LA MOTIVACIÓN DE LOS MILITARES II.

(FINAL)

Modernos métodos de impregnación y motivación de los hombres.

Muchas empresas modernas en los grandes países occidentales reclutaron o recibieron en sus plantillas a numerosos jefes y oficiales, al finalizar las guerras del siglo XX. Y algunos piensan que éstos imprimieron en las culturas empresariales un estilo cuartelero, de dirección desde arriba, sin un feedback moderador. Que implícitamente fue el que facilitó una llamada cultura de la muerte (sic). Para que el pueblo alistado hiciera cosas en contra de su naturaleza. Como matar, sin sentir la emoción turbadora. Una consultora de Blanchard International sugiere exactamente esto en su libro “Por qué motivar a las personas no funciona”. Pero, creo que está errada. Que sus postulados son un mix de pensamientos liberaloides, simplificaciones sicológicas y prejuicios antimilitaristas. Y que no conoce bien el horizonte “ideológico” de las grandes corporaciones capitalistas modernas.

La “teoría gerencial militar” de la consultora quedó cuajada y luego anclada en el siglo XVIII, en la época de Federico el Grande. Aquí, donde la precisión y la rapidez mecánica de las técnicas (carga y disparo de los mosquetes) y de las maniobras, necesarias para aplicar una fuerza de choque potente lo más rápidamente posible sobre el enemigo, exigieron de los hombres una obediencia ciega. Junto con una gran disciplina y un entrenamiento de repetición casi extenuante, para conseguir consistentemente sus efectos. Y, así, la autora no ha tenido en cuenta la evolución de la guerra en la era Contemporánea.

                  UNA ESCUADRA DE HOMBRES ALISTADOS

Consultoras del prestigio de Mc Kinsey preconizaban desde hace más de dos décadas, la necesidad de crear “competencias” internas entre las distintas áreas o ramas de negocios de una compañía de gran tamaño. Pensando que, de esa competencia de la “dialéctica de los émulos”, surgirían beneficios para la empresa y acicates y motivaciones para las áreas de la compañía y los empleados. Pero, este “proceso social” es más propio del materialismo científico, basándose en las evidencias del materialismo histórico. Y, en la práctica, la intensidad de esa competencia asciende a los extremos, porque en esa teoría no se le ponen limites o frenos a la dialéctica que se emplee. Salvo el implícito de la buena educación, que permite decir muchas y duras cosas con buenas maneras. Los inevitables pequeños errores e imperfecciones que surgían en las actuaciones y ejecuciones de todos, eran magnificados y empleados por sus émulos para justificar los suyos y sobrevalorar la eficacia de sus propios actos. Y, en vez de usar un sistema operativo de “armas combinadas” (departamentos y funciones integradas en colaboración) a emplear convergentemente sobre el centro de gravedad, por seguir un símil militar, creaban los consejeros un gran tiro de caballos, donde cada animal seguía su dirección indvidual. Consiguiendo así estorbar y trabar el trabajo de las empresas “asesoradas”. Los desgarros internos en las compañías, provocados entre los que deberían ser compañeros en la cultura y la realización cabal de la empresa, fueron el principal resultado duradero de esta práctica autodestructora. Ya que, a diferencia de los hechos del materialismo histórico, aquí no quedaban “vencedores” y “vencidos excluídos”.

Otras veces, como parte de esa “cultura empresarial capitalista”, los consultores externos de firmas de reconocida solvencia, como Arthur Andersen, liquidada durante la crisis de Lehman Brothers, víctima de sus propias contradicciones internas y prácticas heterodoxas, eran empleados por la alta gerencia de las firmas para adelgazar sus plantillas estables y entrenadas. La contratación implícita la solía hacer el CDE (consejero delegado ejecutivo) en un contacto “casual” (promovido por un alto comercial de la consultora), durante un ágape o una reunión de alto «standing», mejor nivel empresarial social. Los sesudos asesores que buceaban a sus anchas por la empresa, facilitaban finalmente el preceptivo informe a la gerencia de la firma. Que lo utilizaba para apoyar el despido o el traslado de empleados, ante éstos y los sindicatos. La premisa básica era que el coste fijo (de personal) era maligno “per se” y debía ser sustituído por el coste variable, en función de la actividad o las ventas de las empresas. Como corolario y consecuencia natural, se trasladaban fuera de la empresa casi toda clase de funciones desempeñadas hasta entonces. Y se entregaban para desempeñarlas a empresas de servicios o de outsourcing, mejor deslocalización. Pero que no siempre tenían ni los medios, ni el personal cualificado que tenía la empresa desmembrada. El grado del outsourcing o deslocalización de empleados y funciones que sufría la empresa original era función del ahorro de costes deseado por la gerencia y pactado con la firma de consultores internacional.

General George Patton - Destiny for War - Biography

                                            EL JOVEN GEORGE PATTON

Se pueden efectivamente deslocalizar casi siempre los trabajos de mantenimiento y de limpieza; la conserjería y la seguridad; el transporte de reparto al cliente y el de transporte de larga distancia a cargas completas, etc. Pero no se puden ceder a terceros las actividades esenciales de una empresa, ni las que la debiliten en sus funciones estratégicas y el organigrama. Y es necesario, además, tener los medios propios para observar (monitoring) y controlar perfectamente el cumplimiento de sus obligaciones, por parte de los terceros colaboradores. El servicio a los clientes, en cuanto a su satisfacción en tiempo, lugar, cantidad y calidad de lo recibido, es una actividad estratégica. Que es fácilmente maltratada por una entrega a terceros de las funciones relacionadas con ellos (recepción de pedidos, tiempo de servicio o entrega, etc.) En la práctica, se había creado una “cultura empresarial” para la deslocalización. Pero no se establecían los medios y las funciones necesarias para su vigilancia y control. Que podían tomarse de las partes literalmente arrancadas a las empresas, para ahorrar costes fijos…

Las armas son una profesión especial, muchas veces olvidada por las sociedades modernas o, al menos, descuidada. Sobre todo cuando la “oportunidad” de su empleo no se vislumbra en un futuro inmediato. No se puede regir esta Institución por los parámetros de competencia y tensión internas, downsizing y outsourcing de funciones secundarias (por ejemplo, cocina, limpieza, lavandería y seguridad de acceso), gestión empresarial y dirección por objetivos, característicos de las grandes y medianas corporaciones modernas. Esto lo intentó el portento (alto CI) de Robert McNamara, expresidente de la Ford Motor Company, como secretario de Defensa de JFK, en su reforma de 1960. El resultado se vio unos años después, en plena guerra de Vietnam. Muchas unidades de combate no pudieron confiar en sus jefes natos y bajo el fuego enemigo, colapsaron literalmente y se negaron a luchar. Esta putrefacción institucional llevó a que al menos 1000 oficiales y suboficiales de pequeñas unidades fueran asesinados por sus hombres. Aunque la cifra real podría ser mayor. El número de oficiales muertos en Vietnam fue del orden de los 4500. La historia militar moderna no ofrece otro ejemplo de esta magnitud y trascendencia.

La Motivación de los Hombres en Armas.

No es fácil, por no decir que es casi imposible, crear unas fuerzas armadas eficaces y motivadas en una nación débil, fracturada, sin autoestima, derrotada a sí misma por dentro. Porque las fuerzas armadas no son más que la parte de la nación especializada en su defensa activa. Y las integran civiles o nacionales de uniforme. Y, así, no se puede defender lo que no se conoce, no existe o se percibe como no merecedora de la entrega y del esfuerzo propios.

Por eso, lo primero es cultivar y reforzar los vínculos internos de la nación. Que están asentados siempre en sus virtudes idiosincráticas. Es decir, sus valores constitutivos, distintivos y permanentes. Para los pastunes, divididos artificialmente por la línea Durand, establecida por los británicos colonialistas, entre Afganistán y Pakistán, muchos de estas virtudes están recogidas en su Pashtunwalli o código de honor. Para muchas tribus africanas, su assabiya o identidad refleja sus valores esenciales y los mutuos deberes y derechos entre el individuo y su colectividad inmediata o grupo social.

La existencia de una amenaza a la nación, a su integridad territorial o social, a su pervivencia , permite acelerar esos procesos internos de vertebración y galvanización de una sociedad. Creando, como consecuencia, una defensa natural y recia.

Los soldados en general deben ser partícipes, en cierta forma, de sus destinos. Pero, no se trata de crear un “ejército popular”. Donde el criterio de los “conjuntos amorfos” de los soldados, sustituya la sabiduría militar de los mandos y la guía de la doctrina y los reglamentos. Donde, en la práctica, es la “guía” del comisario político de la unidad la que dictaba las normas y su aplicación. Cuyos ejemplos y antecedentes fueron aciagos en las llamadas “democracias populares”. Los comunistas tuvieron que volver rápidamente a la estrcutura del mando único para las unidades militares, si querían recuperar eficacia. Y el comisario político, dependiente directo del Comisariado General Político de las Fuerzas Armadas, fue entonces denominado el sustituto del jefe de la unidad para el trabajo político, dependiendo jerárquicamente de él.

Pero, los soldados participan sintiéndose atendidos, entrenados, equipados, mandados y comprometidos con sus misiones. Sintiéndose integrados en los hechos y su destino. Formando parte de una maquinaria bien diseñada (doctrina clara, eficaz y moderna), que es bien conducida (mandos comprometidos, eficaces, humanos y respetables) y construida: dotada de los medios humanos y materiales adecuados a las misiones a cumplir; aunque su escasez puntual y relativa suele ser crónica.

En general, los ejércitos victoriosos y/o resistentes en todas las épocas han contado con un cuerpo de oficiales y mandos formado y corto, de no más del 7 o el 8% de los efectivos. Con unos hombres entrenados, capacitados y motivados animicamente con razones religiosas, étnicas o sociales. Y dotados todos de un común “espíritu de cuerpo”, de pertenencia a un grupo social selecto y apreciado por la nación. El cual les da entereza, cohesión, espíritu de sacrificio y obediencia al deber, transmitido por sus mandos. Que está por encima, a veces, de las exigencias normales del desempeño de su profesión de las armas. No es cuestión de fanfarrias y soflamas, de desfiles y de “misiones” en los países aliados o deprimidos. Es cuestión de convencimiento, pertenencia, de sano orgullo y disposición de sí mismos, cumpliendo un mandato de la nación.

FINAL

El Mando Gerencial de la Institución militar

Introducción.

El mando gerencial se basa en el manejo de la organización y de los procesos y tiende a excluir el liderazgo creativo. Se enfrenta a los problemas en procesos y de un modo sucesivo mediante métodos establecidos. Practica la política o intercambio de parcelas de poder y de mutuos favores compensados, en su traslación al conjunto. Evita la emotividad personal en sus relaciones institucionales, porque se considera “poco controlable”.

Desarrollo.

La persona cumple su papel de funciones dentro del organigrama, para lo cual se le persuade mediante el reconocimiento y los recursos disponibles. Esto no quiere decir que no existan problemas personales, sino que se solapan por el juego de estímulos y se liberan en la frustración personal (como estrés), que es tanto mayor cuanto menor es el reconocimiento (como elemento subjetivo y de acción personal) y la capacidad de poder (un factor más objetivo) de su papel institucional. Mediante ese mecanismo compensador de la autoestima, se procura que la mayor parte de los intereses personales exhibidos caigan en el área de indiferencia, dentro de la institución o de una empresa.

Así, fuera del rol o puesto, la identidad individual desaparece. Por ejemplo, a un jubilado, al que se le puede despedir aparentemente con frialdad, realmente no se le desprecia, sino que nunca se le identificó personalmente, sino por su rol en el organigrama. Tiene que existir una conmoción emocional derivada de una tragedia, por ejemplo, el suicidio repentino de un hijo de un empleado o colaborador, para que, por una vez, los sentimientos emocionales personales de todos afloren libremente.

Esta conducta, además, tiende a cristalizar y a mantenerse por el carácter perdurable de la institución (Iglesia, fuerzas armadas, etc.) y por el mecanismo de repetición que se genera al haber dado “resultado” sucesivamente.

En el caso de las empresas, más temporales y menos formales, un gerente nuevo aborda con grandes posibilidades de éxito una empresa con problemas. Suele existir algún experto con una solución no considerada, con el que se puede llegar a un acuerdo, mediante la política. Esto se impulsa por el manejo de los procesos. En estas situaciones es imprescindible respetar (relativamente) las alianzas y las parcelas de poder ajenas.

Existe toda una simbología y una cultura institucionales, cuya aceptación vincula entre sí a sus miembros, les define pautas y guías (reglamentos, ordenanzas, código canónigo, teología moral, misión de la empresa) y su cumplimiento les preserva o alivia del estrés: se está haciendo lo debido y como es debido.

De ahí que sea la desvinculación a la cultura de la institución o empresa, la idea de que lo que se realiza no es importante (más subjetiva) o que se ha dejado de efectuar (inicio de vacaciones, enfermedades, jubilaciones), lo que dispara el estrés. Esto ocurre por la suspensión de la vinculación y de la cooperación, como satisfacciones naturales e imprescindibles del hombre.

Esto se puede compensar, al menos en parte, con actividades personales, en las que el sentido de lo que uno hace y hace bien, compense anímicamente la despersonalización de la empresa y la ausencia de una misión común asumida por todos. Y que es independiente del nivel técnico o especializado en el que cooperemos.

Dentro de la cultura institucional existen muchas veces pensamientos “deformados”. Suelen ser ideas que con el tiempo y en su inevitable evolución se vuelven tal. Esto ocurre en otras colectividades humanas y aún a las personas. Básicamente son pautas o actitudes no contrastadas suficientemente con su realidad contemporánea. Puede ser la doctrina de la guerra anterior, que nos dio resultado y para la cual tenemos un gran arsenal fabricado y distribuido; puede ser la aversión o el desagrado de los altos ejecutivos a determinados avances tecnológicos, como la informática. Estas fijaciones pueden llegar a llevar al desastre; el mando que más confianza pone en esa parte de su cultura, como vehículo principal que es de ella, es el más alejado de las necesidades de la nueva realidad y sin sensores adecuados en ella.

En esto contrastan con los niveles medios y más bajos del mando, que perciben mejor los fallos y las desviaciones de la realidad y su evolución.

La frialdad y la lejanía que se atribuyen a la dirección de gestión son percepciones negativas que no se corresponden necesariamente con las realidades personales de los mandos. Las formas de gestión, su expresión práctica, son diferentes y no se puede pedir a la institución que actúe como la parroquia o el fraile.

Por ejemplo, a veces se achaca a la curia vaticana la falta de sensibilidad hacia determinados problemas humanos. Independientemente de que en el nivel personal dicha sensibilidad exista y aún esté mejor informada que en una parroquia del tercer mundo, la misión de la curia es la gestión de la iglesia como institución ideológica. Cuidando de la ortodoxia religiosa (una religión no puede mercadear con su credo o deja de serlo o, al menos, pierde credibilidad) y de la administración de una sociedad con más de 1.000 millones de afiliados. Esto solamente se puede hacer con procedimientos de gestión, independientemente de la santidad, que siempre es un esfuerzo hacia y un encuentro personal con Dios, de sus miembros.

Flujograma de Funciones

Los factores operativos que definen la dirección gerencial o institucional son:

Principales P Derivados D

Control Presupuestario P

Dirección por Objetivos P

—————————————

Control de Procesos P Limitación de la Variabilidad D

Saturación de Normas escritas D

Procesos, Operaciones y Funciones totalmente delimitadas PyD

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Cultura y Simbología propias P Defensa contra la Tensión D

Autoidentidad convencional D

Papeles identificativos estructurales P

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Áreas de Indiferencia D

Despersonalización P Incentivos y Penalizaciones, reactivas D

Control Emocional convencional D

LA SORPRESA MILITAR COMO ARTE Y HETERODOXIA

La Sorpresa militar: Su Necesidad y Teoría.

Casi todas las técnicas, tácticas y operaciones dirigidas a obtener la sorpresa táctica u operativa sobre el enemigo, se pueden considerar benévolamente como al borde de los reglamentos y normas existentes. Que son practicadas en los distintos países y grupos de ellos o alianzas supranacionales.

Entre otras razones, combatir solamente según el “libro” suele ser demasiado conocido y previsible. Además, muchos de los “conocimientos” generales recogidos en ellos son compartidos por bloques y naciones diferentes y aún antagónicos. Y es necesario, respetar los reglamentos y ordenanzas y perseguir el objetivo señalado por el mando, como la meta a conseguir.

Pero la actuación creativa y decisiva debe seguir el que llamamos el “camino de la sorpresa”. Como orientador, brújula, de nuestras decisiones y acciones. Buscando esa oportunidad fugaz y jugosa que surge en el desarrollo de las acciones mutuas entre los rivales armados; esas debilidades enemigas descuidadas o vulnerables en unas condiciones que podemos crear, a cuales más imprevistas e insólitas. Para conseguir nuestras metas con más contundencia, eficacia, elegancia y rapidez. Lográndolo con menos pérdida de tiempo, de hombres y de medios. Recordemos el principio básico y universal de la economía de los medios.

Claro que siguiendo siempre el “libro” se podrán abordar y llevar a buen término las operaciones comunes. Pero, aparte de que el enemigo tenga una doctrina y sus reglamentos esencialmente iguales, la forma de luchar será primero conocida y luego aprendida o dominada. Y, quizás, hasta superada finalmente por el enemigo. Los alemanes triunfantes en el primer período 1939-1941, con el alargamiento de la guerra, permitieron el conocimiento y el aprendizaje de su guerra de armas combinadas por sus enemigos. Que luego los superaron en técnicas, tácticas y operaciones y los llevaron hasta su estruendosa derrota en 1945.

Y esta “guía” es de especial necesidad y querencia en los ejércitos burocratizados y cristalizados. Donde los fallos imprevisibles, no culpables, no son solamente una contingencia a superar por el conjunto. Sino que pueden ser también un arma administrativa o política contra los responsables. Y donde el seguimiento del “libro” y de las órdenes de los superiores al pie de la letra, blindan y protegen a los inferiores de la responsabilidad de sus actos.

Martín Van Creveld decía que ésa era la antesala, antes de la inoperancia y la postración finales, de “las organizaciones militares que no se actualizaban y renovaban”. A Martín Van Creveld lo expulsaron como profesor, hace muchos años, de la Escuela Superior Militar de Israel.

Entonces, los resultados se conseguirán cada vez más a costa del desgaste y la pérdida de hombres, medios y materiales. Tendiendo a triunfar entonces el rival que más capacidad demográfica y económica tenga.

Surge entonces un corolario de esta forma de pensar lo militar. El afán de evitar bajas humanas, extendido a todos los ejércitos modernos de 3ª o 5ª generación, llevará al empleo preventivo, protector y terapeútico del fuego pesado. Buscando que las fuerzas propias no tengan en lo posible que luchar a las distancias cercanas y próximas. A ello se le llama tecnología militar moderna y tiene encantadas a las industrias de armamento nacionales. Esto no es más que la perversión y mixtificación del fuego pesado. Cuyas funciones o tareas, en orden creciente de acción y eficacia, son: cegar, perturbar, neutralizar o cubrir y destruir al enemigo en las distintas situaciones de lucha. Y la acción sobre el objetivo tenderá a la destrucción física, como garantía de la seguridad de los hombres. En las actuales guerras civiles y sus complicaciones en Irak y Siria, tenemos los ejemplos en los bombardeos exagerados y metódicos sobre los enemigos. Armados o civiles; reales o sospechosos.

La Sorpresa militar, buscando la conmoción y la dislocación del enemigo.

Durante sus operaciones, el despliegue enemigo se va conformando en la dirección y con la intención que él ha decidido y determinado, para sus medios militares escalonados y para sus vías logísticas. Así, va mostrando sus “cartas” a su rival, en función de su ritmo de actuación y se va empeñando en función de aquéllas.

Nuestra sorpresa puede crear “per se” un nuevo “flanco expuesto”, otra “vulnerabilidad” más o menos crítica en el enemigo. Que él no consideraba aún, que él no esperaba, ni estaba preparado para defenderla con alguna de las formas de lucha. Que son el ataque y la defensa, en sus variedades y combinaciones.

La sorpresa nuestra «penetra» en el despliegue enemigo, buscando conmocionarlo y dislocarlo funcional o posicionalmente. Y, al menos, causarle bajas, ocupar posiciones ventajosas para nuestro desarrollo operativo, disminuir su tempo o ritmo operativo y confundirlo, demorarlo y perturbarlo en sus planes y despliegues. Empleando para ello, por nuestra parte, el mínimo gasto de medios y buscando lograr el máximo efecto posible sobre el enemigo. Con lo cual optimizamos el esfuerzo de nuestras acciones, siguiendo el principio general de la economía de los medios disponibles.

Cuando el enemigo reacciona para contrarrestar y superar el efecto de nuestra acción sorpresiva, se va adaptando necesariamente a nuestra intención. Y, si aquél es grave, se aleja más o menos de sus intereses y planes. Con sus movimientos reactivos para el rechazo y el ataque a nuestras fuerzas, el enemigo va desatendiendo su intención y su misión. En relación a éstas, el enemigo queda alejado de ellas y desequilibrado. Así, una sorpresa concebida, planeada y realizada debidamente nos puede “preparar” al enemigo. Para enfrentarse en desventaja, con menos recursos disponibles y un peor despliegue, a nuestra acción ofensiva principal. Que sería ya más directa, masiva y ortodoxa.

De tal manera que existen toda una gama de efectos posibles a conseguir sobre el enemigo con nuestras acciones sorpresivas. Que variarán también según los medios destinados a obtener nuestra sorpresa, la concepción, la preparación y la realización de la misma y el tiempo disponible, considerando también el conjunto de nuestras operaciones.

LUCHA DE LA INFANTERÍA LIGERA CONTRA ENEMIGO SUPERIOR

Introducción.

Es posible llevar la “microdirección colectiva coherente” al microterreno táctico, dando misiones y órdenes específicas a nivel de batallón o de compañía. Las unidades empleadas serán de infantería ligera reforzadas con material y expertos (ingenieros, minas, morteros, antitanques, antiaéreos). La unidad táctica inferior será el pelotón con 2 o 3 escuadras de 3 a 5 hombres y sus apoyos. Ella recibirá una misión directa y simple, aunque sea difícil, laboriosa y peligrosa. El tiempo de actuación y los equipos disponibles serán necesariamente cortos y ligeros, salvo si la equipación se puede adelantar a un depósito protegido. Desde la hora de partida o el cruce de líneas propias hasta su extracción o desempeño no deberían pasar más de 40 horas. Y, sería preferible no más de 24 horas para una misión individual.

Operaciones.

Los medios del combatiente son: el terreno, con el que se debe fundir y confundir para sus operaciones básicas: marcha, ataque y defensa; las granadas son una parte de su “fuego pesado” orgánico. Completando o sustituyendo al mortero de 60 mms., cuando el combatiente esté a la distancia de penetración subrepticia o infiltración.

Y el modo o la manera de las acciones debe guiarse con la armonía en el sistema “amigo, enemigo y medio” y la serenidad y el silencio de los combatientes. Así, por ejemplo, la armonía exige que en la infiltración de una posición enemiga se respete el efecto del camuflaje en el avance del infante. Un arbusto o matojo no puede avanzar o cambiar de posición, de tal manera que resulte chocante a uno de los elementos de la seguridad o de la avanzada de combate enemigas.

El ataque.

Más que atacar desde lejos, favoreciendo el empleo del fuego pesado enemigo (artillería, morteros, aviación), el combatiente debe deslizarse subrepticiamente a más o menos profundidad en la retaguardia táctica enemiga. Para allí atacar objetivos operativos o tácticos: centros de mando y de comunicaciones; almacenes y parque de camiones y vehículos y equipos logísticos en general; barracones, armas pesadas y observatorios de todas las ramas. Dependiendo esto del tipo y la entidad de la unidad enemiga atacada.

En un ataque importante, el pelotón puede adelantar 2 o 3 equipos o escuadras de incursión. Y, para un reconocimiento a fondo de la posición enemiga puede enviar 1 o 2 equipos o escuadras de exploración. El sector o franja de avance del pelotón puede alcanzar los 150 ms.

El enemigo, en este ataque subrepticio, puede defenderse cambiando la estructura de su zona de seguridad. Aumentando las posiciones de vigilancia, la reforzará más. Pero, su seguridad no habrá mejorado cualitativamente. La protección eficaz vendrá de superponer a esa red de pozos de tirador y nidos de defensa, una red de patrullas sin un recorrido fijo. Que estorben o detecten e impidan la labor de penetración oculta, paciente y silenciosa de los equipos de incursión del atacante.

La defensa.

En la defensa, el combatiente hará lo mismo, pero casi al revés. Se fundirá y confundirá con el micro terreno circundante. Ocultando todo lo posible sus posiciones de combate y fortificaciones al enemigo más numeroso y/o tecnológico. Disipando el rastro táctico de sus posiciones fuertes, tanto de combate como de apoyo.

Japanese in Battle. Enemy Methods

Si emplean reductos fortificados, estos deberán estar camuflados y cubiertos y excavados parcialmente en el terreno. En torno a ellos, habrá un enjambre de tiradores o parejas de ellos, cubriendo sus aproximaciones a las distancias apropiadas. Es bueno poder mantener un fuego cruzado, que despiste la atención del enemigo sobre el origen del mismo.

En los terrenos urbanos la infantería ligera creará una serie de posiciones de defensa articuladas en zonas de defensa. El empleo del alcantarillado y de los túneles será continuo para el escondite, la protección y las maniobras subrepticias. Las posiciones de fuego pesado directo (antitanques, ametralladoras, cañones ligeros) estarán incrustadas en el interior de las construcciones, controlando los rebufos.

FM 7-8 Chptr 6 URBAN OPERATIONS

En una manzana, unos edificios serán defendidos por parejas de tiradores y otros, por pelotones. El movimiento de los combatientes entre y por los pisos para la oportunidad táctica será decidido por los defensores. El acceso a los pisos inferiores desde las calles estará obstruido y protegido por trampas explosivas y/o por el fuego desde otras posiciones. Los patios y solares pueden ser aptos para el despliegue de posiciones antiaéreas y de fuego pesado indirecto.

Las minas, barricadas, cortaduras y obstáculos serán “interrupciones cubiertas por el fuego”, que rompen el impulso enemigo. Las “alturas ocultantes relativas” de cualquier área urbanizada y los giros y recovecos de las calles y vías nos ocultan y rompen las unidades enemigas. Nuestra artillería indirecta puede registrar vías de aproximación y parques y plazas, para perturbar avances, concentraciones y depósitos enemigos.

Nuestras acciones tácticas buscarán: anular el impulso enemigo; impedir que rodee y desborde a nuestras unidades; erosionar sus avances desde varios lados; destruir sus vehículos blindados y de transporte; bloquear sus entradas a edificios desde terrazas y últimos y primeros pisos; y adelantarnos ventajosamente a sus intenciones e intentos.

FM 7-8 Chptr 6 URBAN OPERATIONS

Todo nuestro esfuerzo está encaminado a hacer que el enemigo, con la estructura de nuestra defensa y con las técnicas y tácticas que empleemos para hacerla efectiva, pierda todas sus ventajas numéricas, tecnológicas y de capacidades de fuego y de movimiento táctico sobre nosotros.

Si podemos contar con un “grupo móvil destacado” fuera del perímetro urbano y que no esté localizado por la exploración o las unidades enemigas aérea o terrestres. Éste podría hostigar, emboscar, erosionar o atacar, según los casos, al enemigo en su retaguardia táctica. Sus acciones ofensivas deben tener el objetivo operativo de debilitar y perturbar la capacidad táctica enemiga. Y con esta tarea en mente, surgirán las distintas oportunidades de lucha contra las pequeñas unidades enemigas y sus apoyos y soportes de todas clases. Otra premisa de su actuación es que el “grupo destacado” debe proteger su seguridad, evitando siempre un encuentro no buscado con el enemigo, su detección prematura por éste y ser cercado.

Las marchas.

Existe una tercera de categoría de acciones que son las marchas. Éstas serían al combate, entre posiciones propias cercanas o lejanas y retrógradas, con persecución enemiga o no.

La marcha al combate, sobre todo a las distancias cercanas y medias, tiene como objetivo alcanzar las posiciones de combate de cada arma con el enemigo. Protegiendo y manteniendo las capacidades de combate y de movimiento táctico de todas las unidades. Para hacer sentir al enemigo, sin merma alguna, toda nuestra capacidad de lucha: fuego, choque, infiltración.

Aquí, es necesario también confundirse y fundirse con el terreno de marcha. Que puede ser diferente según los tramos del recorrido. La protección es la condición primordial de nuestra marcha, ya que aún no hemos iniciado el combate con el enemigo. Y, sin ella, habremos desperdiciado y dilapidado nuestras oportunidades y nuestros escasos medios militares.

Toda marcha con la posibilidad de un encuentro no deseado con el enemigo es una marcha al combate. Y esa posibilidad definirá las necesidades de seguridad y ocultación de nuestras “agrupaciones de marcha”.

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CHINDITAS AVANZANDO POR TERRENO NO HOSTIL

La exploración de nuestros recorridos debe ser adelantada suficientemente, dependiendo de nuestro conocimiento de la ruta y del enemigo y sus características. Esa exploración será apoyada por nuestra vanguardia con capacidad de lucha. Y considerando siempre que su misión incluye rehuir la lucha con el enemigo, salvo nuestro rechazo en una emboscada sufrida. Las características ocultas y silenciosas de nuestra lucha lo aconsejan totalmente.

La protección es un factor necesario de la sorpresa. Que es un multiplicador barato y eficaz de las capacidades de combate de nuestras unidades ligeras y magras. Dado que el enemigo tiende a la no “disponibilidad combativa” durante la mayor parte del tiempo. Y esto es una cosa deseable y natural: los leones descansan más de ⅔ de su tiempo disponible diario. Y como el enemigo necesita un “tiempo de detección y alerta” para disponerse a la lucha, él tiene que mantener una seguridad adelantada en un despliegue eficaz. Que le garantice poder contar con dicho “tiempo esencial”, para no resultar sorprendido por nuestra incursión atacante.

La debilidad tecnológica de nuestro despliegue la compensaremos sobradamente, con la ocultación, el mayor tiempo de marcha, la seguridad de ésta, la exploración cuidadosa y necesaria y el uso del terreno, que nos brinde esa fusión deseada con él.

Empleando el terreno más favorable para avanzar: sus pliegues, desniveles y ocultaciones; y el arrastre para cruzar por terrenos anegados, cercanos al enemigo y difíciles; y el camuflaje creativo y variado; y sirviéndonos de la ocultación que nos brinda la noche, como refuerzo natural de nuestras acciones. Para dejar la menor huella táctica posible al enemigo.

En las ciudades, son medios de ocultación, que nos brinda su trazado, sus elementos y su construcción, los parques, las cunetas y las aceras. Junto con el sistema de ferrocarril metropolitano, el alcantarillado general y los túneles de circunstancias que podamos excavar o reforzar.

Para avanzar por los desniveles, es importante utilizar nuestro lado o vertiente de las crestas militares relativas. Considerando que, el enemigo se desplegará por su lado. Y, adelantando o no alguna seguridad, observadores de las armas o fuerzas cercanas a ellas. La distancia a la cresta es importante y diferente para los tipos de lucha. Si el defensor está algo separado, puede ser atacado por granadas. Y si se despliega muy separado, para su tranquilidad, esto implica dejar al atacante el dominio del acercamiento subrepticio. Algo cercano, puede permitirle detectar al asaltante y batirlo y rechazarlo con granadas.

La Conducción.

La conducción de estas unidades debe incluir y luego inspirar y reflejar el carácter complementario y continuo que tiene su “polaridad esencial”. Y que actúa en su concepción, desarrollo, doctrina, implementación, equipo y entrenamiento, logística y apoyos, marchas y ejecución de misiones y tareas.

Recordemos, ahora, que son unidades regulares o semi regulares, que se protegen y luchan, de una manera característica y singular, con un enemigo mayor o mejor equipado tecnológicamente. Y, empleando en su dialéctica bélica cualquier forma de lucha (ataque, rechazo, defensa retardante) o maniobras. Y actuando parcialmente y en el grado apropiado, como una unidad irregular, confundiéndose y fundiéndose con el terreno táctico.

Considerando que, si insistimos en demasía en una forma, concepción y ejecución, las dinámicas de los procesos en marcha nos pueden terminar alejando del buen hacer e, incluso, del éxito. Todo esto tiene que ver con la mecánica cuántica, el principio indeterminación de Heissenberg y el principio de Hobber, en cuanto reguladores naturales y últimos de los procesos.

Así, la dirección, el modo y la realización de nuestros medios y objetivos deben guiarse como el piloto de una embarcación pequeña la guía. Con el objetivo en el horizonte y empleando pequeñas correcciones de rumbo para retomar las intenciones iniciales y sucesivas.

Flujograma y Equilibrio de procesos, acciones y hechos en la lucha de las unidades ligeras de forma diferente o extraordinaria.

Centralización // Coordinación // Delegación

Autoridad // Información

Terreno // Terreno y Micro terreno

Estrategia y Operaciones // Aplicación

Intenciones // Eventualidades

Medios // Oportunidades

Organización // Corrección y evitación de fallos

Refuerzos // Ejecución

Inteligencia // Reconocimiento e Inteligencia aplicada

La campaña del Khalkhin-Gol (Mongolia) de 1939. 2ª PARTE.

Zhukov detiene el expansionismo japonés hacia la URSS…

Primeros contactos, decisiones y preparativos. Evaluación de la situación.

El 5 de junio de 1939 llegó Zhukov al cuartel general del 57º cuerpo de ejército conjunto en Tamtsak-Bulak, en un saliente del este de Mongolia. La situación militar era confusa y deprimente. Los mandos soviéticos tenían un pobre conocimiento general de lo que ocurría; la comunicación vertical no existía; la exploración y la inteligencia locales eran pobres y la coordinación de las fuerzas era escasa. Sólo el comisario político del cuerpo Nikishev había visitado a las unidades de primera línea. La gran unidad no estaba en condiciones de detener a los invasores japoneses. Zhukov solicitó importantes refuerzos aéreos y terrestres inmediatos, tomó el mando del cuerpo de ejército, destituyendo a su incapaz jefe general Feklenko, y comunicó a Voroshilov que su plan era contener a los japoneses desde sus posiciones en la ribera derecha del Khalkhin-Gol y prepararse para lanzar una poderosa contraofensiva. Voroshilov estuvo de acuerdo.

La derrota de las tropas japonesas en una batalla con los ...

La concentración de fuerzas japonesas y la actividad creciente de su fuerza aérea indicaban que sus ataques últimos era algo más que incursiones más o menos profundas de hostigamiento u operaciones de exploración en fuerza. De hecho, ambos enemigos intentaron alcanzar la supremacía aérea sobre la zona de operaciones antes de lanzar sus ofensivas respectivas. Durante una quincena, casi diariamente, hasta primeros de julio, tuvieron lugar en los cielos de ambas Mongolias intensos combates entre ambas fuerzas aéreas. Cada una trajo sus mejores pilotos de caza. El 27 de mayo los japoneses bombardearon la base aérea de Tamtsak-Bulak. El Cuartel General Imperial en Tokio, que no lo había autorizado, prohibió repetir esos bombardeos. Los japoneses habían ideado la operación “Segunda Parte del Incidente de Nomonhan”. Pretendían primero rodear y derrotar a las fuerzas mongolas y rusas del lado derecho del río y luego cruzar el Khalkhin-Gol y destruir todas las reservas enemigas no adelantadas. En julio de 1939 los japoneses tenían concentrados frente a las posiciones adelantadas aliadas, 38 mil hombres, 135 carros y 225 aviones de caza y bombardeo. Zhukov contaba con 15000 tropas soviéticas y mongolas. Su baza principal en esos momentos eran sus 200 carros y 250 vehículos blindados, integrados en la 11ª brigada de carros (150 carros) y la 7ª y la 9ª brigadas blindadas del Ejército Rojo y el 8º batallón blindado mongol.

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TANQUES JAPONENES TIPO 95, EL MÁS EMPLEADO EN KHALKHIN-GOL.

Zhukov formó pronto una pobre opinión de las capacidades y la maniobrabilidad de los carros japoneses: el medio, imponente y lento tipo 89, el ligero tipo 95 y el medio tipo 97. La velocidad inicial del cañón de 57 mm. del T-97 era muy baja y sus proyectiles perforantes no solían penetrar el blindaje soviético. La producción de carros del Japón fue siempre hasta 1945 muy escasa para sus necesidades y la doctrina nipona consideraba a los carros como apoyo de fuego pesado tenso de la infantería que acompañaba. Los soviéticos aprendieron que si bien los japoneses eran buenos en los combates a corta distancia y sus oficiales inferiores estaban bien entrenados, sus mandos superiores no lo estaban y carecían de iniciativa. Sólo la fuerza aérea japonesa mantuvo una capacidad superior a la soviética al principio de la campaña. El carro medio ligero soviético era el T-26. Los carros muy ligeros soviéticos BT-5 y BT-6 poseían numerosas aperturas, por donde la infantería nipona podía introducir granadas, explosivos o cócteles Molotov. Se improvisaron rápidamente modificaciones en el combustible a emplear y cubriéndolas con tela metálica.

Los japoneses atacan varias veces y son rechazados..

El general Michitaro Komatsubara, jefe de la 23ª división, recibió la orden de realizar la primera parte de la citada operación. Se lanzaría un asalto general en todo el frente, apoyado por los carros. Mientras una fuerza de maniobra (que llamaremos A) rodearía el flanco izquierdo soviético, cruzaría el Khalkhin-Gol y ocuparía el monte Bain Sagen, que domina un gran sector de su ribera oeste. Desde allí seguirían hacia el sur, ocupando el puente de Kawatama y aislando las posiciones soviéticas avanzadas. La fuerza A la formaban 4 regimientos de la 23ª división, con un total de 10 mil hombres, 100 cañones y 60 cañones anticarros. La fuerza de maniobra B, a cargo del general Yasuoka Masoami, con otros 4 regimientos de infantería, artillería y 2 regimientos de carros, atacaría desde el sur a las fuerzas aliadas al este del río, hasta alcanzar el citado puente.

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CRUZANDO EL RIO KHALKHIN-GOL.

El día 2 de julio atacaron. La fuerza A llegó rápidamente al río y lo cruzó. El monte estaba defendido por una fracción de la 6ª división de caballería mongola (1000 hombres con apoyo artillero). Los japoneses lo ocuparon fácilmente e iniciaron su maniobra de explotación por la ribera oeste.

Zhukov, que en su EE.MM se iba formando un cuadro claro de la situación general y de la situación del enemigo, lanzó entonces una triple contraofensiva. La 11ª brigada de carros atacaría a la fuerza A desde el norte, mientras que el 24º regimiento motorizado lo haría desde el noroeste y la 7ª brigada blindada y el batallón blindado mongol lo harían desde el sur. La artillería pesada del 185º regimiento independiente de artillería les prestaría apoyo de pesado fuego, junto con la aviación. Todo el terreno era favorable al empleo de blindados, las defensas japonesas en el Bain Sagen eran aún muy precarias y sus piezas anticarros, totalmente inadecuadas. Además, los nipones fueron totalmente sorprendidos por los ataques iniciados a lo largo de la mañana del día 3. El 5 los japoneses cruzaron el Khalkhin-Gol, autorizados por Komatsubara a retirarse. Cientos de hombres se ahogaron en el precipitado cruce, con los puentes de pontones dañados o destruidos por la aviación soviética o por sus propios ingenieros, para cortar la persecución soviética. Las posiciones del Bain Sagen estaban cubiertas de miles de cadáveres de japoneses y de sus caballos, restos de cañones, de ametralladoras y toda clase de equipos. La fuerza A había desaparecido del orden de batalla del Kwantung.

La noche del día 5 atacó la fuerza B, no pudo romper las líneas soviéticas y terminó rechazada por la 9ª brigada blindada, que estaba como fuerza móvil en las posiciones del “enclave Nomonhan”, apoyada por el fuego del 185º regimiento artillería. La fuerza B perdió la mitad de sus carros.

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JAPONESES AVANZANDO EN NOMONHAN.

En los días siguientes tuvieron lugar varios intentos infructuosos de penetración en las defensas soviéticas del enclave. El más serio ocurrió entre el 23 y el 25 de julio y estuvo a cargo de las 64ª y 72ª divisiones de infantería, que atacaron desde el sur en dirección al puente de Kawatama. Los japoneses tuvieron que retroceder con más de 5 mil bajas.

La gran batalla del río Khalkhin-Gol.

A mediados de agosto el Kwantung había reunido un ejército de unos 115 mil hombres al mando del general Ogisu Ripo frente al enclave soviético. Estaba integrado por el 6º ejército, la 7ª y la 23ª divisiones de infantería, una brigada del Manchukuo (gobierno de Manchuria instalado por el Japón), 3 regimientos de caballería y 3 regimientos de artillería y contaban con 182 carros, 300 vehículos blindados y 450 aviones de todas clases. Su plan era atacar a las fuerzas soviéticas en ancho frente, a partir del día 24.

Batalla de Jaljin Gol | Historia de la Humanidad Amino

CABALLERÍA JAPONESA EN KHALKHIN GOL.

Esos japoneses mejores formaban, sin embargo, un ejército de infantería antiguo. Sus carencias significativas eran su falta de movilidad operativa, la escasez de anticarros y su ineficacia, la ausencia de una exploración táctica y la falta efectiva de carros. Sus posiciones de rechazo, una vez rebasadas por las puntas de avance de los carros y vehículos soviéticos, se convertían en un estorbo propio. Quedaban aislados, sin abastecimientos y sin cohesión táctica. No conocían la defensa circular, ni esperaban ser auxiliados a partir de su cerco. Las ondas de conmoción anímica y mental se extendían por todos los hombres de la posición. Generadas desde los “focos de irrupción” de los soviéticos, concretados emocionalmente en “sorpresas ingratas”. No entrenados, ni equipados para ello, todo su espíritu sobrio, resistente y luchador les traicionaba ante la situación inesperada y amenazadora. Surgía en ellos el pánico y, entonces, la parálisis o la huida, personal o con sus compañeros servidores de un arma. Por tanto, no tenían capacidad de contraatacar las penetraciones soviéticas, batirlas más o menos y, a su vez, aislarlas en la profundidad de la posición defensiva nipona.

Aunque su cabecera de ferrocarril próxima distaba 650 Km., Zhukov se las arregló para recibir unas 55 mil Tm. de abastecimientos, empleando hasta los tractores de la artillería. Stalin le fue enviando grupos de unidades sucesivamente. Así se formó el Primer Grupo de Ejércitos, a sus órdenes. La aviación de reconocimiento soviética y el grupo de reconocimiento del 149º regimiento motorizado realizaron una extraordinaria recolección de información sobre las posiciones japonesas, que fue convertida en inteligencia y que permitió a los soviéticos formarse una precisa idea de sus defensas. En la ribera este había 50 mil hombres desplegados. Los movimientos de sus defensores eran los rutinarios, para encubrir sus preparativos de ataque. Éste era el grupo Centro. Al oeste del río, formando concentraciones que los japoneses desconocieron, había 3 divisiones de infantería, 3 brigadas de carros, 3 brigadas mecanizadas (con unos 500 carros y 350 vehículos blindados) y 20 escuadrones de caballería en sus zonas de espera. Formaban los grupos Norte y Sur soviéticos. Cuando el ruido de sus motores era alto, la artillería o la aviación soviéticas se encargaban de enmascararlo con operaciones puntuales de castigo o de reglaje de tiros sobre las cercanas posiciones japonesas.

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LA BATALLA DE KHALKHIN-GOL, IDEALIZADA.

Zhukov se adelantó también a los japoneses: El 20 de agosto a las 0545 horas atacó. Los japoneses estaban tan confiados, que muchos oficiales se habían ido de permiso. 350 aviones soviéticos atacaron las posiciones enemigas. Que fueron seguidamente bombardeadas durante 3 horas por la artillería y los morteros orgánicos. Inmediatamente los grupos Norte y Sur buscaron los flancos expuestos de la gran posición japonesa y el grupo Centro atacó frontalmente desde la ribera este. Las primeras luchas fueron duras e indecisas. La 82ª división de infantería soviética fue rechazada y luego fijada. Hubo que rescatar al jefe de división y a su jefe de EEMM. El día 21 el grupo Sur se había deslizado por detrás de los japoneses, alcanzando un afluente del Khalkhin-Gol. El 22 el grupo Norte ocupó las alturas Palet, perdiendo 600 hombres en su limpieza, y giró al sur.

Las dos pinzas del ejército de Zhukov se cerraron el 25 al oeste de Nomonhan, atrapando en su interior a 60 mil hombres del ejército del general Ripo. Los intentos japoneses de ruptura del cerco desde el exterior fueron repelidos el 26 de agosto por la 6ª brigada de carros y la fuerza aérea soviéticas. Los soviéticos tardaron menos de una semana en liquidar las resistencias en la bolsa. El 31 de agosto todo había terminado. De los hombres atrapados en ella, unos 50 mil fueron clasificados por los japoneses como muertos, heridos y desaparecidos. Los muertos japoneses de la campaña fueron estimados tan altos como 45 mil y las bajas totales soviéticas, valoradas en 17 mil hombres. La victoriosa campaña soviética había mutilado gravemente al Kwantung.

Resultado de imagen de georgi zhukov EL MARISCAL DE LA URSS ZHUKOV, AL FINAL DE SU CARRERA MILITAR. SON DESTACABLES, LA ESTRELLA DE MARISCAL DE LA URSS Y, EN SU PECHERA IZQUIERDA, 2 ÓRDENES DE LA VICTORIA Y 4 ESTRELLAS DE HÉROE DE LA URSS.

En junio de 1940 la URSS y el Japón establecieron un alto el fuego oficial y firmaron un tratado de fronteras que estabilizó totalmente la zona. Ello liberó gran parte de las fuerzas soviéticas estacionadas allí para su empleo potencial y posterior en Europa. Los japoneses, contentos de que la URSS se distrajera en otras áreas geoestratégicas, renovaron su guerra con China, concentrando 100 mil hombres al norte de Hunan. La “opción estratégica sur” se ponía plenamente en marcha…

FINAL.

La campaña del Khalkhin-Gol (Mongolia) de 1939.

 

Zhukov detiene el expansionismo japonés hacia la URSS…

En 1939, en sus remotas fronteras orientales, la URSS sostuvo una corta y dura guerra con el Imperio japonés. En esa época la atención de Europa, el núcleo del mundo entonces, se centraba en la suerte inmediata que iban a correr Checoeslovaquia y Polonia. Además, los nombres de Manchuria o de Mongolia eran poco conocidos en Occidente. Sin embargo dicha guerra regional iba a tener una consecuencia trascendental para Europa y su destino. Gracias a la rápida y decisiva victoria de la URSS en ella, los soviéticos no tuvieron que sostener 2 años después una guerra en dos frentes convergentes y extensos, a cargo de sus dos grandes enemigos, los imperios japonés y alemán.

Ello permitió a la URSS resistir y sobrevivir a las poderosas y sucesivas embestidas estratégicas y operativas alemanas, hasta fines de 1942. A partir de Stalingrado, las tornas se volvieron. Y la vieja Rusia, que parece renacer y crecerse en la desesperación y con las dificultades terribles, comenzó una crecida militar firme, sostenida, progresiva e irresistible, aunque muy costosa, hasta Berlín. La cual anegó toda la Europa del Este por 45 años, imponiéndole a medio continente su particular sistema económico político social. Una victoria de los japoneses en aquella guerra lejana y marginal, no hubiese permitido a Zhukov, el vencedor en ella, traer gran parte de las endurecidas divisiones siberianas a fines de 1941, para apuntalar el frente de Moscú ante el ataque final y casi exhausto del Grupo de Ejércitos Centro del III Reich. Y para contraatacar ese invierno a las discontinuas e improvisadas líneas alemanas de ese frente. Contraídas en muchos casos en posiciones defensivas casi aisladas y mal equipadas. Que estaban apenas hilvanadas por el fuego pesado de apoyo.

Una zona geoestratégica caliente y lábil: Mongolia, Manchuria y norte de China.

Las relaciones chino japonesas alcanzaron un momento decisivo en 1894, cuando ambos países se enfrentaron militarmente por el dominio sobre Corea. China perdió la guerra. Por el tratado de Shimonoseki, los chinos abandonaron sus derechos sobre esa península y cedieron también al Japón la península de Liao-tung, al norte de Corea, Taiwan y las islas de los Pescadores, abonándole una indemnización de guerra de $200 millones. Posteriormente, Rusia, Alemania y Francia obligaron al Japón a renunciar a la península de Liao-tung, donde está el puerto de Dairen o Puerto Arturo, a cambio de una compensación metálica.

Tsushima, la batalla naval «más grande e importante desde Trafalgar»

LA FLOTA RUSA ES VAPULEADA POR LA JAPONESA EN LA BATALLA DE TSUSHIMA (1905).

Tras su derrota frente al Japón en la guerra de 1904-1905, Rusia le cedió sus derechos sobre los territorios del sur de Manchuria. La humillación de las fuerzas rusas en aquélla, que abortó la penetración del Imperio zarista en Manchuria, instauró un resentimiento profundo y permanente de los rusos con el Japón. Esto condicionó las relaciones de ambas potencias durante los 35 años siguientes. Finalmente, la ocupación por el Japón del resto de la Manchuria china en 1931, territorio que en 1932 se convirtió en el estado títere nipón del Manchukuo, agravó y enconó el statu quo existente. Un enfrentamiento militar entre el Imperio japonés y la URSS era ya casi inevitable a corto plazo.

Las preferencias estratégicas del militarismo imperialista nipón.

En el Cuartel General Imperial en Tokio, los altos mandos militares, partidarios del engrandecimiento del Japón a costa de terceros países, discutían intensamente acerca de la gran estrategia a seguir. No había discrepancia en los métodos, sólo en los caminos más adecuados a seguir. Eran los militares quienes entonces definían los intereses, las prioridades y las actuaciones del Imperio. Como ocurría en otros estados totalitarios del mundo, tomados por diversos elementos más o menos uniformados y estereotipados. Estereotipar es convertir, a base de repetirlas patológicamente, diversas conductas y actitudes corrientes (saludos, gestos, parafernalia) en automáticas, poco conscientes y aún alienantes. Dos grandes líneas de actuación militarista se presentaban ante el Japón imperialista.

La “opción sur” suponía atacar a las potencias occidentales, Francia, Gran Bretaña, los EEUU, Holanda, Portugal. Para ocupar sus colonias y protectorados de todo el sur de Asia y del Pacífico occidental, hasta la India. Buscando la creación de una “esfera de coprosperidad” con los países asiáticos invadidos y supuestamente descolonizados. En la que se facilitase al Imperio las materias primas de todas clases que tanto necesitaba y los mercados de importación para sus productos medianamente elaborados de esa época. Y aún estaba lejos el protagonismo del almirante Isoroku Yamamoto y sus planes aeronavales: la decisión sin retorno del Imperio de atacar directamente a los EEUU y a Pearl Harbour. Una vez que se le ordenó que acometiera esta misión preparatoria. A la que él se oponía, por conocer de sobra la capacidad y los medios de los EEUU, donde había vivido.

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La “opción oeste” suponía la ocupación de Corea y de Manchuria, y continuar con el enfrentamiento con la URSS, por Mongolia y sus tierras de la Siberia. Ésta era la opción favorecida por el Imperio desde primeros del siglo. Además, desde 1930 el Gobierno fue cayendo cada vez más en manos del Ejército Imperial. Se iniciaba el período histórico que los japoneses llamaron “kurai tanima”, el valle oscuro, que se extendió hasta 1945. Y que se caracterizó por un totalitarismo nacional, justificado por la pertenencia a un Estado basado en la gran nación-familia japonesa, tutelada por el Patriarca de origen divino, el Tenno o Emperador, y por un acendrado expansionismo colonialista. Además, los generales tenían, por formación y desempeño, una mentalidad más propicia a extenderse por el hinterland asiático. La mala actuación reciente de Rusia y de la URSS en sus inicios, daba impulsos y ciertas garantías a esta opción. Y se decidió continuarla. Si bien la mayoría de las divisiones japonesas en China eran mucho más corrientes, el ejército de Kwantung, destacado en Manchukuo, era de élite, grande y con sus “órdenes de batalla” casi al completo. Éste iniciaría las operaciones, siguiendo progresivamente las órdenes operativas del Cuartel General en Tokio.

Provocaciones y tanteos del ejército japonés en el Manchukuo.

El ejército de Kwantung seleccionó la zona del río Khalkhin-Gol, que era la frontera natural entre el Manchukuo y la República Popular de Mongolia. Ésta era la llamada Mongolia exterior, vista desde el punto de vista chino, con la Mongolia interior adosada a la Manchuria. Los soviéticos y los mongoles reconocían que la frontera política pasaba a unos 15 Km. al este del río, incorporando la villa de Nomonhan a Mongolia exterior. En la primavera de 1939 los japoneses intentaron ocupar esa zona en litigio, al este del río. El 11 de mayo unos cuantos cientos de jinetes de la etnia Bargut de la Mongolia interior, acompañados por asesores japoneses de la 23º división de infantería, cruzaron la frontera y tomaron Nomonhan. Dos días después, la caballería de la etnia Tsirik de la Mongolia exterior contraatacó. El día 14 los japoneses tuvieron que reforzar a los Barguts con el 64º regimiento de su 23º división. Los Tsiriks fueron rechazados tras el río. La fuerza aérea nipona destruyó un pequeño fuerte de troncos, a unos 8 Km. al oeste del río, que era el baluarte defensivo del área.

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TANQUES LIGEROS SOVIÉTICOS EMPLEADOS EN KHALKHIN-GOL.

Al asesor soviético Bykov no le gustaron las señales que percibía. Y pidió refuerzos, enviándose la 6ª división de caballería mongola y varios destacamentos soviéticos. Antes de que se desplegaran, los japoneses se retiraron de la ribera oeste. El 25 de mayo Bykov cruzó el Khalkhin-Gol con unos 10 mil hombres, principalmente mongoles, y ocupó la zona al este del río y recuperó Nomonhan. Tres días después 5 mil japoneses con sus tropas auxiliares mongolas atacaron a las fuerzas de Bykov. Éstas se vieron desbordadas y retrocedieron a la ribera oeste. Nuevamente los soviéticos y los mongoles, reforzados por el recién llegado 149º regimiento de infantería motorizada del Ejército Rojo, cruzaron el Khalkhin-Gol y rodearon y rechazaron a las fuerzas japonesas del coronel Yaozo Azuma, jefe del 64º regimiento, más allá de la frontera legal.

Stalin, agobiado por los problemas militares, toma una decisión acertada.

Georgi Zhukov era, a sus 43 años, el segundo comandante del distrito militar de Bielorrusia, destino que acababa de ocupar a finales de 1938. Zhukov era uno de los pocos generales de división que había sobrevivido y sin afrentas a las recientes purgas de Stalin, manteniéndose apartado de la política y no dando la menor señal de querer hacer carrera en ella. Procedente del arma de caballería, había prestado gran atención en sus destinos anteriores a los problemas de la cooperación de aquélla con los carros, a la ejecución de las maniobras y a la organización de la defensa anticarro.

Resultado de imagen de Klementi Voroshilov STALIN.

 En la primavera de 1939 los problemas militares de Stalin se amontonaban y crecían. En el horizonte cercano se iba fraguando, por la progresiva radicalización de las posiciones nacionales enfrentadas, una guerra con Finlandia. Las tensiones en Polonia crecían y aún ni se contemplaba el sorprendente Pacto de No Agresión con Alemania. El Ejército Rojo estaba en medio del desorden, la confusión y el desánimo, provocados por la purga de sus altos mandos. Como consecuencia no deseada, su doctrina militar estaba sufriendo una severa revisión retrógrada. Las ideas brillantes del mariscal Mijhail Tujachevski y otros, concretadas en la teoría muy elaborada y avanzada de la “maniobra profunda”, a cargo de sistemas poderosos de armas combinadas, aplicados en todo el sector decidido del frente enemigo, fueron vetadas y proscritas. Las grandes unidades motorizadas, destinadas a llevar a cabo dichas operaciones, fueron fragmentadas en sus unidades componentes. Y, así, siendo más manejables, se les destinó como apoyo blindado de las unidades de infantería. Y esto sólo en razón al anatema y la persecución sufridos por sus autores, mentores y simpatizantes militares. Stalin oteó en busca de un alto mando capacitado y enérgico, en el que pudiese confiar. Y escogió al comandante de Cuerpo de Ejército Zhukov, para asestar un golpe decisivo a los japoneses, que pusiese un final definitivo a su “aventurerismo imperialista” en las fronteras orientales de la URSS.

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EL JEFE DE CUERPO DE EJÉRCITO GEORGI ZHUKOV, EN KHALKHIN-GOL.

El 2 de junio Zhukov fue llamado a Moscú, para entrevistarse con el mariscal de la URSS Klementi Voroshilov, Comisario del Pueblo de Defensa. Éste le informó de la situación en el Lejano Oriente: “Los japoneses han atacado sorpresivamente e irrumpido en Mongolia, con la que nos une el Tratado de Defensa del 12 de mayo de 1936” y le entregó un mapa de la zona atacada, mostrando la situación al 30 de mayo. Después Zhukov se entrevistó con el adjunto en funciones del jefe del STAVKA o Estado Mayor General, general Iván Smorodinov, que le precisó: “Sea contundente”. Zhukov entendió perfectamente que su nombramiento podía lanzar o destruir su carrera militar. Debía hacer mucho más que expulsar a los japoneses de la Mongolia Exterior. Los japoneses debían ser vapuleados de tal manera, que no se atreviesen nunca más a enfrentarse con el Ejército Rojo.

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KLEMENTI VOROSHILOV

(CONTINUARÁ)

LA SORPRESA MILITAR: conceptos, efectos, realización y tipos. 2ª PARTE.

(CONTINUACIÓN)

 

Los tres regimientos de caballería de la brigada contaban con 27 oficiales, 228 suboficiales y 1.740 soldados, montados en caballos alemanes. Se procuró que los oficiales y suboficiales y todos los hombres posibles portasen subfusiles o metralletas MP-38 o MP-40 de 9 mm, en vez de las carabinas K98 de 7,92 mm. Las armas pesadas de infantería eran 30 ametralladoras pesadas (MG-34 sobre trípode) y 72 ametralladoras ligeras (MG-34 con bípode). Su fuego pesado de apoyo orgánico lo proporcionaba una batería de 6 obuses ligeros de 75 mm, para cada uno de los tres regimientos hipomóviles. Como apoyo externo tendría fuego artillero, tanto centralizado, como de las divi-siones situadas en sus flancos, para lo que la acompañaban los correspondientes observadores y oficiales.

Resultado de imagen de carretas del país soviéticos Carretas del país avanzando por una llanura…

En apoyo también contaban con una compañía de ingenieros (pioneros) y una compañía sanitaria. Mediante un parque de carretas del país, arrastrada cada una por una pareja de caballos nativos, se llevarían los abastecimientos, repuestos, municiones, fuerzas médicas, etc., de la brigada en los terrenos difíciles. También contaba con otra columna de abastecimiento motorizada.

La naturaleza, la estructura de la brigada y sus soportes o apoyos constituían ele-mentos que contribuían a la simplicidad de la misión, ya que se adecuaban perfectamente a ésta. Incluso, como ya veremos, recibió el apoyo de una compañía de tanques (14 tanques) para el ataque, cuando la exploración vio que era posible que se trasladasen hasta la irrupción.

Otro de los factores esenciales que vemos actuar ya antes de la concepción de la operación es la inteligencia, como el conocimiento elaborado más completo del enemigo y de las características de la zona de operaciones, adquirido a través de todas las unidades, las agencias y los recursos disponibles en cualquier nivel jerárquico propio, continua y debidamente actualizado e informado. Ello permitirá definir la misión, adscribir los medios y unidades, fijar los entrenamientos, ajustar adaptaciones o cambios en los planes, etc.

Otro factor imprescindible en estas operaciones extraordinarias o heterodoxas, el entrenamiento y el ensayo de la misión, tampoco fue descuidado. La brigada fue entrenada entre 4 y 6 semanas, antes de su activación, en terrenos similares a los de su zona de operaciones futuras y distintos de ella, cumpliendo durante el mismo el factor seguridad.

El entrenamiento de su empleo con tanques no fue hecho, porque no estaba previsto su empleo. Y uno de los problemas que surgieron durante la operación fue que la caballería se adelantaba a los tanques en su misma agrupación de marcha y otro que la comunicación entre jinetes y tanques fue mala. En la espesura de los bosques salvajes, las radios inalámbricas no funcionaron bien y hubo que emplear la telefonía por cables existente. Pero éstos no bastaron para mantener todas las comunicaciones necesarias entre las pequeñas unidades atacantes.

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Una característica del entrenamiento en estas misiones especiales, en las que la innovación suele ser un rasgo definitorio, es que aquél debe ser lo más completo posible, de acuerdo a las peculiaridades de aquéllas. Y un ensayo general, incluyendo el tiempo total previsto, suele ser necesario, por ejemplo, para comprobar la resistencia de determinados equipos y no solamente su buen funcionamiento, como se verificaría en un ensayo parcial o incompleto.

La brigada se situó en sus posiciones de partida unos 10 días antes de iniciar la marcha hacia el contacto, integrándose en el dispositivo de la 5ª división panzer, ya presente. Los soviéticos no fueron capaces de detectar la activación de esta unidad, por lo que el factor seguridad quedó, junto con lo expuesto arriba, cumplido.

Inmediatamente sus miembros, con la ayuda de tropas de tanques, realizaron con toda precaución una exploración intensa del terreno intermedio y de las posiciones enemigas (avanzadas de combate y límite anterior). De ella se dedujo que el apoyo de tanques en el ataque era posible (en un sector estrecho), si se realizaba la necesaria adecuación en los caminos/sendas del terreno de acceso. Esta innovación más añadiría una importante capacidad de choque y de fuego pesado directo al ataque, especialmente en la irrupción y en la lucha por las posiciones y en el interior operativo de la zona de defensa soviética (artillería, unidades en desorden o en retirada, transportes, abastecimientos, etc.)

El factor sorpresa se iba a lograr por la acción táctica innovadora e inesperada en el “campo de acción” elegido para el ataque. Hemos de considerar que los soviéticos están preparados, incluso fortificados y esperan el ataque, ya que el tiempo o momento era más o menos previsible. Y los soviéticos habían demostrado desde el principio de la guerra que eran maestros en la defensa y el enmascaramiento de posiciones. Pero el ataque alemán se produce con unos medios y en un lugar totalmente inesperados, dislocando la capacidad de combate, los medios de defensa enemigos, que poco pueden hacer para reaccionar rápidamente, debido al dispositivo que habían adoptado.

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Con ello se consigue por el atacante el factor velocidad de acción. Esto permite a los alemanes superar rápidamente su principal vulnerabilidad, el contacto inicial con el enemigo en la “interfase de acción” decidida. En la que siempre se pueden producir contratiempos inesperados ante fuerzas potencialmente superiores, hasta que se impone al enemigo la ley de la acción.

Durante la irrupción concurren la incertidumbre o la fricción, como función del enorme número de acciones individuales y de unidades implicadas en toda la misión; el error, como función de los pequeños fallos que ocurren inevitablemente en esas acciones; la acción del enemigo, hasta que la supremacía de fuego y de maniobra le prive progresivamente de la iniciativa y se mantenga ésta por el atacante; la oportunidad, en forma de situaciones favorables no previstas y fugaces para los alemanes, de las que los propios mandos de las pequeñas unidades deben aprovecharse rápidamente, para el cumplimiento de la misión impartida.

Para poder actuar así, las tropas extraordinarias deben poseer el factor compromiso, que implica la aceptación y el reconocimiento por todos de la misión encomendada, de sus consecuencias importantes y de sus posibilidades reales de éxito en esas condiciones.

Un par de días antes del ataque, los ingenieros (pioneros) provistos de sierras mecánicas, fueron trazando muy rápidamente, siguiendo los linderos de los bosques y sus claros, una senda reforzada y alfombrada de troncos medios cortados in situ y dispuestos más o menos a un metro de distancia. Con ello daban suficiente consistencia a una vía de circunstancias hasta los campos de minas soviéticos, que soportaría el paso de los pocos tanques agregados a la brigada hipomóvil en subordinación táctica, que iniciaron lentamente su avance poco después. El ruido de las sierras y de los motores de los vehículos era ahogado por el vuelo de aviones de exploración a baja altura y por el fuego esporádico alemán de hostigamiento.

El ataque conjunto se inició el 2 de julio de 1.942.

La brigada hipomóvil debía cruzar unos 15 Kms de bosques y pantanos, hasta alcanzar las posiciones soviéticas. Por su derecha atacaría la 5ª división panzer, siguiendo el camino principal citado como eje de avance, que actuaba como la fuerza normal o masa de apoyo del ataque. Su flanco izquierdo, apoyado en ese terreno de tan difícil transitabilidad, era cubierto por débiles fuerzas de infantería (alrededor de una compañía), hasta que el día 3 iniciase su ataque por ese sector una división de infantería alemana.

A las 15 hs. avanzaron los tanques junto a las tropas de caballería, aprocvechando la preparación artillera general. Aquéllos iban acompañados por tropas de ingenieros. Los campos de minas fueron detectados inmediatamente y los ingenieros limpiaron el terreno en torno a las sendas de paso para ampliar su ancho. Casi de improviso, los tanques y la caballería en vanguardia alcanzaron el límite anterior de la posición de defensa soviética en ese “campo de acción” decidido para atacar.

De un solo impulso irrumpieron perfectamente en la misma, rompiendo las primeras líneas de defensa preparadas. Tras esto, los tanques fueron dejados en reserva, ya que la posición enemiga profundizaba por terreno boscoso no reconocido. La caballería alcanzó a penetrar esa mañana hasta 6,5 Km. en el interior de la posición soviética.

Durante todo el tiempo el tren de abastecimientos de carretas del país fue capaz de adelantar suministros, repuestos y municiones a los cansados hombres.

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Por su parte, la 5ª división panzer, a su derecha, no podía avanzar a pesar de su superior capacidad de choque y medios, sufriendo graves pérdidas ante el rechazo en profundidad muy bien camuflado establecido por los soviéticos.

Hacia el mediodía un regimiento hipomóvil giró para atacar las posiciones principales enemigas desde el este. Para alcanzarlas tuvo que cruzar una zona de bosques pantanosos, donde el agua alcanzaba hasta la rodilla de los alemanes. Al anochecer la brigada controlaba un sector del camino principal, en el interior de la posición soviética, rompiendo su cohesión táctica y volviéndola insostenible.

A primera hora del día 4, la resistencia soviética colapsaba en todo el sector de ataque de la 5ª división panzer y la brigada hipomóvil. Ésta, por su parte, cruzó otro trozo de terreno de bosques pantanosos de unos 10 Km y emergió en la retaguardia operativa enemiga. Ésta estaba atestada de vehículos aislados, columnas de tropas y soldados deambulando, que se movían por todo lo que alcanzaba la vista en el mayor desorden. También la llegada de las fuerzas panzer permitió acelerar la descomposición del 39º ejército de infantería soviético como fuerza organizada y eficaz.

Ese mismo día, todo el sector de ese ejército se hundía y las divisiones de infantería alemanas del 9º ejército de Walter Model convergían en su interior por todos sus sectores de ataque.

Durante los 11 días que duró la operación, los alemanes capturaron unos 50 mil militares soviéticos, unos 230 tanques y 760 piezas de artillería.

(FINAL)

LA CREACIÓN DE LA SORPRESA MILITAR.

Prolegómenos.

La sorpresa militar forma parte más del arte bélico y de su creación, que de la ciencia militar, la doctrina, sus reglamentos y los principios o “normas del buen hacer en la guerra. Desde luego, su ámbito y sus instrumentos los toma de la ciencia militar. La ciencia militar tiene su lógica y su práctica orientada a la teoría aplicada.

La doctrina militar forma el armazón, la estructura, el corazón de todo el desarrollo y la sabiduría que la ciencia militar ha ido elaborando hasta el momento. La doctrina militar de cada estado incorpora la idiosincracia, la historia y la civilización de la nación correspondiente. Las virtudes permanentes y los valores, más temporales, de aquélla se reflejan también en su doctrina militar. Todo esto la canaliza en una dirección y un sentido.

El arte bélico tiene en su concepción y ejecución las características de: la variabilidad; la concepción insólita y singular; la aplicación diferente, inesperada y novedosa y la relativa ingenuidad (naturalidad y frescura) y libertad en sus hechos.

Resultado de imagen de general hermann balck General Hermann Balck, uno de los más finos tácticos de las fuerzas blindadas alemanas.

Si nos guiamos principalmente por la ciencia militar, que también conoce y puede dominar el enemigo, los resultados de la dialéctica bélica los obtendremos manteniendo una superioridad en hombres y medios, marchas y maniobras. Y el coste será la atrición de los medios y el desgaste humano en una proporción mayor, y siempre indebida, que con el empleo de la sorpresa.

Así, una defensa escalonada en profundidad y con suficientes reservas, probablemente nos prive de muchas oportunidades para la sorpresa eficaz. Pero, casi siempre, actuando en el microterreno, como empleando un zoom táctico, podremos aplicar la sorpresa táctica u operativa, insólita e inesperada.

Desarrollo.

La sorpresa se concreta y materializa en una acción inesperada sobre el enemigo por el fuego y/o el choque. Que, aprovechando la no disponibilidad combativa habitual del enemigo, le hace víctima de un ataque que no está en disposición de rechazar con éxito.

Evidentemente, las unidades a cargo de la sorpresa deben eludir a la exploración, a las avanzadas de combate y a la seguridad enemiga. Encargadas de dar al grueso que las destacó, el tiempo suficiente para adquirir la disponbilidad combativa que le permita el rechazo de su atacante.

Pero, la sorpresa mental no sólo debe ser inesperada para el enemigo. Sino que, para que se pueda aprovechar la totalidad de su potencial y efectos, debe ser también desacostumbrada, especial, infrecuente. Con una tendencia indudable a ser “insólita, nunca vista”. Este carácter insólito, nunca ocurrido, refuerza extraordinariamente el carácter al uso, inesperado y súbito de la sorpresa.

Imagen relacionada Tanque T-34 /76 soviético.

No siempre tenemos a mano la insolitud. Y la sorpresa favorece frecuentemente, al emplear la ley de la acción, al rival más móvil e, incluso, sólo activo.

Entonces, el empleo y la manipulación de las “apariencias”, las características apreciadas de los eventos y sus circunstancias, nos permitirán establecer y desarrollar una “situación” táctica u operativa nueva. Que, para el enemigo, resulte sorpresiva e insólita. Y que nos dé una victoria insospechada al principio de la situación dialéctica planteada.

Ejemplo táctico con Trascendencia Operativa.

Veamos un ejemplo de una fuerza extraordinaria actuando como fuerza normal, indu-ciendo al enemigo a un engaño completo, gracias a la manipulación de las apariencias de las circunstancias.

Con el avance de los soviéticos amenazando operativamente Rostov, el 4º Ejército panzer del coronel general Hoth se retiró en enero de 1.943 de sus posiciones en las riberas del Sal, estableciendo una línea defensiva al sur del río Manich. Por aquella ciudad pasaba la vía de abastecimientos y de retirada del 1er. Ejército panzer y debía mantenerse abierta, si se deseaba evitar un desastre cualitativamente similar al de Stalingrado. El Sexto Ejército atrapado aquí era la unidad tipo ejército más poderosa de la Wehrmatch. El 4º Ejército panzer recibió la misión de proteger este cuello de botella de las comunicaciones del Grupo de Ejércitos Don.

Pronto alcanzaron los soviéticos la confluencia del Manich con el Don. Apoderándose de la pequeña ciudad de Manutchskaya, en su ribera sur y situada a sólo 30 Km en dirección a la desembocadura del Don. Los soviéticos adelantaron entonces destacamentos avanzados en esa dirección. El 23 de enero, la 11ª división panzer y la 16ª división de infantería contraatacaron a las puntas de avance soviéticas y las rechazaron sobre Manutchskaya.

Ahora era vital restaurar el frente al sur del Don y del Manich, expulsando a los soviéticos de esa ciudad. Que constituía una de sus características cabezas de puente, que con enorme habilidad sabían reforzar rápidamente, una vez constituidas.

Los alemanes realizaron un ataque directo desde el suroeste el día 24, buscando sorprender a los soviéticos, con la continuidad de las operaciones. Pero se encontraron con el fenómeno citado. Los soviéticos ya habían creado un frente antitanque en esa entrada a la ciudad. Emplazando tanques con sus cascos semienterrados y distribuidos entre los edificios, a lo largo de las calles en profundidad y que eran de muy difícil localización.

La 11ª división panzer, muy veterana y con un magnífico táctico por jefe, el general Hermann Balck, cesó rápidamente el ataque al detectar la importancia de las defensas, sin empeñarse a fondo.

Imagen relacionada Panther de la 11 división panzer circa verano 1943.

El día 25, el general Balck inició un ataque sobre el sector noreste de la ciudad, que los soviéticos identificaron como el asalto principal, similar al anterior y siguiendo el criterio ortodoxo de “no insistir en ataques fallidos o frontales” (no provechosos). Por ello, trasladaron rápidamente sus medios antitanques (los tanques son los más móviles) al sector amenazado.

Para que ese ataque fuera creíble (manipulación de las apariencias) se empleó en un principio en su apoyo toda la artillería divisionaria. Se trataba, además, de la dirección de ataque más peligrosa para los soviéticos, ya que ésa era la parte de la ciudad más cercana al puente principal de carretera sobre el Manich y su ocupación aislaría la cabeza de puente soviética en la ribera sur. Esto constituirían las “evidencias primarias”.

Probablemente el ataque en el sector nordeste ya fue considerado por la defensa soviética como un ataque alternativo (una de las posibilidades) y por eso también reaccionó rápidamente al ocurrir.

El ataque principal “virtual” lo ejecutaban tanquetas de exploración y vehículos semi orugas de infantería, para simular la marcha de vehículos mecanizados, ocultos por cortinas de humo. Buscando más esconderlos de las vistas enemigas que proteger su avance por saltos observados. Esto prestaba una “evidencia secundaria” a la credibilidad de las “apariencias”.

Cuando el empeño soviético en la nueva defensa fue apreciado, lo cual confirmaba la alteración del dispositivo original y la atracción ejercida sobre él por el ataque normal “aparente”, el grueso de la artillería divisionaria lanzó un potente golpe de fuego sobre un sector de la zona suroeste de la villa. Una sola batería alemana quedó apoyando el falso ataque principal en marcha.

El grueso de los tanques del 15º regimiento panzer atacaron inmediatamente el límite anterior de la defensa y entraron en la villa. Avanzando por su interior, para atacar por la retaguardia el nuevo despliegue defensivo soviético, especialmente sus tanques. La infantería mecanizada alemana cerró tras ellos después de la irrupción.

La resistencia soviética se desmoronó. Su infantería se dirigió al puente sobre el Manich, siendo perseguida por el batallón de motoristas 61. Las bajas alemanas en la liquidación de la defensa de Manutchskaya fueron, según fuentes propias, de un muerto y catorce heridos. Atribuyéndoseles a los soviéticos entre 500 y 600 bajas y 20 tanques destruidos.

Creo, que toda la exposición es clara y simple. Que son características necesarias de las maneras prácticas y reales del buen hacer.

LA SORPRESA MILITAR: conceptos, efectos, realización y tipos.

La sorpresa táctica común o general es aquélla normal o frecuentemente usada y que es conocida y esperable. Hay un caso del que tomamos ejemplo, que consiste en emboscar u hostilizar a las fuerzas enemigas que acuden en socorro o rescate de un grupo propio inmovilizado y/o asediado por nosotros. Este ataque nuestro es lógico hacerlo, porque las fuerzas en movimiento, y más cuando la urgencia les acicatea, son especialmente vulnerables: por la debilidad de sus flancos, por su escasa exploración y mayor desconocimiento de su terreno de marcha al combate, por su despliegue o encolumnamiento de avance más o menos deshilachado.

El ataque de hacerse empleando secuencial o simultáneamente distintas técnicas: emboscadas, incluso empleando pequeñas unidades; líneas de tiradores libres; cerrojos de las vías de avance y sus laterales por minas; bombardeos por la artillería y los morteros orgánicos, empleando fuego registrado sobre las vías o puntos singulares del trayecto de aproximación; ataques de la aviación propia o aliada; apariciones y ataques de un “grupo de combate” (¿de armas combinadas?) nuestro en su retaguardia más o menos inmediata o cubriéndose en un flanco del trayecto que sea favorable a nuestra protección (línea de alturas, borde de bosques, polígonos industriales y edificaciones urbanas).

De esta sorpresa común hay que echar mano necesariamente. Pero, el atacante no debe repetir su juego de tácticas y técnicas militares en cortos períodos de tiempo. Para que nuestro ataque no sea tan predecible, también en los detalles y modos, que facilite al enemigo su rechazo. Ya que con nuestra rutina estamos anunciando al enemigo cuál es nuestro juego, mostrándole las cartas. Y, sepamos que, incluso con estas precauciones, se le está enseñando a luchar.

Con la variedad mencionada, sus combinaciones y la oportunidad de uso, el enemigo no podrá tomar suficientes medidas para el rechazo. Ya que las variantes de acción que podemos utilizar son suficientemente diferentes y numerosas.

Ésta es una sorpresa táctica, en el mismo nivel en el que estamos desenvolviéndonos. Que nos permitirá aumentar la atrición (sobre los medios) y el desgaste (de los hombre) del enemigo. E, incluso, situarnos y movernos más favorablemente respecto a él. Pero los resultados totales dependerán del desenvolvimiento del conjunto de las operaciones planteadas. Basados en las formas de lucha, los movimientos y los hombres y medios involucrados.

Así, esta sorpresa menos elaborada conceptualmente rinde menos frutos que tengan trascendencia operativa o decisiva. Todo indica que, para que se produzca y aumente cualitativamente la eficacia trascendente en nuestras acciones, es necesario que la calidad de la sorpresa alcance otra dimensión en su acción.

 Resultado de imagen de walther model Coronel General Walther Model.

Es necesario, pues, en el nivel operativo de la sorpresa, que ésta sea una “sorpresa ingrata” para el enemigo. Que tenga efectos catastróficos, aunque sean locales, sobre él. Y que las “ondas de conmoción” en el área o las secciones afectadas, se propaguen por el sistema militar enemigo atacado. Dañando sus capacidades, su moral general y grupal (una sección, los servidores de un arma) y sus intenciones y perspectivas. Ello equivaldría, en el escenario planteado, a una “explotación del éxito” de las acciones propias. Que son animadas y perfeccionadas por la sorpresa operativa conseguida.

Veamos un ejemplo de cómo el empleo de un “campo de acción” inesperado para el enemigo y el uso apropiado de las fuerzas ordinarias y heterodoxas, con sus respectivas características de actuación, permitió al general Walther Model, tomar la iniciativa, crear una sorpresa ingrata y destruir un ejército soviético insertado en su retaguardia operativa.

En el invierno de 1941-1942, durante su contraofensiva general de invierno, los soviéticos habían penetrado en la retaguardia operativa del 9º ejército alemán del coronel general Model. Éste se integraba en el Grupo de Ejércitos Centro, al mando del mariscal von Kluge. El repliegue de los alemanes a posiciones centradas en poblaciones, hilvanadas entre sí por el fuego de su artillería y el mantenimiento de unas líneas de comunicaciones suficientes, aunque precarias, entre ellas, mantenía, sin embargo, la estabilidad operativa de dicho ejército en la defensiva.

 Los soviéticos habían cruzado las “líneas” del frente semi continuo alemán, arrollado a su paso las posiciones débiles alemanas e insertado al 39º ejército de infantería y al XI cuerpo de caballería (fuerzas móviles para terrenos de difícil transitabilidad), que sumaban hasta 60 mil hombres, en dicha retaguardia. Su despliegue se protegía en los bosques semi salvajes y los pantanos situados entre Boly y Rzhev, la principal ciudad regional, y era abastecido siguiendo un camino que orillaba Boly y seguía por Nelidovo, al norte de la zona. Esas fuerzas sovié-ticas se hallaban también en hibernación operativa, a la espera de que pasase el tardío deshielo de la primavera rusa.

Este potente núcleo enemigo, en acción coordinada con las fuerzas soviéticas del frente, podía comprometer la ofensiva de verano (1942) alemana en el sector del 9º ejército, actuando contra las líneas de abastecimiento del mismo. Por ello era necesario liquidarlo antes de emprender una nueva campaña.

Con instrucciones expresas del general Model se constituyó una brigada hipomóvil con las fuerzas de exploración (un batallón reducido) de cada una de las ocho divisiones de infantería del 9º ejército, que tuviera capacidad de tránsito por cualquier terreno.

La misión de esta brigada era deslizarse por sectores no observados (por la seguridad y las posiciones principales) de la zona enemiga insertada. E irrumpir en ella, por donde menos era esperado un ataque importante, luchando en su interior e incluso ocupando núcleos de defensa. Con ello buscaban los alemanes desequilibrar severamente el despliegue y la conducción sistemática del plan de defensa soviético.

Resultado de imagen de batalla Rzhev El saliente de Rzhev se formó tras la contraofensiva soviética frente a Moscú.

Empleaban para ello sus fuerzas en un “campo de acción” adecuado e inesperado, que les permitiera recuperar la libertad de acción para imponerse al enemigo. Se trataba de un objetivo cuya simplicidad, que no dificultad, permitía su consecución.

Con esta acción de la brigada como fuerza extraordinaria se facilitaba la penetración en la bolsa soviética de las fuerzas principales interarmas o fuerzas normales, la 5ª división panzer del mayor general Gustav Fehn, a la que estaba subordinada la brigada. Esta últimas estaban sujetas en su tránsito a vías permanentes y avanzarían siguiendo el camino de firme reforzado principal de la zona, el cual transcurría desde Olenino, al norte, siguiendo la vertiente oeste del río Luchesa.

Las tropas soviéticas (39º ejército de infantería), dentro de su zona de defensa, se abrazaban a este camino principal, con un dispositivo antitanque (obstáculos y piezas) en profundidad. Los flancos estaban menos ocupados, pero se protegían con extensos campos de minas a derecha e izquierda, apenas cruzados por unas sendas. Su flanco derecho se apoyaba en las inhóspitas e intransitables tierras boscosas y pantanosas del valle profundo del Luchesa, que los soviéticos estimaban que les aseguraban contra cualquier ataque de importancia. Como vemos, el mando soviético previó con acierto por donde debía discurrir el esfuerzo principal alemán contra ellos, fuera de originalidades e inventivas, y desplegó sus fuerzas en consecuencia.

Solamente soldados sanos, fuertes y veteranos, que poseyeran la experiencia del trabajo en común, que cohesiona íntimamente a las unidades, en la confianza y el respeto entre los hombres, y con una clara afición por la naturaleza, podían ser empleados en esta misión. No era un trabajo para tropas de guarnición, traídas ex profeso de la retaguardia alemana o de los países ocupados. Por eso Walther Model no dudó en privar a sus divisiones de infantería de las únicas unidades móviles de maniobra, que tenían en esos momentos.

(CONTINUARÁ)

LA EXPLORACIÓN Y LA INTELIGENCIA: UN SISTEMA MILITAR OPERATIVO. 2ª PARTE.

(FINAL)

 

El futuro próximo de la exploración táctica.

Las principales armas de reconocimiento táctico, los tanques y las aeronaves de vuelo a bajas cotas, tienden a ser vulnerables a los cohetes antiaéreos y antitanques de la moderna infantería. Éstos aparecieron en el campo de batalla en los años 70 y han ido ganando efectividad desde entonces. En la última década, desde mediados de los 90, esos cohetes han ido incorporando diversas tecnologías como las cabezas activas dobles, los buscadores múltiples, que les permiten discriminar los señuelos enemigos y asegurar el blanco, y las que les permiten emplear alturas variables de vuelo. Por ejemplo, los próximos cohetes antitanques de infantería podrán localizar, definir y confirmar su blanco por distorsiones magnéticas del ambiente (generadas por la relativamente grande masa metálica del enemigo), señales acústicas, emisiones de calor (humanas y de motores y armas) y emisiones de onda corta. Su recorrido hasta el blanco oscilará para burlar las posibles contra armas desplegadas contra ellos.

Resultado de imagen de deep range combat and reconnaissance patrols NEW ZEALAND’S LONG RANGE RECON PATROL.

Todo esto tenderá a dar una mayor importancia en la exploración y el reconocimiento a las patrullas de infantería de largo recorrido (long range combat and/or reconnaissance patrols). Que son insertadas por medios aéreos o fluviales, lo más cerca posible de su zona de operaciones y diseñadas para permanecer un mayor tiempo en ella.

La exploración de combate: el contacto inmediato y continuo con el enemigo y la determinación de las capacidades del terreno de lucha.

La exploración de combate busca el reconocimiento del terreno, la relación con las unidades propias adyacentes en los puntos de contacto establecidos y el contacto inmediato con el enemigo, determinando sus intenciones y características. Su misión está subordinada a la obtención de inteligencia. Cada unidad debe establecerla siempre, sin necesidad de orden específica para ello. Es importante adelantarla lo más rápidamente posible, por lo que, si corre a cargo sólo de infantería, puede ser necesario acercarla en vehículos, para que luego continúe a pie.

En los flancos descubiertos y las alas expuestas su alcance debe prolongarse bastante. Mediante sus patrullas adelantadas, la exploración de combate constituye en su actuación una verdadera seguridad táctica para las unidades en el frente.

Los órganos de la exploración de combate son las compañías y secciones de exploración blindadas, las patrullas de exploración de las unidades en los diferentes sectores, los observatorios y pelotones adelantados de artillería, etc. La sección a disposición de la compañía de EE.MM. y servicios puede ser útil en el ámbito del batallón de infantería para la rápida actuación que decimos arriba.

La exploración de combate tiene una función primordial en la detección de las resistencias y las debilidades del despliegue y de las armas del enemigo, en las “interfases de acción” favorables que estamos creando con él. Ello requiere emplear una técnica de prueba, suficientemente intensa y nunca superficial, que permita conocer a las unidades tácticas, las debilidades y las fortalezas del despliegue contrario y las apariencias con las que intenta presentárnoslas. Para actuar en consecuencia, según la misión y el centro de gravedad del esfuerzo ordenados por el mando superior.

La información recolectada de diversas las fuentes, se convierte en inteligencia disponible y es transmitida a los interesados.

La exploración genera información de los diferentes niveles de actuación y de los terrenos, que también reconoce. Aquélla debe ser convertida en inteligencia. Ésta es el conocimiento razonablemente fiable y suficiente (nunca excesiva o intoxicante) del enemigo, de sus intenciones y posibilidades y del terreno en sus posibilidades de lucha, transitabilidad, etc. Recibida actualizada y sin solución de continuidad.

Resultado de imagen de soldiers on patrol  PATRULLA…

Los órganos elaboradores de la inteligencia a partir de las exploraciones operativa y de combate deben ser diferentes, puesto que también lo son los dos tipos de información generados. La principal diferencia es que proceden de niveles de actuación cualitativamente diferentes, en cada uno de los cuales deben dar la visión de conjunto: enemigo, terreno y posibilidades. Y que la necesidad de la inteligencia de combate es urgente y más continua, y su trascendencia, muy fugaz, por lo que es mucho menos elaborada y más directa hacia las unidades en lucha, desde su exploración.

Una vez creada la inteligencia, es integrada por el mando superior existente de la misma, el G-2. Éste, mediante otros órganos, se encargará de transmitirla a las unidades y mandos interesados. Dicha transmisión debe ser protegida por todos los medios existentes, garantizando el secreto y su llegada a los destinatarios, mediante dobles estafetas, cifrados, etc.

La inteligencia transmitida debe reunir las características adecuadas en cuanto al momento, la fiabilidad, la actualidad y la continuidad, la seguridad de transmisión, la riqueza de contenido y su suficiencia. En cuanto al tiempo debe ser oportuna y continua. Su seguridad afecta a los planes y a las decisiones que a partir de ella se elaboren. Debe ser suficiente, rica y fiable para permitir a los correspondientes mandos, dedicándole sólo un tiempo razonable, hacerse una idea lo más completa posible de una situación y planear sus posibles evoluciones y los factores que a ellas concurrirán. La suficiencia limita drásticamente los excesos de información no necesaria, que desorientan o cansan al mando afectado por ellos.

El G-2 o el S-2 se convierten así en los ojos penetrantes y lúcidos del mando operativo.

La seguridad como opuesto complementario de la exploración.

El envés de la exploración propia es la lucha contra la exploración y la inteligencia enemigas. Ella tiene como finalidad el cegar al enemigo sobre nuestras intenciones, privándole de sus órganos detectores de información operativa sobre nosotros o incluso extraviándolos deliberadamente. La seguridad es algo así como el opuesto (complementario, no antagónico) de la exploración propia.

Una de las formas activas de combatir a la exploración enemiga es el empleo de la seguridad propia en todas las operaciones emprendidas. Otra es el empleo de destacamentos avanzados, tipo sección reforzada, para rechazar a las exploraciones operativa y estratégica enemigas, mediante la lucha móvil con centro de gravedad en los puntos donde dichas exploraciones tengan que operar. Una exploración rechazada puede dar informaciones erróneas a su inteligencia sobre las posibilidades reales de sus ejes de avance hacia su enemigo. Por ejemplo, puede valorar la capacidad de rechazo en una avenida de aproximación , por encima de nuestra capacidad real en ella o dar una información errónea sobre nuestras intenciones defensivas.

Resultado de imagen de soldiers on patrol CUBRIENDO UN SECTOR…

La seguridad tiene como finalidad la protección inmediata de las unidades frentes a las sorpresas e imprevistos, manteniendo un necesario y suficiente alistamiento de combate para esa situación. Sus misiones son la protección de la unidad frente al fuego directo de las armas pesadas de infantería, evitar e impedir las sorpresas, emboscadas e incursiones enemigas y la detección y el rechazo de la exploración enemiga. Cada unidad establece en todo momento el sector, la zona (brigada o regimiento) y el área (división) de seguridad, según su tamaño. Entre 1/3 y 1/7 de la unidad, según la situación general, realizan su seguridad, constituyendo sus órganos las distintas subunidades de todas las armas que en ella participan y la apoyan.

Para las unidades acampadas o en zonas de reunión de diferentes clases, se establece una línea de seguridad que delimita a las unidades aseguradas, en cuyos puntos adecuados (accesos, etc.) se colocan centinelas dobles. En los puntos conflictivos para aquélla (desfiladeros, etc.) se colocan obstáculos en forma de rápidas barreras de minas. Fuera de dicha línea, las unidades de seguridad avanzan patrullas fijas y móviles. Las primeras vigilarán los puntos críticos para la seguridad (puntos dominantes, posibles observatorios de la exploración enemiga, puntos de paso inevitables, etc), apoyándose en las otras para realizar siempre una seguridad activa.

Resultado de imagen de campos de minas militares BARRERA DE MINAS.

Y, esto tan simple y provechoso, ¿siempre se ejecuta? No, señor, no siempre.

El 10 de junio de 1.944, poco después de la media noche, el 2º batallón de la 29ª división de infantería de los EE.UU. se preparaba para pasar la noche. Los hombres habían caminado unos 25 Km. durante las últimas 20 horas.

El oficial ejecutivo del batallón, comandante Maurice Clift, escogió una zona formada por dos prados cercados, para que las tropas pasaran la noche al raso. Los hombres entraron en ellos y se dejaron caer contra los terraplenes de los altos setos que los enmarcaban. Tan cansados estaban los soldados que ni siquiera se molestaron en soltarse las mochilas y el equipo personal. La mayoría de ellos se quedaron dormidos de inmediato. Solamente unos pocos prestaron atención al ruido de unos motores aproximándose. Pero pensaron que eran vehículos norteamericanos.

Se trataba en realidad de vehículos blindados y camiones alemanes, integrados en una agrupación de marcha y pertenecientes a la 352º división de infantería. Sin saberlo ninguno de los dos rivales, los alemanes se habían estado retirando y siguiendo la misma ruta que el batallón americano recorría en su avance. Al detenerse éste, los exploradores alemanes detectaron los movimientos norteamericanos en los prados de acampada. Los alemanes avanzaron sigilosamente y rodearon los prados.

De pronto, los alemanes lanzaron bengalas de iluminación. Bajo la siniestra luz, casi tan brillante como la luz del mediodía, sus cañones de asalto abrieron fuego sobre los setos contra los norteamericanos. A lo largo de uno de los setos, una sección se incorporó y fue segada por las ametralladoras alemanas. Muchos norteamericanos, asustados y desorientados, corrían de un lado a otro, buscando la salida de los prados; los infantes alemanes los iban derribando con el fuego de repetición de sus fusiles de cerrojo. Las granadas de los morteros alemanes explotaban por todo la zona de los prados. Los norteamericanos respondían con un fuego de fusilería impreciso y espasmódico, dirigido a los setos opuestos, que podía alcanzar tanto a los alemanes como a sus propios hombres que deambulaban erráticamente.

Era terrible”, indicó un superviviente al general Cota. “Nos habíamos arrastrado más de 90 m. fuera del campo, cuando escuchamos desde atrás, un griterío de nuestros hombres. Yo pensé que los alemanes estaban lanzando una carga a la bayoneta contra ellos”.

El comandante de este 2º batallón, el teniente coronel William Warfield (irónicamente, campo de guerra), tenía su puesto de mando en una granja junto a la carretera. Warfield intentó establecer una defensa, pero fue en vano. Los oficiales que se lanzaron fuera de la casa hacia el campo, fueron abatidos rápidamente. Un alemán gritó en inglés hacia el grupo de mando: “¡Ríndanse, ríndanse!”. “¡De rendirse, ni hablar!”, rugió Warfield. Intentó llevar un pequeño grupo en dirección a los prados donde estaban sus hombres, pero resultó muerto inmediatamente.

La batalla se prolongó unos 20 minutos. El batallón tuvo 150 bajas—unos 50 muertos–, algo más de un tercio de sus efectivos. Poco antes del alba, un joven teniente malherido que informaba al jefe de su división, el general Charles Gerhardt, caía de pronto de rodillas y golpeaba con sus puños el suelo, mientras sollozaba y se lamentaba que todos sus hombres estaban muertos y que él los había dejado caer.

El general Gerhardt se enfureció. “Sin seguridad, gritó exaltado. “Simplemente el batallón llegó al campo y se echó a dormir”.

TEORÍA Y CRÍTICA DE LA «BATALLA MODERNA» Y SUS ACTUALIZACIONES. 2ª PARTE.

(CONTINUACIÓN)

La simultaneidad pretende conmocionar directa e inmediatamente a un máximo de escalones enemigos, hasta lo que permita la capacidad de combate propia. Pero no discrimina el objetivo según su importancia. Con lo que infringe el principio anterior y universal de la “economía de medios” (de los más aceptados como tal por los autores) y no crea un centro de gravedad de los esfuerzos propios. Su medio de acción es pura y llanamente la atrición, que exige un proporcionalmente muy elevado consumo de municiones y cohetes de los distintos tipos, ya que no se busca sólo la neutralización enemiga, sino su destrucción, mientras no huyan o se rindan. Con ello se compromete además la logística de mantenimiento de los equipos, que se trueca en parte por el suministro de municiones, además de exigirle un mayor esfuerzo en forma de un número más elevado de sustituciones de los tubos, etc.

Resultado de imagen de norman schwarzkopf GENERAL NORMAN SCHWARZKOPF, JEFE DE LAS FUERZAS DE LA COALICIÓN CONTRA SADAM HUSSEIN EN LA GUERRA DEL GOLFO. APLICÓ LA «AIRLAND BATTLE» GRACIAS A LA ABRUMADORA SUPERIORIDAD DE COMBATE QUE POSEÍAN AQUÉLLAS, FRENTE A LAS FUERZAS IRAQUÍES.

La simultaneidad da igual preferencia como objetivos, en un momento dado, a las reservas tácticas en profundidad y a los obstáculos al avance en las primeras “líneas” enemigas (observatorios, posiciones de combate de infantería, posiciones de fuego de las armas pesadas de infantería, posiciones antitanques en la zona de infantería). También la simultaneidad da igual preferencia a los objetivos que son explorados en la profundidad, que a los objetivos que flanquean nuestro avance en la ruptura, incluyendo un cerrojo antitanque, y que tienen capacidad de fuego de enfilada.

Esta simultaneidad exige una capacidad de combate tan grande o más que la del enemigo.Ya que la tarea principal de nuestras fuerzas de contención y de maniobra es golpear al mismo “tiempo” operativo toda la profundidad del despliegue atacante. Buscando conmocionarlo, deshacer su coherencia y deintegrarlo. Y los teóricos llaman “sinergia propia” al esfuerzo creado simultánea y linealmente por todo el frente y flanco y/o retaguardia enemigos. Esta sinergia es sumatoria y más bien magra. Y se enriquecería por la lucha operativa indirecta, por la acción sorpresiva, por la aplicación del esfuerzo sobre debilidades enemigas. Así sería una sinergia exponencial.

La simultaneidad sería realmente un principio táctico. Colabora en cómo realizar una batalla de ruptura, ampliando el contacto con el enemigo o en cómo aprovechar los alcances efectivos de las distintas armas de una defensa en profundidad, para batir las fuerzas escalonadas tácticamente de un atacante, buscando romper la continuidad de su esfuerzo por el aislamiento táctico entre sus distintos escalones. Su trascendencia en el nivel operativo es a través de que el planteamiento de la batalla lo sea y ocurre al conseguir en ella la decisión.

Por su parte, la complementariedad, al pivotar sobre el fuego (de armas pesadas de infantería, de tanques, artillería y aviación), no respeta el sistema de armas combinadas o interarmas. Que somete al despliegue enemigo a un esfuerzo centrípeto, derivado de acciones diferentes y complementarias, que tienden a colocar al enemigo en un “dilema táctico de indefensión”. Ya hemos indicado que el fuego para la destrucción de un objetivo es siempre muy oneroso (va en contra del pretendido ahorro presupuestario de costes) para el que lo aplica. Por lo difícil que es conseguir dicho efecto realmente. Si empleamos las maniobras de grupos interarmas será suficiente la neutralización o pérdida temporal de la capacidad de actuación del enemigo contra nosotros, mientras dura nuestro fuego sobre él.

Por otro lado, dada la lejanía de la mayoría de los objetivos enemigos de nuestra “capacidad de combate”, aquéllos son sólo alcanzables inmediatamente por el fuego pesado indirecto o por la aviación. Ello hace que se tienda a mercadear (intercambiando) nuestros elementos de movilidad y de choque (que incluyen los tanques y la infantería mecanizada) por los elementos de fuego pesado en el “mix” de nuestra capacidad de combate disponible. Esto se debe a que estos últimos producen el efecto deseado de destrucción simultánea, aunque no sea el más adecuado.

A favor de este intercambio de fondos para la defensa, está el hecho sicológica y políticamente preferido de que el fuego pesado preciso y el de saturación disminuyen las “interfases de acción” con el enemigo a las distancias cercanas y próximas. La existencia con una importancia más que proporcional de los medios de fuego pesado, tiende a favorecer y a procurar su empleo como un elemento de atrición del enemigo en las doctrinas y reglamentos.

Las dos últimas razones consolidan al fuego pesado como arma clave de las operaciones. Y su movilidad será su capacidad de situarse en posiciones sucesivas y/o efectivas muy rápidamente. Que es en realidad una movilidad táctica, medida a razón de Kms/día en avance.

Con ello, la movilidad operativa se verá perjudicada y el instrumento principal para la decisión en ese nivel será el de “sucesivos combates”, que no siempre serán deseados, buscados y trascendentes.

Es decir, la simultaneidad y la complementariedad apoyan desequilibradamente el empleo de la atrición o pura destrucción y favorecen indeseablemente la intercambiabilidad de los medios de movilidad (capacidad de movimiento operativo) y de combate y choque, con los de fuego pesado indirecto y/o aviación de bombardeo.

El Centro de Gravedad de las Acciones Combinadas.

Además, el principio de economía de medios y el de utilización sistemática de la sorpresa (como eficaz multiplicador de la capacidad de combate, incluso en la defensa, con posiciones escalonadas en las contrapendientes, contraataques y contrachoques oportunos, bolsas de fuego), se relacionan directamente con el principio de la concentración de medios y con el de actividad o movilidad en todas las operaciones (combates y movimientos, con mínimos tiempos de concepción y de ejecución para cada una). Empleando para que el mando orqueste todo ello, el “centro de gravedad del esfuerzo conjunto”. Que actúa siempre como factor de planificación, de actuación y de dirección de los sistemas interarmas.

Es decir, el centro de gravedad es el integrador principal de los principios de la guerra en la conducción y la ejecución de la misma, como una característica natural. El mariscal von Hindenburg inventó el adagio: “Una batalla sin Schwerpunkt (centro de gravedad) es como un hombre sin carácter”.

Resultado de imagen de von hindenburg MARISCAL VON HINDENBURG, JEFE DEL ESTADO MAYOR DEL EJÉRCITO ALEMÁN EN LA I GUERRA MUNDIAL.

En cuanto al principio de concentración de los medios, el llamado “esfuerzo principal” expresa un efecto de penetración en una dirección y un sentido dados, pudiéndose llegar a la ruptura y posibilitar una explotación. En él se concentran los esfuerzos interarmas de las unidades, incluso las aéreas. El esfuerzo principal se ejemplifica en la estrategia de martilleo de Foch en el frente occidental europeo, a partir del verano de 1.918. Para vencer la capacidad de combate alemana por pura erosión de la misma en todo el teatro de operaciones. Trasladándolo sólo de dirección, cuando la resistencia de un sector alemán era excesiva.

El centro de gravedad tiene un sentido más espacial y temporal, buscando una “convergencia operativa” de “esfuerzos relacionados” hacia un objetivo. No necesariamente contiguos, simultáneos o secuenciales, sino sinérgicos y resultantes en sus efectos y resultados. Y teniendo en cuenta la forma óptima de actuar de cada arma y servicio.

El centro de gravedad es más global u holístico, el esfuerzo principal es más sumatorio y acumulador. Los efectos del esfuerzo principal son más directos, predecibles y evidentes. Los del centro de gravedad son más sutiles e inesperados, al menos en los primeros estadíos de la acción militar.

TEORÍA Y CRÍTICA DE LA «BATALLA MODERNA» Y SUS ACTUALIZACIONES.

Los proponentes de la nueva doctrina militar del U.S. Army, la AirLand Battle sucesivamente modernizada desde 1976, se dicen creadores de una doctrina científica, basada en postulados racionales. A lo largo del tiempo, realizaron aportaciones a aquella el coronel John Boyd, William Lind, famoso por sus divulgaciones militares, el general Donn Starry, desde el Tradoc, Steven Canby, Philip Karber y otros muchos teóricos. Es siempre un trabajo prolongado y colectivo, donde participan individualidades destacadas y lúcidas, que resulta siempre convergente y fructífero. El TRADOC es el mando del Ejército de los EEUU, encargado de atender sus necesidades de formación, entrenamiento y doctrina. Formulando para ello los modelos y las recomendaciones y propuestas de doctrina y de reglamentos.

Imagen relacionada CORONEL JOHN R. BOYD

Se supone que este salto teórico cualitativo, establece y perfeccciona, no sólo un modelo científico para la guerra moderna, basada en el empleo del motor de explosión y en la electrónica, como factores novedosos. Sino que el mismo puede ser adoptado y seguido por el rival menos numeroso (en hombres, medios y sistemas). Y que su superioridad conceptual le permitirá a éste superar en campaña las deficiencias cuantitativas de un ejército menor. Y ello, independientemente de la forma de lucha que se plantee en el conflicto. Además, dicha doctrina militar científica, una vez fijados correctamente sus parámetros, podrá evolucionar y adaptarse a las nuevas exigencias de la guerra en el transcurrir del tiempo. Estableciéndose las nuevas variables operativas, para las diferentes situaciones bélicas.

Resultado de imagen de william lind ANALISTA WILLIAM LIND.

Partieron para ello de la llamada Central Battle, cuyas Operaciones se recogieron en el FM 100-5 de 1976. Y que mantenían al fuego pesado como su principal “argumento” de combate y empleaban magramente las maniobras de las fuerzas. Algunas de las cuales terminaban en ataque frontales o, al menos, esperados y recibidos por el enemigo. Es la vieja idea táctica de oponer fuerza contra fuerza. Donde cualquier avance o ventaja se logra a un elevado coste en bajas, tiempo y materiales. Como sucedió durante casi cuatro años en el Frente Occidental europeo durante la I Guerra Mundial. El concepto de la Central Battle se ofrecía para un ejército encargado de defender un gran territorio de importancia vital. Que en la práctica comprendía la Europa Central y Occidental. Por lo que resultaba que la cesión de espacio, por ejemplo en una defensa móvil o, incluso, retardante, era inaceptable “a priori”. Y para ello el ejército “defensor” debía desplegarse casi en la misma “línea o faja” fronteriza de los estados que estuvieran inmediatamente amenazados, o sea, los más orientales.

El ejército “defensor” no contaría para operar con un escalonamiento en profundidad, a cargo de sus grandes unidades sucesivamente desplegadas. Sino que su despliegue sólo contaría con el escalonamiento propio (interno) de sus Grandes Unidades, que estarían desplegadas cuasi linealmente en el borde del territorio a defender. Tampoco contaría con fuerzas móviles de contraataque, desplegadas en la profundidad. Sino que se utilizarían las reservas móviles propias de esa gran línea defensiva, para realizar localmente contrachoques tácticos contra las rupturas y penetraciones en la zona de defensa del atacante enemigo.

La defensa en posición de la totalidad de un enorme territorio, tendría como Tarea la de detener todos los ataque penetrantes de un potente enemigo. Que contaría posiblemente con una supremacía de medios. La defensa actuaría así como una extensa y delgada fuerza (ĺinea) de contención “estratégica”. La idea subyacente en la doctrina es que empleando las tácticas adecuadas sucesiva y únicamente, se podrían alcanzar los objetivos estratégicos propios. Y la razón (incorrecta, por corta de vista) era que las tácticas podían resolver combates sucesivos. Pero éstos, por sí mismos, sin la estrategia operativa no podían alcanzar la trascendencia, la guía, la influencia. Necesaria para conseguir los objetivos estratégicos de otro nivel de actuación.

La mentalidad táctica existente en el U.S. Army antes de la promulgación de la “Defensa Activa” suponía y se basaba en el empleo contra el enemigo y en toda la profundidad táctica y operativa de su despliegue del fuego pesado propio. Que era, de menor a mayor alcance, la artillería de campaña y pesada, los cohetes reactivos ylos balísticos de corto y medio alcance y la aviación de apoyo a tierra.

La “Airland Battle” definida en el FM-100-5 Operaciones de 1982.

Las premisas elaboradas por el colectivo de los teóricos, que contribuían a crear el concepto de dicha nueva batalla fueron: el engaño del enemigo, en relación a nuestras capacidades e intenciones en la situación planteada; la destrucción de la sinergia conseguida por el enemigo por la colaboración táctica u operativa de sus unidades; la acción propia simultánea en todo el despliegue operativo enemigo; la dualidad sinérgica propia de una fuerza de contención del avance, ataque o despliegue enemigo y de una fuerza de maniobra, encargada de la aplicación de flanco y/o de revés de nuestro ataque en toda la profundidad enemiga; deshacer la cohesión enemiga con ello; la conmoción de la totalidad de la fuerza enemiga empeñada; desmenuzándola en unidades inconexas, quizás fragmentadas, con escasas capacidades de combate y movimiento operativo. Así, se cambiaba el pensamiento militar desde la aproximación táctica y técnica vigente hasta entonces a la concentración del esfuerzo propio, empleando las maniobras exigidas por la estrategia operativa.

Resultado de imagen de mijail tujachevski MARISCAL MIJAIL TUJACHEVSKI, UNO DE LOS PRECONIZADORES SOVIÉTICOS DE LA «BATALLA SIMULTÁNEA Y PROFUNDA». SU PURGA POR STALIN EN 1937, POR CELOS HACIA EL EJÉRCITO ROJO, AFECTÓ NO SÓLO A LOS ALTOS MANDOS EN DESGRACIA. SINO ESTERILIZÓ Y RETRASÓ LA DOCTRINA MILITAR SOVIÉTICA MODERNA. 

La fuerza de maniobra penetraría en todo el despliegue enemigo, si éste era favorable para ello, por no estar preparado para una defensa fortificada; como sería el caso de un combate de encuentro. Y, en el caso del rechazo preparado, el ataque sería avanzando rápidamente por un “corredor libre” o “free corridor” fuera del despliegue enemigo, buscando un flanco y/o una retaguardia expuestos. Desde donde y a lo largo de ese “lado”, la fuerza de maniobra móvil, dotada con gran capacidad de combate y de movimiento, debería golpear simultáneamente a todo el despliegue enemigo “descubierto”.

Análisis de la “Airland Battle” en la práctica.

En el concepto de la Airland Battle y en las diferentes actualizaciones de la doctrina militar norteamericana, aparece claramente el llamado principio de simultaneidad. La simultaneidad aconseja batir al mismo tiempo a la mayor cantidad posible de fuerzas enemigas, escalonadas en profundidad, tanto en el ataque como en la defensa. Se justifica su aplicación en el aprovechamiento máximo de la potencia de fuego propia sobre el enemigo y considerando los diferentes alcances óptimos de los diversos sistemas de armas empleados. El factor eficaz de la simultaneidad es la tecnología moderna de detección, de precisión de tiro y de potencia de fuego. Como conmilitón de ella está el principio de complementariedad, que expresa que el movimiento y/o el choque pueden ser sustituidos, indefinida y casi totalmente, por el fuego. Con ello parecen buscarse dos finalidades: el ahorro de vidas, discutible si no es correcto el planteamiento o su aplicación, y adaptar los medios militares a los recortes presupuestarios crónicos de las democracias mercaderes.

(CONTINUARÁ)

La Democracia, como Sistema Político perfectible. 2ª Parte.

(CONTINUACIÓN)

 

Funcionamiento teórico de los Regímenes modernos. Los Partidos Políticos.

El régimen político de un país es su modo de gobernarse y regir su cosa pública. Existen dos tipos de regímenes: los pluralistas o democracias liberales o democracias occidentales y los monolíticos o dictaduras, sean o no ideológicas. Los partidos políticos aparecen cuando se produce la participación popular en el proceso de las decisiones públicas. Su origen, en los países occidentales, se sitúa a finales del siglo XIX. Cuando esa actuación por delegación popular no se produce, surgen los partidos de pega o dictatoriales, aparentando unas libertades inexistentes. Estos “partidos únicos” se caracterizan por tomar por sí mismos las decisiones públicas, sin ninguna fiscalización ni cortapisa. Son también normalmente “partidos radicales intransigentes” o PRIs.

Resultado de imagen de partido totalitarios Hacia el «pueblo» y siempre sin el Pueblo.

El estado garantiza el cumplimiento de los principios básicos y hace posible las relaciones sociales de todo tipo. Y cuando éstas toman una dirección de antagonismo violento, el estado debe intervenir para corregirla y mantener la unidad funcional y armónica de su sociedad. Los estados modernos democráticos se basan en la premisa, aceptada desde hace unos pocos decenios, de que todos los ciudadanos son iguales ante la ley y tienen los mismos derechos y obligaciones. Otra virtud política, admitida desde hace menos tiempo aún, es que los bienes que la sociedad produce deben ser repartidos a todos. Cumpliendo los principios de premiar los esfuerzos, los riesgos y el conocimiento, que las cargas incidan más en los más pudientes y que a los desfavorecidos se les ayude especialmente.

La antigua división de los “poderes públicos” entre legislativo, ejecutivo y judicial, está derivando en los últimos lustros hacia un “poder del Estado”. Éste está encargado de legislar y gobernar, y es regido por el “jefe” del partido elegido. Poder público que es controlado o fiscalizado por la oposición política y los medios de comunicación. Las democracias pueden ser de dos tipos. Son presidencialistas, cuando su “jefe” es elegido directamente por el pueblo. Y son parlamentarias, cuando los electores, al votar sus “representantes a las cámaras”, saben que también lo hacen por el “jefe” de su partido, para el cargo de presidente del gobierno o primer ministro.

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Es normal y deseable en muchas ocasiones, que los ciudadanos tengan diferentes puntos de vista acerca de cómo se ha de dirigir una nación y cuál es el orden de prioridad de las necesidades a atender por el estado. Así, un partido político es mucho más que un “grupo de presión”, como un lobby o un sindicato. Es realmente un órgano público de la democracia moderna. Los partidos ofrecen a los electores que, si son elegidos, gobernarán según su ideología y aplicando su último programa.

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En el gobierno por los partidos resulta fundamental la forma de adjudicarles los votos primarios que reciben de los ciudadanos. Se pueden acumular a nivel nacional los votos recibidos. Aunque generalmente se divide al país en circunscripciones electorales. Con lo que se otorga un peso determinado en los resultados, a las distintas zonas geográficas o demográficas del país. En estas “zonas electorales” se pueden adjudicar los elegidos con diferentes fórmulas, proporcionales a los votos recibidos por cada partido. Y, en áreas más pequeñas o menos pobladas, se puede nombrar representante local a la cámara al candidato del partido más votado, excluyendo a los otros. Como todas las fórmulas electorales son imperfectas, con sus beneficios y penalizaciones según las características de las circunscripciones, los partidos no se ponen fácilmente de acuerdo para cambiar o modificar las vigentes.

Los problemas de las democracias liberales.

El propio Montesquieu reconocía que las virtudes republicanas o ciudadanas sólo existían en los relatos de la Antigüedad. Así, resultaban atractivas para una minoría dirigente o pensadora. Pero su adopción por los ciudadanos no podía hacerse solamente por mandato legal. Los valores morales ciudadanos propuestos por las revoluciones liberales y ejemplificados en el grito de “Libertad, Igualdad y Fraternidad”, se veían también como algo artificial y remoto. Sin conexión real con un código moral práctico, conocido y asumido. Y, sobre todo, con ejemplos vivos que pudieran seguirse por las personas.

Sin ilusión y entusiasmo no se pueden emprender ni realizar empresas de provecho. Enfrentándose a la inercia y a las dificultades diferentes que todo proceso creativo tiene, y superándolas. El entusiasmo es una fuerza del espíritu, iluminada por una “ilusión razonable”. Que vence, específicamente, a la entropía moral e ideológica generada casi inevitablemente en todas las sociedades a lo largo de un período suficientemente largo de su historia.

El proceso natural de creación de una “moral nacional”, como sentido correcto de la vida en común, siguiendo las corrientes adecuadas de paz, progreso, satisfacción propia, servicio y justicia, es incluso desconocido por muchas sociedades occidentales. Las cuales han perdido hoy en día muchos de sus reflejos instintivos de desarrollo social y aún de pervivencia. Decía Juan Vázquez de Mella Fanjul que ningún pueblo moral (yo diría que con una sana “moral nacional”) ha soportado tiranías. Pues esta “peste de las sociedades” se alimenta y extiende y afianza sus raíces en la degeneración o el estiércol de ellas.

A ello han contribuido dos grandes desventajas morales que padecen las democracias liberales. Su inmensa y dedicada producción de bienes y servicios, que ha crecido de forma exponencial en las últimas décadas, alejan al pueblo consumidor y productor de las virtudes (los valores permanentes sociales) del esfuerzo y la sobriedad, de la espera de la recompensa. E, incluso, altera el necesario equilibrio entre los deberes y derechos personales y sociales. Ha surgido el homo economicus, como personaje definitorio de esta época. Destinado a producir y consumir bienes y servicios y a acrecentar, un poquito con cada operación económica, la riqueza de los plutócratas.

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La otra desventaja moral es el alejamiento social del mantenimiento y del cultivo de los valores y virtudes. Éstas últimas son las “bondades y cualidades” humanas de referencia, apreciadas y valoradas permanentemente por las sociedades. Las virtudes humanas son muy estables en el tiempo. Los valores son las “cualidades y bondades” humanas, estimadas de forma temporal y/o local por algunas sociedades o grupos humanos. Y, principalmente, en virtud de su idiosincrasia, condiciones de vida y presiones recibidas desde el exterior. Los valores culturales y sociales suelen ir evolucionando con las contingencias, los desplazamientos y las fortunas de las sociedades humanas. Por ejemplo, para los blancos de Suráfrica, la beligerancia activa fue un valor cultural y social necesario e imprescindible durante décadas. Para mantener su independencia y su dominio, frente a la mayoría negra en la que estaban embebidos.

Las virtudes son aportadas principalmente por las religiones más elaboradas, y por los discursos de Cicerón y los Diálogos de Platón, dentro de nuestra extensa cultura occidental. Hay que citar también la función esencial de “mando, gestión, impulso y ejemplo” de los dirigentes sociales de todo tipo, presentes en los hogares las escuelas, las iglesias, los partidos políticos, los cuarteles, los sindicatos, los centros de trabajo, las asociaciones en general, etc. Éstos son los núcleos de la actividad colectiva de la sociedad, donde se crean los vínculos humanos recíprocos de la sociedad superior. Donde se asentarán y florecerán después “la ilusión y el entusiasmo” imprescindibles. En épocas de cambio o difíciles, aquéllos deben acentuar más su ejemplo. Porque, los valores y las virtudes nunca son dictados desde una “supuesta cúspide moral e intelectual” de la sociedad.

FINAL.

La Democracia, como Sistema Político perfectible.

La democracia es el menos malo de los sistemas políticos que existen”. Esta frase de un estadista como Winston Churchill, que ya era ex-primer ministro de la Gran Bretaña y pronunciada ante la Cámara de los Comunes el día 11 de noviembre de 1947, parece corroborar la bondad y la oportunidad de la democracia, como “sistema político global” para la Humanidad.

La democracia actual lleva implantada en el mundo occidental, Europa Central y Occidental y América, desde el final de la Edad Moderna. La revolución estadounidense, la revolución francesa y la revolución industrial y el desarrollo científico, que propiciaron la especialización del trabajo, la concentración y el empleo del capital o medios de producción y la mecanización de los procesos fabriles, marcan cualitativamente el comienzo de la Edad Contemporánea. La vigencia de la democracia moderna son apenas un par de siglos o muchos decenios. Es aún corta, si la medimos en los tiempos históricos humanos.

Orígenes históricos de nuestra democracia.

Los historiadores y políticos actuales sitúan su origen en la Grecia antigua. Lo que no suelen decir casi todos, especialmente los últimos, es que la democracia griega funcionaba solamente para los ciudadanos de las polis. Todos los ilotas griegos, que eran al menos tantos como aquellos, estaban excluídos de participar en esas “democracias” o gobiernos de los pueblos.

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Además, las urbes griegas, separadas entre sí por sus montañas y por sus identidades sociales excluyentes, fueron incapaces de idear y tener un destino único. Y se enzarzaron durante decenios en luchas entre ellas, que las debilitaron absurdamente. Apenas se aliaban, durante un tiempo, cuando los persas de Darío (490 a.C.) o de su hijo Jerjes (480 a.C.) aparecían por el Helesponto (hoy, el estrecho de los Dardanelos) y por el mar Egeo, para atacarlos y subyugarlos. Y, al final, en la batalla de Pidna (168 a.C.), Roma los venció e incorporó a su imperio. Ese combate fue sostenido sobre las irregularidades de un terreno montañoso suave, que impedía la continuidad y, con ello, la fortaleza de las falanges griegas. Y los romanos emplearon sus manípulos, al mando de sus respectivos centuriones, maniobrando individuamente y desbordando, dividiendo y batiendo a esas fortalezas semiestáticas helenas.

Como ejemplo de los valores y usos democráticos de Atenas, quizás la polis más representativa del sistema político heleno, citaremos el caso de su general Arístides (540-467 a.C.) Los ciudadanos tenían el derecho a condenar al destierro, una vez al año, al hombre de estado que consideraran conveniente. Si se pronunciaban 8 mil votos escritos en una concha, adversos al personaje en cuestión, éste era desterrado de Atenas sin más argumentos. Se cuenta que se dirigían a votar Arístides y un ciudadano iletrado, que no lo conocía personalmente. Éste le pidió a Arístides que le escribiera Arístides en su concha. El general solamente le preguntó el por qué. Y el ateniense le respondió: “es que me molesta que le llamen “el Justo”. A pesar de sus virtudes ciudadanas y militares, Arístides fue condenado al ostracismo en esa votación.

Imagen relacionada Arístides el Justo.

La evolución sociológica de las tribus al estado nacional.

Las tribus funcionaban o pueden funcionar social y políticamente como una “nación en ciernes” en situaciones de aislamiento, pobreza estructural, autoridad central precaria. Y tenderán a debilitarse cuando los beneficios de las estructuras étnicas y tribales, regionales y locales fueran o sean superados por los aportados por el sheik o emir dominador o el estado central déspotico o democrático. Y éstos tuviesen o tengan los medios de coacción, el respeto y la ascendencia populares, para mantener suficientemente unidas y cohesionadas a las tribus. Y siguiendo los estados una política general común, favorable a la mayoría de los ciudadanos. Donde no tenga lugar la acepción de clanes. Que es el cáncer que ha corroído a las uniones tribales estatales, por ejemplo, en Somalía o en Sudán del Sur. Donde, además, ha faltado la figura suficientemente ejemplar y apoyada, como para conseguir imponer una política nacional común y la paz social.

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La estructura social estatal surge cuando una tribu puede imponerse a las otras existentes. Empleando siempre para ello un grado variable de coacción o violencia. Es necesario que surjan unas características o funciones, que permitan desarrollar los nuevos lazos intraestatales y debilitar los tribales y regionales. Aquéllas podrían ser el Islam (religión sencilla y muy socializada en la Umma, como ocurrió tras la muerte de Mahoma); la educación generalizada, que genere un cambio o suave ruptura de mentalidad y modifique la cultura, sin crear traumas sociales, y especializada, como medio de vida y progreso; la inversión en infraestructuras y capitales; el establecimiento de un sistema político, que pueda guiar y realizar todo el proceso, apoyándose en un funcionariado civil y militar suficiente y probo. Buscando el desarrollo económico progresivo y repartiendo razonablemente los productos obtenidos. Y mostrando así unas posibilidades suficientes de seguridad, justicia, bienestar, prosperidad y paz para todos. Es decir, se trata de resaltar las ventajas del desarrollo integral y superior, sobre el atasco del juego social de tribus y clanes, como estructura anterior superable.

Otro de los vicios que han adquirido los miembros “civilizados” de las tribus es la codicia desmedida. Y con ella, su corolario y su modo fácil de satisfacerla, la corrupción rampante. La igualdad social en las tribus, su “republicanismo ideológico”, garantizaba el uso y disfrute razonable de los recursos por todos los miembros. Y el zakat o limosna canónica musulmana y el apoyo de su colectivo suplían los casos de orfandad, enfermedad, etc.

Las aristocracias despóticas. Su perdurabilidad y su caducidad.

Estos sistemas políticos constituyen y también fueron durante muchos siglos, regímenes sociales semi eficaces y aceptables. Ambas características están conectadas en una “ecuación social”, que medirá cualitativamente la viabilidad del régimen. Ninguna de las dos cualidades son ideales en la práctica. Siempre serán más o menos suficientes y perfectibles. Y se da una condición en su acción sinérgica: cuando el régimen en cuestión no es suficientemente aceptable (con tiranía, corrupción, despotismo, clientelismo), tampoco es eficaz en su gestión administrativa y social.

Resultado de imagen de Abderramán III al-Andalus Abderramán II de Córdoba.

Llevando entonces a la revolución y a la revuelta sociales, que, al ser conflictos civiles armados, tienden a ser dolorosos, incluso crueles, y prolongados, lo que aumenta las pérdidas en bienes y personas. Y fractura durante un tiempo largo a la sociedad que los sufrió.

Veamos un ejemplo de este tipo de régimen, regido desde arriba hacia abajo, y que ha perdurado en el tiempo mucho más que las democracias.

El entramado social de los musulmanes está enraizado en las estructuras de las viejas comunidades. Las jerarquías sucesivas de la familia, el clan o vecindario, como conjunto emparentado de familias, y la tribu, como conjunto de clanes afines y asentados en varias regiones, conforman su estructura social. Estructura que define, articula y sostiene los derechos y deberes recíprocos del individuo y de su sociedad.

Resultado de imagen de solimán el magnífico Solimán el Magnífico.

Los países musulmanes no son proclives a la rebelión contra sus autoridades. La obediencia es una cualidad arraigada en las sociedades islámicas. El Islam quiere decir sumisión a Allah. Desde el inicio del Islam, los califas, una combinación integral de las autoridades civil y religiosa de la sociedad, dirigían a la comunidad de creyentes, la Umma. Que era sostenida por la Sunna, la Tradición y la Revelación de Allah. Y no existía un contrapeso legal a su soberanía. Sólo las autoridades religiosas, singularmente los ulemas o ideólogos del Islam y los muftíes o sus jurisconsultos, podían llamarles la atención en las cosas tocantes a la Fe y a las costumbres.

Corresponde al dirigente musulmán y a su oligarquía, dar medios de vida a su pueblo. Bien, proporcionando ellos mismos empleo (administraciones, trabajos públicos y fuerzas de seguridad). Bien, protegiendo a los pequeños y medianos comerciantes piadosos, la “casta del bazar”. Que forman el núcleo urbano de las clases “medias” del Islam. Bien, fomentando otros empleos, como los relacionados con las peregrinaciones y, hoy en día, el turismo. Esto es más necesario cuanto menor sea el “tejido industrial y financiero” de la sociedad. Las autoridades deben brindar sosiego a la sociedad y controlar su coste de la vida.

Mientras esto se cumpliese razonablemente, existía un flujo de lealtades y sincero entusiasmo de las clases populares hacia sus gobernantes naturales. Que se conseguía con la identificación anímica, por apropiación, del pueblo con el esplendor y la grandeza de sus jefes. Éstos encarnaban, de modo ideal y simbólico, el “Nosotros”. Mientras esta simbiosis de dirigentes y pueblo se mantuviese, éste estaba dispuesto a defenderlos y a nutrir las fuerzas armadas. Pero nadie daría un paso por un gobernante injusto, porque es la negación y la corrupción de su esencia y sus funciones vitales.

Resultado de imagen de al assad putin ¡Cómo se quieren…! ¡Cuánto se utilizan…!

Así, en Siria, el gobierno dinástico de los Hafez y Bashar al-Assad y su aparamenta política han dejado de formar hace mucho tiempo un régimen nacional. Ya que no representan, ni defienden, ni integran los intereses particulares y colectivos de su nación. Ahora sólo abanderan y protegen a los miembros de la amplia oligarquía socio religiosa, que acapara y distribuye, en distintos grados, el poder institucional, social y económico de Siria, cada vez más deteriorado. El régimen sirio está cristalizado, sin fluidez, tanto social como ideológicamente. Y se ha convertido en la cáscara de un “fruto socio político”, agostado, estéril y vacío. Permanece en el Poder, gracias a las ayudas militares de Irán y Rusia, que son potencias regionales ambiciosas. A las que Siria les puede resultar muy onerosa, tras la guerra, para lograr su recuperación socio económica. Rusia, con afanes de gran potencia, por su arsenal nuclear, sólo encuentra aliados desestructurados y esquilmados.

LA POLÍTICA NACIONAL ESPAÑOLA.

UN INSTRUMENTO ESTÉRIL E INEFICAZ

Introducción.

La dispersión e ineficacia que demuestran las autoridades en la compleja labor de aunar las voluntades populares y en implementar políticas claras de refuerzo de la unidad nacional y de control de las trasnochadas y fallidas ideas de disolución y sustitución de aquélla, tienen varias causas originales.

Una nación no se congrega y galvaniza, se reune y avanza con normas, leyes y reglamentos. Llamados a encorsertar jurídicamente la cosa pública. Una nación no se gobierna en épocas de peligros e incipientes decadencias solamente con las ideas y políticas económicas y contables. Que sólo sirven para crear y conservar la riqueza material. Pero que ni siquiera hoy en día pueden evitar la dureza y la crueldad de las fases de crisis y decadencia de los ciclos económicos sucesivos. Que literalmente pueden triturar la colaboración entre los estratos sociales y ahondar sus diferencias. Y esas políticas son aburridas, melindrosas y meaqueditas. Porque la actuación del dinero, que es su esencia, tiene esas cualidades naturales.

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Esto crea y define una política raquítica, defensiva y sin horizontes dignos de los mejores esfuerzos. Y, también, seria y cumplidora del deber. Como serias y cumplidoras fueron las presencias de Cervera, cuando le hundieron su flota en Santiago de Cuba y de Montojo, cuando le ocurrió lo mismo en Manila a su flota española del Pacífico.

La falta de virtudes en el ejercicio y el ejemplo del poder y de los gobernantes, han drenado y agostado a la derecha cabal del país, como instrumento político nacional.

Los intentos de secesión político social.

En el caso secesionista que tenemos frente al rostro y a estas alturas de su proceso de ruptura con la nación española, se nos presentan varias incógnitas sobre lo que tendríamos que hacer o ir haciendo. ¿Una acción eficaz preventiva sería útil o contraproducente? La parsimonia e inanidad, apoyada en el cumplimiento de las normas, que exhiben las autoridades nacionales, ¿nos permitirán, al menos, tomar a cambio futuras decisiones ventajosas?

El mismísimo presidente ya le ha dicho a su partido, que ya no hay crisis económica que arreglar. Y las encuestas van descontándoles votantes, que no parecen querer premiarles indefinidamente los resultados pasados. La memoria que alimenta el agradecimiento colectivo es frágil, interesada y voluble.

Entonces, los españoles tienen que ser convencidos por las ideas y actudes del PP, que deben votar también al partido cuando las cosas van económicamente bien. Pero eso será si perciben un PP radicalmente distinto al que ha gobernado hasta ahora. Capaz de ilusionarles y de impulsarles creíblemente, en unidad y cooperación, hacia el futuro social inmediato en paz y prosperidad.

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Que no se diga solamente que en estos momentos, amparándose, apoyándose Y cubriéndose en la ley y sus posibilidades, el gobierno está tomando ya medidas legales contra los secesionistas. Porque quienes están aplicando la ley son los tribunales y fiscales, como corresponde al poder judicial. Y el gobierno, como poder ejecutivo, ejecuta muy poquito, en procurar su cumplimiento y dispersar las acciones hostiles contra la ley. También el 1 de noviembre del 2014 realizaron los secesionistas catalanes acciones contra la unidad de España y la soberanía de los españoles, que fueron de igual cualidad separatista e ilegal que las de ahora. Y la actitud y la actuación de la administración contra la consulta popular catalana de ese día, fue deplorable, escasa e ineficaz. La lenidad, la tolerancia y la dilación frente a los rebeldes, por parte de los ejecutivos nacionales, les hace estos también responsables parciales y cooperadores necesarios, no suficientes, en los delitos de lesas “nación, patria y soberanía” de aquellos malvados.

La prudencia, el aplomo y la postura caracterizando la cosa pública.

El refrán “meaquedito, caga poquito”, indica que a los cuitadillos no les pidas largos, grandes o importantes haceres. A los que miran con fruición los metros y los detalles del patio, no los lleves a recorrer muchos kilómetros de viaje.

El meaqueditismo tiene a la prudencia y a la paciencia como escudo protector y supuesto estandarte de valentía. Pero pocas veces un meaquedito se lanzará o tomará la iniciativa, porque querrá cubrir todas las apuestas o posibilidades. El riesgo necesario y presente para casi todas las acciones y empresas es su aversión esencial. Y su incapacidad íntima es la ausencia de carisma y liderazgo, fundamental para los conductores o líderes en los tiempos de crisis que vivimos. Pero esto, por vergüenza, nunca lo aceptará, ni hablará de ello. El meaquedito está cómodo en el embridaje de una sociedad bien controlada por leyes y reglamentos. Que le facilita el andar por carriles seguros hacia metas definidas.

La vocación profesional pública de los meaqueditos no es la de político, aunque muchas veces lo sean. Sus aspiraciones temperamentales son la de funcionarios sin mayores responsabilidades, buenos cumplidores de lo escrito y de lo mandado por los superiores. Para defender su posición y usar sus argumentos, el meaquedito suele ser un buen hablador o locutor. Él sabe que todas las posiciones son, al menos, medianamente defendibles. Y, usando de la palabra, como su instrumento en la dialéctica de voluntades con sus competidores, puede imponérseles. En los avatares de una sociedad tan reglada y definida, que no admite salidas de tono, golpes en la mesa, acelerones o brusquedades.

La Nación social y política.

Una nación es una sociedad de individuos dotada de una auto conciencia socio política. Colaboran a crearla y vertebrarla la historia, la tradición y las costumbres, y la lengua y el sentido moral propios. Y contribuyen en segundo lugar a ello la etnia y el territorio propios, que no siempre existen, especialmente la primera. Así, el territorio de un país no es una nación. Ni lo es la población inarticulada de un territorio bajo un único gobierno. Cuando la nación es amada por sus componentes y existe en ellos el deseo de servirla y defenderla en comunidad, aparece el concepto de la patria. Ambas ideas están interrelacionadas esencialmente. Y, la ausencia del patriotismo o la vergüenza de profesarlo por miembros de una “comunidad socio política”, lleva a la indefensión y a la desmembración de su nación, en mayor o menor grado, formando “grupos de individuos asociados”. No es de extrañar que sean las Fuerzas de Defensa de una nación, como instituciones y en sus miembros, las que enarbolen, enseñen y profesen el patriotismo como una de sus virtudes esenciales. Las Fuerzas de Defensa de una nación son el conjunto especializado de los “nacionales o patriotas” para la Defensa beligerante y cabal de su “nación patria”.

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Nuestras fortalezas ideológicas y sociales.

Los ataques de agentes ideológicos externos, lejos de apiñarnos en torno a la patria amenazada, nos enfrentan y, hasta, nos dividen más. Porque nuestra Política es mediocre, envidiosa y cortoplacista en objetivos. Y nuestra sociedad invertebrada es una sumatoria de seres y grupos aislados, sin un norte común y pesarosos del bien ajeno muchos de ellos.

Nuestra civilización mayoritaria convive con otras en el mismo suelo. Pero eso no quiere decir que no podamos tener unas virtudes sociales comunes. Las virtudes son los valores permanentes e indefinidos de un grupo humano. Y, junto con las creencias que se profesan, son los parámetros definitorios de una sociedad. Así, su observancia y respeto unánimes fomentan en gran parte la creación y la integración del grupo social. De todas las decadencias y problemas sociales solamente se puede salir fortaleciéndonos los valores y virtudes.

Éstas últimas son las “bondades y cualidades” humanas de referencia, apreciadas y valoradas permanentemente por las sociedades y los grupos humanos. Las virtudes humanas son muy estables en el tiempo. Los valores son las “cualidades y bondades” humanas, estimadas de forma temporal y/o local por algunas sociedades o grupos humanos. Y, principalmente, en virtud de su idiosincrasia, condiciones de vida y presiones recibidas desde el exterior. Los valores culturales y sociales suelen ir evolucionando con las contingencias, los desplazamientos y las fortunas de las sociedades humanas. Por ejemplo, para los blancos de Suráfrica, la beligerancia activa fue un valor cultural y social necesario e imprescindible durante décadas. Para mantener su independencia y su dominio, frente a la mayoría negra en la que estaban embebidos.

Las virtudes son aportadas principalmente por las religiones más elaboradas, y por los discursos de Cicerón y los Diálogos de Platón, dentro de nuestra extensa cultura occidental. Podemos citar las principales y evidentes, que están embebidas y asumidas en el alma humana, sin buscar ser exhaustivos, sino demostrativos:

Aprecio de la familia, el clan, la tribu, la nación, la amistad y los forasteros amables y curiosos que llegan a nuestro entorno. Es el “entorno vital” que nos sustenta y es soportado por todos, nuestro “humus social” fértil, rico en capacidades y matices  e imprescindible.

Necesidad de punición de las conductas que se aparten suficientemente de las normas sociales. Para evitar la venganza libre, excesiva o desordenada, disuadir a los posibles contraventores, satisfacer en justicia las injurias y los daños y reformar las conductas erradas. Cuando esta “virtud” es complaciente o deficiente, se abre inevitablemente el camino a la injuria personal o colectiva y a la necesidad imperiosa y vital de tomar venganza. Venganza que, por tender a los máximos (como diría Karl von Clausewitz) y estar alimentada por la injusticia y la cólera, se apoyará y seguirá la Ley del Talión.

Necesidad de la educación, como marchamo del buen hacer y de la ciudadanía sociales. Y de la formación, como conjunto de los conocimientos y habilidades profesionales, necesarios para el servicio a la familia y a la sociedad, con el ejercicio de un medio de vida digno y suficiente.

Aprecio del respeto y del culto a la divinidad, como reconocimiento y veneración del Ser Necesario que nos crea, nos sostiene y, en algunos casos, nos ayuda directamente. Esto se concreta, según la educación, la cultura y el ambiente social vividos, en distintos credos y religiones.

Valoración de los distintos deberes a cumplir como contrapartida necesaria, vital y social de los varios derechos a recibir. Valoración de la sobriedad, el esfuerzo, el ahorro, el compromiso, y el trabajo como factores y parámetros necesarios para la consecución progresiva y justa de los objetivos personales y colectivos humanos.

Y son nuestros valores y virtudes reconocidos, retomados y reafirmados, los que verdaderamente nos darán la fuerza y la ilusión para superar los tiempos de decadencia.

Y no olvidemos la función esencial de mando, gestión, impulso y ejemplo de las autoridades y los dirigentes sociales de todo tipo, presentes en los hogares las escuelas, las iglesias, los partidos políticos, los sindicatos, los centros de trabajo, las asociaciones en general, etc. Éstos son los núcleos de la actividad colectiva de la sociedad. En los tiempos difíciles, elos deben actuar mucho más desde el ejemplo. Los valores y las virtudes no pueden verse como algo artificial y remoto, sin conexión real con un código práctico, vivido y conocido. Tienen que ser percibidos y aceptados por los ciudadanos, para que puedan seguirlos. Y no pueden ser imposiciones de normas, códigos y reglamentos fríos, dictados desde una supuesta cúspide moral e intelectual de la sociedad.

Nuestros mandos gestionan, pero el impulso que recibimos de ellos es débil e ineficaz; mandan débilmente, decidiendo para ello todo lo colectivamente que pueden; y su ejemplo no es apreciado, ni tomado como merecedor de la emulación y el seguimiento. Sin biología no hay familia, ni mucho menos existirá sociedad. ¿Son fértiles y sólidas las familias de los jefes sociales?

Líderes ejemplares que se apartaron de sus posiciones públicas.

Hablaremos de líderes de la derecha, retirados de la vida pública por desavenencias ideológicas con sus compañeros. O por apreciar que no existían entonces las condiciones sociopolíticas que les permitieran llevar a cabo sus creencias e ideales. En la izquierda española creemos que a sus mandos solamente la enfermedad crónica o grave y la edad ineludible les han apartado de los deberes de su cargo.

Sólo recordamos el caso de Gerardo Iglesias, que fue elegido secretario general del PCE en noviembre de 1982, defendiendo entonces las ideas renovadoras de los camaradas recién purgados. Por ello, se enfrentó a los llamados eurocomunistas de Carrillo, buscando la integración de los distintos grupos comunistas existentes. Participó en la creación de Izquierda Unida en 1986, siendo elegido su Coordinador General. En 1988, renunció a todos sus cargos en el XII congreso del PCE, siendo sustituído progresivamente en ellos por Anguita. Iglesias, que estaba en excedencia, se incorporó posteriormente a su puesto de minero.

Esta selección, sacada de lo que podemos detectar y vislumbrar, es un ejemplo y resumen. Representa lo que sería un afloramiento rocoso, la parte no sumergida del iceberg, de todas las innumerables personas que en política se esfuerzan por mantener y mostrar una posición coherente con un ideario ejemplar y cabal.

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Jaime Mayor Oreja es quizás el paradigma de todos los mandos que en la derecha se han retirado de la palestra pública. Su categoría se la dan sus características: conocimientos, bagaje ejemplar y moral, posiciones ocupadas en la vida pública, relaciones y edad. Mayor Oreja tiene una sólida formación política de raíces cristianas. Siempre señaló y condenó la estrategia disolvente, secesionista y comunista de ETA. Que actuaba, según él, acomodándose tácticamente a los cambios de poder en Madrid y usando diversas actitudes e imágenes.

Sin enfrentarse nunca al poder del PP, ha mantenido una clara y seria trayectoria política. Condenando, así, por ejemplo, el aborto, como “algo propio de los bolcheviques”, y la eutanasia, que “es una vieja receta de los totalitarismos que asolaron Europa en la primera mitad del siglo XX”. Nunca condenó al franquismo en su totalidad y con motivo de la ley de la Memoria Histórica, en la crisis de 2008, alertó de los riesgos que ya amenazaban la concordia y la unidad de España. Su ideología inspiró el ideario de María San Gil, compañera del PP vasco.

Alejo Vidal Quadras fue presidente del PP de Cataluña desde 1991. En los comicios autonómicos de 1995 su formación obtuvo 17 diputados y la mayor cifra de sufragios populares hasta hoy. Por el pacto del Majestic (el hotel del Paseo de Gracia, en Barcelona) entre Convergencia y Unión y el PP, que permitió la investidura de Aznar como Presidente del Gobierno de España (en la 6ª legislatura de la democracia actual, 1996 a 2000), fue inmolado por el PP de sus cargos en Cataluña. Vidal Quadras fue reubicado como eurodiputado del PP. Y fue vicepresidente del Parlamento Europeo. Actualmente milita en el pequeño partido regeneracionista VOX.

María San Gil inicia su actividad política en 1991 en el PP guipuzcoano. Cuando comía con Gregorio Ordóñez, primer teniente de alcalde de San Sebastían, el 23 de enero de 1995, presenció el asesinato de éste por un comando de ETA en un restaurante de esa capital. A fines de 2004 era presidenta del PP en el País Vasco.

En mayo de 2008, tras la crisis interna del PP al perder las elecciones generales, presenta su dimisión como presidenta y diputada del PP en el País Vasco. Los motivos fueron las fuertes discrepancias con el fondo y las formas del PP de Mariano Rajoy.

José Antonio Ortega Lara era un funcionario de prisiones en el centro penitenciario de Logroño. A primeros de 1996 fue secuestrado en su casa de Burgos por ETA. Y permaneció así, en condiciones deplorables, por más de 500 días. Hasta que fue liberado in extremis por la Guardia Civil. Se jubiló anticipadamente a finales de 1997, iniciando una carrera política en el PP.

Siempre mantuvo una línea de defensa de los valores democráticos de la familia, de la unidad de España y de su fortaleza y de lucha contra los terroristas de ETA. En la crisis del PP de la primavera de 2008, anunció su baja del partido por sus diferencias ideológicas con él. En 2014 se unió al partido VOX.

Las Emboscadas contra Patrullas y Unidades Militares.

Introducción.

Una de las tareas principales de los militares de las Fuerzas Internacionales de Apoyo a la Seguridad, desplegadas en el Suroeste de Asia, es el patrullaje motorizado por los caminos polvorientos que entrecruzan la zona de influencia de sus acuartelamientos. Estas zonas casi carecen de carreteras asfaltadas. Y cuando las hay, no son gran cosa. Las capas de asfalto tienen un par de dedos de espesor; y los calores las ablandan y se forman fácilmente baches y burbujas. No es aquél un patrullaje agresivo. Es un patrullaje de exhibición, rutina y enlace visual y logístico entre las posiciones militares principales y secundarias y con los núcleos de población cercanos.

Cuando los militares piensan que puede haber problemas, reciben el apoyo de la observación aérea. Son aviones de exploración no tripulados (los UAV, por sus siglas en inglés), cuyo uso se extiende en estos conflictos asimétricos. Algunos pueden detectar (en condiciones ideales) a 5 mil metros si una persona va armada. Los estadounidenses usan el modelo Predator (éste va también armado) y el Searcher (sin capacidad de ataque), pudiendo ambos operar hasta los 350 km de su base.

Resultado de imagen de Guerrillas sunníes GUERRILLAS IRAQUÍES SUNNÍES «JAISHALADL» POSANDO…

En algunos casos, los insurrectos y bandidos locales se han atrevido a atacar a alguna de las columnas militares de marcha desde posiciones fijas y espaciadas, formando una franja o luneta como una media luna, que abrazaban el camino de marcha. Su problema es que las armas rebeldes son de tiro tenso y sus posiciones se sitúan en la pendiente anterior. Por tanto, los “vehículos blindados ligeros armados” de la infantería extranjera pueden trabar combate ventajosamente con los guerrilleros en sus pozos de tirador, pequeñas trincheras y pliegues del terreno reforzados. En efecto, sus sistemas de adquisición de blancos y control de fuego les permitían la selección y la precisión de sus fuegos ametralladores contra los blancos puntuales de los rebeldes irregulares. Y les obligan a retroceder y a esconderse en las aldeas más cercanas.

Hay otros muchos más casos en que los insurrectos utilizan sus artificios explosivos artesanales (en inglés, los “improvised explosive devices”) en los caminos recorridos por los militares en patrulla. Los suelen colocar generalmente partiendo desde las aldeas cercanas, como su base improvisada operativa adelantada, y aprovechando la ocultación y el amparo de las noches. Se les tiene mucho miedo a estos artificios, famosos ya desde la posguerra de Irak en 2003. Porque son inesperados, impredecibles y difíciles de detectar (pueden estar en el camino que ayer se recorrió y examinó), enervantes (la perspectiva anímica de la posible, aunque improbable explosión, grava mucho más que la probabilidad real de los daños del ataque) y ponen a los hombres en la defensa pasiva y a la espera. Sabiendo que no se toman medidas activas para evitarlos.

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Las cargas huecas explosivas, que forman la mayoría de esos artificios, atacan el bajo vientre de los vehículos militares extranjeros, su parte más vulnerable y menos protegida. Ahí no pueden llevar las cargas reactivas de repulsión o un blindaje múltiple con cerámicas que usan los cascos de los tanques. Se calcula que los insurrectos talibanes, de al-Qaeda y del Estado Islámico en Afganistán, pueden colocar y activar durante un año más de 10 mil de estas minas artesanales. Algunos corresponsales llaman a esos artificios, el arma más efectiva de la insurgencia. Aunque son, en su conjunto operativo, como un inmenso campo de minas, pero que no se colocan simultáneamente, y superextendido, improbable y sin estar cubierto por el fuego enemigo.

Las Tácticas y Técnicas para Eliminar el Peligro de las Emboscadas y Trampas Explosivas en los Caminos.

Hay varias, unas pasivas o reactivas y otras activas, asumiendo la iniciativa y la agresividad contra insurrectos peor preparados y entrenados que los militares. Todas son “defensivas”. Desde que el Ministerio de la Guerra pasó antaño a denominarse de las Fuerzas Armadas y, por último, más modernamente, de la Defensa, todo es “defensa”.

Entre las pasivas pueden estar el incrementar el reconocimiento visual de los caminos, en los suelos de aquéllos, observando protuberancias y cambios de color que no correspondan. Los “tiempos de recorrido” de las columnas disminuirían bastante. Hay que recorrer aquéllos más despacio, mirando al suelo y oteando el horizonte, buscando también observadores al descuido, no muy lejanos. No suelen usar activadores de cables. Estos son caros y pesan, y los rebeldes están en zonas aisladas y la logística es débil y complicada.

Los artefactos se activan generalmente por la presión del vehículo o por un emisor de frecuencia y alcance dados; puede servir hasta un dispositivo de apertura de puertas. Con sus inhibidores de frecuencia, los militares intentan contrarrestar las ondas de radio de las frecuencias probables usadas en la zona. Siendo los emisores más caros y complicados, cuanto más alcance, potencia y gama de frecuencias usen. Es el juego del gato y el ratón. El problema es que los guerrilleros de un área reciban un emisor activador que use una frecuencia imprevista.

También las columnas podrían ser hostilizadas con fuego de mortero registrado durante los altos que hicieran para confirmar o eliminar algún posible artificio, ya que algunos podrían ser simulados.

Resultado de imagen GENERAL VALERIANO WEYLER.

Otro medio sería trasladarse por fuera de los caminos, campo a través. Para los vehículos a rueda, esto no siempre es posible. Y, además, el desgaste de las piezas y el consumo de combustible aumentan mucho, como también los horarios de marcha. Al mismo tiempo, disminuye la comodidad y aumenta el cansancio de los viajeros en misiones de patrullaje largas y/o rutinarias.

Que no se diga que es imposible o muy difícil. Ya que esto fue lo que hizo el general Valeriano Weyler, para espantar a los “mambises” cubanos de las cercanías de los caminos y veredas tropicales. El 10 de febrero de 1896, el general se hacía cargo del gobierno de Cuba y de la jefatura del ejército español estacionado en ella. El presidente del Consejo de Ministros, Antonio Cánovas del Castillo, restaurador de la monarquía borbónica, propugnaba la política de mantener la dominación colonial en Cuba, hasta “sacrificar el último hombre y la última peseta”. Y nombró a Weyler para los cargos citados, en sustitución del general Arsenio Martínez Campos, el pacificador de la guerra de 1968 a 1978. Que fracasó esta vez en acercar posiciones con los rebeldes en armas.

Imagen relacionada GENERAL ARSENIO MARTÍNEZ CAMPOS.

Los guerrilleros cubanos, en esta nueva guerra, aprovechaban la ocultación de la “manigua” y su cercanía a los caminos, para hostilizar con fuego de fusilería a la columnas y causarles algunas bajas, sin empeñarse en la lucha. Weyler pronto diseñó la técnica de rechazo del enemigo. Una exploración con capacidad de combate se adelantaba convenientemente a las columnas españolas en marcha. Se trasladaba por las maniguas (matorrales autóctonos) que circundaban a las vías de marcha, sin alejarse excesivamente del camino. Los mambises o rebeldes, formando fuerzas de hostigamiento variables y escasas, eran así levantados de sus posiciones y ahuyentados de las fuerzas principales españolas.

Particularidades de las zonas montañosas y sus habitantes.

Las áreas montañosas de la región geopolítica del Suroeste de Asia son especialmente peligrosas para las unidades extranjeras en maniobra de cualquier tamaño. Las estribaciones de las alturas están cruzadas frecuentemente por wadis o cauces estacionalmente secos de arroyuelos y veneros. En ellos puede ocultarse un grupo de hombres. Que no se harán visibles hasta que surja su oportunidad de hostigamiento por el fuego, desde posiciones rápidamente reforzadas y camufladas, de las unidades militares. O tengan una escaramuza de encuentro con algún grupo que se asome a la hondonada sin precauciones.

También es fácil acercarse a algún afloramiento rocoso, adornado o no por un pequeño matorral espinoso, sin detectar tras él algunos enemigos agazapados y pacientes. Que atacarán al descuido a los soldados, usando sus cuchillos o alfanjes. Incluso, cuando los hombres regresan al camino principal, tras establecer y mantener una posición de defensa para proteger la marcha de su columna principal, dándoles la espalda.

Las tribus que las habitan tienen como características en su identidad y costumbres, la belicosidad y las reyertas intertribales. Las más importantes y extendidas son la etnia pashtún y los baluchis.

La sorpresa, que es un multiplicador eficaz de la “capacidad de combate” específica de una unidad dada, es empleada continua y sistemáticamente por los combatientes irregulares. Así, ocurre que, “por este valle amplio, ocre y árido, nunca nos han atacado”, porque las montañas que lo enmarcan están a 300 o 400 m. en el horizonte. Bueno, pues hoy te van a atacar con ráfagas cortas (2 a 6 disparos) de ametralladora con bípode, cuando avances confiado y desparramado por aquel valle anodino y conocido. Sin molestarte por establecer la seguridad de marcha con piquetes, que protejan a la columna principal. Y ofreciéndole múltiples pequeños blancos al enemigo tenaz, curtido y venenoso.

Tácticas militares en la lucha contrainsurgencia.

Por fin, existen tácticas y técnicas específicas para la lucha contra rebeldes irregulares, que pueden ser empleadas aquí. Ellas buscan mantener la iniciativa, la creatividad y la ley de la acción de nuestra parte. Se trata del empleo independiente de pequeñas unidades de infantería ligera (en principio, tipo pelotón o escuadra) en tareas de exploración y de ataque a las bandas enemigas. Para la defensa de las comunicaciones propias, pueden emplearse agresivamente contra las bandas que las hostigan o que las obstaculizan (los artificios son como minas más dispersas y selectivas).

Por ejemplo, se pueden internar y ocultar en un sector donde las bandas islamistas o de bandidos locales estén activas. En la noche, cuando aquéllas suelen colocar en los caminos sus artificios explosivos, las atacarán desconsideradamente (con la máxima sorpresa y para el mayor efecto). Esto exige de todos los hombres de las patrullas: formación, motivación, compromiso con la misión, entrenamiento específico, iniciativa, creatividad, autosuficiencia, sobriedad, paciencia, serenidad, alerta de los sentidos, silencio y quietud.

Una ventaja que multiplicará la capacidad de combate de la patrulla militar, reside en que estas bandas descuidan su seguridad en lo que creen que es su retaguardia. Una vez que se ha producido un combate con los insurrectos, la patrulla debe ser extraída o volver a sus cuarteles. Para descansar, informar, volver a entrenarse, ser equipada y trasladarse a otro sector, cuando proceda, en otra misión.

Epílogo.

Toda emboscada que resulta efectiva implica un fallo, una deficiencia, un descuido en la seguridad del atacado. La rutina de las acciones; la molicie de los hombres; la suficiencia y el engreimiento de los mandos directos y superiores; la escasa formación de los soldados; la insuficiente motivación de todos los militares y su falta de compromiso con las tareas o misiones. Ellos constituyen graves defectos de partida para la creación y el mantenimiento de una seguridad de marcha eficaz. En las patrullas de reconocimiento y de combate y en los movimientos de las unidades y pequeñas unidades.

Y, aunque la seguridad no figure frecuentemente en las “listas” de los principios de la guerra, especialmente en las más cortas, la seguridad ha llegado para quedarse. Y el incumplimiento de este principio afectará en mayor o menor grado y extensión a la eficacia de los demás “principios compañeros o socios”. Ya que el conjunto de los principios forma un grupo holístico, sinérgico, concurrente y convergente sobre las acciones militares. Definiendo todos simultáneamente el “qué hacer” en la guerra o en el conflicto armado.

EN BUSCA DE LA EXCELENCIA MILITAR.

UNA TEORÍA INCOMPLETA Y SESGADA.

El autor, citado abajo, realiza una crítica metódica y profunda de las distintas formas de lucha en cada una de las épocas históricas.

Es especialmente duro y mordaz con la forma de lucha de los alemanes durante la II guerra mundial. Su objetivo es degradarla y empequeñecerla, para restarle enjundia y validez en la historia de las operaciones terrestres. Privando así a la evolución de la teoría estadounidense sobre dichas operaciones, de cualquier influencia o deuda intelectuales con la doctrina de la guerra alemana.

A la que el autor considera más oportunista y táctica, que cabal y científica. Y opina que fue favorecida en sus resultados por las carencias y los errores de sus enemigos. Es posible que un análisis académico de la forma de lucha alemana, se acerque a rendir ese veredicto.

Pero, la evidencia es la piedra de toque de la realidad sin apariencias. Y el caso es que los alemanes triunfaron amplia y extensamente con aquella, durante la primera etapa de la II guerra mundial en Europa: 1939 a 1942. Durante la cual, sus enemigos pudieron aprender de las tácticas, técnicas y de la estrategia operativa alemana. Ya que se prolongó demasiado en el tiempo, al multiplicarse los teatros de la guerra.

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Y que, en la última fase de la guerra: 1943-1945, los alemanes fueron sobrepasados, abrumados y, finalmente, derrotados. A lo que contribuyeron las diferencias cualitativas y cuantitativas en los flujos logísticos, que apoyaron a los dos bandos; la enorme sangría de los mandos y cuadros alemanes, que resultó irrecuperable y mermó las cualidades de sus unidades; y la demografía cuantitativa de los Aliados.

Shimon Naveh concede amplia calidad y estima a la doctrina militar de los soviéticos. Que considera científica, porque seguía un proceso lineal de argumentos, lógica y resultados (que durante mucho tiempo, fueron sólo ansiados o previstos). Y que se adaptaba y guiaba específica y realmente, a un ejército de masas, poco instruido y nutrido por una demografía apabullante. Que siempre tuvo un apoyo logístico insuficiente, cuando no era precario. La mecanización de la infantería para colaborar con los tanques, fue siempre un anhelo y una esperanza, más que una capacidad media real.

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En los primeros tiempos tras la revolución bolchevique, incluso dirigidos por el joven teórico de la maniobra profunda, general Mijail Tujachevski, los ejércitos rusos recordaban en sus marchas, a “hordas lentas y esquilmadoras”. Que vivían para el sustento del territorio por el que avanzaban, propio o extraño. Los hombres más instruídos relativamente, siempre escasos, eran alistados en las armas técnicas, artillería, ingenieros, aviación. O en las más eficaces y necesarias para la penetración y la explotación de la retaguardia operativa enemiga, tanques, infantería de la Guardia.

Por último, Shimon Naveh concentra sus esfuerzos, resumen y alabanzas en el largo proceso de desarrollo de la doctrina estadounidense Air Land Battle y sus siguientes actualizaciones. Cuyas bondades y eficacia se materializaron en la ofensiva aérea y terrestre contra el régimen iraquí en la guerra del golfo de 1991, buscando la liberación de Kuwait del poder de Saddam Hussein. Guerra que fue la piedra de toque de aquella doctrina supuestamente culminada.

Iniciada la ofensiva terrestre, las fuerzas estadounidensesy sus aliados se enfrentaron con rapidez con prácticamente todas las fuerzas iraquíes que ocupaban y defendían Kuwait. Desde el golfo Pérsico actuaron las fuerzas navales, amenazando con un desembarco anfibio en las estrechas costas del emirato. Por el sur, los marines se encargaron de fijar a las fuerzas iraquíes del flanco sur de la defensa. Confirmando así, para los iraquíes que el frente de ataque de los aliados serían el sur y el este.

Resultado de imagen de soviet polish war LA GUERRA RUSO POLACA DE 1920.

Pero, al sur de Irak/Kuwait, el grueso mecanizado de los aliados penetró en tromba a lo largo del frente occidental del despliegue iraquí. Para seguidamente dividirse este despliegue aliado en varias puntas de avance, sobre todas las unidades iraquíes de ese flanco.

La campaña era una gran operación de atrición del más fuerte contra el fuerte, por los mayores medios tecnológicos y capacidades de los aliados. Donde se buscó, al estilo soviético, un ataque simultáneo a todos los escalones del orden de batalla enemigo y en la profundidad de su despliegue defensivo rígido. En el sur de éste existían divisiones blindadas o motorizadas iraquíes, dispuestas a contraatacar cualquier penetración aliada. Hacia el centro y norte, estaba el grueso de la Guardia Republicana, dispuesta a contraatacar cualquier acción operativa aliada.

Las concentraciones, las maniobras, las acciones no buscaban, ni tenían, un centro de gravedad del esfuerzo. Que fuera definido sucesivamente y aplicado conforme se desarrollaba la campaña. Sino que, sirviéndose de las ventajas ya citadas, las fuerzas aliadas buscaban enmpeñar, fijar y arrollar a las unidades enemigas a su alcance, de una forma directa y casi conjunta. Creando realmente así, una batalla de cerco y aniquilación, de la familia de Cannas y Tannenberg, donde la liquidación del cerco se hacía por partes y era uniformemente acelerada en el tiempo.

Resultado de imagen de soviet polish war ARROLLANDO LAS HORDAS SOVIÉTICAS.

Las divisiones iraquíes al este estaban sometidas al control central y directo de Saddam Hussein y su Estado Mayor. Que las privaban de iniciativa, flexibilidad y libertad de acción. Si no, algunos cuerpos o divisiones de los Aliados hubieran podido ser puestos en dificultades por la actuación de alguna gran unidad iraquí. Tras iniciarse el ataque terrestre y gozando los aliados de la supremacía aérea, solamente se ocultó a los iraquíes, privados de la exploración operativa, la maniobra envolvente de los aliados por el oeste, hacia su retaguardia.

La Estrategia operativa en la Guerra Irregular.

Naveh, sin embargo, no se acerca, ni mucho menos se interna y analiza, un tipo de guerra que ya existía desde mucho tiempo atrás. Antes de la génesis y maduración de la estrategia operativa estadounidense. Y que es la guerra de guerrillas, palabra tomada del español por todos los idiomas. A la que, pomposamente, le llaman guerra de IV generación los anglosajones. Aunque es casi tan antigua como el conflicto humano. Los ejército modernos tecnológicos encuentran dificultades para enfrentarse a esa forma de lucha. Empleando los medios, la doctrina y sus reglamentos, el orden de batalla y los entrenamientos de que están dotados.

La guerra de guerrillas es sinónimo de conflicto prolongado y enraizado en la sociedad civil, donde aparece y se desarrolla. Es de baja intensidad militar, salvo en su última etapa (si la alcanza) y de gran politización y polarización ideológicas de los rivales. Estas características hacen que inevitablemente los civiles estén involucrados en ella y que el conflicto militar sea arbitrario, duro y cruel. Se enfrentan posiciones e intereses antagónicos, que, en el uso de la violencia, derivan hacia los límites de ella y del sufrimiento de quienes la padecen y protagonizan.

Naveh podría hablar de la aplicación de la estrategia operativa en la guerra de guerrillas. O empleada en la dirección y las operaciones de las unidades de élite (marines, rangers, SEALs, cazadores, etc.) que realizan misiones de contrainsurgencia. Aquí, los centros de gravedad de los esfuerzos, coordinados globalmente, abarcan los ámbitos económico, militar, político y social. Y existirán en estos campos y serán aplicados de una manera armónica, conjunta y coordinada. Trabajando para un esfuerzo común y convergente, empleando distintas combinaciones de medios en los distintos casos que se presenten.

Existirá un mando central anti insurgencia que debe conjugar y dirigir los esfuerzos, medios y actuaciones. De acuerdo con la especialización de los medios que actúen, las acciones y los objetivos que se busquen en cada uno de los citados niveles o campos de acción. Una característica de los actos y sus efectos es que deben ser convergentes. Buscando la multiplicación e incremento de éstos y la sinergia de los primeros. Así, en cualquier acción, a partir de un nivel de efectivos, de presupuesto o de resultados buscados, intervendrá el Mando Contrainsurgencia.

Como ejemplos, en el ámbito militar serán centros de gravedad las bases semipermanentes, las comunicaciones entre las bandas y con los paisanos, incluyendo las logísticas, y los movimientos de las partidas rebeldes. La defensa estática se mantendrá en los centros y medios necesarios para el esfuerzo de guerra. Los otros deberán defenderse por un sistema de guarniciones de defensa del territorio. Que será apoyado por un sistema militar de patrullas móviles y de la aviación de reconocimiento y de ataque a tierra. Las unidades especiales realizarán incursiones profundas de ataque, exploración y hostigamiento en las áreas en disputa con las guerrillas o en poder de éstas.

LA GUERRA DE MANIOBRAS. EL CONCEPTO DE LA BATALLA AÉREO TERRESTRE MODERNA. SEGUNDA PARTE.

UNA INTERPRETACIÓN DEL MARISCAL ERICH VON MANSTEIN.

 

(CONTINUACIÓN)

 

Resultados del contraataque alemán y su trascendencia.

El botín fue, sin embargo, escaso. Von Manstein declara unos 23.000 soldados soviéticos muertos y unos 9.000 capturados. En material fue bastante mejor: se capturaron unos 615 tanques (probablemente en gran parte por recuperación), 354 cañones de campaña, 69 piezas antiaéreas y más de 600 ametralladoras y morteros. Recordemos que no se podía conseguir un cerco (por más que von Manstein se disculpe de ello, aludiendo a que, debido al frío, sus soldados se agrupaban en los núcleos de población para pernoctar, dejando amplios espacios y líneas sin cubrir) y que los soldados soviéticos abandonaban el equipo pesado y se retiraban. Esto ocurría en parte porque eran tropas escogidas y, en parte, porque la guerra era sin cuartel.

CORONEL JOHN BOYD, UN TEÓRICO ESTADOUNIDENSE DE LA GUERRA DE MANIOBRAS.

A primeros de marzo el 48 cuerpo panzer presionó al este de Kharkov y el cuerpo panzer de las SS (general Halder) se encargó de recuperar la sufrida ciudad para los alemanes.

Para mediados de mes, los alemanes tenían un frente defensivo resistente desde Tangarov a Belgorod, apoyado en el Mius y el Donetz. Y contaban en el sur de Rusia con reservas móviles suficientes para rechazar posibles rupturas operativas en la zona.

Podemos indicar ahora que en 1.944 los soviéticos tenían 26 cuerpos de tanques y 11 cuerpos mecanizados. Parte de ellos se integraban formando hasta 6 ejércitos de tanques: integrado cada uno por dos cuerpos de tanques y un cuerpo mecanizado (mayor y más equilibrado en infantería y artillería), generalmente. Algunos cuerpos mecanizados eran unidos a un cuerpo de caballería, resultando una gran unidad parecida en capacidad al ejército de tanques, pero con menos blindados y más movilidad en terrenos de difícil transitabilidad (pantanos, montañas). Éstos fueron empleados principalmente para explotar la ruptura en los terrenos pantanosos del sur de la URSS, aunque nunca coexistieron más de dos o tres en el orden de batalla del ejército soviético.

WILLIAM LIND, UN TEÓRICO CIVIL.

Por ello, la destrucción de los 6 cuerpos de tanques del frente del suroeste (especialmente equipado en fuerzas móviles para esta operación), al desarticularlos de sus masas de apoyo, fue una operación especialmente destacable, trascendente, provechosa y muy poco costosa para los alemanes.

Además, en su avance hacia Kharkov, los cuerpos panzer de las SS y 48 aplastaron sobre la marcha al 3er. Ejército de tanques del teniente general Ribalko entre los días 1 y 5 de marzo. Éste había sido insertado buscando aliviar a las fuerzas del 6º ejército de infantería y había continuado avanzando en la profundidad hacia dicha ciudad, que atraía entonces todos los esfuerzos de ambos bandos.

Ante todos estos resultados de las fuerzas móviles soviéticas y sus proporcionalmente gravísimas pérdidas, no son de extrañar el brusco pesimismo y el cambio de actitud de Stalin, buscando temporalmente la mediación de Suecia en la guerra.

Sin embargo, el avance sobre Belgorod, perfilando el saliente de Kursk dentro del territorio ocupado por Alemania, selló el objetivo de la campaña estratégica de verano del ejército alemán. Era el momento en el que los acontecimientos precitados le habían devuelto la iniciativa estratégica a éste, al nivel casi del teatro de operaciones.

Pero el inicio el 5 de Julio de dicha campaña, por retrasada con relación a los triunfos de von Manstein y por evidente, concedió tiempo a los soviéticos a que se fortificaran extensamente, estableciendo regiones fortificadas al nivel de frente, y a reunir y organizar una potente fuerza de contraataque, al norte y al sur de dicho saliente, integrada por varios frentes o grupos de ejércitos. El desembarco aliado en Sicilia el día 10 del mismo mes abortó el ya desastroso resultado de la operación Ciudadela para la Wehrmatch. Nunca recuperarían más los alemanes la iniciativa estratégica en el frente oriental.

GENERAL DONN STARRY, JEFE DEL TRADOC DEL EJÉRCITO ESTADOUNIDENSE.

¿Es posible evitar lo que le ocurrió al grupo Popov y con él a los planes estratégicos soviéticos de la campaña de invierno de 1.942 y a la iniciativa estratégica soviética, al menos en el teatro del sur de la U.R.S.S.?

Es posible.

Hemos observado, en paralelo y en muy segundo plano con los hechos clave, el engolfamiento (meterse mucho en…), el regodeo (deleitarse con…) y la fijación (el prescindir de otros argumentos sensatos) de Stalin, en relación con los resultados que se prometía con las operaciones impulsadas por los cuerpos móviles del frente del suroeste del general Vatutin.

Probablemente el general Vatutin, uno de los mejores jefes de campo del ejército soviético, malogrado a manos de guerrilleros ucranianos libres (antisoviéticos), participaba en mucho menor grado de ese encantamiento. Pero también probablemente el delegado de la Stavka para esas cruciales operaciones (¿Zhukov, Vasilevsky?) se encargaba eficazmente de recordarle la trascendencia que para el Comandante Supremo y para el pueblo soviético tenían aquéllas.

Hitler con poco espacio de tiempo de separación, tuvo también una gran fijación en Stalingrado, que le llevó a dilapidar la capacidad de su mejor Gran Unidad (el 6º ejército) en una lucha callejera de empujes compensados, en una confrontación de fuerza contra fuerza. Con sus enemigos dispuestos a la defensa estática, para lo que estaban mucho mejor dotados que los alemanes, en la gigantesca fortaleza que supone una ciudad. Lucha en la que no contaba para nada la excelente capacidad de movimiento operativo alemana y su virtuosismo en la maniobra operativa dislocante. Lo que reducía el esfuerzo a una terrible atrición de hombre por hombre y máquina por máquina. Donde la búsqueda de la decisión, como un espejismo siniestro, se tragaba toda la capacidad de combate que sucesivamente se iba empeñando.

Si la línea de comunicaciones (ramificada) es tan crucial, es necesario protegerla adecuadamente. Pero esta verdad de perogrullo, la opacan y la difuminan los deseos de los hombres de más mando.

Veamos posibilidades de defensa del sector de avance que contiene dicha línea.

Independientemente de los dispositivos de avance que adopten los grupos móviles y su masa de apoyo (el grueso de las fuerzas), que deben incluir los elementos de seguridad adecuados para las marchas en terreno enemigo, todos deben adelantar “destacamentos avanzados”. La misión general de un destacamento avanzado es vencer pequeñas resistencias tácticas, ocupar por adelantado posiciones clave de cruces, puertos de montaña, desfiladeros, garantizando a todo su “grupo” el pleno empleo de su capacidad de movimiento operativo.

Éstos estarán integrados por un 15-30% de las fuerzas que los destacan y contarán con capacidades de movimiento operativo y de combate suficientes. Su distancia al grupo que lo destaca será función de la transitabilidad del terreno y de las capacidades e intenciones del enemigo en la zona de operaciones.

Su misión específica en la defensa citada es la de servir de “goznes estables” entre los despliegues de las grandes unidades, facilitando y protegiendo los movimientos de fuerzas y los abastecimientos entre ellas.

Si la masa de apoyo es demasiado lenta para seguir razonablemente al paso del “grupo móvil”, se terminará alargando peligrosamente el espacio y la distancia del sector de avance de aquél, donde el destacamento avanzado actúa. Éste sería entonces muy vulnerable a un ataque móvil del enemigo desde la profundidad de su zona operativa y también el sector de avance estaría muy amenazado de un corte más o menos duradero y estable, ocurriendo estas operaciones en función de los medios e intenciones del enemigo.

Esta probabilidad exigiría interponer, además, un “grupo mecanizado” entre dicha masa de apoyo y el grupo móvil, que reduzca la distancia entre los tres despliegues en función de sus distancias operativas o tiempos de reacción y que estabilice razonablemente el sector de avance tras el grupo móvil.

La misión del grupo que llamamos mecanizado, menor en medios con capacidad de movimiento operativo que el grupo móvil, será la defensa móvil de dicho sector de avance y durará hasta que las fuerzas de la “masa de apoyo” le alcancen y se organicen para sustituirle. El plan de defensa antitanque y antiaéreo, la centralización de reservas y la defensa de puntos clave del terreno, mediante posiciones de retardo, junto con el necesario apoyo artillero, serán las características de su lucha por la estabilización del sector de avance.

Es decir, se debe explotar sacrificando velocidad por seguridad suficiente, en forma, si no de consolidación, sí de estabilidad del sector de avance en territorio enemigo, que no necesita ser ocupado en fuerza, como hemos visto. Un riesgo desproporcionado y aceptado, sugerido por los cantos de sirena de la insensatez, llevaría al aventurerismo y a la temeridad, poniendo en peligro hombres y medios de muy alta calificación y toda la operación.

Aunque vemos que los hombres (en este caso Hitler y Stalin son dos ejemplos) tendemos a caer en errores parecidos cuando las circunstancias que vivimos son sensiblemente similares…

FINAL.