacia la posición enemiga, a la irrupción y a la lucha en el interior de la posición de defensa en el sector asignado. Facilitando así el fuego directo y el choque de los atacantes terrestres. Y ello, mediante golpes concentrados y puntuales de su fuego pesado.

Con ello, la acción efectiva en el medio dado, característica esencial de las “interfases de acción”, se optimizan al nivel de los grupos de acción tácticos o pequeños sistemas interarmas, cuya complementariedad hemos resaltado.

En terrenos de tipo quebrado, muy ondulado, boscoso o urbanizado (viviendas y fábricas), no necesariamente montañosos, de escaso dominio por la vista y con abundantes alturas ocultantes relativas, las interfases de acción reducen el ancho de su sector. El elemento de acción eficaz sigue siendo el sistema interarmas dimensionado adecuadamente. La acción se realiza por compañías, secciones o pelotones reforzados interarmas, con el apoyo de fuego pesado, incluso proporcionado por el batallón (morteros). Salvo en los trozos más llanos y de escasas obstrucciones a la vista, la transitabilidad, que limita físicamente las interfases de acción posibles, impide la lucha empleando medios concentrados más allá de la compañía. El papel del batallón será el de reforzar los esfuerzos y canalizar los apoyos en los sectores o calles asignados a las compañías.

En estos casos son críticas en la acción las vías terrestres de comunicación existentes, sobre todo las más o menos perpendiculares al frente. El bloqueo de dichas vías afecta enormemente al tempo, a la velocidad total de la operación, por la dificultad del terreno más o menos pendiente u obstruido que las rodea (bosques, quebradas, construcciones, vados no reforzados). El avance se ralentiza o se tiene que dispersar por las rutas disponibles paralelamente a las afectadas, obligando a entrar en otros terrenos difíciles limítrofes.

Planes y Previsiones generales del Mando.

El plan de contingencias de las unidades debe contemplar esencialmente el superar cuatro tipos de situaciones no previstas, que se interponen en el cumplimiento de la misión y que pueden llegar a comprometerla. Éstas serían:

a) Posible acción directa del enemigo, en uso de la iniciativa o pretendiendo recuperarla. Podría ser un bombardeo de interdicción, un contraataque. La solución es neutralizar tácticamente su acción, sin comprometer la misión.

b) Posible encuentro con el enemigo. Se trataría de patrullas y centinelas, de avanzadas de combate y destacamentos avanzados y patrullas de exploración. Es necesario someterlos o rechazarlos y cambiar rápidamente de posiciones e incluso de dirección temporalmente, para no comprometer la misión.

c) Posible obstáculo imprevisto. Serían una zanja, una pendiente de suelo más difícil, la voladura de un puente, una riada, una tormenta, que afecten la transitabilidad del terreno. Se trataría de superarlo lo más rápidamente posible, manteniendo la seguridad y aún extendiendo la exploración.

d) Posible acción defensiva/pasiva del enemigo. Son los casos de entrar en una emboscada, en un campo de minas, en una cortadura reforzada defendida por el fuego, en los fuegos de rechazo de una posición de defensa, en un obstáculo antitanque. Se debe superar lo más pronto posible, como el obstáculo natural. Evitando además ser canalizado por el enemigo en una dirección deseada por él, como alternativa, que sería favorable a un contrataque o a una zona batida por la artillería o de fuegos convergentes.

En líneas generales, dentro del plan del jefe, debe estar previsto siempre:

1) El superar o repeler al enemigo y/o al obstáculo, que estorben y que se presentarán sin poder ser previstos, evitando facilitar información propia al enemigo.

2) Medios perdidos o destacados para superar, neutralizar o repeler son medios privados al cumplimiento de la misión. El enemigo preso puede facilitar información comprometedora, que tardará un plazo en ser inteligencia eficaz.

3) Es necesario continuar la ejecución de la misión, con los medios necesarios para cumplirla. Es un factor multiplicador de la eficacia, tras el revuelo y las pérdidas del incidente, el mantener un alto “momento” de ejecución: Es el producto de la “capacidad de combate” por su velocidad media de movimiento en un período, con una dirección y un sentido dados.

El ejemplo de la preparación y la actuación del 3er. Ejército norteamericano del general Patton contraatacando la penetración alemana en las Ardenas, es significativo de las dificultades (su “incidente” fue un cambio súbito de misión y de dirección y sentido de actuación) y de las posibilidades de ese “momento” de ejecución.

Todo esto no se improvisa. Resulta en la práctica solamente como fruto del entrenamiento frecuente y del trabajo de organización y de coordinación del EE.MM. y de todos los mandos. Recordemos los dichos, “se actúa como se entrena” y “el hombre es un animal de costumbres”.

Las Unidades de Élite.

Estas unidades reciben un entrenamiento más completo y eficaz en los tiempos modernos. Que es aplicable a un personal que claramente disfruta con el ejercicio de su profesión. Y no sólo se alista para cumplir un deber cívico, colaborar con los conmilitones (hasta el nivel de batallón), aunque los inmediatos son los compañeros de pieza o de pelotón, y volver a casa. En general, actúan rápido y fuerte, incluso desconsideradamente, contra su objetivo.

Resultado de imagen de texas rangers EL TEXAS RANGER WILLIAM WALLACE «Bigfoot».

Se trata de un “sistema” militar cerrado, que es vulnerable al cerco y la emboscada y cuyos medios limitados son sólo los asignados para la misión. Les es difícil recibir refuerzos, aunque operen en las cercanías del grueso propio o de grandes unidades. La inteligencia para la misión debe elaborarse a partir de informaciones contrastadas, continuas, suficientes y actualizadas. Ya que ella les protegerá de las sorpresas y los contratiempos en destino, que son la “dificultad crítica” que pueden encontrar y el mayor peligro para todos.

Su experiencia de combate les ha aconsejado no rendir nunca las armas y continuar siempre el esfuerzo, la lucha. Lo que les ha salvado de más de un fracaso, ya que el enemigo cedía antes que ellos. Por no pagar el elevado coste de vencerlos. La disciplina la aceptan en gran parte como una cualidad necesaria para la cohesión y eficacia de su unidad. Aquí, más que en otras armas o ramas, los jefes tienen que ser auténticos líderes, dirigiendo con el ejemplo. Y de formación probada, para que sus hombres reconozcan que su “seguro de vida” es el cumplimiento de las órdenes de sus mandos conductores y con el grado de flexibilidad que conceda la orden para la misión.

ABU OMAR AL-SHISHANI

Operaciones o G-3 de la Oficina central de Defensa del Estado Islámico

Su nombre puede pasar como uno más entre los cerca de mil delegados o visires nacionales, gobernadores, asesores, consejeros de la Shura, jefes de las oficinas centrales y nacionales y jefes de “brigadas” o “kampfgruppen” o fuerzas de tareas del califato del tercer milenio de Abu Baker al-Bagdadi. Y con la rapidez en dar alguna reseña personal suya, con motivo de su “evaporación” en un ataque aéreo de la Coalición de los 65 países el pasado viernes 4 de marzo, junto a la ciudad siria de al-Shaddadi, se ha obviado comentar o citar su intervención en la concepción de la más importante operación del EISI.

El padre Omar el checheno, que eso quiere decir su nombre árabe Abu Omar al-Shishani, fue el “estratega operativo” que diseñó a primeros de 2014 la campaña de primavera/verano del Estado Islámico en Irak. Conocido también como Omar el checheno, nació en Georgia y luchó en sus fuerzas armadas durante su desigual guerra con Rusia de 2008. Parece ser que al-Shishani comenzó a luchar en Siria junto a los rebeldes en 2012, pocos meses después del estallido de la guerra civil. Y se estima que algo más de un año después se unió al Estado Islámico de Siria e Irak. Los EEUU ofrecían $5 millones de recompensa a quien aportara información fiable sobre el paradero de Al-Shisheni. Recordemos que ésta es la tercera vez en que se declara muerto en acción a Abú Omar…

La gran operación de acción, prestigio y propaganda.

El EISI tomó al asalto y sin encontrar apenas resistencia la ciudad de Mosúl durante la madrugada del lunes 9 de junio de 2014, consolidándola en su poder en un par de días más. Mosúl es la tercera mayor ciudad de Irak y cuenta con 2 millones de habitantes. Fue la segunda gran localidad del país ocupada en firme por el EISI. El efecto de atracción y prestigio para el EISI y el golpe de descrédito para los gobiernos kurdo y central de Irak fueron sorpresivos y grandes. La permanente disputa por la administración de Mosúl entre las autoridades iraquíes y las del Gobierno Regional Kurdo (el KRG) influyó en la falta de defensas adecuadas de la ciudad. La toma de Mosúl, a unos 390 kilómetros al norte de Bagdad, sacó a relucir la incapacidad para gobernar la urbe, generada por el enfrentamiento entre el gobierno autónomo kurdo de Erbil y la autoridad central de Bagdad. Los kurdos aguardan desde 2007 un referendo que apruebe la absorción de esta ciudad por parte del KRG.

En este ataque se produjo un avance al combate de varias columnas de camiones ligeros sin protección contra el fuego ligero de infantería (muchos, tipo “pick up” de techo abierto y todos de marca Toyota), transportando al aire a unos 800 milicianos irregulares ardorosos del EISI. Y los 30.000 policías y soldados nacionales que guarnecían la provincia de Niniveh, abandonaron sus equipos pesados colectivos, singularmente la artillería y los vehículos blindados y huyeron, formando racimos de hombres aterrorizados, hacia Bagdad, a medida que avanzaban los “barbudos de Allah”.

Así, a primeros de junio de 2014, el ISSI lanzó una ofensiva estratégica en Irak, destinada a consolidar sus dispersos enclaves iraquíes (al-Ramadi, Faluya, etc.) de las provincias del norte y centro en una unidad territorial única y extensa. Que fuera capaz de unirse geográficamente, sin solución de continuidad, con las tierras sirias del Califato, con sede en Raqqa, en el alto Eufrates. Después de asaltar la ciudad de Samarra, irrumpieron en Mosúl y lanzaron una “acción de área” en las provincias de Saladino y Diyala, en la que los terroristas recurrieron también a sus “juramentados suicidas”. El asalto del ISSI a Mosúl se sumó a los ocurridos sucesivamente en varias poblaciones de la provincia de Niniveh. Confirmando con todo ello las capacidades militar y organizativa y la agresividad cada día más claras del grupo fundamentalista salafista y la gobernanza y el caudillaje de su líder, Abu Baker al-Baghdadi. La expansión del territorio que controla el ISSI, tanto en Irak como en Siria, son la realización de la intención de al-Baghdadi de desplazar al egipcio Ayman al-Zawahiri, no como jefe de al-Qaeda, sino como el auténtico sucesor de Osama Ben Laden.

Los avances de los yihadistas se producían a las velocidades de marcha de sus columnas, según la transitabilidad de los terrenos y la capacidad de las vías recorridas. Porque, antes de que llegaran a la distancia eficaz de influencia, de constituir una amenaza real sobre su objetivo, los funcionarios del gobierno y las fuerzas de seguridad abandonaban sus puestos administrativos y de defensa en aquél. Sin embargo, estos grupos móviles carecían de cualquier de cualquier apoyo externo a ellos, de conexión táctica a ningún grueso o masa de apoyo, y sus flancos son sectores expuestos. Esto es una de las delicias tácticas para cualquier ejército moderno medianamente experimentado y motivado.

Los grupos rebeldes pueden ser cercados funcionalmente y atacados desde sectores convergentes por los batallones de un par de brigadas de infantería mecanizada, reforzados cada uno por varias secciones o una compañía de sus batallones de carros. Y así, batidos y deshechos sucesivamente. Si no ha ocurrido así, es que no existía allí tal ejército. Lo que tenían los iraquíes era un proyecto, una apariencia, una entelequia, una imagen virtual y escandalosa de ello. Sabemos que la sorpresa es a veces inevitable: porque es hija del ingenio propio, de la oportunidad neutral y de la incertidumbre y de la rutina enemigas. Pero un ejército cabal es capaz de superar las crisis, de rehacerse y de vapulear al osado irregular rebelde, que se le enfrenta a campo abierto. Si no ocurre así es porque el ejército iraquí no existe como expresión cabal y cuajada de la voluntad de defensa de la sociedad y del gobierno iraquíes.

El diseño y la planificación de estas operaciones de acción y prestigio en Irak fueron obra de Abu Omar al-Shishani, un jefe entonces del ISSI en las montañas kurdas de Siria. Ya que las fronteras nacionales son para los yihadistas salafistas una abominación, que atenta contra la comunidad universal del Islam, plasmada políticamente en el califato. Creando así un “totun revolutum” de sufrimiento, desconcierto y sangre, donde medrar e imponer ese califato delirante. El Frente al-Nusrah para la Liberación de los Pueblos de Oriente, la franquicia regional de al-Qaeda, empezó a actuar en Siria en 2012, cometiendo los “grandes atentados indiscriminados y aislados” con grandes bombas en la capital y otras ciudades, al principio de la guerra. Los yihadistas avanzan políticamente y medran cuando existen una fractura y un caos sociales en un país. Éste es su humus primigenio, su caldo de cultivo, su medio ambiente propicio e ideal.

El enemigo contra el que planificó Abu Omar su “golpe de guadaña”.

El nuevo primer ministro iraquí, el chií Haidar al-Abadi, acometió a mediados de noviembre de 2014 la compleja reestructuración y adecuación del ejército nacional. Es de recordar, que los EEUU se gastaron durante su ocupación de Irak unos $25.000 millones en el entrenamiento y el equipamiento del actual ejército de Irak, que no parecen haber servido para mucho. Y los “drones” de espionaje y observación de los estadounidenses, tampoco han sido de utilidad. Y todas las escuchas telefónicas y de comunicaciones inalámbricas digitalizadas o no de la NSA (la agencia central de seguridad estadounidense, con inmensos almacenes para el archivo de datos inútiles, porque lo son si no son de provecho), la CIA y otras agencias especializadas en la exploración y observación de la información fueron nulas o erradas, para detectar el cáncer purulento del ISSI. Que se gestó desde casi dos año atrás, y su explosiva metástasis por el noroeste de Irak a mediados de 2014.

  EL PRIMER MINISTRO HAIDAR AL-ABADI

El miércoles 15 de noviembre el “premier” firmó, como comandante en jefe de las fuerzas de seguridad, la destitución de 26 comandantes y jubiló anticipadamente a otros 10. La medida atend a la necesidad de «consolidar la labor de una institución militar, basada en la profesionalidad y en la lucha contra la corrupción en cualquiera de sus formas». Al-Abadi nombró a otras 18 personas como relevo parcial. El premier buscaba también «depurar el aparato de seguridad de los generales y jefes leales a al-Maliki», cuyas políticas miopes y sectarias alienaron de nuevo a la población suncontra el gobierno iraquí. Y dieron alas a los yihadistas, que ya controlan difusamente un tercio del país. Pero, el jefe del Ejecutivo ha evitado ampliar la depuración al ministerio de Interior, controlado por la milicia chií de al-Sadr. «Las milicias chiíes operan en Bagdad (desde su centro en el barrio al este del Tigris, llamado Ciudad al-Sard) con total impunidad, ignorando la presencia de las fuerzas de seguridad gubernamentales«.

La purga coincid con el envío de 1.500 soldados estadounidenses adicionales a Irak, anunciado por Obama la semana anterior y con las primeras victorias logradas en combate por el ejército, con el apoyo de los ataques aéreos lanzados por la coalición internacional sobre las posiciones y concentraciones del ISSI. El general de 4 estrellas James Terry declaró a primeros de diciembre que su principal tarea es el reentrenamiento del nuevo ejército nacional. Se espera que la cifra de militares desplegados por los EEUU en Irak sea de unos 3.100 efectivos en poco tiempo. Y espantado por la enorme incapacidad del ejército iraquí, el entonces jefe del Estado Mayor Conjunto de los EEUU, el general Martin Dempsey, reconoció el jueves día 16 de diciembre que se necesitarán unos 80.000 miembros «competentes» de las fuerzas de seguridad iraquíes, para recuperar el territorio arrebatado por el ISSI, liberar la ciudad de Mosúl y restablecer la integridad de la frontera con Siria. ¡Qué fácil se entrenaron y motivaron los barbudos de Alá y cuanto les cuesta hacerlo a los “militares” iraquíes…!

GENERAL JAMES TERRY

El objetivo de la formación del ejército iraquí es alistar o reestructurar y entrenar a un colectivo de más 200 mil iraquíes, para formar el nuevo Ejército Nacional de Irak. Aparte están las fuerzas de policía y orden público civiles. Los reclutas son contratados tras pasar un superficial examen físico, estar comprendidos en un intervalo amplio de edad y pasar por un filtro “político” local, que avale su no “pertenencia evidente” a los grupos díscolos o insurrectos. Al no existir la tradición de un ejército moderno de reclutamiento universal, se ha optado por adquirir un ejército de voluntarios, intentando profesionalizarlo. Los reclutas del ejército pasan por “temporadas” una serie de jornadas de formación en técnicas elementales de lucha; de endurecimiento físico; de disciplina militar, basada en formaciones cerradas y sus movimientos, para imprimirles carácter; de cumplimiento de las labores cotidianas de vida en común y de convivencia como colectivos uniformados. Las principales tareas son formar someramente a los hombres, que se acostumbren a integrar colectivos permanentes disciplinados y prepararlos básicamente para su formación específica en las unidades de destino. Este período inicial se extiende entre los 60 y los 120 días. Y éste es un tiempo considerado insuficiente. Las unidades de formación del ejército iraquí, sitos en multitud de campos desperdigados por numerosas provincias del centro y del sur de Irak, serán fundamentalmente dirigidas por suboficiales y oficiales estadounidenses.

GENERAL MARTIN DEMPSEY, LUEGO JEFE DEL PENTÁGONO

Delirante, el viceprimer ministro iraquí Saleh al-Mutlaq (un sunní) recomendó reintegrar a los soldados de Sadam en el novísimo ejército en reconstrucción. «De esa manera se podrá derrotar al Estado Islámico en un plazo muy breve de tiempo». Pero, ¿aún siguen vivos y capaces, desde 2.003, los vapuleados y perseguidos restos del ejército de Sadam Hussein al-Tikriti? ¿No será éste el “tentetieso argumental” de los gobiernos iraquíes, al que achacan todos sus fallos, desventuras e incapacidades propias? A sus 68 años, el vicepremier es un veterano en la política del país, donde ha resurgido varias veces. Y se mueve a sus anchas en el gobierno de Bagdad, amedrentado por los yihadistas del Estado Islámico de Siria e Irak.

VICE PRIMER MINISTRO IRAQUÍ SALEH AL-MUTLAQ

Y la corrupción por sí misma no es razón suficiente para rehuir defender y ayudar al régimen iraquí. La corrupción es general, tradicional, arraigada y omnipresente en toda la región geopolítica árabe: desde el norte de África a las fronteras de la India. Sadam Hussein, el partido Baaz y su régimen estaban asentados en el clientelismo, el copago y el terror selectivo contra los enemigos internos, tanto reales como potenciales o estimados. Con la religión (variedad sunní) y los comunes orígenes tribales como criterios de selección, para comenzar a medrar en las estructuras estatales. Y sobrevivieron a dos guerras exteriores, una larga y otra contra una coalición aplastante de países modernos en 1991, y a varios intentos armados de rebeliones internas étnicas y religiosas.

LOS CHINDITAS: FUERZAS DE INCURSIÓN PROFUNDA

UNA EXPLOTACIÓN OPERATIVA DE LA RETAGUARDIA ENEMIGA

Un proceso que llamaremos de “sorpresa en cascada” fue creado al sur del teatro de operaciones del Extremo Oriente por el general británico Orde Wingate a primeros de 1.944. Para ello empleó la fuerza de incursión profunda, tipo división ligera reforzada, llamada los Chinditas. Este nombre está tomado del dios birmano Chinthe, el dios protector de la religión (o del estado), y que podía atacar a los enemigos desde nueve direcciones diferentes… Su misión principal era cortar las comunicaciones internas de unidades (avance y retirada) y abastecimientos (apoyos, sustituciones y reemplazos) de las fuerzas japonesas que se oponían al avance, en el norte de Birmania, de las fuerzas chino estadounidenses del general Stilwell. Éstas avanzaban desde China en dirección al sur, con el objetivo de conquistar las poblaciones bimanas de Mogaung y Myitkyina y también ocupar y asegurar la zona al sur de esos nudos ferroviarios, creándoles un área de retaguardia estable. Con ello buscaban poder abrir y extender permanentemente una carretera y un oleoducto desde el norte de Assam, en la India, a Yunán, en China.

SU EMBLEMA, TOMADO DEL DIOS CHINTHE…

Esto permitiría abastecer a una flota de bombarderos estadounidenses y sus escoltas de caza con base en Yunán. Que estaría destinada a reforzar el esfuerzo de guerra de los maltrechos chinos, los cuales luchaban desde 1.937 en una guerra propia, contra el expansionismo del Japón en el continente asiático. Y que estaban ahora desmotivados hasta tal punto, que Chiang Kai Check quería salir de la guerra. Este hipotético armisticio liberaría a unas 25 divisiones japonesas que se hallaban en China, operando y estacionadas, para ser destinadas donde el Estado Mayor Imperial lo considerara adecuado. Por ejemplo, para acelerar una invasión de la India e incluirla en la “Zona Asiática de Coprosperidad” que preconizaba el Imperio del Japón para toda el Asia Oriental y del Pacífico, bajo su influencia político económica, frente a las potencias occidentales extrañas.

LA ZONA DE OPERACIONES.

Un avance convencional desde la India, a cargo del Catorce Ejército anglo indio del general Slim contra esa retaguardia profunda nipona y desde un flanco esperado y protegido era impracticable. Debido a la distancia a recorrer, al terreno a ganar y asegurar, a la tenacidad de los soldados japoneses de infantería y al número de sus fuerzas desplegadas “en esa misma dirección y en sentido opuesto”, puesto que los nipones intentaban alcanzar la ya cercana frontera de la India con Birmania, y a la dificultad de la lucha en la selva. Que era un medio “espeso” para los movimientos de las fuerzas de ambos mandos, con vistas obstruidas y muy cercanas y donde abundaban las enfermedades tropicales.

 

Desarrollo de las Operaciones.

La “segunda expedición chindita” se insertó en marzo de 1.944, en base a la experiencia operativa adquirida el año anterior con la primera. Donde Wingate comprobó dos parámetros esenciales para las operaciones previstas: que “fuerzas de línea” anglo indias, entrenadas específicamente para esas tareas de incursión profunda, podían combatir a los japoneses en la selva; y que esas fuerzas podían ser abastecidas indefinidamente por el aire, al gozar los aliados de la supremacía aérea en su zona de operaciones y contar con suficiente capacidad de transporte aéreo para ello. Participaron como fuerzas de incursión, las brigadas 16, que desde primeros de febrero avanzó a pie unos 1.000 Km. en dirección a Indaw, 77 y 111 del ejército anglo indio, fuertes en más de 12 mil hombres. Y que se integraban en la 3ª división anglo india, de su “orden de combate”. En abril de 1.944 se les unió la brigada 14, que desembarcó en la base de Aberdeen, junto a la obstrucción viaria de White City, y atacó inmediatamente a varios depósitos japoneses de suministros. Wingate siempre pensó en el empleo de unidades regulares, no en tropas de élite. Y que sus reemplazos vinieran de las distintas unidades de ese ejército, especialmente del Catorce Ejército de Slim. Pero no se contó con la tendencia “perversa” de los jefes de unidades, de ir prescindiendo preferentemente de los holgazanes y los problemáticos, para cederlos a otras unidades lejanas. Así, las unidades de reclutamiento de los chinditas tenían que rechazar de entrada a parte de los candidatos, así como también a los que superaban los 40 años. La cual es realmente una edad muy avanzada para iniciarse en las dificultades de la guerra en las selvas.

OPERACIÓN DE MARCHA: EL CRUCE DE UNA CORRIENTE.

Los planeadores, aviones de carga y avionetas, debidamente escoltados, comenzaron a llegar a Broadway, al norte, y a Picadilly, al sur, de la zona elegida. Se trataba de establecer un cerrojo fortificado en la vía férrea y la carretera entre Indaw, al sur, y Mohyen, hacia el norte, en la retaguardia de las fuerzas japonesas que avanzaban hacia el norte, China, y hacia el este, India. La localización de la obstrucción operativa fue descubierta en la exploración aérea hecha por Wingate, que la eligió frente a otra alternativa que tenía, porque en los pequeños valles incluidos en su perímetro, podían establecerse, al amparo de las vistas, todos los servicios auxiliares de la zona defensiva, como los mulos, la sanidad, las comunicaciones exteriores, los almacenes, etc. White City, la posición defensiva, fue fortificada debidamente y equipada con cañones antiaéreos Bofors de 40 mm., morteros de 75 mm. y cañones de 25 libras (>11 Kg y >90 mm.) y ametralladoras Vickers. Entre las colinas que enmarcaban el recinto y lo integraban, se instaló incluso una pista de aterrizaje para pequeños aeroplanos.

UNA RECUA DE MULAS…

Para el transporte en terreno quebrado y selvático los chinditas usaban recuas de mulas en todas sus columnas de marcha. Cada animal estaba a cargo de un mulero dado, encargado de su guía, cuidado y manutención. Y no siempre, especialmente al final de sus operaciones, los muleros fueron entrenados debidamente para su oficio. Las recuas transportaban las municiones, los avituallamientos, las armas pesadas, los repuestos, las radios y otros equipos y consumibles. El tren de mulas de cada unidad era muy vulnerable a un ataque japonés. También, los animales de los reductos, donde era difícil soterrarlos o protegerlos debidamente bajo cubiertas, eran vulnerables al fuego pesado japonés. Con ello, dicho tren de mulas se convertía en una vulnerabilidad grave de la unidad, ya que sin él eran imposibles las operaciones de marcha y ataque, consustanciales a los chinditas, en ese medio de lucha de tan difícil transitabilidad.

En la zona de operaciones, el clima es duro, el confort, que alivia los esfuerzos de la guerra, es escaso, la vida es áspera y las enfermedades selváticas afectan grave y reiteradamente a los hombres y a las bestias, en alto porcentaje e intensidad, durante los pocos meses de operaciones en las selvas birmanas. Y la tarea general de hostigamiento y de debilitamiento de las fuerzas japonesas en sus líneas de comunicación y de abastecimientos hacia los frente chino e hindú se llevó a cabo. El concepto operativo que subyació fue la explotación de la retaguardia profunda japonesa, donde abundaban sus vulnerabilidades tácticas y operativas y la no disponibilidad combativa enemiga, al estar alejada de los frentes de combates. Los chinditas lograron fijar indefinidamente en esa retaguardia a unas dos y media divisiones japonesas, dedicadas a su control y persecución, o sea, unas 2,5 veces su propia capacidad combativa.

Análisis e Interpretación de la Campaña Chindita.

Las operaciones de los chinditas son acciones de explotación de la retaguardia enemiga por fuerzas suficientes y móviles. Éstas son insertadas profundamente en ella por la aviación propia. No ocurre aquí el caso habitual del ataque y la ruptura completa de un sector o faja del frente enemigo., por donde irrumpe entonces un cuerpo móvil más o menos equipado y numeroso. Que avanza por la retaguardia enemiga para explotar sus vulnerabilidades; destruir sus unidades en reforma o en marcha a sus bases de partida iniciales; invertir los frentes de lucha de sus unidades a la defensiva, para colaborar en aniquilarlas; capturar o destruir toda clase de medios logísticos; atacar a las unidades valiosas y vulnerables (artillería, ingenieros, mando, comunicaciones, paracaidistas); ocupar temporalmente nudos de comunicaciones terrestres, desfiladeros y puertos y posiciones tras el cruce de canales y ríos, etc.

La coordinación necesaria del cuerpo móvil con su “masa de apoyo” o retaguardia inmediata, se realiza en esta campaña por una vía aérea estable, suficiente y no molestada. Cuyo nexo de unión con las brigadas (-) y batallones (+) operativos chinditas son las bases fortificadas (White City, Broadway, Aberdeen, Blackpool), establecidas en el interior de la zona japonesa. Y que actuaban como bases de partidas iniciales de sus operaciones.

Se calculó que los chinditas causaron más de 12 mil bajas a las fuerzas japonesas, con la pérdida en combate de sólo unos pocos cientos de hombres por su parte. Pero los chinditas no derrotaron decisivamente a ninguna gran unidad japonesa, ni conquistaron ninguna posición relevante enemiga. Con lo que su trascendencia, para los planes militares aliados y la importancia de las acciones contra el enemigo, quedaron dispersas, aplacadas y opacadas por las grandes maniobras de la guerra en ese teatro surasiático y por los intereses estratégicos y operativos de los tres grandes actores en el mismo: británicos e hindúes, estadounidenses y chinos.

GENERAL ORDE WINGATE.

Tras la muerte inesperada de Wingate en un accidente aéreo, su sucesor, el general Lentaigne, estableció en Blackpool, a unos 100 Km. al norte de White City, otra posición fortificada obstruccionista, como alternativa y refuerzo de aquélla. Y puesto que las operaciones chinditas y el interés de la guerra se trasladaba más hacia la frontera con China, los chinditas quedaron ya bajo el mando de los estadounidenses. Y Stilwell, les dio la tarea de una gran unidad ligera convencional, coordinada con el esfuerzo hacia Birmania de las fuerzas chino estadounidenses. Con las misiones de atacar en fuerza desde el sur las posiciones sobre las que avanzaban aquéllas. Es de señalar que el propio Lentaigne, que no tenía la creatividad, la ascendencia, el respeto entre sus iguales y la voluntad de Wingate, llegó a aceptar en parte los puntos de vista convencionales y ortodoxos de Stilwell, en relación al empleo de los chinditas.

Éste tuvo previamente, a primeros de 1.944, una unidad de “incursionistas profundos” con los llamados “merodeadores de Merrill”. Pero ellos no tuvieron el alcance, la proyección, la capacidad y la concepción operativa que los chinditas tenían desde el principio, en su segunda incursión de ese año. Además, sin las sustituciones y los reemplazos requeridos, empleados como otra pinza de avance chino estadounidense en la campaña birmana y plagados por las enfermedades infecciosas, la efectividad combativa de los chinditas cayó en picado muy pronto. Y, unos pocos meses después, en 1.945, fueron ya desmovilizados totalmente

LA LUCHA CONTRA EL ESTADO ISLÁMICO DE IRAK Y SIRIA IV.

(FINAL)

Ejemplares y Triunfantes Campañas Contraguerrilleras.

En 1.948 las guerrillas comunistas griegas, en plena posguerra mundial, estaban a punto de formar fuerzas semirregulares para combatir abiertamente al gobierno. Ellas querían extender también el telón de acero al sureste de Europa. Sus éxitos militares, no decisivos y mal interpretados, según la correlación de fuerzas y la oportunidad estratégica del proceso revolucionario comunista, las decidieron a enfrentarse ya con el ejercito nacional griego y batirlo. Como hizo Mao en el momento oportuno de la guerra civil china. Así, el Ejército Democrático de Grecia (el DSE o Dimokratikos Stratos Ellados) congregó a gran parte de sus destacamentos guerrilleros, que se extendían como un rosario de norte a sur por Grecia, desde el Peloponeso hasta Macedonia, en el este, para formar unidades “regulares” a las que llamaron “brigadas” y “divisiones”. Pero esta fuerza “regular” rebelde, del orden de los 12-15 mil militantes, era sólo la décima parte del ejército griego. Sus bases fijas o temporales les permitían realizar en golpes de mano, asaltos y emboscadas contra las autoridades, policías y militares gubernamentales. Pero, lejos de ellas, las partidas carecían de suministros suficientes y de apoyos populares para sus operaciones. Por otra parte, las bases guerrilleras principales, situadas en la zona de Vitsi y Grammos, al noroeste del país, junto a la frontera con Yugoeslavia, eran vitales para los revolucionarios para la recepción del apoyo logístico desde ese país. Pero ellas constituían unos blancos ortodoxos, tangibles y alcanzables para el fuego pesado y la fuerza militar a disposición de Grecia. Para este tiempo, la ruptura de Tito con Stalin y el Komintern era total e irreversible. Y a Tito ya no le interesaba fomentar en el país vecino una revolución que derivaría hacia posiciones no revisionistas. El grifo principal yugoeslavo se cerró y seguidamente Albania y Bulgaria también cesaron sus ayudas menores. Presentado así el enfrentamiento, en un mes de operaciones ortodoxas de marcha, ataque, cerco y aniquilamiento, las fuerzas griegas, asesoradas y apoyadas por los británicos y con la ayuda de material militar estadounidense, ocuparon la zona montañosa de aquellas bases guerrilleras esenciales en agosto de 1.949. Que constituyeron un objetivo convencional, fuerte y definido, que tuvo que ser defendido por el “ejército” popular rojo. Con ello los demócratas griegos yugularon definitivamente una insurrección comunista de “liberación nacional”, que se prolongaba, insoluble y amenazadora, en una guerra civil desde 1.945.

LOS JEFES POSAN, DESPUÉS DE UN ENCUENTRO EN LAS MONTAÑAS…

UNA PATRULLA BUSCA POR LA MONTAÑA A LAS GUERRILLAS…

Los primeros intentos de los guerrilleros malayos para crear bases y establecer en ellas la administración comunista fueron en 1.945. Los irregulares del llamado Ejército del Pueblo Malayo salieron del refugio de las selvas, donde se escondían del Ejército Imperial japonés. En 1.948 iniciaron la rebelión militar contra los británicos, instalándose en comunidades aisladas de colonos chinos asentados en Malaya. Los comunistas esperaban atraer a su causa a los trabajadores de las minas y de las plantaciones y fincas y extender así sus bases. Pero su propaganda política no estaba sintonizada con el pueblo en general y, especialmente, con la comunidad no china, que era la gran mayoría de los malayos. El general Henry Briggs aprovechó sus debilidades y atacó sus líneas de suministro, impidiéndoles crear grandes destacamentos y obligándoles a dispersarse. Briggs contaba con batallones de gurkhas, de malayos, de británicos y de chinos y pronto se dió cuenta que estas unidades eran demasiado pesadas para operar contra las partidas. Y con una parte de ellos formó secciones y compañías de cazadores de guerrilleros. Que se internaban en las selvas circundantes, vivían sobre el terreno, recolectaban información de toda clase y hostigaban, emboscaban y atacaban a las partidas comunistas.

Al final de la II guerra mundial, los británicos condecoraron a Chin Peng con la Orden del Imperio Británico, por sus acciones contra los ocupantes japoneses. Él se convirtió en el jefe del Partido Comunista de Malaya.

EL GENERAL BRIGGS.

Y su sucesor, el general Gerald Templar las atacó sistemáticamente, y no pudieron ya consolidarse en ningún sitio. Así, los comunistas chinos malayos nunca superaron la etapa primitiva de guerrilleros vagabundos acosados y sólo pudieron emplear los ataques aislados como táctica principal. La tenacidad y la paciencia de los británicos, que no se propusieron directamente impedirles crear bases, sino destruirlos metódicamente, desarraigó a los guerrilleros de las zonas habitadas y los llevó de nuevo a la jungla y, finalmente, a la rendición. La pacificación siguiente de las zonas infestadas por las partidas comunistas, realizada con firmeza y consideración, con un puño fuerte enfundado en un guante de terciopelo, consolidó el apoyo de sus habitantes al gobierno griego. La rebelión se dió por definitivamente sofocada en 1.955. Los comunistas locales querían imitar a Mao y pelear una guerra irregular prolongada. Pero carecieron de dos medios estratégicos para ellos: tener bases estables y un apoyo popular suficiente.

EL GENERAL TEMPLER.

La Lucha Terrestre en la Franja de Gaza en 2014 (SEGUNDA PARTE).

(FINAL)

Las posiciones de combate de la infantería son sencillas. Tienen sectores de tiro entrecruzados, una protección inmediata contra la irrupción enemiga (en masa o de comandos), unas cubiertas contra el fuego pesado normal y un ocultamiento suficiente, que las encubra de las vistas desde las posiciones enemigas probables sucesivas y sus vías de aproximación. Los obstáculos y las minas, falsos en bastantes casos y siempre a distancia para no delatarlas, sirven para romper el ataque del Tsahal y para brindarles blancos más estáticos, por ejemplo para los morteros, que deberán tener registrado su fuego en los distintos puntos de su contorno. La destrucción que genera el soporte no preciso del fuego pesado del Tsahal, refuerza las posiciones de combate rebeldes, rodeándolas de cascotes que dividen y dificultan los accesos israelíes, salvo cuando son alcanzadas por un impacto directo. Para operar esta estructura defensiva los milicianos tienen preparados numerosos y estrechos túneles, trincheras de arrastre y boquetes en tapias y paredes interiores de los edificios. De tal manera que, ocultos de las vistas, les permitan ocupar las posiciones de combate y de observación deseadas, defenderlas más o menos tiempo o no, trasladarse entre ellas y reforzar las más amenazadas o presionadas por los israelíes.

Los patios de las casas palestinas, muy común en las construcciones árabes, les sirven para colocar los morteros, que constituyen su único “fuego pesado” de combate, protegidos por una posición de infantería. El mortero habitual es el ruso de 82 mm. M-1937. Unas posiciones semejantes, muchas veces excavadas varios ms. y protegidas por el entorno de las casas y los patios interiores y las azoteas, rodeadas de habitantes inocentes e inermes, son las que utilizan para lanzar sus cohetes de vuelo libre, los Kassam I y II propios y los iraníes, sobre las poblaciones israelíes cercanas al norte y al este de la franja de Gaza, pudiendo ya atacar a Jerusalén y Tel Aviv, las capitales socio religioso administrativas de Israel y el puerto de Haifa. Los cohetes iraníes son más modernos y precisos y tienen un mayor alcance (hasta unos 80 Km). Los reciben desmontados desde Egipto, a través de una red de túneles ad hoc, paralela a los pasos fronterizos oficiales.

El momento crucial para la defensa local ocurrirá cuando el jefe del sector decida evacuarlo, tras haber detenido a las fuerzas terrestres del Tsahal por algún tiempo. Pero, sin exponerse a una lucha a las distancias cortas con fuerzas mejor entrenadas y equipadas, a ser desbordado o a perder su libertad de acción. Esto va ligado inexorablemente a la cesión de espacio a los israelíes. Para ello se sustraen los yihadistas, en un momento oportuno, a la presión directa del enemigo y aparentando seguir su presencia. Los milicianos de Hamás tienen suficientes túneles de salida dirigidos hacia edificios no muy cercanos (muchas veces oficiales e incluso respetables (mezquitas), oficinas, empresas, algunas viviendas) o cauces secos (wadis), matorrales, poco evidentes, en el escaso despoblado de Gaza. Desde donde se puedan dispersar por la superficie, en muy pequeños grupos, hacia posiciones amigas de acogida, en otra de las zonas de defensa, en los primeros momentos. La protección de la evacuación es vital y las dos entradas de estos túneles, en ambos sentidos, están cubiertas siempre por nidos de resistencia, que llevan a cabo una defensa rígida.

Los túneles, como vemos, forman toda una red extensa y subterránea, en un plano inferior y paralelo a la zona de Gaza. Que les sirve a los palestinos para moverse subrepticiamente; para refugiarse momentánea o duraderamente (los jefes, jefecillos y «buscados» por los israelíes); para mecadear en Egipto con contrabandistas de todas las clases; para infiltrarse a corta distancia en Israel en destacamentos de asalto…

Conclusiones tácticas y operativas para esta lucha urbana.

La estructura “militar” de Hamás se asienta socialmente en los clanes locales palestinos, donde se reclutan a los miembros de las brigadas de Ezzedin al-Kassam. Su unidad táctica superior suele ser un “batallón” reforzado de alrededor de medio millar de hombres, por darle un “nombre” práctico. En sus unidades escogidas, Hamás sí procura que la formación, el entrenamiento y el equipamiento de los infantes sean homogéneos. Están también las posiciones de la Yihad Islámica, juntas, pero no revueltas a las de Hamás. El mutuo apoyo de los sectores de la defensa durante un ataque israelí, es así difícil y precario. Es más complicado aún realizar contraataques, que no contrachoques sectoriales, sobre las penetraciones terrestres israelíes contra la franja de Gaza. Estos contrachoques contra las puntas de avance del Tsahal, que se adelanten a las otras, creando así entrantes vulnerables en las zonas palestinas, son muy sencillos y tienen pocas posibilidades de recuperar la situación anterior. Los milicianos de Hamás van a procurar alcanzar desde el frente, con tiradores aislados o en parejas, preferiblemente armados con el fusil de precisión SVD, a enemigos individuales y a pequeños grupos de soldados del Tsahal. Y también atacar de flanco o de revés a las unidades enemigas que se internan en su zona defensiva, que ya están desdobladas en pelotones o escuadras con uno o dos vehículos blindados de apoyo de fuego. Las comunicaciones preparadas de los guerrilleros, formando túneles entre barrios o grupos de casas, trincheras de arrastre, aberturas entre casas y pisos, les permiten aparecer, siempre en pequeño número, del orden de un pelotón y siguiendo una dirección dada, detrás o al lado de las unidades israelíes. Aprovechando mientras se detienen, se reagrupan, piden o reciben instrucciones, o deciden por dónde avanzar. Y erosionarlas, causándoles algunas bajas. Por ejemplo, desde un sótano o un piso, por un hueco irregular en una tapia, debajo de un vehículo aparcado o destruido, desde unos matorrales, un depósito de deshechos o una cuneta, donde emerge un estrecho túnel con la boca cubierta y disimulada. Desde esas posiciones ocultas lanzan algún cohete RPG-7V o varias ráfagas cortas, siempre apuntando, de la ametralladora ligera RPK de cargador largo o de la obsoleta, pero omnipresente entre las guerrillas, RPD de cinta. Los fuegos de armas ligeras de infantería al amplio horizonte, sin apuntar o desde la cadera, son inofensivos.

Hamás va a buscar en esta guerra la grave erosión enemiga. Israel es muy sensible a la pérdida de hombres, en los numerosos microcombates aislados que ocurrirán durante la irrupción y el avance israelíes. Pero no podrá dar una trascendencia táctica, ni mucho menos operativa, a su esfuerzo militar. Como segundo objetivo, desearía resistir el embate de Israel durante algunas semanas. Esto aumentaría su prestigio entre los árabes y con Irán e incrementaría ante el mundo la percepción de la capacidad de combate de su “fortaleza” urbana de Gaza.

Las fuerzas terrestres del Tsahal atacarán siguiendo 2 o 3 direcciones diferentes y convergentes sobre la franja de Gaza, desde el norte, el centro y el sur. Buscando así dispersar el fuego de rechazo palestino, perturbar la conducción de la defensa por sus mandos y romper la coherencia y consistencia del conjunto de la gran posición urbana. En un primer asalto, lo más inesperado posible, sobre el borde de las poblaciones y barrios, conseguirían unas posiciones de partida y de apoyo ya en su interior. Para continuar luego su difícil “trabajo de avance y limpieza” sistemático. Cuando la población es algo más grande, uno de los objetivos operativos del Tsahal será dividir en dos o más partes aquélla. Buscando fracturar la zona de defensa e impedir la colaboración y el apoyo mutuos de los puntos de retardo, facilitando el avance de sus infantes y la liquidación de los elementos hostiles de la población.

Hay dos brigadas de infantería israelíes imprescindibles en una operación terrestre: la Givati y la Golani. La primera cuenta con unidades entrenadas (tipo compañía reforzada) para el ataque con objetivo limitado en zonas urbanas. La Golani es famosa por su lucha contra los tanques sirios en la guerra del Yom Kipur de 1973, formando parte de una fuerza táctica de armas combinadas del Tsahal. Allí bloqueó el paso de aquéllos a través de los Altos del Golán, lo que hubiera supuesto la irrupción blindada enemiga en las llanuras de Galilea, un terreno favorable a la lucha de carros. La Golani cuenta con 4 o 5 batallones bien entrenados para la guerra urbana. Israel tiene varios campos de entrenamiento muy similares a las poblaciones palestinas, tanto de la franja de Gaza como de la Cisjordania.

Los objetivos de la operación terrestre son: La destrucción de las posiciones de fuego pesado palestino, especialmente las de su artillería reactiva, que se protegen operativamente con su inmensa dispersión por la totalidad de la franja. Y que actúa por áreas definidas, cuyas piezas o lanzaderas allí localizadas abren fuego sobre las zonas y poblaciones israelíes, cuando se les ordena y según sus alcances. También quieren destruir los túneles de aproximación y entrada a Israel de los comandos y agentes yihadistas. Para ello sólo tienen que actuar en los primeros cientos de ms. dentro de la franja. Ya que estos túneles, al igual que los de Raffah en la frontera sur, usados para la entrada de material de guerra, burlando el bloqueo de Israel, son siempre repuestos por los laboriosos guerrilleros en su “colmena”. Otro objetivo es la destrucción del “aparato ideológico, de mando y burocrático de Hamás”, que tiene “varios niveles de intensidad” posible y “cientos de blancos definidos o identificados”, clasificados en instalaciones y edificios, individuos y grupos, armamento instalado y depósitos, mercancías sensibles…

Israel, por su parte, se conformaría en esta ocasión con obtener este objetivo militar de desgastar suficientemente la capacidad de combate de Hamás. Para conseguir el objetivo estratégico nacional de un período de paz, que nunca será de muchos años, para los habitantes del sur y centro de Israel.

La Lucha Terrestre en la Franja de Gaza en 2014.

El Escenario geográfico y socio militar de los radicales islamistas.

La llamada franja de Gaza es un estrecho, llano y pequeño corredor costero junto al mar Mediterráneo, situado al sur de Israel. En sus aproximadamente 363 Km2 de superficie viven hacinadas más de un millón y medio de personas. El 99% de los habitantes son musulmanes y los cristianos suman entre 15 y 20 mil almas. La franja alcanza una concentración demográfica del orden de las 4150 personas por Km2, que es de las más elevadas del mundo. Su forma es la de un rectángulo alargado, de unos 45 Km de longitud, que mide 12 Km en su parte más ancha. Al sur está su frontera con Egipto de unos 11 Km., en torno a la estratégica ciudad de Rafah. Al este y al norte se extiende por unos 51 Km. la frontera de Gaza con Israel. La población más importante de la franja es la que le da el nombre, Gaza, situada en su tercio norte. Las otras villas destacadas de la franja constituyen realmente “repartos”, “barrios periféricos” o “poblados satélites del “ecumene” de Gaza. Entre las no citadas aún destacaremos a Beit Hanoun (en el extremo norte), Beit Layla, Jeque Zaid, Dayral Balah (al centro), Yabalia y Kan Yunis (al sur, pero no en la frontera con Egipto).

La tasa de paro de la población está entre el 35-40%. Esto la hace muy dependiente de las ayudas externas. Y, además, excita sus reivindicaciones identitarias y sociales y define como “único” responsable de sus males al enemigo más visible, diferente social y culturalmente, y cercano, Israel. La búsqueda de una solución rápida y utópica para esta población pasa, entonces, necesariamente por una derrota suficiente de Israel, la potencia opresora e imperialista. Esto hace que su población sea muy proclive a abrazar doctrinas y partidos “militantes islamistas radicales” (los MIR). Ellos les permiten vislumbrar y valorar una solución, siquiera en un futuro indefinido e impreciso. Y, al menos, les dan la esperanza que todos necesitan. La Yihad Islámica y Hamás son las dos principales organizaciones islamistas con implantación en Gaza.

Ideología de los Palestinos islamistas radicales.

Hamás, como organización socio político religiosa totalitaria, ejerce un poder extenso en todas las áreas de convivencia civil de los habitantes de Gaza. Este poder está condicionado también por el carácter de la lucha en unas condiciones de aislamiento, cerco y penuria. Esto le permite a Hamás invocar en su “defensa general”, la opresión de que es objeto, bien real, sentida y/o magnificada, toda la población palestina de Gaza. Sin que en la práctica se distinga bien el sufrimiento tremendo de los palestinos, del victimismo esgrimido por Hamás o la Yihad Islámica. Entre 100 y 200 mil son los militantes activos reales de ambas organizaciones radicales. Además,están los simpatizantes y colaboradores de ellas, con distintos grados de implicación en los servicios y de tiempo dedicado al apoyo de Hamás y de la Yihad Islámica.

Hamás se mesmeriza, se tensa y se crece ante las perspectivas de un enfrentamiento más o menos próximo con Israel. A un pueblo no se le puede tener permanentemente en armas, ni, mucho menos, en alistamiento de combate. Pero, la razón de ser de Hamás es recuperar e imitar doctrinal, social y militarmente los tiempos épicos y gloriosos del primer siglo del Islam, que coincide aproximadamente con nuestro siglo VII y con la primera parte del VIII. Fue la época, tras la muerte de Mahoma, prolongada en el tiempo más allá de los 4 primeros califas, desde Abu Baker a Alí, llamados por los sunníes los Rashidun, los “rectamente guiados (por Dios)”.

Porque sus ideólogos radicales totalitarios han decidido que, cuando el Islam practicaba la Yihad armada y era riguroso en la fe y sus costumbres, el Islam convencía, arrollaba, se extendía prodigiosamente por tres continentes y era casi invencible… Y creen que reproduciendo las “condiciones básicas” de aquel contexto social, de aquella civilización en auge, los musulmanes actuales volverán a ser grandes, temidos, respetados y aceptados. No hay nada más ni nada menos.

Comprobamos que cada pocos años ocurre o provocan un “casus belli”, digno de su nombre y con sus perniciosos efectos para las poblaciones correspondientes. Así, no hay muchas posibilidades de poder dialogar verdaderamente con esto, de alcanzar puntos de encuentro y de llegar a acuerdos de paz consistentes y aceptables para todos.

Consideraciones operativas de la Defensa de Gaza frente a Israel.

La defensa terrestre de Gaza es muy difícil de sostener en el tiempo. La franja carece de espacio geográfico para poder establecer una defensa flexible, móvil y escalonada en profundidad. Esto es necesario para darle potencia, solidez, continuidad y apoyo a la lucha de rechazo. Además, el abastecimiento externo de armas, municiones y equipo militar a Hamás estaría estrangulado por Israel. Que puede bombardear con precisión la zona de túneles de comunicación en torno a Rafah, que cruzan más o menos subrepticia y toleradamente la frontera. Sólo entre 2005 y 2009 se construyeron 970 túneles nuevos. Para garantizar el sellado de ella, el Tsahal podría establecer “cerrojos”, situados transversalmente en la franja y ocupados con infantería mecanizada reforzada. Ellos impedirían el tránsito de equipamiento militar desde Egipto. Las armas y equipos de Irán tienen su hub o centro logístico de partida en el Yemen. Desde aquí se transportan por el mar Rojo hasta el norte de Sudán, desde donde parten en caravanas de camiones. Cruzan a Egipto hacia la mitad de su frontera sur y se dirigen a Rafah. Los israelíes realizan esporádicamente bombardeos sobre esta “ruta del mal”, concentrándose en los depósitos intermedios de la ruta y en los vehículos de carga. En febrero de 2009 los israelíes bombardearon en dos ocasiones la “ruta”, destruyendo 31 camiones de 2 caravanas y matando a 88 individuos del “personal logístico”. Episodios similares se registraron en abril de 2011. Y en octubre de 2012 una explosión imprevista destruyó una fábrica de armas junto a Jartum, la capital. La persecución naval de este flujo contrabandista, a través de vuelos de aviones no tripulados de detección y exploración sobre el mar Rojo, corre a cargo de los EE.UU. Y es la escasa y reticente colaboración de los tres países implicados, Yemen, Sudán y Egipto, la que no permite hacer excesivamente oneroso para los intermediarios y con poco rendimiento para el usuario final, ese tránsito de armas pesadas de artillería reactiva.

No es fácil utilizar y defender unas zonas de rechazo urbanas. Su empleo implica unas elevadas exigencias a los combatientes islamistas: A toda la tensión “profesional”, de combatiente, que soportan estos irregulares, se une la tensión creada por una lucha civil feroz. Que ellos mantienen, por voluntad suya, entremezclados en sus “posiciones de combate, de fuego y alternativas”, con las familias inermes palestinas y sus hogares, resultando todos igualmente amenazados y agredidos. Por todo ello, entre las decenas de miles de rebeldes armados, de las Brigadas de Ezzedin al-Qassam (rama militar de Hamas) y de las Brigadas de al-Quds (brazo armado de la Yihad Islamica palestina), no más del 20 % de ellos pueden en estos momentos utilizar eficazmente esta forma de lucha defensiva.

Cada poblado o aldea, incluyendo Gaza, la capital de la franja, constituyen zonas semiautónomas de defensa. En ellas establecen puntos de retardo, más o menos reforzados. Éstos protegen las posiciones más críticas de esa zona, incorporan al rechazo los edificios con estructura de acero, especialmente resistentes, y forman trampas de fuego para el enemigo que irrumpe. Aunque pocos edificios de esa clase existen en el estrujado y maltratado Hamastán. Los puntos de retardo de Hamás son difusos, ocultos e imperceptibles para los extraños. Existen numerosas posiciones alternativas o de recambio. Esto permite engañar al Tsahal sobre el límite anterior de la posición de defensa, su verdadera extensión, los límites de los sectores que la forman, el interés del mando rebelde de la zona en cuanto a su defensa y dispersar el fuego pesado aéreo y terrestre del atacante.

(CONTINUARÁ)

LA ARROGANCIA DEL MANDO EN COMBATE II.

(FINAL)

La Batalla de Cowpens.

Al salir el sol y más allá de las posiciones rebeldes, los primeros dragones británicos se fueron destacando entre la línea de árboles que enmarcaba el horizonte. Tal como pensó Morgan, los británicos habían aprovechado varias horas de la noche para proseguir su marcha y alcanzarles en la primera mañana. Los dragones avanzaron al frente, formando una desgarbada vanguardia, y fueron sorprendidos por el fuego graneado de los rifleros de la primera línea enemiga, ocultos en lo posible entre los árboles. Morgan y Howard, desde la altura observaron el resultado: habían caído de sus cabalgaduras 15 dragones. El resto giró grupas y se internó a prisa entre los árboles. Muy pronto, todas las unidades de la fuerza combinada de Tarleton salió del bosque y comenzó a formar su línea de ataque. En cada extremo se situó una compañía de dragones (<50 hombres). Junto al del lado izquierdo, como él algo rezagado, se desplegó el 71 batallón de los Highlanders escoceses (la reserva de infantería). La línea principal británica estaba formada, de izquierda a derecha, por el 7 regimiento de infantería (de reclutamiento), la infantería regular de la Legión y su infantería ligera, en línea algo compacta de guerrilla. Intercaladas entre esas 3 unidades, había dos pequeñas piezas de artillería de 3 lbs., que se transportaban a caballo y que eran conocidas como “saltamontes”, debido al salto característico que daban al disparar. Detrás de la Legión se desplegaron sus dos compañías de dragones (>250 jinetes), formando la reserva móvil del destacamento británico.

La línea principal británica comenzó a avanzar al paso de sus tambores. Poco después, se podían observar las nubecillas de humo de los rifles de los tiradores rebeldes. Éstos se levantaron y corrieron hacia la línea mandada por Pickens, retirándose por los espacios entre las compañías formadas. Los británicos nivelaron sus mosquetes para cargar a la bayoneta. Cuando su línea estaba a menos de 40 ms. de las milicias, sus oficiales dieron la orden de abrir fuego. La salva golpeó a los británicos, cuya disciplina les permitió cerrar filas rápidamente y responder a su vez con una descarga cerrada. Pero, en vez de proseguir su decidido avance, los británicos perdieron su ímpetu, al decidirse a recargar las armas. Fue una oportunidad para los rebeldes: el enemigo estaba detenido dentro del alcance de sus mosquetes. Y otra descarga cerrada salió de sus filas, golpeando a toda la línea británica y derribando a muchas “charreteras” u oficiales. Nuevamente los británicos se repusieron y se dispusieron a la carga a la bayoneta. Cumplidas sus órdenes, los milicianos rompieron las formaciones y corrieron hacia el lado izquierdo, buscando su retaguardia.

Por su parte, los dragones del flanco derecho británico lanzaron una carga al degüello, para deshacer el tropel de milicianos, empujándolos hacia arriba. Y que en su huida, ya en pánico, atropellasen y deshiciesen las formaciones de su línea de regulares. Morgan envió sus órdenes a Washington con un ayudante. Los dragones estadounidenses avanzaron desde sus posiciones de espera junto al cerro derecho y, formando dos líneas de choque, cargaron sobre el flanco derecho de los dragones de Tarleton, deshaciendo su formación. Sus jinetes se convirtieron en un barullo de fugitivos, escapando individualmente de los sables rebeldes. La vista de los dragones británicos alteró a los milicianos. Y tanto Pickens como Morgan se tuvieron que emplear a fondo para retener a sus oficiales. Y para que los mandos consiguieran que los milicianos se calmaran, se fueran recuperando y formaran en sus compañías y batallones en la pendiente posterior. Mientras esto ocurría, la línea británica llegaba a la distancia de combate con la última línea rebelde. Éste se desarrolló con un intercambio de fuego. La línea británica vaciló y descendió para reformarse. Habían cargado sucesivamente contra 3 líneas rebeldes… Entonces, Tarleton empeñó su reserva de infantería: el batallón de Highlanders inició su marcha para atacar el flanco derecho enemigo, buscando arrollar desde allí toda su línea. Poco después, una compañía de milicianos de Virginia del extremo de esa línea retrocedía y giraba hacia la derecha, buscando rehusar su flanco a los Highlanders y recibirlos de frente. Morgan recibió entonces a los mensajeros de Pickens desde la pendiente posterior, indicándole que sus milicianos estaban listos. Morgan les ordenó que siguieran bordeando la posición de defensa hacia su derecha y que atacaran a los británicos que estuvieran frente al flanco derecho de los Continentales.

La línea británica avanzaba, por cuarta vez y sin ningún descanso, ya inconexa y convertida en una turbamulta. Aunque los hombres atacasen, estaban agotados física y mentalmente y habían perdido un número demasiado grande de oficiales y suboficiales. Sin darse cuenta, los británicos estaban batidos y maduros para un contraataque contundente. La caballería de Washington se dispuso a cargar sobre su flanco derecho, desde su posición de espera. Mientras, la infantería regular rebelde recibía a los británicos con otra descarga cerrada desde unos 27 ms. de distancia. Fue un golpe demoledor para los británicos, que se detuvieron en seco, aturdidos. El teniente coronel Howard dio su orden a los hombres: “carga a la bayoneta”. Los dragones estadounidenses también cargaban con sus sables sobre las unidades del flanco derecho británico. En esta ocasión, los dragones británicos, situados más atrás, no intervinieron, simplemente se dispersaron y huyeron hacia el bosque. Los restos de los infantes ligeros y de la infantería de línea británica de la Legión y del 7º regimiento retrocedieron dispersos y corriendo, y fueron detenidos y hechos prisioneros por los dragones de Washington. A su vez, en el flanco derecho rebelde, las milicias de Virginia y los regulares se enfrentaban con el batallón escocés de los Highlanders. Por su parte, las milicias de Pickens en formación cerrada aparecieron desbordando esa posición y los atacaron de flanco y de revés. Abrumados por esta sorpresa ingrata, los escoceses vacilaron en sus líneas, pero continuaron la lucha. La reserva de caballería británica, los dragones de la Legión, dirigidos por el propio Tarleton, acudieron en auxilio de los Highlanders. Pero, una descarga cerrada de los milicianos de Pickens, les quitó los ánimos y, ya sin expectativas, dando media vuelta, huyeron. Los Highlanders estaban rodeados, excepto por su flanco derecho, y, para evitar su destrucción, el mayor Mc Arthur rindió su espada. Sólo permanecían útiles y en sus puestos los artilleros británicos. Entonces, la infantería de Howard asaltó las piezas y los batió. Washington intentó la persecución de Tarleton, sin resultado. Todo estaba acabado.

Análisis y Lecciones de la Batalla de Cowpens.

Las bajas de Morgan fueron 12 muertos y 61 heridos, equivalente al 7% de su contingente. Los británicos tuvieron 110 muertos y 830 prisioneros, de los cuales unos 200 estaban heridos, que suponían el 85% de sus fuerzas. Y perdieron 2 banderas regimentales, las 2 piezas de artillería, 800 mosquetes, 35 vagones de carga, todos los instrumentos de su banda de música y unos 60 esclavos negros. Tarleton en sus memorias posteriores declaró: “(ocurrió) algún hecho imprevisto, que pudo lanzar el terror entre las más disciplinadas tropas y contrarrestar los planes mejor pensados”. A esto los entendidos cabales le suelen llamar sorpresa y es un eficaz multiplicador de la capacidad de combate aplicada.

En una batalla pequeña y de poco más de una hora de duración, vemos como un mando, a 24 días de su baja definitiva a causa del reuma, supo sacar de la debilidad y las carencias de sus tropas, “fuerzas” renovadas, sucesivas “capacidades de combate”. Y recrea a sus medidas insignificantes una pequeña Cannas, sin que Morgan sea un Aníbal…. Sin que las características de sus hombres hubiesen cambiado en lo absoluto. Y tan bien lo hace y tan arrojado, directo, tozudo y seguro es su arrogante enemigo, que los resultados superan sus expectativas y las órdenes recibidas del General Greene. Ya que Morgan buscaba sólo rechazar el intenso acoso al que le sometía el impulsivo británico,.un oficial de caballería muy eficaz y temido.

En Cowpens, Morgan utilizó la retirada sucesiva de sus fuerzas poco eficaces de tiradores libres y de la primera fila de milicianos. Era lógico y esperable. Sin embargo, una fuerza de regulares que se retire, sin llegar al fuego cercano o a la amenaza próxima de las bayonetas, aparece como una añagaza. Los milicianos estaban estimulados en su moral y en su instinto de supervivencia. Y no se les pidió ningún imposible emocional o un esfuerzo por encima de su entrenamiento y de sus aptitudes, que les generasen unas fuertes tensión mental y enervación. Esto va a ser suficiente para mellar gravemente la capacidad de asalto a la bayoneta de la infantería regular de Tarleton. Y, además, sin que sus mandos intermedios lo advirtieran, ya que las tropas regulares avanzaban sobre líneas de milicianos, que se comportaban como se esperaba de ellos, es decir, rehuyendo el choque y retirándose. Tarleton se lanza, seguro de contar con una potencialidad sobrante, basándose en su comparación hombre a hombre. Su lógica lineal es aplastante. Sin embargo, tras el segundo o tercer encuentro sucesivos, los mejores hombres sufren un cansancio general: se descuidan, su moral se vuelve neutra, han caído bastantes oficiales y clases y su vulnerabilidad es máxima. Los atacantes han agotado su capacidad de combate, aunque continúen avanzando disciplinadamente.

De este fenómeno también trata Sun Tzu. “El escoge a sus hombres y ellos aprovechan lo mejor posible la situación”. Li Ch’uang lo comenta así: “El valiente sabe batirse; el prudente, defenderse; el sabio, asesorar. No se desperdicia el talento de nadie” y Chang Yu dice: “Luego el verdadero método, cuando hay que mandar hombres, consiste en utilizar al avaro y al tonto, al sabio y al valiente y en dar a cada cual la responsabilidad en las situaciones que le convienen. No confiéis a la gente tareas que no pueden cumplir. Haced una selección y dad a cada cual responsabilidades adecuadas a sus cualidades”. “El que tiene en cuenta la situación, utiliza a sus hombres en el combate como quien hace rodar troncos o piedras. Pues está en la naturaleza de los troncos y de las piedras estar en equilibrio en un suelo firme y rodar en un suelo inestable. Y si son cuadrados, se paran y si son redondos, ruedan”.

Tras utilizarlos sucesivamente, sin agotarlos o permitir que sean barridos o les entre el pánico, Morgan no descarta a sus hombres. Los va incorporando a reservas, con la moral crecida por el esfuerzo mantenido sobre los regulares británicos. No agota sus potencialidades, sino que las preserva y las recupera, recreando reservas. Aunque se trate de tropas poco entrenadas, tienen una capacidad de combate aplicable y operable sobre el enemigo. El brigadier impide que el choque o el agotamiento afecten a la inferior capacidad de sus hombres. Morgan evita el desgaste, pero lo emplea al máximo contra su enemigo. El resultado sería menos manifiesto y llamativo, si Tarleton hubiese dado descanso y rotación a sus distintos batallones. Con ello compensaría mucho aquél y podría actuar más eficazmente sobre su contrario, empleando sus reservas. Esta posibilidad presenta una perspectiva enriquecedora de la visión holística, global, del fenómeno tratado.

LA ARROGANCIA DEL MANDO EN COMBATE

El 17 de enero de 1781, el brigadier estadounidense Daniel Morgan, de 45 años, se enfrentó en Cowpens, en una pequeña batalla sin trascendencia operativa, con las fuerzas regulares británicas del teniente coronel Banastre Tarleton, de 27 años. Ambos contaban con unos contingentes similares. Pero la mitad del millar largo de hombres de Morgan pertenecían a las milicias territoriales. El choque con los regulares británicos las desharía, ya que las bayonetas caladas en formación cerrada aterrorizaban a los milicianos. Éstos, sin embargo, eran buenos tiradores y estaban acostumbrados a la caza, manteniendo una gran iniciativa personal. Sólo los 200 milicianos de Virginia habían recibido entrenamiento de regulares. Y junto a los Continentales de Delaware, Maryland y Virginia, podrían formar parte de una línea de infantería, para resistir el asalto de los más de 1000 regulares británicos. Morgan no llegó a una deducción muy reflexiva, ni planificó demasiado. Se gu simplemente por su instinto y experiencia y utilizó a sus hombres sucesivamente, según sus cualidades. Y tuvo en cuenta el comportamiento de Tarleton con los rebeldes en otras ocasiones, pensando en ir desgastando a los británicos. En Cowpens act un enemigo capaz, impulsivo y soberbio. Que era un ejemplo de la arrogancia del mando. Éste es uno de los mejores caracteres para enfrentársele en una diialéctica de voluntades. Mostrándole convincentemente un cebo y una debilidad, estos “mandos invenciblesse crecen y se empeñan a fondo, mental y tácticamente, hasta el sumidero.

Antecedentes de la Batalla de Cowpens.

La misión dada a Daniel Morgan por el general Nathanael Greene, comandante del Departamento Sur del Ejército Continental, era tan simple como amplia y vaga. Y tenía un alto grado de interpretación, de adaptación y de posibilidades de uso de sus escasos y dispares recursos. “Su fuerza y todas las que se le puedan unir, operarán al oeste del río Catawba, tanto defensiva como ofensivamente, según su prudencia y discreción, actuando con todo cuidado y precaución para evitar sorpresas y tropiezos con el enemigo. Su objetivo es proteger esa zona del país, elevar el espíritu de sus habitantes y molestar (hostigar) en ella al enemigo”. Morgan, que ya había luchado en las guerras indias y francesas de los últimos tiempos de las Colonias, fue puesto por George Washington en 1777 al mando de una fuerza escogida ligera de 500 infantes con rifles, que fueron conocidos como los “Tiradores de Morgan”. Esta unidad jugó un papel principal en la victoria estadounidense de Saratoga, que fue un punto de inflexión de la Guerra de Independencia. El cargo del brigadier general Morgan era el de Comandante del Departamento del Suroeste. Aunque sus fuerzas iniciales fueran sólo unos 300 infantes regulares de Maryland, Delaware y Virginia, bajo el mando del teniente coronel John Howard, unos 200 milicianos de Virginia, comandados por el major (comandante) Frank Triplett y unos 80 dragones al mando del teniente coronel William Washington (primo segundo de George Washington).

Por su parte, el comandante británico del territorio, Lord Cornwallis, planeaba regresar a Carolina del Norte y conducir la invasión pospuesta tras su derrota en King’s Mountain. Y la fuerza al mando de Morgan era una amenaza imprecisa sobre su flanco izquierdo. Para derrotarla y proteger el fuerte británico en Ninety Six, que su inteligencia le indicó erróneamente que Morgan iba a atacar, Corwallis llamó al teniente coronel Banastre Tarleton al oeste del Catawba. Las tropas de Tarleton eran la “fuerza de tareas” llamada la Legión Británica, una unidad combinada de infantería y caballería, formada por algunas de las mejores tropas británicas en las Carolinas. La Legión había ganado importantes victorias en Monck’s Corner y en Fishing Creek. Pero Tarleton había adquirido una fama odiosa e irrevocable de cruel y despiadado entre los “patriotas” tras la batalla de Waxhaws, cuando permitió a sus hombres masacrar a los soldados rebeldes que se les habían rendido. Tarleton le pidió a Cornwallis más regulares y se lanzó tras Morgan con una fuerza reforzada, buscando acorralarle en el río Broad.

Los Preparativos de la Batalla.

En la fría y húmeda mañana del viernes 16 de enero de 1781, los regulares de Morgan salieron de su campamento nocturno en Burrs Mill hacia el río Broad. Los rebeldes se encontraban en Carolina del Sur, cerca de su frontera con Carolina del Norte. En ambas Carolinas los estadounidenses habían sufrido varios reveses el año anterior: en el sitio de Charleston tuvieron que rendir un “ejército” y perdieron otro en la battalla de Camden. Y gran parte de Carolina del Sur estaba en manos británicas, al mando de Lord Cornwallis. La columna avanzaba siguiendo caminos y cañadas, enmarcados por matas bajas aún deshojadas, al oeste del río Catawba. Daniel Morgan se sabía seguido por las fuerzas británicas de Tarleton, situadas detrás a tan sólo 4 horas de marcha. Los sucesivos informes de sus exploradores de caballería, que mantenían el contacto visual con los exploradores y la vanguardia enemiga, confirmaban que esa “distancia en tiempo” no cambiaba. Pero el brigadier Morgan pensaba que podría reducirse mucho esa noche, si Tarleton, como era su costumbre, decidía continuar la persecución durante parte de ella, para caer al alba sobre los “rebeldes”. El peligro principal era ser alcanzados por los 300 dragones de Tarleton durante el cruce del Broad, que fluía entonces muy crecido y dificultaba aún más su paso. A media tarde, los estadounidenses estaban a unos 16 Km. del río y sólo quedaban unas 4 horas de la luz lánguida del invierno. Ya no podrían realizar el cruce ese día. Morgan supo de la existencia de un terreno abierto de pastos, salpicado de árboles, a medio camino del río. Era el Pastizal (Cowpens) de Hannah, donde los granjeros locales soltaban libremente a su ganado. Morgan decidió dirigirse a él y tomar su decisión, después de realizar una exploración visual y saber el parecer de sus jefes. Esa noche, además, recibiría el apoyo solicitado al coronel Andrew Pickens, jefe de las milicias de Carolina y Georgia, que estaban también al sur del Broad y que se dirigían a su encuentro.

Al final de la tarde, las fuerzas regulares rebeldes alcanzaron por su lado suroeste el pastizal, situado a unos 8 Km. al sur del río. Se trataba de un terreno suavemente ondulado o llano, provisto de pequeñas manchas dispersas de nogales, pinos o encinas. Al carecer de matorrales bajos, la alta hierba natural proveía de buenos pastos a los ganados. Morgan y sus jefes pudieron apreciar así el terreno de defensa desde las vistas que tendrían los británicos. El terreno frente a ellos ascendía hasta una larga cresta que lo cerraba, situada a unos 375 ms. de distancia y a no más de 20 ms de desnivel con esa base. Más allá de aquélla, parcialmente tapados por la pendiente posterior, se destacaban a la derecha 2 cerros cercanos. Era un terreno favorable para la caballería, donde Tarleton podría mover a su gusto a sus dragones, para maniobrar, amagar, atacar o rematar la faena de su infantería regular. Por ello, era de esperar que los británicos no rehuirían un combate presentado en él. Morgan decidió enfrentarse allí a los británicos. Estableciendo en ese gran trozo de pradera una posición de defensa en profundidad, con la reserva de sus dragones para rechazar ataques a sus flancos expuestos y utilizando a sus hombres según sus cualidades y posibilidades reales.

Uno de los medios del mando para vencer la “pereza de combate” de los hombres, es utilizar siempre a las fuerzas según sus capacidades reales. Y dejando que las fases del “ciclo de acción y de recuperación” se cumplan siempre. Por ejemplo, unas “milicias nacionales” no podían ser nunca la punta de lanza de una ruptura, ni operar permanente y agresivamente lejos de sus bases de apoyo. Pero sí podían defender posiciones establecidas, “reductos”, contra unidades profesionales e incluso llegar a contrachocarlas localmente con éxito, si estaban bien dirigidas. Sus objetivos debían ser simples, fáciles e, incluso, escalonados. De tal manera que no fuesen barridas por una capacidad de combate enemiga superior y pudieran cumplirlos. Y que las gratificaciones por las sucesivas etapas conseguidas, les mantuviesen y les reforzasen su moral y su confianza en ellas mismas.

Esa noche se le unieron unos 600 milicianos estatales y locales del Coronel Pickens. Morgan establece con los milicianos una primera línea de tiradores expertos dispersos para el hostigamiento, situada en el inicio de la suave pendiente. Y otra segunda línea, en formación cerrada, a unos 135 ms. más atrás, para recibir a los primeros. A los hombres de ambas líneas sólo les pide que realicen dos disparos deliberados cada uno. Permitiéndoles entonces la retirada a retaguardia, junto a los dos cerros cercanos, deslizándose por su flanco izquierdo, sin esperar al temido choque con los británicos. Morgan les aleja de las bayonetas y aprovecha su capacidad de atrición por el fuego a muchas decenas de yardas sobre blancos, incluso pequeños. Tampoco se olvida de estimular su instinto de supervivencia. Les recuerda que si la carga de la infantería enemiga triunfa, la persecución y su aniquilamiento son casi inevitables: tienen a su espalda el río Broad y los británicos cuentan con una mayoría de caballería regular de 3 a 1. La tercera línea de Morgan, su única línea de regulares, es desplegada un poco abajo de la cresta militar. Su lado derecho lo forman los milicianos virginianos de Triplett y el centro y el lado izquierdo de ella, los forman la infantería Continental, con Howard al mando de toda la línea. Los estadounidenses descansaron esa noche aproximadamente en sus puestos. Y sus mandos directos y el propio Daniel Morgan se acercaron a ellos con interés, para animarlos y despejar sus dudas. Al amanecer, tomaron allí el desayuno.

(CONTINUARÁ)

Teoría Militar: libros favoritos.

Os presento una lista de libros de teoría militar cuya lectura os resultara muy provechosa y que considero fundamental para conocer mejor los temas militares y no simplemente leer una historia más o menos repetida.

Incluyo un libro mío, fruto de mis años de dedicación a este tema, cuyo contenido podéis examinar en www.amazon.com.

«Maneuver Warfare Handbook» por William Lind.

Es un clásico sobre la guerra de maniobras. Utilizado por el Cuerpo de Marines. Se basa en la experiencia alemana de la II guerra mundial. Que a su vez es una extrapolación a la guerra mecanizada, de las experiencias desarrolladas por los Stormtroops (fuerzas de asalto de infantería) de la I guerra mundial.

«El Arte de la Guerra» por Sun Tzu. La más rica y provechosa es la vieja traducción de Samuel Griffth.

La holística teoría militar china, siempre vigente, sintetizada por un autor clásico.Sus características de estilo y de contenido parece que avalan a un único autor. Con cada lectura aprovechada, se captan más matices y perspectivas. Que fructifican en mayores riqueza, agilidad y profundidad de pensamiento.

Otros libros “chinos” te dan un número de estrategias (las 36, las 100, etc.). Su aprovechamiento se basa en una memorización continua o en su aplicación permanente. Los considero poco prácticos, por el carácter profuso, difuso y aún confuso de muchos autores antiguos de esta etnia Han. Parece como si quisiesen ocultar su sabiduría a los no iniciados.

«The Soviet Conduct of Tactical Maneuver» por David Glantz.

Una brillante exposición de las teorías militares operativas soviéticas. Con ellas ganaron la II guerra mundial. Y trasladaron su sistema económico social a media Europa «liberada».

«De la Guerra» de Clausewitz.

Es una obra extensa, como corresponde a su época, en la que escribir poco era señal de inconsistencia, poca importancia del tema y escasa reflexión. Los libros o partes que la componen fueron terminados en grado variable por el autor, cuya muerte prematura no permitió su conclusión. Nos interesan los primeros capítulos sobre la teoría y la filosofía de la guerra.

Los otros libros tratan sobre la táctica de un período en el que el despliegue enemigo quedaba a las vistas del mando y su estado mayor y auxiliares, situados en un altozano cercano. Preconiza lo contrario de Liddell Hart: la batalla decisiva a cargo de la máxima concentración propia sobre el ejército enemigo. En una época de ejércitos de masas, inaugurada por Napoleón, pronto se vió que no se podía ganar en una sola gran batalla una guerra entre naciones en armas. Era necesario una campaña de operaciones sucesivas victoriosas, diigidas al logro de los objetivos militares de campaña (teatro de operaciones, Europa, Pacífico, África) o estatégicos. Además, ya no existía un genio militar adelantado a su época como Napoleón.

«Forward into Battle» por Paddy Griffith.

Las tácticas militares desde Napoleón discutidas y extensamente presentadas. Tiene detractores por su visión a veces rupturista.

«Maneuver Warfare: An Anthology», compilado por Richard D. Hooker.

Recopila artículos de algunos de los mejores escritores sobre la teoría militar de maniobras. Hay trabajos de Rommel, Leonhard, John Antal, etc.

«The Art of Maneuver» por Robert Leonhard.

Es uno de los primeros y más lúcidos autores sobre la guerra de maniobras. Y destaca con fuerza propia, expandiendo el torrente de ideas de esa teoría en desarrollo.

«Race to the Swift» por Richard Simpkin.

Es el mejor libro de este autor militar inglés. Desarrolla teóricamente la guerra moderna. Es de lectura algo difícil.

«Manual de Táctica», dos tomos, por Eike Middeldorf.

Es el más completo y actual manual de táctica moderna que he encontrado. Tiene capítulos dedicados a la guerra terrestre empleando ingenios atómicos tácticos y a las condiciones particulares de lucha: de noche, en bosques, con frío extremo, etc.

«Estrategia» por Basil Liddell Hart.

Es la mejor teoría militar de este prolífico autor.

«The Foundations of the Science of War» por John Frederick Charles Fuller.

Es un libro no superado sobre los principios de la guerra y su aplicación práctica. Casi 65 años después de su edición en 1926 fue reeditado por el Cuerpo de Marines. Es de lectura difícil. Yo conseguí una fotocopia de la edición original a través de la biblioteca de una universidad americana (Lancaster, Pa.).

«On the Nature of War» por Enrique Alonso.

Igual que los principios señalan el «qué hacer» en la guerra, este libro, basado en 10 «sistemas operativos» indica el «cómo actuar» operativa y tácticamente.

«La Comprensión de la Guerra» por Trevor N. Dupuy.

Es una teoría del combate, basada en la Historia militar y determinados factores militares y sus valores cuantitativos. Encuentro que su desarrollo del concepto de «fricción», derivado de Clausewitz, está desviado. Y expone otra cosa distinta a Clausewitz.